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Revista Antropologías del Sur N° 5 ∙ 2016 Págs.

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La figura deL llunk’u y eL cLienteLismo


en La BoLivia de evo moraLes
the llunk’u figure and clientelism in evo morales’Bolivia
gaya makaran*
fecha de recepción: 4 noviembre de 2015 - fecha de aprobación: 28 de enero de 2016

Resumen

El artículo pretende examinar el fenómeno del clientelismo en los gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS) en la
Bolivia actual (2006-2015), como una herramienta de cooptación y neutralización de los movimientos sociales. Se analizará el
contexto socio-histórico del fenómeno clientelista en Bolivia, tomando en cuenta las determinaciones culturales. Por lo cual el
clientelismo boliviano se inscribirá en el concepto local del “llunk’u” o “llunkerío”, relacionado con el mundo aymara-quechua.
Se mostrarán los mecanismos estructurales del poder político en Bolivia que llevan al clientelismo y paternalismo estatal y sus
consecuencias para la autonomía de los movimientos sociales y la calidad de la vida política del país.

Palabras clave: Bolivia, MAS, llunk’u, clientelismo, movimientos sociales.

Abstract

This article aims to examine the phenomenon of clientelism governments of the Movement Toward Socialism (MAS) in the
current Bolivia (2006-2015), as a tool of cooptation and neutralization of social movements. The socio-historical context of the
clientelism phenomenon in Bolivia will be analyzed, taking into account cultural determinations. Therefore the Bolivian clientelism
shall be entered in the local concept of “llunk’u” or “llunkerío” related to the Aymara - Quechua world. Structural mechanisms
of political power in Bolivia leading to clientelism and state paternalism and its consequences for the autonomy of the social
movements and the quality of political life are displayed.

Keywords: Bolivia, MAS, llunk’u, clientelism, social movements.

* Doctora en Humanidades, Universidad de Varsovia. Investigadora del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el
Caribe (CIALC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Correo-e: makarangaya@gmail.com
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Introducción1 Rastrearemos sus significados y usos sociales


cotidianos tanto en los discursos como en las
En el presente artículo examinaremos el fenó- acciones políticas, a través de las huellas deja-
meno del clientelismo en los gobiernos del Movi-
das en la prensa nacional.
miento al Socialismo (MAS) en la Bolivia actual
(2006-2015), como una herramienta de coopta- Finalmente, una vez delineado el trasfondo
ción y neutralización de los movimientos socia- histórico y social del fenómeno, además de sus
les. Nuestra investigación partirá de la pregunta implicaciones teóricas, pasaremos al análisis
por la actual cultura política boliviana en los “tiem- de las prácticas clientelistas efectuadas tanto
pos de cambio” que, según las declaraciones desde arriba por el gobierno de Evo Mora-
oficialistas, ha experimentado un vuelco plurina- les, como desde abajo por las organizaciones
cionalista y descolonizador. Nuestro objetivo es sociales. Al mismo tiempo, indagaremos los
contrastar estas aseveraciones optimistas con la limitantes de dichas prácticas, al subrayar los
realidad vivida por los sectores indígena-popula- momentos recientes de rebeldía e insumisión
res y para ello revisaremos los testimonios de los de los sectores subalternos.
actores implicados, el discurso gubernamental y
los hechos relatados por los principales medios
informativos del país. Dada la actualidad del
Acercamiento teórico al clientelismo
tema, en esta tarea nos basaremos sobre todo
latinoamericano
en la prensa escrita boliviana.
El clientelismo, junto con el paternalismo, tiene
Partimos de la hipótesis de que, lejos de un
una larga y nutrida tradición en Bolivia, igual que
cambio sustancial, la política boliviana en los
en toda América Latina. Se puede decir que forma
tiempos de Evo Morales se caracteriza por la
parte del habitus de amplias capas de la pobla-
perpetuación e incluso fomento de los vicios
ción boliviana, hasta el punto de llegar a incrus-
de las épocas anteriores, entre ellos el clien-
tarse en la política como su parte integral. Defi-
telismo, fenómeno de larga data que deriva de nido como relaciones sociales y políticas jerár-
la estructura misma del régimen político boli- quicas de sociedades de corte patrimonialista,
viano. A fin de entender el actual clientelismo según el modelo de patrón-cliente (este puede
político, analizaremos su contexto socio-histó- ser individual o colectivo), construidas a partir
rico, tomando en cuenta las determinaciones de un intercambio desigual de favores de orden
culturales propias. Para tal objetivo, revisa- material y simbólico (Peralta, 2006), el cliente-
remos primeramente acercamientos teóricos lismo constituye una respuesta sui generis de las
al clientelismo latinoamericano como tal, para sociedades señoriales de legado colonial ante la
luego ahondar en la realidad boliviana a partir modernización democrática. Es una apuesta de
de conceptos de la servidumbre voluntaria y la las elites ante la demanda incipiente de las masas
cultura señorial en el contexto del colonialismo de ser incorporadas a la vida política moderna, al
interno. Sin embargo, para nosotros términos permitirles el acceso controlado y subordinado, en
clave para la interpretación del clientelismo boli- la mayoría de las veces reducido a puro voto, con
viano serán el “llunk’u” junto con el “llunkerío”, la simultánea conservación de las desigualdades
relacionados con el mundo aymara-quechua. socioeconómicas y de su monopolio político.
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Aunque el clientelismo no se limita solo a las dad, que se emplea para poder continuar con la
clases bajas, son estas las que se mencionan acumulación capitalista. La redistribución, a veces
con frecuencia como destinatarias de las polí- incluso generosa, está condicionada desde el
ticas clientelistas, lo que se puede explicar por poder y por eso siempre es selectiva y arbitraria.
la precariedad material y la exclusión política En la mayoría de los casos se trata de políticas de
que padecen. Ante esa difícil realidad se ven asistencia social de carácter residual que no solu-
obligadas a recurrir a las relaciones clientela- cionan problemas estructurales en empleo, salud,
res para asegurarse su sobrevivir diario. Así, educación, puesto que son puntuales, paliativas
para las clases populares las redes clientelares y provisorias. Suponen un gran desembolso de
son a veces la única posibilidad para acceder a los fondos públicos para los fines clientelistas
bienes y servicios, y su aprovechamiento forma privados de los líderes o partidos políticos: lo que
parte de una estrategia necesaria de subsisten- debería ser un derecho financiado por el Estado
cia (Peralta, 2006). se convierte en un don arbitrario y personal. De
esta manera, se privatizan los bienes públicos
Para las clases gobernantes, el clientelismo para construir el capital político de las fuerzas
es útil para politizar e incorporar a las masas a la particulares (Torres, 2007). Esto nos lleva a vincu-
política moderna, siempre manteniendo su posi- lar la dimensión de las políticas clientelistas con
ción subordinada. Esta subordinación legitima la capacidad del presupuesto estatal: mientras
al poder político y colabora en la profesionali- más fondos se encuentren disponibles, más peso
zación de la política y en la sucesiva desideo- tendrá el fenómeno clientelista.
logización de los partidos. De esta manera, la
política deja de constituir una actividad masiva, El clientelismo, aunque muchas veces
social y horizontal, se profesionaliza, vertica- asociado a un simple intercambio explícito y
liza y, finalmente, queda atrapada por una élite chantajista de favores por votos, no tiene por
supuestamente capacitada para lo político. La qué reducirse a las formas “gruesas” de coop-
sociedad no participa de manera autónoma en tación, sino que puede comprender significados
asuntos de interés público, sino que se subor- y emociones que complejizan la relación patrón-
dina a una clase de mediadores y representan- cliente al implicar la amistad, la familiaridad, la
tes profesionales, los políticos. Esta desciuda- gratitud, la lealtad y la reciprocidad (formas
danización favorece el clientelismo, puesto que finas). De hecho, se sabe muy bien que los lazos
lo que debería ser un derecho del ciudadano se de cariño y afecto son mucho más eficaces que
convierte en un favor, cedido desde el poder, la relación clientelar directa. De esta manera, el
por el cual hay que estar agradecido. De ahí clientelismo latinoamericano deriva de las lógicas
el clientelismo es el reflejo de una relación de basadas en las relaciones primarias, personales,
poder vertical, es un sutil mecanismo de domi- comunitaristas, parroquiales, de compadrazgo o
nación (Torres, 2007). parentesco (premodernas), que nacieron como
una respuesta a la ineficiencia o el abuso esta-
El clientelismo a menudo se justifica subra- tal como sistemas horizontales o semihorizon-
yando su papel redistributivo de la riqueza, sin tales de apoyo informal. Se diferencia de ellas,
embargo, se trataría de un goteo muy escaso de sin embargo, por ser siempre vertical y ejercido
bienes y servicios a cambio de sumisión y docili- desde el poder dominante (Op.cit.).
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Clientelismo boliviano y el llunk’u. sirviente de hacienda) es aquí significativa y


Contexto socio-histórico nos realza simbólicamente la continuidad entre
el régimen de hacienda y la política boliviana
El clientelismo político en Bolivia, aunque ya moderna. Así, el MNR puso en práctica el clien-
se puede notar en el gobierno indigenista de telismo político como el mecanismo de domi-
Gualberto Villarroel (1943-1946), inicia plena- nación sutil y de la incorporación subordinada
mente tras la Revolución Nacional de 1952 con de las masas indígenas campesinas y mineras.
el partido Movimiento Nacionalista Revoluciona- Para tal objetivo aprovechó a los sindicatos, al
rio (MNR) de Víctor Paz Estenssoro, que moder- quitarles la autonomía y hacerlos dependientes
niza parcialmente la vida política del país con del Estado, tras haber cooptado a sus dirigentes
el voto universal y la sindicalización. Tiene sus y pacificado a sus bases (corporativismo):
claros antecedentes por una parte en las relacio-
nes señoriales, paternalistas típicas de socieda- “Desde la Revolución de 1952 la participación política
más característica de los campesinos indígenas ha
des coloniales y colonizadas, y por la otra, en la
sido servir como la base del poder rural de los suce-
cultura misma de la población originaria andina. sivos líderes regionales y nacionales. Eran valorados
Podemos destacar una fuerte jerarquización de la mayoría de las veces cuando las élites necesitaban
la vida social boliviana desde los primeros años manufacturar los bloques de voto popular. En múltiples
elecciones nacionales ‘runas en los camiones’ (…)
de la Colonia, basada en la categoría racial/
eran transportados de rutina del campo para votar en
étnica, donde “los indios” fueron condenados a masa como una manera de mantener los sucesivos
la explotación y la servidumbre, primero por los gobiernos populistas en el poder. Los líderes indígenas
españoles y luego los criollos-mestizos. Las figu- frecuentemente servían como vasallos y clientes valo-
ras del patrón y del cacique (kuraka), intermedia- rables de los políticos nacionales bolivianos” (Albro,
2015: traducción de la autora del texto en inglés).
rio entre el mundo de los indios y los blancos,
se establecieron como referentes de las rela-
ciones sociales verticales basadas en favores Sin embargo, la lealtad de las masas hacia
y la informalidad en vez de derechos y leyes, la el tata (padre) MNR, desbordó una relación
realidad ilustrada por el famoso “acato pero no simple: votos por beneficios, y se convirtió en
cumplo” colonial. El legado colonial fue asumido una alianza afectiva duradera, incluso a pesar
por la joven república boliviana que formalmente de las evidencias del carácter cada vez más
ciudadanizó al indígena, pero que lo mantenía en antipopular del partido. Su expresión máxima
una completa sumisión, propia de los regímenes fue la alianza militar-campesina en contra de
feudales, y lo usaba como mano de obra esclava la insurgencia minera durante la dictadura del
o carne de cañón en sus conflictos internos y General René Barrientos (1964-1969).
externos (Makaran, 2012).
Terminadas las dictaduras militares, durante la
Estas relaciones fueron traducidas posterior- época de la democracia neoliberal (1985-2005),
mente a la vida política democrática, donde el el clientelismo político se reforzó como el único
pueblo era usado como masa votante, “escale- método de conseguir votos, dada la desideolo-
ras” o “pongos” políticos, según las palabras del gización de los partidos y su distanciamiento de
líder aymara Felipe Quispe, el Mallku (Forrest las bases. Una nueva fuerza política que supo
& Thomson, 2003). La palabra “pongo” (peón, complementar el clientelismo tradicional duro con
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el otro sutil y afectivo, fue la Conciencia de Patria Además de esta tradición señorial descrita
(CONDEPA) de Carlos “compadre” Palenque, que constituye la raíz de la cultura clientelista
organización que logró ganar el apoyo multitudi- en Bolivia, podemos buscar sus fuentes en la
nario de la población chola (indígena urbana) de cultura nativa de los Andes basada en la reci-
La Paz y El Alto en los años 80, al crear vínculos procidad y en el don, que favorecen la ayuda
de cariño y lealtad gracias a las obras efectuadas mutua horizontal en los contextos comunitarios,
en los barrios y el uso de códigos culturales nati- pero que pueden ser tergiversados e instrumen-
vos y populares como la misma institución del talizados para justificar las relaciones clientela-
compadrazgo (Makaran, 2008). res e incluso corruptas. Lo que parece positivo a
niveles del ayllu (comunidad andina) o del barrio
La cultura clientelista derivada del paterna- popular: “hoy te ayudamos a ti, mañana tú nos
lismo señorial nos lleva a identificar una cierta ayudas a nosotros”; si se usa desde las posi-
postura política que asumen los “clientes” ante ciones de poder solo refuerza la cultura cliente-
sus patrones, sobre todo frente al Estado y sus lista y propicia la permisividad ante los posibles
funcionarios, y que el pensador boliviano Luis actos de corrupción.
Tapia define, tras Etienne de la Boétie, como la
“servidumbre voluntaria”: Así como hemos relatado la larga tradición
de la cultura paternalista/clientelista en relacio-
“Los individuos acceden al ejercicio de una cuota de
poder estatal a través de asumir una conducta de
nes entre las élites políticas criollas-mestizas y
servidumbre voluntaria. Es el deseo de ocupar alguna la población boliviana, mayoritariamente indí-
posesión de autoridad, lo que conlleva cierto tipo de gena, han existido numerosos intentos desde
reconocimiento social y de poder político, lo que induce el campo popular de romper con este legado:
a una conducta de casi total subordinación, es decir, a
desde los levantamientos indios por el autogo-
la eliminación de la autonomía intelectual y moral. (…)
Aquí se busca lograr el reconocimiento, que implica la bierno (Túpac Katari, Zarate Willka), la lucha
subordinación de otros, a través de ser elegido por el armada y legal por las tierras comunitarias, la
presidente y su oligarquía en alguno de los cargos de creación de sindicatos independientes, hasta el
representación en el poder legislativo, tanto nacional surgimiento del indianismo y katarismo aymara,
como departamental y municipal, o como parte del
corrientes ideológicas y políticas rebeldes
poder ejecutivo o judicial” (Tapia, 2014: 41).
(Makaran, 2012). Fue precisamente el kata-
rismo la fuerza que postuló la necesidad de
Esta cultura señorial se debe a una estructura ruptura con la práctica clientelista del MNR y
económica y cultural desigual jerarquizada. El el “despertar” de las masas campesinas con el
Estado reproduce esta desigualdad en la vida objetivo de formar una fuerza política propia y
política y social: autónoma (Manifiesto de Tiahuanaco de 1973).
Este esfuerzo abrió el camino al empodera-
“La servidumbre voluntaria es la eliminación del princi-
miento político de las poblaciones indígenas y
pio igualitario. Induce a la organización y reproducción
de desigualdad política, ya que justamente busca la posibilitó el posterior ascenso de Evo Morales
subordinación de los otros, como parte de una cadena al poder.
de subordinación de autoridades intermedias a la
cabeza del Estado” (Op.cit.: 47). La actividad aymara katarista en contra del
clientelismo político practicado por los parti-
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dos criollos-mestizos (q’aras) no se limitó solo de los otros. De ahí el llunk’u hace referencia
al ambiente estrictamente político, sino que a la pérdida total de integridad personal y de
ambicionó cambiar los códigos culturales de honor, unida a la postura deshonesta, moral-
la población indígena que posibilitaran tales mente corrupta y despreciable, rechazada por
prácticas (Hurtado, 1986). De ahí, a la famosa la comunidad. De hecho, la comunidad y la
triada andina: ama sua, ama llulla, ama quella lealtad a su origen étnico marcan las pautas de
(no seas ladrón, no seas mentiroso, no seas comportamiento a sus integrantes indígenas,
flojo) que refleja el código moral confesado las pautas que son violadas por el llunk’u, trai-
por los pueblos andinos, se añadió el cuarto dor de su pueblo y de su gente, un ser desa-
componente que tenía como objetivo redirigir a rraigado, egoísta e hiperindividualista que se
los demás para evitar su instrumentalización a mueve solo por intereses personales a fin de
favor del patrón: el ama llunk’u (no seas servil/ obtener un ascenso en la sociedad de los blan-
sumiso). Así el llunk’u surge como término cos relacionado con una cuota de poder o de
para describir todo el complejo entramado de dinero. De esta manera, el llunk’u se inscribe
relaciones clientelares, del paternalismo y del en una larga historia de relaciones desiguales
colonialismo interno. entre la población indígena y los patrones blan-
co-mestizos, donde los “traidores de la raza”
Veamos el significado y los usos de la palabra servían de capataces del amo y esclavizaban a
quechua, adoptada también por la lengua aymara, su propia gente (Véase el encastado de Manuel
llunk’u. Así, el Diccionario Qheshwa-Castellano, González Prada; González Prada, 1908).
Castellano-Qheshwa del reconocido escritor boli-
viano Jesús Lara (1971) define el término como Los llunk’us son entonces seres humanos
correspondiente al adulador y lo deriva del que eligen el ascenso personal por encima de
verbo llunk’uy que significa “rebañar”. El diccio- los valores comunitarios, se mimetizan con la
nario indica que también puede ser sinónimo cultura del amo y entran en su mundo, ascen-
de la palabra llajwaj que es lamedor. Si revisa- diendo socialmente a cambio de la coherencia
mos otro diccionario quechua-castellano, más interna, de la integridad y de su dignidad: “(…)
reciente, (Herbas Sandoval, 1998) veremos que llunk’u es sumamente vivaz, siempre busca a la
la vinculación de la palabra llunk’u con compor- gente de peso, es adulador que frecuentemente
tamientos estigmatizados como negativos actúa indirectamente (soslaya). Eso hace una
se profundiza: es el “lisonjero”, el “zalamero” cosa clara: la postura de llunk’u describe la
incluso el “lameculos”. Para profundizar los actitud del cliente frente al patrón” (Albro, 2015:
significados complejos del término veamos sus 294) Las poblaciones rurales suelen calificar
usos en la vida cotidiana de los quechuas-ay- como llunk’us a los cholos, indios urbanos,
maras bolivianos, apoyándonos en la etnografía por personificar estos la ruptura con el mundo
de Albro (2015). propiamente indígena y por su balanceo entre
las dos culturas.
De las definiciones citadas se desprende el
significado claramente negativo de la palabra Otros calificativos que se le han atribuido al
que compara la postura aduladora a actos deni- personaje es su falsedad que viola el principio
grantes como el de lamer las “partes sucias” moral de ama llulla: “no habla de frente”, “habla
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detrás de las cortinas”, “dice puras pendejadas”; descolonización del Estado que, efectivamente,
y la deshonestidad: “no trabaja para vivir”, “vive se institucionalizó con la nueva Constitución del
de las promesas”, que viola la otra regla andina la Estado Plurinacional en febrero de 2009.
de ama quella (no seas flojo). De esta manera, el
llunk’u es el transgresor del moral y del orden tradi- Sin embargo, pronto se hizo evidente que la
cional de las comunidades andinas. Otra palabra tradición política republicana se impuso sobre
asociada al término es el llunkerío en referencia las experiencias democráticas alternativas, y
a las relaciones políticas clientelistas (“compa- el clientelismo, no solo no fue eliminado sino
dres de interés”) y a la traición política (“llunk’us todavía reforzado, se convirtió en la base de
de doble fila”) en referencia a los que cambian de la construcción de coaliciones y apoyos políti-
partido según su conveniencia (Op.cit.). cos del MAS. La tendencia de seguir el camino
de viejos vicios de la democracia representa-
tiva y de abandonar la senda del “otro poder”
se hizo plasmable todavía en el primer año de
La época del MAS (2006-2015) los nuevos gobiernos cuando el MAS mono-
polizó la representación indígena-popular en
La llegada del aymara y sindicalista cocalero,
la Asamblea Constituyente, cuando se dio la
Juan Evo Morales Ayma, a la presidencia del
país en 2006, consecuencia de la poderosa continuidad al régimen presidencial republi-
movilización del movimiento indígena–popular cano y al sistema electoral liberal, cuando Evo
que, aunque tiene sus antecedentes de muy Morales apostó por centralizar el poder decisivo
larga data, demostró su fuerza a partir del año reduciendo el deliberativo y perpetuándose en
2000 con la famosa Guerra del Agua y poste- la presidencia, cuando se desconoció la legi-
riormente la Guerra del Gas de 20032. Supuso timidad de la protesta de las organizaciones
un cambio político, pareciera, sin precedentes indígenas (El caso de TIPNIS3) con una clara
y despertó esperanzas genuinas de terminar preferencia por la incorporación subordinada de
con los vicios de la democracia liberal e iniciar las fuerzas sociales a través de la cooptación y
la época del “otro poder”, del “mandar obede- la criminalización (método de la zanahoria y el
ciendo” en términos zapatistas, de una hori- palo), etc. (Tapia, 2011).
zontalidad y rotatividad política inspirada en
la cultura comunitaria, que eliminaría de una No podemos presentar con detalles todas
vez por todas el clientelismo y el paternalismo estas políticas del “gobierno de cambio” por las
propios de una cultura política vertical de subor- limitaciones espaciales del artículo, nos concen-
dinación y de negación de la autonomía de traremos entonces en el fenómeno del cliente-
sujetos colectivos. El partido del gobierno, Movi- lismo (enfoque desde arriba: patrón hacia clien-
miento al Socialismo (MAS), asumió el rol de tes) y del llunkerío (enfoque desde abajo: clien-
representante de los movimientos sociales. Los tes frente al patrón). Como subraya Luis Tapia,
individuos indígenas, muchos de ellos vincula- la cultura señorial y la relacionada con ella, la
dos con organizaciones sociales, penetraron la, “servidumbre voluntaria”, perviven en los tiem-
hasta hace poco, impenetrable burocracia esta- pos de Evo e incluso alcanzan mayores niveles
tal, se convirtieron en ministros o ejecutores de que en los años anteriores a su gobierno (Tapia,
programas y proyectos, todo esto en pos de la 2014). Es así debido al mayor excedente produ-
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cido por los hidrocarburos “nacionalizados”4 y humanas no organizadas, así llamadas masas
el alza de precios mundiales de commodities votantes, a cambio de obras, la inversión estatal
(actualmente en baja), lo que le ha permitido al selectiva, políticas sociales focalizadas (bonos
gobierno “financiar una extensa red clientelar y becas) y el reparto de bienes. A eso hay que
y prebendal con la que articula su base elec- añadir que el clientelismo no se limita solo a las
toral” (Op.cit.: 32). La bonanza económica que clases populares -aunque es el que en más nos
ha estado viviendo Bolivia en la presidencia de fijamos por el interés que tenemos en los pueblos
Evo Morales propicia las prácticas clientelares y y organizaciones indígenas- en realidad sus dife-
el uso discrecional de recursos por el gobierno, rentes formas se aplican también a las clases
al convertirse éste en distribuidor de bienes y medias para ganar el apoyo de los profesionistas
servicios a las poblaciones necesitadas, lo que y de la pequeña burguesía, igual que a la oligar-
refuerza el sistema de prebendas necesario quía, pacificada gracias al apoyo gubernamental
para mantenerse en el poder y conservar los a sus intereses a nivel legislativo (legalización
elevados apoyos electorales. Como asegura el del latifundio existente o de los transgénicos),
director del Centro Boliviano de Estudios Multi- a nivel de inversión regional o por la entrega de
disciplinarios (CEBEM), José Blanes: “La dispo- concesiones y contratos millonarios, etc.
nibilidad de recursos para obras públicas y para
distribuir bonos o beneficios entre los sectores A estas prácticas clientelistas fomentadas
corporativos le permitió a Morales gozar de una desde el Estado y financiadas por el extracti-
amplia popularidad y esquivar de esa forma un vismo (un ejemplo de esto es el Fondo de Desa-
eventual desgaste” (Ordoqui, 2014). rrollo Indígena Originario Campesino, FONDIOC)
podemos añadir la postura de los mismos
Este clientelismo puede tener dos facetas: clientes llunk’us, que motivados por beneficios
una individual de cooptar a los líderes sociales personales/sectoriales sacrifican su coherencia
o intelectuales disque “orgánicos” a cambio de y flexibilizan sus criterios políticos. Se podrían
beneficios personales como la “pega” (puesto enumerar por nombre y apellido, aunque aquí
de trabajo), reconocimientos simbólicos y mate- evitaremos hacerlo por la estigmatización que
riales (convertirse en el intelectual más citado esto conlleva, los otrora antimasistas que hoy en
y publicado), cuotas de poder y el acceso a día están en las filas del MAS, o los intelectua-
las nuevas oportunidades que se abren con el les antes críticos empedernidos del capitalismo
mayor peso estatal en la economía (empresas y del extractivismo, promotores de la democracia
estatales, contratos, proyectos, etc.); la otra comunitaria, que hoy en día emplean su capi-
colectiva-corporativista en referencia a la compra tal académico en defensa de un gobierno que
de organizaciones sociales como los sindicatos, contradice claramente estos principios.
antes autónomos, críticos y beligerantes que
hoy se han convertido en fuerzas disciplinadoras La cultura señorial, anteriormente descrita,
del electorado a cambio de beneficios sectoria- fomenta entre los llunk’us el culto, desenfrenado
les (tierras y despenalización de la hoja de coca aunque poco sincero, a la figura del presidente,
para los cocaleros, doble aguinaldo, influencia que no permite ningún tipo de críticas ni disi-
en el diseño legislativo, etc.). Del mismo modo, dencias y conlleva la defensa dogmática de las
encontramos la cooptación de las poblaciones decisiones presidenciales o alabanzas desver-
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gonzadas a la figura del único líder /caudillo/ La denuncia del llunkerío en el gobierno
jefazo. Como dice en su artículo “Ama llunku” el masista proviene tanto de las filas de la oposi-
periodista boliviano Andrés Gómez Vela: ción indígena (katarismo, Consejo Nacional
de Ayllus y Marcas de Qullasuyu, CONAMAQ,
En estos escenarios, el egoísmo y la egolatría son los ejes
Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia,
que ordenan las relaciones profesionales, sociales o polí-
ticas. El superior alimenta su ego y los otros se sostienen CIDOB) y de los intelectuales críticos, otrora
gracias al alimento que echan a ese ego que los humilla cercanos al MAS, como Raúl Prada, Luis Tapia
cada vez que puede para crecer más. Es una vinculación o Silvia Rivera Cusicanqui, sino que incluso
altamente dependiente y hasta enfermiza porque puede surge desde las mismas entrañas del partido
derivar en un fanatismo peligroso. (…) Realmente, son
gobernante, al provocar la división interna en
muy peligrosos porque callan lo malo, esconden el error,
ocultan la verdad, no advierten el peligro y sobredimen- “librepensantes” y los “llunk’us”, como los iden-
sionan lo bueno… (Gómez Vela, 2014). tifica la prensa nacional (Los Tiempos, 2013 b).
Así, aunque el presidente Morales declara ser
tolerante para la disidencia interna en pos de
Esta cultura servil y lisonjera elimina la delibera- un diálogo autocrítico, en los hechos los “libre-
ción democrática y exige la sumisión y obediencia pensantes” son intimidados, relegados, descali-
ciega a cambio de una cuota de poder estatal. Así, ficados y hasta expulsados del partido (el caso
el llunkerío actual sigue formando parte de una de Rebeca Delgado o de Samuel Pamuri, véase
cadena de transmisión descendiente y autoritaria El Diario, 2013). Basta recordar que el término
de las decisiones, heredada de la política crio- mismo fue empleado por el presidente Morales
lla-mestiza, concretamente de los gobiernos tanto con tono negativo para disciplinar a los emba-
del nacionalismo populista como dictatoriales. jadores que expresaban opiniones personales
no siempre acordes con la línea del gobierno, y
Raúl Prada Alcoreza (2010), al describir las luego fue utilizado con el mismo tono peyorativo
relaciones clientelares en el gobierno de Evo por el vicepresidente Álvaro García Linera para
Morales, subraya la importancia de las prácticas señalar a los miembros de las fuerzas oficialis-
culturales indígenas, descritas por nosotros ante- tas que “tuvieron el atrevimiento de expresar
riormente, como la reciprocidad y la complemen- libremente su disconformidad con las voces de
tariedad de connotación familiar que, deformadas mando provenientes de las más altas cúpulas
por la forma señorial y colonialista de la política gubernamentales” (Los Tiempos, 2013b).
boliviana, llevan a la privatización de relaciones
comunitarias y justifican no solo el clientelismo, Es significativo este tono despectivo que usa
sino incluso la corrupción. En contraste con los el oficialismo cuando se refiere a la idea de
gobiernos anteriores criollos-mestizos ajenos al pensar libremente, una actitud abiertamente
mundo indígena, en los tiempos de Evo la frontera rechazada y condenada por fraccionaria, reac-
entre la lealtad, el apoyo a su gente y la corrupción cionaria y antirrevolucionaria. En contraste con
o el nepotismo, se ha vuelto más tenue debido a la los acusados de “librepensantes”, tenemos a
presencia en el poder de numerosos funcionarios los “llunk’us” del gobierno, es decir: personas
indígenas, la cual rompe con la dicotomía clásica que “han decidido aceptar sin crítica pública
del patrón blanco y el cliente indio y nos introduce alguna y en nombre de la lealtad, las directrices
en el ámbito borroso de la hermandad y compa- que les son impartidas desde los niveles jerár-
drazgo entre, pareciera, iguales. quicos del partido y el Gobierno” (Los Tiempos,
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2013b). Estos, aunque carguen con el despre- a nuestro parecer, el anunciante y sus intereses
cio de ciertos sectores de la población, gracias no cambian la certeza de lo anunciado.
a su renuncia al espíritu crítico pueden contar
con el apoyo y la beneplacencia del ejecutivo, Si se trata del clientelismo dirigido a los
cruciales en el momento de buscar un buen sujetos colectivos, el mecanismo obras por
trabajo o desarrollar su carrera profesional. votos fue aplicado por el gobierno en nume-
rosas ocasiones, sobre todo en contextos de
En la prensa boliviana de los últimos años campañas electorales o referendales, y contó
encontramos numerosas referencias a la figura con el mensaje explícito del presidente Mora-
del llunk’u masista, algunas de ellas, como la les o el vicepresidente García Linera: “si quie-
siguiente, en tono claramente burlesco pero no ren proyectos dennos su apoyo”, “si votan por
por eso, menos certeras: la oposición no verán ninguna inversión”. Este
chantaje clientelista lo vemos claramente en
“En días pasados me encontraba angustiado ante
la crisis económica por la que atravieso y las negras
las palabras del “Tata Evo” en ocasión de las
perspectivas para el año que comienza, pero apareció Elecciones de Autoridades Departamentales,
una luz al fin del túnel vestida de chola cochabambina Regionales y Municipales en marzo de 2015,
que me susurró en mi oreja: ‘Ya no sufra, compadri- cuando durante su visita en la ciudad de El Alto
tuy, porque esta noche bailaremos hasta que las velas
aseveró:
no ardan, celebrando el año de los llunkus, quienes
se aprestan a ocupar altos cargos muy cerca del Tata “Yo solo quiero decirles a nuestros abuelos, abuelas y
Evo” (Los Tiempos, 2013a). futuras generaciones: ¿cómo yo puedo trabajar con la
ciudad de El Alto con la gente de la derecha? Yo no voy
a trabajar (con la derecha), hermanos. Si quieren más
El texto se mofa de las relaciones existentes obras, ahí está Édgar Patana; si quieren más obras,
en el gobierno y en el partido MAS, basadas ahí está Felipa Huanca. Hagan una reflexión, depende
de ustedes” (Rivas, 2015).
en el llunkerío, el culto al único líder, que de
Hermano Evo pasó a ser el Padre (Tata) Evo,
igual que del uso instrumental y esencialista de En otra ocasión, esta vez en el contexto de
la cultura y del pensamiento indio: los intentos del gabinete masista de cambiar
“El Baile de los Llunkus había comenzado y fue organi- la constitución boliviana para que le permita la
zado por la vanguardia revolucionaria de los Yatiris que reelección continua vedada por la actual Carta
—como ustedes saben— prestan servicios al canciller Magna, la reforma que tuvo que ser avalada
Choquehuanca, quien trabaja muy cerca al Padre Evo
en el referendo nacional del 21 de febrero de
como actualmente se le llama en círculos importantes
del Llunquerío” (Los Tiempos, 2013a). 2016, el vicepresidente García Linera afirmaba,
aparentemente sin tomar partida ni ejercer
presión, que la decisión está en las manos de
Tenemos en cuenta que algunas de estas críti- la gente y que será una manera de mostrar
cas y denuncias del llunkerío en la prensa nacio- “cuál es el cariño” que tiene por el mandatario:
nal, provienen del sector de derecha conserva- “Ustedes según su conciencia van a tomar su
dora que está disputando espacio gubernamen- posición, pero yo pido al alcalde, a mis autorida-
tal y, celoso por las cuotas de poder, tiende a des originarias explicar el referendo. Nos van a
ridiculizar a la nueva élite masista. Sin embargo, preguntar (en febrero), el pueblo debe decidir si
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Evo continúa o no y el pueblo decidirá cuál será Originario Campesino (FONDIOC) en inicios
su cariño, cuál será su corazón, cuál será su del año 2015. El Fondo, pensado originalmente
pensamiento, para eso es el referendo” – dijo el para incentivar la inversión productiva en las
vicepresidente a los pobladores de Ayata, mien- comunidades indígenas y cuyos fondos prove-
tras entregaba las viviendas financiadas por el nían de 5% del Impuesto Directo a Hidrocarbu-
gobierno (Página Siete, 2015). Y luego explicitó ros (IDH), resultó servir a los funcionarios del
qué tipo de relación gobierno-pueblo esperaba: MAS, indígenas o no, igual que a las Fuerzas
Armadas y al gobierno en persona para finan-
“A ese cariño, a ese apoyo que nos han dado, nosotros
vamos a responder con obras, no los vamos a aban- ciar actos de corrupción individual y colectiva
donar’, dijo a exigir al alcalde del lugar a utilizar los a favor del oficialismo, sin mencionar las situa-
diez millones de bolivianos de presupuesto, pues de ciones del robo directo. Así, fueron malversa-
agotar el presupuesto, el Gobierno facilitará recursos a
das sumas millonarias sin que ningún proyecto
través de proyectos del programa ‘Evo Cumple, Bolivia
Cambia” (Página Siete, 2015).
productivo se llevara a cabo (Véase Saavedra,
2015). El gobierno se deslindó de las irregula-
ridades y acto seguido se encarcelaron a una
En otra ocasión, en la población Coripata, el serie de dirigentes indígenas y campesinos
vicepresidente seguía con su campaña a favor acusados de haber recibido dinero del Fondo,
del Sí en el referéndum por el cambio constitu- mientras que la ministra de Desarrollo Rural
cional y declaró: “Ustedes deciden quién decide responsable de estos desembolsos, Nemesia
que el pueblo decida, no es Evo el que decide, Achacollo, aunque fue depuesta, no enfrentó
no es Álvaro el que decide, es el pueblo, nos van ningún cargo penal.
a preguntar en el referendo quién decide, si deci-
mos el pueblo sí, si decimos que no, es el pueblo El caso del FONDIOC merece nuestra aten-
no, así va ser la cosa”, mientras entregaba “una ción, puesto que se ha convertido en el símbolo
moderna infraestructura al colegio técnico huma- del clientelismo masista, al desnudar los meca-
nístico ‹Juan Evo Morales›” (Página Siete, 2015). nismos, diseñados conscientemente desde el
Un mecanismo parecido podemos observar ejecutivo, que sirvieron no solo para cooptar y
durante la consulta que se llevó entre las pobla- corromper a varios líderes indígenas y campe-
ciones de TIPNIS quienes tenían que pronun- sinos, sino también para premiar y castigar a
ciarse a favor o en contra de los planes guber- organizaciones y sectores enteros, igual que
namentales de construcción de la carretera, asegurar la perpetuación política del partido.
duramente criticados por los sectores indígenas Según las palabras de Carlos Mamani, profe-
reunidos alrededor de CIDOB y CONAMAQ. El sor de historia y activista indígena de La Paz,
presidente en persona visitó las comunidades en citadas por Saavedra: “el Fondo estaba dise-
cuestión, regalando parabólicos, motores para ñado para favorecer la corrupción, tanto que
lanchas, útiles escolares, dispensas, etc. (Véase podemos decir que éste era su verdadero fin”
Noticias de Indígenas, 2012). (Saavedra, 2016: 6).

Este sistema de prebendas y regalos mostró Varios testimonios indican que los fondos del
su cara corrupta cuando salieron a la luz las irre- FONDIOC se empleaban en campañas electora-
gularidades en el Fondo de Desarrollo Indígena les y referendales del MAS y, la corrupción no era
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la cuestión de excesos individuales, sino un fenó- Efectivamente, el dinero del FONDIOC se


meno generalizado y fomentado por el gobierno. redistribuía entre las cinco organizaciones
Así, Marco Aramayo, exdirector ejecutivo del populares: la CIDOB, la Confederación Sindi-
FONDIOC, actualmente preso, reveló entregas cal de Comunidades Interculturales Originarios
irregulares de dinero para los presuntos “talleres” de Bolivia (CSCIB), la CSUTCB, la Confede-
que en realidad iban destinados a la ceremonia ración Nacional de Mujeres Campesinas Indí-
de posesión del presidente Morales: “Yo recibí genas Originarias de Bolivia -“Bartolina Sisa”
una instrucción expresa, mediante una llamada (CNMCIOB-“BS”) y el CONAMAQ, que formaron
del señor Rodolfo Machaca, que había instrucción en su tiempo el bloque de apoyo al gobierno de
expresa del señor Presidente de entregarles los Evo Morales. Con el tiempo, el Fondo además
recursos del Fondo Indígena a las organizaciones de ser una herramienta de cooptación, se convir-
sociales para llevar gente a Tiwanaku”. (Op.cit.: tió también en un medio muy eficaz de castigo
7) Denuncia confirmada por otro de los dirigentes a los insumisos, de esta manera, los sectores
que fueron parte del Directorio del FONDIOC, Joel indígenas opositores del gobierno fueron margi-
Guarachi, quien describe el manejo indebido del nados o excluidos del reparto de fondos (Véase
dinero para la campaña política del oficialismo e el caso de los guaraníes de Tacovo Mora).
identifica lo sucedido, más que como una anoma-
lía del sistema o un episodio aislado, como una Podemos preguntarnos si dichas prácticas
estrategia gubernamental premeditada: clientelistas consiguen efectivamente asegurar
el apoyo incondicional de la población hacia
“Con la moral en alto y la conciencia tranquila, quere- el partido del gobierno. Los acontecimientos
mos denunciar que esto es solo una estrategia para
recientes nos muestran que su alcance resulta
matar al campesino indígena originario y para matar
los 500 años de resistencia y reserva moral. […] Pero, bastante reducido frente a la cultura política de
la forma de manejo del Fondo Indígena no fue ideada insumisión (ama llunk’u) de las clases populares
por nosotros, fue ideada por el Gobierno… […] Abso- en Bolivia, como prueban las palabras del presi-
lutamente, sin temor a equivocarme, el Presidente, el dente de juntas vecinales de El Alto (Fejuve),
Vicepresidente, los ministros, han entregado en las
Óscar Ávila quien, en reacción al chantaje elec-
comunidades los proyectos del Fondo Indígena, como
si fuera gestión de ellos, han hecho campaña política toral “obras por votos” del presidente, contestó:
con eso” (Erbol, 2015a). “El Presidente se ha equivocado, al pueblo no
se le puede condicionar para que vote (…)”
(Rivas, 2015). Basta decir que Evo Morales va
Como denuncia con pruebas la periodista perdiendo apoyos en lugares que anteriormente
Amalia Pando en defensa de uno de los dirigen- eran sus resguardos electorales: en las eleccio-
tes implicados: nes subnacionales de marzo de 2015 el oficia-
“Si a Damián Condori lo meten preso tienen que lismo perdió la gobernación del departamento
meter preso a todos los del Pacto Unidad [pacto de de La Paz y la alcaldía de las ciudades La Paz
varias organizaciones indígena populares en apoyo y El Alto, lugares simbólicos para el “proceso
al “proceso de cambio”], porque todos recibieron la de cambio”; en el referéndum autonómico del
misma cantidad de plata. La exministra Nemesia Acha-
septiembre de 2015 promovido por el MAS, el
collo les compró vehículos flamantes con recursos del
Fondo Indígena para que hagan la campaña por el No antimasista ganó rotundamente en todos
MAS” (Saavedra, 2016: 7). los departamentos andinos, siendo Potosí el
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que lideró el rechazo. Finalmente, tenemos la lización de la disidencia (el palo), estas últimas
derrota del binomio Morales-García en el refe- visibles, por ejemplo, en la violenta represión
réndum por la reelección de febrero de 2016, de los indígenas marchantes por el TIPNIS en
donde se impuso el No, aunque con un escaso Chaparina (2011) o de los guaraníes defensores
margen: 51.29% frente a 48.71% (OEP, 2016). del territorio en Takovo Mora (2015). Además de
la fuerza bruta ejercida contra los inconformes
Estos hechos se vinculan con el desacredito con las políticas de centralización antidemocrá-
que a nivel simbólico ha sufrido el masismo y el tica y de la primarización económica, el gobierno
mismo presidente Morales visible en los gritos en de Evo Morales emplea estrategias más sutiles
contra de “los llunk’us masistas”, de los mineros como la deslegitimación discursiva, la infiltración
potosinos liderados por el Comité Cívico Potosi- y la división de las organizaciones opositoras (el
nista (COMCIPO) que paralizaron la ciudad de caso del CONAMAQ y de la CIDOB). De esta
La Paz el mes de julio de 2015, y la marcha de las manera, el clientelismo oficialista está reforzado
organizaciones sociales de El Alto (CONAMAQ, por las medidas de persuasión menos amistosas
Confederación Sindical Única de los Trabajado- que, además de romper las resistencias tienen el
res Campesinos de Bolivia CSUTCB, Bartolinas objetivo de demostrar que la postura del llunk’u
Orgánicas, SOL.bo, etc.), los días anteriores al es la única posible y deseable. Los insumisos
referendo constitucional de febrero de 2016, a se arriesgan a perder no solo las prebendas y
favor del No y en reacción a la muerte de seis beneficios que trae consigo el nuevo poder, sino
personas en el incendio provocado presunta- incluso sus vidas y libertades (Erbol, 2015b).
mente por los militantes del MAS en la Alcaldía Se convierten en enemigos internos, traidores
alteña, donde los movilizados: a la patria y agentes del imperio, conforme un
discurso reciclado de los tiempos dictatoriales
“(…) traían consigo muñecos que representaban al
de Banzer (1971-1978). De ahí, frente a la insu-
presidente Morales y a sus llunku’s, los cuales fueron
amarrados a los vehículos. […] Los muñecos fueron ficiencia del clientelismo clásico de “obras por
quemados, mientras el cantautor Luis Rico interpre- votos”, el gobierno llega a emplear su versión
taba Coraje en honor a los caídos en la Alcaldía de El mucho menos pacífica en tono de amenaza:
Alto” (Página Siete Digital, 2016). “votos o garrotes”.

En ambos casos, el rechazo al oficialismo se


expresa a través del desprecio que sienten los Conclusiones
sujetos rebeldes por el “llunkerío” de las nuevas
clases políticas. Si al definir el clientelismo, mencionamos que
este se deriva de la incorporación política de
Frente a esta creciente oleada de descontento grandes masas anteriormente excluidas, sin tras-
indígena popular que inició simbólicamente toda- tocar la desigualdad estructural de la sociedad,
vía en el año 2010 con el rechazo de las masas no debe sorprendernos que sea precisamente
alteñas al “gasolinazo” y tomó fuerza con la en la época de Evo Morales cuando incrementa,
marcha de TIPNIS en 2011, el gobierno no solo en vez de disminuir, el clientelismo político. En
incrementa las medidas clientelistas (la zana- Bolivia, dada su especificidad étnica y cultural,
horia), sino que aplica la represión y la crimina- el fenómeno clientelista se llena de significados
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propios, derivados del concepto del llunk’u, con de las fuerzas indígenas-populares, hoy en día
la diferencia, comparando con los tiempos pasa- parece cerrarse de manera inquietante, y el
dos, que actualmente el llunkerío se lleva en el ideal de “mandar obedeciendo” soñado por las
seno de los mismos “hermanos indígenas” sin bases fue, hace tiempo ya, sustituido por el “yo
la necesidad de intervención de un patrón crio- mando y tu obedeces” presidencialista. Existe,
llo-mestizo. Así, la llegada al poder de un repre- sin embargo, la esperanza de que el alcance del
sentante de las clases subalternas no solo no clientelismo político en Bolivia sea limitado por
modificó las relaciones de poder que daban vida la tradición insumisa de las masas populares:
al fenómeno clientelista, sino que las reforzó, el futuro no tan lejano mostrará si el ama llunk’u
al adoptar el nuevo gobierno posturas señoria- subversivo logrará imponerse sobre las tenden-
les, autoritarias e intolerantes frente a cualquier cias autoritarias y la longeva cultura clientelista
disidencia. La democracia boliviana tradicional- de la sociedad boliviana.-
mente restringida que se abrió con el desborde

Notas
1
El artículo forma parte de la investigación titulada “Nacionalismo construir una carretera transnacional a través del parque, violando
e identidades étnicas en la Bolivia del MAS”. su intangibilidad y los derechos territoriales y de consulta a los
2
La Guerra del Agua (2000) fue una insurrección popular en pueblos indígenas que lo habitan, la población en cuestión protestó
Cochabamba contra la privatización del agua por la empresa Aguas al organizar una gran marcha a la sede del gobierno en La Paz
de Tunari del Consorcio Bachtel durante el gobierno neoliberal del (2011). La movilización fue apoyada por la CIDOB y el CONAMQ,
ex dictador Hugo Banzer Suárez. La Guerra del Gas (2003) fue otra como también por numerosos sectores sociales no indígenas. El
de las poderosas protestas sociales, esta vez en defensa del gas gobierno de Evo Morales respondió con descalificaciones de los
boliviano y por la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. marchantes, su acoso verbal y físico y su clasificación como “agentes
Sus demandas se resumían en la nacionalización de hidrocarburos del capitalismo verde” manipulados por las ONG.
4
y la convocatoria a una Asamblea Constituyente. Bajo la presión del El decreto presidencial sobre la nacionalización de hidrocarburos
movimiento popular, el 17 de octubre de 2003 el presidente Sánchez del 1 de mayo de 2006, en realidad nacionalizaba el 50% + 1 de
de Lozada tuvo que abandonar su cargo y salir del país. las acciones de las empresas transnacionales, sin estatalizar ni
3
TIPNIS – Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Secure, expropiarlas. Fue una renegociación de contratos que les permitió
ubicado en el departamento de Beni (prov. Moxos) y Cochabamba a las empresas seguir funcionando en el suelo boliviano a cambio
(prov. Chapare). Debido a los planes del gobierno masista de de pagarle al Estado boliviano mayor excedente.

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