Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Himnos:
Himnario Adventista, #183 "Promesa Dulce" Himno 265. Himnario Adventista, #266 #496
Presupuesto
INTRODUCCION
La Segunda Venida de Cristo será el evento cumbre de la historia del cristianismo. Jesús
muy pronto aparecerá en las nubes de los cielos con toda la hueste de Ángeles celestiales.
Viene a buscarnos para llevarnos a la Nueva Jerusalén. Procuremos estar listos para ese
glorioso viaje a la Nueva Jerusalén
ANCIANA: Vengo a comprar mi pasaje para la Tierra Prometida. Este es uno de los días
más felices de mi vida. Desde que conocí el mensaje del tercer ángel, anhelo la llegada del
momento en que podré salir de esta tierra convulsionada. ¿Cuánto falta para la hora de
partida?
ANCIANA: El mismo día que oí esa emocionante invitación, decidí participar de este viaje.
Hace mucho que pido perdón de mis pecados. Muchas veces me desanime, pero al recordar
la recompensa y el amor de mi Salvador, recobraba el ánimo. Aquí esta lo poco que poseo.
Seguramente no lo voy a necesitar.
VIAJERO: Buenos días; quería hacer algunas averiguaciones acerca del viaje en este tren.
¿Cuál es la frecuencia y el horario de los viajes? ¿Cuándo vuelve este tren que saldrá dentro
de poco? Tengo planes de visitar Europa, y quiero conocer Ceilán el año próximo. Me
encanta viajar, y pienso dar la vuelta al mundo. Ando averiguando que medio de transporte
me serviría.
GUARDIA: Lo siento. A usted también se lo invita a subir. "El Espíritu y la Esposa dicen:
Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiere, tome del agua de la
vida del balde" (Apoc. 22: 17). Al gran Maquinista lo apena mucho que usted se niegue a
subir. Pero usted es quien debe elegir: "Escogeos hoy a quien sirváis" (Jos. 24:15). (El viajero
se va).
GUARDIA: No cuestan nada. Ya Jesucristo reservo los asientos en la Cruz del Calvario.
SENORITA: Pero a mí no me interesa aceptar caridad de nadie.
GUARDA: Su dinero no tiene ningún valor en este caso. No hacemos diferencia entre los
ricos y los pobres; por lo tanto, usted debe desprenderse de sus joyas para viajar en este tren.
SENORITA: Esta invitación es demasiado generosa. Jamás acepte algo parecido; pero....
pensándolo bien.... si Dios tanto amo al mundo que dio a su Hijo unigénito, yo debiera estar
dispuesta a dejar estas vanidades. (Se quita las joyas).
GUARDIA: ^Hizo ya los preparativos? ¿Conoce las condiciones? ¿Suele hacer algo que
Jesús no haría si estuviera en su lugar?
FASTIDIOSO: Este... me parece que estoy en condiciones de viajar. Guardo todos los
mandamientos y soy active en la iglesia. Pero... ahora recuerdo algo...
GUARDIA: ¿Bien?
FASTIDIOSO: Tengo la costumbre de fastidiar a la gente. No creo que sea algo muy malo,
porque no perjudico a nadie. Lo hago por divertirme. Fastidio a todo el mundo, a mis padres,
hermanos y compañeros.
GUARDIA: ¿Cree usted que a los demás le gustan sus bromas tanto como a usted?
FASTIDIOSO: Y.… bueno... Seguramente que no. Uno no debe hacerles a los demás lo que
no quiere que ellos le hagan a uno. La verdad es que no había reflexionado. Resuelvo no
hacerlo más.
LA FAMILIA: (Cuatro personas). Queremos cuatro boletos para la Nueva Ciudad. ¿Cuánto
es?
GUARDIA: La sangre de Jesús. Basta con aceptar su generoso sacrificio. Él lo pago todo.
GUARDA: (dirigiéndose al padre): A Cristo le agradara ver que usted lleva su familia
consigo. El ama a todos los niños, y se complace al ver que se los educa siguiente las normas
del Señor. Bienaventurado el hogar que no está dividido, cuyos miembros se unen para adorar
al Padre Celestial. Sírvase los cuatro boletos.
GUARDIA: No es tarde. El tren no llego todavía; pero falta poco. El jefe nos avisara en
cuanto las vías estén libres, y se haya dado aviso a todo el mundo.
GUARDIA: Es muy cierto. Los ciegos verán y los cojos saltarán. ¿No oyó esas promesas
bíblicas? ¿Está seguro de que está preparado para abandonar todo y seguir a Cristo?
GUARDIA: ¿Esta seguro de que este es el tren que usted busca, y que ha confesado todos
sus pecados al Padre Celestial?
CIEGO: Si, señor; lo he pensado bien, y sé que esto es todo lo que puedo ofrecer por todo lo
que debo.
ANA: ¡Que suerte que la bonetería está abierta ahora! Voy a comprar el boleto enseguida,
porque tengo mucho que hacer durante el resto de la semana.
GUARDIA: Solamente los que estén dispuestos a esperar y velar, abandonándolo todo,
pueden recibir un boleto.
ANA: Si, pero debo atender esos asuntos durante algunos días no más. Por otra parte, quiero
ir, pues estoy preparada. No puedo recordar ningún pecado que me impida el viaje. Por qué
no puedo pagarle el boleto ahora, y volver luego, ¿cuándo acabe con mis ocupaciones?
GUARDIA: En primer lugar, no se pueden comprar los boletos, porque son demasiado caros
para los seres humanos. El Gran Maquinista, cuando proyecto este viaje muchos siglos atrás,
decidió que los boletos serian gratuitos, si se aceptaban ciertas condiciones.
VIRGINIA: ¿Dígame, señor, aquí se compran los boletos para la Nueva Jerusalén?
VIRGINIA: Pero yo quiero viajar. ¿Si no se venden, porque se le da tanta publicidad a este
viaje? ¿Como puedo hacer para conseguir un boleto?
GUARDIA: Hace mucho que se pagó el precio de su boleto. Falta que usted decida si lo va
a aceptar. Para eso debe apartarse de sus pecados. Ese equipaje no cabe en el tren.
VIRGINIA: Lo único que podría parecer malo es que leo novelas y cuentos livianos. Pero no
vea nada malo en eso, porque mientras me entretengo leyendo, no hago otra cosa peor.
GUARDIA: ¿Así que cree que eso le hace bien? Píenselo otra vez. Piense en cuantos
capítulos de la Biblia está leyendo actualmente. Piense en el ánimo que imparte a los
enfermos que visita con el producto de su lectura. ¿Vale la pena gastar su tiempo en eso?
VIRGINIA: Tiene razón, no vale la pena. Amo tanto a Dios que abandonare todo lo que sea
necesario para poder verlo cuando venga. ¿Me puede dar el boleto ahora?
MATRIMONIO JOVEN; EL: Nos hablaron mucho del viaje a la Nueva Jerusalén. ¿Que
debemos hacer para conseguir un boleto?
GUARDIA: Examinen su vida para ver si guardan pecado. Arrepiéntanse y apártense de él.
Luego confíen en Jesús, quien hará lo demás.
EL: Me siento indigno de su bondad; pero no recuerdo ningún pecado oculto en mi vida.
Diariamente ruego a Dios que purifique mi vida de toda escoria. No quiero que nada me
separe de Dios.
ELLA: Le confieso que mi esposo piensa que yo soy muy criticona; pero, vea usted, algunas
personas de la iglesia proceden de una manera que dan mucho que pensar; lo mismo digo de
muchos pastores. Pero, ahí tiene usted, en el anden esta el Hermano X, con su boleto en la
mano; usted viera el genio que tiene; es cierto que después de sus estallidos se arrepiente,
pero eso no es cristianismo. Mientras la gente se porte de esa manera, me parece que no es
tan malo que yo hable de ella, siempre que haga mis comentarios en casa o entre un grupo de
amigos íntimos. De todas maneras, quiero ir con mi esposo, así que...
GUARDA: Lo lamento, pero no podrá viajar mientras siga pecando por criticona.
EL: Entonces yo tampoco iré.
GUARDIA: Reconozco que el problema es muy doloroso. Pero recuerden que Jesús dejo el
cielo por ustedes. Y usted, joven, no olvide que posiblemente nos toque dejar nuestros amigos
y hasta nuestra familia para entrar en el reino. Debe abandonarlo todo y seguirlo. Decídase
pronto, que el tren llegara dentro de poco.
ELLA: No me aflijo por ir. Hay demasiados pecados en la iglesia. Esperare hasta que los
miembros de la iglesia cambien de actitud. Adiós.
GUARDIA: Sírvase.
GUARDIA: A Dios no le interesan los sabios que para conseguir sus conocimientos
despreciaron sus mandamientos y preceptos y no se preocuparon de darle honra ni pensaron
en su obra.
DONALDO: De todas maneras, me gustaría comprar el boleto ahora por si cambio de idea.
GUARDIA: Los boletos se dan gratuitamente a todos los que aceptan los reglamentos. No se
admite dilación. Ahora hay que decidirse.
DONALDO: ¿Puedo dejar pasar algunos días antes de decidirme? Debo retirarme a algún
lugar donde pueda meditar. Nunca pensé que fuera tan difícil conseguir pasaje para el cielo.
(Empieza a retirarse).
GUARDIA: ¿Y que me dice si el tren se va antes de que usted vuelva? No se harán cambios
de última hora. Lamento no hacerlo convencido. Buenos días, señor.
(Se van todos de la plataforma. El encargado grita: "Pasajeros al tren". Se oye un silbato. Se
produce silencio durante unos segundos).
ANA: (Llega corriendo) Donde está mi boleto? El tren todavía no salió de la estación.
Llamare a esta puerta: (Llama con más fuerza cada vez). Ah, ya se va. ¡Lo perdí para siempre!
Es demasiado tarde.
CONCLUSION
Querido joven cristiano y amigo visitante, que Dios te ilumine el camino que conduce a la
Nueva Jerusalén.