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1.

La democracia representativa se caracteriza por un menor activismo de los


ciudadanos, el cual se reduce a elegir al representante popular el día de las
votaciones, los promotores de esta visión se enfocan en el perfeccionamiento de los
sistemas electorales: organismos autónomos, elecciones libre, equidad en la
elección, representatividad en los órganos del Estado, etcétera. La democracia
directa se opone a la democracia representativa en el hecho de que en esta última se
designas delegados o representantes del pueblo, a través de un mecanismo electoral,
que serán los que en últimas instancia tomarán las decisiones relevantes para la
sociedad y el Estado. En cuanto al pluralismo democrático, este implica la
oportunidad de participación en el poder político de todas las clases que forman el
pueblo en un país determinado con los consiguientes puntos de vista de todos los
problemas públicos. Todo esto supone una sociedad heterogénea, tal como ocurre
en otras democracias avanzadas, con una coexistencia de las distintas clases
sociales. Y la característica diferenciadora de la democracia protagónica es que es
aquella que esta sujeta hacer una participacion masiva de la sociedad que este sujeta
al cambio y que se deje atras la actitud desinteresada y poco colaboradora con el
progimo y así poco a poco poder llevar al pais a una transformación.

2. Colombia mantiene una democracia participativa. Son mecanismos de participación del


pueblo en ejercicio de su soberanía: el voto, el plebiscito, el referendo, la consulta popular,
el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato. La ley los
reglamentará. (artículo 103).

La Constitución de 1999 de Venezuela, en su propio preámbulo, asume como uno de sus


mayores propósitos el de establecer “una sociedad democrática, participativa y protagónica,
multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide
los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la
integralidad territorial, la convivencia y el imperio de la Ley para ésta y las futuras
generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la
justicia social, y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna” (el subrayado es
nuestro). De esta breve reseña surgen declaraciones de profundas implicaciones en términos
de la concepción del estado, de la sociedad y de las políticas públicas (de ahí los
subrayados): Estado federal y descentralizado, bajo el principio de la integralidad
territorial; sociedad participativa y protagónica; Estado garante de los derechos, bajo los
principios de la universalidad y la equidad. De estos enunciados pudiésemos inferir las
características del modelo de gobierno que desde un punto de vista estrictamente formal y
prescriptivo propone la Constitución: Descentralizado y coordinado; participativo; y
orientado hacia el logro de objetivos, asociados con el acceso y disfrute de derechos
humanos. Todas estas características estarían destinadas a profundizar la democracia
(Carucci: 2005).
Para este punto tomo como autor a Robert Dahl, quien junto con otros autores, plantea:

"La teoría de la democracia participativa está constituida alrededor del principio central que
los individuos y sus instituciones no pueden considerarse aisladamente unos de otros. La
existencia de instituciones representativas a nivel nacional no es suficiente para que haya
democracia. Para alcanzar la máxima participación de todos en el nivel de la socialización,
o capacitación y entrenamiento social (social training) para la democracia, ésta debe
ubicarse asimismo en otras esferas para que puedan desarrollarse las necesarias actitudes
individuales y las cualidades psicológicas.
Ambos conceptos de Democracia son similares entre estos países, sin embargo en el caso
de Venezuela no se cumple exactamente. Hay una falla evidente en el sistema democrático
venezolano, pues se incumple el principio que busca que este no se concentre en una sola rama,
y además, se viola el criterio democrático de participación efectiva, debido a que, aún con
la oposición como mayoría en la Asamblea, su participación es irrelevante ante las atribuciones
del poder ejecutivo, es decir, sin importar la mayoría opositora, el presidente, bajo las
capacidades concedidas por el Tribunal Supremo de Justicia, tiene más poder y limita la
participación de la oposición.

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