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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS


ESCUELA DE MEDICINA

CÁTEDRA DE PEDIATRÍA

TEMA:
PEDIATRÍA PREVENTIVA

ELABORADO POR:
PALACIOS CEDEÑO MISHELL ALEJANDRA

DOCENTE:

DR. ENRIQUE BEJAR ORTIZ

CURSO:
GRUPO #6 – NOVENO SEMESTRE

2018 - 2019
Contenido
El campo de la pediatría ............................................................................................................... 1
Aspectos generales de la pediatría .............................................................................................. 2
Actividades básicas de la pediatría ........................................................................................... 3
Límites de la pediatría ............................................................................................................... 4
Características propias de la pediatría ...................................................................................... 4
Calidad y seguridad en la asistencia sanitaria infantil ................................................................ 6
Ética en la atención pediátrica ..................................................................................................... 8
Aceptación y permiso parental ................................................................................................. 8
Tratamiento de niños en estado crítico ................................................................................... 9
Certificación de la muerte y donación de órganos ................................................................ 10
Objeciones religiosas o culturales al tratamiento .................................................................. 10
Comités pediátricos y consulta ética....................................................................................... 10
Asistencia sanitaria en adolescentes....................................................................................... 11
Equilibrio entre los intereses maternos y fetales ................................................................... 11
Aspectos culturales de la asistencia pediátrica ......................................................................... 12
Relevancia de la cultura en la práctica médica ....................................................................... 12
Avances en salud infantil: guías preventivas, detección selectiva y asesoramiento ............... 13
Lactancia y primera infancia ................................................................................................... 15
Infancia intermedia y adolescencia ......................................................................................... 16
Control de las lesiones................................................................................................................ 16
Principios del control de las lesiones ...................................................................................... 17
Factores de riesgo para las lesiones en niños ......................................................................... 18
Pediatría preventiva ................................................................................................................... 20
Panorama actual de la pediatría preventiva ........................................................................... 20
Fuentes de información.............................................................................................................. 22
s

El campo de la pediatría
La pediatría es la especialidad médica que estudia al niño y sus enfermedades. El
término procede del griego paidos (niño) e iatrea (curación), pero su contenido es
mucho mayor que la curación de las enfermedades de los niños, ya que la pediatría
estudia tanto al niño sano como al enfermo.

Se la define como la rama de las ciencias médicas que estudia al niño como ser humano
que permanentemente cambia desde los puntos de vista biológico, psicológico y social,
y está en continuo crecimiento y desarrollo.

Afortunadamente la pediatría,
ha evolucionado, acercándose
cada vez más a la pediatría
preventiva que llevará a lograr
el ideal de todo pediatra:
lograr una infancia sana y feliz.
“Una infancia, de niños que no
mueran.”, Niños que, gracias a
las medidas y actividades
preventivas tengan
crecimiento y desarrollo
saludables hasta completar la
madurez, lo cual dará adultos
sanos y fuertes.

Por lo cual es necesario que el pediatra desempeñe su importantísimo papel que implica
conducir el sano crecimiento y desarrollo armónicos, pues su labor no puede
concretarse tan sólo a atender y curar enfermedades físicas, sino que debe constituirse
en orientador y guía del binomio padre-madre para coadyuvar en la solución de los
múltiples problemas que alteran el sano crecimiento y desarrollo del niño como un ser
biológico, psicológico y social.

En la antigüedad la pediatría no existía como una disciplina médica, sino que la salud de
los niños quedaba bajo responsabilidad de sus madres y comadronas. A partir
del Renacimiento comenzó a considerarse las enfermedades de los niños como una
especialidad médica y, recién en el siglo XIX, la pediatría se convirtió en una rama
científica.

Francia y Alemania fueron los primeros países en desarrollar los conocimientos y


servicios pediátricos modernos. Los hospitales infantiles no tardaron en esparcirse
por Europa y Estados Unidos, antes de extenderse hacia otras regiones del mundo.

Cabe mencionar que existen diversas ramas dentro de la pediatría, tales como la
odontopediatría, que se encarga del estudio de afecciones de los dientes, así como de
la boca desde un punto de vista estomatológico. A pesar de dichas distinciones, en la

PEDIATRÍA – GRUPO 6 1
actualidad se pretende aunarlas en la pediatría, convirtiéndola en el único destino de
quienes buscan cuidar la salud de sus hijos.

Resulta interesante señalar la importancia de la influencia que los pediatras ejercen


sobre sus pacientes, dado que éstos suelen encontrarse en pleno desarrollo psíquico.
Por ejemplo, uno de los trastornos físicos más conocidos es la obesidad y, cuando tiene
lugar en la infancia, muchos padres deciden poner a sus hijos en manos de un
profesional. En este caso, es imprescindible que el médico no sufra del mismo problema,
o que esté siguiendo un tratamiento para superarlo, dado que el cumplimiento de sus
indicaciones perderá fuerza si éstas no se sustentan de un ejemplo adecuado.

El papel de la pediatría excede los límites del cuidado del cuerpo; deben ayudar a sus
pacientes a responder el sinfín de preguntas que los desbordan, a entender que deben
aceptar sus defectos físicos y a buscar el bienestar por encima de la estética.

Aspectos generales de la pediatría


La pediatría es la única disciplina
dedicada al bienestar de los lactantes,
los niños y los adolescentes,
englobando aspectos como su salud,
su crecimiento y desarrollo físico,
mental y psicológico, así como la
posibilidad de que logren todo su
potencial como adultos.

Los pediatras deben preocuparse no


sólo de órganos, sistemas y procesos
biológicos específicos, sino también
de las influencias ambientales, sociales y políticas, que tienen un impacto considerable
sobre la salud y el bienestar de los niños y sus familias.

Los niños no pueden defenderse a sí mismos. Los pediatras, al ser los profesionales
dedicados por completo a promover el bienestar de los niños, deberían actuar como
defensores de cada niño individual y de todos los niños en su conjunto, con
independencia de su cultura, religión, sexo, raza u origen étnico, o de su procedencia
local, estatal o nacional.

Hace más de un siglo, la pediatría emergió como una especialidad médica en respuesta
al hecho cada vez más evidente de que los problemas sanitarios infantiles difieren de los
de los adultos, y que la respuesta de los niños a la enfermedad varía con la edad.

En una época de profundos cambios demográficos y profesionales, con nacimiento de


menos niños, las demandas de asistencia crecen, al tiempo que en la pediatría clínica,
científica y asistencial, tanto primaria como hospitalaria, emergen otras orientaciones,

PEDIATRÍA – GRUPO 6 2
como el predominio de tareas preventivas, la preocupación social, los trastornos del
desarrollo, la bioética, la necesidad de adquirir una competencia cultural y emocional
adaptadas al entorno, además de la renovación continua de las técnicas de diagnóstico
y tratamiento.

Actividades básicas de la pediatría

Entre las principales se puede mencionar que:

 La Puericultura es igual a pediatría preventiva o higiene del niño.

 A ellas hay que añadir la pediatría social, la pediatría rehabilitadora, la


ecopediatría (salud del niño y ambiente), la llamada pediatría del desarrollo
referente a la detección temprana de trastornos psicológicos, aunque en
realidad crecimiento y desarrollo son hechos básicos de la pediatría y,
posiblemente, la biopediatría.

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 Las circunstancias varían, según se considere al menor individualmente enfermo
como motivo de una especializada asistencia (pediatría clínica), el niño sano en
que son precisas destacadas normas de higiene y profilaxis (pediatría preventiva,
puericultura, biopediatría), el niño sano o enfermo sometido al influjo físico y
psíquico de la comunidad en que se desarrolla (pediatría social y rehabilitadora).

Límites de la pediatría

Si por su contenido científico es medicina total de la edad infantil, en cuanto a los límites
cronológicos se trata de la medicina aplicada a un periodo de la vida que comienza con
el nacimiento y termina en la adolescencia, sin olvidar su intervención en el estudio e
investigación del periodo prenatal y la responsabilidad en la salud del adulto.

Grupos de edades
 Perinatal 28 semanas gestación a 7 días de vida
 Neonatal precoz 0-7 días
 Neonatal tardío 7-28 días
 Neonatal 0-30 días
 Lactante 0-12 meses
 Párvulo 2-5 años
 Escolar 6-11 años
 Pubertad 12-14 años
 Adolescencia 14-18 años

La clasificación clásica comprendía:


 Primera infancia (desde el nacimiento hasta los dos años y medio)
 Segunda infancia o edad preescolar (desde los dos años y medio hasta los seis
años)
 Tercera infancia (desde los seis años hasta la pubertad).

Características propias de la pediatría

Biología
Entre las propiedades anatómicas y funcionales del organismo infantil destacan:

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 Crecimiento y evolución morfológica. Actividad común a todos los periodos de la
infancia, es tanto más acusada cuanto más cerca está el inicio de la vida,
imprimiendo especial personalidad a toda la fisiología del niño. Ala pediatría le
corresponde el estudio del desarrollo y crecimiento del ser humano, no sólo en
el aspecto físico, sino también en el psíquico y en el social. También en este
sentido el niño no es una “miniatura del adulto”.

 Inmadurez orgánica. El niño presenta un estado de inmadurez, más evidente en


el periodo del RN, pero a menudo persiste en edades posteriores. El sistema
nervioso central (SNC) es uno de los más imperfectamente desarrollados al
nacer, pero también son conocidas las manifestaciones debidas a la falta de
madurez del hígado, pulmón, riñón, órganos sensoriales o intestino.

 Importancia de la nutrición y del metabolismo. Destaca el papel de la


alimentación y nutrición en la inmunidad y en el crecimiento, adaptándose a las
distintas edades, así como en la terapéutica de algunas enfermedades.

 Inmunidad. El niño pronto queda con su propia inmunidad rudimentaria por la


inmadurez de los distintos mecanismos defensivos. No obstante, el lactante es
capaz de producir anticuerpos cuando recibe el estímulo de antígenos de
suficiente intensidad, por lo que la elevación de la IgM será un buen exponente
de infección prenatal o neonatal y las inmunizaciones activas profilácticas
pueden aplicarse en los primeros meses de vida.

PEDIATRÍA – GRUPO 6 5
Características médicas y clínicas

 Semiología especial. No todo médico es capaz de asistir correctamente al menor


sin un entrenamiento suficiente. De ahí su obligada segregación de la medicina
general y a darle el sello de especialidad difícil, dada la necesidad habitual de
hacer la anamnesis a través de una tercera persona, la frecuente falta de signos
subjetivos, la escasa o nula colaboración en la exploración, la aparición de signos
clínicos especiales y de otros con diferente significación que en el adulto.
 Marcada influencia de la genómica y del periodo fetal. Las principales
alteraciones patológicas de origen génico, sin olvidar la importante epigenética,
se manifiestan en su mayoría en la edad infantil. Igual cabe decir de la influencia
ejercida por distintos acontecimientos patológicos posibles en el periodo
intrauterino.

 Terapéutica especializada. Existen igualmente puntos diferenciales, como la


especial sensibilidad a determinados medicamentos, la diferente tolerancia, la
necesidad de dosificar los fármacos con arreglo a la edad, al peso, a la superficie
corporal y al estado nutritivo o las dificultades de algunas vías de administración.

 Influencia del ambiente y entorno. Las condiciones de la alimentación, de la


familia, de la vivienda, del clima, de la comunidad, de la higiene general,
educación, estilo de vida, de la asistencia médica o del afecto proporcionado por
los mayores que le rodean, tienen una pronta repercusión en la vertiente
somática y psíquica sobre un organismo en desarrollo.

 Importancia de salud y profilaxis. Cada vez será la salud un aspecto que ocupará
más tiempo en el trabajo del pediatra, con tareas diversas de profilaxis, control
del normal desarrollo, promoción de la salud y del bienestar.

Calidad y seguridad en la asistencia sanitaria infantil

Existe una gran diferencia de calidad entre la asistencia basada en la evidencia conocida,
la recomendada y la asistencia real que se proporciona. Los adultos reciben una
asistencia recomendada en algo más del 50% de las ocasiones, mientras que los niños
sólo en alrededor del 46% de los casos. Esta diferencia de calidad se debe a una
disparidad entre los conocimientos y la práctica, disparidad que se acrecienta por las
variaciones en cuanto a la práctica y las diferencias asistenciales entre los distintos
médicos, centros, regiones geográficas y grupos socioeconómicos.

Se define a la calidad de la asistencia sanitaria como el grado en el que los servicios


sanitarios para las personas y las poblaciones incrementan la probabilidad de lograr los
resultados sanitarios deseados y en el que concuerdan con el conocimiento profesional
actual.

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Esta definición incorpora dos conceptos clave relacionados con la calidad de la asistencia
sanitaria: la relación directa entre la provisión de los servicios sanitarios y los resultados
sanitarios, así como la necesidad de que los servicios sanitarios se basen en la evidencia
actual.
Para medir la calidad de la asistencia sanitaria se pueden utilizar las denominadas seis
dimensiones de calidad, que se relacionan con la calidad de la asistencia y que son:

1. Efectividad: lo que significa que los servicios de asistencia sanitaria deberían dar
lugar a beneficios y resultados.

2. Eficiencia: lo que incorpora la idea de evitar el derroche y mejorar la rentabilidad


del sistema.

3. Equidad: lo que subraya la relevancia de minimizar las variaciones debidas a la


etnicidad, sexo, localización geográfica y nivel socioeconómico.

4. Oportunidad: lo que incluye la necesidad de un acceso apropiado a la asistencia.

5. Seguridad del paciente: lo que incorpora este concepto como uno de los
elementos clave en las seis dimensiones de la calidad

6. Asistencia centrada en el paciente: lo que enfatiza la relevancia de identificar e


incorporar las necesidades, preferencias y valores individuales de los pacientes
en la toma de decisiones clínicas.

La seguridad es una dimensión relevante de la calidad y los errores en la asistencia


sanitaria son una causa destacada de fallecimiento y lesiones; alrededor del 3-4% de los
pacientes adultos hospitalizados sufren perjuicios por la asistencia que se supone que
debería ayudarles, y el 7% están expuestos a un error farmacológico grave que les
perjudica o les podría perjudicar.

Múltiples factores contribuyen a los errores:

 Un sistema sanitario cada vez más complejo con una responsabilidad difusa
 Una cultura de atribuir los errores a los individuos, que pasa por alto los sistemas
problemáticos

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 Una falta de lealtad entre los médicos y los hospitales, que quita el mérito a las
prácticas centradas en el paciente
 Las políticas de reembolso, que suelen desalentar las medidas de seguridad.

Ética en la atención pediátrica


La ética pediátrica es la rama de la bioética que analiza los aspectos morales de las
decisiones que se toman respecto a la asistencia sanitaria infantil. En general, el marco
de la ética médica, que está determinado por la autonomía en los adultos, se sustituye
por el paternalismo (o parental ismo) en pediatría.
La ética pediátrica es diferente porque el clínico pediátrico tiene una obligación
mandataria independiente para actuar en el mejor interés de un niño más pequeño que
tiene prevalencia moral sobre los deseos de los progenitores del niño. Para los niños
mayores el concepto de aceptación sugiere que debe escucharse la opinión del paciente.

Estos factores crean la posibilidad de conflicto entre el niño, el progenitor y el clínico. El


enfoque de los problemas éticos que surgen en la práctica pediátrica debe incluir el
respeto por la responsabilidad y autoridad parentales, sopesadas frente a la capacidad
y autonomía evolutivas del niño. La heterogeneidad de las opiniones sociales, culturales
y religiosas sobre el papel del niño añade complejidad. Los niños son vulnerables y
resilientes a la vez, y constituyen el futuro de nuestra sociedad.

Aceptación y permiso parental

La doctrina del consentimiento informado tiene una aplicación directa limitada en los
niños y adolescentes que carecen de capacidad de decisión. La capacidad para tomar
decisiones informadas en la asistencia sanitaria implica la capacidad de comprender y
comunicarse, de razonar y deliberar, así como de analizar los elementos conflictivos de
una decisión utilizando una serie de valores personales.

La edad a la que un paciente competente puede ejercer de forma voluntaria e informada


el consentimiento para la asistencia médica varía según los diversos estados y puede
verse limitada a trastornos específicos (enfermedades de transmisión sexual,
planificación familiar, consumo de drogas o de alcohol).

A diferencia de las decisiones sobre la propia asistencia, el derecho de un progenitor a


dirigir la asistencia médica de su hijo está más limitado. Por este motivo, el término de
consentimiento parental es confuso. El concepto de permiso (en lugar de
consentimiento) parental refleja una decisión sustituta o por poderes tomada por un
progenitor en beneficio de su hijo. La decisión está circunscrita tanto por el mejor interés
del niño como por la obligación independiente de los clínicos para actuar en el mejor
interés del niño, incluso si esto supone un conflicto con un progenitor.

En cualquier caso, concreto, la decisión de lo que es o no el mejor interés de un niño


puede ser difícil, sobre todo debido a las opiniones diversas de la crianza de los hijos y

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la protección a la infancia. Los progenitores tienen (y deberían tener) una amplia libertad
a la hora de criar a sus hijos. En los casos que impliquen un riesgo considerable de
perjuicio, las preocupaciones morales deberían centrarse en evitar o prevenir el
perjuicio al niño, no en el derecho parental a decidir.

Comprender el concepto de la
aceptación es una de las
principales dificultades
conceptuales en la ética
pediátrica. La negativa (o
desacuerdo) de un niño es lo
contrario a la aceptación y
también es relevante desde el
punto de vista moral. La ética
pediátrica requiere que los
médicos y los progenitores
pasen por encima de la
negativa del niño cuando una
intervención propuesta sea
esencial para su bienestar. En
las demás circunstancias se debe solicitar la aceptación y respetar la negativa. A la hora
de buscar la aceptación de los niños más pequeños el clínico debería ayudarles a
comprender su
enfermedad, decirles lo que puede esperarse, evaluar su comprensión y si se sienten
presionados para aceptar, así como solicitar su disponibilidad a participar. Se debe hacer
todo lo posible para delimitar las situaciones en las que la prueba o procedimiento se
realizarán con independencia de la aceptación o negativa del niño.

Tratamiento de niños en estado crítico

Los lactantes, niños y adolescentes que sufren una enfermedad crítica pueden
recuperarse por completo, fallecer o sobrevivir con limitaciones funcionales nuevas o
agravadas. La incertidumbre sobre los resultados puede dificultar la planificación de los
objetivos asistenciales, o, si surgen malentendidos entre el paciente, las familias y el
personal médico, puede dar lugar a conflictos sobre los tratamientos propuestos.

Algunos de los aspectos éticos que surgen durante las enfermedades críticas son el
hecho de sopesar los beneficios, inconvenientes y perjuicios del tratamiento frente a la
incertidumbre; mantener un grado útil de transparencia y de comunicación sobre los
estándares médicos de asistencia en un centro; comprender y respetar las diferencias
religiosas y culturales que influyen en la solicitud o rechazo de tratamientos; definir los
límites terapéuticos en función de la evaluación de la inutilidad médica; reconocer la
equivalencia moral de no comenzar un tratamiento ineficaz y de interrumpirlo (aunque
estas dos opciones pueden resultar muy distintas a las familias y los profesionales), y las
controversias como no emplear la nutrición e hidratación administradas de forma
médica.

PEDIATRÍA – GRUPO 6 9
Certificación de la muerte y donación de órganos

Para evitar un posible conflicto de intereses por parte de los cirujanos o de otros
médicos que atiendan a potenciales receptores de órganos, la solicitud de la donación
debería separarse de la discusión clínica sobre la muerte cerebral o la retirada del TMSV.

Aunque los clínicos pueden ser los primeros profesionales en participar en la discusión
sobre la muerte y la donación de órganos con los familiares durante las conversaciones
sobre el pronóstico y las opciones, la discusión detallada de la donación de órganos
deberían llevarla a cabo otras personas que cuenten con una formación específica al
respecto. Este «desacoplamiento» entre la toma de decisiones clínicas y la solicitud de
la donación de órganos por personas entrenadas en ello se ha asociado con mayores
tasas de donación, quizá al proporcionar a las familias una información de expertos sin
que se perciba un conflicto de intereses.

Objeciones religiosas o culturales al tratamiento

Las diferencias en cuanto a las creencias religiosas o las normas culturales basadas en la
ética pueden provocar conflictos entre los pacientes, las familias y los cuidadores
médicos en cuanto al enfoque del tratamiento médico. Los pediatras deben mantener
una sensibilidad y una actitud de respeto ante estas diferencias, aunque reconozcan que
existe una obligación independiente de proporcionar un tratamiento médico eficaz al
niño. Se acepta que un adulto con capacidad de tomar decisiones tiene el derecho de
rechazar el tratamiento por motivos religiosos o culturales, pero los niños que aún no
han desarrollado esta capacidad se consideran una población vulnerable que tiene
derecho al tratamiento.

En situaciones que amenacen


la vida del niño o que puedan
provocar un daño
considerable, se debería
buscar la intervención legal si
los esfuerzos razonables para
lograr una toma de decisiones
colaborativa son ineficaces. Si
existe una amenaza inminente
para la vida de un niño, la
intervención médica está
justificada desde el punto de
vista ético a pesar de las
objeciones parentales.

Comités pediátricos y consulta ética

La mayoría de los hospitales tiene comités éticos institucionales para ayudar con el
desarrollo de políticas, formación y consulta ante casos concretos.

PEDIATRÍA – GRUPO 6 10
Estos comités suelen ofrecer consultas de asesoramiento sobre cuestiones éticas sin una
acción obligatoria ni ser determinantes.

Los comités de ética pediátrica suelen desempeñar al menos tres funciones diferentes:
1) La elaboración y revisión de la política institucional sobre estos temas, como las
órdenes de no RCP y la retirada del TMSV;

2) La formación de los profesionales sanitarios, pacientes y familias sobre los


aspectos éticos en la asistencia sanitaria,

3) La consulta de casos y resolución de conflictos. Aunque el proceso de la consulta


de casos puede variar, lo ideal es que el comité (o el consultor) adopte un
enfoque colaborativo que exponga todos los hechos fácilmente disponibles y
relevantes, que tenga en cuenta los valores de los implicados y que sopese los
intereses relevantes, a la vez que ofrezca una recomendación basada en un
análisis ético consecuente.

Un enfoque útil consiste en tener en cuenta los siguientes cuatro elementos:


indicaciones médicas, preferencias del paciente, calidad de vida y características
contextuales.

Otro marco basado en los principios consistiría en prestar atención al respeto a las
personas, los principios de beneficencia/ no maleficencia y la justicia.

Asistencia sanitaria en adolescentes

Muchos adolescentes se parecen más a los adultos que a los niños en cuanto a su
capacidad de comprender los aspectos de la asistencia sanitaria y de relacionarlos con
sus objetivos vitales. Los adolescentes pueden carecer de competencia definida
legalmente, aunque pueden haber desarrollado la capacidad para satisfacer los
elementos del consentimiento informado para muchos aspectos de la asistencia
sanitaria. Además, existen razones de salud pública para permitir obtener el
consentimiento de los adolescentes sobre su propia asistencia sanitaria respecto a las
decisiones de reproducción, como la anticoncepción, el aborto y el tratamiento de las
enfermedades de transmisión sexual. Si el requisito del consentimiento parental se
aplica de una forma muy estricta muchos adolescentes no buscarán atención médica, lo
que tiene efectos muy desfavorables para su salud y para el interés de la comunidad.

El pediatra no debe imponer sus propias creencias morales en estos conflictos, sino que
debe ofrecer información sin sesgos basada en la evidencia y un apoyo imparcial. Un
principio rector debería consistir en alentar a los niños y adolescentes a comenzar a
asumir responsabilidad sobre su propia salud de una forma guiada.

Equilibrio entre los intereses maternos y fetales

Algunas situaciones requieren que se establezca un equilibrio entre la salud y el


bienestar maternos y los del feto o el niño aún no nacido para tomar una decisión sólida

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desde el punto de vista ético. Estos problemas suscitan conflictos sobre la
responsabilidad de los clínicos frente a la persona viva y competente que toma las
decisiones (la madre embarazada) en contraposición a los intereses del feto o niño aún
no nacido.

Por lo general, un clínico no debería oponerse a la negativa de una mujer embarazada


respecto a una intervención recomendada a menos que 1) el riesgo para ella sea
mínimo, 2) la intervención sea claramente eficaz y 3) el perjuicio para el feto/niño aún
no nacido sin la intervención sea seguro, sustancial e irreversible.

Se debe intentar persuadir a la mujer embarazada para que acate las recomendaciones
realizadas en interés del feto o niño aún no nacido cuando se cumplan esas tres
condiciones, utilizando estrategias de apoyo, como la influencia de otros cuidadores de
confianza, sacerdotes y/o la participación de una consulta/comité de ética.

Si estas estrategias fracasan y aún hay tiempo para ello, el clínico puede solicitar la
intervención judicial como último recurso para intentar evitar un daño al feto o niño aún
no nacido. Los obstetras y pediatras pueden plantearse denunciar a las mujeres por
maltrato o abandono infantil si se piensa que el consumo de alcohol o de drogas ilegales
durante el embarazo supone un riesgo de lesión para el feto o niño aún no nacido. Sin
embargo, también deben considerar la posibilidad de obtener beneficios por esta
denuncia, el perjuicio al niño y a la madre si se pretenden presentar cargos delictivos o
modificaciones de la custodia, así como los posibles efectos que puede tener la denuncia
por alejar a la madre de la asistencia prenatal o posnatal.

Aspectos culturales de la asistencia pediátrica


Los pediatras viven y trabajan en un mundo multicultural en el que habitan 7.000
millones de personas en cerca de 200 países, con más de 6.000 idiomas diferentes. A
medida que la población global aumenta su movilidad e integración, la diversidad étnica
y económica se incrementa en todos los países.

Relevancia de la cultura en la práctica médica

El concepto de cultura abarca las formas en las que un grupo de personas comparten y
comprenden su historia, creencias y valores, y el modo en el que se implican en
conductas que reflejan estas visiones comunes del mundo.

Aunque la cultura no es sinónimo de lenguaje, etnicidad, nacionalidad o nivel


socioeconómico, los grupos con un trasfondo similar respecto a estas características
suelen compartir normas y creencias culturales. En el seno de las culturas hay marcos
para clasificar y organizar los grupos con relaciones de sangre (familia), asignar papeles
y responsabilidad en función de la edad, sexo y otros grupos sociales, así como para
definir conceptos como prosperidad, éxito, conocimiento, causas de enfermedad y
salud.

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La tipología de la enfermedad, así como los esfuerzos de prevención e intervención, y
los profesionales sanitarios están definidos culturalmente. Las creencias culturales y
prácticas relacionadas con la salud están integradas en los sistemas sanitarios
pluralistas, que engloban tanto la biomedicina como la medicina tradicional.

Los latinos pueden suscribirse a la relevancia del «personalismo», dando gran relevancia
a la cortesía frente al estrés y la adversidad. De este modo, puede que esperen que su
médico muestre cordialidad, con contacto físico en forma de apretón de manos,
palmadas en los hombros y, en ocasiones, abrazos.

Por el contrario, en la cultura musulmana se considera muy inapropiado que una


persona toque el cuerpo de alguien del sexo opuesto, incluso aunque sea en el brazo o
una palmada en el hombro.

En el seno de las culturas, las categorías establecidas socialmente de género, sexualidad


y edad afectan a las percepciones de la vulnerabilidad de una persona a una enfermedad
o trastorno concreto, así como a su acceso a los recursos del sistema sanitario.

Las adolescentes que viven en culturas con tabúes muy fuertes respecto a las relaciones
sexuales prematrimoniales (p. ej., china, musulmana, vietnamita) pueden no tener
acceso social a la protección frente a las enfermedades y al control de la natalidad (p. ej.,
preservativos), lo que da lugar a un aumento del riesgo de VIH, de otras enfermedades
de transmisión sexual y de embarazos no deseados.

Avances en salud infantil: guías preventivas, detección selectiva


y asesoramiento
La asistencia regular programada de los lactantes, niños y adolescentes sanos constituye
un esfuerzo de prevención esencial para los niños y jóvenes de todo el mundo. El cambio
constante del desarrollo del niño aporta un valor añadido a las consultas periódicas
entre los niños y sus familias con los profesionales de la asistencia sanitaria pediátrica.

PEDIATRÍA – GRUPO 6 13
Las consultas de supervisión de la salud realizadas entre el nacimiento y los 21 años son
una plataforma para la asistencia sanitaria de los jóvenes. La asistencia proporcionada
tiene lugar en el hogar médico, lo que fomenta unas relaciones estrechas entre el
hospital o la consulta por una parte y el niño y su familia por otra, facilitando la vigilancia,
detección selectiva y asistencia adecuadas en caso de enfermedad.

La asistencia preventiva de los niños y jóvenes forma parte de las actividades de la


reforma sanitaria estadounidense; este planteamiento ofrece una gran oportunidad de
ahorrar costes sanitarios. La salud de la economía requiere contar con unos trabajadores
formados y sanos. Para que los niños tengan una experiencia educativa satisfactoria
deben estar sanos desde los puntos de vista físico y emocional. El éxito educativo
también se relaciona con la adquisición de competencias del desarrollo en la primera
infancia. Por tanto, la supervisión sanitaria de los niños sanos desempeña un papel vital
en el fomento de la salud de los adultos, un concepto respaldado por los líderes
empresariales.

La frecuencia y contenido de las actividades asistenciales del niño sano derivan de la


práctica basada en la evidencia y de la investigación. Además, las agencias federales y
las organizaciones profesionales como la Academia Americana de Pediatría (AAP) han
desarrollado guías de asistencia, consensuadas por expertos y basadas en la evidencia.
Su finalidad es orientar a los pediatras de atención primaria para realizar ciertos servicios
y hacer observaciones en consultas de edades específicas, así como establecer los
criterios básicos de los servicios preventivos para niños y adolescentes.

La consulta del niño sano trata de


fomentar el bienestar físico y emocional
de niños y jóvenes. Los profesionales de la
salud infantil, como pediatras, médicos de
familia, personal de enfermería y
auxiliares de enfermería aprovechan las
ventajas de la oportunidad que
proporciona la consulta del niño sano para
sacar a la luz las preguntas y
preocupaciones de los progenitores,
obtener la información relevante sobre la
salud de la familia y el paciente, realizar
una exploración física e iniciar las pruebas
de detección selectiva.

Las tareas de cada consulta del niño sano


consisten en:
 Detección de enfermedades.
 Prevención de enfermedades.
 Promoción de la salud.
 Guías preventivas.

PEDIATRÍA – GRUPO 6 14
Para lograr estos resultados los profesionales sanitarios emplean técnicas encaminadas
a detectar la enfermedad y el riesgo de enfermedad, así como a proporcionar consejos
sobre conductas de salud. Estas actividades llevan a la formulación de guías preventivas
y consejos sanitarios adecuados.

La detección clínica de enfermedades en la consulta del niño sano se realiza mediante


la vigilancia y la detección selectiva. En la atención del niño sano la vigilancia se lleva a
cabo en cada consulta de salud y se potencia al repetir las consultas y las observaciones
a medida que se avanza por las distintas fases de desarrollo. Se basa en los
conocimientos de un médico experimentado a lo largo del tiempo.

La detección selectiva es un proceso más protocolizado en el que se utiliza algún tipo de


herramienta que se ha validado y cuya especificidad y sensibilidad se conocen. Por
ejemplo, la vigilancia de la anemia se lleva a cabo determinando la historia dietética y
buscando signos de anemia en la exploración física. La detección selectiva de la anemia
se efectúa mediante análisis del hematocrito o de la hemoglobina. La vigilancia del
desarrollo se basa en las observaciones de los progenitores y en el ojo atento de los
responsables de la asistencia sanitaria pediátrica que tienen experiencia en el desarrollo
infantil.

La detección selectiva del desarrollo recurre a una herramienta o estrategia de


detección selectiva estructurada, que es utilizada por profesionales experimentados o
en la puntuación y la interpretación de cuestionarios cumplimentados por los
progenitores. La segunda acción esencial de la consulta del niño sano, la prevención de
la enfermedad puede constar tanto de actividades de prevención primaria aplicadas a
una población completa como de actividades de prevención secundaria dirigidas a los
pacientes con factores específicos de riesgo.

Las actividades de promoción de la salud y las guías preventivas distinguen la consulta


de supervisión de la salud del niño sano de todas las demás consultas llevadas a cabo en
el sistema sanitario.

Lactancia y primera infancia

La nutrición, actividad física, sueño,


seguridad y el crecimiento emocional,
social y físico, junto con el bienestar de
los progenitores, son fundamentales
para todos los niños. En cada consulta
del niño sano existen aspectos que son
específicos de cada niño individual,
según su edad, situación familiar,
condición de salud crónica o una
preocupación de los progenitores, como
el ambiente de sueño para evitar el
síndrome de muerte súbita del lactante, las actividades para perder peso y vallas de
protección de las piscinas.

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También debería centrarse la atención en el medio familiar, como la detección selectiva
de la depresión de los progenitores (sobre todo la depresión materna posparto) y otras
enfermedades mentales, violencia familiar, consumo de sustancias, nutrición
inadecuada o falta de vivienda. Estos temas son esenciales para el cuidado de los niños
pequeños. La principal prioridad de la consulta del niño sano es contestar las preguntas
de los progenitores. Fomentar la asistencia basada en la familia y el trabajo conjunto
con los progenitores incrementa la capacidad de suscitar las preocupaciones de los
progenitores, sobre todo respecto al desarrollo, aprendizaje y conducta de su hijo. Es
esencial identificar a los niños con trastornos del desarrollo lo antes posible. La vigilancia
del desarrollo en cada consulta, combinada con una detección selectiva estructurada de
dicho desarrollo, de los trastornos neuromusculares y del autismo en algunas de las
consultas, es un modo de mejorar el diagnóstico, sobre todo de algunos de los retrasos
más sutiles o de los trastornos del espectro del autismo, en los que se cree que una
intervención temprana se asocia a una menor morbilidad.

Infancia intermedia y adolescencia

A medida que el niño entra en la edad escolar surgen consideraciones adicionales.


Prestar atención a la autonomía en desarrollo requiere fomentar una relación médico-
paciente distinta de la relación médico-niño-familia, con una mayor necesidad de
intimidad y confidencialidad a medida que el niño crece. Las seis conductas sanitarias
que tienen una mayor repercusión en la morbilidad y la mortalidad de los adolescentes
y los adultos son: una actividad física escasa, una mala nutrición, la conducta sexual, el
uso y abuso de sustancias (incluido el tabaco) y conductas asociadas a lesiones
accidentales e intencionadas. Otros aspectos que tienen la misma relevancia son el
bienestar emocional y el diagnóstico y tratamiento precoces de los problemas de salud
mental, prestando atención a las tareas del desarrollo propias de la adolescencia
(competencia en la escuela y otras actividades, relaciones con los amigos y la familia,
autonomía, empatía y sentido de auto valía).

Control de las lesiones


Anteriormente era conocido como prevención de accidentes. Las lesiones presentan
unos factores de riesgo y de protección concretos que se pueden utilizar para definir las
estrategias preventivas. El término accidente implica un acontecimiento que ha
sucedido por azar, sin un modelo y de forma imprevisible. Sin embargo, la mayoría de
las lesiones que sufren los niños y las familias con riesgo elevado se produce en
circunstancias bastante previsibles.

La mayoría de las lesiones se pueden prevenir. Se pueden reducir la morbilidad y


mortalidad de las lesiones no sólo a través de la prevención primaria (evitando el primer
suceso o lesión), sino también mediante la prevención secundaria y terciaria. Estos
últimos dos enfoques incluyen servicios médicos de urgencia adecuados para niños con
lesiones, organización regional de la asistencia a niños con politraumatismos, con
quemaduras graves o con lesiones craneoencefálicas, y servicios especializados en

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rehabilitación pediátrica para intentar reintegrar a los niños a su nivel de
funcionamiento previo.

El control de las lesiones también abarca las lesiones intencionadas (agresiones y


lesiones autoinfligidas), que cada vez tienen mayor importancia en adolescentes y
adultos jóvenes, y que, en algunas poblaciones, ocupan el primer o el segundo lugar
como causas de muerte en esos grupos de edad. Muchos de los mismos principios para
el control de las lesiones pueden aplicarse también a estos problemas; por ejemplo,
limitar el acceso a las armas de fuego puede reducir tanto los disparos fortuitos como
los suicidios.

El conocimiento de los factores de riesgo de las lesiones ha conducido a la elaboración


de programas eficaces y satisfactorios para su prevención y control. El pediatra debe
enseñar las estrategias para prevenir y controlar las lesiones en la consulta, en el servicio
de urgencias, en el hospital y en el ámbito comunitario; estas estrategias deben llevarse
a cabo de forma multidisciplinaria y polifacética.

Principios del control de las lesiones

Entre las medidas para controlar las lesiones se incluyen la educación o la persuasión,
los cambios en el diseño de productos y la modificación del entorno social y físico.

Las medidas para persuadir a la gente, en especial a los progenitores, para que cambien
su conducta han constituido la mayor parte de los esfuerzos para controlar las lesiones.
Probablemente es más útil hablar con los progenitores específicamente sobre el uso de
asientos para el coche con dispositivos de sujeción para niños, del casco en los ciclistas,
de la instalación de detectores de humo y de registros de la temperatura del agua, que
dar consejos bien intencionados, pero demasiado generales sobre la necesidad de vigilar
al niño más de cerca, de ser más cuidadosos y de equipar la casa con elementos «a
prueba de niños».

Esta información debe adaptarse a la etapa de desarrollo en la que está el niño y debe
presentarse en pequeñas dosis en forma de guías preventivas durante las consultas del
niño sano.

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Para algunos tipos de lesiones no están disponibles intervenciones pasivas efectivas o
no son factibles, por lo que hay que confiar mucho en los intentos de modificar el
comportamiento de los individuos. Las modificaciones del producto más importantes y
eficaces han sido las llevadas a cabo en los vehículos a motor. Otros ejemplos eficaces
de las modificaciones del producto son la reducción de la temperatura del calentador
del agua, la instalación de detectores de humo y el uso de tapones a prueba de niños
para las medicinas y los productos domésticos. Muchas intervenciones requieren
medidas tanto activas como pasivas. Los detectores de humo proporcionan una
protección pasiva cuando están a pleno rendimiento, aunque es necesaria una
modificación del comportamiento para asegurar el cambio de batería y el
mantenimiento periódico.

La modificación del entorno requiere a menudo cambios mayores que los cambios de
cada producto, pero puede ser muy eficaz para reducir lesiones. El trazado seguro de
una carretera, el descenso del volumen de tráfico y los límites de velocidad en zonas
pobladas, así como la eliminación de pistolas en el entorno, son ejemplos de tales
intervenciones. En este concepto se incluyen los cambios en el entorno social a través
de la legislación mediante leyes que obliguen al uso de cinturones de seguridad y
dispositivos de sujeción para niños, el empleo del casco por los ciclistas y leyes que
promuevan la obtención gradual del permiso de conducir. Las campañas de prevención
que combinan dos o más de estos enfoques han sido especialmente eficaces a la hora
de reducir lesiones.

Factores de riesgo para las lesiones en niños

 Edad: Los niños que empiezan a andar presentan el máximo riesgo de


quemaduras, ahogamiento y caídas. El riesgo de intoxicación aparece cuando los
niños adquieren movilidad y una conducta exploradora. Los niños pequeños en
edad escolar presentan el mayor riesgo de sufrir lesiones como peatones o
ciclistas (siendo las producidas por automóviles las más graves), como pasajeros
en el automóvil o por quemaduras y ahogamientos. En los años de la
adolescencia aumenta de forma considerable el riesgo de traumatismo como

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pasajero de un vehículo a motor, se mantiene el riesgo de quemaduras y
ahogamientos y aparece uno nuevo, el de los traumatismos intencionados. Las
lesiones laborales relacionadas con el trabajo infantil, en especial a los 14-16
años, son un riesgo adicional.

La edad también influye en la gravedad de la lesión y en el riesgo de discapacidad


a largo plazo. Los niños pequeños en edad escolar tienen una pelvis poco
desarrollada. En un accidente de tráfico el cinturón de seguridad no sujeta por la
pelvis sino por el abdomen, lo que supone un riesgo de lesión abdominal grave.

 Género: Desde los 1-2 años y a lo largo de toda la vida los varones sufren más
lesiones mortales que las mujeres.

 Nivel socioeconómico: La pobreza es uno de los factores de riesgo principales


para las lesiones en la infancia. La mortalidad por incendios, accidentes de tráfico
y ahogamientos es 2-4 veces mayor en niños pobres. Otros factores que se deben
tener en cuenta son las familias monoparentales, las madres adolescentes, la
existencia de varios cuidadores, el estrés familiar y un número elevado de
hermanos; estos elementos se producen principalmente en función de la
pobreza más que ser factores de riesgo independientes.

 Hábitat rural-urbano: Las tasas de lesiones suelen ser más altas en las zonas
rurales que en las urbanas. Algunas lesiones sólo se observan en las zonas
rurales, como las agrícolas que se producen en niños y adolescentes.

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Pediatría preventiva
Llamada clásicamente como puericultura, se ocupa del niño sano. Es tan cambiante
como la referente al niño enfermo, obligando en consecuencia a modificar las
actuaciones en cada época. El término puericultura etimológicamente significa “cultivo
del niño” (puer= niño, cultura = cultivo).

El criterio actual es equipararla a pediatría preventiva o higiene del niño en su más


amplio sentido, desde antes de su concepción y nacimiento y tanto en los aspectos
físicos como psíquicos. Por ello la puericultura comprende la prevención
preconcepcional (asesoramiento genético), prenatal (intrauterina), intranatal y
neonatal, del lactante, niño pequeño y preescolar, escolar, puberal y del adolescente.

Se ha podido comprobar que el 75% de la mortalidad infantil de hace pocos años era
evitable, así como que la eficacia de los programas de promoción de la salud sea en el
hospital o de manera ambulatoria, está plenamente demostrada.

Panorama actual de la pediatría preventiva

La lucha contra las enfermedades infecciosas mediante inmunizaciones activas ha


conseguido erradicar unas enfermedades y disminuir considerablemente otras.

La morbilidad y mortalidad por infecciones son todavía importantes pero las


predicciones de la OMS para Europa en el año 2020 señalan que debería desaparecer la
infección como causa destacada de mortalidad.

Millones de niños padecen malnutrición y hasta 11 millones mueren cada año por causas
evitables y la situación tiende a perpetuarse por el circulo vicioso “desnutrición-
enfermedad-pobreza-desnutrición”, mientras se admite que la desnutrición conduce a

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un retraso del crecimiento somático y en el desarrollo psíquico. En los países
desarrollados el interés no está en la deficiencia sino en los errores dietéticos con
intervención en la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial o la arterioesclerosis.

Los avances en patología prenatal esperan ir consiguiendo una disminución de las


enfermedades genéticas (diagnóstico y tratamiento precoz de metabolopatías, por
ejemplo), cromosomopatías (cariotipo y asesoramiento genético, diagnóstico prenatal),
embriopatías (vacunación antirrubeólica) y fetopatías (CMV, SIDA).

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Fuentes de información

 https://www.spapex.es/calidadasistenciapedi.htm
 https://www.ecured.cu/Pediatr%C3%ADa
 https://www.aepap.org/sites/default/files/documento/archivos-
adjuntos/programa_oficial_pediatria_2006.pdf
 http://www.umm.edu/paediatrics/pediatrician.htm
 http://medicalcenter.osu.edu/patientcare/healthcare_services/paediatrics/the
_pediatrician/Pages/index.aspx
 http://www.healthychildren.org
 http://www.gmc-uk.org/education/paediatrics.asp

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