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Atrapados en las redes sociales

Buenos días jurado, maestros, compañeros presentes y público en general hoy


vengo a hablarles de un tema que hoy en día está más presente que nunca “las
redes sociales” han cambiado radicalmente la forma de comunicarnos e interactuar
con los demás. A nivel personal, podemos compartir fotos, videos y comentarios
con familiares y amigos, desde cualquier lugar y en cualquier momento. A nivel
profesional, las redes sociales se han convertido en una eficaz herramienta para
potenciar nuestras empresas o proyectos. Mediante las mismas, podemos dar a
conocer más directamente nuestro producto y nos permite interaccionar con
nuestros clientes, actuales o futuros.

Pero como en todos los ámbitos de la vida, cualquier conducta se puede llegar a
convertir en adictiva y el uso de las redes sociales no es ajeno a este problema.
Cada vez son más personas las que acuden a terapia para solucionar su problema
de adicción a Internet y a las redes sociales porque se dan cuenta que han
perdido el control respecto a ellas. Son muchos los adolescentes que acuden a
consulta (por ser más vulnerables a las conductas adictivas), pero también se está
incrementado el número de personas adultas que están mostrando esas mismas
conductas adictivas a las redes sociales.

Se trata de personas que muestran un progresivo desinterés por el mundo “real” y


que focalizan su tiempo, esfuerzo e intereses, en su mundo “virtual”. Pasan
demasiado tiempo “enganchados” a las redes sociales, interactuando
compulsivamente y eso les hace parecer ante los que les rodean, personas
ausentes, distraídas y desinteresadas de lo que les ocurre alrededor. Han
empezado a descuidar sus relaciones “cara a cara” porque ya no les interesan tanto
como sus relaciones “virtuales”. Su círculo de amistades principal está en la “red”
de “amigos” que tienen en su perfil de Facebook o Twitter, dedicándoles más tiempo
a estos que a los que tiene en su vida real. En un día típico, 70% de los jóvenes
estadounidenses (alrededor de 17 millones) de entre 12 y 17 años pasaron desde
un minuto hasta varias horas en Facebook, MySpace y otras redes sociales, según
el Centro Nacional sobre Adicciones y Abuso de Sustancias. Esto ocasiona una falta
de habilidades sociales cuando se producen las interacciones “cara a cara”. Tienen
dificultad en apagar el móvil o la tablet cuando están con amigos o familiares e
incluso se sienten frustrados y enfadados cuando se interrumpe la conexión a
Internet. Su rendimiento académico, o laboral, se puede ver también afectado. La
adicción a las redes sociales y a Internet puede ocasionar también problemas de
pareja, o familiares.

Comienzan a ser recursos de información que compañías, agencias de publicidad


y gobiernos comienzan a salir beneficiados, es una puerta muy útil para
secuestradores o
Ante esta situación, la mejor receta es el uso de la moderación y del sentido común;
como en cualquier aspecto de nuestra vida. No podemos, ni debemos, prescindir de
Internet y de las redes sociales, pero si podemos moderar nuestro tiempo de
conexión, y así potenciar otros aspectos de nuestra vida: en concreto, nuestras
relaciones sociales tradicionales. Las de “cara a cara”. Viene bien para esto, el
realizar actividades que nos pongan en contacto con otras personas que tengan
nuestros mismos, o parecidos, intereses y aficiones; esto nos ayudará a enriquecer
nuestra vida y además aumentará nuestra autoestima. Otra cuestión importante es,
dar más importancia al “aquí y al ahora”: esto significa saber disfrutar del momento
plenamente (por ejemplo, disfrutar de una reunión con amigos sin estar viendo el
móvil, o de un placentero paseo por el campo aunque estemos fuera de cobertura),
sin tener la necesidad de publicar en las redes sociales lo que estamos haciendo.
Para disfrutar de los de lo que hacemos, debemos abandonar la costumbre de tener
la necesidad de colgar en las redes sociales cada cosa que hacemos o pensamos.

Es importante reivindicar más sentido común en el uso que se hace de las redes
sociales por parte de los adultos y de una mejor pedagogía por parte de estos hacia
los adolescentes y a los niños en el uso de estas herramientas. Sirvamos de ejemplo
a nuestros hijos en el uso responsable de las nuevas tecnologías. No olvidemos que
ellos nos imitan en todo

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