En su recorrido a través del nacimiento y el transcurso del Imperio Carolingio,

Mínguez explora-como índica su título- las claves que hicieron posible tal proceso. Muy
lejos de la pompa y gloria cegadoras de la superficie que la historiografía tradicional ha
revelado como fundamental, este autor bucea en las contradicciones profundas del poder
que formaron las bases para la construcción y al mismo tiempo la caída del Imperio
Carolingio.
Un aspecto central de las contradicciones que aborda Mínguez es el de la división de
la tierra. Con la muerte de Clodoveo en el 511, la Galia Romana fue dividida entre sus
cuatro hijos lo que provocó guerras y división internas por más de cincuenta años. A la
muerte del rey Franco Clotario I sin embargo se habían consolidado tres zonas políticas de
poder, Austrasia al noroeste, Neustria al sur y oeste y finalmente Borgonña al suroeste en
las cuencas del Ródano y Saona. El enfrentamiento entre estas tres unidades políticas bajo
la hegemonía de la primera, propiciaría el traspaso de poder desde el rey a la nobleza y la
consecuente caída de los merovingios a manos de los mayordomos de palacio. Este se
debió a un doble proceso. Además de la ambición de los mayordomos de destronar a los
reyes en decadencia, su cargo se volvió hereditario generando así dinastías. Estos
personajes serían los protagonistas de la unificación del territorio.
La antigua Galia estaba compuesta por distintos grupos que a lo largo de los años
habían establecido sus asentamientos en los antiguos territorios romanos y que sufrieron
diferentes intentos de unificación que fueron más o menos fructíferos dependiendo del jefe
de los francos que ostentaba el poder en cada momento. Políticamente se puede hablar de
tres reinos diferenciados: Austrasia, Neustria y Borgoña, desde Clodovedo pasando por
Clotario, Sigeberto… las luchas de los reyes de estos territorios entre si por alzarse por el
poder y conseguir la unificación del territorio de los francos se fueron sucediendo hasta el
ascenso al poder de la dinastía llamada de los “Pipínidas” sustituyendo así a la dinastía
merovingia. La influencia de los nobles sobre los diferentes monarcas francos era ejercida a
través de la figura del mayordomo de palacio, que pertenecía a alguna de las familias
nobles, y era el que realmente ostentaba el poder, los llamados monarcas “holgazanes”
propiciaron el ascenso al poder de las familias nobles representadas por el mayordomo de
palacio. En el año 751 Pipino III mayordomo de la monarquía Austrasiana, da un golpe de
estado después del cual es proclamado rey de todos los francos, la nobleza austrasiana se
impone así a la de Neustria. En los últimos dos siglos se habían producido cambios sociales
de gran importancia que determinaron la llegada al poder de los austrasianos, estos estaban
establecidos en una zona fundamentalmente agrícola de población rural muy poco
romanizada y por tanto poco esclavizada, el desarrollo cultural y social de la zona era muy
diferente al de las poblaciones más expuestas a la influencia romana, estas características
son esenciales para entender las claves del “sistema carolingio” donde predomina el
desarrollo rural de los pueblos y el poder se establece por la posesión de las tierras.
La familia de los Pipínidas controlaba la mayordomía de Austrasia desde el siglo VII,
iniciada con Carlos Martel (686-741) padre de Pipino III (715-768). La política que se
instauró con el ascenso al poder de la familia de los Pipínidas se mantuvo durante varios
siglos hasta el declive del imperio carolingio, aunque con la llegada al poder de
Carlomagno, la dinastía pasó a llamarse de los carolingios. La instauración del ritual de
coronación del emperador por parte del Papa iniciado en el año 800 con Carlomagno (742-
814), hijo de Pipino III y principal protagonista del conocido Imperio Carolingio, identifica
claramente la importancia que adquiere la relación entre estado e Iglesia. Durante los dos
siglos que transcurren entre la vida de Carlos Martel y la de su nieto Carlomagno se
suceden múltiples acontecimientos que contribuyen a enriquecer y extender el “sistema
carolingio” que determinó esta época: Este “sistema” en contraposición con el romano
aboga por la ruralización de la economía y la sociedad de época Apoyo de la nobleza a
cambio de favores que normalmente se traducían en concesión de tierras. Múltiples guerras
con diferentes pueblos limítrofes con los francos: sajones, lombardos, ávaros… estas
conquistas se realizaron a través de la imposición o por el establecimiento de los francos en
los territorios conquistados lo que permitía la cristianización y adaptación de los pueblos
anexionados. La expansión militar proporcionó además el caldo de cultivo para el futuro
sistema feudal con la generación de múltiples ducados en los territorios conquistados y
la implantación del vasallaje como sistema de fidelidad a la corona y prestación de
servicios militares. Cristianización de los pueblos conquistados. Estrecha relación con la
Iglesia con la que se establecieron alianzas que garantizaban la independencia del Papado
así como la defensa de los territorios eclesiásticos que habían sido inicialmente usurpados a
la Iglesia y posteriormente devueltos. Carlomagno puso especial interés en que estas
relaciones con el Papado fueran intensas protegiéndole de los poderes lombardos y del
emperador de Bizancio. Carlomagno intervino en la política eclesial y fue defensor de los
dogmas de la Iglesia y de la tesis que San Agustín promulgó sobre las relaciones entre el
poder temporal y el espiritual, de ahí que Carlomagno al ser coronado por el Papa sintiera
como legítimas sus continuas intervenciones en la política eclesial Diferentes intentos de
acercamiento al Imperio Bizantino que no son posibles hasta mediados del siglo IX. Por
todo lo narrado y lo mucho que quedaría por decir acerca de este momento de la historia, es
definitivo concluir que no es posible el análisis aislado de un personaje ni de sus acciones si
no se estudia previamente los antecedentes y el contexto que envuelven a este en su época.
No podríamos entender las actuaciones de Carlomagno y su importancia histórica si
previamente no hubiéramos analizado cuál era su procedencia y cómo actuaron los
miembros de su familia para la implantación de lo que hoy conocemos como la dinastía
carolingia.