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Desde que la psicología social conquistó su autonomía, siempre se ha sentido fascinada, de una forma u otra,
por los cambios que sufren las percepciones, los juicios y las opiniones de un individuo.
La psicología social ha volcado todos sus esfuerzos en el análisis de un aspecto particular del fenómeno de
influencia, a saber, el proceso de conformidad.
Se consideraba que el comportamiento tenía por función primera asegurar la adaptación a una realidad física
y social y se suponía era dada y predeterminada para todos los individuos.
Los individuos se esfuerzan en organizar su medio, de manera que puedan predecir los acontecimientos y
puedan actuar o prepararse para la acción.
La función de la influencia social.- Resulta evidente que es una sociedad, una organización, una familia o un
grupo no podrían preservar su integridad sin imponer a todos sus miembros reglas comunes y convenciones
bien definidas, normas que deben compartir y disposiciones que deben obedecer.
El proceso de conformidad adquiere la mayor importancia, ya que asegura la continuidad de la existencia del
grupo.
Hablar de cambio social es hablar de innovación, de la influencia activa de las minorías o los individuos sobre
una mayoría o un grupo. Esto significa, que se considere que la innovación sea una forma de desviación, de
no conformidad o de independencia, ya que constituye un proceso distinto y fundamental de la existencia
social.
La adaptación de los individuos y grupos a un medio determinado ya no puede ser vista como la única
función del comportamiento individual y social: ésta no es más que la contrapartida de la adaptación del
medio a los individuos y grupos. La influencia social no tiene por única función reducir las diferencias entre
los individuos, imponerles una visión uniforme de la realidad y eliminar a los desviados.
Ya no podemos considerar que el proceso de influencia se desarrolle en una sola dirección, sino hay que
considerarlo como algo sintético, como un proceso que incluye la acción y la reacción tanto de la fuente
como del blanco.
Si queremos respetar la complejidad de las interacciones sociales cotidianas y no perder de vista los
diferentes aspectos bajo lo que se presentan los fenómenos de influencia social en general y los de influencia
de las minorías en particular.
En un grupo, carecen de la fuerza numérica del poder y de la competencia necesaria para imponer
simplemente su punto de vista a una población de mayor importancia. El individuo o la minoría son
despreciados y puestos en ridículo.
Subgrupos minoritarios, carentes de poder y competencia reconocidos, mientras que los grupos y las
autoridades se esforzaban por conservar el statu quo.
Existirían dos tipos de subgrupos minoritarios; las minorías nómicas y las minorías anémicas. Unas y otras se
distinguen por su comportamiento no conformista caracterizado y similar. Se niegan a reconocer la norma de
la mayoría o la respuesta dominante.
La minoría anémica sin referirse al grupo dominante o a la respuesta del grupo mayorista, carece de normas
o respuestas propias. Su comportamiento no conformista no es más que la trasgresión.
La minoría nómica parece mucho más exacto definirla refiriéndose a los aspectos idiosincrásicos. Adopta y
proclama una norma de recambio, una contra-respuesta.
El grupo minoritario nómico puede adoptar dos aspectos: el de grupo ortodoxo o pro-normativo, o el de
grupo heterodoxo o contra-normativo. El primero se desplaza en la misma dirección que la norma
dominante, aunque va más allá, exagerando la norma de la mayoría. El segundo va en contra de la norma
dominante y opone a ésta una contra-norma, una norma minoritaria.
Para que una minoría sea considerada como una fuente potencial de influencia, es necesario que disponga
de un punto de vista coherente, bien definido que
Esté en desacuerdo con la norma dominante de forma moderada o extrema, y que podamos calificar su
posición como ortodoxa o heterodoxa.
Cada tipo de influencia correspondería a un tipo particular de negociación, a una forma particular de hacer
frente a un conflicto. Los estudios muestran que el estilo cognitivo determina la medida en que una o varias
personas ejercen una influencia dentro de un grupo, somos influenciados por alguien porque dependemos
de él, ya sea porque tiene una mayor autoridad, porque es más competente y así sucesivamente. O bien que
somos influenciados por el grupo y por la mayoría porque deseamos obtener su aprobación y porque
consideramos sus que juicios u opiniones encierran una mayor verdad.
Los estilos de comportamiento de las minorías
Como toda secuencia de comportamiento, el estilo de comportamiento presenta dos aspectos. Su aspecto
instrumental proporciona una información sobre el objeto que hay que juzgar. Su aspecto simbólico nos
informa sobre la persona que adopta dicho comportamiento particular.
Existen varios estilos de comportamiento que podrían tener importancia dentro de nuestro análisis del
proceso de influencia social, a saber: la inversión, la autonomía, la equidad, la rigidez y la consistencia.
La teoría de atribución (Hender, 1958, Nelly, 1967), los individuos, durante la interacción con otros individuos
o cuando entran en relación con objetos, emprenden un proceso de deducción que les permite desprender
de la masa de acontecimientos y comportamientos variables los fundamentos permanentes e invariables. Un
individuo puede controlar su entorno, organizado, predecir lo que sucederá posteriormente y dominar su
evolución futura.
En este estudio intervienen tres variables. Primero, el estilo desviado que da pruebas de consistencia fuente
o débil. En los grupos de cohesión fuerte, los sujetos son informados de que cada uno de los miembros del
jurado ha sido evaluado positivamente por los otros miembros del grupo. En los grupos de cohesión débil, los
sujetos son informados de que los miembros del jurado han sido evaluados de forma negativa.