ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA DE CHIMBORAZO

FACULTAD DE RECURSOS NATURALES

INGENIERÍA EN ECOTURISMO

NOMBRE: Vanessa Campoverde

SEMESTRE: Octavo “A” FECHA: 6 de Noviembre del 2017

Análisis Crítico del Museo Paquita de Jaramillo

Riobamba, es cuna de la nacionalidad ecuatoriana, por ser el lugar donde se firmó la primera

Constituyente; además, tiene una buena viabilidad de acceso, una excelente infraestructura

hotelera y sobre todo la calidez de su gente que presta y ofrece el afecto a propios y extraños.

Esta ciudad ecuatoriana perteneciente a la región andina, es rica no sólo por sus recursos

naturales y culturales, sino por su historia; la que se encuentra poco olvidada, pero se guarda en

sus museos, en esas colecciones como elemento vivo de la cultura, que van conectando los

tiempos. Pues que mejor guardadas estas reliquias que en un museo ya que “entrar en un museo,

es como viajar en el tiempo”, además con un guía interpretativo, la transmisión de información

de estos recursos permitirá encender la imaginación y asimilar que existieron seres humanos

formidables en las batallas contra la pobreza, el desencanto y la exclusión; y que como

ecuatorianos no se puede dar el lujo de olvidar de donde se viene y de donde nace el pueblo

ecuatoriano.

Los museos han sido aprovechados como una atracción principal para los turistas en muchas

ciudades; en algunos casos, ayudan a definir el producto turístico general del destino y en otros

forman el elemento esencial de producto turístico. Por tanto, es importante que un producto

turístico lleve consigo un enfoque sistémico que sea utilizado de manera recurrente para

describir la actividad turística.

En cuanto al Museo Paquita de Jaramillo, los potenciales visitantes del museo principalmente

son estudiantes ya que, mucha de las personas que llegan a Riobamba desconocen su dirección.

Por tanto, las visitas al parecer son más académicas que por turismo.

El museo se encuentra ubicado en la parte subterránea de la Casa de la Cultura Núcleo de

Chimborazo, razón por la que existe o podría existir un problema de deterioro de las piezas

arqueológicas; debido al ambiente y al lugar que ocupa el museo, ya que un problema para esto

podría ser la humedad, que provoca la aparición de moho sobre las piezas, ocasionando de tal

manera su deterioro. Además, el lugar donde se encuentra es muy pequeño para ordenar de tal

forma las piezas; para evitar este problema, la Casa de la Cultura debería gestionar para

implementar un cuarto para que se exhiban todas las piezas incluso las que actualmente, no se

encuentran en el museo. Pues, los especialistas conocen lo que hay en los depósitos y no se

conoce si estos, están siendo conservados ya que no los exhiben al público que visita el lugar.

Por lo que, deberían tener en cuenta que la restauración, conservación y protección del recurso,

será la única manera que se tendrá vivo el patrimonio cultural histórico.

También, se puntualiza los riesgos de la evacuación de aguas, que tendría que realizarse por

medios mecánicos; frente al caso de un eventual deterioro del equipo, y las colecciones que se

guardan en la parte baja estarían en peligro de perderse.

El museo arqueológico podría necesitar una infraestructura moderna, con amplios espacios para

explicar el desarrollo cultural, con depósitos preparados para resistir problemas naturales como

un movimiento sísmico de un terremoto. Este museo es el escenario de la historia de las

primeras civilizaciones de la historia, por tanto, es parte de la humanidad y para ser expuesto y

compartido con los demás, se necesita un gran museo.

En cuanto a las condiciones ambientales, de iluminación y electricidad, este lugar no cuenta

con las condiciones necesarias para el desarrollo de un museo. Un ejemplo es, la proximidad
de la fuente de luz a las piezas, que probablemente provocará con el tiempo la decoloración

gradual de estos fragmentos.

Asimismo, otro de los grandes problemas que enfrenta actualmente el museo; desde el punto

de vista exterior, es la compenetración que se tiene entre el museo y el público en cuanto a la

captación del mismo. Se tienen diversas variantes que conducen al problema de este lugar;

varían desde su ubicación, el desinterés y estigma que compete al museo para con el público en

general, como la estructura misma o la publicidad. Se podría introducir aquí el “antes”, en

sentido de estudios previos de la demanda y así conocer, desde sus gustos e intereses, para un

futuro rendimiento y longeva existencia del museo.

De acuerdo con la interpretación del patrimonio, considerando los recientes progresos

electrónicos, es posible presentar la información en otras formas. Las cuales podrían ser

técnicas que se pueden usar para traer a los turistas aún más operativamente al campo de la

exposición; donde, se podrían utilizar grabaciones sonoras y de video, para enriquecer la

presentación con detalles difíciles de comunicar verbalmente. En este museo, pueden surgir

problemas de comunicación, puesto a que las personas que hablen idiomas y dialectos diferentes

o que no hablen el inglés corriente, puede provocar que la información no sea entendida. En

este sentido, entonces el uso de dispositivos electrónicos, para perpetuar el carácter viviente de

los temas de la exposición, podría reforzar en la mente del observador. La idea es que, a través

de estas exposiciones, los habitantes del lugar en especial; se observen, se reconozcan y se

valoren.

El enfoque sistémico resulta fundamental para analizar la actividad turística de manera integral

o cohesión social con el Museo Paquita de Jaramillo, incluyendo su estructura, la relación con

el contexto en el que se desarrolla, y su finalidad, de a mejorar la calidad de vida de sus actores.

Cabe aludir que el ideal, es que la gente visite el museo, pero no todo el mundo puede hacerlo;
entonces, en esos casos es responsabilidad de los actores encargados de ir a ellos, buscar ese

público que se ha determinado como público objetivo.

Por lo que, el museo presentaría dos grandes retos para el mismo: “atraer nuevos visitantes” y

“gestionar de forma óptima esa experiencia”, de tal modo que los visitantes no solo repitan su

visita, convirtiéndose en visitantes asiduos, sino que se transformen en portavoces de los valores

y utilidades que ofrece esa experiencia de participación en la vida del museo, y se lo

comuniquen a sus allegados, familiares, amigos, etc.; incitándoles a que ellos también vivan

esa experiencia.

De esa manera, el museo se convertiría en un prestador de servicios culturales, con una oferta

dirigida no sólo a un ámbito que podríamos calificar como profesional, sino también a un

ámbito de consumo o disfrute cultural, más cercano al mercado del ocio cultural y de la

disposición del tiempo libre de los ciudadanos.

Para concluir, este breve análisis manifiesta, la gran importancia que puede conllevar a conocer

lo que el visitante espera del museo y su opinión sobre el mismo tras la visita, teniendo en

cuenta, las posibles áreas de actuación y mejora, que permitan ofrecer una experiencia

satisfactoria a ese visitante, ubicada en el punto de equilibrio entre las necesidades individuales

del visitante y las funciones atribuidas como propias al museo. Sin olvidar que, un visitante

satisfecho es un visitante que repite y a su vez, atrae a nuevos visitantes.

Además, se debe añadir que la experiencia del visitante y la opinión personal que se va a generar

en torno a la misma, no va a depender únicamente de los objetos expuestos o el discurso

expositivo planteado; sino que también, la percepción del visitante va a venir también

condicionada por el estado de las instalaciones, por la accesibilidad y comprensibilidad de las

informaciones complementarias a los objetos expuestos.