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Revista de Psicopatología y Psicología Clínica

Vol. 2. N° 2. pp. 137-153, 1997

LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA DE LAS


PREOCUPACIONES HIPOCONDRÍACAS
M* Pilar Martínez Narváez-Cabeza de Vaca^
Amparo Belloch Fuster^
Cristina Botella Arbona^
' Universitat de Valencia
^ Universitat Jaume I, Castellón.

RESUMEN

En los últimos anos se ha producido un aumento dei interés por el estudio de


la hipocondría, tal y como se revela en ei aumento de publicaciones referidas a este
trastorno. Paralelamente, se han producido progresos significativos en diversos
ámbitos, entre ellos, ei que hace referencia a la evaluación psicológica del misnw.
En el presente trabajo se recogen las indicaciones más relevantes, en opinión de las
autoras, para llevar a cabo la evaluación psicológica de la hipocondría: pautas para
ia entrevista de evaluación y principales instrumentos de valoración. Finalmente, se
sugieren algunos aspectos a considerar en ios futuros trabajos de investigación sobre
la evaluación de las preocupaciones hipocondríacas.

Palabras clave: hipocondría, evaluación psicológica, entrevista, instrumentos psi-


cológicos.

ABSTRACT

The interest in the study of hypochondríasis has been increased in the last few
years, such as is revealed in the number of pubiications about the disorder.
Subsequently, there has been a remari<abie progress in the knowledge of this
psychopathological condition, as well in their psychological assessment. This paper
includes the main components to be considered to the psychological assessment of
hypochondríasis: the guidelines to the assessment inten/iew and the príndpai measure
Instruments. Finaily, some suggestions for future research about the assessment of
hypochondriacai preoccupations are offered.

Key words: hypochondríasis, psychological assessment, interview, Instruments

Correspondencia: M» Pilar Martínez Nan/áez-Cabeza de Vaca. Facultad de Psicología. Departament de Personalitat,


.i,,=,.iA ¡I TrortamÁnts
Avaluado Tractaménts Psicoloolcs.
Pslcologlcs. Avoda.
Avgda. Blasco IbáOez 21
21. 46010-Valencia.
138 M. P. MARTÍNEZ, A. BELLOCH Y C. BOTELLA

INTRODUCCIÓN la década de los 90 el interés de la evaluación


Los pacientes hipocondríacos y/o soma- se ha centrado en elaborar instrumentos para
tizadores constituyen un porcentaje importante la identificación de subtipos de hipocondría tales
de los usuarios de los servicios públicos de como la fobia a la enfemiedad (p. ej., Escala
salud. De hecho, una parte considerable de los de Preocupaciones por la Enfermedad -lllness
recursos sanitarios se dedica a dar respuesta Concems Scale, ICS- de Wesner y Noyes, 1991);
a esta denfianda. La repercusión que conlleva modalidades específicas de temores hipocon-
para la red sanitaria la no identificación o el trato driacos tales como la fobia cardíaca (p. ej..
inadecuado de este tipo de pacientes, se deja Cuestionario de Ansiedad Cardíaca -Cardiac
sentir básicamente a dos niveles. En primer Anxiety Questionnaire, CAQ- de Eifert, Seville,
lugar, estos pacientes perturban la dinámica de Brown, Anthony y Bariow, 1992); y procesos
funcionamiento al acaparar una parte sustancial cognitivo-perceptivos involucrados en el desan-o-
de los medios humanos y técnicos disponibles llo de los problemas hipocondríacos tales como
a través de consultas médicas recurrentes, la tendencia a amplificar los síntomas corpora-
ingresos hospitalarios, uso o demanda injustifi- les (p. ej., Escala de Amplificación Somato-
cada de pruebas clínicas, etc. En segundo lugar, sensorial -Somatosensory Amplification Scale,
y consecuentemente con lo anterior, consumen SSAS- de Barsky, Wyshak y Klennan, 1990).
una porción importante de los presupuestos eco- Por otra paríe, en los últimos afíos también
nómicos destinados a cubrir los gastos de sa- se ha prestado gran atención al estudio de las
nidad. propiedades que debe poseer, tanto en términos
Dadas las consecuencias que puede ocasio- de forma como de contenido, la entrevista de
nar la hipocondría -y ios problemas de soma- evaluación con pacientes que presentan preocu-
tización en general- en el sistema público sa- paciones hipocondríacas. Entre los autores que
nitario, amén de las que genera a la propia más han analizado este aspecto destacan Sal-
persona que la padece (p. ej., malestar emocio- kovskis y Warwick, quienes han señalado, como
nal), no resulta sorprendente que en las últimas aspectos básicos a contemplar en la entrevista,
décadas se hayan elaborado diversos instru- la diferenciación entre la hipocondría y otros
mentos para la detección eficaz de este tipo de posibles trastomos, la exploración de las carac-
trastorno. Una de las primeras medidas utiliza- terísticas del problema, y la resolución de los
das fue la escala de Hipocondríasis del Inven- conflictos que pueden surgir en la relación te-
tarío de Personalidad Multifásico de Minnesota rapéutica.
(MMPI) construida por Hathaway y MacKinley El presente trabajo tiene como finalidad
en 1943. Varías décadas más tarde, se confec- describir la evaluación de la hipocondría. Para
cionaron los dos instrumentos más utilizados ello, y atendiendo al estado actual de conoci-
para la evaluación de la hipocondría y la con- mientos en este ámbito, se plantean las pautas
ducta anormal de enfemnedad: el Cuestionario más adecuadas a seguir durante la entrevista
de Conducta de Enfermedad (lllness Behaviour de evaluación con el paciente, así como los
Questionnaire, IBQ) de Pilowsky y Spence cuestionarios de auto-informe estandarizados a
(1983), y las Escalas de Actitud hacia la En- utilizar para la valoración de la sintomatología.
fermedad (lllness Attitude Scales, lAS) de Kellner
(1986). A partir de la publicación de la tercera
versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de GUÍA PARA LA ENTREVISTA DE
los Trastornos Mentales, DSM-lll (APA, 1980) EVALUACIÓN
y sus revisiones posteriores DSM-lll-R y DSM- La entrevista de evaluación de un paciente
IV (APA, 1987,1994), empezaron a diseñarse que presenta preocupaciones desmesuradas por
entrevistas diagnósticas para la identificación su salud persigue tres objetivos (Warwick, 1995).
de la hipocondría de acuerdo con los criterios El primero de ellos consiste en verificar que el
diagnósticos contemplados en estos manuales. paciente padece un trastorno hipocondríaco y
Así, aparecen las Entrevistas Clínicas Es- no otro tipo de desorden físico o psicológico. El
tructuradas de Spitzer, Williams, Gibbon y First segundo es el de elaborar una explicación
(1990) y de Barsky, Cleary, Wyshak, Spitzer, detallada de la psicopatología del paciente, de
Williams y Klerman (1992). Asimismo, durante tal manera que se pueda realizar una fonmulación
PREOCUPACIONES HIPOCONDRIACAS 139

psicológica apropiada de su problema. Además, el diagnóstico diferencial de la hipocondría, pues


hay que cerciorarse de que el tratamiento también es cierto que ambas condiciones pue-
cognitivo-comportamental que se pretende apli- den coexistir. Asi, cuando esté presente un
car es el idóneo para el paciente al que va trastomo orgánico es posible establecer un diag-
destinado. El tercer objetivo estriba en estable- nóstico de hipocondría en los cuatro casos si-
cer una adecuada relación terapéutica. Este guientes (Schmidt, 1994): 1) el sujeto interpreta
objetivo no es, desde luego, especifico de la catastróficamente la información médica acerca
hipocondría, pero reviste una especial importan- de la enfermedad; 2) no se tranquiliza cuando
cia con este grupo de personas. Por ello, resulta el médico le confinna el pronóstico favorable de
del máximo interés procurar que el paciente la enfermedad; 3) su temor o creencia se basa
perciba la evaluación como satisfactoria y com- en síntomas físicos independientes de la enfer-
pleta y al terapeuta como empático y compe- medad; y 4) las preocupaciones hipocondríacas
tente, lo que facilitará que acepte el tratamiento son previas a la aparición de la enfermedad.
También hay que descartar la presencia de
propuesto.
otras psicopatologías tales como los trastornos
Partiendo de este triple objetivo y basándo-
del estado de ánimo (p. ej., depresión) y los
nos en las aportaciones de Saikovskis (1989)
trastornos de ansiedad (p. ej., trastomo por
y Warwick (1995), se plantean a continuación
angustia, trastomo por ansiedad generalizada y
un conjunto de directrices generales que pue-
trastorno obsesivo-compulsivo), que pueden
den servir como guía para la entrevista de eva-
presentar características clínicas similares a
luación de la hipocondría.
las de la hipocondría (Chorot y Martínez, 1995;
Martínez, 1997). En cuanto a los primeros,
Diagnóstico diferenciai Dubovsky (1988) ha señalado algunos elemen-
El primer paso de la evaluación consiste en tos que ayudan a diferenciar entre la sintoma-
realizar un correcto diagnóstico diferencial con- tologla asociada a un estado de ánimo depre-
firmando que la psicopatología que presenta el sivo y los trastomos somatoformes. Asi, apunta
paciente se corresponde con un trastomo hipo- que en la depresión, a diferencia de los trastor-
condríaco (WaoAíick, 1995). Existen algunas nos somatoformes, existe un predominio de la
condiciones clínicas que, al cursar con sínto- sintomatologla vegetativa, que se suele agravar
mas físicos, pueden confundirse con la hipocon- por la mañana; una historia previa y familiar de
dría y a los que el clínico debe prestar suma depresión y trastomos relacionados; una pérdi-
atención para evitar diagnósticos erróneos (Chorot da temprana, tras la cual aparecen los sínto-
y IVIartínez. 1995; Martínez, 1997). Puesto que mas; una tendencia por parte del paciente a
la preocupación excesiva por la salud no es un separarse de los médicos y de las personas
antídoto contra la enfenmedad, el primer paso en significativas, a minimizar u ocultar los sínto-
el diagnóstico diferencial es excluir la existencia mas y a aceptar el origen psicológico de sus sín-
de un trastomo físico. Algunas enfermedades tomas; y una respuesta positiva a los antide-
orgánicas se acompañan de quejas somáticas presivos.
múltiples e inespecíficas que, al inicio de su Respecto a los trastornos de ansiedad,
evolución, pueden simular o emular síntomas Saikovskis y Ciarte (1993) han señalado que el
somatoformes. Entre los problemas orgánicos trastomo por angustia, a diferencia de la hipo-
cuya presencia hay que descartar figuran los condría, se caracteriza por: 1) interpretación
siguientes (APA, 1994; Marshall, 1987): trastor- en'ónea como signo de enfermedad de síntomas
nos endocrinos (p. ej., enfermedades tiroideas somáticos asociados a la activación fisiológica;
o paratiroideas), esclerosis múltiple, miastenia 2) atribución de tales síntomas corporales a una
grave, lupus eritematoso sistémico, anemia per- grave enfermedad que está ocurriendo ya o está
niciosa, tumores, enfemiedad coronaria atípica a punto de suceder; 3) conductas de evitación,
y síndromes virales crónicos (p. ej., hepatitis escape y búsqueda de seguridad; y 4) creen-
cias disfuncionales sobre la ansiedad. Barsky
crónica). (1992a) ha subrayado una serie de diferencias
Ahora bien, aunque esté presente una enfer-
entre la fenomenología del trastorno hipo-
medad orgánica que justifique la sintomatologla
condríaco y del obsesivo-compulsivo. A nivel
física, debe considerarse un aspecto crucial en
140 M. P. MARTÍNEZ, A. BELLOCH Y C. BOTELLA

cognitivo ambas condiciones difieren en que en su problema actual. Para ello se puede recurrir
esta última existen ideas que Inten'umpen el a preguntas del siguiente tipo: "¿puede decirme
curso del pensamiento, que el sujeto considera en pocas palabras cuál es su problema?".
absurdas y, por ello, trata de eliminarlas. Tam- Asimismo, para ilustrar las características ge-
bién difieren ambas condiciones a nivel inter- nerales del problema, suele ser útil que el
personal y físico, en la medida en que en el paciente proporcione ejemplos de ocasiones
trastomo obsesivo-compulsivo el sujeto procura recientes en las que se ha preocupado mucho
ocultar su problema y están ausentes las sen- por su salud y que nan-e cómo se desan-olla un
saciones somáticas, o resultan poco significa- día típico de su vida.
tivas clínicamente. Por otra parte, también se 3. Historia del problema. Identificar los fac-
aprecian algunas diferencias entre los dos tras- tores responsables del inicio del problema, de
tomos centradas en la actitud del paciente ante la fluctuación en la gravedad de los síntomas,
las conductas que exhibe: el obsesivo-compulsivo de la persistencia de la preocupación, etc.
realiza intentos por resistirse a ellas puesto que Preguntas como las siguientes pueden servir
estima que son excesivas, al menos al inicio del para explorar esta clase de datos: "¿cuándo
trastomo. En cuanto al trastomo por ansiedad empezó a preocuparse por su salud del modo
generalizada, Woody y Rachman (1994) han en que lo hace ahora?", "¿en qué circunstan-
señalado los siguientes puntos de divergencia cias?", "¿la preocupación por su salud ha ido
respecto a la hipocondría: 1) el temor a la en- aumentando progresivamente?", etc.
fermedad se focaliza en alguna persona querida; 4. Descripción detallada del problema.
2) la amenaza está orientada al futuro; 3) resulta Obtención de información específica sobre el
más difícil lograr tranquilizar al paciente median- estado del paciente, centrada en la exploración
te la información médica; y 4) los temores no de los componentes fisiológicos, cognitivos y
requieren activadores o precipitantes. conductuales implicados en el problema. Los
aspectos esenciales de estos componentes que
hay que explorar y los procedimientos a utilizar
Contenido de la evaluación para ello son los siguientes:
Con la entrevista de evaluación se pretende a) Componente cognitivo. Incluye los pensa-
profundizar en el conocimiento del problema del mientos negativos automáticos sobre el signi-
paciente. Generalmente, esto se consigue gra- ficado de los síntomas, las imágenes mentales
cias a la información verbal que él mismo pro- sobre la enfermedad y la muerte, los factores
porciona. Además, es posible completar la in- cognitivos que mantienen la ansiedad por la
formación utilizando una anamnesis clínica y salud (p. ej., focalización de la atención en el
un cuestionario biográfico. Como apunta cuerpo) y los supuestos disfuncionales acerca
Warwick (1995), en algunas ocasiones puede de la salud y de la enfermedad. Para recabar
ser conveniente ampliar nuestro conocimiento esta información se recun-e al tipo de preguntas
sobre el problema del paciente a través de su que se utilizan en la terapia cognitiva (p. ej.,
historial médico, los juicios clínicos emitidos por "cuando empezó a sentir los síntomas, ¿qué
los profesionales de la salud que lo han aten- pensamientos pasaron por su mente?"); a la
dido, y los datos aportados por los familiares. visualización (en imaginación) y a la descripción
Las cuestiones más relevantes a explorar en de episodios recientes de ansiedad por la salud
la entrevista de evaluación con el paciente son (p. ej., pedir al paciente que trate de imaginar
las siguientes (Saikovskis, 1989; Warwick, 1995): y revivir un momento de preocupación y que
1. Actitud del paciente liada el tratamiento describa lo que estaba pensando, sintiendo,
psicológico. Examinar las creencias y expecta- haciendo, etc.); y a los registros diarios de epi-
tivas del paciente con respecto a la terapia y sodios de preocupación en los que el paciente
a los posibles resultados que puedan derivarse anota los síntomas corporales molestos y la
de ésta con preguntas tales como: ¿cree que estimación de la gravedad de éstos, la hora del
seguir un tratamiento psicológico puede ayudar- día y situación antecedente en la que se expe-
le?. rimentan, las atribuciones sobre la posible causa
2. Descripción breve del problema. Solicitar que los origina y evaluación del grado de creen-
al paciente que describa de manera resumida cia en tales atribuciones, las emociones que
PREOCUPACIONES HIPOCONDRIACAS 141

provocan, su intensidad, y las consecuencias por su salud dificulta las actividades que realiza
conductuales que desencadenan. Asimismo, en su tiempo libre?"), etcétera.
para la exploración de los supuestos disfun- 7. Historia de tratamientos anteriores. Explo-
cionales sobre la salud/enfermedad se utiliza el ración de las consultas y revisiones médicas
método de la flecha descendente, que consiste realizadas, los resultados obtenidos y la atribu-
en la formulación de preguntas que se repiten ción de la mejoría o el empeoramiento. Las
sucesivamente hasta llegar a un enunciado su- preguntas siguientes pueden servir como refe-
ficientemente general como para incluir la situa- rencia: "¿ha consultado su problema con algún
ción problemática actual y otras de naturaleza médico?, ¿con cuántos?, ¿qué pruebas clínicas
similar (p. ej.: "imagine que lo que piensa es le han hecho?, ¿cuáles fueron los resultados?".
verdad, ¿qué implicaría?"). 8. Episodios previos de preocupación por la
b) Componente conductual. Incluye las con- salud. Identificación de momentos anteriores al
ductas que desencadenan la preocupación por episodio actual en los que el paciente se ha
la salud, las que participan en su mantenimien- inquietado de manera desmedida por su estado
to, y las consecuencias derivadas de éstas. físico (p. ej., "¿ha habido alguna temporada
Para explorar este componente se realizan previa a la actual en la que se haya preocupado
preguntas que permitan, por ejemplo, identificar mucho por su salud?").
las conductas de verificación corporal (p. ej., 9. Historia personal y familiar de enfermeda-
"¿se toca para ver qué nota o siente en su des. Detección en la vida del paciente o de sus
cuerpo?"), evitación de situaciones o activida- familiares de hechos relevantes relacionados
des (p. ej., "¿hay algo que no pueda hacer con la enfermedad. Algunas de estas preguntas
debido a la preocupación por su salud?"), y pueden ayudar a recabar esta información: por
búsqueda de información tranquilizadora (p. ej. ejemplo, "¿qué enfermedades importantes ha
"¿trata de infomnarse sobre la enfemiedad que padecido?", "¿hay o ha habido algún caso de
le preocupa?"). También se puede hacer uso de enfermedad grave en su familia?".
los registros diarios. Además de rastrear el problema a través de
c) Componente fisiológico. Incluye las sen- preguntas sobre estas cuestiones, con frecuen-
saciones corporales que son interpretadas en'ó- cia es aconsejable obtener datos adicionales
neamente, los síntomas físicos derivados de la mediante cuestionarios de autoinfonne estan-
activación del Sistema Nervioso Autónomo que darizados (más adelante, en el epígrafe dedica-
aparecen durante los episodios de preocupa- do a los instrumentos de evaluación se comen-
ción, y los cambios corporales que surgen como tan algunos de los más relevantes) y pruebas
consecuencia de las conductas de comproba- comportamentales (p. ej., ejercicios de hiperven-
ción corporal. Para detectar la localización, tilación).
intensidad, frecuencia, etc. de estos síntomas
se emplean los registros diarios.
5. Variables moduladoras. Identificación de Relación terapéutica
los factores situacionales, conductuales, cog- Resulta bastante usual que los pacientes
nitivos, afectivos, interpersonales y fisiológicos hipocondriacos se muestren insatisfechos con
que hacen que el problema empeore (p. ej. "¿en las consultas médicas. Según Wanvick (1995),
qué momentos es más probable que aparezca sus principales quejas sobre el trato que reciben
la preocupación por su salud o que se intensi- por parte de los médicos así como la manera
fique?") y de los que consiguen mejorado (p. ej. en que el terapeuta puede resolverías son las
"¿hay algo que le ayude a controlar su proble- siguientes:
ma?"). 1. Sensación de no haber recibido una
6. Consecuencias del problema. Evaluación explicación satisfactoria de sus problemas. En
del grado en que el problema perturba la vida muchos pacientes las preocupaciones por la
del paciente a nivel social (p. ej., "¿en qué salud tienen varios años de evolución, a lo largo
medida afecta la preocupación por su salud a de los cuales han consultado a varios médicos.
sus relaciones sociales habituales?"), laboral Con frecuencia éstos se han limitado a decir
(p. ej. "¿su problema influye en su desempeño que "no les pasa nada malo", pese a lo cual
en el trabajo?"), ocio (p. ej. "¿la preocupación los pacientes insisten en conocer la causa de
142 M. P. MARTÍNEZ. A. BELLOCH Y C. BOTELLA

su malestar. Ante esta situación el terapeuta ha 4. Discrepancias entre su agenda y la del


de explicar al paciente que uno de los objetivos terapeuta que provoca insatisfacción con la con-
de la evaluación consiste en proporcionarle una sulta. El paciente tiende a percibir la evaluación
fomnulación psicológica adecuada del problema y el tratamiento psicológico como un obstáculo
sobre la que se estructurará el tratamiento. para someterse a exploraciones médicas; en
Además, ha de comprobar que el paciente ha cambio, el terapeuta considera que es precisa-
comprendido bien la explicación ofrecida, y ha mente el tratamiento psicológico lo que nece-
de solventar las dudas que éste pueda tener al sita el paciente. Este conflicto puede resolverse
respecto. discutiendo abiertamente ambas posturas y
2. Sensación de no haber tenido la oportu- mostrando comprensión hacia la actitud del pa-
nidad de explicar sus problemas adecuadamen- ciente, lo que facilitará que éste acepte la con-
te y en su totalidad. En la situación de consulta veniencia de abordar su problema desde una
el paciente suele estar tan nervioso que llega perspectiva psicológica.
a distorsionar la infomnación que le da el facul-
tativo. Además, tras su visita al médico suele
"mmiar" sobre lo dicho en la consulta, examinar INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
las palabras y gestos del médico tratando de Evaluación categorlal
descubrir significados ocultos, etc. La actua- El establecimiento de un diagnóstico cate-
ción del terapeuta en este punto ha de estar gorlal de hipocondría (y en general de cualquier
centrada en comunicar al paciente estas dificul- otro trastomo psicológico) según las pautas
tades y en hacerle saber que puede intenxim- establecidas en el DSM o la CIÉ tiene una serie
pirle en cualquier momento para preguntar o de ventajas, pero también ciertas desventajas.
añadir datos complementarios. Asimismo, ha Según Lonr (1986), entre las ventajas de los
de verificar que el cliente ha entendido correc- modelos categoriales cabe destacar las siguien-
tamente los temas tratados, y ha de intentar tes: 1) favorecen la comunicación o la creación
resolver cualquier mal entendido, insistiendo en de diseños de investigación; 2) son fáciles de
que toda preocupación adicional que pueda surgir memorizar; y 3) permiten dar una mejor res-
será abordada en la próxima consulta. puesta a las demandas de una organización
institucional asistencial. A estos aspectos po-
3. Descontento por la actitud de los profe-
sitivos podrían añadirse dos más (Lemos, 1994):
sionales de la salud tiacia sus problemas. A
confieren unidad a la sintomatología que mani-
menudo el paciente siente que no recibe un
fiesta una persona y, además, constituyen
trato correcto por parte del médico y tiene la
estándares de referencia consolidados entre los
impresión de que éste le considera un pesado
clínicos. Las desventajas que conllevan los
o alguien que finge sus síntomas. El paciente
modelos categoriales se refieren, en primer lugar,
suele anticipar esta reacción de los médicos,
al hecho de que contribuyen a mantener la
lo que le conduce a interpretar mal la informa- en'ónea creencia de que los procesos psico-
ción y a confirmar asi sus expectativas. El patológicos constituyen entidades discretas frente
terapeuta puede compensar este descontento a la consideración de que únicamente son
del paciente mostrando un estilo empático, e conceptos que facilitan la coordinación de nues-
incluso discutiendo abiertamente, cuando la tras observaciones. La segunda limitación con-
situación lo requiera, los sentimientos del pa- siste en la pérdida de información que acarrean,
ciente. También resulta de ayuda insistir en que ya que las categorías dan prioridad a una o dos
los síntomas somáticos son considerados como características excluyendo otros posibles as-
reales (no como imaginarios), y no sorprenderse pectos relevantes. El último aspecto negativo se
por las descripciones que el paciente pueda refiere a que el número y variedad de las cate-
hacer de su problema (p. ej., miedos extraños gorías resulta insuficiente para dar cuenta de la
o poco comprensibles). A diferencia de la fase diversidad individual que se observa en la prác-
de tratamiento en la que puede hacerse uso del tica clínica (Millón, 1991).
humor, en la fase de evaluación no es recomen- Al margen de las "virtudes" y "defectos"
dable recurrir a éste por los recelos que puede atribuibles a los sistemas clasificatoríos cate-
generar en el paciente. goriales, cuando se estima conveniente estable-
PREOCUPACIONES HIPOCONDRIACAS 143

cer un diagnóstico atendiendo a los Griteríos del lógicos (entre ellos los trastomos somatomorfos)
DSM o de la CIÉ, resulta muy útil recurrir a en función de las diferentes pautas diagnósticas
entrevistas estructuradas. Este tipo de instru- de la CIE-10 (QMS, 1992). Esta guia contiene
mento permite hacer un recorrido metódico por una serie de Ítems que describen brevemente
los criterios diagnósticos definidos para el tras- las características clínicas sobre las que se
tomo, utilizando una pauta estandarizada de fundamenta el diagnóstico, y a los que el clínico
preguntas y un sistema de valoración de las ha de contestar en términos de ausencia o
respuestas emitidas por el sujeto. A continua- presencia de la característica explorada.
ción se comentan las entrevistas clínicas
estructuradas más utilizadas para la identifica-
ción de la hipocondría. Evaluación dimensional
Frente a la conceptualización de los trastor-
nos mentales que realizan los modelos cate-
Entrevista Clínica Estructurada para el DSM- goriales que subyacen a los sistemas clasifica-
lll'R (Structured Cllnlcal Interview for DSM- torios como el DSM o la CIÉ, se han propuesto
lll-R; Spitzer. Williams. Gibbon y First, 1990) diversos planteamientos dimensionales para
Esta entrevista pennite establecer un diag- describir la sintomatología psicológica. Al igual
nóstico de la hipocondría de acuerdo con los que sucedía con el enfoque categoríal, la adop-
criterios del DSM-lil-R (APA, 1987). Contiene ción de una perspectiva dimensional de los
una serie de preguntas especificas que exploran trastomos mentales comporta una serie de
el cumplimiento de dichos criterios, una breve ventajas e inconvenientes. Entre los aspectos
guía orientativa para el entrevistador y un código positivos Lemos (1994) ha recopilado los si-
para calificar las respuestas del sujeto (? = infor- guientes: 1) permite establecer diversas combi-
mación insuficiente; 1 = ausente o falso; 2 = sub- naciones de características clínicas en una re-
umbral; y 3 = umbral o verdadero). presentación multifactoríal que minimiza la
pérdida de información; 2) facilita la clasificación
Entrevista Diagnóstica Estructurada para la de los casos atípleos; 3) favorece la concep-
Hipocondría (Structured DIagnostIc Interview tualización de la anormalidad y la normalidad
forHypochondriasl8;Barsky, Cleary, Wyshak, como extremos de un continuo; y 4) facilita la
Spltzer, Williams y Klerman, 1992) detección de los cambios experimentados por
Este instrumento permite obtener un diag- los sujetos. Sin embargo, este enfoque también
nóstico DSM-lll (APA, 1980) de la hipocondría, presenta ciertas limitaciones (APA, 1994): 1)
a través de una serie de preguntas detalladas las descripciones dimensionales son menos fa-
que exploran exhaustivamente los criterios de miliares y vivas que las denominaciones de las
dicho sistema diagnóstico. La valoración de las categorías diagnósticas; y 2) no existe acuerdo
respuestas del sujeto a las preguntas fonnula- acerca de cuáles son las dimensiones básicas
das es dicotómica ("si" o "no"). Esta entrevista que deben contemplarse para representar los
ha mostrado elevada fiabilidad interjueces, bue- problemas psicológicos. A estos problemas
na validez concurrente con el índice Whiteley y podría sumarse otro, más referido a la falta de
buen poder discriminante (Avia, 1993). En nues- acuerdo en cuanto al significado del término
tras investigaciones hemos introducido algunas "dimensión", ya que como recogen Clark,
modificaciones en este instrumento con el pro- Watson y Reynolds (1995), este vocablo ha sido
pósito de abarcar los criterios diagnósticos utilizado para hacer referencia a cuestiones tan
introducidos en las posteriores ediciones del dispares como niveles de gravedad de grupos
Manual (DSM-lll-R y DSM-IV). de síntomas, síntomas fenotípicos o rasgos de
personalidad que se combinan de diversas for-
mas para dar lugar a distintas psicopatoíogfas,
Lista de Comprobación de Síntomas factores de vulnerabilidad genética subyacen-
(Symptom Checkilst; Janea, Ostün y van tes, y parámetros biológicos específicos.
Drlmmelen, 1992) Prescindiendo de estas limitaciones, cabe
Se trata de una gufa diagnóstica clínica que decir que la hipocondría, además de ser enten-
facilita la codificación de los trastomos psico- dida como una entidad nosológica, esto es.
144 M. P. MARTÍNEZ, A. BELLOCH Y C. BOTELLA

como un problema que existe en la población anteriores, Kirmayer, Robbins y Paris (1994)
de fonna discontinua y que puede estar presen- entienden la somatización como un constructo
te o ausente, también puede ser considerada dimensional, que pennite situar los distintos
como una dimensión psicopatológica (continuo casos psicopatológicos a lo largo de un conti-
lineal de gravedad) que se da en mayor o menor nuo con diversos grados de perturbación. Estos
medida en diversos trastornos (tanto físicos como autores distinguen tres constructos dimensio-
psíquicos) y que es evaluable en cualquier nales de somatización: tendencia a experimen-
persona. Así pues, y utilizando las palabras de tar e infomriar síntomas funcionales, tendencia
Barsky. Wyshak y Klerman (1986), "el a preocuparse o creer que se está enfermo, y
hipocondríaco (...) puede ser al estoico, como tendencia de algunas personas con problemas
el fanático religioso lo es al ateo, o el fanático de ansiedad o depresión, a presentar un cuadro
político lo es al ciudadano politicamente indife- clínico en el que predomina la sintomatoiogía
rente" (p. 493). En los últimos años se ha venido somática.
defendido que las preocupaciones por la salud Aunque estos supuestos de continuidad no
que todo ser humano experimenta en algún son todavía una realidad demostrada, sí han
momento de su vida, son comparables a las que recibido apoyo de algunos estudios como, por
se observan en los estados hipocondríacos ejemplo, los temores hipocondríacos de los estu-
clínicos, es decir, la diferencia entre ambas es diantes de medicina (Kellner, Wiggins y Pathak,
únicamente una cuestión de grado. 1986) y la preocupación excesiva por la salud
Algunos autores argumentan que los trastor- de las mujeres gestantes (Fava, Grandi,
nos somatoformes no constituyen categorías Michelaccí, Saviotti, Conti, Bovicelli, Trombini y
diagnósticas discretas sino que forman parte de Oríandi, 1990), entre otros.
la conducta anonmal de enfermedad, entendida Con respecto al ámbito clínico aplicado, en
como una dimensión. Así, por ejemplo, Ford la evaluación de un paciente que muestra pre-
(1983) defiende la existenda de dos continuos, ocupaciones de carácter hipocondríaco, ade-
uno caracterizado por un estilo cognitivo obse- más de efectuar el diagnóstico del trastomo
sivo en el que se incluirla la hipocondría; y otro atendiendo a los criterios diagnósticos de un
caracterizado por un estilo cognitivo histérico sistema clasificatorio como el DSM-IV o la CIE-
que englobaría el trastomo por somatización, 10, es recomendable realizar un análisis cuan-
los trastornos facticios y el síndrome de Mun- titativo de la gravedad de los síntomas, que
chausen (Ford y Parker, 1990). Costa y McCrae permita conocer el curso del trastomo y el grado
(1985) han propuesto un modelo dimensional de de cambio terapéutico. Con tal propósito se han
las preocupaciones somáticas para dar cuenta creado diversos instrumentos de autoinfonme. A
de la relación entre las condiciones médicas continuación se describen los que se utilizan
(salud objetiva) y las quejas somáticas (salud con mayor frecuencia y que presentan mejores
subjetiva). Consideran que existen diferencias características psicométrícas de fiabilidad y
consistentes y persistentes entre los individuos validez.
en cuanto a la percepción, interpretación e
informe de síntomas físicos, y que cada uno de
nosotros podría ubicarse en algún punto a lo Escala de Hipocondría del Inventario de
largo de un continuo, que comprendería desde Personalidad Multlfislco de Minnesota
la escasa comunicación de síntomas hasta la (Hypochondríasls Scale •Hs-, Minnesota
hipocondría. Saikovskis y Wanwick (1986) tam- Muitlphasle Personallty Inventory, MMPI;
bién han defendido un planteamiento dimensional Hathaway y McKInley, 1967)
de la hipocondría. Estos autores proponen la La Escala de Hipocondría del l\1MPI (MMPI-
existencia de un continuo de preocupación por Hs) está compuesta por 33 enunciados de
la salud que se extendería desde las preocupa- respuesta dicotómica CVerdadero" o "falso").
ciones leves por alguna sensación física inusual, Esta escala, en opinión de sus autores, permite
hasta las preocupaciones y miedos por los la "evaluación del grado de preocupación anor-
síntomas corporales en los que todos los pen- mal por las propias funciones corporales"
samientos y actividades giran en tomo a la (IHathaway y McKinley, 1967; p. 26). Pese a
enfermedad. En la línea de los planteamientos esta definición, algunos autores han expresado
PREOCUPACIONES HIPOCONDRIACAS 145

ciertas reservas acerca de su validez como siete factores siguientes (Pilowsky y Spence,
medida de la hipocondría. Según Kellner (1987), 1983):
lo que realmente estima este instrumento es la - Hipocondría General. Actitudes fóbicas hada
presencia de ciertos síntomas físicos, pero no la enfermedad vinculadas a un grado elevado de
permite una valoración de las preocupaciones ansiedad y cierto reconocimiento de que tales
hipocondriacas puesto que no evalúa creencias actitudes son inapropiadas. Incluye los ítems 9,
tales como la de estar sufriendo una grave enfer- 20, 21, 24, 29, 30, 32, 37 y 38.
medad, que se mantiene a pesar de la informa- - Convicción de Enfermedad. Creencia de
ción médica tranquilizadora, o los temores es- estar padeciendo una enfemiedad física, pre-
pecíficos, como el miedo a padecer cáncer o ocupación por la sintomatología somática y
una enfermedad cardiaca. Como señala Edel- rechazo de la información médica tranquilizadora.
mann (1992) si bien la escala discrimina entre Incluye los ítems 2, 3, 7, 10, 35 y 41.
pacientes hipocondríacos y no hipocondriacos, - Percepción Psiccdógica vs. Somática de
existe un marcado solapamiento en las puntua- Enfermedad. Tendencia a interpretar la enferme-
ciones. A juicio de este autor, esta medida dad en términos psicológicos y creer en la ne-
detecta las quejas físicas reales, pero no las cesidad de recibir tratamiento psicológico, fren-
discrepancias entre el estado físico objetivo y te a la tendencia a considerar que el problema
la percepción subjetiva de éste, que es lo que es de carácter físico y que requiere un trata-
caracteriza a los fenómenos hipocondríacos. miento médico. Incluye los ítems 11,16, 44, 46
Edelmann y Holdsworth (1993) han cuestionado y 57.
la utilidad de la escala como medida de la - Inhibición Afectiva. Dificultad para expresar
hipocondría, ya que consideran que lo que en a otras personas los propios sentimientos, fun-
realidad evalúa es la conciencia objetiva de las damentalmente los negativos. Incluye los ítems
sensaciones somáticas. 22, 36, 53, 58 y 62.
En cuanto a sus características psicomé- - Perturbación Afectiva. Estados afectivos
tricas cabe señalar que el coeficiente de fiabi- de inquietud y/o aflicción. Incluye los ítems 12,
lidad test-retest de la MMPI-Hs es de 0,80 en 18, 47, 54 y 59.
una muestra normal y con un inten/alo temporal - Negación. Propensión a negar la existencia
entre tres días y más de un año (Hathaway y de problemas cotidianos y/o considerados con-
Mckinley, 1942); 0,81 en una muestra similar secuencias del problema físico. Incluye los ítems
pero con un intervalo de una semana (Cottie, 27, 31, 43, 55 y 60.
1950): y 0,67 en pacientes psiquiátricos (Holzberg - Irrñabilidad. Estados afectivos de initación
y Alessi, 1949). Según Hathaway y Mckinley y conflictos interpersonales. Incluye los ítems
(1967), la validez de este instrumento reside en 4, 17, 51, 56 y 61.
su capacidad predictiva respecto al diagnóstico Estos siete factores se agrupan en dos
establecido por profesionales del área de la componentes de segundo orden que ofrecen
neuropsiquiatría. En una muestra española de una información más global de la conducta de
pacientes con hipocondría (criterios DSM-lll-R) enfemnedad (Pilowsky y Spence, 1983): Estado
la MI\^PI-Hs ha mostrado una aceptable consis- Afectivo (comprende los factores de Hipocon-
tencia interna (alfe de Cronbach = 0,76) (Martínez, dría General, Perturijactón Afectiva e Imtabilklad)
1997). y Afirmación de Enfénnedad (comprende los
factores de Convicción de Enfénnedad y Per-
cepción Psicológica vs. Somática de Enferme-
Cuestionario de Conducta de Enfermedad dad).
(lllness Behaviour Questlonnaíre, IBQ; El IBQ también cuenta con un índice {índice
Pllowsky y Spence, 1983) Whiteley) que pennite explorar las actitudes
El IBQ permite medir las actitudes que in- hipocondríacas. El índice Whiteley está com-
dican modos desadaptativos o inapropiados de puesto por 14 ítems que se agrupan en tres
responder al propio estado de salud (Pilowsky, dimensiones (Pilowsky, 1967):
1971). Es una escala compuesta por 62 ítems - Preocupación por el Cuerpo. Preocupación
a los que se contesta según dos alternativas de por sensaciones o signos físicos. Incluye los
respuesta: "si" o "no", y está formado por los ítems 1, 10, 16, 33, 34, 41 y 50.
146 M. P. MARTÍNEZ. A. BELLOCH Y C. BOTELLA

- Fobia a la Enfermedad. Temor a sufrir una No obstante, Pilowsky (1993) en una


enfermedad, "insighf que suele estar asociado factorizacíón posterior del IBQ encontró cinco
a este tipo de temores y conductas de búsque- nuevos componentes: Sensibilidad Interpersonai,
da de información tranquilizadora sobre la salud Reacción a la Infonnación Médica Tranqui-
pese a admitir la ausencia de enfermedad. In- lizadora, Impacto de la Enfermedad, Autoestima
cluye los Ítems 8, 21, 24 y 38. y Funciones Biológicas. Por otra parte, Chatur-
- Convicción de Enfermedad. Creencia firme vedi, Bhandarí, Beena y Rao (1996), respecto
de padecer una grave enfermedad que se acom- al factor de segundo orden del IBQ Afirmación
paña de una actitud de desconfianza hacia la de Enfennedad, han señalado que el punto de
familia y el personal médico. Incluye los Ítems corte establecido para detectar patología (pun-
2, 9 y 39. tuación mayor o igual que 7) proporciona una
El IBQ también tiene una Función Discrimi- sensibilidad del 86%, una especificidad del 83%
nante que permite evaluar la presencia de una y una tasa de detecciones positivas del 0,7537.
reacción de conversión. Esta función compren- A pesar de estos datos, el IBQ presenta varios
de los factores de Convicción de Enfemnedad, aspectos problemáticos. Según Kellner (1987)
Percepción Psicológica vs. Somática de Enfer- estos serían, por una parte, la heterogeneidad
medad, Inhibición Afectiva y Negación. de contenidos de los ítems que componen una
Pilowsky y Spence (1983) han establecido misma escala y, por otra, la inclusión en algu-
los siguientes puntos de corte para detectar a nas escalas de ítems relacionados con sinto-
los pacientes con elevada probabilidad de matología depresiva y percepción de síntomas
manifestar conducta anormal de enfennedad: somáticos. Schmidt (1994) también ha señala-
- Convicción de Enfennedad: puntuación do algunas limitaciones psicométricas del índi-
mayor o igual que 3 (3-6). ce Whiteley: algunos de los ítems presentan
- Percepción Psicológica vs. Somática de saturaciones bajas en el factor (inferiores a 0,40);
Enfermedad: puntuación menor o igual que 1 (0- la caracterización del índice no se ajusta exac-
1). tamente al contenido de los ítems que lo com-
- Afirmación de Enfermedad: puntuación ponen; y no existe infonnación sobre su sen-
mayor o igual que 7 (7-11). sibilidad y especificidad. Esta última crítica no
- índice Whiteley: puntuación mayor o igual podría ser mantenida actualmente puesto que
que 8 (8-14). ya existen datos de este tipo, tal y como aca-
- Función Discriminante: puntuación mayor bamos de señalar al mencionar el trabajo de
o igual que 70 (70-100). Chaturvedi et al. (1996).
Disponemos de bastante infonnación sobre Llor y colaboradores (Llor, Nieto, Godoy y
las propiedades psicométricas del IBQ. Las co- Morales, 1991; Llor, Godoy y Nieto, 1993) han
rrelaciones test-retest de este instrumento os- realizado una baremación, factorizacíón y depu-
cilan entre 0,67 (Inhibición Afectiva) y 0,87 ración de este cuestionario en muestras clíni-
(Hipocondría General y Perturbación Afectiva) cas españolas. Asimismo, la adaptación cas-
entre 1 y 12 semanas después de la primera tellana del IBQ ha mostrado una aceptable
administración del cuestionario (Pilowsky y consistencia interna en una muestra de pacien-
Spence, 1983). Asimismo, según estos auto- tes que cumplían los criterios del DSM-lll-R para
res, el IBQ posee una adecuada validez discri- la hipocondría (alfa de Cronbach = 0,74)
minante: los factores de Hipocondría General, (Martínez, 1997).
Convicción de Enfennedad, Negación y Percep-
ción Psicológica vs. Somática de Enfermedad
penniten diferenciar entre pacientes de medici- Escalas de Actitud hacia la Enfermedad
na general y pacientes de una clínica de dolor. (lllness Attitude Scales, lAS; Kellner, 1986)
Los resultados de diversos estudios han ilustra- Las Escalas de Actitud hacia la Enfermedad
do la bondad estadística del IBQ. Así, por ejem- fueron elaboradas para la valoración de la
plo, Zonderman, Heft y Costa (1985) y Varma, psicopatología que suele estar asociada a la
Malhotra y Chaturvedi (1986) obtuvieron estruc- hipocondría y a la conducta anormal de enfer-
turas factoriales del IBQ similares a la obtenida medad (Kellner et al., 1986). En la elaboración
en los trabajos iniciales de Pilowsky y Spence. de las lAS, Kellner intentó subsanar las defi-
PREOCUPACIONES HIPOCONDRÍACAS 147

ciencias que presentaban la Escala Hs del MMPI nosticado, y el ítem 26, que recoge infomnación
y el IBQ. Para ello, procuró que las nuevas sobre los tratamientos recibidos durante el úl-
escalas incluyeran contenidos referidos a las timo año.
actitudes, miedos y creencias hipocondriacas Existen tres versiones de las lAS atendiendo
(p. ej., la preocupación por la enfemiedad o por a las instrucciones que se dan al sujeto sobre
el cuerpo) y que excluyera síntomas que tam- el momento temporal al que se refieren las
bién pudieran aparecer en otros trastornos (p. preocupaciones hipocondríacas (Kellner, 1987):
ej., los problemas para conciliar el sueño, los "medida estado" (último mes), "medida rasgo"
sentimientos depresivos y las sensaciones (generalmente) y "versión estándar^ (sin refe-
somáticas) (Kellner, 1987). Las lAS incluyen 29 rencia temporal).
ítems agrupados en nueve subescalas de tres En cuanto a las características psicométrícas
ítems cada una. Estas escalas son las siguien- de las lAS, cabe decir que según Kellner (p. ej.,
tes (Kellner, 1986): Kellner, Abbot, Winslow y Pathak, 1987) este
- Preocupación por la Enfermedad. Intran- instnjmento es fiable y tiene una adecuada validez
quilidad por el estado de salud actual y por la de constructo. La correlación test-retest de las
posibilidad de enfermar en un futuro (ítems 1, lAS en dos grupos de sujetos normales trans-
2 y 3). cunidas 1 y 4 semanas respectivamente osci-
- Preocupación por el D(Mor. Atribución de un laron entre 0,62 (Creencias Hipocondríacas) y
significado negativo a los síntomas corporales 1,0 (Fobia a la Enfermedad) (Kellner, 1987). Las
dolorosos y realización de consultas médicas lAS discriminan entre los pacientes hipocon-
vinculadas a ésta (ítems 4, 5 y 6). dríacos y los pacientes con otros trastomos: los
- Hábitos de Salud. Evitación de hábitos y sujetos hipocondríacos obtienen puntuaciones
alimentos que pueden perjudicar la salud y elevadas (3-4) en los ítems de las escalas de
realización de conductas de comprobación del Creencias Hipocondríacas y/o Fobia a la Enfer-
estado corporal (ítems 7, 8 y 9). medad, lo que no suele ocurrir en otros pacien-
- Creencias Hipocondríacas. Creencias enó- tes (Kellner et al., 1987). La versión castellana
neas referidas a padecer una enfemiedad y des- de las lAS también ha mostrado una adecuada
confianza ante la información médica tranqui- consistencia interna en un grupo de pacientes
lizadora (ítems 10, 11 y 12). con hipocondría (criterios DSM-lll-R) (alfa de
- Tanatofobia. Temor a la muerte y a los es- Cronbach = 0,87) (Martínez, 1997). En cuanto
tímulos vinculados a ella (ítems 13, 14 y 15). a la constitución de las lAS, cabe dedr que
- Fobia a la Enfermedad. Miedos exagera- Stretton, Salovey y Mayer (1993) hallaron en
dos a poder estar sufriendo una enfemiedad este instrumento una estructura factorial que
(ítems 16, 17 y 18). compartía muchas similitudes con el análisis
- Preocupación por el Cuerpo. Atención di- teórico propuesto por Kellner. Ferguson y Daniel
rigida a los síntomas corporales y preocupación (1995) han informado que las lAS tienen una
por ellos (ítems 19, 20 y 21). estructura de cuatro componentes: Hipocondría
- Experiencia con el Tratamiento. Frecuencia General; Experiencia de Síntomas y Frecuencia
de las consultas médicas y tratamientos reci- de Tratamientos; Tanatofobia; y Miedo a la
bidos (ítems 23, 24 y 25). Enfermedad Cardíaca y Hábitos de Salud Pre-
- Efectos de los Síntomas. Perturbación que ventivos Asociados. Por su parte, Speckens,
ocasionan los síntomas corporales en diversos Spinhoven, Sloekers, Bolk, ef al. (1996) han
ámbitos de la vida (ítems 27, 28 y 29). encontrado una estructura bifactorial que inclu-
La valoración de cada ítem se realiza de ye tos componentes de Ansiedad por la Salud
acuerdo con una escala Likert de 5 puntos que y Conducta de Enfermedad.
va desde "no" (0) hasta "casi siempre" (4), a
excepción de los ítems de la escala de Expe-
riencia con el Tratamiento cuyo rango numérico Escala de Ampllflcaclón Somatosensorial
es el mismo pero varía el contenido de las (Somatosensory Ampllfícatlon Scale, SSAS;
alternativas de respuesta. Las lAS incluyen Barsky, Wyshak y Klerman, 1990)
además dos preguntas adicionales: el ítem 22, Esta escala se considera un instrumento de
que rastrea si existe algún trastomo físico diag- evaluación de la hipocondría puesto que permite
148 M. P. MARTÍNEZ. A. BELLOCH Y C. BOTELLA

detectar la presencia de un "estilo somático lll-R para la hipocondría (alfa de Cronbach =


amplificador", concepto que, según Barsky y 0,77) (fVlartlnez, 1997).
colaboradores (Barsky, 1992b; Barsky y La SSAS ha recibido en los últimos años
Klemian, 1983; Barsky y Wyshak, 1990; Barsky ciertas críticas. Según Kimriayer ef al. (1994)
ef al., 1990), permite explicar la problemática de esta escala presenta los siguientes problemas:
este desorden. La SSAS fue construida con el 1) es una estimación de los productos de la
fin de medir la sensibilidad a las sensaciones amplificación somática más que de los proce-
corporales benignas que son molestas, pero sos cognitivos o perceptivos subyacentes; y 2)
que no constituyen síntomas típicos de enfer- no especifica si utiliza algún criterio para dife-
renciar la amplificación de síntomas somáticos
medad (Barsky ef al., 1990).
de otras modalidades de malestar. Asimismo,
Este instrumento está compuesto por 10
podemos añadir una limitación más (Martínez,
ítems, a los que la persona ha de contestar Belloch y Botella, en revisión), esto es, proble-
señalando el grado en que cada uno de ellos mas respecto a problemas de validez de
"le caracteriza en general". Cada ítem se puntúa constructo. Esta última cuestión alude a que
de acuerdo con una escala Likert de 5 puntos aunque, el concepto de amplificación es conce-
que oscila desde "nada en absoluto" (1) hasta bido por Barsky como un estilo cognitivo-
"muchísimo" (5). Según un reciente trabajo perceptivo que incluye hipervigilancia corporal,
(Martínez, Belloch y Botella, en revisión), la selección y focalización de la atención sobre los
versión castellana de la SSAS consta de dos síntomas corporales, e interpretación negativa
componentes: de las sensaciones físicas, la SSAS sólo evalúa
- Amplificación de Estímulos Extemos. Ten- los dos primeros aspectos, ignorando en su
dencia a percibir de manera intensa los estímu- totalidad el tercero.
los extemos. Incluye los ítems 3, 4, 6, 8, 9 y
10.
- Amplificación de Estímulos Internos. Umbral Escala de Preocupaciones por la Eitfermedad
perceptivo bajo para la detección de señales (Hlness Concems Scale, ICS; WesneryNoyes,
interoceptívas. Incluye los ítems 1, 2, 5 y 7. 1991)
La SSAS posee una buena consistencia La Escala de Preocupaciones por la Enfer-
interna y fiabilidad test-retest. Así, por ejemplo, medad es un cuestionario diseñado para medir
en el estudio de Barsky ef al. (1990) con pa- la sintomatología de la fobia a la enfenmedad
cientes de medicina general, se obtuvo una tanto en sus manifestaciones cognitivas (p. ej.,
consistencia intema de 0,82 y una fiabilidad preocupación, rumiación) como en las
test-retest de 0,79 (intervalo temporal medio de comportamentales (p. ej., evitación, búsqueda
74 días). En opinión de estos autores, este tipo de información tranquilizadora). Consta de 18
de resultados permite inferir que la amplificación enunciados (algunos de ellos pertenecientes al
somatosensoríal es un constructo unitario con IBQ) cada uno de los cuales es valorado en una
escala Likert de 5 puntos que comprende desde
cierto grado de estabilidad temporal. Los resul-
"nada en absoluto" (0) hasta "muchísimo" (4).
tados de la investigación de Barsky ef al. (1990)
Los únicos datos que disponemos hasta el mo-
han mostrado que los sujetos hipocondríacos
mento acerca de la fiabilidad y validez de la
obtienen puntuaciones superiores en la SSAS adaptación castellana de esta medida proceden
a las obtenidas en una muestra de comparación del trabajo de Jiménez, Castañeiras, Martínez,
de pacientes no hipocondríacos de una clínica Ayllón y Belloch (1997). Los datos de este
de medicina general, y que el nivel de amplifi- estudio, realizado sobre una muestra de 300
cación correlacionó significativamente con el estudiantes universitarios, revelaron una ade-
grado de sintomatología hipocondríaca en am- cuada consistencia intema (alfa de Cronbach =
bas muestras. Por otra parte, cabe decir que la 0,88) y validez discriminante. Además, se ob-
versión castellana de la SSAS ha mostrado una servó que esta medida presenta una estructura
aceptable consistencia intema en una muestra integrada por dos factores: Rumiación/Preocu-
de pacientes que reunían los criterios del DSM- pación, y Evitación/Aprensión Ansiosa.
PREOCUPACIONES HIPOCONDRÍACAS 149

Cuestionario de Ansiedad Cardíaca (Cardlac que presentan este trastomo. Así, por ejemplo,
Anxiety Questíonnaire, CAQ; Eifert. Sevilla, algunos estudios utilizando cuestionarios de
Brown, Anthony y Bartow, 1992) autoinforme, han explorado los sesgos inter-
El Cuestionario de Ansiedad Cardíaca es un pretativos que presentan los hipocondriacos me-
ejemplo de los instaimentos que se están de- diante el análisis de las atribuciones erróneas
sanx>llando en los últimos años para la valora- que realizan sobre sensaciones corporales am-
ción de las preocupaciones de carácter hipo- biguas (p. ej., Saikovskis, 1990; Hitchcock y
condríaco centradas en enfermedades especi- Mathews, 1992; Martínez, Belloch y Botella,
ficas (p. ej., enfemiedades coronarias, cáncer, 1995). En otros estudios se han analizado los
SIDA). Este instrumento evalúa las caracterís- sesgos mnésicos de los pacientes hipocon-
ticas básicas de la ansiedad por el estado del dríacos, mediante tareas experimentales que
corazón. El CAQ está compuesto por 16 ítems exploran la propensión de éstos a recordar
a los que el sujeto ha de contestar, de acuerdo hechos relacionados con su preocupación (p.
con una escala ükert de 5 puntos (entre "nun- ej., Durso, Reardon, Shore y Delys, 1991). En
ca" -O- y "siempre" -4-), con qué frecuencia cuanto a los sesgos atencionales. cabe señalar
tiene una serie de pensamientos y realiza cier- que a pesar de ser, junto con los sesgos inter-
tas conductas. Los ítems se agrupan en cuatro pretativos, una de las distorsiones cognitivas
dimensiones: 1) Convicción de Enfermedad más estrechamente vinculada a la hipocondría,
Cardíaca/Conciencia Cardiaca; 2) Conducta sólo algunos autores (p. ej., Cioffi, 1991; Pauli,
Cardioprotectora; 3) Búsqueda de Ayuda l^édi- Schwenzer, Brody, Rau y Birbaumen, 1993;
ca; y 4) l-liperarousal. Las subescalas de esta Schmidt, Wolfs-Takens, Oosterlaan y van den
medida han mostrado una adecuada consisten- Hout, 1994) se han ocupado de su estudio.
cia interna (alfa de Cronbach de 0,87,0.79,0,84 Una de las estrategias experimentales más
y 0,73, respectivamente; Eifert etal., 1992; citado utilizadas para explorar la presencia de sesgos
en Eifert y Forsyth, 1996). atencionales es la versión "emocionar de la
Tarea de Stroop. Este procedimiento incluye
palabras cuyo contenido es emodonalmente
PERSPECTIVAS FUTURAS significativo para un sujeto y palabras con un
De acuerdo con la revisión realizada sobre contenido neutral, escritas en diferentes colo-
la evaluación de la hipocondría, podemos afir- res. La instrucción que se le da al individuo
mar que en los últimos años se han conseguido consiste en pedirte que nombre lo más rápida-
importantes avances en la mejora de las estra- mente posible el color en que están escritas las
tegias para rastrear la presencia de esta clase palabras, ignorando su significado. La lógica
de problemas. Así, por ejemplo, se han deta- que subyace a la técnica reside en que el sesgo
llado las características formales y de contenido atencional hacia ciertos temas o contenidos se
que debe tener la entrevista de evaluación, y se reflejará en una mayor lentitud al completar la
han elat>orado cuestionarios de autoinforme cada tarea cuando el contenido de las palabras es
vez más específicos que penniten explorar con emodonalmente significativo para el individuo,
mayor precisión los diversos aspectos clínicos que si se trata de palabras sin significado
de este trastomo. Pese a estos avances, toda- emocional. Es decir, el material estimular (con-
vía existen bastantes aspectos que merecen un tenido o significado de las palabras) atraerá de
análisis detallado, como por ejemplo, el examen forma involuntaria la atención, y como conse-
en profundidad y la valoración de los procesos cuencia la realización de la tarea (nombrar los
cog-nitivos que subyacen a los fenómenos hipo- colores) empeorará. Asi pues, el significado de
condriacos, o la existencia de posibles subtipos la palabra y el color en el que está escrita,
o modalidades de hipocondría. "compiten" para captar los recursos atencionales
Respecto a los procesos cognitivos que del sujeto (McNally, Riemann y Kim, 1990).
subyacen a la hipocondría, en la última década Desde que Mathews y MacLeod (1985)
se vienen realizando algunos intentos notables empezaran a utilizar en el ámbito de los tras-
por examinar la presencia de ciertos sesgos tomos emocionales el Paradigma Stroop para
que probablemente operan en distintos niveles la evaluación de los sesgos atencionales, se
o ámbitos de procesamiento de los pacientes han realizado muchos trabajos replicando los
150 M. P. MARTÍNEZ. A. BELLOCH Y C. BOTELLA

resultados obtenidos sobre la existencia de este Los procesos cognitivos más relevantes serían
tipo de sesgos en diversas condiciones clínicas de carácter controlado, y los sesgos cognitivos
-depresión, trastorno por an-siedad generaliza- se constatarían principalmente a nivel de pro-
da, trastorno por angustia-; los resultados más ductos. El tratamiento se centraría en el empleo
consistentes se han encontrado, precisamente, de la prueba de realidad y del desafío verbal.
en el ámbito de los trastomos por ansiedad, Un segundo subtipo de hipocondría sería
constatándose el "efecto Stropp" cuando el aquel que presenta principalmente un compo-
contenido de las palabras-estímulo hace refe- nente de temor a la enfermedad. El problema
rencia a amenazas. Sin embargo, no existen más relevante sería la existencia de trastomos
estudios que hayan investigado la atención atencionales (focalización de la atención e
diferencial a los estímulos amenazantes en la hipervigilancia). Los procesos cognitivos impli-
hipocondría a través de este procedimiento. De cados serían esencialmente automáticos. El
hecho, el único estudio, que tengamos cons- núcleo psicopatológico de esta condición sería
tancia, que ha utilizado la Tarea de Stroop en la codificación selectiva de las amenazas a la
muestras de pacientes con hipocondría es el salud. El tratamiento incluiría entre sus elemen-
realizado por las autoras de este trabajo tos más importantes el entrenamiento atencional,
(Martínez, 1997; l^dartínez y Belloch y Botella, la exposición a los estímulos amenazantes y la
en preparación). prevención de respuesta de las conductas pro-
Creemos que el desarrollo, la validación y la blemáticas.
utilización de procedimientos de evaluación Una tercera clase de hipocondría sería aque-
cognitiva, pueden ser de enorme relevancia para lla en la que el problema nuclear se circunscribiría
optimizar nuestra comprensión de la hipocon- al ámbito de la percepción. Este trastomo podría
dría y mejorar el modo de combatirla. Así, por entenderse como una condición situada en
ejemplo, este tipo de procedimientos puede cualquiera de los puntos comprendidos entre
contribuir a verificar las teorías cognitivas expli- los extremos delimitados por la distorsión
cativas sobre el desarrollo y mantenimiento de perceptiva (anomalía en la percepción de la
este desorden, a detectar a los pacientes hipo- intensidad de los estímulos -estilo somático
condríacos en los que predominen las tenden- amplificador-) y el engaño perceptivo (alucina-
cias atencionales problemáticas, a diseñar es- ción somática). En este modo de conceptualizar
trategias de intervención destinadas a conregir la hipocondría estarían involucrados tanto pro-
tales tendencias, y a valorar el grado de cambio cesos cognitivos controlados como automáti-
logrado en los sesgos cognitivos de los pacien- cos. Los elementos psicopatológicos nucleares
tes que reciben tratamiento psicológico. incluirían características tanto de la creencia de
En cuanto a la segunda área de interés en enfermedad como del miedo a la enfermedad.
la evaluación de la hipocondría, esto es, los Asimismo, la intervención englobaría algunos de
subtipos, cabe decir que desde hace algunos los elementos propuestos para los dos subtipos
años se viene apuntado la posibilidad de que la anteriores.
hipocondría no constituya una entidad única La posible existencia de estos tres subtipos
sino que comprenda diversas modalidades, cada de hipocondría, apunta a la necesidad de dise-
una de ellas con determinadas características ñar instrumentos de medida que permitan la
fenomenológicas, que requieren instrumentos detección correcta de cada uno de ellos. Posi-
de medida específicos y estrategias de interven- blemente, en el caso de la creencia de enferme-
ción diferentes. En un estudio reciente las autoras dad los instrumentos de medida al ir destinados
de este trabajo hemos esbozado tres hipotéti- a valorar productos cognitivos, tendrían formato
cas modalidades de hipocondría (Martínez, 1997). de cuestionarios estandarizados de auto-infor-
Una primera clase de hipocondría sería aquella me, similares a los descritos en este trabajo.
caracterizada por la creencia anómala en la Para el miedo a la enfermedad y puesto que se
existencia de una enfemiedad orgánica. El ámbito trataría de rastrear la codificación selectiva de
más afectado sería el del pensamiento, pudien- las amenazas, el método más idóneo serían las
do manifestarse en cualquiera de las formas pruebas atencionales (p. ej., la Tarea de Stroop).
incluidas en el continuo que se extiende desde En el caso de la hipocondría entendida como
la idea sobrevalorada llegando hasta el delirio. estilo somático amplificador se recuniría a ambos
PREOCUPACIONES HIPOCONDRÍACAS 151

tipos de instrumentos. Asimismo, y si se hallan proposed críterion standard. Journal of Nervous


datos consistentes con este planteamiento, and Mental Díseases, 180, 20-27.
cabría proponer para cada subtipo de hipocon- Barsky, A. J.. Wyshak, G., y Klemian, G. L. (1986).
dría modos de evaluar el cambio terapéutico Hypochondriasis: an evaluation of the DSM-lll
criteria in medical outpatients. Archives of
conseguido acordes con los elementos psico-
General Psychlatry, 43, 493-500.
patológicos que se pretende modificar. Barsky, A. J., Wyshak, G., y Klennan, G. L. (1990).
En definitiva, la evaluación psicológica de la The somatosensory amplification scale and its
hipocondría está absolutamente detenninada, relationship to hypochondriasis. Journal of
como sucede para cualquier otro trastorno Psychiatric Research, 24, 323-334.
mental, por la caracterización psicopatoiógica y Barsky, A. J., y Klemian, G. L. (1983). Overview:
clínica que se realice. En los últimos años se hypochondriasis, bodily complaints, and
ha avanzado bastante en este aspecto, y por somatic styles. American Journal of Psychlatry,
lo tanto en el desarrollo de instrumentos fiables 140. 273-283.
y válidos para la evaluación psicológica del tras- Barsky, A. J., y Wyshak, G. (1990). Hypochondriasis
tomo. Pero seguramente la carrera no ha hecho and somatosensory amplification. Brltlsh
Journal of Psychlatry, 157, 404-409.
más que comenzar y todavía estamos bastante
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