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SEMESTRE : 2018-1
Detallar las funciones que cumplirá el internet de las cosas en función del
mejoramiento del desarrollo de la sociedad.
JUSTIFICACION
Internet evoluciona para convertirse en el Internet de las Cosas que, a su vez, con el tiempo
se transforma en el Internet de Todo, y a las personas, las Administraciones locales y los
países les quedan profundas dudas económicas, sociales y hasta filosóficas. ¿Cómo
encauzar la evolución en beneficio de la sociedad? ¿Qué impacto económico tendrá?
¿Quiénes la liderarán? ¿Quiénes ganarán y perderán? ¿Será una evolución inevitable o,
incluso, deseable? En el workshop de la Fundación Bankinter sobre el Internet de las Cosas
se debatió acerca de todos estos fascinantes y peliagudos temas. Existe una analogía
biológica entre Internet y la evolución humana que resulta especialmente apropiada, porque
el Internet de Todo desde luego que incluirá la humanidad. Ya tenemos dispositivos con
conexión a Internet pegados a las orejas, e incluso hay quien lleva aparatos incrustados
que están conectados con su médico. Kevin Kelly describe el progreso tecnológico como
parte inherente de la evolución humana en su nuevo y fascinante libro What Technology
Wants. El Internet de Todo es un paso natural que hay que dar en este proceso en el que
el mundo de lo «construido» se integra cada vez más con el mundo de lo «nacido». A
medida que avanza la evolución, lo que quizá resulte aún más intrigante es que se pueda
pensar en Internet como algo que transporta átomos, no sólo bits. Podemos capturar la
esencia de un objeto físico en un diseño, trasferir el diseño por Internet y después construirlo
con una impresora tridimensional. No será el teletransportador de Star Trek, pero se trata
un concepto incipiente que requiere una perspectiva completamente nueva y que conlleva
nuevos conceptos sobre estándares en Internet. ¿Con qué se sustituirán el protocolo
TCP/IP cuando necesitemos estandarizar el transporte atómico?; y ¿cómo se creará el
nuevo estándar? Desde una perspectiva más inmediata y menos filosófica, cabe
preguntarse qué implicaciones económicas conlleva un mundo en el que más y más cosas
se relacionan on-line. ¿Qué sectores acusarán el mayor impacto? En este punto, considero
fácil argumentar que los cuidados sanitarios desempeñarán un papel de liderazgo. El paso
de los cuidados sanitarios del hospital a los hogares se verá facilitado en gran medida por
todo tipo de dispositivos de detección conectados a médicos y cuidadores. Por ejemplo, por
un precio simbólico hoy se puede comprar una báscula que además del peso mide el nivel
de hidratación y el porcentaje de grasa corporal. Añada una medición del pulso, conéctelo
a Internet y podrá obtener un monitor excelente para pacientes con insuficiencia cardiaca y
propensión a retener líquidos. Los ejemplos son muchos y el potencial de ahorrar costes y
mejorar los cuidados resulta sorprendente. Otro ámbito donde la conexión de cosas a la
Red supondrá una revolución es el de la energía. Es necesario «gestionar el uso» de las
redes eléctricas inteligentes a través de dispositivos conectados que transfieren cargas de
trabajo secundarias a las horas bajas, en las que las tarifas son menores. Se pueden
alcanzar ahorros de hasta un 20%. De la misma forma, las microredes requieren una
«gestión de fuentes» distribuida, una vez más algo que los dispositivos on-line serán
capaces de proporcionar. (Feller, 2011)
La exclusiva atención a los productos de consumo desconoce que la mayor parte
de aplicaciones del Internet de las Cosas se ha producido fuera del ámbito
doméstico. En efecto, la gran mayoría de usos del IoT se encuentran en casi todos
los sectores industriales. Las suministradoras de gas y petróleo por ejemplo
dependen de sensores de energía interconectados digitalmente. Las empresas de
transporte y navegación utilizan tecnologías de IoT para el seguimiento de vehículos
y paquetes. Los sistemas médicos se basan cada vez más en dispositivos de
monitorización, diagnóstico y tratamiento conectados a Internet. Las empresas
manufactureras emplean sistemas IoT para gestionar el manejo de materiales, la
optimización de inventarios y la conexión de sistemas robóticos. Las
administraciones locales son cada vez más un ámbito relevante del IoT en el sentido
de que los servicios públicos municipales, el alumbrado, los sistemas de control del
tráfico y otras aplicaciones inteligentes de las smart cities3 forman ahora parte del
ecosistema del Internet de las Cosas. Todos los sectores económicos, desde la
agricultura hasta la venta al por menor, hoy son entornos en los que el ciberespacio
“toca” el mundo físico. Y estos sistemas de IoT, aunque a menudo utilizan algunas
tecnologías patentadas, también dependen de los protocolos subyacentes y de las
infraestructuras abiertas de red de Internet o se conectan a Internet para funciones
de administración y control. Por todo ello, este libro examina las claves tecnológicas
del Internet de las Cosas, sus riesgos y elementos disruptivos, así como también
las aplicaciones prácticas ya en uso más frecuentes. Hay que tener en cuenta cómo
el IoT tiene el potencial para generar nuevos y mejores modelos de negocio y
procesos de gestión en prácticamente todos los sectores de la economía, desde la
agricultura hasta la investigación científica de vanguardia, y ofrece asimismo
ventajas y oportunidades sin precedentes a los ciudadanos individuales, a las
empresas y a las administraciones públicas. Pero, en verdad, el Internet de las
Cosas carece de una regulación jurídica propia y autónoma. Sin embargo, plantea
un buen ramillete de nuevos desafíos legales, fundamentalmente en la protección
de la intimidad-privacidad en relación con el tratamiento de datos y la ciberseguridad
de los sistemas. Ante la falta de un grupo normativo particular, este libro ofrece
también un marco jurídico general, examinando asimismo su problemática jurídica
y proponiendo, igualmente, soluciones prácticas en aspectos claves como son los
relativos a la titularidad de los datos recopilados y generados en entornos IoT, la
circulación y el acceso a los datos, o incluso la evaluación de impacto para asegurar
el cómplice de los sistemas del Internet de las Cosas por parte de los fabricantes,
integradores y demás actores involucrados. (Andrés, febrero de 2018)
Dado el constante crecimiento de la población, el impacto de las industrias sobre el
medio ambiente y la necesidad que se evidencia día a día de crear estrategias que
permitan proteger, controlar y optimizar el uso de los recursos naturales, queremos
mostrar la evolución que está teniendo un nuevo campo tecnológico llamado
“Internet de las cosas” el cual a través del tiempo va tomando fuerza y se presenta
como una oportunidad y aliado para el cuidado y protección del medio ambiente
dado que provee información relevante para los gobernantes y puede ser usada
como una herramienta de apoyo para la toma decisiones a corto plazo con el fin
proteger el ecosistema de su región. Con esta revisión se pretende identificar y listar
diferentes alternativas que proporciona esta nueva tecnología, evidenciar el impacto
que pueden generar en busca de la sostenibilidad del medio ambiente, resaltar la
oportunidad que se presenta para las ciudades en esta nueva era de ciudades
inteligentes que buscan por medio de la tecnología y la conectividad proveer
información valiosa no solo para el comercio y los negocios sino también para la
protección del medio ambiente. El término Internet de las Cosas implica el estudio
de diversos temas generales como son: Sensores: que son dispositivos que reciben
y recopilan la información; el mismo internet: que se encarga de “transportar” la
información obtenida; el Almacenamiento: que tiene que ver con los repositorios
para mantener todos los datos obtenidos y el Aprovechamiento de la información:
el cual define qué hacer con la información recopilada. La unificación de estos
aspectos será la base de las Ciudades Inteligentes, en las cuales se pueden abarcar
temas como Contaminación del medio ambiente, seguimiento y control de fugas y
desperdicios de recursos hídricos, mejoramiento y optimización de los sistemas de
alumbrado público y la Movilidad en general Dado el crecimiento constante de las
poblaciones y el consumo desmedido de los recursos naturales vemos en el internet
de las cosas la oportunidad de identificar casos específicos donde se está fallando,
crear estrategias que permitan establecer controles y medidas al consumo de estos
recursos. Como limitaciones para la implementación de esta investigación
identificamos que por ser un tema que es relativamente nuevo, aún no se cuenta
con la infraestructura tecnológica requerida y es importante la socialización para
despertar el interés en las bondades y beneficios que esta tecnología nos puede
aportar. (ESCOBAR, 2017)
(GEOVANNY, 2015)Cada vez más la población a nivel mundial, nacional y local
utilizan las nuevas innovaciones tecnológicas para facilitar el vivir diario de alguna
forma, donde el internet de las cosas encaja de una manera extraordinaria en ese
contexto de necesidad, sin embargo las cuestiones de seguridad también se
vuelven bastante relevantes al momento de utilizar este tipo de tecnologías y
revolucionar la manera de comunicación entre los objetos y, más aun con el nuevo
protocolo de comunicación IPV6 que garantiza direcciones IP para muchos años.
De igual manera así como hay beneficios, también existen desafíos. En el momento
en que un objeto se vuelve parte de un entorno interconectado, es necesario
considerar que estos dispositivos han perdido seguridad física o lógica, ya que
posiblemente se encontrarán localizados en entornos inhóspitos y serán accesibles
al instante por individuos con malas intenciones. Los atacantes podrían interceptar,
leer o modificar información, y podrían manipular sistemas de control y modificar la
funcionalidad.
Hoy el internet de las cosas es algo común en la vida de casi todo ser humano. El
internet de las cosas es un sistema de recopilación de datos que hace más fácil la
vida de las personas optando por soluciones prácticas En los hogares, un ejemplo
ideal del funcionamiento del internet de las cosas comienza cuando suena tu
despertador por la mañana y en ese preciso instante tu cafetera comienza a
preparar el café tal y como te gusta. Al lavarte los dientes, tu cepillo detecta una
caries y programa una cita con el dentista, tu refrigerador te dice cuáles de los
alimentos van a expirar y de los que ya no hay hace una lista y los ordena el
supermercado. Incluso tu propio retrete puede darte información de si algo anda
mal. Sin duda, el posible futuro mega conectado a internet acarrea ciertos
problemas y situaciones indeseables. Pensemos en que si cada persona está
rodeada por entre 1000 y 1500 objetos cotidianos, si todos estuvieran conectados a
internet, la cantidad de datos que habría que procesar son infinitos. En
infraestructura todavía se trabaja en mejoras pero ya existen compañías que se
dedican a guardar toda la información, como Sigfog. Para los usuarios el miedo
más inminente es el de ser hackeados, que alguien pueda entrar a tu casa por
medio de una fuga de información. Con esta otra revolución industrial quizá sí nos
convirtamos en victimas de muchos más peligros.
CONCLUSIONES
Deben ser mencionadas las ventajas para reconocer los beneficios que nos
traerá el empleo de este nuevo sistema de internet.