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La respuesta a un mundo injusto,

no puede ser un acto de injusticia


La devaluación de la vida es parte de la
crisis civilizatoria de la globalización neoliberal

Luis Contigiani, Diputado Nacional por Santa Fe

1. Asumo con pasión militante este servicio y trato de Honrar la Política. Por
eso quiero compartir las primeras reflexiones en torno a la problemática del
aborto. Estamos ante un tema que trasciende las fronteras partidarias e
ideológicas y así lo reflejan las diferentes posiciones que existen hacia el
interior de cada bloque parlamentario y de los partidos políticos. En este
tema –para mí- es definitorio la “conciencia”, antes que cualquier
posición partidaria. Abordo este tema con mucho respeto por el que piensa
diferente, sin dogmatismo y sectarismo.

2. Seamos ateos, creyentes, agnósticos, o adherentes a cualquier corriente


filosófica, ideológica, política, económica, la vida siempre es una ocasión
que nos excede. De ahí que creo en el enfoque de la gratuidad, en el arrojo
al mundo, en la praxis, en la pregunta por el ser, el sentido de la vida, del
cuidado compartido y la cooperación. La vida “Es” y/o “Está”,
independientemente de su instrumentalización, utilidad, fuerza o poder.

3. El debate sobre el aborto tiene un contexto histórico determinado. Son


tiempos donde la vida y el sentido de la misma están devaluados. La
dignidad humana en los hechos no es reconocida: así lo atestigua la miseria,
la indigencia, la pobreza, la exclusión, la explotación, la violencia
institucional, el narcotráfico, etc.

4. Este contexto obedece a un paradigma de época. Hace tiempo que en


Occidente el único ordenador de los vínculos sociales, culturales,
económicos y políticos es el neoliberalismo, el modelo tecnocrático y la
razón instrumental. Es un proyecto de aniquilación de la vida y del
planeta. Genera una sociedad abortiva de la dignidad del hombre, a
través de la cosificación de la vida. Todo es mercado, todo se vende y se
compra, se descarta, se consume, se explota “eficientemente”. También las
relaciones humanas, sociales y entre pueblos.

5. En esta coyuntura es importante tener en cuenta cómo operan los factores


de poder, especialmente del capitalismo desarrollado, que son los
primeros interesados en tratar al aborto como un anticonceptivo más, 1
para el control poblacional de los países en desarrollo y pobres del mundo,
para asegurarse el dominio de sus recursos naturales y económicos. Esto no
es nuevo y basta con repasar los foros internacionales de mediados del siglo
pasado al presente.

6. Para semejante contexto y paradigma me pregunto: ¿qué puede valer la


dignidad de un ser humano, de un embrión, de un feto, o la realidad de
la vida por nacer?. La respuesta es Nada. No vale nada. Como no vale
nada la vida de los niños que mueren o transitan sus vidas en la
marginalidad y la pobreza. Nacen con las vidas hipotecadas,
“destinadas” o marcadas para siempre por un orden económico injusto.

7. En nuestro país hay más de 8 millones de niños, niñas y adolecentes


pobres (menores de 17 años). En el mundo se calcula que mueren por año
11 millones de niños menores de cinco años, 30.000 por día, por mal
nutrición y otras causas evitables. Una tragedia que se suma a otras: la mujer
víctima de la violencia del patriarcado, la desnutrición materna, la
inseguridad alimentaria, la contaminación, la trata de personas, las nuevas
esclavitudes, los inmigrantes, los refugiados, el olvido de los ancianos. Los
“poderes” mundiales miran para otro lado. Lo que más les interesa es seguir
siendo poder, el “rendimiento” financiero de las acciones, los bonos, los
títulos, los fondos, los paraísos fiscales. Lo que importa es el dinero.

8. No venimos al mundo para condenarlo sino para transformarlo. Es necesario


saber embarrarse en el barro de la historia, sin caer en ningún pantano. Esto
nos tiene que llevar a tener un fuerte compromiso con los derechos
humanos, sociales y económicos, que aseguren las condiciones básicas para
que cada vida -desde la concepción hasta la muerte natural- se pueda realizar
como proyecto y realidad. Esta lucha se extiende (no se detiene) a la vida
por nacer, al ser humano en desarrollo, único e irrepetible. Siempre
vamos a ser deudores de ese momento único de la concepción.

9. Desde muy joven fui militante de los Derechos Humanos y de la


Democracia. Estoy comprometido con los ideales de libertad, igualdad,
justicia, paz, desarrollo. A lo largo de mi vida nunca pude disociar la
lucha por la vida de los niños pobres e indigentes, de la vida por nacer.
Es la misma lucha por la vida y la “posibilidad de vida de Alguien que
ya Es”.

10. No estoy de acuerdo con los que dividen el valor de una vida, o la
reducen a una simple cosa y como tal pretenden aplicarles derechos
reales de dominio y de libertad de elección (argumentos centrales de la
época de la esclavitud). Tampoco comprendo a los que defienden la vida por
nacer y después se desentienden de todo compromiso social por la justicia,
la igualdad de oportunidades, o peor aún, terminan al servicio de proyectos
contrarios a la dignidad de las personas. 2
11. Frente a las fuerzas dominantes del mundo -y aunque parezca un
absurdo- debemos afirmarnos más que nunca en el principal de los
derechos humanos que es la vida, en todas sus fases de desarrollo.

12. La protección del derecho a la vida desde la concepción está reconocido


en la legislación positiva con diferentes fórmulas, enunciados y tienen
estatus constitucional en nuestra Carta Magna: Art 28, 33 y 75 Inc. 23 de la
CN. La ley 23.849 al aprobar la Convención sobre los Derechos del Niño,
en su artículo 2°, declara que el artículo 1° de ese instrumento internacional
“debe interpretarse en el sentido que se entiende por niño todo ser
humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad”.
Otros instrumentos jurídicos constitucionales: Convención Americana sobre
Derechos Humanos, aprobada por ley 23.054 y conocida como Pacto de San
José de Costa Rica. Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948,
artículo 3. Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre
(1948), articulo 1. Convención Americana sobre Derechos Humanos,
articulo 1, párrafo 2. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
articulo 6 (ley 23.313). Por otra parte el Código Civil y Comercial de la
Nación en su artículo 19 señala que “la existencia de la persona humana
comienza con la concepción”.

13. La respuesta a un mundo injusto, no puede ser un acto de injusticia. Si


usamos como variable de ajuste al más débil, a cualquier débil,
seriamos funcionales al paradigma de la razón instrumental, a la crisis
civilizatoria de la globalización neoliberal. La eliminación del más débil
es la consecuencia de un mundo injusto que no respeta la dignidad humana.
Debemos tener el coraje de ir por todo. La respuesta debería pasar por un
acto de rebeldía humana frente al verdadero problema que tenemos: la
pobreza, la exclusión, la explotación, la dominación y la devaluación de
la Vida, de toda especie de vida y en todas sus fases.

14. Salvemos la totalidad y pongamos sobre la mesa algunos datos. Según


datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación en el año 2016 hubo 43
muertes maternas por aborto provocado o espontaneo (en el año 2017 habría
bajado a 31 casos), mientras estimaciones teóricas, no estadísticas, hablan de
450.000 abortos por año. Por un principio humanista, progresista y de
defensa de la vida, la única ecuación que deberíamos analizar es salvar la
totalidad: las 43 vidas y las 450.000 vidas por nacer que no nacen,
porque son eliminadas (si tomamos por ciertas las cifras de abortos).

15. También deberíamos incorporar en nuestros análisis y preocupación, las


estadísticas oficiales que hablan de 525 muertes por año de mujeres
afectadas por desnutrición, anemias, etc, o las 233 muertes por año de
mujeres por causa de tuberculosis, o las 194 mujeres que mueren por mal de
chagas. O las muertes de mujeres por violencia de género. Esto tendría que 3
ser de máxima prioridad nacional.
16. La vida -como bien explica la biología- empieza en ese instante
revolucionario de la fecundación (singamia). A partir de ahí hay un
“Otro diferente”, un individuo humano distinto al padre y a la madre,
determinado, con una cinta genética de ADN única, que la vamos a
llevar hasta la muerte natural. Esta individualidad genética es lo que
determina la existencia de la vida. Es un ser humano en gestación, tiene un
manual de información autónomo, único e irrepetible, en desarrollo y
coordinado desde sí mismo. Esto último no es metafísica, es biología,
existe, está ahí, es objetivo. El embrión de una especie humana, comparte
el mismo sustrato biológico y genético con el individuo vivo de la especie,
aunque todavía no pueda ejercer sus derechos.

17. Como bien dice el Ex Presidente de Uruguay, Dr. Tabaré Vázquez, en el


fundamento del veto contra el aborto en noviembre de 2008: "La
legislación no puede desconocer la realidad de la existencia de vida
humana en su etapa de gestación, tal como de manera evidente lo revela
la ciencia"; "El verdadero grado de civilización de una nación se mide
por cómo se protege a los más necesitados. Por eso se debe proteger más a
los más débiles". En otra presentación Tabaré Vázquez citara al científico
Angelo Luigi Vescovi que dirá: “El embrión es un ser humano. Esto es
innegable. Cualquier posición de hacer comenzar la vida humana en un
momento posterior es arbitrario y no sustentable de argumentación
científica”.

18. Quiero hacer algunas advertencias concretas sobre los proyectos que
promueven la legalidad del aborto. La combinación de aborto legal en
cualquier etapa del embarazo (ejemplo: 1 semana hasta los 8/9 meses) para
determinadas causas que puedan producir daño psicológico en la mujer, más
la presión que esto va a generar en los médicos para solicitar estudios
prenatales para cubrirse de futuros juicios de mala praxis, van a hacer
imposible el nacimiento de niños con discapacidad. Esto está pasando en
los países desarrollados donde sancionaron leyes de aborto.

19. Quiero también rechazar la eliminación del derecho a la objeción de


conciencia de los profesionales médicos. Esto es cuestionable tanto desde el
punto de vista jurídico, como desde el juramento hipocrático mismo. Dice el
ya citado Ex Presidente del Uruguay y Oncólogo, Dr. Tabaré Vázquez:
“Cuando se une un espermatozoide con un óvulo, en ese momento de la
unión, el ser que se crea ya está absolutamente determinado por sus
características” (…). “El juramento hipocrático obliga a respetar la vida
en todas sus manifestaciones, desde el mismo momento de la concepción”
(…). “Yo tengo la convicción científica de que somos lo mismo que fuimos
desde el momento de la concepción” (…). Entrevista de Carlos Liscano a
Tabaré Vásquez en el diario El Observador del 15 de noviembre de 2002.
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20. Creo que nadie busca un aborto como fin en sí mismo. Sería un horror.
El aborto es un drama, un desgarro, golpea, deja secuelas. Hay que
caminar por una legislación por la vida, de la vida por nacer y de la Mujer.
A ella se la debe ayudar. El estado -mediante programas de políticas
públicas integrales- debe contener, asegurar, promocionar a la mujer y su
criatura, especialmente al embarazo no deseado. Toda la sociedad debe dar
una respuesta.

21. El artículo 75 Inc. 23 de la Constitución Nacional nos muestra el camino


a las respuestas que estamos buscando. Dice “Legislar y promover medidas
de acción positivas que garanticen la igualdad real de oportunidades y de
trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por esta
Constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre derechos de
los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad.
Dictar un régimen de seguridad social especial e integral en protección del
niño en situación de desamparo, desde el embarazo hasta la finalización
del periodo de enseñanza elemental, y la madre durante el embarazo y el
tiempo de lactancia”.

22. Este debate debiera abrir la oportunidad de que profundicemos en


propuestas jurídicas, educativas y de salud que den respuestas concretas.
Abordar por ejemplo -y de manera urgente- una educación sexual integral
(por lo menos que se cumpla la ley 26.150 que crea el Programa
Nacional de Educación Sexual Integral), que nos permita aumentar
nuestra capacidad de discernimiento, decisión y bajar de esta manera los
embarazos no deseados en adolescentes.

23. La defensa de toda vida humana debe ser lo más importante de nuestra
Nación. Es un tema esencial que hace a la ética de la solidaridad de los
individuos y pueblos. Todo proyecto político, económico y social debe
proteger la vida, especialmente la más débil, vulnerable, necesitada. Debe
terminar con la explotación, los excluidos, la pobreza, la indigencia. De lo
contrario seguiríamos profundizando la crisis humana, social y ecológica en
nuestra patria, apoyando proyectos que afectan la dignidad de los hombres y
de la vida.

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