El liderazgo cristiano tiene tres componentes esenciales: el carácter, el
conocimiento y las cualidades.
El carácter, que es lo que determina un servicio exitoso y prolongado en el
liderazgo cristiano. Con carisma y simpatía se puede montar algo exitoso de breve duración pero sin un carácter solido no se puede organizar y mantener algo que dure. Muchos líderes tienen un vasto conocimiento y muy efectivas cualidades de liderazgo pero carecen del carácter adecuado. Carácter es las cualidades y rasgos que hacen a una persona, el centro de su ser, el corazón de lo que se es. Cuando Dios escoge aun líder, el carácter es más importante que la habilidad. Los que siguen a un líder también se fijan en el carácter porque un buen carácter porque un buen carácter produce confianza y seguridad, sin lo cual es posible un liderazgo efectivo. El desarrollo del carácter es un proceso que dura toda la vida, demanda mucho trabajo y se logra mediante decisiones diarias especialmente a través de tiempos de dificultad. En esto no hay atajos. Construir el carácter requiere tiempo y paciencia.
En Lucas 22 Jesús enseño a sus discípulos que, a diferencia del concepto de
liderazgo del mundo que está basado en la autoridad, sus seguidores tenían que ser líderes-servidores.
El liderazgo cristiano se caracteriza por el servicio, que quiere decir dar, no
recibir. Para el mundo, <<siervo>> y <<líder>> son opuestos. Pero Jesús, el más grande de los líderes de la historia, dice que usted deber ser un líder que sirva para que cambie corazones e iglesias. El primer ejemplo de su modelo de liderazgo lo encontramos en Juan 13, donde lava los pies de sus discípulos y les enseña en forma rotunda, acerca de su futuro liderazgo. El, entonces, fue a la cruz como la expresión suprema de su liderazgo sacrificial. En el reino de Dios, el verdadero poder para influir viene cuando somos servidores.
En el mundo natural, algo que se quiebra pierde su valor. En nuestras vidas
espirituales, lo opuesto es la verdad: mientras más quebrantados estemos, más útiles seremos en el reino. Quebrantamiento es una rendición absoluta al señorío de Jesucristo. Jesús enseño esto en Lucas 9: 23-26, donde comienza diciendo: << si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a si mismo, tome su cruz cada dia y sígame>>.