CONSTANTEMENTE A VUESTRA BANDERA, DEFENDERLA HASTA PERDER LA VIDA Y NO ABANDONAR A VUESTROS SUPERIORES”
Es quizás la máxima expresión de lealtad que un soldado puede
aspirar a la que se le podría agregar sin embargo no abandonar a vuestros camaradas y subordinados.
Considerada como Fidelidad, cumplimiento con nobleza y sin
reservas de una obligación o de un pacto, actuar de buena fe, con rectitud en el proceder y en el hablar.
Es la disposición natural o adquirida que induce a cumplir los
códigos de valores personales de ética y moral ante un contexto social, lo cual implica un estricto respeto sin restricciones a sí mismo y a los demás.
Este valor es fundamental, hace de la persona fiel, noble e incapaz
de cometer cualquier traición o engaño, por eso se debe considerarlo como verdadero sostén de la fidelidad que nos debemos a la Constitución Política del Estado, al Ejército, a nuestra Región Militar, a los camaradas, a los subalternos y a los integrantes de la familia militar, manteniéndose a toda prueba con quienes demuestren que también están comprometidos en el mismo sentido y no hacia sus intereses subalternos y personales, situaciones de las lamentablemente hemos sido testigos a lo largo de nuestra historia.
Este valor es un legado imperecedero que los héroes han dejado, la
práctica de este valor, que nos identifica con la patria, en la sagrada misión de defender su causa con fidelidad, si es posible con el sacrificio de la propia vida.
“TENGO DEBERES SAGRADOS QUE CUMPLIR Y LOS
CUMPLIRE HASTA QUEMAR EL ULTIMO CARTUCHO”
Legado eterno de fidelidad y lealtad a nuestra bandera y anuestra
patria que con el transcurso de la historia hemos sabido mantener en cuanta guerra hemos librado. La luz de la historia nos permite recordar:
Cuando el ataque traidor y artero de Francisco Pizarro a las tropas y
súbditos del Inca Atahualpa, provoco que todos huyeran por el pánico que le provoco el escuchar por primera vez donaciones, disparos de cañón y trompetas, los únicos que permanecieron a su lado pese al pánico que también provoco en ellos, fueron su GUARDIA PERSONAL, dando su vida antes que su inca sea capturado digno ejemplo de leales hasta la muerte.
En la vida militar, ser leal significa no fallar al compromiso de
amistad, respeto y reconocimiento hacia las personas o instituciones, de ahí que en el ejército, la lealtad es recíproca, entre el superior y el subalterno, su principal característica es la de cohesionar al personal y a las unidades militares a través de la confianza depositada, esencial para el trabajo de conjunto.
Este valor hace que el mando sea depositario de la confianza, en
que quienes conducen al Ejército, son genuinos representantes de la institución, y actúan bajo principios de sinceridad, solidaridad y respeto, reflejando en sus decisiones el cumplimiento del deber y las necesidades de bienestar de su personal.
En el ejercicio de la profesión, permite desarrollar las labores en un
marco de respeto mutuo, sinceridad, confianza, dignidad, franqueza y solidaridad.
La práctica de este valor permite una adecuada interrelación con los
superiores, acatando sus órdenes y practicando todas las tareas con la mejor voluntad, apoyando con tesón sus resoluciones, dando parte con valentía en vez de proceder indignamente con críticas destructivas.
Finalmente acabamos de ser testigos de una lealtad reciproca hasta
la muerte en el VRAE entre dos combatientes que se podría resumir en la siguiente expresión:
“Mi compañero ya fue leal conmigo, ahora yo debo ser leal con el hasta la muerte”