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PRÓLOGO

Ruiz Caro, compromiso y testimonio

Escasa es la herencia que puede dejar un verdadero periodista de cualquier parte del
mundo. Dedicado a la actualidad', al comentario vigente, entreverado en la pasión
política, el hombre de prensa generalmente abandona sus miles o millones de palabras
en los anaqueles de una hemeroteca. Los que solemos revisar los viejos diarios de otros
tiempos hallamos con frecuencia alegatos apasionados que sin duda fueron
dramáticamente decisivos aquel día en que fueron publicados. Más tarde los
historiadores recogerán los frutos y difícilmente identificarán al que colocó aquella
bomba de tiempo llamada Editorial.
La comprobación de esta realidad no deprime a los periodistas. Los reporteros de
verdad, de cualquier edad, siguen depositando su fervor en el afán de lograr la noticia
del día como si allí se jugaran la vida; y al día siguiente harán igual, armando el tejido
noticioso que se amarillará en los kioskos aquella misma tarde. Así son en el fondo
todos los buenos periodistas, desaprensivos y además alegres, tumultuosos.
Pero hay algunos que se elevan del compromiso simple de la cotidianeidad y el
comentario semanal para trabajar los problemas fundamentales de la profesión. Se
convierten pronto en objeto de atención y agresión de parte de bs dueños de los medios
de comunicación pues son los que hacen preguntas desde los terrenos sindical, gremial,
profesional. Esto no es frecuente en el Perú y lo era menos hace casi cuarenta años
cuando Efraín Ruiz Caro ingresó al
periodismo para formar parte de aquel huracán periodístico que acabó con los
calmosos y luego alarmados periodistas profesionales de una etapa que debía ser
superada.
El ejercicio del periodismo que asumió la famosa generación del 50 fue tomado de la
práctica norteamericana. Las virtudes de la prensa de aquellos tiempos, La Prensa
renovada, Ultima Hora escandalizando, la cruenta Crónica de la Tarde, el modelo
revistero de Time, las entrevistas literales, las columnas chismosas al estilo de Walter
Winchell, la nueva crónica deportiva todo aquello, repetimos, provino de las canteras
de los manuales estadounidenses.
Aquellos periodistas aprendieron a usar con talento el qué, quién dónde, cuándo, y
cómo para recoger noticias y redactar con el “lead" y el sistema de la pirámide
invertida, de las sabias lecciones, entre otros, de Porter. Al finalizar la década el estilo
americano se popularizaba a través de la enseñanza del periodismo a nivel
universitario.
Pero esta escuela tenía defectos, carencias: nunca hacía preguntas claves sobre el
dueño del periódico y sus intereses; no respetaba la individualidad y mucho menos
planteaba posibilidades de que el periodista expresara opinión propia. Pocos se
percataron entonces de que la escuela norteamericana tan útil como receta para ser
un buen periodista en poco tiempo era absolutamente inútil cuando surgían
interrogantes sobre la propiedad, los derechos intelectuales de los reporteros y en
última instancia sobre la posición política del medio. Se llegó a veces al extremo de
reclamar que todos redactaran igual para que el diario pareciera escrito por una sola
persona.
Por supuesto, la historia del periodismo peruano registraba pioneros del
cuestionamiento del orden, del sistema de propiedad de los medios. José Carlos
Mariátegui fue el más brillante de todos y uniendo la palabra a la acción puso en
marcha en diferentes etapas de su corta vida Nuestra Época, La Razón, Amauta, Labor,
y la muerte lo sorprendió cuando marchaba hacia el diario popular; Genaro Camero
Checa fue el más tenaz de la siguiente generación, un grupo ‘puente" entre los
combativos de los años 30 y que envejecieron sin aportar demasiado, y los jóvenes que
convocó La Prensa. El '‘negro” no tuvo acceso tampoco a los grandes diarios porque no
tenía reparos en cuestionar y debió buscar la alternatividad para expresarse.
Apristas y comunistas vieron cerradas las puertas de la prensa y debieron editar sus
propios medios que no tuvieron la posibilidad de ser masivos, como los otros. El
periodismo del Apra tendría su mejor expresión en Manuel Seoane, ejemplo de
compromiso y excelencia profesional. Precisamente la experiencia del maltrato por la
gran prensa hizo que los apristas radicalizaran por muchos años su posición frente a
los propietarios de los medios.
Muchos otros editaron trabajosamente semanarios, a veces diarios, pero puede
contarse con los dedos a quienes cuestionaron el derecho de unos pocos a representar
a muchos sin ser elegidos para ello. Una opinión así significaba el anatema, la condena
al desempleo y hasta el ostracismo. Y así les sucedió a los que insistieron en que los
medios informativos formaban parte de una industria ideologizada y politizada
frecuentemente al servicio de intereses distintos a los de la sociedad.
Aquellos periodistas del 50 se dividieron en caminos distintos. Unos, la mayoría,
aceptaron con resignación el destino del seguimiento pasivo a los propietarios y sus
intereses. Otros renegaron de la subordinación y se lanzaron en pleno al
cuestionamiento del viejo orden.
La década de los 70 fue el escenario de la confrontación. Y no sólo en el Perú por
supuesto pues el debate de conceptos y prácticas se repitió como calcado en todos
aquellos lugares en que los periodistas se reconocían a sí mismos decidiéndose a
asumir roles protagónicos en los procesos que se desarrollaban. En África, Asia,
Sudamérica, al amparo de vigorosos movimientos políticos renovadores un nuevo
periodismo insurgió para participar en la batalla contra el adversario nítidamente
reconocido en la década anterior a través de sucesos como la Revolución Cubana.
La frase “comunicación social” que daba nuevos y mayores contenidos al periodismo
comenzó a manejarse, pero en el fondo el dilema siguió siendo el mismo: el control de
los medios de información, la propiedad. Pronto fue evidente en Chile, Ecuador, Bolivia,
Perú, que la información inocente no existía y al amagarse la propiedad los
propietarios de la gran maquinaria de la información reaccionaron con violencia
reclamando adhesión a sus periodistas.
Los empresarios recibieron además el apoyo de todo aquel paquete que Ruiz Caro
describe como industria de la mentira y que engloba una fuerte organización para la
confusión y la desinformación.
Los debates tenían que ver Indudablemente con la ideología que se expresaba a través
del ejercido político de facción, partido,
movimiento o llana propuesta. Y es que para cuestionar aquel orden había que optar
con decisión.
La cuestión se prolongaba (y se prolonga) más allá de los sistemas criollos de un
grande o pequeño país sudamericano. Porque las raíces del enemigo están todavía en
los llamados países civilizados del Norte y principalmente en los Estados Unidos. El
cuestiona- miento no podía ser cabal si no se examinaba el origen de la desigualdad y
coartamiento de la libertad de expresión. Esto condujo, por supuesto, a la denuncia.
Pero también hacia la propuesta para buscar soluciones.
En Europa y otros lugares se discutió ardorosamente sobre la información y las
desigualdades que en realidad amparaban injusticias de otro orden. La diferencia
estuvo en que en Latinoamérica los periodistas debieron afrontar el problema
concreto de poner en práctica b predicado y sacudirse de toda la retórica derramada
por decenas de años sobre la libertad de expresión. Y cuando los procesos progresistas
de aquellos años reclamaron unidad los periodistas debieron, repetimos, decidirse.
Efraín Ruiz Caro ya se había decidido desde hacía mucho tiempo antes que se llevara
el debate a la luz pública. Participó decisivamente en convertir al diario Ultima Hora
en la sensación de 1950 y a la vez se unió al grupo de mayores que cerraron filas contra
la dictadura de Odría. Estuvo entre los militantes de la primera Federación de
Periodistas, fundó el Comité Peruano de la 01P y se sumergió en la política cuando
integró el Movimiento Social Progresista siendo elegido diputado en 1956. Su práctica
periodística la trasladó al semanario Libertad que llegó incluso a editarse como diario
en una breve época.
Producto precoz de la generación de reporteros del 50, fue el más destacado
impugnador del viejo orden entre sus filas porque señaló que había que distinguir
entre el periodismo de viejo estilo oficialista y palaciego y la posibilidad de la
autogestión, es decir, que los periodistas mismos se convirtieran en editores de los
grandes diarios. Una verdadera herejía en aquellos tiempos.
Y pensaba en ello cuando adhirió con decisión al proceso que lideró el General Velasco
a partir de octubre de 1968, planteando desde el principio que poco podría avanzarse
si la información masiva continuaba en manos de los grupos dominantes de la época.
Su primera batalla fue independizar loa diarios Expreso y Extra en 1970, intento
exitoso en la medida en que demostró que los trabajadores podían manejar empresas
periodísticas de gran envergadura. La experiencia fue frustrada por los propios
militares que la apoyaron, derrotados en otros terrenos. Ruiz Caro fue su director y
salió al combate apoyado por Francisco Moncloa, Humberto Damonte y otros
decididos seguidores de su tesis de la autogestión posible. El entusiasmo por el cambio
convocó a gráficos y administrativos y se conformó el histórico ‘Frente Único de
Trabajadores de Expreso y Extra' que defendió resueltamente (y no sólo con
editoriales) su independencia de opinión en años decisivos.
Después de la gran expropiación de 1974 y la devolución de los medios a sus antiguos
propietarios en 1980, ya el periodismo peruano no pudo ser el mismo de antes. La
ardorosa prédica no había sido en vano y un fuerte contingente de periodistas siguió
bregando por la autogestión y los empresarios se tornaron toscamente agresivos
contra todo aquello que tuviera signos de independencia. Víctimas de esto fueron los
periodistas de El Comercio que pedían administrar al Decano reclamando derechos
legítimos; igual los de Correo que habían comprado con su esfuerzo una rotativa para
reemplazar la destruida en la asonada de febrero de 1975.
Cuando parecían perdidas las esperanzas de que volvieran los periodistas a la
autogestión, nuevamente reapareció Ruiz Caro para intentar salvar al diario El
Observador y basado en su fe en que los periodistas pueden administrarse con
eficiencia y plantear combate a la reacción. Había demasiadas deudas, excesivos
conflictos internos y debió cerrar, pero quedó la enseñanza: también puede hacerse un
diario autogestionario sin apelar al apoyo oficial.
Empecinadamente Ruiz Caro optó por organizar una empresa periodística
independiente, pero otorgando presencia decisiva en el directorio a grandes
organizaciones clasistas. Así, pensó, se resolvería la interrogante fundamental de la
prensa, del porqué un medio presume de representación de sectores mayoritarios.
La Voz fue el resultado. Llevaba como subtítulo “Prensa Popular Alternativa" que
resumía intención y posición, y poniendo manos a la obra instaló un directorio
conformado por líderes de los trabajadores organizados. Transcurrieron dos años de
enormes esfuerzos que algunos compañeros no comprendieron cegados por la política
de corto plazo o el interés menudo. El diario debió cerrar abrumado por la situación
económica general, una inflación que desbarató presupuestos y planes, pero también
quedó la vieja sensación de éxito pues era ya obvio que no había que ser millonario o
caudillo para lanzar un diario; que un puñado de trabajadores podía enrostrar
conductas y combatir día a día a la prensa empresarial.
La Voz dejó también definida la forma en que un periódico podía encarar la
contradicción entre empresa comercial-necesidad obvia en el contexto- e intereses que
normalmente son distintos a los empresariales comunes. Había que pensar en una
nueva forma de empresa y La Voz estuvo en el camino justo hasta la interrupción de
su circulación. El proyecto no ha sido abandonado y espera que vuelvan tiempos
mejores.
La descripción de cómo organizó aquellas empresas, sus campañas periodísticas, su
participación en los proyectos de comunicación del gobierno del General Velasco
todavía aguardarán a las prensas pues ha preferido iniciar su testimonio con “La
Tercera Colonización”.
Debemos enfatizar la autoridad de Ruiz Caro para la vigorosa denuncia que constituye
este trabajo. Precisamente por estar en la primera línea del frente de la información
contestataria en tres diarios ha sido testigo de excepción de los ataques, acechanzas,
perfidias de los que se oponen al establecimiento de un nuevo orden de la información
y finalmente de un nuevo orden social. Trabajó varios años con la Organización
Internacional de Periodistas y comprobó que bs antiguos enunciados eran justos, que
las denuncias sobre el imperialismo informativo eran correctas y que había que
remover el estado de cosas. Su riquísima experiencia local está fuera de discusión.
Los periodistas no disponen de otras armas para imponer el nuevo orden que la pluma,
la difusión de sus puntos de vista. Los medios de información le sirven para ampliar
auditorios y es probable que esta sea la razón por la que muchos no eligen el libro. Pero
hay muchas cosas que deben decirse, contarlas, enseñarles a las nuevas generaciones
de periodistas; es una forma de elevarse nuevamente sobre el sencillo reporterismo y
acentuar el compromiso.
Este documentado trabajo de Efraín Ruiz Caro sobre la compleja trama de la
comunicación Internacional y la importancia que le concede el imperialismo, las raíces
teóricas del tema, las soluciones ensayadas, constituye una denuncia indispensable que
se ampara por sobre todo en su autoridad moral y amplio conocimiento del tema. La
voz de alarma de un periodista de tanta experiencia sobre la información nacional e
internacional debe ser nuevamente escuchada. El debate sobre la necesidad de un
nuevo orden internacional de la información no ha quedado agotado; al contrario. Una
serie de acontecimientos demostraron que las tesis de la UNESCO sobre la urgencia de
una información equilibrada eran justas, y los No-Al lo han confirmado. Es necesario
por tanto que se divulguen argumentos y razones para explicar el porqué de estar en
la brega por la razón, la justicia y, al final, la dignidad.
En América Latina hay una legión de periodistas que comparten las esperanzas de Ruiz
Caro y que persisten con igual empecinamiento en sus tesis del periodismo
autogestionario a partir de la comprobación de la injusticia y desigualdad del sistema
comunicacional imperante. “La Tercera Colonización” es un aporte importante al
trabajo de todos los que están en esta línea de pensamiento y trabajo.
Juan Gargurevich Lima,
enero de 1990
Capítulo I LA TERCERA COLONIZACIÓN

“Al determinar la guerra fría como una lucha de ideologías, como una guerra llevada
con medios que se distinguen de los conflictos militares, resulta evidente que la guerra
fría todavía continúa en forma de una lucha por conquistar las mentes de la gente".
Frank Shakespeare, ex director de rsts

Los conquistadores del alma


La preocupación de los colonizadores fue, en todos los tiempos, la comunicación. En
España se enteraron del destino de Cristóbal Colón y sus tres frágiles carabelas,
después de ocho meses, cuando el propio “descubridor”, por carta llevada a caballo
desde Lisboa, relató su afortunada hazaña. Descubierto * el nuevo mundo, las
técnicas de navegación fueron privilegiadas. Había que construir cada vez mayores,
más seguras y rápidas embarcaciones pensando en el peso y la abundancia del oro
de las indias.
Junto a la espada y a los arcabuces, en el primer viaje, llegó la cruz. Con su idioma
impusieron luego su religión. Desde entonces, hace cinco siglos, el conquistador no
se satisface con saquear las riquezas del conquistado. Le impone, además, su idioma
y sus creencias, transfusión obligada de cultura e ideología para el sometimiento
total, con el pretexto de realizar la pía obra civilizadora. Quinientos años después no
ha cambiado el objetivo ni la justificación. La búsqueda de oro y esclavos continúa,
sólo que ahora la nueva religión se llama liberalismo: filosófico, político y, sobre
todo, económico. Su símbolo no es la cruz. Es el dólar. Las nuevas Leyes de Indias se
llaman “democracia representativa” y “libertad".

* Cuando los españoles pisaron tierra que después llamarían América, en este
continente existían civilizaciones y culturas con alto grado de desarrollo. Mayas,
aztecas, quechuas, hablan realizado proezas en agricultura, medicina, arquitectura,
astronomía, etc. Nuestro continente no fu^ descubierto sino invadido. La historia que
se estudia en América Latina es todavía la versión del conquistador. Hoy, felizmente,
los nuevos historiadores tienen una óptica diferente.
El nuevo imperio es el más libre de la tierra y está decidido a imponemos sus
libertades, especialmente las de empresa, de prensa, de comercio. Cuando estemos
convencidos de ellas y las asumamos como religión, podremos ir tranquilos a dejar
nuevamente nuestros huesos en las mitas y encomiendas, pero seremos libres y sin
pecado. Sin embargo, estaremos viviendo nuestra tercera colonización.
A diferencia de las anteriores, esta colonización no se interesa por fronteras ni
territorios. Los recursos naturales ya los disfruta el nuevo imperio. Somos generosos
tributarios de su riqueza. Permite nuestra organización política y a nuestros
gobernantes, en la medida que actúen como sus virreyes; de lo contrario, los
desestabilizan y destruyen con su inmenso poder, desde dentro y desde fuera. No
necesita la permanencia de sus fuerzas armadas en los países, porque a todos, con
sus flotas y sus bases militares, los tiene al alcance de la mano. Su afán de conquista
no es territorial. No hicieron las guerras en el sudeste asiático, en Medio Oriente, en
África ñor y sudoccidental, ni intervienen militarmente cuantas veces lo deciden en
América Latina, para plantar su bandera o levantar alambradas fronterizas. No. Su
presa es más bien un vasto recurso renovable, que no se agota como los minerales
ni los hidrocarburos. Su objetivo es el habitante del Tercer Mundo, al que no busca
reducir como mano de obra, sino que quiere controlar y dominar su conciencia. Para
la tercera colonización, “la gran reserva es el alma humana. El alma es la nueva
África" \ Y sobre ella trabaja, incesante, sin tregua alguna, con el agravante de actuar
y avanzar en forma desapercibida y hasta entretenida.
Siglos antes de Cristo, los griegos ya habían colonizado Asia Menor. Los fenicios se
establecieron en las costas del Mediterráneo. El Imperio Romano superó a todos los
demás colonizadores. Venecia y Génova enviaron sus embarcaciones al
Mediterráneo oriental para ampliar y establecer sus dominios. Otros, para asegurar
la integridad de sus territorios, buscaron los ajenos como puntos de defensa
estratégica.
Europa, gracias a su aprendizaje de la escritura y la lectura, vio que el mundo
conocido y por conocer no debía ser ajeno sino propio. Siglos después surgieron los
grandes imperios:
España y Portugal inicialmente, y luego Inglaterra, Francia, Alemania y Holanda.
La colonización obedeció siempre a razones económicas y estratégicas y hasta a la
necesidad de solucionar problemas derivados del excedente de población. La
colonización es una vieja historia que cambia de formas, pero mantiene la antigua
prepotencia de los que se sienten racial y culturalmente superiores.
Hasta la culminación de la Segunda Guerra Mundial, los países más industrializados
de Europa se habían dividido África y parte de Asia. Poseían el 90 por ciento del
territorio africano, gran parte del cual fue recién conquistado después de 1875.
Para los latinoamericanos el vocablo colonia parece demasiado arcaico, lejano en
siglos a la actualidad, debido seguramente a que América fue conquistada como
consecuencia de la invasión, llamada descubrimiento, a finales del siglo xv. Se olvida
que Cuba recién alcanzó su primera independencia en este siglo y que todavía
existen colonias clásicas en el continente, como Las Malvinas, Guadalupe, Martinica,
Antillas Británicas, Belice y Puerto Rico, que pasó de manos de España a las de
Estados Unidos. Sin embargo, a principios de este siglo las potencias europeas y
Japón todavía se atribuían el derecho de apoderarse de territorios más allá de sus
fronteras, en Asia y África.
La segunda mitad del siglo xx es para África y Asia el correspondiente al XIX de
América Latina que rompió sus lazos de dependencia política con las metrópolis
europeas. La característica de esta primera, clásica, colonización fue el dominio
totalizador de una minoría blanca, cristiana, con poder económico, técnico y militar
y una pretendida superioridad cultural y racial, sobre poblaciones técnicamente
atrasadas, generalmente analfabetas, con economías agrarias de subsistencia y
creyentes en dioses diferentes. Para saquear los recursos naturales de estos
territorios e imponer a sus pobladores la civilización occidental y cristiana,
consumaron etnocidios y genocidios sin precedentes en la historia de la humanidad.
Entre la Primera y Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña y Francia se convirtieron
en las dos grandes potencias coloniales. Sus fronteras atravesaron casi todos los
mares. Se dividieron el mapa sin tomar en cuenta tradiciones, costumbres, idiomas
ni etnias de los colonizados. El capitalismo era, en ese momento, el único sistema
económico mundial, de manera que la anexión de nuevos territorios obedeció a la
lógica de Incrementar ganancias sobre la base de la
apropiación de recursos naturales. La primera conflagración se debió precisamente
a la disputa de territorios y mercados potenciales entre imperios capitalistas-
colonialistas. Al otro lado del Atlántico, Estados Unidos iniciaba su despegue
económico, con aspiraciones de gran potencia, sueño que se convirtió en pesadilla
con la gran crisis de los Años 29-30. En la década siguiente rehízo su economía y se
convirtió en importante bastión capitalista e imperialista. Su capital financiero
comenzó a expandirse en lo que ya era su traspatio:
América Latina.
Después de la segunda gran conflagración y firmada la paz, la lucha por la
independencia continuó en Asia y África su etapa victoriosa. Entre 1945 y 1976, se
liberaron casi la totalidad de países asiáticos y africanos. Pero casi todos ellos, sin
transición, incluyendo a los latinoamericanos, han pasado a una segunda
colonización conocida como neocolonialismo.
Los habitantes del Zaire o del Congo, ya no son súbditos de Bélgica, ni de Francia. Ni
Leopoldville, se llama su capital ni es ya propiedad particular del Rey Leopoldo n.
Tienen su propio nombre, su himno y su bandera. Eligen a sus gobernantes o los
derriban sus militares, espontáneamente o por decisión extraña. Bélgica, Francia o
Inglaterra retiraron sus banderas, sus autoridades, sus tropas. En suma,
abandonaron casi todo, pero no lo principal: se quedaron con las materias primas.
Sus sociedades anónimas siguen explotando el cobre, el zinc, la plata. Para las
riquezas naturales de los países del Tercer Mundo siguen existiendo metrópolis. Si
surge algún líder nacionalista que quiera impedirlo, simplemente se lo asesina,
como a Patricio Lumumba, con la colaboración de especialistas de los servicios de
inteligencia norteamericanos.
La segunda colonización modifica estas relaciones de explotación, de saqueo, de
robo descarado, de compra venta de hombres esclavizados, características del
clásico colonialismo. El nuevo dominio será económico-financiero. La exportación
de capitales, las inversiones directas para extraer las materias primas, las ayudas
para el desarrollo y los préstamos atados y usurarios, la apertura de filiales
bancadas, comerciales e industriales, etc. En la división internacional del trabajo, al
Tercer Mundo se le asigna el papel de exportador de materias primas. Con la
segunda colonización se gana más, se deja
la ilusión de soberanía, sin el trabajo sucio de rapiña y genocidio. La diferencia entre
la primera y segunda colonización, para los pueblos del Tercer Mundo, es la misma
que existe entre el robo a mano armada y la estafa.
Las potencias industriales se disputan su aprovechamiento a través de sus grandes
empresas. Las nuevas repúblicas independientes son convertidas en factorías del
capital financiero. En el mapa que manejan las metrópolis, los países apenas si
tienen un nombre: son zonas cupríferas, petroleras, bananeras, auríferas, gasíferas,
hulleras, algodoneras, etc. Las antiguas potencias coloniales dejaron en sus antiguos
dominios a gobiernos autóctonos, pero se quedaron con tos recursos naturales, las
factorías y el comercio. Los gobiernos entregaron la posta de su dominación a las
empresas de sus connacionales que, al crecer se convertirían en transnacionales.
Para los dominados terminó su primera, pero se inició su segunda colonización o
neo colonización. Es el inicio del imperialismo del que hasta hoy la mayoría de los
pueblos del Tercer Mundo no consigue liberarse.
El escenario mundial después de la victoria sobre el fascismo, muestra a una Europa
en ruinas y con hambruna. La Unión Soviética ha sobrevivido, triunfado y goza de
prestigio, pero está levantando sus escombros bajo los cuales han quedado veinte
millones de víctimas. El imperio japonés está vencido y humillado. Estados Unidos
empieza a proyectar sus intereses al mundo. Después de la Segunda Guerra Mundial
es la potencia indiscutible. No conquista ni un metro cuadrado de territorio
extranjero, pero su bandera avanza detrás de sus inversiones en todos los
continentes. Un centenar de países se convierten en tributarios de la nueva
metrópoli: oro de Sudáfrica, cobre de Chile, Perú, Zalre. Petróleo de Irán, Irak,
Kuwait, Emiratos Arabes, Venezuela, Angola, Libia. Azúcar de Cuba, República
Dominicana y Haití. Algodón de Egipto e India. Plata de México y estaño de Bolivia.
La lista es interminable. Su soberanía alcanza hasta donde llegan sus intereses.
Definitivamente ningún imperio en la historia abarcó tanto ni fue tan poderoso.
Cumple con los mismos objetivos económicos de los colonizadores clásicos,
modificando los extremos desvergonzados de rapiña territorial y genocida de sus
antecesores europeos. Sus tropas rara vez atraviesan fronteras, pero están allí, cerca
de todas partes para proteger sus intereses. En América Latina inventan la OEA y el
TIAR para asegurar su traspatio. En el sudeste asiático, el ASEAN. En Europa, la
OTAN, con la puntería dirigida al Este, no es otra cosa que el escudo protector de sus
inversiones.
El primer ministro de India y fundador del Movimiento de Países No Alineados,
Jawaharlal Nehru, describió magistralmente, en dos breves párrafos de la carta que
en 1951 dirigiera al Time de Nueva York, la situación actual. Nehru escribió: “Los
norteamericanos nunca se han tomado el trabajo de anexarse un país, como la Gran
Bretaña lo hizo con la India. Ellos sólo están interesados en las ganancias, en el lucro,
y es así como se empeñan únicamente en adoptar las medidas necesarias para
controlar las riquezas de los países” … “Ciertos países pueden aparecer como libres
e independientes si se consulta un atlas o un texto de geografía. Pero si se mira
detrás del velo, se encontrará que, en realidad, están bajo la garra de otro país”2.
La Segunda Guerra Mundial, junto con la consolidación del nuevo imperio, trajo
consigo la agitación en las colonias de África, Asia y América Latina. Su liberación -
como todas en la historia- no fue decisión de las metrópolis, ni gratuita, sino al costo
de la sangre y el sacrificio. La resistencia comenzó a organizarse. Como en la América
del siglo pasado, surgieron movimientos y conductores: los nuevos Bolívar y San
Martín, son negros y amarillos. Los ejércitos libertadores asumen nombres que se
llenarán de gloria, como el FRELIMO con Sa-mora Machel en Mozambique; la
SWAPO, en Africa Sudoccidental, con Sam Nujoma; los frentes de liberación como el
congoleño de Patricio Lumumba; Agostinho Netho, el poeta combatiente. La Argelia
del Partido Estrella Norafricana hasta su victorioso FLN con Houari Bou-mediene.
Ho Chi Min que no alcanzaría a ver el triunfo alcanzado por su heroico pueblo
después de treinta años de guerra contra las más grandes potencias. Los pueblos
que logran libertad se unen para ayudar a los que siguen en combate, como Angola,
Mozambique, Botswana, Zambia y Tanzania, como los países de la Línea del Frente,
en solidaridad con el Movimiento de Liberación de Zimbabwe. En las cárceles de
América se extinguen las vidas del puertorriqueño Pedro Albizu Campos y de Lolita
Lebrón. El ejemplo de voluntad y de moral de Mahatma Gandhi y su activa,
interminable, combativa y vencedora
resistencia pasiva. Surge también la revolución China, triunfante después de una
larga marcha de 20 años. China aporta al mundo, en ese momento, la posibilidad de
engarzar la liberación nacional con el socialismo.
El mundo de post guerra es un hervidero. Pero, sobre todo, no es más
exclusivamente capitalista. Ha surgido y se consolida el socialismo como sistema
económico mundial. Alemania está dividida. Países del centro y del este europeo
forman parte del bloque socialista que se constituye en la retaguardia de los
movimientos de liberación nacional. La nueva potencia imperialista, tiene a sus
aliados capitalistas en ruinas. Se toman medidas de emergencia: Plan Marshall para
Europa occidental, con trece mil millones de dólares que constituirían una de las
más lucrativas inversiones de la historia.
Los planes bélico-nucleares contra la Unión Soviética para “acabar con el
comunismo en su cuna” se congelaron con la primera prueba de la bomba atómica
soviética que estableció el equilibrio nuclear. La paz está asegurada por el terror al
holocausto final. Como la confrontación se ha vuelto problemática, hay que iniciar
otra clase de guerra, no militar sino psicológica. Una guerra externa e interna: la
guerra fría que, al interior de los Estados Unidos se llamó Macartismo. Las batallas
no se darán con tanques, bombarderos ni misiles. Las armas de la nueva guerra
serán los medios de comunicación. La noticia en vez del proyectil. El mensaje por la
bazuca. La mentira como arma decisiva. El enfrentamiento es entre capitalismo y
socialismo: en consecuencia, fundamentalmente político, social e ideológico. Los
nuevos regimientos serán las agencias noticiosas, la radio, la televisión, el cine, los
periódicos, las revistas, los libros, los dibujos animados, las historietas, los comics y
todo lo que sea apto para llevar mensajes.
Con la guerra fría y con sus armas, se inicia la tercera colonización del Hemisferio
Sur. Su objetivo es manipular y controlar la inteligencia, el pensamiento, el
comportamiento de los habitantes del Tercer Mundo; Inducirlos al conformismo y
quitarles toda opción, búsqueda o elección de otro sistema de vida que no sea el
impuesto por el nuevo imperio. Su finalidad es preservar y afianzar a toda costa el
sistema capitalista. Se nos convence no sólo para evitar que nos enrumbemos por
los caminos del socialismo existente, sino para quitarnos de la cabeza todo
pensamiento de búsqueda de nuevas opciones, autónomas, independientes, no
alineadas.
En una reunión de la organización anticomunista Internacional de la Resistencia,
celebrada en París en 1984, el delegado norteamericano ratificó los viejos objetivos
de su gobierno en forma tan franca que no deja lugar a dudas. Dijo: "La competencia
entre Oriente y Occidente no es más que una lucha por el control sobre las mentes,
ya que ésta es la clave para dominar al mundo”3.
Mientras los pueblos luchan por liberarse del neocolonialismo, éste ha comenzado
a subyugarnos con una nueva, imperceptible pero poderosa dominación: la
colonización del hombre en sí, de su formación y de su conciencia. La tercera
colonización no tiene sed de conquistas territoriales, pero está avanzando sobre
reservas más importantes que los recursos naturales. Está trabajando, para dominar
y domesticar el alma de los hombres y de las comunidades. Nos está conduciendo.
como agarrados de la mano, al conformismo, al convencimiento que el mundo es así
y frente al cual debemos resignamos con la esperanza única de que algún día, si
seguimos por el camino inducido, seremos tan prósperos y libres como es o
pretende ser nuestro actual imperio conductor. Su hegemonía cultural le es
indispensable para ceñirse de su irradiación y su propaganda manipuladora.
No vivimos ante la amenaza futura de ser nuevamente colonizados. Lo estamos
siendo. Las nuevas carabelas, los modernos galeones y todo tipo de embarcaciones,
hace décadas que han acoderado en nuestras playas. Son los manipuladores de
cerebros, cuyos instrumentos de domesticación están en nuestros hogares, en las
calles, en las oficinas. Se han apoderado del espectro electromagnético, que es casi
como expropiarnos el aire que respiramos. Nos han regulado las informaciones, la
lectura, el entretenimiento, los espectáculos y hasta nuestras conversaciones,
tratando de masificamos. Nos empiezan a manipular como a títeres. Nos están
cosificando, convirtiéndonos en objetos adaptables a diversos usos, en seres hechos
a la medida y en serie. Estamos viviendo una verdadera guerra del opio destinada al
adormecimiento de las sociedades, a la destrucción y desaparición de sus culturas
autóctonas. Como sostiene el sociólogo norteamericano Herbert Schiller, “unos
pocos pueden determinar lo que deben pensar, hacer, usar y decir millones y que
incluso lleguen a creer que piensan y hacen todo lo demás porque lo quieren, porque
pueden -o les parece que pueden- escoger”4.
No se trata de ciencia ficción. Pero es algo que se le parece mucho. Hace menos de
medio siglo, enumerar la mayoría de los adelantos tecnológicos de hoy, hubiera sido
considerado ciencia ficción. Son precisamente esos adelantos científico-técnicos en
la comunicación, los que se están utilizando y perfeccionando para ponerlos al
servicio de la tercera colonización.
Vivimos la plena invasión de los nuevos adelantados regios y conquistadores que
tienen sobre sus predecesores la ventaja de una acción que transcurre
desapercibida para sus nuevos colonos. El proceso de domesticación de los
habitantes del Tercer Mundo está en marcha y no lo notamos todavía con claridad
suficiente. Las voces de la mayoría de científicos sociales de los países en vías de
desarrollo que comenzaron a denunciarlo han sido prácticamente silenciadas. Se les
ha quitado, mediante el chantaje económico, la tribuna de la Organización para la
Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas UNESCO en la cual entre
los años 1974 y 1982 desarrollaron un importante debate que fue
permanentemente silenciado por las agencias noticiosas transnacionales y por los
medios locales de información.
Las abandonadas batallas por un nuevo orden informativo internacional, fueron, en
realidad, inicios frustrados para frenar la tercera colonización que está en marcha
desde la década de los años 50. Para silenciarla, los gobiernos de Estados Unidos y
de Gran Bretaña, amenazaron a la UNESCO con desaparecerla si continuaba
fomentando la discusión de un tema trascendental para el mundo del futuro y
especialmente para los pueblos del Hemisferio Sur, y procedieron a suprimir la
cuota de estos países, equivalente a más del 30% del presupuesto de esta
organización mundial. Singapur les siguió los pasos y numerosos gobiernos,
presionados por Washington y Londres, anunciaron su retiro. Suprimido y
silenciado el debate, la penetración ideológica y la invasión cultural mediante la
manipulación de las conciencias, continúa y se acrecienta.
Día que pasa las culturas autóctonas de los países del Tercer Mundo se eclipsan,
tienden a desaparecer y son sustituidas por la cultura dominante del imperio. Lo
están logrando en menor tiempo del que seguramente sus proyectistas esperaron.
Cuentan con la complicidad de empresarios nativos convertidos en sus agentes.
Tienen, además, a su disposición y sin competencia, todos los caminos
absolutamente abiertos por el perfeccionamiento de tecnologías espaciales puestas
al servicio de una comunicación que sólo el imperio controla. A través de ella nos
han convertido en lectores de lo que sólo ellos quieren que leamos; de espectadores
de propaganda y entretenimientos preparados para inducirnos al individualismo y
al conformismo, extraños y ausentes de los conflictos sociales; al apoliticismo; a
modificar nuestros comportamientos y conductas, en fin, a reducirnos a la condición
de masa anestesiada por aplicación de la nueva y escondida ingeniería social,
destinada a reorganizar gradualmente a la sociedad humana. Conocida también
como ingeniería humana se la define ya como la ciencia para moldear y ajustar la ~
actitud de los hombres, a la cual un juez norteamericano ha calificado como “arte
negro, ciencia de engañar a la gente y persuadirla”. Se avanza sobre el biocontrol,
“ciencia destinada a regular los procesos mentales, las reacciones emotivas y la
percepción sensorial mediante señales eléctricas”5.
Este “arte negro” fue descubierto por las agencias de publicidad ante sus frecuentes
fracasos ocasionados por la inexactitud de las tradicionales encuestas y sondeos.
Desde entonces a la actualidad, han perfeccionado sus métodos hasta llevarlos al
nivel de ciencia, puesto que sus resultados son debidamente cuantificados y
comprobados. Hoy, esta ciencia forma parte del arsenal de la política exterior
norteamericana con una clara estrategia de colonización mental, en cumplimiento
de leyes elementales. La “riqueza como el poder carecen de límites”, por eso tratan
de incrementarse indefinidamente.
Para consolidar su poder económico, le es indispensable el dominio político y
cultural. Y lo está logrando, sin la brutalidad sádica de la Santa Inquisición para
cambiar nuestros cultos nativos, sino con el hasta hoy invencible arma de las
comunicaciones. En vez del látigo, del potro o del vil garrote, hoy se usan símbolos,
colores, mensajes. De este modo cumplirán su antiguo sueño imperial: el del destino
manifiesto, la misión providencial o el sueño americano, en virtud del cual se han
constituido en los supremos guardianes de la libertad, de la civilización occidental y
cristiana, del bien y del progreso y por eso se han propuesto modelar el mundo a su
antojo.
El siglo pasado el senador Beveridge definió a Estados Unidos como responsable de
desempeñar “el papel civilizador, una nación encargada de administrar a los pueblos
bárbaros y seniles”. Ciento cincuenta años después, Robert Kennedy pensaba lo
mismo, al afirmar que su país tenía la obligación de “asumir la dirección intelectual
del planeta". Si gana esta desapercibida e invisible batalla, el imperio habrá
cumplido su "misión providencial" y los países del Tercer Mundo se habrán
desnacionalizado.
¿Cómo es posible imaginar que un país, a pesar del margen y por encima de la ONU,
del derecho internacional, de principios consagrados indispensables para el
mantenimiento de la paz y de la convivencia universal, como son la
autodeterminación y la soberanía de los pueblos, pueda aplicar sus ciencias
manipulatorias, su ingeniería humana, a sociedades distintas y lejanas de su
territorio, la mayoría de las cuales no hablan ni su idioma?
Hitler dio la receta, cuando declaró que “la propaganda nos permitió ganar y
conservar el poder y nos dará la posibilidad de conquistar el mundo”. Por mucho
tiempo su lugarteniente Goebbels fue-considerado como el maestro de la
propaganda política. Hoy no pasaría de un aprendiz limitado por una radio apenas
mejor que un receptor de galena, ignorante de tecnologías y medios de cuya
existencia no imaginó ni en sus delirantes sueños de grandeza. Una cosa sin embargo
es cierta: la validez infernal de la propaganda. La propaganda fanatiza a multitudes
y a pueblos. Tal vez los mejores propagandistas de la antigüedad fueron los
apóstoles que, con la oferta de la tierra prometida, llevaron a los fieles al sacrificio.
La propaganda precede a las guerras, a los ejércitos y a los combates. En el lenguaje
militar se le llama preparación psicológica.
La comunicación, controlada por grupos transnacionales que coinciden y defienden
la política exterior de Estados Unidos, es hoy el gran instrumento de colonización.
La comunicación engloba todos los sistemas vinculados a la mente humana. Desde
los -en apariencia inocentes-dibujos animados y revistas infantiles hasta la
informática y las tecnologías cósmicas, transportando mensajes en informaciones,
imágenes, símbolos: libros, revistas, diarios, cine, televisión, grabaciones de música
y de espectáculos. Para sus fines, hacen de la comunicación un diluvio permanente
sobre nuestros cerebros que no nos da tregua para guarecernos en la reflexión. Una
comunicación sustentada, también en apariencia, en la libertad de expresión, por la
cual se la considera categoría indiscutible y por lo tanto indetenible e inatacable. Sin
embargo, una comunicación arbitraria, injusta, contra- ría a sus propias esencias y a
la libertad.
Nada hay de inocente ni de imparcial en la comunicación. No existen mensajes
neutros, ni éstos se dan únicamente con el cine, la televisión y las informaciones. El
imperio no descuida nada. En la tarea colonizadora, cumplen su papel desde el
simpático Pato Donald; su tío Rico Mac Pato; los maravillosos muñequitos parlantes
de Plaza Sésamo; la endiablada industria discográfica que nos hace avergonzar y
pronto nos hará olvidar nuestra música nativa; los libros de bolsillo; las revistas
como la difundida Selecciones del Reader’s Digest, la informática con sus bancos de
datos. Pronto serán las emisiones directas de televisión sin intermediarios hasta
nuestros hogares, por encima de soberanías, desde sus satélites dotados de los
últimos adelantos tecnológicos preparados para su guerra de las galaxias.
Para la aplicación de la ingeniería humana y previa a la comunicación
desinformadora y a sus mensajes alienantes y manipuladores, es indispensable
conocer la conducta, aspiraciones, frustraciones, creencias, en fin, hasta los
complejos de los habitantes de una comunidad.
El gobierno norteamericano encomendó al Pentágono la aplicación de la ingeniería
humana en 41 países del Tercer Mundo. Se concretaron planes, como el Camelot,
para analizar a los militares chilenos; el Simpático para militares y campesinos de
Colombia; el plan Colonia para iguales destinatarios en el Perú, entre otros.
El Pentágono realizó el proyecto a través de la Universidad América de Wáshington.
Gobernaba Chile, en ese tiempo, la Democracia Cristiana con el presidente Frei.
Cuando los cuestionarios habían sido ya respondidos por militares y carabineros, en
actividad y retiro, se descubrió la operación que se realizaba como un estudio
científico, con desconocimiento del gobierno. El escándalo fue mayúsculo. Se
formaron comisiones investigadoras en el Congreso de Chile. Era inadmisible no
sólo por falta de respeto a un país, sino por la violación de su soberanía. Por eso no
se realizan más, abiertamente, estos planes de espionaje sociológico y psicológico.
Pero el imperio no puede renunciar a sus objetivos. Los estudios son indispensables.
Sin conocerlos, no funcionaría la ingeniería social. Pues bien. Esos trabajos los sigue
realizando el gobierno de Estados Unidos y con la entusiasta colaboración de
profesionales nativos. Existen numerosas fundaciones norteamericanas, como la
Ford, Rockefeller, Fullbright, Gothan, Marshall y otras, a través de las cuales el
Pentágono canaliza los fondos necesarios. Estos se derivan a sus centros de estudios
en el Tercer Mundo, que son finalmente los encargados de realizar el trabajo. Tal vez
sin saber e inocentes, muchos profesionales del Tercer Mundo, con la “ayuda que
mata” están contribuyendo a la tercera colonización.
La tercera colonización coincide con la revolución científico- técnica, a cuya
vanguardia están las comunicaciones con sus satélites, las computadoras binarias,
la informática, los cables de fibra óptica, las impresiones de láser y las tintas
electrostáticas, los servicios telemáticos, la optoelectrónica, la física del estado
sólido, la teledetección espacial y una industria estratégica cuyos alcances sólo
intuimos. Todos estos prodigios creados por la inteligencia del hombre que deberían
servir a la humanidad están, sin embargo, al servicio de la política exterior
norteamericana y de su imperialismo ideológico. En el más alto nivel del gobierno,
organismos como la United States Information Service (USIS) la CIA y el Pentágono,
con su grupo de cerebros, son responsables de planificar y ejecutar, en colaboración
con los propietarios de los complejos bélico industriales, las políticas de dominación
ideológica de los habitantes del Hemisferio Sur. Colaboran con ellos, los grupos
dominantes del Tercer Mundo, aspirantes a la transnacionalización de su clase
social. Uno de los instrumentos latinoamericanos más eficientes en esa tarea es la
Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) fundada por el Pentágono y financiada por
la CIA, como se demostrará en las páginas que siguen.
La publicidad, convertida en poder mundial es otro instrumento decisivo destinado
a transformar a las nuevas colonias en sociedades de consumo. El proceso de la
despersonalización y desnacionalización de los países del Tercer Mundo está en
ejecución. La tercera colonización avanza con el escudo protector de la libertad de
prensa y del libre flujo de la información.

Capítulo II EL MITO DE LA LIBERTAD DE PRENSA


“La sociedad ha permitido que la libertad de expresión pueda ser ejercida en función
de los medios que disponga cada individuo. De tal manera que la libertad de expresión
se ha convertido, en la práctica, en la libertad de los ricos"
Urho Kekkonen, Presidente de Finlandia

Comunicación: ley del embudo al revés


Desde la perspectiva de la comunicación, la humanidad vive su cuarta y tal vez esté
ingresando a su quinta revolución. Esto sólo será posible definir con nitidez en el
futuro. La primera revolución se produjo cuando el humanoide primitivo y mudo,
con una esperanza de vida no mayor de 40 años y sin más armas que una piedra
para eliminar a otros seres vivientes para alimentarse de ellos, pronunció la primera
palabra y aprendió a hablar. Recientes descubrimientos en las cuevas de Qabara en
las faldas del monte Carmelo, en Israel, revelan que el hombre hablaba hace 60 mil
años. Con la palabra, el humanoide se convirtió en humano. El cerebro del homínido
era entonces muy primitivo, dolicocéfalo y semejante al del mono que conocemos.
Para que el portento del verbo se produjera, su anatomía tuvo que cambiar para que
apareciera en su esqueleto el hueso hioides y los órganos que se le adhirieron, lo que
le posibilitó transformar los sonidos en palabras y comunicarse oralmente con sus
semejantes. En ese momento los humanoides nos convertimos en hombres y se
inició la historia de la humanidad.
La segunda revolución se inicia con el descubrimiento de la escritura. Cuando los
humanos aprendimos a leer y a escribir-según el escritor norteamericano, Dan Lacy
nos transformamos en civilizados. Pero las mayorías únicamente seguían hablando.
Los que aprendieron a leer y escribir se convirtieron en los privilegiados de su
tiempo y adquirieron por ello, poder. La lectura y la escritura les otorgó
una libertad que los demás no poseían. Esa libertad les sirvió para dominar,
colonizar y esclavizar. Fueron los favoritos de las cortes medioevales. Los señores
feudales que no sabían leer y escribir, tenían a su servicio a quienes lo supieran. A
esta etapa corresponde un gran desarrollo intelectual sobre todo en Europa, su
mejor escenario. Fue esta superación la que los impulsó a la conquista y a la
colonización del resto del mundo. La escritura les dio superioridad.
Sin la escritura y la lectura viviríamos en un mundo próximo a las cavernas, sin
noción de historia ni cultura, que es “todo lo que el hombre ha añadido a la
naturaleza”. La escritura transformó al hombre y sus costumbres. Alteró su
inteligencia, sobre todo su memoria. La gente que aprendió a leer y a escribir,
abandonó la práctica y el ejercicio de la nemotecnia, sobre todo cuando los fenicios
inventaron su alfabeto sencillo y se abandonaron los pictogramas. Pero sólo con
escritura y lectura, la comunicación no pasaba del nivel interpersonal, mediante la
carta manuscrita dirigida de persona a persona. Después se ampliaría con el mensaje
leído en alta voz a pequeños grupos, con los pregoneros y los bandos que con
músicos por delante recorrían las calles para atraer a la gente y leerles los edictos
reales.
Cuando Gutenberg inventa la tipografía y perfecciona la imprenta, se inicia la tercera
revolución que, desde el punto de vista comunicacional, se ha ido profundizando
hasta llegar a las nuevas tecnologías editoriales del presente. Algunos estudiosos
incluyen en esta etapa del desarrollo a los medios audiovisuales. Otros consideran a
la transmisión de la imagen por medio de la televisión, como la cuarta revolución. Se
adelanta, por autorizadas opiniones, que la cibernética constituirá otra gran
transformación comunicacional -la quinta- en la humanidad.
Con Gutenberg comienza el fin de los mensajes de persona a persona, de los
originales copiados uno a uno, letra por letra. Con la reproducción tipográfica podía
comunicarse con grupos cada vez mayores. Dan Lacy establece una suerte de ley que
parece inexorable en las comunicaciones. Una ley del embudo a la Inversa, en la cual
lo importante es apoderarse de la parte angosta. La propiedad o el control de las
impresoras de Gutenberg otorgan poder a sus poseedores. Los que dan el mensaje
son menos en proporción a los que reciben. Cuanto más grandes son los auditorios,
menos numerosos son los que ejercen la facultad de comunicar. “Mientras más
ancha es la boca de salida, más angosta es la entrada”. Esta nueva ley del embudo se
cumple con mayor nitidez con los descubrimientos tecnológicos, especialmente con
la radio, la televisión y la informática, tos receptores de mensajes se cuentan hoy por
decenas o centenares de millones. Son los que ocupan la parte ancha del embudo.
Alguien ilustró este punto comparando la cantidad de gente que vio por la televisión
la puesta en escena de Hamlet. En una sola transmisión, desde un estudio no mayor
que el de un escenario teatral, Hamlet había sido vista por más gente que durante
todas las presentaciones en todos los idiomas y teatros del mundo desde que
Shakespeare la escribiera.
En la medida “que se han perfeccionado los medios y su alcance se ha convertido en
infinito, más intensas son las presiones sociales que obligan a controlar el canal de
comunicación que se utilice” explica Lacy para fundamentar la ley del embudo.
Grupos transnacionales son hoy los que ocupan la parte angosta del embudo. Son
los beneficiarios y usufructuarios de la libertad de expresión. Los demás pobladores
del planeta somos oyentes, lectores y espectadores pasivos de sus mensajes. En el
estricto sentido de la palabra no existe siquiera comunicación. Porque ésta lleva
implícito el concepto de reciprocidad. No puede haber comunicación con un
comunicador activo y un receptor atento, dócil y silente, sin posibilidad de diálogo,
réplica ni participación. Para algunos estudiosos, la comunicación social no existe.
Más propio sería denominarla simplemente como información y, ésta, como el
derecho de unos pocos para dirigirse al resto de la humanidad. Tal vez en tiempos
en que el humanoide se convirtió en humano y se estableció el diálogo y la
comunicación oral, podría afirmarse que la libertad de expresión era un derecho de
todos, pero no hoy, cuando los medios de información controlados por privilegiados
monopolizan esa libertad y han convertido a los demás seres en lectores y
receptores de mensajes, cuyo único destino es ver, oír, creer y comprar. En la
sociedad de consumo, los que controlan los medios informativos y de propaganda
nos han asignado el papel de obedientes compradores. No tenemos libertad de
expresión, pero sí la irrestricta libertad de comprar. Precisamente, uno de los
objetivos de la tercera colonización es, mediante la publicidad y la propaganda,
convertir a las nuevas colonias en sociedades de consumo.

Derecho de los informadores, no de los informados


La libertad de prensa es el mito mejor conservado y más difundido de la Tierra. No
hay demócrata ni dictador que no jure defenderla. ¡Ay de aquel que no la reconozca
y le rinda pleitesía! Un diluvio de anatemas caerá sobre su cabeza. Pinochet, Somoza
y hasta Idi Amín Dadá se proclamaron no sólo sus defensores, sino, además,
defensores de la más irrestricta libertad de prensa.
Esta libertad es la primera, la más importante. Sin ella no sería ni imaginable pensar
en las demás. Es el sustento, la columna vertebral de la democracia. ¿Quién se atreve
a contradecirla o por lo menos a cuestionarla? Pueden desaparecer todas las otras
libertades, pero jamás la de prensa. Sólo pensarlo es caer en apostasía. Escrito está
que el hombre nació libre y no podría vivir y morir libre sin la existencia de la
libertad de prensa que le asegure ese disfrute. ¿Opinarán lo mismo los millones de
analfabetos y semianalfabetos de América Latina, Asia y África?
La libertad de prensa es también un derecho divino. Si to dudáis revisad las
encíclicas, desde el Arcanum Divinae hasta el Pacem in Terris, pasando por la Graves
de Conmeni, la Inmortale Dei y la Rerum Novarum.
Afirmar que la libertad de prensa es un mito, es como arrojar al suelo las sagradas
escrituras en plena Inquisición. Atahualpa, el emperador inca, no se salvó del garrote
vil ni con el pago del rescate consistente en una habitación llena de oro hasta donde
llegara, empinándose, el dedo más largo de su mano, por haberse puesto la biblia al
oído y al no escuchar nada, arrojarla al suelo.
La libertad de prensa es una categoría sin lugar a dudas ni debate. Es una verdad
absoluta, más indiscutible que un axioma matemático. Sin embargo, es un mito, una
falacia a tal extremo repetida, que ya no se admite ante ella ni el escepticismo. Hay
libertad para todo y para todos, menos para los que osen romper el mito. El mayor
lavado cerebral que ha sufrido la humanidad es para convencerla sobre el dogma de
la libertad de prensa, llamada también libertad de expresión, pero que en la práctica
se reduce a una vulgar y aparente libertad d# empresa. La libertad de prensa no
existe ni en el país que se enorgullece de ser su cuna y que la proclama irrestricta.
Como principio jurídico, la libertad es un derecho de todos y cada uno de los
integrantes de la sociedad. La Declaración de los Derechos Humanos lo consigna
como una de las más preciadas conquistas de la humanidad, el primer derecho del
homo sapiens. En teoría y por mandato constitucional -no existe carta magna que no
la recoja en sus primeros artículos- todos los nacidos sobre este planeta tenemos el
derecho de hablar, escribir e imprimir sin autorización previa ni censura de ninguna
autoridad. Cuando se reconoce como un derecho el hablar, no se refiere al elemental
acto de poner en acción los órganos de la fonación ni a la simple conversación, sino
a la posibilidad de hacer conocer ideas, críticas y propuestas por medio de
instrumentos que difundan opiniones ante los demás miembros de la comunidad.
Nadie escribe por la simple satisfacción de la autolectura. Lo hace para que otros lo
lean.
En otras palabras, la expresión de las ideas, por la palabra hablada o escrita es un
derecho que asiste a todos por igual. Pero esta facultad jurídica es virtual, puesto
que para ejercerla hacen falta requisitos indispensables que no se logran sin
dependencia, subordinación y hasta sumisión económica. El derecho deviene
entonces en privilegio del grupo reducido que puede acceder a la propiedad de los
medios de comunicación. Por este hecho, adquieren un poder sobre los demás. Como
sostiene el editorialista de Le Monde, Claude Julien, toda libertad que limita o viola
la de los demás, deja de ser un derecho y deviene en un abuso.
Aunque parezca sorprendente, los primeros que ponen en duda o simplemente no
creen en la libertad de prensa, por experiencia y padecimientos, son los periodistas.
Los egresados de las escuelas de periodismo o de comunicación social llegan a una
redacción con la esperanza de aplicar los grandes principios, como la objetividad y
la libertad de expresión que aprendieron en sus clases. Otros, si no con pretensiones
de salvar al mundo, por lo menos para combatir las injusticias y las lacras de la
sociedad en que viven. La realidad que encuentren será, desde el primer día,
diferente a la que imaginaron.
Si, por ejemplo, para cumplir la tarea encomendada por la televisión, se pasaron
horas en la vía pública entrevistando a transeúntes, será el editor del programa
informativo -en virtud de otra libertad: la libertad de editar- el encargado de hacer
desaparecer o disminuir el número de los que opinaron en un sentido, para que el
criterio contrario aparezca mayoritario y coincida con las conveniencias de los
propietarios de la estación, última e inapelable instancia. Si realizaron igual tarea
para la prensa escrita, el jefe de redacción será el encargado de la selección. Para los
comentarios y opiniones, los parámetros son mucho más rígidos. No pueden rebasar
los criterios y lincamientos impuestos por el directorio al director. En informaciones
u opiniones relacionadas con temas trascendentales como son los políticos,
económicos y sociales, la línea fijada por los propietarios es inmodificable y, para un
redactor, inapelable.
Los redactores de otras secciones, como las deportivas, hípicas, locales judiciales o
policiales, no siempre pueden gozar de la libertad de relatar lo que vieron. Todo
depende de la relación que estas actividades tengan con los propietarios de los
medios. Los periodistas deportivos de Televisa México, por dar un caso, difícilmente
podrán ser objetivos e imparciales, teniendo en cuenta que esa poderosa cadena de
televisión es propietaria de dos estadios y de cuatro equipos de fútbol. Son
frecuentes los problemas de los redactores policiales cuando el protagonista de
algún delito tiene vinculación familiar, económica o de amistad, con algún accionista
de la empresa. Por eso, generalmente, los que cometen grandes delitos económicos
en agravio del Estado, están en los medios de comunicación más cerca de las páginas
sociales que de las policiales.

Muchos imaginan que estos procedimientos corresponden únicamente a los medios


de comunicación latinoamericanos y de países en vías de desarrollo. No toman en
cuenta que la mayoría de estos medios no sólo irrjiá.i sino que casi todos son copia,
en menor escala, de la estructura empresarial norteamericana, la que calcan
igualmente en estilo periodístico, tipográfico y de contenidos. Por eso creen que en
Estados Unidos de Norteamérica -cuna y baluarte de la libertad de expresión desde
hace doscientos años- sí se respeta y mantiene inmaculado el principio. Es corriente
escuchar, en cualquier conversación sobre el tema, que surja como definitivo el
ejemplo de Water- gate. Sostienen que sólo en Estados Unidos es posible que dos
periodistas -Cari Bernstein y Bob Woodward- se hubieran enfrentado al presidente
de ese país, Richard M. Nixon, hasta obligarlo a renunciar. jEso es libertad de prensa!
Lo que no saben esos ingenuos es que todo el escándalo fue posible no por la
decisión de los dos famosos sabuesos, sino de la
señora Katherine Graham, propietaria y editora del Washington Post. Sólo ella era
dueña de la libertad de publicar o no publicar. En el Washington Post tenía la llave
de los truenos a pesar de existir un director, Benjamín G. Bradlee que, como todos
los directores que no son propietarios, casi nunca tienen la última palabra. Su
decisión favorable a la publicación fue resultado de intereses políticos muy
concretos, debido a sus vinculaciones con el líder demócrata George McGovern y al
proceso electoral en el cual los republicanos perseguían la reelección de Nixon y que
la obtuvieron a pesar que el escándalo ya se había iniciado.
La mejor demostración de que el caso Watergate no dependió de los periodistas
Bernstein y Woodward -independientemente del excelente trabajo profesional que
desarrollaron- sino de la propietaria del medio en el que trabajaban, es que el
famoso premio Pulitzer correspondiente a 1973 no les fue otorgado a ellos, sino a la
propietaria. La señora Graham recibió la medalla Pulitzer al Servicio Público
Meritorio.
La señora Graham es hija de Eugenio Meyer, quien en 1933 compró el Washington
Post. Después de algunos años ese periódico pasó a propiedad de Phillips Graham,
con quien la señorita Katherine Meyer contrajo matrimonio. El señor Graham fue
además de dueño, editor, hasta un día de noviembre de I963 que decidió suicidarse.
Su viuda, además de la empresa, heredó el cargo de editora. Además de la empresa
y el cargo, heredó también, como usufructuaria única, la libertad de prensa en ese
medio informativo.
Durante el escándalo Watergate, la heredera de la libertad de prensa, recibió
presiones de líderes del gobierno y del Partido Republicano para silenciar la
campaña. Henry Kissinger le dijo: ¿Es que usted no cree que ganaremos la
reelección? El general Alexander Haig, Jefe de la Casa Militar de la Casa Blanca, le
pidió en nombre de la nación que detuviera las publicaciones. Pero estaba decidido.
Había asumido compromiso con el demócrata McGovern1.
Las presiones republicanas sobre la señora Graham demuestran que son los
propietarios los que deciden qué y cómo se publica o qué se silencia. La libertad de
prensa es para ellos y de ellos. Demuestra también la intervención del poder político
para cortar campañas. En esa oportunidad los demócratas pudieron más, aunque
perdieron las elecciones.
El caso Irangate debió ser un escándalo mayúsculo. El presidente Reagan estaba
directamente comprometido en contrabando de armas. Pero los intereses políticos
fueron diferentes a los de 1972. Reagan terminaba su segundo mandato sin
posibilidades de reelección. Por eso no sólo se minimizó lo que debió ser un bullicio
similar al de Watergate, sino que se inició una grosera tergiversación de los hechos.
Los medios terminaron desinformando al pueblo norteamericano.
Si en las manos de la viuda-propietaria-editora de un diario estaba el ocultamiento
de un suceso delincuencial en el más alto nivel, es de imaginar el poder que posee el
ciudadano Gannett, dueño de 91 periódicos diarios en los Estados Unidos, uno de
ellos, el USA TODAY que circula simultáneamente en los últimos rincones del país.
Que tiene, además, 35 semanarios, 15 potentes emisoras de radio, 10 canales de
televisión con repetidoras, agencias de publicidad y de mercado- técnia, varias
productoras de programas de televisión, fábricas de papel periódico, el práctico
acaparamiento de un satélite de comunicaciones; servicios de prensa para 294
publicaciones diarias y que, bajo la razón social Gannett, está extendiendo su
imperio de medios de comunicación a otros continentes. Mister Gannett tiene mil
veces más libertad de prensa que la viuda Graham. Y todavía existen otros más
poderosos que Gannett. Por ejemplo Rupert Murdoch, con intereses en medios de
comunicación en cuatro continentes.
El monopolio es la antípoda de la libertad. Las leyes de la oferta y la demanda en una
sociedad de mercado, cuestionadas por la realidad del actual sistema industrial, se
convierten en una broma de mal gusto ante la presencia de monopolios y
oligopolios. No hay libertad de empresa ni de prensa con trusts y carteles. En la
facultad omnipotente del control y manejo de las comunicaciones por estos pulpos
empresariales consiste la libertad de prensa con la cual Estados Unidos se considera
líder espiritual del mundo.
Con respecto al oligopolio de conglomerados multi-medios, es necesario hacer una
salvedad sobre el diario Washington Post Este periódico, así como el New York
Times y unos pocos más, corresponden al viejo anhelo norteamericano de la libertad
de prensa, en deliberada confusión con libertad de empresa. A pesar de constituir
cada uno de ellos sólidas empresas, con utilidades semejantes o
mayores que algunas compañías petroleras o siderúrgicas, pueden proclamarse
independientes, porque no han sido absorbidas ni integradas a ninguna cadena u
oligopolio de la comunicación. El New York Times es de por sí un coloso con
intereses lucrativos periféricos, con periódicos en varias ciudades, emisoras
radiales y televisoras, entre estas últimas la Public Broadcasting Service y una
central informática o banco de datos, el N. Y.T. Information Bank. Ambos diarios son
testigos de la paulatina desaparición de centenares de publicaciones que ya fueron
encadenadas. Hasta hace poco más de dos décadas, no había ninguna ciudad
importante de Estados Unidos en la que no circulara por lo menos un periódico
independiente. En la actualidad, son pocas las publicaciones que todavía se resisten
a ser devoradas por grupos transnacionales.
La libertad de prensa es una mercancía exquisita y cara, al alcance de muy pocos
bolsillos y proporcional al valor de la inversión. Es el privilegio de los potentados. A
más inversión, más libertad de prensa. No es igual la libertad del que financia un
semanario con la del que constituye una empresa y funda un diario o una cadena de
diarios o de canales de televisión. Y menos con la de una transnacional que integra
cadenas de diarios, revistas, agencias de publicidad, estaciones de radio y de
televisión y constituye un oligopolio.
En el modelo de televisión de libre empresa norteamericana -imitado al pie de la
letra por 31 países, entre ellos 16 de América Latina-la radio y la televisión son de
propiedad privada y subsisten exclusivamente por la publicidad. Sin avisos no se
sostendrían un minuto en el aire. Existen los medios oficiales, con financiamiento
estatal y la colaboración de fundaciones, dedicados generalmente a programas
educativos, pero su mayor programación es puesta al servicio del gobierno. Carecen
de gran sintonía, no sólo por su dependencia estatal, sino porque los oyentes y
espectadores, por su nivel cultural y por una manipulación previa y generalizada,
prefieren entretenimientos de violencia, sexo y sangre antes que los “aburridos”
programas culturales.
La regla de tres es simple: radio y televisión viven en función de la publicidad. Esta,
a su vez, depende de las grandes empresas. El mayor porcentaje de publicidad
corresponde a transnacionales. Siete de las diez más grandes empresas publicitarias
del mundo son norteamericanas. En las tres restantes poseen importante
participación. De las diez, las tres mayores son las norteamericanas Walter
Thompson, Me Cann Erícksony Young Rubicam Inc., las cuales tienen como clientela
asegurada a las más poderosas firmas de dicho país. Los anunciadores quieren,
además, “programas consen/adores, sin complejidades, que no obliguen a pensar,
pues entienden que ello perturba la disposición a comprar. El objetivo de los
programas es vender los productos o servicios anunciados y nada debe interferir en
la transmisión del mensaje consumista"2. El esquema es elemental, pero
corresponde a una realidad inocultable e indiscutible.
Si las empresas transnacionales ejercen una férrea dictadura a través de sus
agencias de publicidad y de marketing sobre la radio y la televisión, sus dueños no
pueden hablar con propiedad de libertad de prensa. Lo que se programa en la
televisión no es siempre lo que los propietarios prefieren, sino lo que ha elegido el
anunciador. La libertad de prensa en los medios audiovisuales, en última instancia,
es el derecho del que paga.
Teóricamente es posible una comunicación que se identifique con los intereses de
las mayorías populares, que se convierta en vocero y expresión de sus problemas,
reivindicaciones, aspiraciones y esperanzas o, por el contrario que se identifique con
grupos de poder financiero, industrial, comercial o agrario.
El primer caso sólo sería posible en la prensa escrita, en un periódico que alcance
tan alta circulación que le permita autofinanciar- se con la venta. Pero es
absolutamente imposible que en una sociedad de mercado pueda sobrevivir una
emisora de radio o de televisión alternativa que opte por los intereses mayoritarios
de la población que en el Tercer Mundo corresponde a la defensa de los más pobres.
Conscientes que nuestros pueblos son deliberadamente desinformados y
manipulados a través de las agencias transnacionales de noticias, con la
complacencia y complicidad de los medios locales, ha sido preocupación de muchos
periodistas lanzarse a la aventura de editar publicaciones de cualquier periodicidad
-aunque sea bianual- pero independientes de los poderes del dinero y del Estado.
Estos intentos de prensa alternativa difícilmente pueden subsistir. Pero aún en el
caso de prosperar, un periódico alternativo equivaldrá a una brizna de yerba en la
pradera o a una gota de agua en el mar.
Casi en ninguna parte han tenido éxito. El silencioso boicot económico los saca muy
pronto de la circulación. Incluso la prensa partidaria resulta marginal, porque la
competencia con los grandes intereses transnacionales que se mueven detrás de los
medios privados locales, hace la batalla mucho más desproporcionada que la bíblica
de David y Goliat.
En América Latina, por ejemplo, se han intentado varios proyectos de prensa diaria
alternativa. En el Perú, muchos periodistas que antes no diferenciaban el debe del
haber de los libros de contabilidad, aprendieron a preparar presupuestos, flujos de
caja, a familiarizarse con las cartas de crédito -para ellos previo depósito de su
equivalente en moneda contante y sonante-y en los interminables trámites para la
importación. Aprendieron, en suma, a gerenciar empresas editoriales, cosa nada
sencilla dentro de la izquierda latinoamericana, tan abundante en poetas pero tan
escasa en gerentes.
Uno de los más recientes fue el diario La Gozque se publicó entre el 18 de agosto de
1986 y el 12 de setiembre de 1988. En esos dos años logró alcanzar el punto de
equilibrio que le permitió igualar egresos con ingresos. Contrariando las recetas del
negocio editorial, se dio el lujo de no tener sección ni redactor policial, en un
esfuerzo de airear e higienizar el periodismo. En sus dos años de vida, no consiguió
ni un centavo de financiación bancaria. Nunca, ni por excepción para confirmar la
regla, recibió aviso alguno de agencias de publicidad ni figuró jamás en los ratings:
en un informe de la revista sobre economía 1/2 de Cambio apareció como “otros”.
En la relación de diarios figuraron, con sus respectivos nombres, hasta con el 2 por
ciento y luego el “otros”, con el 14 por ciento. Pero resulta que el único “otros” era el
diario La Voz, porque ya no había ninguno más. La devaluación súbita y traumática
de la moneda en más de 1 500 por ciento hizo imposible su continuidad. En ocho
meses el dólar paraja importación de papel se elevó de 16 intis a 2 800. Se publicó
del 18 de agosto de 1986 al 12 de setiembre de 1988.
Un periódico alternativo, es como una pequeña ventana que se abre para la visión
copada de los lectores por los medios transnacionales. Ofrece una versión diferente,
puesto que se ocupa más de los procesos que de los acontecimientos. Rompe de
alguna manera la estandarización de la opinión pública. Se convierte entonces en
enemigo, diminuto pero enemigo al fin, de la colonización. Por eso, siempre se le
impedirá nacer y subsistir. Por lo menos, por las experiencias vividas, se considera
una proeza la prensa alternativa, pero imposible la audiovisual.
Existe una verdad que la conocen -y muy bien- los propietarios de los medios, los
periodistas, los estudiosos y los políticos, pero que aparentan ignorar. Sobre todo,
los políticos guardan un silencio sepulcral cuando se les plantea la problemática de
las comunicaciones. Se vuelven ciegos y no quieren ver una verdad inconmovible:
los ülldjps de comunicación están subordinados al dinero o al poder, o a ambos.
Radío y televisión se asfixiarían en segundos sin el oxígeno de la publicidad. Se
exceptúan de esta regla, los medios de información audiovisuales de algunos países
de Europa occidental, de Asia, Africa y Améria Latina que no han copiado la
estructura de propiedad de los medios de Estados Unidos.
¿Qué pasaría si los periódicos se financiaran como lo hacen las radios y las
estaciones de televisión? En la radio y en la TV, que siguen el patrón norteamericano,
los presupuestos se cubren única y exclusivamente con ingresos por publicidad. Los
auspiciadores son los que definen lo que tenemos que ver y escuchar. Generalmente
lo más vulgar del entretenimiento. Si ese criterio se aplicara a los diarios y revistas,
es decir, si se los financiara exclusivamente con avisos, estos deberían ser
entregados gratuitamente a los lectores. Desde luego que no se publicaría ni una
línea que no sea del gusto del anunciador y mucho menos lo que directa o
indirectamente afecte a sus intereses. Esto, que como simple hipótesis constituye un
absurdo con respecto a la libertad de expresión, tratándose de la televisión y de la
radio, parece natural y normal. En el caso de la prensa escrita significaría su total
prostitución, pero en la televisión se ve con naturalidad, como un procedimiento
decente, inobjetable, simplemente porque estamos acostumbrados a aceptar y ver
las cosas como son. Por eso pocos se han dedicado a pensar en este tema y son
todavía menos los que han planteado alternativas de solución.
Algunos empresarios de la prensa escrita han visto una buena veta lucrativa en la
financiación total de sus publicaciones por medio de la propaganda. Lo que parecía
sólo hipótesis de trabajo, se está haciendo real. Lo que se consideraba prostitución
de la prensa escrita está recibiendo carta de ciudadanía. En algunos estados de
Norteamérica, sobre todo en ciudades pequeñas, han empezado a circular diarios
gratuitos, conocidos con el nombre de shoppers. Comenzaron publicando notas de
cultura general, entretenimiento y misceláneas, pero ya derivaron a la información
y al comentario. En Francia se ha copiado el modelo y el peligro es que pueda
generalizarse. La empresa COMAREG (Compagnie pour les Marchés Regionaux), por
mencionar a una de las cuatro compañías existentes, distribuye gratuitamente 112
títulos con un tiraje superior a los 12 millones de ejemplares. Los periódicos locales,
en las ciudades donde se regalan diarios y revistas han sentido el impacto y sus
posibilidades de competir son nulas. Lo más probable es que por el imperio del
dinero de la promoción industrial pierdan su libertad de existir. La tendencia, como
es fácil advertir, es la desaparición de periódicos locales o regionales, algunos
tradicionalmente independientes, por la voracidad de empresas que las compran
para integrarlas a sus cadenas.JLos que se resistan, sucumbirán por el dumping del
periódico gratuito, ío que'revéja.la artifjcialídad de la libértacfde prensa, en la que
se cumple la ley del mar: el pez grande se come al chico. La prensa norteamericana,
junto con la radio y la televisión, ha sido ya devorada por los tiburones de las
transnacionales propietarias de empresas integradas o niulti-medios. El modelo no
demorará en ser copiado en el Tercer Mundo.
Los políticos que alcanzan a comprender esta problemática, simplemente se vuelven
cómplices con su mudez, porque la radio y la televisión son medios tan poderosos
que nadie se atreve a ponerlos en evidencia por temor a una campaña en su contra
o a su silencia- miento total, que equivale en muchos casos a la muerte cívica del
político. Ante el menor atisbo de denuncia, se unen todos los medios, los periódicos
de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), las radios de la Sociedad
Interamericana de Radio y Televisión (AIR) y la totalidad de canales de televisión,
para rasgarse las vestiduras en defensa de la libertad de expresión. Por esta razón,
los propietarios de los medios de comunicación son un poder equivalente -y en
oportunidades superior- al del parlamento, frente al cual aún los líderes de los
partidos progresistas guardan respetuoso silencio.
Este poder casi omnímodo, prácticamente indiscutido, personificado por el director
del medio fue cuestionado con el siguiente razonamiento 3: el director de un medio
de comunicación tiene un poder superior por lo menos al de un grupo
parlamentario. A los diputados y senadores los elije el pueblo por un período
determinado y en mérito a ese origen pueden hablar a nombre de la ciudadanía.
Pero, ¿quién elije al director de un periódico o de un canal de televisión? ¿En virtud
de qué representatividad se convierte en vocero de la opinión pública y en la
autoridad inapelable que decide qué debemos oír o qué debemos ver o de qué
acontecimientos informarnos y de cuáles otros no?
El sociólogo chileno Juan Somavía, miembro de la Comisión Mac Bride4, planteó la
necesidad de realizar debates nacionales sobre los medios de comunicación para
hallar respuesta, entre otras muchas, a las siguientes cuestiones: “¿Porqué -los
medios de comunicación- son comg son? ¿Qué intereses están detrás de las actuales
estructuras? ¿Cúal es su verdadera representatividad social? ¿En nombre de quién
se habla? ¿En función de qué intereses se está desarrollando la tecnología? ¿Por qué
aparecen o no aparecen determinadas tecnologías en el mercado? Son todas
preguntas absolutamente relevantes al mundo industrializado y cuyas respuestas
son urgentes para todos, pues ahí radica el núcleo de poder transnacional que se
irradia al resto del mundo”5.
Como se ha visto en el caso del Washington Post, es notable la forma como los
medios de comunicación, incluida la libertad de prensa, se heredan. Los hijos de los
dueños de empresas editoriales no llegan al mundo con el deseo de todo padre, que
sus hijos vengan con un pan bajo el brazo. En el hogar de estos privilegiados los hijos
primogénitos, como en las monarquías, nacen con el nombramiento de futuros
directores de periódico bajo el brazo. Los Hearst, en Estados Unidos, van por la
cuarta generación. Su capital accionario es de mil quinientos millones de dólares.
Otros grupos herederos importantes son: la familia Newhouse, propietaria de la
empresa Advance Publications ($ 2 200 millones). Familia Cox, de Cox
Comunications ($ 1 900 millones). Familia Flias Bancrof y Cox, dueños de Dow Jones
-editores de Wall Street Journal- con $1 500 millones. Familia Chan- dlers de Jimes-
Mirror ($ 1 200 millones). Familia Annenberg de la empresa Triangle -editores de
TV Guido- con $ 1 600 millones. Familias Flias Knight y Ridder de Knight-Ridder ($
1 500 millones). Sucesión Scripps, dueños del Scripps-Howard ($ 1 400 millones)a.
Para comprobar esta repetición en América Latina es suficiente ver los cfirectoríos
de los diarios llamados grandes, senos e independientes sin excepción afiliados a la
SIP: los Miró Quesada en el Perú; tos Gainza Paz y los Mitre en la Argentina; los
Santos y Cano en Colombia; los Edwards en Chile; los O’Farrill y Azcárraga en
México; los Boch y Mesquita en Brasil. Si no son periodistas y ocupan los cargos
principales, es porque son las ovejas negras de la familia. En La Prensaóe Managua,
mientras vivía su director fundador y propietario, Pedro Joaquín Chamorro, su hijo
homónimo se encargaba de recibir los avisos, porque “para periodista no daba".
Desde que ese diario fue refinandado por organismos de inteligencia de Estados
Unidos, Pedro Joaquín hijo, no sólo ha saltado a la dirección del periódico, sino a un
cargo ejecutivo en la Sociedad Interamericana de Prensa.
No es negativa la dinastía en oficios y profesiones. Por el contrario, contribuye a su
perfeccionamiento. Los talladores de cristal de Bohemia, los orgullosos vidrieros de
Burano, Murano y Torcello o, los fabricantes de los relojes cu-cu de la Selva Negra
alemana, mantienen una tradición artesanal inigualable. El oficio lo llevan en la
sangre y lo primero que han visto son las manos hábiles de sus progenitores en la
ejecución de oficios que iniciaron sus lejanos ancestros. Con el periodismo podría
haberse iniciado una tradición intelectual semejante lo que, además, se vería
simpático: familias enteras dedicadas al periodismo. Sin embargo, para que esta
sucesión hereditaria de los medios de comunicación esté asegurada y no se
interrumpa nunca, es necesario, indispensable, condición sine qua non, que los
herederos mantengan sus vinculaciones, se pongan a su servicio o integren ellos
mismos, los intereses económicos dominantes y defiendan la política económica
liberal. El día que un heredero, desde la dirección del medio recibido, se aleje de
estos lineamientos, no sólo interrumpirá la sucesión, sino correrá el riesgo casi
seguro de la quiebra y la desaparición de la empresa. Acabará la dinastía.
En los rredios informativos existe discriminación ideológica hacia los periodistas
que no son parte del clan. Los que tienen ideas progresistas y aspiran al cambio de
la sociedad capitalista no son aceptados. La identificación ideológica del periodista
con el propietario del canal o del periódico es un requisito tácito para permanecer
en la planilla. Este requisito se hace extensivo a los relatores de noticias de la
televisión, para que cuando lean textos evidentemente falaces y desin
formadores, lo hagan con entusiasmo, énfasis y una sonrisa natural en los labios.
Esto explica la razón por la cual los periodistas forman, porcentualmente, la mayor
cantidad de desocupados entre los profesionales.
No interesa la capacidad intelectual del periodista. Se lo acepta o rechaza en función
de su actitud ante la vida. Para este profesional no existen fuentes de trabajo
estables porque, como se ha explicado antes, no es posible la supervivencia de
medios alternativos de información en las llamadas democracias representativas del
Tercer Mundo. El periodista que cuestiona el sistema pierde dos derechos: el de la
libertad de expresión y el de la libertad de trabajo.
Se podría objetar estas afirmaciones en el sentido que la realidad del Perú se hace
extensiva al Tercer Mundo. No se está interpolando el caso peruano al de los demás
países en vías de desarrollo. Por el contrario, el periodista peruano ha adquirido
algunas conquistas no alcanzadas por otros colegas, por lo menos en los textos de la
ley. Es conocida la realidad de los periodistas en la totalidad de países de América
Latina y de varios de Africa y Asia. Sin ir muy lejos, en la democrática Colombia los
periódicos y las empresas de televisión no permiten la constitución de sindicatos de
periodistas. Los llamados grandes diarios colombianos, afiliados a la SIP, despiden
intempestivamente a los trabajadores que pretendan organizarse gremialmente.
Con sentido paternal les permiten el acceso al círculo o a la asociación que no es sino
un club social en el que tienen la oportunidad de alternar con los propietarios. Las
nuevas tecnologías también afectan su estabilidad laboral.
El mal no parece exclusivo de los países en vías de desarrollo. En 1988 el magnate
australiano-norteamericano Rupert Murdoch adquirió tres diarios ingleses. Instaló,
en nuevo edificio, modernas rotativas e incorporó los últimos adelantos en la
composición fotoelectrónica de textos. El personal, que por años había trabajado en
los viejos diarios que pasaron a poder de Murdoch, fue despedido. Quedaron en la
calle seis mil trabajadores entre periodistas, gráficos y administrativos. Sus
organizaciones sindicales fueron descabezadas. En el Times de Londres se repitió la
historia después de 176 años: en 1814 los propietarios de ese diario adquirieron
una nueva prensa a vapor instalada en un local que sólo ellos conocían. Cuando una
mañana los trabajadores gráficos llegaron a su habitual centro de labores no
encontraron
el material periodístico de costumbre. Se les informó que importantes
acontecimientos tos obligaban a la espera. Y aguardaron de brazos cruzados... hasta
que les llegó la nueva edición del periódico, elaborado en otro edificio y por otros
trabajadores gráficos.
Dentro de la maquinaria editorial, el periodista está considerado como una pieza de
recambio. No participa en la toma de decisiones de la política informativa y nunca
está seguro de que lo escrito hoy, mañana aparezca en letras de molde o se difunda
en el informativo de la televisión. En este aspecto el periodista es un ilota. El
periodista no tiene responsabilidad en la línea ni en las características del medio en
el que trabaja. Tiene sí, un código de ética que no alcanza a los propietarios de la
empresa. Si un periódico es amarillo, especializado en sexo y sangre, que utiliza a la
mujer como mercancía y explota el morbo y las bajas pasiones, no es por decisión
del periodista, sino por las ambiciones de lucro de su propietario. Los empresarios
no tienen ni admiten código de ética alguno. La ética es sólo para los periodistas;
Es el periodista el que requiere y debiera reclamar para sí el derecho a la libre
expresión que le ha sido expropiada, en forma total y absoluta, por el dueño del
medio. El periodista sólo es libre mientras comparte las opiniones y las creencias del
dueño de la empresa. Pero sucede con frecuencia que un medio de comunicación se
transfiere -por venta o sucesión- y en la operación se incluye a todo el cuerpo de
redactores. Los que no comparten las convicciones de los nuevos propietarios
tienen la libertad de irse, generalmente a la desocupación. En el Perú, el gobierno
del general Juan Velasco Alvarado dio un dispositivo legal que desde el retorno del
régimen democrático en 1980 no se cumple; el derecho del periodista a expresar sus
propios puntos de vista en el medio en el que trabaja, a través de la llamada Columna
del Periodista que pasó al olvido por decisión de los empresarios. La falta de libertad
de los periodistas latinoamericanos es tan clamorosa que las empresas les niegan
hasta la publicación de los comunicados de su propio sindicato, cuando los tienen.
Los medios de comunicación en manos de la propiedadjaova^a han sido
uniformados, estandarizados. En el Tercer Mundo desempeñan hoy el rol de la
mexicana Malinche, quien traicionando a su pueblo se convirtió en amante del
conquistador y facilitó la conquista.
Copiados del periodismo norteamericano han acostumbrado a los pueblos a
patrones de consumo ajenos, a la frivolidad, al olvido de sus problemas reales, al
conformismo. Los estudiosos de la comunicación social han establecido que los
medios únicamente difunden los acontecimientos, pero esconden los procesos.
Informan sobre los efectos pero no sobre las causas. En los documentos de trabajo
de la Comisión Mac Bride, se esclarece nítidamente este tema: “En los países en
desarrollo parece necesario ampliar el concepto de noticia para que abarque no
solamente un ‘acontecimiento’ sino todo un ‘proceso’. Por ejemplo, el hambre es un
proceso, mientras que una huelga de hambre es un acontecimiento. Una inundación
es un acontecimiento y la larga lucha contra las crecidas es un proceso". Los medios
de comunicación nunca informarán sobre el hambre, pero sí sobre una huelga de
hambre.
Esta actitud no es aislada ni casual. Corresponde a la política de dominación colonial.
Es parte de un proceso de ablandamiento del habitante del Tercer Mundo. La
divulgación de procesos no es conveniente para el colonizado. Lo induciría a pensar
y, como consecuencia, a politizarse cuando lo que se busca precisamente es el
“apoliti- cismo que conduce naturalmente a una gran simpatía por la política
conservadora, por el statu quo. La información al estilo norteamericano está
orientada a evitar la reforma de las estructuras"7. Parodiando a Paul Valery se
puede afirmar que la política informativa actual es el arte de impedir que la gente se
entere de lo que precisamente le concierne. Estos son los resultados que se
consiguen con el actual concepto sobre la sagrada libertad de prensa convertida en
el escudo protector, en el caballo de Troya de los avanzados de la tercera
colonización.
Como consecuencia del sistema de comunicación existente, consumimos como
información sólo lo que el grupo privilegiado y acaparador de la libertad de prensa
impone. ¿Cúantas horas del día pasamos escuchando radio, leyendo periódicos o
mirando televisión? Unicamente a radio y televisión parece que le dedicamos -según
estudios realizados en Estados Unidos- un promedio semanal de treinta horas, esto
es mil quinientas horas al ano por persona. “Salvo dormir y trabajar, ninguna
actividad insume tanto tiempo, ni siquiera e< alimentarse”s. Quiere decir que
después de trabajar y dormir, casi todo el resto de nuestro tiempo lo prestamos
voluntariamente a la
manipulación de nuestras conciencias hacia la unanimidad y para que nos implanten
gustos y opiniones hasta convertirnos en ecos involuntarios, en verdaderos
autómatas. Al no existir mensajes diferentes, para los cuales no existe la libertad de
hacerse ver, leer, ni escuchar, nos convertimos en seres indefensos, especialmente
acondicionados para recibir la transfusión de preferencias y de ideologías
individualistas y egoístas, en reserva natural de los nuevos colonizadores.
Varios intelectuales norteamericanos, preocupados por la domesticación de que es
víctima su propio pueblo, han llegado a la conclusión, como explica elprofesor Dan
Lacy, que “no puede ponerse en tela de juicio que la influencia inconsciente e
inevitable del sistema de comunicaciones actúa poderosa y penetrantemente fijando
un consenso relativamente indiscutido alrededor de la opinión dominante” y agrega
que, “los dueños de periódicos, revistas y medios de transmisión, y los anunciadores
con quienes se encuentran relacionados por razones de afinidad, son en su mayoría
acaudalados empresarios que reflejan con cierta unanimidad, una común opinión
general sobre casi todos los aspectos de los problemas, una opinión que en los
últimos años ha coincidido bastante estrechamente con la del gobierno”9.
Lacy constata, además, que los medios de información han acostumbrado al público
al entretenimiento superficial, vacío, superfluo, con una proporción equilibrada
entre sentimentalismo, violencia, sangre y sexo. Por eso, frente a las obras de arte,
sean éstas musicales, literarias o pictóricas, los aficionados a esos medios las
encuentran arcaicas y aburridas. Nos han estropeado el gusto y la sensibilidad, lo
que equivale a un retroceso de siglos en la humanidad.
No se necesitaría mayor demostración de la inexistencia de la libertad de prensa
frente a la enorme, gigantesca concentración del poder de informaren pocas manos.
La libertad, de derecho social, se ha transformado en privilegio de los poderosos al
ser monopolizado su ejercicio. Al convertirse la noticia en mercancía y ser acaparada
su difusión o distribución, no se puede sostener la validez ni la vigencia de la libertad
de empresa.
No se propone, sugiere ni se aspira a que cada comunicador social o periodista funde
su propio medio en el cual se explaye en expresar sus opiniones. No se trata de
problemas individuales, sino colectivos. En cada país del Tercer Mundo y aún del
industrializado, existen grupos humanos mayoritarios que están marginados del
pro
ceso de la comunicación. Los medios existentes son voceros del sistema económico
imperante. Sus políticas editoriales e informativas coinciden plenamente con él. En
cambio las mayorías carecen de voz. No tienen libertad para expresarse. Los canales
para su participación, aún indirecta, están clausurados. Frente a los avances
sorprendentes de las tecnologías, el mimeógrafo sigue siendo todavía el único
instrumento al alcance de trabajadores, profesionales, artistas, campesinos y
estudiantes. Nadie que objete el statu quo tendrá un segundo en la radio o televisión
y ningún centímetro de columna en un diario.
Aunque parezca reiterativo, es necesario establecer claramente que los medios de
comunicación existen en función de los intereses que defienden o comparten.
Pertenecen a úna clase social y están a su servicio. Hay medios que se identifican
más con determinadas actividades, sean éstas industriales, financieras, agrarias,
pero están indefectiblemente regidas por el liberalismo y la defensa a ultranza de la
propiedad privada de los medios de producción. Estas son sus rígidas reglas de juego
que les permiten subsistir y agigantarse. Si se apartaran de ellas, desaparecería
automáticamente su libertad. En el Tercer Mundo la identificación entre prensa e
intereses concretos es más notoria. La mejor demostración es que cuando esos
intereses sucumben, los medios a su servicio siguen el mismo destino. Hay
numerosos ejemplos.
En el Perú sucedió con los diarios La Prensay Correo. El primero fue órgano de los
grandes terratenientes agrupados en la Sociedad Nacional Agraria. Las campañas
más beligerantes emprendidas por ese diario fueron para favorecer a los
propietarios de latifundios y exportadores agrícolas. Cuando el gobierno de José
Luis Bustamante y Rivero estableció el control de cambios, hecho que los perjudicó
notoriamente, La Prensa inició una batalla que concluyó con un golpe de Estado
auspiciado por ella y financiado por la Sociedad Nacional Agraria. Ventidós años
después, la Reforma Agraria transformó sustancialmente la propiedad de la tierra
en el Perú. Las grandes propiedades fueron transferidas a cooperativas de
trabajadores y se hizo realidad la frase: “la tierra para el que la trabaja”. Desapareció,
en consecuencia, la Sociedad Nacional Agraria, y con ella, al poco tiempo, el diario
La Prensa.
El mismo destino tuvo el diario de Lima Correo, vocero de la Sociedad Nacional de
Pesquería. Sin que nadie lo clausure, desapa
reció después de la nacionalización de la industria pesquera por el gobierno de
Velasco Alvarado. Se trataba, sin duda, de instrumentos de presión, cuyas utilidades
no había que buscarlas en sus libros de contabilidad, sino en las mayores ganancias
que lograban, por ejemplo, consiguiendo desgravaciones tributarias para los
sectores que representaban y defendían.
Hechos similares suceden en la “cuna” de la libertad de prensa. Los medios no
requieren estar enterados de lo que les pasaría si objetaran al sistema, porque son
parte indisoluble del mismo. Tienen libertad porque, como sus integrantes, son
voceros del sistema económico. Es decir del capitalismo y de sus monopolios. La
explicación más didáctica al respecto la formuló, entre otros notorios políticos, John
Connallv.
_Connally, uno de los más conocidos intelectuales y políticos norteamericanos -por
varios años director de la CÍA- en artículo escrito en el New York Times sobre la
prensa de su país, admite que existen “en el sistema político -de Estados Unidos-
mecanismos para luchar contra los abusos del poder, pero no existe ningún
mecanismo real para oponer resistencia al abuso posible en los medios de
información". Admite igualmente con mucha naturalidad que “quien conoce el pe-
jiodismo, la radio y la televisión reconocerá que existe una tendencia a concentrar
la influencia en manos de un círculo reducido. Esta tendencia es ilustrada
claramente por el crecimiento de los consorcios de prensa y la reducción de la
competencia en el mercado... Considero que la prensa cumple un papel educativo,
expresándose abiertamente a favor de la consen/ación del sistema político
existente. De no existir tal sistema, el gobierno hubiera impuesto algunas
limitaciones a la prensa. Por eso se carga sobre la industria de información -que goza
de enormes privilegios en nuestro mundo libre- una responsabilidad determinada
porconservar eternamente la sociedad en que prospera. Es poco probable que la
prensa, parte integrante del sistema de libre empresa, pudiera sobrevivir tras la
eliminación del sistema”.
En otras palabras, si la prensa norteamericana no defendiera el sistema capitalista
el gobierno le hubiera puesto algunas limitaciones. La prensa es pues libre y goza de
enormes privilegios porque educa imperceptiblemente a la gente en la defensa del
sistema de los monopolios y las transnacionales. La prensa es libre en la medida que
defiende los intereses dominantes de la libre empresa. En palabras de
Connally, “la prensa Ubre de hoy no tiene nada en común con las ediciones
debiluchas de tos primeros días de América que se encontraban al borde de la
extinción.... comparen aquellos periódicos con tos poderosos The New York Times,
The Washington Post, National Broadcasting Company (NBC), American
Broadcasting Company (ABC), Cokjmbia Broadcasting System (CBS), Time,
Newsweek. Son pocos tos que afirmarían que estas ediciones y compañías
respetables están al desamparo o su existencia bajo peligro. Hay que considerarías
como to que son: grandes empresas, creadas por empresarios bajo la protección de
nuestro sistema económico libre. Pertenecen a las empresas más beneficiosas de
América. Son corporaciones enormes que rinden beneficios como las grandes
compañías que se ocupan de la producción de automóviles, electrodomésticos,
acero, extracción de minerales, del refinamiento del petróleo, del gas y otras
materias primas, o productoras de diversos productos para el consumidor
americano". “La industria de medios de información", agrega, “es hoy día un gran
negocio, al cual, como al gran negocio de algunas otras ramas, según muchos
americanos, hay que poner un fin. Se trata de que el instituto de la prensa en nuestro
país es un centro de poder potente al igual que to es el Presidente, el Congreso o el
Tribunal Supremo. Dicen que la prensa es la cuarta rama de poder. Sería más exacto
decir que tos medios informativos son el cuarto de nuestros institutos gigantescos
junto con el gran gobierno, el gran negocio y tos grandes sindicatos"10.
A la que no se refirió el ex director de la cía, es a la otra prensa, a la monopolizada,r*
3 seguramente debe ser más respetable, controlada, encadenada e integrada por
grupos mucho más poderosos como son los Gannet, Murdoch, Hearst, Forbes,
propietarios de centenares de periódicos, de centenares de emisoras de radio y de
televisión, que ahora dominan, Integralmente, toda la actividad comu- nicacional,
desde la fabricación de papel hasta la hegemonía en los satéfites. Esos medios
difunden la sensación de libertad, porque en determinadas oportunidades pueden
descubrir y denunciar corrupción como el caso Watergate. Pero pocos reparan
cuando tergiversan o silencian inmoralidades y delitos similares como el Irangate.
Su apoyo a los republicanos puede convertirlos en virulentos atacantes de ios
demócratas o vice versa, pero en lo que están uniformizados, eficazmente
parametrados, es en la defensa del statu quo.
Una autoridad británica en medios de comunicación, como Anthony Smith, autor del
libro Goodbye Gutenberg, opina lo siguiente de tos periódicos norteamericanos: “Un
investigador que en el futuro llegara a examinar los diarios norteamericanos de hoy
y los comparara con los de una década atrás, podría quizás confirmar lo que ahora
sólo podemos experimentar como sensación: que los periódicos tabloides
sensacionalistas, rebosantes de vistosos suplementos sobre compras, de triviales
informaciones locales y de noticias ruidosas sobre crímenes, son la oferta esencial
de la cultura de la época, que ha descartado las agonías y tormentos de los días de
Viet Nam, pero que ha absorbido aquellos fenómenos culturales de la década de
1960 que podían ser convertidos en ganancias. El periódico de 1970 y años
siguientes se basa en estudios e inspecciones, y sus directores se apoyan más en el
consejo de los asesores periodísticos que en el de los caudillos políticos. Los
editores, todavía reacios a defenderse de quienes les culpaban por lo que sus
periódicos publicaban, se han propuesto la tarea de hacer dinero y consolidar su
industria en la nueva fase electrónica, con una posesión monopólica sobre cada
público lector. Los periódicos se han convertido en una industria de editores y de
administradores, más que de directores y de periodistas"11.
No existe medio de comunicación social -salvo algún impreso cBminuto y de
circulación casi clandestina, marginal- que objete al sistema. Tal medio jamás
contará con los enormes privilegios de ese mundo libre. Por eso, uno de los pueblos
peor informados del mundo industrial y desarrollado, es el norteamericano. El más
frívolo. Un público que está ai día sobre la intimidad de las estrellas del celuloide, de
las debilidades hormonales de algún miembro del parlamento, de los resultados
deportivos o hípicos, de la “penetración en lo sucio", pero ignorante de asuntos
vitales de la política de su país y del mundo. Como sostiene Lacy: “La ignorancia
funcional-más evidente y peligrosa en el campo de los asuntos políticos- de la
mayoría de los norteamericanos representa hoy una amenaza mucho más grave
para nuestro futuro que el analfabetismo real de hace un siglo"12.
Una encuesta realizada en 1979 por la cssy el New York Times en Estados Unidos
reveló que únicamente treinta de cada den dudadanos estaban enterados del
nombre de los dos países que négodaban la limitación de armas estratégicas. Setenta
de cada cien
55
norteamericanos ignoraban que el acuerdo SALT II iba a ser suscrito por su gobierno
con el de la Unión Soviética, como un paso efectivo para evitar la hecatombe nuclear
que, de producirse, los haría desaparecer a ellos primero que a nadie de la faz del
planeta. Otro estudio de la Public Agenda Foundation realizado en 1984 “comprobó
que el 81 por ciento de norteamericanos no saben que Estados Unidos no ha querido
adoptar una política de renuncia al ‘primer uso’ de armas nucleares". Cuestiones
vitales como el proyecto de la guerra de las galaxias no se debaten en los medios de
comunicación norteamericanos, por la sencilla razón que están de por medio los
intereses de los consorcios bélico industriales. Los argumentos de los opositores no
se divulgan. “Otros tienen los argumentos, pero Reagan tiene la audiencia” escribió
Garry Mills, agregando que “la capacidad de un político para encontrar una
audiencia puede hacer irrelevantes todos los argumentos, los suyos y los de sus
oponentes. Un dominio público de este tipo, donde los argumentos coherentes no
pesan nada, ha perdido su función, que no es solamente proteger el juego libre de
las ideas, sino también conectarlas lógicamente para las opciones que una sociedad
debe hacer”. Otro estudioso político de la misma nacionalidad, Robert Dalh, califica
como la “paradoja trágica de la era atómica” al hecho que “ninguna decisión puede
ser más funesta para los norteamericanos y para el mundo, que las decisiones sobre
las armas nucleares. No obstante, esas decisiones han escapado en gran medida al
control del proceso democrático”. Es decir al conocimiento del pueblo a través de
los medios de comunicación.
Otro intelectual norteamericano, Jay Rosen, escribe: “Un público que cree que no
puede entender las cuestiones políticas ha renunciado, en efecto, a sus funciones en
una democracia, y un dominio público que no puede hacer que los ciudadanos
conozcan al menos la posición del presidente debe considerarse inexistente. En esas
condiciones, cualquier fuerza moral que la prensa pueda invocar al sostener el
‘derecho público a saber’ se desvanece. La verdad que pudiera haberen la aserción
del político sobre el mandato se evapora. La política pierde su dignidad como
profesión, y con ella se pierde la dignidad de la prensa profesional”13.
Sin embargo, un pueblo que pierde el sueño, porque le han hecho creer que la
pequeña Nicaragua de tres millones de habitantes pone en peligro la seguridad de
su gran nación o que el coronel Muammar
al-Gaddafi tiene el poder y la decisión de convertir Nueva York en una pira atómica,
es porque está desinformado.
vtohn Connally hace otra afirmación esclarecedora en el referido artículo: “Nadie de
los que se consideran difamados por la prensa, ha logrado demostrar su razón a los
periódicos o a la televisión. La libertad de prensa es un valor permanente. Pero la
libertad de prensa entraña el peligro de una libertad de reprimir. Esta libertad
preocupa a un número creciente de americanos, incluyendo a numerosos
periodistas". ¿No es similar, acaso, la situación de los que se sienten difamados en
América Latina, por los medios que no son sino imitación y copia servil de los medios
norteamericanos? ¿Acaso los medios, como la televisión, no ejercen ahora el derecho
de reprimir? ¿O no se consideran represivas las campañas contra los reclamos de
organizaciones gremiales, profesionales o populares por mejores condiciones de
vida? La satanización al ejercicio del derecho de huelga de los trabajadores,
constituye una forma típica del ejercicio de la libertad de reprimir que tienen los
medios informativos.
Con sus medios de comunicación, el público en general y especialmente el
norteamericano se divierte, se entretiene y se informa, pero no se da cuenta que
durante ese tiempo le están inoculando convicciones y normas de conducta
destinadas a convertirlo en una persona conformista. En hacerlos partícipes de
opiniones y creencias unánimes. De lo que tampoco está enterado y ni lo sospecha
es que todas esas informaciones que recibe han sido previamente tamizadas poruña
serie de filtros institucionalizados, legales y asépticos que por no ser visibles no se
los considera censura. Todas las noticias que lee, ve o escucha le parecen verídicas,
porque previamente lo han convencido -esos mismos medios- de la objetividad
como un dogma. Y como la absoluta mayoría de esos medios son privados y no
estatales, descarta -es posible que ni lo considere- la existencia de una censura o
auto-censura. La impresión de verdad y libertad se alimenta en el hecho cierto de la
existencia de prensa que discrepa entre sí, que compite y alguna que otra que
denuncia inmoralidades y negociados y provoca grandes escándalos.
A simple vista parecería absurdo sostener que esa prensa discrepante y de denuncia
estuviera integrada en un modelo o parametrada
para sostener el sistema, el establishment. Las tácitas reglas de juego imperantes,
sin embargo, tienen límites férreos, impasables. Dentro de ese marco se pueden dar
todas las discrepancias y las denuncias que se quiera, pero sin salirse del cauce. El
que se atreva a pasar la raya, simplemente se elimina. En las informaciones sobre
Nicaragua, para mostrar un caso, se nota con nitidez los invisibles topes de lo
permisible. Algunos medios de comunicación pueden discrepar de la ayuda militar
a la “contra” o de la subvención oficial del gobierno norteamericano a la candidatura
presidencial de la viuda de Joaquín Chamorro o simplemente estar en desacuerdo
con cualquier tipo de intervención. Lo que ni por excepción se da en esos medios, es
que alguno de ellos apoye o por lo menos reconozca legitimidad al gobierno del
Frente Sandinista. Las discrepancias en lo accesorio son las que configuran la
impresión de libertad y pluralismo y esconden muy bien la identificación con lo
principal.
Los tamices en los medios de comunicación han sido investigados por dos
profesores norteamericanos; Noam chomsky. del Instituto Tecnológico de
Massachusetts y Edward S. Hermán, de la Universidad de Pennsylvania. De acuerdo
con el estudio realizado por ambos, en el libro ManufacturingConsent- The
PoliticalEconomyoftheMass Media, se establece la existencia de cinco filtros por los
que deben pasar las noticias antes de llegar al conocimiento público. Esos filtros
determinan la política editorial, marginan Jas discrepancias fundamentales y
facilitan que “los mensajes del gobierno y de los círculos dominantes monopolicen
la conciencia del público”, para lograr lo que ellos denominan la manufactura del
consenso o la fabricación de la unanimidad. Los anco filtros por los que atraviesa la
información son: “1. El tamaño, la riqueza y la concentración de propiedad de las
empresas dueñas de la prensa, la radio, la televisión, las agencias de noticias y demás
medios de comunicación masiva;
La publicidad comercial como fuente principal de ingresos;
La dependencia de los medios respecto de la información suministrada por fuentes
oficiales, empresas o ‘expertos’ aprobados por estas agencias de poder; 4. El luego
antiaéreo’ dirigido contra los que rompen la disciplina;
5. El anticomunis/no como religión nacional”.
Los investigadores Chomsky y Hermán afirman con respecto a la dependencia de la
información suministrada por fuentes oficiales y
•expertos" (tercer filtro) la imposibilidad de los medios de comunicación para
ubicar fotógrafos o camarógrafos y redactores en todos tos lugares donde puede
ocurrir algo que sea noticia. Esta carencia insalvable la sustituyen enviando personal
a los lugares donde se concentran las noticias. Si son políticas, a la sede del Poder
Ejecutivo, al Congreso, a los ministerios o a las municipalidades. Para otro tipo de
informaciones, se cuenta con oficinas de relaciones públicas tanto en la actividad
pública como privada. Las noticias obtenidas de esas fuentes son aceptadas por el
periódico, la radio o la televisión sin cargo de inventario, al pie de la letra y son
“difundidas sin discusión, con lo que entienden preservar su objetividad”. Los
medios, de ese modo, se convierten en intermediarios de informaciones que
generalmente son manipulados con objetivos precisos o simplemente para mostrar
buena imagen.
El “fuego antiaéreo” (cuarto filtro) se refiere a las presiones que por parte de
personas o entidades interesadas, para la divulgación o no difusión de determinados
actos u omisiones, reciben los directores de los medios. El estudio revela la
existencia de mecanismos indirectos utilizados por los poderosos para hacer sentir
su influencia. Uno de ellos es “la financiación de instituciones tales como American
Legal Foundation, Capital Legal Foundation, Media Institute, Center for Media and
Public Affairs, Accuracy in Media y la famosa Freedom House, que analizan y critican
la ‘performance’ de los medios desde posiciones conservadoras. Su verdadera
función consiste en orquestar campañas de ataque contra los medios que no siguen
una línea política de derecha en política interior o exterior". El Freedom House es
una vieja entidad de derecha vinculada a la CÍA, la Radio Europa Libre y la Liga
Anticomunista Mundial.
Finalmente, el quinto filtro o la “religión nacional anticomunista", es estrictamente
ideológico destinado a que los medios “contribuyan a movilizar la opinión pública
contra el comunismo, que es visto como el peor de los enemigos, el imperio del mal,
según la definición de Reagan". Para ésta y las demás conclusiones, los estudiosos
norteamericanos han realizado un seguimiento de varios años, con equipos de
trabajo y recopilado una estadística impresionante.
La marginación de inmensos, mayoritarios sectores de la sociedad del proceso de la
comunicación, salvo el de receptores pasivos,
es una verdad que ha tenido que ser admitida por los propios detensores del
sistema. Frente a la evidencia han planteado dos teorías: la primera, que la libertad
de prensa está al alcance de todos y, la segunda, que hoy existe un nuevo derecho: el
de elegir. Para la primera, sostienen que cualquiera puede adquirir un medio de
comunicación y que su éxito o fracaso no depe nde de los i nversionistas sino del
público que en última instancia es el gran jurado. Siempre existe a la mano, además,
la historia del hombre que se hace solo. Del empresario o periodista que no tiene
dinero pero su decisión de lograr su objetivo es más fuerte que sus carencias. Hay
que buscar como él socios, o recurrir al banco que posee la libertad del crédito y lo
hace efectivo si los ejecutivos financieros lo aprueban. Desde luego que esto es
posible, pero con una condición: que el nuevo medio aerearse se inscriba dentro del
statu quo, que se haga defensor del sistema. De lo contrario, no conseguirá socios, ni
crédito y, si a pesar de todo se lanza a la empresa, sucumbirá por el boicot de la
publicidad. El otro gran jurado inapelable -que no lo mencionan- y por el que hay
que pasar, está formado por las agencias de publicidad. Como decía un humorista:
para la libertad de prensa todos somos iguales; pero hay unos más iguales que otros.
Afirman que cualquiera puede adquirir un medio de comunicación. Su éxito o
fracaso dicen- no depende del dinero sino de su acogida pública. Para alcanzar tiraje
o sintonía tendrá que sujetarse a la competencia bajo las reglas impuestas a un
consumidor cuyos gustos y preferencias han sido previa y profundamente
degradados. Según los estudios de mercado el público se muestra partidario de
espectáculos o noticias de violencia. Las policiales son sus predilectas. Cuanto más
sangre, mejor. La conversión de los más avezados delincuentes en héroes da buenos
dividendos. Compite en importancia el sexo. Las fotografías más insinuantes de
mujeres desnudas deben ir si es posible a doble página y a todo color. Los estudios
de mercado recomiendan que para los públicos latinos no hay que publicar
fotografías de rubias eslavas o sajonas, ni reproducirlas de Playboy, sino desvestir a
las de “tipo nacional”, algo gorditas, porque para la imaginación del lector estas
últimas, por vivir en el país, son “alcanzables” e ingresan al terreno de sus sueños
realizables. En otras palabras, para competir hay que sujetarse a la mejor aplicación
de la fórmula del magnate de la prensa norteamericana William
Randolph Hearst: sangre, sexo, sentimentalismo y deporte. “Si la noticia no es cierta,
que esté bien inventada”.
En televisión las especialidades son similares. No hay anunciadores para programas
educativos y culturales. En Lima se fundó, como televisión alternativa, una de
accionariado difundido. Más de cien mil accionistas realizaron su asamblea general
en un estadio de fútbol. El promotor los atrajo con el ofrecimiento de una televisión
educativa y cultural que pudieran ver sus hijos. Hubo mucho entusiasmo y en sus
inicios la estación fue diferente a los demás canales. El promotor cumplió con su
palabra, pero a los dos meses estuvo prácticamente en bancarrota. Encargó una
encuesta entre sus socios y estableció que la gran mayoría de ellos -co-propietarios
del canal- preferían seguir viendo la basura de la competencia. Después de confesar
públicamente que “no hay anunciadores para los programas de calidad”, se tuvo que
adaptar al sistema. Tampoco hay anunciadores para los periódicos que objeten el
sistema, porque eso equivale a “dar armas al enemigo”.
En cuanto a la libertad de elegir existe un cliché: “si no te gusta un canal cámbialo
por otro o si te disgusta un periódico no lo leas, compra cualquiera de por lo menos
la docena que se encuentra a tu disposición en el quiosco de la esquina. El pluralismo
de la democracia occidental y cristiana te permite ese derecho: la libertad de
cambiar y de elegir”. La nueva conquista, facilitada sobre todo por el control remoto
en la televisión, parecería real. Desde un mueble confortable, plácidamente sentado,
con un trago en la mano o apoyado sobre una tibia rodilla, se puede ejercer el
derecho de escoger. Este derecho a elegir, trae a la memoria las palabras del cura
Larriva después de consagrada la independencia del Perú, luego de las batallas de
Junín y Ayacucho. En esencia, la independencia no había cambiado en nada la
situación de pobreza de los habitantes de la nueva república. Larriva dijo al respecto:
“Cuando de España las trabas, / en Ayacucho rompimos, / otra cosa no hicimos /
que cambiar mocos por babas”.
En efecto, sintonizar un canal en vez de otro en la televisión, es cambiar mocos por
babas. Si todas las estaciones están homogenei- zadas, comparten la misma
ideología, cumplen un mismo papel, difunden idénticos mensajes y están pagadas
por las mismas empresas, ¿cúal es la diferencia? Tal vez que a determinada hora uno
trans
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mita sexo, mientras otro destile sangre y el tercero violencia o terror. O que,
mientras un canal promociona Coca Cola, los demás lo estén haciendo con Pepsi o
Seven Up. No hay diferencia de contenidos entre las emisoras privadas, salvo en las
educativas y culturales que el Estado sostiene. Los propietarios pueden ser distintos
pero están identificados en la defensa de los mismos intereses. Están pagados por
los mismos amos. El día que alguno de ellos se aparte de esa línea, tendrá que buscar
un candado para cerrar el negocio, porque no recibirá ni un centavo de las
transnacionales ni de los empresarios nativos a través de las agencias de publicidad.
Los que gozan del privilegio de la libertad de prensa son cada vez menos. La parte
angosta del embudo se estrecha más conforme avanzan los nuevos descubrimientos
tecnológicos que hacen indispensable grandes inversiones y aumentos de capital en
las empresas. En Estados Unidos ya se produjo el fenómeno. Las cadenas están
liquidando y se han apropiado de la mayoría de los medios independientes. La ley
de la selva se ha impuesto. Sólo sobreviven los más aptos económicamente
hablando.
El empresario de provincia, que fundó o heredó un medio de comunicación audio
visual desaparecerá por consunción en la medida que las señales de la capital
lleguen jx>r microondas. Pero cuando éstas lo hagan por la vía satélite morirán
violentamente por infarto. El mismo destino les está reservado a los propietarios de
los medios de información y entretenimiento de las capitales y aún de las cadenas
nacionales en el momento que en cada hogar se pueda captar, sin intermediación
alguna, las señales del satélite o cuando se generalice la televisión por cable o con
selector de sintonía. En lugar de sus espectáculos con escenografías cursis y baratas,
verán los fastuosos programas de Nueva York, Los Angeles o San Francisco;
igualmente las informaciones frescas y hasta simultáneas de algún accidente
espectacular y trágico. En vivo y en directo, sin intermediación local ni diferido que
le haga perder su nitidez y perfección técnica.
En la mayoría de países latinoamericanos se está instalando la televisión por cable,
adaptada para receptores de alta resolución que, con respecto a los actuales, serán
como los de color comparados con los de blanco y negro. Quienes hoy sirven a la
colonización en cada país del Tercer Mundo, con la supeditación de sus medios a los
intereses transnacionales, serán abandonados por el imperio como ele
mentos descartables. Hoy mismo su dependencia se agudiza: hablan de la irrestricta
libertad, pero no son libres ni para definir las programaciones de sus emisoras. Ese
derecho pertenece a los anunciadores.
Existen algunos programas denominados periodísticos no noticiosos que le dan un
aire de liberalidad a los canales de televisión. Dan la sensación que sus conductores
gozaran de autonomía y pudieran invitar a quienes les plazca. Son paneles
integrados por periodistas que interrogan a personalidades de las finanzas, de la
industria, de la política, la ciencia, y de otras actividades, sobre temas de actualidad
o para promover debates. En realidad, estos programas son como la democracia
representativa: únicamente apariencia.
Hay numerosos ejemplos de este género en casi todos los países que padecen más
que de censura, de autocensura. Sus conductores o productores no pueden invitar a
los que figuran en ia lista negra o índex de las empresas, salvo alguna excepción. Se
conocen casos donde estos programas han sido súbitamente cortados en plena
transmisión. En el Perú, el programa Visión, dirigido por el periodista César
Hildebrandt, terco en defender su independencia, fue interrumpido y sustituido con
una serie humorística, en junio de 1984, por una llamada del ministro del Interior
del régimen democrático. Dos años antes, otro programa, Testimonio, conducido por
el mismo periodista, transmitió un documental sobre las masacres genocidas de
Sabra y Shatila. Al día siguiente intervino la embajada de Israel en Lima. El
diplomático israelí Rafael Barack amenazó a los propietarios del canal con el retiro
de la publicidad de las empresas de sus connacionales. Tratándose de Israel, la
amenaza no se concretaba a la publicidad local, sino a la transnacional. Con una
simple llamada telefónica, el señor Barack acabó con Testimonio y dio una
demostración práctica y objetiva de lo que significa la libertad de prensa en la
televisión.
Demostrada la ficción de la libertad de prensa y ante la carencia de argumentos, sus
defensores terminan con el mismo estribillo que han popularizado sobre la
democracia: la democracia es imperfecta, pero no se ha descubierto nada mejor. Con
lo cual se pone fin a las discusiones y no se admite la menor posibilidad de tratar de
descubrirlas o inventarlas. Los medios han adquirido tal poder -le llaman el cuarto
poder del Estado-que aun los gobiernos más sólidos y fuertes
temen enfrentarse y hasta contradecirlos. Son privatistas y antiesta tistas por
excelencia. Pero eso no les impide -aprovechando su pode al que son sumisos la
mayoría de políticos- obtener ventajas y privj. legios del Estado. Sus insumos -como
papel, películas, video cassettes- y bienes de capital -incluyendo unidades móviles-
son importados con liberación de impuestos en casi todos los países de América
Latina, como una demostración de los gobiernos de colaborar con el mantenimiento
de la libertad de prensa. En varios países, la distribución de publicaciones de las
empresas editoriales privadas gozan de tarifas postales reducidas. Para eso el
Estado es bueno, pero no para regular su funcionamiento ni para dar leyes
elementales como el derecho a la rectificación.
La independencia de la empresa privada con relación al Estado y la deificación de la
sociedad de mercado, con sus leyes también sagradas de la oferta y la demanda, han
sido profunda y seriamente cuestionadas por el economista norteamericano John
Kenneth Gal- braith, en su libro Los objetivos del sistema industrial. Galbraith
deshace esos dos mitos de la empresa privada cuando afirma: “La doctrina del
sistema industrial acentúa enfáticamente su carácter intrínseco y funcionalmente
independiente. Es el sistemade la industria privada. Se supone que un gran abismo
la separa del Estado. Se afirma, por ejemplo, que nada debe interferir con la
operación autónoma del mercado, al que estaría sometida la firma. La realidad es
que sus precios están sustancialmente controlados por ella misma, y que lo mismo
ocurre en gran medida con las cantidades vendidas y compradas a esos precios. Los
imperativos de la tecnología y de la utilización de los capitales no permiten a la
empresa su subordinación al mercado. La empresa moderna, lejos de estar
orgánicamente separada del Estado, no puede existir más que en íntima asociación
con él”.
El poder nace de la publicidad
Demostrar la inexistencia de la libertad de prensa, no significa ser opuesto a ella. Por
el contrario, hay que defender la libertad de expresión, pero no como un privilegio,
como el monopolio de pequeños

grupos vinculados a intereses económicos, financieros e industriales, sino como un


derecho social, como un derecho humano fundamental, igual que el derecho a la
salud, a la educación, al trabajo "y como una necesidad colectiva de cada sociedad,
un instrumento de educación, un pre-requisito para la participación política, como
el principal instrumento a través del cual se expresan, se vinculan o se penetran las
culturas. Como una viga maestra que define el perfil de cada sociedad" u. Pero este
derecho no podrá ejercerse mientras no se democraticen las comunicaciones.
El interrogante es: ¿cómo democratizarlas si no se permite ni la posibilidad de
discutirlas? Si se generaran debates sobre los problemas de la comunicación social
y éstos se difundieran a la opinión pública, seguramente surgirían planteamientos
inéditos. Desde luego que esto es una quimera. Los grupos que controlan los medios
están interesados en que los pueblos estén convencidos que los sistemas de
información son como son y que no hay posibilidad de cambiarlos. U libertad de
prensa en la práctica es la dictadura de los anunciadores y de los propietarios de
losmedios de infoimación. Democratizar los medios de comunicación significa
fundamentalmente desligarlos de su actividad comercial y cambiar el sistema de
propiedad privada de tos mismos, pero de ninguna manera derivarlos a la propiedad
estatal, j-a libertad de prensa tiene dos enemigos mortales: la propiedad privará y.ía
propiedad estatal de los medios. Estos, para ser relafivimerite libres no deberían
depender del poder del dinero ni del poder delEstado. Hay que reconocer, sin
embargo, que un gobierno moderno debe poseer un aparato de comunicación social
donde se inserten informaciones y dispositivos legales y en el que se complemente
su acción orientadora, educativa y extra-escolar.
El problema de la propiedad se presenta como una dicotomía insalvable -estatal o
privada- como si no existiese ninguna opción más. Aparentemente no hay salida.
Sucede lo mismo que antes del viaje de Colón a lo desconocido: la tierra era
indiscutiblemente plana. El tema es, además, tabú. Jamás se fomentará un debate. Es
como el misterio de la encamación o de la trinidad: problema de fe y no de
razonamiento lógico. Los debates que se han producido al respecto recuerdan por
su clandestinidad a las catacumbas de los primeros tiempos del cristianismo, porque
han sido silenciados con esmero y escrupulosidad. Las catacumbas del debate sobre
comunicación so
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cial y el orden internacional de la información han sido nada menos que en la sede
de la UNESCO en París, y de ellas no se han enterado sino sus participantes. ¿Yel
derecho de los pueblos a la información como figura en la declaración de los
derechos humanos? Parece que ha sido supeditado a la libertad de prensa de los
empresarios.
El requisito para que exista una aproximación al ideal de libertad de expresión es
que los medios sean independientes y equidistantes del poder del dinero y del poder
del Estado. Ni prensa, radio y televisión en manos privadas, ni en las de los
gobernantes de turno. Si la comunicación es un derecho social del que no deben
estar márgina- "das ías mayorías nacionales como en la actualidad, es indispensable
que su ejercicio no responda a fines de lucro; que no sea un negocio ni la noticia una
mercancía. La comunicación debe realizarse en función de las necesidades colectivas
de información, educación, cultura y del conocimiento de sus propias realidades y
no en función de la ganancia de los empresarios. Debe ser exactamente un servicio
público y social.
Lo anterior no significa que cada país del Tercer Mundo se aísle del resto, se
enclaustre en su propia realidad y fomente el chauvinismo y la xenofobia. Vivimos
un tiempo en el que las distancias han desaparecido por la magia de las tecnologías
cósmicas, en un mundo cada vez más interdependiente. Y sin embargo, nuestro
conocimiento del mismo es vertical y no horizontal. Entre los países del Hemisferio
Sur somos desconocidos mutuos,poique como veremos después, las informaciones
internacionales están orientadas del Norte al Sur, siguiendo los antiguos caminos
coloniales. No queremos conocer úricamente los acontecimientos de la metrópoli y
de las capitales de los países más industrializados. Queremos saber lo que ocurre en
nuestro vecindario, pero más que de los acontecimientos, nos interesa .enterarnos
de sus procesos y que ellos se enteren de los nuestros. Alcanzar esta aspiración sólo
será posible cuando los medios de comunicación sean en verdad democráticos.
En la columna Sin Conslgnasque durante dos años escribimos en el diario La Voz se
sugirió en una oportunidad cómo debería ser administrada y dirigida una televisión
independiente del dinero y del poder. Se propuso la creación de un ente autónomo,
como una aso: dación civil o persona jurídica sin fines de lucro, en cuyo directorio
estuvieran representadas las instituciones vinculadas a la educación.
la cultura, la ciencia y las artes. Deberían integrarse al mismo representantes de las
universidades y la Iglesia Católica, teniendo en cuenta la fe mayoritaria cercana al
90 por ciento de la población peruana, Eofil Presupuesto General de la República
debería consignarse una partida especial a ser entregada a la institución en
referencia, para liberarla de la tiranía de la publicidad.
La respuesta de los medios fue violenta. La propuesta era -cómo no- estatista,
totalitaria, comunista, destinada a poner la televisión peruana al servicio de
potencias extranjeras y de acuerdo con ellas, a silenciar, esclavizar y poner entre
rejas a la libertad de prensa. Deliberadamente no se aclaró en el artículo inicial, que
la iniciativa era la descripción de la estructura de la radio y televisión europea y
japonesa vigente en ese momento. Se estaba proponiendo no el sistema de los países
socialistas sino la legislación de regímenes democráticos, occidentales y cristianos
como la República Federal Alemana, Francia, Italia, los países escandinavos, o los
que conforman el Benelux.
La gran interrogante es entonces: ¿cómo concretar la democratización? En primer
lugar, llegar a la convicción que no hay modelos únicos, exclusivos y universales de
comunicación, tal como lo ha establecido enfáticamente el informe Mac Bride. Por
ejemplo, la propiedad privada de la televisión, es una modalidad norteamericana,
copiada por 16 países lat¡noamenc_anost.como se señaló anteriormente,. En el J
apon~yeñ varias democracias occidentales de Europa el sistema es diferente. No
está bajo el control de la propiedad privada ni del Estado. En Chile, durante el
gobierno demócratacristiano la televisión fue asignada a las universidades y no a los
mercaderes. De manera que las cosas no son como son. No hay modelos
insustituibles.
Ño es cierto y carece de fundamentación la f rase acuñada como un slogan por los
propietarios de los medios quienes sostienen que la esencia de la libertad de prensa
descansa indeseablemente en la (ibertad de empresa, que sin libre empresa no hay
prensa libre o que iáTibertad de prensa es un derecho divino, que Dios mismo ha
dado a la persona humana y que nadie puede vulnerar esos derechos sin correr
todos los riesgos del sacrilegio. Es fácil advertir que se trata de afirmaciones que
nadie se molesta en demostrar. Son frases acuñadas a fuerza del martilleo incesante
e irracional de la propaganda. La
existencia autónoma de la radio y televisión de los países escandí vos -cuyas
democracias son más avanzadas que las de cualqi? país del Tercer Mundo- es la
refutación a estas frases hechas que n? quinalmente la repiten poblaciones de buena
pero ingenua y manipu ladafe. Tampoco es cierto que quienes buscan la
democratización los medios de comunicación, quieran silenciar a los defensores de
|a civilización occidental y cristiana, para destruir los valores patrióticos y
cristianos. Los privilegiados, los poderosos y los mercaderes utilizan la religión y el
pairiotismo, y se acuerdan de Dios siempre que ven peligrar sus economías. La
respuesta, al respecto, la ha dado la Iglesia Católica que también propugna el cambio
de las estructurasen los sistemas de comunicación imperantes.
A diferencia de las empresas editoriales que para imprimir periódicos, semanarios
o libros no requieren ninguna autorización previa, los empresarios de radio y
televisión sí necesitan licencias gubernamentales. No es suficiente tener dinero y
comprar los equipos y contratarprofesionalescomoenelcasode los impresos. La
televisión no sólo es maquinaria, local y trabajadores. Para funcionar es
indispensable un espacio, un camino, un canal en el espectro electromagnético que
no es propiedad privada, sino parte integrante de la soberanía de los Estados, un
bien de dominio público que se puede usufructuar mediante una concesión
temporal, pero jamás adquirir su propiedad. Los Estados, que con legítimo derecho
han extendido sus fronteras a sus mares adyacentes y a sus espacios aéreos que no
pueden ser sobrevolados sin autorización previa, tienen expedito igual derecho para
extender su soberanía sobre los espacios donde circulan las ondas electrónicas. La
mayoría de países ejercen ese derecho al autorizar su utilización para emisiones
radiales y televisivas, pero es indispensable su explicitación en los textos
constitucionales para su reconocimiento universal. En el Movimiento de Países No
Alineados se ha planteado esta cuestión como una exigencia.
Si la comunicación es un derecho social y los medios audiovisuales-radio y
televisión- se difunden a través de un espacio que1^ del dominio público dentro de
un Estado soberano, la propioo^ privada de ese espacio es jurídica y óticamente
incompatible- derechos humanos y sociales -como la libertad de expresión- pueden
ser objetos de enajenación bajo ningún título ni menos P
dinero. Por eso es inadmisible que los interesados planteen, para mantener el
tremendo poder que disponen, una dicotomía: o estatal o privada. No hay más dicen,
al mismo tiempo que condenan la propiedad estatal, con lo cual quedan como los
únicos aptos, porque cuando se habla del Estado la gente lo asocia de inmediato con
gobierno. Esta confusión generalizada, es otra consecuencia de las campañas
tergiversadoras y manipuladoras de los defensores de la economía liberal.
En el Tercer Mundo no se tienen que hacer muchos esfuerzos de imaginación para
cambiar la actual estructura de propiedad de la radio y de la televisión. Nada
tenemos que inventar. No se necesita imitar a las cortinas de hierro ni a las de
bambú. Simplemente, adaptar a nuestras realidades las legislaciones sobre la
materia de países democráticos, occidentales y cristianos como los escandinavos o,
sin irtan lejos, la legislación de Chile sobre la televisión, adoptada durante el régimen
demócratacristiano de Eduardo Frei, y mantenida por el gobierno socialista
presidido por Salvador Allende. Esos países han percibido con mucho mayor
anticipación que los nuestros -salvo el oscurantismo de Pinochet- los peligros de la
transnacionalización de las comunicaciones y la amenaza que ésta significa para sus
culturas, tradiciones y soberanías, seguros que, como dijera un primer ministro de
Guyana, “una nación cuyos medios de comunicación están dominados desde el
exterior no es una nación”. Han comprendido igualmente que la radio y la televisión
no deben ser únicamente instrumentos de entretenimiento, sino,
fundamentalmente, de desarrollo educacional, cultural, económico y social de sus
pueblos. Su mane- jo y control no pueden confiarse a personas naturales o jurídicas
cuyas únicas virtudes consisten en la acumulación de riqueza. Asimismo, porque
están concientes que el espacio electrónico es de dominio nacional no privatizable.
Por esas consideraciones han sentado el principio que la radio y la televisión son
propiedad de la nación, pero su administración y dirección deben estar a cargo de
entidades autónomas que no dependan de la empresa privada ni del Estado.
Es posible que el contenido del párrafo anterior, constituya una revelación para la
gente que únicamente se nutre de los medios de comunicación privados, que
siempre evitan su divulgación. Si la mayoría de los países del Tercer Mundo se han
inspirado en el de
recho constitucional francés, en el derecho penal italiano, en el elec. toral de los
países escandinavos, no se explica por qué razón no se puede hacer lo mismo con
legislaciones avanzadas sobre radio y televisión.
Si la libertad de prensa es la columna vertebral de la democracia, quiere decir que la
democracia padece, por lo menos, de espóndilo sis. Es una democracia jorobada o
corcovada. Y en efecto lo es. Toda la participación del pueblo en las democracias
representativas se concreta a su presencia en las ánforas cada cuatro, cinco o seis
anos. La población cumple con su deber cívico, y no vuelve a tener ingerencia hasta
las próximas elecciones. Delega su representatividad a las personas que eligió, y que
a partir de ese momento carecen de mandato imperativo. En consecuencia, no están
sometidos a ningún fuero extra parlamentario y pueden asumir posiciones
contrarias a las que prometieron a sus electores. Son representantes que reciben un
cheque en blanco del que no rinden cuentasJPrecisamente en estos procesos
electorales los medios de comunicación demuestran su poderío. Una estación de
televisión puede tener más efectividad que un partido político y en la mayoría de los
casos lo tiene. Los políticos se subordinan a ese poder en nombre de la defensa de la
libertad de expresión.
Es la etapa en la cual los medios de comunicación, al apoyar indefectiblemente la
política conservadora, muestran más impúdicamente su parcial'». *.d y hacen más
descarados sus métodos de deformación, desfiguración y engaño.. En sus
informativos desaparecen los candidatos que proponen cambios estructurales o que
no están alineados bajo las banderas de la economía liberal. Los medios se
convierten en vehículos de una manipulación masiva y escandalosa a favor de sus
candidatos J_a campaña electoral se convierte en una feria multimillonaria, con
candidatos promovidos y vendidos como artículos de belleza, goma de mascar o
detergentes; mediante técnicas de mercadeo y a través de encuestas deliberamente
falseadas.
Los propietarios de los medios, al monopolizar la libertad de prensa, se convierten
en cada proceso electoral en elementos decisono« en poderosos electores y en
guardianes efectivos del mantenimien o deí sistema económico y social. Su
parcialidad y arbitrariedad son a
notorias y antidemocráticas, que el secretario general de las Naciones [Jridas. Javier
Pérez de Cuellar, declaró desde Africa, el 20 de julio de 1989, que "es esencial para
el proceso de elecciones libres y limpias que la radio y la televisión sean
imparciales”vDesde luego que para que sean imparciales sus propietarios no
deberían integrar o estar ligados a grupos económicos dominantes,Parafraseando a
Mao Tse- tung, se podría afirmar que en las democracias representativas, el poder
nace de la publicidad y la publicidad del dinero.
Las bolsas millonarias que reciben los partidos políticos no son acciones de
mecenazgo, sino inversiones recuperables o, en todo caso, un seguro para mantener
intocadas sus actividades lucrativas. Esto que en etapas electorales es un secreto a
voces, se comprobó en el Perú por declaraciones públicas de varios propietarios de
bancos que contribuyeron con cuantiosas sumas. Cuando el presidente Alan García
envió un proyecto de ley al Congreso para expropiar y estatizar el sector bancario,
financiero y de seguros, se inició una campaña atronadora de los medios de
comunicación que hicieron creer a la opinión pública que la nacionalización de ese
sector constituía una amenaza a la libertad de prensa. Precisamente en ‘defensa de
la libertad de expresión amenazada”, el novelista Mario Vargas Llosa encabezó la
defensa de los bancos y se convirtió en líder político. En un programa de televisión,
los propietarios de dos bancos, uno de ellos, el más grande y antiguo del país,
admitieron que habían participado en la “bolsa” para la candidatura presidencial.
Fue una especie de cobranza pública. No se explicaban cómo el presidente podía ser
tan ingrato de olvidar el dinero recibido como candidato. La campaña de los medios
fue tan intensa que el gobierno tuvo que replegarse y ningún banco, financiera ni
compañía de seguros pudo ser expropiado. Si a esa ¡limitada inversión para
propaganda se le añade el poder de los medios de comunicación que actúan en el
mismo campo, la democracia se convierte en una carrera donde compiten atletas
con lisiados. Gramsci ha sido certero, al definir a la democracia como la dictadura
perfeccionada de la burguesía. Indiscutiblemente, mientras los medios de
comunicación locales estén supeditados a la publicidad comercial y controlados por
los grupos de poder-nacional y transnacional-, la democracia y su columna
vertebral, serán una refinada y edulcorada dictadura sobre las mayorías populares.
71
Democratizar los medios de comunicación
La opinión pública del Tercer Mundo desconoce no sólo la reaij zación de los debates
sobre las estructuras de la comunicación y ia'g inciativas en este campo. No se
imagina siquiera la existencia de objeciones. Para las grandes mayorías, las
informaciones que reciben son como la lluvia: se mojan pero no se preocupan de
investigar por qué llueve. Ante la carencia de medios alternativos, pocos son los que
pueden hacerse escuchar. En México, por ejemplo, durante algún tiempo el obispo
de Cuernavaca, Monseñor Méndez Arceo, antes de iniciar la misa ofrecía un
informativo a sus feligreses. Se daba el trabajo de escuchar estaciones
internacionales para enterarse de los acontecimientos desde otra óptica e informar
lo que estaba sucediendo, por ejemplo, durante la guerra en Viet Nam. El sacerdote
Méndez Arceo inició desde su rústico y vacío templo, sin más decorados que un
crucifijo-él mismo vestía tú nica blanca de tela corriente y una larga rama de árbol
en la mano- su guerra particular a los medios de comunicación, principalmente
contra la televisión. Acompañaban la liturgia conjuntos de música típica y él
explicaba que con “diez años más de televisión privada el pueblo olvidaría esta
música que debe heredarnos como nosotros la hemos recibido de nuestros
mayores".
La radio y la televisión no se quedaron callados. Iniciaron duros ataques contra el
obispo: desde hacerlo aparecer como chiflado hasta calificarlo de comunista y de
estar satanizando la Santa Misa. Pero Méndez Arceo respondía desde el púlpito
hasta que lo jubilaron. Ese día en Cuernavaca se silenció una voz alternativa.
La preocupación sobre los peligros del monopolio de los medios de comunicación,
del usufructo de la libertad de prensa, de la publicidad y de la manipulación
informativa en los medios privados no fue, sin embargo, una preocupación aislada
de un sacerdote, sino de la propia Iglesia Católica y de varias otras instituciones
religiosas como la Asociación Mundial de la Comunicación Cristiana (World Asso-
ciation for Chrístian Comunication (WACC). Las recomendaciones de la Declaración
de Embú16, contenidas en el documento Iglesia y Nuevo Orden Mundial de la
Comunicación, son esclarecedoras y están dirigidas, en primer lugar a los católicos
para que tomen conciencia de una situación grave pero que transcurre
generalmente desapercibida. Leamos algunas de esas recomendaciones:
•Sensibilizar a la sociedad civil sobre los objetivos de un nuevo orden económico, de
comunicación e información en los planos internacionales, continentales y locales,
debe ser una tarea para la cual la Iglesia utilizará toda su influencia... es
indispensable que la Iglesia aúne esfuerzos con otras Iglesias, y con la demás
organizaciones de la sociedad civil y participe en la formulación de políticas
culturales en cada país y actúe como fuerza de presión para conquistar la
democratización de la producción, distribución y consumo de los medios culturales.
“Examinar profundamente la cuestión de las llamadas políticas nacionales de
comunicación con vistas a que la Iglesia proponga alternativas para la
democratización de los sistemas de comunicación y de las nuevas tecnologías. Esto
significa luchar por una distribución más justa de la propiedad de los medios, por la
ruptura del monopolio del Estado y de los grupos económicos y por facilitar el
acceso de las instituciones comunitarias... Alertar sobre la necesidad de que los
sistemas de comunicación se pongan al servicio del desarrollo integral, democrático
y autosostenido de cada comunidad... La Iglesia debe impulsar la sensibilidad de la
conciencia social frente a estas opciones, para evitar que ellas sigan siendo
determinadas por los intereses de las élites dominantes y las corporaciones
trasnacionales.
“Contribuir a la defensa de la identidad cultural latinoamericana frente a la creciente
invasión cultural transnacional, propiciando para ello que los medios se abran a
expresiones culturales endógenas en el arte, la música, las noticias, el teatro popular
y otras manifestaciones. .. Estimular al Pueblo de Dios a que descubra los contenidos
alienantes y masificadores, secularmente ¡ntroyectados en sus valores culturales,
iniciando nuevos procesos de comprensión del mundo y de las relaciones sociales”.
Por último, en el documento se recomienda a los periodistas -profesionales de la
comunicación- “compartir las experiencias de comunicación liberadora,
colaborando a la formación de comunicado- res populares y reinvindicar el derecho
a participar en la elaboración de políticas editoriales de los medios y en lacogestión
de los mismos”.
En los sectores más lúcidos de la intelectualidad y en instituciones tan respetables
como las iglesias cristianas, existe consenso en la
.necesidad de democratizar la estructura de los medios de comunica ción,
especialmente la televisión y la radio. No es pues iniciativa bandera de los "enemigos
de la democracia" ni de "agentes que quieren entregar el país a potencias
extranjeras". No hay iglesia alguna que reconozca como derecho divino la propiedad
privada de medios de información.
Así como no existen modelos universales de comunicación, no hay modelos únicos
para democratizarlos, pero sí la certeza que cualquier solución pasa por alterar la
propiedad de los mismos y restringir drásticamente la publicidad, haciendo
imposible que su vigencia sea determinante en los medios impresos y nula en los
audiovisuales.
Las propuestas de solución por medios alternativos, dejando intacta la propiedad
oligopólica de los existentes y su dependencia ex- "cíüsiva dé la publicidad y de las
transnacionales son escapes y concesiones. No hay correspondencia entre los
diagnósticos hechos por los especialistas, con las recetas que recomiendan. Si lo que
descubrieron es un cáncer que hace metástasis en el cuerpo social, que causa
etnocidios -no otra cosa es la liquidación de culturas nacionales- que modifica las
conductas humanas, despersonaliza a los pueblos y desnacionaliza a los países, no
se puede aconsejar como medicina las pequeñas aspirinas de la comunicación
alternativa. Equivale a posponer la solución hasta la consumación de los siglos.
De otro lado, la comunicación es un elemento de la superestructura de la sociedad.
Por lo tanto, si se mantiene intacta la estructura, toda modificación en los
componentes de la superestructura será transitoria.
También se podrían proponer cambios en la estructura de los medios de
comunicación mediante proyectos de ley en el Congreso. Salvo condiciones
excepcionales, no pasarían de ser buenas intenciones porque ningún cambio se
puede intentar eludiendo a la fuerza demoledora de la propaganda conservadora. Ni
siquiera las más elementales modificaciones legales que las rocen ligeramente. Para
oponerse a ellas se ha acuñado otro estereotipo: “la mejor ley sobre JíiJibertad de
prensa es la que no existe". En varios países de América Latina, para dar un ejemplo,
se ha intentado prohibir la publicidad de cigarrillos, licores y medicinas en los
medios de comunicación. La razón es obvia: ningún padre quiere que a sus hijos se
los induzca al
tabaquismo ni al alcoholismo. Menos son los que ven los peligros de la
automedicación. Sin embargo, estas disposiciones no se han dado o simplemente no
se cumplen. En el Perú, el Congreso aprobó un proyecto de ley referido
exclusivamente a la prohibición de promover el consumo de cigarrillos. Ni el Poder
Ejecutivo, ni el Legislativo promulgaron nunca la ley y con la entusiasta colaboración
de los medios, la iniciativa pasó al olvido. Ello demuestra el poder de los medios que
impiden, por sus conveniencias, hasta la defensa de la salud pública.
Otra letra muerta son las legislaciones que regulan la publicidad, en un pretendido
intento de evitar el abuso al público. Películas de una hora de duración, demoran
más del doble por la cantidad de avisos que intercalan en su difusión. Hay emisoras
que llegan al extremo de interrumpir eventos deportivos para pasar spots
publicitarios. Existen dispositivos que norman la ética de la publicidad y hasta los
que determinan el porcentaje de producción nacional en las programaciones. Pero
en ninguna parte se cumplen estas reglamentaciones. Nadie se atreve con los
intocables. En el Perú, por ejemplo, la publicidad está -teóricamente- limitada a un
máximo de 12 minutos por hora de transmisión. Parece que los programadores no
se hubieran tomado ni el trabajo de leerlos. Otros mandatos legales se refieren a la
no utilización de los símbolos nacionales, como el Himno y la Bandera, declarados
como tales en la Constitución. Sin embargo, precisamente con el fondo de la bandera
y los acordes del Himno Nacional, la Sociedad de Industrias realizaba propaganda
en defensa de la libre empresa.
Obsérvese algo que pasa desapercibidamente en la democracia representativa. Las
campañas de desprestigio contra el Poder Ejecutivo son frecuentes, pero no tanto
como los que se dirigen al Poder Legislativo. El Parlamento ha dejado de ser fuente
importante de información por la pérdida de interés del público, salvo cuando se
producen incidentes extra parlamentarios como desafíos y pugilatos, porque los
medios de comunicación generalmente silencian a los parlamentarios progresistas.
Las crónicas parlamentarias son unilaterales y parcializadas. Esta subjetividad
informativa, se debe a que eí Legislativo es el único poder al que acceden, como
minoría, los políticos que defienden intereses populares.
Estos dos poderes del Estado son blanco fácil de críticas y ataques. Los medios
prefieren ser respetuosos amigos del Poder
Judicial. En cambio el cuarto poder, es decir el que monopoliza la libertad de prensa,
es intocado. Los políticos se llevan, modificando la palabra iglesia por prensa, de la
frase del Quijote: ¡Cuidado Sancho, que topamos con la Iglesia. El cuarto poder,
después será el tercero, porque como imparable aplanadora que es, con la
intervención de las corporaciones transnacionales, sigue avanzando.
En la seguridad que “no hay nada más subversivo que convertir inmediatamente el
deseo en. realidad” se recogen algunas experiencias y propuestas destinadas a la
democratización de los medios de
jcomunicación.
Con respecto a la radio y televisión lo más adecuado sería aproximarse a
laslegíslácíonés de países que no siguen el modelo norteamericano y que
demuestran preocupación por establecer políticas de comunicación que resguardan
la soberanía cultural de sus pueblos, con aportes locales que impidan presiones y
aprovechamientos gubernamentales. En el Movimiento de Países No Alineados se
debatió el tema prácticamente a partir de su segunda Cumbre y, en Nueva Delhi se
concretó una declaración sobre la necesidad de un nuevo orden informativo
internacional. Se ha planteado, igualmente, el asunto relacionado a la soberanía del
espectro electromagnético y al uso de las frecuencias medias y bajas.
En cuanto a los medios impresos, se han dado varias experiencias como la del diario
parisino Le Monde, considerado uno de los más importantes del mundo. Se trata de
una empresa privada sui géneris. Sus accionistas privados, es decir los que han
invertido dinero en la empresa, no tienen participación en las políticas editoriales ni
informa- tivas. No nombran al director, ni a los demás ejecutivos periodísticos, ni a
los redactores. El di rector es elegido por la sociedad de periodistas que, como
persona jurídica, es responsable de la política del diario. Esta separación entre los
inversionistas privados que ponen su dinero para obtener utilidades y la sociedad
de redactores que manejan y controlan en forma autónoma toda la parte
periodística de la empresa, hace que Le Monde sea un periódico diferente. Por lo
menos cuando se lee una noticia internacional, ésta tiene dos versiones. Una,
generalmente de la Agenda France Presse, vinculada a la política exterior de Francia,
y la versión proveniente del país donde se origina la no
ticia. La libertad de prensa no la usufructúan los dueños del dinero, sino los
periodistas que, al fin y al cabo, tienen mayores méritos que la simple tenencia de
capitales.
Otra experiencia fue la del Excelsioróe México, empresarialmente constituida como
cooperativa. Lamentablemente en México hay dos tipos de instituciones: las que
parecen ser y las que realmente son. Cuando elExcelsior pasó los límites invisibles
pero existentes de su libertad para informar -impuesta por el gobierno con el arma
poderosa del control sobre el papel periódico- un grupo de cooperativistas
presionados por el gobierno barrió literalmente a su cuerpo de redacción. La
cooperativa de Excelsior dejó de ser entonces lo que parecía y mostró realmente lo
que era.
Pero aún en el caso hipotético de una auténtica y floreciente cooperativa que
gobierne un medio de comunicación, no se garantiza su representatividad social y,
por el afán de legítima ganancia de sus integrantes, se inclina hacia su sometimiento
ante las poderosas agencias de publicidad. El economicismo de los cooperativistas y
el afán de sus dirigentes de mostrar resultados positivos de su gestión, los hacen
presa inevitable de los poderes del dinero. Si por la formación y posición ideológica
y política de sus dirigentes resisten el asedio, la quiebra les aguarda a la vuelta de la
esquina.
Aun en el caso de una cooperativa ideal, sin el apremio de la publicidad, no se
garantiza su estabilidad debido a la generación espontánea de conflictos internos de
poder y a los numerosos y burocra- tizados órganos internos de control que
dificultan el trabajo periodístico. Estos problemas que son casi naturales en las
cooperativas de crédito, de producción o de servicios, son mucho más complejos en
el manejo de un periódico -única posibilidad cooperatizable- por las disputas a los
cargos de decisión: los cooperativistas terminan defendiendo sus posiciones sin
participación de la sociedad. Otra consideración sobre ql sistema cooperativo para
los medios informativos es que nada garantiza que se cumplan los ideales del
proceso de la comunicación en lugar de los simplemente informativos. Con la
cooperativa la empresa se democratiza, pero no la comunicación.
Otra propuesta, muchas veces sugerida, es la entrega de los medios de comunicación
a sus trabajadores. Pero éstos no pueden conducir la empresa por medio de sus
organizaciones sindicales. Tendrán necesariamente que constituirse en personas
jurídicas,
como empresa privada, asociación civil -con o sin fines de lucro-0 como cooperativa.
Una experiencia al respecto fue la de los diarios Expreso y Extra de Lima en manos
de sus sindicatos de periodistas
I gráficos. Tuvo éxito con altos tirajes y con la creación de una pro- paganda marginal
proporcionada por organizaciones sindicales, profesionales y populares, que se
volvió importante. El proceso dé conversión de empresa de sindicatos a cooperativa
no culminó por falta de tiempo. Finalmente, los diarios se devolvieron a sus antiguos
propietarios por decisión política.
f Hay una sugerencia que se plantea como simple tema de discusión: la entrega
temporal de los periódicos, previamente expropiados, a los partidos políticos de
acuerdo y en proporción a los resultados electorales de cada proceso. El de mayor
tiraje al partido que represente mayor volumen electoral y el más modesto al que
haya alcanzado menos votación, de manera que todos los sectores de la población,
aún los minoritarios, estén representados en los diversos medios. Teniendo en
cuenta que los partidos políticos expresan diversas tendencias ideológicas, el
pluralismo que se reclama como condidón para el funcionamiento de la democracia
estaría asegurado. Todos los segmentos de la sociedad tendrían voz. Este
planteamiento puede desconcertar a más de un lector convencido que las cosas son
como son y así deben seguir, porque en el transcurso de su vida no le han dado
opción para pensar de otra manera y menos para cuestionar. Hay personas que no
han cambiado de periódico desde que dejaron el analfabetismo y no reparan que su
pensamiento ha sido moldeado precisamente por ese medio. Será difícil su cambio
de opinión. Un cuarto de siglo después de que el Dr. Christian Barnard realizó el
primertransplante cardiaco y su paciente, con corazón ajeno seguía amando a la
misma mujer, todavía existen poetas que consideran a este órgano como generador
y depositario del amor. Mucho tiempo debió transcurrir para que la humanidad se
convenciera que la tierra no era plana ni la luna era un queso.
-- Los cerebros han sido de tal manera taladrados por la repetición de los mensajes
que muchos se morirán seniles, convencidos que la única garantía para la libertad
de prensa es la libre empresa, es decir la propiedad privada. Sostener lo contrario
es todavía nadar contra una torrentada. La propiedad social de cualquier medio de
producción está satanizada por los voceros del liberalismo económico.
El Intento más serio de democratización de las comunicaciones fue realizado por el
gobierno militar que presidió en el Perú el general Velasco Alvarado. Sin embargo la
ley dictada en 1974 y su interrumpida aplicación han sido de tal manera
caricaturizados por la desinformación, que habría que remover montañas de
mentiras para descubrir su verdad. Las nuevas generaciones conocen a los
periódicos de esa época como la prensa cautiva, la prensa monocorde, la prensa
parametrada. Es posible que, como en cualquier régimen incluso democrático- se
obviaran determinadas informaciones coyunturales, como el caso referido a la
suspensión de un programa periodístico en plena transmisión por un simple pedido
telefónico del ministro del Interior de un gobierno democrático. Sin embargo, con la
revisión de los diarios expropiados durante el primer año, se comprueba que nunca
antes ni después se debatieron posiciones ideológicas con tanta vehemencia y
libertad. Cristianos, marxistas y socialdemócra- tas, defendieron sus convicciones
con apasionamiento.
El planteamiento sobre los medios de comunicación y las medidas que el gobierno
del general Velasco tomó para transformarlo fueron pioneros y se adelantaron en
ciertos aspectos a los debates promovidos por la UNESCO. En el Plan Perú para los
años 1971-1975 el gobierno de Velasco previo “establecer sistemas de
comunicación y diálogo entre las mayorías populares y los centros nacionales de
decisión, que posibiliten a ellas participar realmente en las decisiones que afectan a
la sociedad en su conjunto”. Para el plan resultaba “inexplicable que los medios de
comunicación no cumplieran en la actualidad una función positiva en el proceso de
desarrollo. Por el contrario, muchas veces desorientan a la población hacia valores,
estilos y patrones de comportamiento y consumo que se distinguen por su carácter
importado. De este modo se debilita la identidad nacional y la convicción de que el
proceso de desarrollo depende primordialmente del esfuerzo y de la movilización
de los recursos y potencialidades propias. No existe quizás mayor promotor de la
cultura de la dominación, que caracteriza a nuestro país, y de su consecuente
incapacitación para asumir, de manera responsable y autónoma las tareas de
nuestro propio desarrollo, que los medios de comunicación de masas cuando su uso
está predominantemente condicionado por fines de lucro y no por la función de
servir al país y su progreso. Por todo lo anterior se impone claramente la necesidad
96 que el Estado, las instituciones educativas y las entidades que actúan en los
campos de la ciencia y la cultura en general, asuman el rol central en la orientación
de los medios masivos de comunicación”.
Ningún gobierno de América Latina hasta entonces -y parece que hasta hoy- ha
intentado establecer seriamente una política nacional de comunicaciones, como la
instaurada en el Perú en mayo de 1971. Conceptos semejantes se expondrían diez
años después en la reunión católica de Embú y en muchos foros internacionales.
Hasta agosto de 1975, el gobierno de Velasco Alvarado cumplió con ejecutar los
lincamientos de su plan. El 26 de julio de 1974 se promulgó la Ley de Socialización
de la Prensa y empezó su aplicación simultánea con la intervención de todos los
diarios privados de circulación nacional. De acuerdo a dicha ley, estos periódicos
serían expropiados y luego adjudicados a las organizaciones representativas de la
sociedad, como campesinos, profesionales, comuneros industriales, intelectuales y
a la comunidad educativa, constituidos en asociaciones civiles. En otras palabras,
estas organizaciones deberían formar asociaciones civiles que serían las
propietarias de cada uno de los diarios expropiados. De esta manera se aseguraba
un periódico a cada sector organizado de la población. El diario más antiguo y
también el más poderoso, El Comercio, estaba destinado a las organizaciones
campesinas. Fue el único que se transfirió realmente y donde un dirigente de la
Confederación Nacional Agraria ocupó la dirección.
La ley establecía el plazo de un año para la constitución de las asociaciones civiles.
Mientras tanto, los diarios intervenidos serían administrados por comités
designados por el gobierno. La ley tenía algunos errores subsanables, como el haber
considerado tantos sectores organizados como diarios existentes. El lapso entre la
intervención y la adjudicación definitiva era inevitable, teniendo en cuenta los
procedimientos jurídicos para culminar el proceso expropiatorio y el tiempo
indispensable para que los sectores se organizaran. Hay que tener en cuenta que
existían tres organizaciones de campesinos de nivel nacional; los profesionales
liberales -abogados, médicos, ingenieros, psicólogos y todos los demás colegiados-
deberían nombrar representantes en reuniones que de ninguna manera podían ser
expeditivas.
Se puede criticar otras fallas procesales de la ley, pero su concepción revolucionaria
para democratizar la prensa es inobjetable. Se
lograba un doble objetivo: el lucro y la propiedad privada desaparecían y los medios
no pasaban a la propiedad estatal. Lo medios de comunicación se convertían en
propiedad social. Los sin voz, por fin y de pronto, se dejarían escuchar. En este
aspecto la ley era tan buena, que por presiones dentro del propio gobierno, como
consecuencia de la campaña continental desatada por el gobierno norteamericano a
través de su eje CIA-SIP, se incumplió el primer plazo. Para decirlo con franqueza,
sus propios autores se asustaron con su creación. El debate ideológico en el que
intervinieron la mayoría de los editorialistas no tiene precedentes.
Al cumplirse el primer año, en lugar de adjudicarse los diarios a sus destinatarios
legales, se prorrogó el mandato de los comités de administración. Un mes después
fue derrocado el general Velasco, por el general Morales Bermúdez que detuvo el
proceso de cambios. En cuanto a los medios de comunicación, sustituyó a los
miembros de los comités de administración y a los nuevos los manejó con
memorándum. Los periódicos pasaron a ser digitados desde Palacio. Para asegurar
su control, se inició una verdadera razzia contra los periodistas. Del diario Expreso
fueron despedidos 75 trabajadores. Otro tanto del diario La Crónica. Morales
Bermúdez, calificado como felón por el historiador Jorge Basadre, acabó con la
experiencia que duró exactamente 13 meses. Los principios que normaron la
medida fueron de tal manera prostituidos por el nuevo gobierno militar, que la
devolución a sus antiguos propietarios, cinco años después, dio la apariencia de
liberación.La primera medida tomada por el siguiente gobierno, elegido
democráticamente fue la devolución de los periódicos, radios y televisión a sus
antiguos propietarios.
Velasco intervino también radios y televisión, prohibió la existencia de cadenas y
expropió las acciones de estos medios en un porcentaje que asegurara el control del
Estado, pero no introdujo en el procedimiento ninguna transformación original
como en el caso de los periódicos.
Capítulo III LOS DUEÑOS DEL ESPECTRO
“Ustedes tienen el 90% del espectro electromagnético y el 10% de la población.
Nosotros tenemos el 90% de la población y el 10% del espectro. Queremos lo que
nos corresponde".
AlíShumm Ministro de Relaciones Exteriores de Sudán Por un Nuevo Orden Mundial
de la Información '"y de ia Comunicación
^1 cuento de la libertad de prensa a escala mundial, se llama libre circulación de las
informaciones o libre flujo de la información. Para él no existen fronteras ni
soberanías. Escrito está en la Declaración de la Libertad de Información y en la
JQeclaración Universal de los ' Derechos deLHombce, y como tal reconocido y
respetado. En principio, está bien que así sea. Para las ideas y su expresión no deben
existir fronteras. Pero de la misma manera que se reclama la libertad de expresión
como un derecho social, es decir como un derecho de todos, se exige igualmente que
el libre flujo de la información, sea un derecho de los países, en el entendido que
todos son iguales, por muy pequeños que sean en extensión territorial y en número
de habitantes. En otras palabras -acuñadas por los expertos-jagra que el libre flujo
de la información sea real, debe ser equilibrado, recíproco y justo.
Sería absurdo oponerse al concepto filosófico o ideológico de libertad. Por el
contrarío, los que objetan la actual estructura de la comunicación internacional, son
los auténticos defensores para que esa libertad sea realmente un derecho de los
pueblos y no un privilegio de empresas privadas; para que sea plural, democrática y
esté liberada de los monopolios; y para que las Informaciones tengan abiertas de par
en par las puertas de todos los caminos del mundo, pero que circulen de Ida y vuelta,
de norte a sur, de sur a norte, de este a oeste y de oeste a este. Es condición esencial
para el libre flujo de
85
la información el pluralismo y la igualdad de oportunidades de todos los pueblos
para ser escuchados.
Estos conceptos sobre la libertad de prensa y el libre flujo de la información no
pueden estar supeditados, en la práctica, a las teorías de la economía liberal. El libre
flujo no es ni debe ser libre comercio. Esta deliberada confusión encierra un grueso
contrabando. Bajo su enunciado inatacable, el libre flujo se ha desnaturalizado por
completo, debido a la concentración del poder de informar. Así como la libertad de
prensa es el usufructo exclusivo de los que tienen dinero y poder, el libre flujo de la
información es el monopolio de cuatro agencias transnacionales de noticias que se
han apoderado, sin posibilidad de competencia, de más de media humanidad.
Estos cuatro monopolios nos hacen ver monocromático el mundo y la vida, con el
color del filtro que nos colocan diariamente, durante las 24 horas. Su dominio no
tiene el exclusivo propósito de lucrar. Lo mantendrían igual, si en los libros de
contabilidad de sus centrales los resultados arrojaran pérdidas. La utilidad es
geopolítica, estratégica, indispensable para la tercera colonización. El
acaparamiento de los cañales de comunicación tiene por objetivo cerrarnos las
opciones de solución a nuestros problemas para imponernos sólo la dicotomía:
libertad capitalista o esclavitud comunista. El american way of life o los trabajos
forzados en las heladas estepas de Siberia. No hay purgatorio a elegir: sólo el cielo o
el infierno. El que no esté con ellos, está condenado al averno. Por eso, sus
informaciones desprestigian a gobiernos o movimientos nacionalistas y
progresistas, al mismo tiempo que nos muestrar I rostro del sistema capitalista
encubierto y embellecido con el maquillaje de la libertad. La dominación informativa
y cultural fue analizada con visión y certeza sorprendentes por el sociólogo
norteamericano Herbert Schiller1 y redactada en los siguientes términos: “El
poderío de un imperio siempre está en proporción a la debilidad de los países
colonizados. Esta debilidad es, no sólo económi-, ca o militar, sino también y
primordialmente, una debilidad intelectual.
“En cuanto la esclerosis afecta la mente, se registra un estancamiento o regreso de
las investigaciones en todos los campos, donde el intelecto debe modelar la forma
de sociedad. Entonces las estructuras sociales, el aparato de producción y la vida
política están condenadas a empobrecerse, decaer y atrasarse con respecto a otras
sociedades más dinámicas en el sentido intelectual, que se benefician
rápidamente de ello vendiendo patentes, comprando empresas, firmando contratos
comerciales, utilizando todos los medios de explotación de los más débiles. El
imperialismo económico es imposible sin un dominio intelectual y científico.
“Pero no todo se puede explicar con el hecho de que el imperialismo económico
impone su dominio como consecuencia de la desproporción de fuerzas. Para eso es
necesario cegar a los pueblos colonizados, conquistarlos con su modelo
supuestamente superior por las cualidades que se les ofrece del exterior. Entonces
el poder económico resulta ser una manifestación de la superioridad cultural que lo
justifica.
“No es tampoco suficiente cegar intelectualmente a los pueblos en colonización. El
dominio del imperio tiene que ser mantenido, para lo cual utiliza todos los medios
de información y publicidad modernos. Esa propaganda la dirige arbitrariamente,
justificándose con la necesidad de circulación libre, con el fin de imponer el modelo
de cultura que contiene dogmas políticos, doctrinas económicas y esquemas sobajes,
elaborados según los intereses de la potencia dominante.
“Esta propaganda representa una fuente de beneficios, ya que se lleva a través de
canáTés convertidos en renglones de gananacias que le aportan al imperio su parte
de ingreso, trasladada a la metrópoli ..De esa manera el imperialismo en la esfera
cultural extrae recursos materiales ádicionales, pero al mismo tiempo y esto es lo
más peligroso, trata de borrar las distinciones de culturas para lograr una
uniformidad inútil”.
Dos agencias norteamericanas: United Press International (UPI) y Associated Press
(AP); una francesa: Agencia France Presse (AFP) y la~Británica Reuter, son las que
tienen el privilegio de recabar, procesar y distribuir las informaciones de más de
cien países. Cada una de ellas corresponde a los intereses de sus respectivos países,
pero coinciden en sus objetivós ideológicos y económicos, UPI, AP, AFP yReuter
tienen más de dos mil corresponsales distribuidos en las principales ciudades del
mundo. Prestan servicios informativos a veinte mil abonados y transmiten
treintidós millones de palabras al 4¡a. El acopio de noticias sobre acontecimientos
en cada uno del centenar de países donde tienen corresponsalías, es centralizado en
sus oficinas matrices de Nueva York, París y Londres, respectivamente y desde allí
se esparcen a todos los rincones del planeta, como material que ocupará las páginas
de periódicos y revistas, noticiarios de radio y televisión y de sen/icios
especializados como los financieros y comerciales para consumo de instituciones
bancadas y de hombres de negocios. Cuatro agencias transnacionales se han
apropiado de la parte angosta del embudo que, en su parte ancha abarca a casi toda
la humanidad.
Vencedor de la Segunda Guerra Mundial, en todos los sentidos, Estados Unidos logró
introducir en un foro interamericano celebrado en México en 1945, algunos
principios que un año después aprobaría como resolución la Asamblea General de
las Naciones Unidas en Ginebra, con el nombre de Declaración de la Libertad de
Información. En ese documento se establece que “todos los Estados deben
proclamar políticas con las cuales se proteja la libre circulación de la información,
tanto dentro de cada país, como a través de sus fronteras. El derecho de colectar y
transmitir informaciones debe ser asegurado para capacitar al público a juzgar los
hechos y evaluar eventos”. En 1948, la Organización de las Naciones Unidas
proclamaría la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo artículo 19°
reconoce como derecho del hombre “la li bertad de opinión _ jyde expresión y dé
difundirlas -las Ideas- sin limitación de fronteras por cualquier medio de expresión”.
Frase hermosa, sin duda alguna. El hombre-todos los hombres-tenemos derecho a
la comunicación sin fronteras. Para el 99 por ciento de la humanidad, este derecho
equivale a cantar al aire para que Eolo, Dios de los Vientos, se encargue de
diseminarlo por el planeta y sus alrededores.
En tiempos de la euforia postbélica, sonaban maravillosas las declaraciones y tos
acuerdos, sobre todo si eran para asegurar la libertad. Los gobiernos
latinoamericanos no tenían ¡dea de sus contenidos y alcances. En esos años, además,
los gobernantes del subcon- tinente integraban, sin excepción, una orquesta de
desafinados vio- lines bajo la batuta de Wáshington. Estaban ausentes la mayoría de
países africanos y asiáticos dedicados a sus luchas independentistas y que hoy
integran la ONU. Los europeos, dedicados a apagar las cenizas de la hecatombe, no
hicieron mayores objeciones, tal vez entre otras razones porque también les
convenía. Era el tiempo cuando nadie -salvo el delegado soviético Vishlnsky que hizo
notar el carácter comercial del tratamiento Informativo- se atrevía a analizar las
declaraciones libertarias y democráticas, como afirmar, por ejemplo, que para las
informaciones no existen fronteras. Exactamente como se sostiene hoy que todos
tenemos derecho a la libertad de prensa, pero sin mencionar el añadido
indispensable: sí todos, pero a condición de que dispongamos de dinero suficiente
para ejercer ese derecho.
Los países borraron sus fronteras para las informaciones con la ingenua esperanza
que participarían en su distribución en forma equitativa, con iguales derechos. No
imaginaron que ese libre flujo de la información estaría reservado para las grandes
transnacionales que han convertido la noticia en mercadería monopolizabje. El
liberalismo ochocentista y sus leyes de mercado se aplicaron a la comunicación.
Tendrían, en consecuencia, que sobrevivir los más aptos. Y en ese momento, los más
aptos -en términos económicos- eran los norteamericanos.
Como consecuencia de esas tesis convertidas en principio jurídico a través de la
Declaración de los Derechos Humanos, las cuatro grandes agencias transnacionales
controlan el flujo informativo mundial. Los latinoamericanos nos nutrimos
fundamentalmente de lo que nos proporcionan UPI y AP, dependientes de la política
estratégica norteamericana. Por eso, los habitantes del Hemisferio Sur estamos
enterados de lo que sucede en el norte, en la versión que sus manipuladores deciden,
pero ignoramos lo que pasa entre nosotros, los componentes del Tercer Mundo. No
es casual que estas agencias transnacionales transiten los mismos caminos
coloniales y en una sola dirección: de las metrópolis del norte a las antiguas colonias
del sur. Estudios de UNESCO establecieron que el 65 por ciento de toda la
información divulgada en el mundo se produce en Norteamérica. Para América
Latina ese porcentaje supera el 70 por ciento. Igualmente el 70 por ciento de los
programas de la televisión se suministran de Estados Unidos. Lajmayor parte de
esos programas son financiados por consorcios americanos y por sus subsidiarias.
La tarea es vital para la tercera colonización.
Durante la Segunda Guerra Mundial, en la propaganda y en las Informaciones de
Estados Unidos hubo participación y espontaneidad, puesto que se trataba de una
causa nacional que sin mayor
89
esfuerzo se hizo continental. El organismo que las centralizó fue la Comisión Federal
de Comunicaciones. Se acuñaron algunos estereotipos, como el de la “defensa del
mundo libre”. La libertad hasta entonces era reclamada como un patrimonio
norteamericano, consignada en la letra y el espíritu liberal de su vieja constitución,
inspiradora de la mayoría de sus similares en los países latinoamericanos. La frase
era compartida y justificada puesto que el enfrentamiento era con el nazismo que
pretendía dominar el planeta.
Pasada la contienda, la “defensa del mundo libre” se convirtió en atribución de los
Estados Unidos, que se autonominó su guardián para ejercer el cargo como juez
supremo: es Norteamérica la que decide, por sí y ante sí, cuales son los requisitos
que debe cumplir un país para integrarse al “mundo libre” y cúales gobiernos se
están desviando de él y, en consecuencia, poniendo en peligro la seguridad de sus
inversiones y de sus ciudadanos. Transformada en la primera potencia económica y
militar, constató que carecía de influencia e irradiación cultural. Francia, recién
liberada del nazismo, heredera de la revolución burguesa del siglo xvm y por su
expansión colonial seguía a la vanguardia cultural. Aparecía ante el mundo como el
faro que irradiaba inteligencia. Con otro imperio, Gran Bretaña, dominaba las
comunicaciones. La agencia Reuter, subvencionada por el Reino Unido, y la francesa
Havas acaparaban la información a nivel mundial. Al lado de ellas, Associated Press,
que fue fundada en1875, era una principiante. Havas fue fundada en 1835 por el
periodista francés Charles Havas y Reuter en 1851, por el alemán nacionalizado
británico, Julius Reuter. La antigua Havas es hoy la Agencia France Presse.
Jleutery Havas fueron los organismos de relaciones públicas de la política colonial
de sus respectivos imperios. Cada uno glorificaba a su país. La apropiación de
naciones y hasta de continentes fue presentada por ellos no como lo que realmente
era: robo, saqueo, genocidio, sino como la obra civilizadora de occidente. Para esas
agendas informativas, caracterizadas por el desprecio a un mundo que no fuera el
suyo, Estados Unidos era una ex-colonia dominada por pistoleros y gangsters que
disputaban fortuna, como el refugio de aventureros y alcoholizados irlandeses en
busca de dorados. Frente a ese imperialismo Informativo, la reacción
norteamericana fue exactamente Idéntica a la que hoy tienen los gobiernos
progresistas del Tercer Mundo.
En los años 30, los políticos y periodistas norteamericanos objetaban la estructura
de la comunicación internacional y protestaban por el control de la información
mundial. El gerente ejecutivo de Associated Press, Kent Cooper denunció el
contenido de las noticias de Havas y de fíeuíer como glorificadoras de sus
respectivos países, mientras que de Estados Unidos únicamente se informaba
cuando sucedían catástrofes, asesinatos, linchamientos de negros u “ocurrencias
grotescas". Cooper hizo notar -lo que ahora es evidente en AP y UPI- que la agencia
francesa y la inglesa presentaban a sus países “llevando importantes progresos a la
humanidad, cuyas ventajas serían otorgadas al mundo, en la medida que los pueblos
se identificaran con sus políticas". El presidente de la Comisión Federal de
Comunicaciones de Estados Unidos, James Lawrence, protestó con las siguientes
palabras que hoy suscribiría plenamente el Tercer Mundo: “Entre las obligaciones
artificiales impuestas al libre desarrollo del comercio a través del mundo, ninguna
es más irritante ni menos justificable que el control por un país de la estructura de
las comunicaciones, acordando servicios particulares y tasas preferenciales a sus
propios súbditos” 2. Para los países subdesarrollados sigue siendo “irritante” el
control de las comunicaciones por parte de una potencia, en este caso, Estados
Unidos.
Para 1948, el imperio, tenía un proyecto bastante estudiado y completo. Con el dejar
hacer, dejar pasar, desplazaría rápidamente a Francia y Gran Bretaña y ejercería el
dominio mundial de las informaciones a través de AP y UPI. El imperio
cinematográfico de Hollywood tenía igualmente asegurado el mercado mundial
para sus producciones destinadas, en su mayor parte, a mostrar los méritos de la
libre empresa. Previamente, en 1947, el Congreso de Estados Unidos dio una ley de
creación del Consejo de Seguridad Nacional y de la Agencia Central de Inteligencia,
CÍA. El primero elaboraría para el presidente las políticas de seguridad, y la CÍA sería
la ejecutora de esa política, dentro y fuera de la Unión. Su objetivo principal era
frenar en todo el mundo el expansionismo soviético. La Comisión Federal de
Comunicaciones se integró al Consejo de Seguridad. Esta comisión desaparecería
luego, en 1953, para dar paso a la Agencia Informativa de los Estados Unidos HUSIS
para el extranjero, USÍA para el interior- destinada a dirigir las campañas
desinformativas de la guerrá frTa.
Con el inicio de la guerra fría, ninguna cuestión se volvió para el Tercer Mundo, “más
irritante que el control de la estructura de las comunicaciones" por parte de tres
potencias capitalistas y principalmente por Estados Unidos, (.as informaciones
glorifican ahora a la nueva potencia y sus “grandes progresos nos podrán llegar
algún día, si seguimos sus lineamientos políticos”. Con la apariencia de una
comunicación objetiva, pero escrupulosamente seleccionada y amañada, las
transnacionales AP y UPI diseminan en el mundo informaciones falsas e
interpretaciones tendenciosas. Censuran toda información que pueda beneficiar al
desarrollo y al progreso de los países en desarrollo. Interfieren en la política interna
de los Estados y cumplen tareas desestabilizadoras y subversivas. En cambio, de
esos países sólo recogen y divulgan noticias degradantes y catastróficas. El
imperialismo informativo ha convertido la mentira en una actividad lucrativgLy
decisiva para la dominación. Con esas armas imponen sus esquemas políticos,
culturales, económicos y deforman los de los países del Hemisferio Sur.
UPI y AP representan los intereses de los grandes consorcios anunciadores y están
relacionados con el complejo bélico industrial norteamericano. Esa es la razón por
la cual sus campañas de desprestigio se dirigen contra gobiernos progresistas. Las
dictaduras son buenas y respetadas en la medida que protegen las inversiones
transnacionales. En América Latina, lo que es bueno para el Council of the Ámericas
es bueno para UPI y AP. Este Consejo es representativo de las 250 mayores empresas
norteamericanas con intereses en América Latina, UPI y AP, en la práctica, son
oficinas de relaciones públicas del Council of the Americas. Por eso, gobierno que
tenga problemas con cualquiera de los 250 asociados, corre el riesgo de enfrentarse
con los demás, pero desde los primeros momentos el choque será con las dos
agencias noticiosas. Sonsus perros guardia- ires, A su vez, AP y UPI, a través del
Council of the Americas, están ^hermanados con McCann Erickson, Walter
Thompson^con la Young & Rubicam, las tres grandes agencias a cargo de la
publicidad de la mayoría de esas 250 empresas.
Existe entre los Integrantes de los grupos de poder del mundo subdesarrollado -con
buenas maneras y educación se estila decir, de los países en desarrollo o en vías de
desarrollo- una aspiración a integrarse a una transnacional de la burguesía. Tienen
una inoculta
ble vocación de lanzar y seguir la consigna: “{burgueses del mundo, unios!". Actúan
con mentalidad antinacional. Son los antiBolívar y los antiSan Martín del siglo xx.
Colocan sus ganancias, mal o bien habidas, en la banca norteamericana, para
incrementar los ingresos de la potencia más grande de la tierra a expensas del
hambre de sus pueblos. Les parece normal y lógico que los usureros de la banca
internacional actúen en equipo, como club, pero se oponen a que los deudores hagan
lo mismo. Sostienen que, con referencia a la deuda, cada país es una realidad
diferente y, en consecuencia, cada uno tiene que enfrentarse, solitario con los
acreedores coaligados.
Además de la Identificación ideológica con los intereses domi- nantegL los grupos
de poder que en América Latina controlan los medios de comunicación, están
asociados a la SIP y a la AIR, entidades encargadas de uniformar a sus publicaciones
y estaciones audio visuales por una razón vital: ¿qué sucedería si el propietario de
una emisora o de un diario, en algún momento de alucinación, contratara los
servicios de una agencia alternativa y difundiera, no ya en su sección principal sino
en una interna o secundaria, una noticia del
POOL, de PRELA, ALASEI o TASS, con una versión que contradiga a UPI O AP?
El jefe de cables de ese medio, recibiría de inmediato la visita de un funcionario de
usis o de algún otro contacto clandestino, para investigar y mostrar su extrañeza. El
paso siguiente sería ante el director del medio, para una notificación amigable y una
amenaza tangencial, muy diplomática. La reiteración sería grave para el medio.
Bastaría una llamada telefónica de la oficina de la usis a la McCann Erícksson, Walter
Thompson, Young & Rubicam, o a cualquier subsidiaria de estas empresas
transnacionales de publicidad, para retirarle a ese medio los avisos de sus clientes y
el auspicio a sus programas. La mayoría de los empresarios nativos, que
generalmente se dedican a la industria de ensamblaje de productos transnacionales,
seguirían ei ejemplo. Los días de vida del medio de comunicación estarían contados.
O la rectificación o la quiebra, sin opciones. Así funciona la Rbertad de prensa y el
libre flujo o la libre circulación de la información.
La desinformación de las transnacionales de la noticia no está confiada a la
espontaneidad e improvisación del corresponsal o del responsable de la agencia que
actúa en cada país, ni requiere que en
cada ocasión le digan desde su central lo que debe hacer. Tamo es necesario que
mantengan contacto con los representantes (tef0 250 grandes empresas o con sus
agentes de publicidad. Para es? nombramientos existe el requisito tácito de la
identificación ¡cjeoS lógica y el establecimiento de líneas políticas generales muy
claras que pueden, en determinados casos, ser específicas y concretas a pesar de
ello, han surgido numerosos problemas con periodistas dignos que tomaron en serio
el lema de la objetividad informativa. Se recuerdan casos como el relatado por el
corresponsal Phillip Knightley del New York Times y un grupo de periodistas, entre
ellos David Halberstam, cuyos envíos desde Viet Nam eran modificados en Nueva
York, con intervención del Pentágono. Sus noticias, desfiguradas, se esparcían al
mundo. Los corresponsales no reconocían sus trabajos, porque simplemente no se
asemejaban a la realidad y generalmente eran opuestas a ella. El corresponsal de AP,
Malcolm Browne, que encabezó la protesta, fue invitado a tomar un mes de
vacaciones “para serenarse”.
Cuando teminó su descanso fue cambiado de destino3.
Otro caso famoso fue el del periodista I. F. Stone, corresponsal durante la guerra en
Corea. En la central de su agencia, en Nueva York, le habían tergiversado a tal
extremo sus despachos que eran irreconocibles. Ante su impotencia para conseguir
rectificaciones o por lo menos aclaraciones, escribió el libro The Hidden Historyof
the Korean War. Pasó mucho tiempo para que el libro pudiera ver la luz pública. En
la “cuna” de la libertad, 28 empresas editoriales rechazaron su publicación. Cuando
finalmente lo editó por su cuenta, tuvo que enfrentar los problemas de la
distribución. Por eso, la obra de Stone es casi un incunable.
El problema del libre flujo de la información no es negativo únicamente por la
tergiversación y la manipulación de las noticias. Lo _es también por el desequilibrio.
El 80 por ciento de las informaciones que circulan en el mundo provienen de las
cuatro transnacionales. El 20 por ciento restante corresponde principalmente a
agencias menores. El mismo porcentaje injusto se mantiene en cuanto al origen de
las informaciones. De cada cien noticias, sólo veinte proceden del
* Hemisferio Sur, donde se concentra casi el 70 por ciento de la población del mundo.
Las otras ochenta se originan en los países capitalistas con menos de la tercera parte
de la población.
Fuera de las cuatro transnacionales de la información, existen varias agencias de
noticias, como la TASS de la Unión Soviética, la española EFEja cooperativa italiana
ANSA, numerosas agencias nacionales, y se lucha por consolidar otras alternativas y
de nivel internacional, como la cooperativa de periodistas Inter Press Service (IPS),
con sede en Roma; la cubana Prensa Latina (PRELA) y_el Pool de 'Agendas de Países
No Alineados, creada por el Movimiento de países No Alineados, precisamente para
defender, de alguna manera, los intereses de los dos tercios de la población mundial
frente a la agresión y a la desinformación de las transnacionales.JMinguna de estas
agencias, ni la unión de todas ellas están en posibilidad de competir siquiera con una
sola de las cuatro transnacionales por el poderío económico que las respalda, por su
alta tecnología en el procesamiento y en la transmisión de sus noticias y por la
identidad de intereses con la mayoría de los medios de comunicación locales que
"constituyen sus mercados receptores exclusivos. Existe una razón adicional: las
tarifas para la transmisión de las noticias no son equitativas para todas las agencias,
en ningún medio de telecomunicación: no lo fue con el cable submarino clásico, de
alambre de cobre; no lo es ahora que está siendo reemplazado por fibra óptica; no
lo es por la vía satélite; y tampoco son de libre disponibilidad algunas de las nuevas
tecnologías. El poder del imperio y de sus socios es determinante. Las tarifas de
transmisión, por cualquier vía, desde el Hemisferio Norte, donde están las centrales
de las cuatro transnacionales, hada el sur es bastante reducida.En cambio las tarifas
de sur a norte, superan en más del doble a las de sentido contrario. Esto se puede
comprobar con el envío de telefax, cables y llamadas telefónicas.
El dominio de las transnacionales de la información en el mundo occidental y en la
mayor parte del Tercer Mundo es determinado fundamentalmente, además de los
otros factores, por la complicidad de los grupos de poder propietarios de los medios
locales de comu- nicadón, sean éstos radios, periódicos o estaciones de televisión.
Sin ellos no sería tan preponderante el monopolio. La tácita exclusividad está,
además, perfecta y sólidamente amarrada por las transnacionales de la publicidad.
En América Latina, con excepción.de Cuba, muy pocas emisoras y periódicos
difunden informadones de TASS, PRELA, ips ó de otra agencia alternativa. Por eso,
pocas veces los lectores tienen la otra versión de los acontecimientos, la otra cara de
la moneda.
Sería importante, por ejemplo, conocer sobre la Perestroika, no sólo por la versión
de la norteamericana AP, sino por la de los propios protagonistas a través de TASS.
Recién en ese caso, podría establecerse un balance y aproximación a la verdad. De
lo que sucede en Cuba o Nicaragua, sólo existe la versión propalada por los enemigos
confesos de esos dos países. Salvo algún periódico alternativo, ningún otro de gran
circulación en el continente publica lo que dicen PRELA o la agencia Nueva
Nicaragua. Jamás en América Latina se publicó una sola noticia de la agencia
vietnamita VENPRESS. Unicamente los informes del agresor, nunca del agredido.
Ningún periódico, radio o televisión del continente difunde jamás una sola
información distribuida gratuitamente a las redacciones por el Pool de Agencias de
los Países No Alineados, ni por elemental solidaridadde ser sus habitantes,
integrantes como todos los latinoamericanos, del Tercer Mundo .i^s responsables
de la sección internacional de esos medios, no se molestan siquiera en abrir los
sobres de la correspondencia. Los arrojan a la basura tal como llegan, orgullosos y
felices de servir, a través de sus patrones, a las transnacionales y, en última instancia,
a sus colonizadores.
Cortina de silencio sobre el NOMIC
Cuando se iniciaron los debates sobre comunicación social en la UNESCO, los
voceros del sistema norteamericano plantearon como válida, insustituible e
indiscutible la actual situación. Definieron el libre flujo de la información como la
libertad de prensa a escala internacional. Es decir, la libertad de empresa que
engloba entre sus productos, a la noticia como una mercancía más. Desde los
primeros momentos del gran debate el libre flujo fue rebatido por los estudiosos que
aspiraban y defendían el establecimiento de un Nuevo Qrdfifl Mundial de la
Información y de la Comunicación (NOMIC). Los voceros de la política
norteamericana, carentes de argumentos, optaron por dos caminos: el primero
consistió en convertir el debate en clandestino. La8 agencias transnacionales de
Informaciones no volvieron a
ocuparse del asunto. Los periódicos de América Latina -mayorita- riamente afiliados
a la Sociedad Interamericana de Prensa-, en una prueba de servilismo a la política
exterior norteamericana, no publicaron ninguna información que recogiera los
argumentos de los teóricos del NOMIC. Igualmente escondieron en sus páginas y en
las Informaciones de radio o televisión el tratamiento de este tema, discutido en las
reuniones del Movimiento de Países No Alineados y en las Naciones Unidas. Salvo
los expertos, estudiosos y participantes, del tema del NOMIC no se enteraron ni los
jefes de redacción de los medios informativos.
El segundo camino consistió en una campaña groseramente calumniosa “contra los
intentos del comunismo para estatizar los jnedios” y contra la UNESCO como
“entidad dominada por el comunísimo internacional”. Según las versiones,
absolutamente falaces y desinformadoras, la libertad de expresión estaba siendo
amenazada desde la UNESCO. ESO fue lo único que se enteraron los jefes de
redacción de los medios y la opinión pública. Momento preciso para que los
gobiernos de Estados Unidos y la Gran Bretaña “para salvar la libertad de prensa en
el mundo”- retiraran su participación económica de la UNESCO, ascendente al 30%
de su presupuesto. Se retiró también Singapur y otros amenazaron seguir el
ejemplo. Después de dos años anunciaron que volverían a la organización cuando se
les aseguró que el señor Amadou Mahtar M’Bow no sería más su director general,
pero a condición que la UNESCO borrara para siempre el tema del NOMIC de su
agenda. El nuevo director general, el farmacéutico español Federico Mayor, cumple
a la perfección y disciplinadamente el rol asignado. Su elección se logró mediante el
chantaje económico al que sucumbieron muchos países del Tercer Mundo y del
Movimiento de Países No Alineados, como el gobierno del Dr. Alan García del Perú,
que en el Movimiento No Alineado votó a favor del NOMIC y en la UNESCO en contra.
En ese momento se acabó la lucha, a ese nivel, por la descolonización informativa.
Pero no fueron los gobiernos comunistas, sino los latinoamericanos los primeros en
dar la voz de alarma por el injusto orden en la información internacional.
Intelectuales estadounidenses y latinoamericanos conscientes del fenómeno al que
consideraron neocolo- nialista, fueron los pioneros en la investigación de las
estructuras de la comunicación social.
En la reunión de cancilleres del Pacto Andino, realizada en Lima en 1972 se
estableció que “los mayores volúmenes de informaciones que circulan en los países
del Acuerdo de Cartagena se procesan fuera de la región". El presidente Carlos
Andrés Pérez durante su primer mandato, denunció en una conferencia de
periodistas realizada en San Cristóbal, estado de Táchira, que las agencias UPI y AP
habían distorsionado las informaciones sobre los países andinos, tratando de crear
e incentivar rivalidades y desconfianzas para evitar la creación del Pacto
Subregional Andino. Simultáneamente, la preocupación por el dominio informativo
y cultural foráneo se manifestó en varios países de Africa y Asia.
En 1973, cuando el No Alineamiento tenía ya cerca de 90 países miembros, se tomó
conciencia plena de la situación. En su reunión Cumbre, de jefes de Estado y de
gobierno, en Argel, se planteó por primera vez la necesidad de luchar por una
estructura más democrática y equilibrada de la información. La mayoría de los
gobiernos desconocían la realidad de los demás; sin embargo, todos ellos sentían el
predominio informativo y cultural de las potencias capitalistas que pretendían
convertir al Tercer Mundo en simple mercado de consumo, alienado por una cultura
y costumbres ajenas por completo a la suya.. El desconocimiento mutuo de los países
miembros del NO-AL, fue atribuido, por consenso, al hecho indudable que la
comunicación actual es el legado del pasado colonial. De este debate no se enteraron
la mayoría de los pueblos de América Latina, sencillamente porque no se dedicó ni
una línea en los llamados grandes periódicos, ni un segundo en la televisión o la
radio. Fue como si la reunión de cerca de 90 jefes de Estado y de gobierno no se
hubiera realizado o no constituyera noticia.
Igual destino tuvieron los debates de la reunión de la UNESCO en Costa Rica, en julio
de 1976, las numerosas reuniones de cancilleres y las cumbres del Movimiento No
Alineado. No menos de cien congresos, seminarios, forums y conversatorios se han
realizado en el mundo, para debatir el orden internacional de la información
durante esos años. Unos, por organizaciones gubernamentales y no
gubernamentales auspiciadas o no por la UNESCO. La propia organización de laoNU
para la ciencia y la cultura convocó no menos de diez conferencias: en Costa Rica,
dos veces en 1976 y 1979, Nairobi, París, Bogotá, Libre- ville, Belgrado y otras
capitales.
En diciembre de 1977, como culminación de un largo debate sobre la información y
su necesaria alternativa basada en un nuevo orden informativo internacional, la
UNESCO nombró la Comisión Mac Bride integrada por 16 miembros de los
siguientes países: Estados Unidos, Francia, Zaire, Indonesia, Túnez. Japón, Nigeria,
Yugoeslava, Unión Soviética, Egipto, Chile, Canadá, India y Colombia. Representó a
este último país, el escritor Gabriel García Márquez.
En la Comisión Mac Bride estuvieron representantes de las dos corrientes en pugna.
El informe de dicha comisión fue, en consecuencia, de transacción de ambas
posiciones, para lograr el consenso. Sin embargo, desde el momento en que se
conformó la comisión los diarios que obedecen las consignas transmitidas por
intermedio de la Sociedad Interamericana de Prensa, dedicaron sus páginas, no para
divulgar, discutir o explicar las cuestiones en pugna, sino para desprestigiar y atacar
a la Comisión Mac Bride e impedir su funcionamiento. Nunca antes, ninguna entidad
nombrada por Naciones Unidas mereció una campaña concertada, como la que
acosó a la comisión encargada de estudiar la problemática de la comunicación. Sin
ningún respeto por la calidad intelectual y moral de sus integrantes, los mostraron
ante la opinión pública como a un grupo poderoso de enemigos de la libertad de
prensa dispuestos a liquidar el sacrosanto y primer derecho del hombre. Durante la
campaña, nunca se explicitó el tema en discusión. Simplemente fueron ataques con
prescindencia de sustantivos y abundancia de adjetivos. Lo más suave que se dijo
fue que “tos miembros de la Comisión Mac Bride estaban al servicio de oscuros
intereses destinados a acabar con la mayor conquista de la humanidad”.
A pesar del clima adverso, los propios representantes de Estados Unidos y Francia
tuvieron que admitir lo esencial de las objeciones planteadas por los países del
Movimiento No Alineado: la existencia de un desequilibrio informativo a favor de las
potencias occidentales, en perjuicio de tos países en vías de desarrollo. Los
miembros de la comisión se pusieron igualmente de acuerdo en 82
recomendaciones que revelan la existencia de una injusta estructura de la
comunicación internacional. El informe de la Comisión Mac Bride fue presentado en
la xxi Conferencia General de la UNESCO, celebrada en Belgrado, con la participación
de representantes de 150 países. Los delegados de Estados Unidos, al admitir el
desequilibrio Informativo, buscaron un
paliativo que no modifica la situación: ofrecieron -en compensación- colaborar con
asesoría técnica y algunos equipos de sus sobrantes por obsolescencia, para ayudar
a los países que deseen mejorar sus comunicaciones.
En el informe Mac Bride se constata que los caminos de las informaciones desde su
acoplo hasta sus destinos finales, son los mismos que transitaron tos imperios hacia
sus colonias. Las comunicaciones se convierten de esta manera en verticales y
unidireccionales. Es decir, centralizadas en el Norte y dirigidas al Sur, donde están
los centenares o miles de millones de consumidores de esas noticias. Esta es la razón
por la cual tos habitantes del Hemisferio Sur estamos al órnente de 1o que sucede
en las grandes urbes occidentales, pero como la comunicación no es horizontal,
desconocemos la realidad de lo que acontece en nuestro propio hemisferio, salvo
golpes de Estado, terremotos u otro tipo de catástrofes. Por este sistema de
informaciones, en el resto del mundo no saben, por ejemplo, que Perú, Bolivia y
Colombia son más que productores y traficantes de cocaína, y que Africa es también
más que Idi Amín Dada o Bokassa. Las cuatro agendas nos hacen ver su mundo
desarrollado, pero nos esconden tos procesos, la lucha o las conquistas de los
pueblos del Tercer Mundo por salir del subdesarrollo. Nos han convertido en
consumidores exclusivos de sus informaciones. Sólo leemos y escuchamos una
versión unilateral e interesada de los acontecimientos y una sola cultura: la del país
dominante que, además no es cultura, sino una "subcultura de puro consumo,
contraria al pluralismo y que trabaja a la sodedad como masa”4.
Los miembros de la comisión establecieron la tendencia de la comunicación
transnacional a“proyectarun modelo social que influye en la formación de la opinión
pública y en los valores políticos; el fomento de un modelo mundialmente uniforme
de comportamiento de tos consumidores; la repercusión en la movilidad social y en
los proyectos de desarrollo, tanto individuales como colectivos; la dificultad en los
esfuerzos que realizan los países en desarrollo para consolidar su Independencia
política y cultural y garantizar su soberaníaM.
En el Informe Mac Bride se sostiene que: "El poder informativo pertenece a menudo
a una minoría propietaria de los instrumentos de comunicación, y el flujo de los
mensajes se organiza en forma vertical. Al obedecer a una dirección unillneal, los
medios de comunicación social transmiten a un público que, en su inmensa mayoría,
no encuentra en ellos el reflejo de sus formas de vida y sus aspiraciones, los valores
y las normas que el grupo dominante estima más adecuados para garantizar la
supervivencia. A menudo, este mensaje se impone desde arriba a un público
receptor cuya participación no se busca, en modo alguno, y cuya pasividad se
fomenta, en cambio. Ahora bien, los medios de información pueden ejercer también
efectos de desintegración sobre los individuos y los grupos”5.
Establecida, sin lugar a dudas, la existencia de una concentración del poder de
información mundial por cuatro transnacionales, se probó asimismo la falta de
equidad, reciprocidad y equilibrio en el libre flujo de la información. La
desproporción entre las noticias referidas al Hemisferio Norte en relación a las del
Sur, son abismales. No se trata sólo de la simple selección y reducción, sino de la
deformación, falsificación, tergiversación y manipulación a la que son sometidas las
noticias. Las versiones sobre los acontecimientos son permanentemente
distorsionadas en las centrales de acuerdo a sus líneas estratégicas. No tienen como
finalidad la integración sino, por el contrario, la desintegración de los países en vías
de desarrollo. Están destinadas a uniformizarnos en la aceptación del sistema
capitalista y en convertirnos en arquetipos del consumismo.
Los expertos que participaron en la comisión Mac Bride, calificaron al libre flujo o
libre circulacióndela información como *ja dependencia de unos a otros, de los más
a jos menos y la dominación de unos pocos a todosjos demás”. Eniiras^alaktas^aíit^
Jibertad de los ricos no es sino el reverso de la medalla de ja depen- deñcíade ios
más pobres”.
Para tener una idea aproximada del poder de convencimiento de la información
monopolizada sobre nuestras mentes, se compara con la formación que hemos
recibido en el período escolar. Los planes y programas de estudio trazados por las
autoridades responsables de la educación en nuestros respectivos países y su
aplicación por nuestros profesores, moldearon nuestros conocimientos y nos dieron
orientación y comprensión de la vida; nos inculcaron sistemas de pensamiento. Los
medios de comunicación tienen sobre nosotros un impacto más efectivo para
homogeneizar nuestras actitudes y nuestro pensamiento, no sólo por el tiempo que
le dedicamos a su atención, ni por la forma voluntaria como nos acercamos a ella,
como
101
un hábito -Hegel dijo que la “lectura del diario es la plegarla matutina del hombre
moderno"-, sino por la atracción mayor de los otros medios, como la radio y la
televisión en las que se alternan información y entretenimiento.
Un año antes de la formación de la Comisión Mac Bride, UNESCO, en su xx
Conferencia General realizada en París, había aprobado por consenso una
declaración que se considera histórica, sobre la “Contribución de los medios de
comunicación masiva al fortalecimiento de la paz y el entendimiento entre las
naciones”. En su artículo primero dice: “El fortalecimieno de la paz y de la
comprensión internacional, la promoción de los derechos humanos, la lucha contra
el racismo, el apartheid y la incitación a la guerra exigen una circulación libre, una
difusión más amplia y equilibrada de la información". En otro de sus artículos
establece que “de acuerdo al espíritu de la Declaración, le incumbe a la comunidad
internacional el deber de contribuir a crear las condiciones de un libre flujo y una
divulgación más amplia y equilibrada de la información, así como las condiciones de
protección de los periodistas y otros trabajadores de la comunicación en el
cumplimiento de su misión”.
Esta declaración de UNESCO y el Informe Mac Bride, a pesar de su aprobación por
consenso, reconocían explícitamente la existencia de un desequilibrio informativo,
por lo cual recomendaron una difusión más amplia y equilibrada, que es
precisamente la aspiración del más de centenar de pa,v,es que hoy integran el
Movimiento No Alineado. Era evidente, sin embargo, que tal posición colisionaba
con los intereses estratégicos de la política exterior de Estados Unidos. A faita de
argumentos, los gobiernos de ese país y de Gran Bretaña, optaron por el chantaje
económico y le pusieron precio a la cabeza del director de la UNESCO, Amadou
Mahtar M’Bow, con una campaña de desprestigio personal con pinceladas racistas..
Sus deseos han sido cumplidos y con ellos se han salvado los sueldos de su frondosa
y privilegiada burocracia.
El NOMJC y hasta el tema de los medios alternativos son ahora tabú en UNESCO. El
Nuevo Orden Informativo Internacional es un asunto que el imperio pretende hacer
olvidar con la fuerza de millones de dólares. Pero el Movimiento de Países No
Alineados no se rendirá, porque de
por medio está emanciparse de su tercera colonización. Esa es la razón por la cual
los medios de comunicación al servicio del imperio encuentran nuevamente
saludable y digna de hacer figurar en sus espacios a la UNESCO, en tanto que el NO-
AL es silenciado, combatido y desfigurados sus acuerdos.
A pesar que en el Movimiento No Alineado, por la multiplicidad de posiciones
políticas de sus integrantes, los acuerdos se toman por consenso y no por votación,
la lucha por un nuevo y equilibrado flujo de la información es una bandera
irrenunciable. Para el No Alineamiento no se trata sólo de declaraciones, sino de
planteamientos concretos que, desde luego, son desconocidos por media humanidad
en una demostración práctica que la libertad de prensa a nivel internacional es, ai
igual que a nivel local, un mito.
El NO-AL lucha por conseguir la soberanía informativa; por una redistribución de
los espacios electromagnéticos, que consideran como un recurso natural, nacional y
limitado; y por controlar el uso de los satélites de comunicación. Es posible que si se
impone ese criterio en la ONU, el proyecto de transmitir desde el cosmos
directamente a los hogares de todo el mundo, quede felizmente truncado. Se plantea
igualmente la necesidad de abandonar el concepto comercial de la noticia y
sustituirla por el de servicio público o bien social. Consideran imperativo adoptar
algunas restricciones sobre el funcionamiento de las cuatro transnaclonales de
noticias y buscar en conjunto, dispositivos que aseguren el derecho de rectificación,
para frenar de algún modo la impunidad de AP, UPI, AFP y Reuter. Para el
Movimiento No Alineado, el libre flujo de la información debe ser democrático,
multidireccional y exento de monopolios.
Con el derecho que les asiste, estos países han reiterado su exigencia que el tema de
la comunicación sea nuevamente incorporado al plan de mediano plazo de la
UNESCO para el período 1990-1996, conforme lo ha sugerido en octubre de 1989, el
Consejo Ejecutivo de ese organismo. Los medios de información controlados por el
imperio han reaccionado en cadena, reactualizando la amenaza y el chantaje. Si se
accede al pedido de la mayoría de los países del Hemisferio Sur, Estados Unidos y
Gran Bretaña no retornarán al organismo. No fuerón, sin embargo, el presidente
Bush ni la primera ministra That- cher los que formularon el anuncio, sino Giovanni
Giovannini, presidente de la Federación Internacional de Editores de
Periódicos. Se
sumaron a la protesta los presidentes de IPI y de la SIP. La uniformada y disciplinada
prensa latinoamericana dependiente de la SIP no escatimó editoriales en los que,
notoriamente cumpliendo directivas, repitieron la consigna: “para que la UNESCO
recobre su dignidad”.
Con una sorprendente facilidad para faltar a la verdad, Giovanni- ni declaró que el
actual director de UNESCO, Federico Mayor, “debería revertir las políticas del
anterior director general, Amadou Mahtar M'Bow, quien impuso el control
internacional sobre periodistas y restringió el libre flujo de la información”. No es
posible suponer que el presidente de la Federación Internacional de Editores de
Periódicos ignore el contenido y los alcances del debate realizado sobre el NOMIC:
la UNESCO nunca Impuso cadenas y restricciones a la libre circulación” ni menos
“control internacional sobre periodistas” porque, entre otras razones, no tiene
atribuciones o facultades para tomar decisiones ejecutivas ni medios para
aplicarlos. La única tarea que realizó UNESCO fue contribuir a la discusión y abrir
sus puertas para la polémica sobre un tema de interés universal. Los defensores de
la irrestricta libertad de expresión, quieren negarle ese derecho a los que no piensan
como ellos. Cuando afirman que la UNESCO tiene un mes para recuperar la dignidad,
lo que en realidad le están notificando es el plazo para que Estados Unidos, Gran
Bretaña y Singapur vuelvan a pagar sus cuotas. Al dinero le Ñaman dignidad. Si se
pone nuevamente en debate la problemática de las comunicaciones, no sólo faltará
ese dinero, sino que se sumarán al boicot más países. Un planteamiento semejante
en cualquier diccionario se llama extorsión o chantaje.
Es comprensible que Estados Unidos, Francia e Inglaterra se opongan a toda
reclamación del Tercer Mundo que tienda a nivelar o por lo menos a hacer menos
damáticas las diferencias entre el Norte y el Sur. Tratándose de las comunicaciones,
ellos son los que acaparan el flujo informativo con sus agencias transnacionales. Lo
que es incomprensible y linda con la traición, es la actitud de los medios
informativos del Tercer Mundo que asumen la defensa de los países industrializados
en perjuicio de jos subdesarrollados que ellos habitan. Porque lo que planteó el
Consejo Ejecutivo de UNESCO -instancia consultiva bimestral integrada por 51
Estados miembros- a través del Documento 25 C-108, fue poner énfasis a la
“degradación de los países del Sur y la necesidad de considerar factores como el
deterioro de los términos del Intercambio, el peso de la deuda externa,
el desequilibrio de la balanza de pagos, el proteccionismo y el desempleo, en las
áreas de competencia de la UNESCO”.
El Consejo Ejecutivo propuso, como parte del programa y con el título de La
comunicación al servicio de la humanidad, una “difusión más amplia y mejor
equilibrada de la información, donde se corrijan los desequilibrios existentes entre
países en desarrollo y países industrializados”. Este planteamiento ha sido
groseramente tergiversado por las agencias transnacionales, haciéndolo
aparecercomo un grave atentado contra la libertad de expresión y como un modelo
de esta- tización de los medios de la información. Al hacerle coro, los llamados
grandes periódicos de América Latina, han vuelto a poner en evidencia su
incondicionalidad a la política exterior de Estados Unidos.
Veamos la secuencia del nuevo vendaval contra la UNESCO desatada por los
periódicos de la SIP y las emisoras de radio y televisión de la AIR, a partir del 20 de
setiembre de 1989:
El 18 de setiembre el asistente del secretario de Estado norteamericano para
organismos internacionales, John Bolton, en declaraciones formuladas ante el
Congreso, amenazó “con un no retorno de Estados Unidos a la UNESCO en caso de
aprobarse el plan del Consejo Ejecutivo en la xxv Conferencia General”. Al día
siguiente, la periodista Rosemary Righter, en un artículo firmado en el Times lanzó
un violento ataque contra el director de UNESCO. Lo acusó de múltiples omisiones,
entre otras, de no haber echado a todo el personal que trabajó con M’Bow. La
acusación más dura fue porque Mayor no desterró definitivamente el tema del
NOMIC, razón por la cual, añade la periodista Righter, “Estados Unidos y Gran
Bretaña no volverán a la UNESCO” 6.
A las 24 horas, los periódicos de la SIP se convirtieron en eco metálico de la nueva
campaña. Ninguno de esos diarios, sin embargo, editorializó sobre las decisiones
norteamericanas de intervenir con dinero en las elecciones políticas de América
Latina a través de la Fundación para el Desarrollo de la Democracia; de autorizar el
secuestro de los reos de la justicia norteamericana en cualquier lugar del mundo y
sin autorización de sus respectivos gobiernos. Tampoco escribieron nada sobre la
licencia otorgada a la CÍA para participar en golpes de Estado y asesinar a dictadores
en países donde Estados Unidos tenga un “interés legítimo".
Algunos periódicos como El Comercio de Lima, movilizaron a los parlamentarios a
sus órdenes para sorprender a la Cámara de Diputados del Perú con un acuerdo en
defensa de la libertad de prensa y contra el proyecto de unesco. Tal es el grado de
desinformación sobre la materia, que ningún diputado -gobiernista o de la oposición
de izquierda- pudo intervenir por desconocimiento del tema. Por esa ignorancia, se
aprobó sin debate la noche del 24 de octubre, una recomendación al Ministerio de
Relaciones Exteriores para que haga saber a la unesco que “el Perú no admite
controles, limitaciones o intervenciones como los que se pretende con el absurdo
planteamiento de un nuevo orden informativo internacional”. El diputado Miguel
Cavero Egúsquiza que fundamentó el pedido de Acuerdo de Cámara, fue durante 30
años empleado del diario El Comercio.
Sobre la amenaza del no retorno de Estados Unidos, las agencias AP y UPI y sus
clientes, han seguido tergiversando y desnaturalizando el tema sin ningún pudor.
Por ejemplo, el Congreso norteamericano llamó para un informe -hearing- a
personalidades de la ciencia y de la cultura de ese país, para que expusieran sus
puntos de vista sobre la conveniencia o inconveniencia del reingreso a la unesco. Las
referidas agencias dieron la sensación de unanimidad en contra al reproducir
únicamente las palabras de John Bolton. Pero escondieron las declaraciones a favor
formuladas por Thomas Levejoy, asesor de la Secretaría para Asuntos Exteriores;
por León Boothe, miembro de la Comisión Internacional de Educación del American
Council of Educa- tion; por Frank Press, presidente de la Academia de Ciencias; por
Leonard Sussman, de la Freedom House; por el diputado Jim Leach; por el
embajador Esteban Torres, representante de Estados Unidos ante la UNESCO
durante el gobierno de Cárter y por James Baker, del Instituto Oceanográfico. Estas
personalidades opinaron que Estados Unidos no debe seguir ausente de un
importante organismo de Naciones Unidas que está integrado por representantes
de 158 Estados miembros.
A pesar del boicot de la prensa, radio y televisión se han realizado en América Latina
numerosos encuentros de periodistas y de estudiosos de la comunicación social; por
ejemplo, en Colombia, Brasil, México y especialmente en Venezuela, que está a la
vanguardia en la
larga y silenciada batalla por un nuevo orden internacional de la información. En
América
Latina se fundó la Asociación Internacional de Investigadores de la Comunicación de
Masas. El Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela organizó y auspició
numerosos seminarios y ha editado importante bibliografía. Precisamente en
Caracas se realizó el xm Congreso de la Asociación Internacional de Investigadores
en Comunicación de Masas para analizar el informe de la Comisión Mac Bride y más
de cien trabajos que sirvieron de base a dicho informe. Por lo pedagógico y sintético
de las conclusiones del análisis, se reproducen algunas conclusiones publicadas en
Cuadernos de Periodismo, revista editada por el Colegio de Periodistas de
Venezuela. Para los que no han profundizado en el tema, será la mejor forma de
comprender la agresión de que son víctimas los pueblos del Tercer Mundo por obra
del libre jjuio~de~la jnformación:
“La actual estructura de la comunicación es útil para las naciones altamente
desarrolladas porque:
Á- lmpide la participación del pueblo:
Los receptores sólo pueden recibir;
Los mensajes circulan de arriba hacia abajo;
Los mensajes alientan el individualismo y la desorganización;
Los mensajes favorecen las actitudes de evasión y escapismo. B. Distorsiona la
realidad e impide su conocimiento crítico:
Los mensajes muestran una realidad fragmentada y deformada, de la cual el pueblo
y sus acciones están ausentes o son combatidos;
Los medios encubren a sus dueños, a los verdaderos emisores de los mensajes. C. Se
impone como necesarios ante los ojos del pueblo:
Alientan su recepción: no consumirlos es quedarse al margen de la ‘realidad’. D.
Cubre a todos los grupos y sectores sociales:
Garantiza que la imposición ideológica se extienda a todo el pueblo. E. Asegura el
orden económico capitalista:
Favorece la existencia de la sociedad de consumo capitalista;
Orienta el consumo a través de la publicidad compulsiva."
107
1* Aspectos políticos del desequilibrio:
Desequilibrio cuantitativo Norte-Sur;
Desigualdades de propiedad, uso, desarrollo y participación en los medios de
información;
Desprecio e indiferencia de los países desarrollados por los problemas, logros y
aspiraciones de los países subdesarrollados;
Reducción de los países subdesarrollados al rol de meros consumidores de
mercancía informativa;
Manipulación de la información sobre y hacia los países subdesarrollados;
Favorecimiento en el manejo o manipulación de los intereses de dominación y
afirmación de la dependencia y sometimiento;
Hegemonía en la propiedad de los medios;
Irrespeto por los intereses y valores del receptor de los países subdesarrollados.
II. Aspectos jurídicos del desequilibrio:
El derecho a la comunicación;
Libertad de información entendida como libertad del informador;
Derecho de acceso a las fuentes de información;
Ineficacia del derecho de rectificación;
Desequilibrio en materia de derecho de autor;
Desequilibrio en la repartición de la fuente del espectro;
Desorganización en las telecomunicaciones y en el uso de los satélites y
desigualdades en la propiedad de estos últimos;
Deontología incompleta y falta de reglamentación profesional.
II. Aspectos técnico financieros:
A nivel de los satélites
En las telecomunicaciones;
En la repartición de las frecuencias de radio; • En la circulación de diarios y
publicaciones"7.
Los cristianos por el NOMIC
La Iglesia Católica, entre las demás iglesias cristianas, fue la primera en preocuparse
y fijar su posición, como un compromiso de
la Iglesia con el Nuevo Orden Informativo Internacional. Tanto en la III Conferencia
General del Episcopado Latinoamericano reunida en Puebla, México, como
posteriormente en Embú, la Iglesia Católica coincidió con el Movimiento de los
Países No Alineados y con la mayoría de los participantes en el debate de UNESCO,
en el enfoque de la comunicación social y en la necesidad insoslayable de cambiar el
orden existentevLeamos algunos puntos de la Declaración de Embú referidos a la
dominación cultural:
“12. La estrategia de dominación transnacional procura imponer a nuestros pueblos
los hábitos, los valores y las costumbres que neutralicen su voluntad de cambio.
Ladominación cultural es reforzaba por las élites dominantes como unaforma de
justificar las injusticias sociales y el ‘statuo quo’.
“13. En definitiva, buscan impedir que se expresen, fortalezcan y desarrollen las
capacidades creativas del pueblo. Este reconoce en su historia y éh sus tradiciones
formas locales, regionales y nacionales de cultura popular, las que, aún con
contradicciones, se desarrollan cada vez más en sentido liberador.
“14. La información y la comunicación tienen un rol preponderan- Je en esa
estrategia de dominación. Los medios masivos no son utilizados como un bien social
sino como negocios mercantiles de una minoría, y sus mensajes pretenden, en lo
esencial, afianzar los valores establecidos y neutralizar en el pueblo la voluntad de
cambio. Los f lujos internacionales de información son controlados directamente
por unos pocos centros de poder mundial, impidiendo que todos tengan la
oportunidad de hacer oír su voz.
“15. En América Latina se están introduciendo nuevas tecnologías de comunicación,
alegando supuestas modernizaciones y otras falsas interpretaciones del NOMIC,
pero la realidad indica que estos recursos no están destinados a servir a una mejor
comprensión entre las naciones ni a las prioridades y necesidades del pueblo. Esa
modernización tecnológica beneficia a las corporaciones transnacionales, perjudica
las economías nacionales y agrede la soberanía política."
"21. La cooperación horizontal Sur-Sur es ia forma internacional de la unión
consciente de ios oprimidos y el camino más seguro para que jos países del Tercer
Mundo superen sus carencias y desarrollen sus potencialidades económicas,
científicas, tecnológicas y culturales. El neocolonialismo busca debilitar la confianza
de los oprimidos en sus propias capacidades y mostrar como único camino posible
la asistencia de los países avanzados y la imitación de fórmulas ajenas que agravan
sus problemas."
“32. La lucha por un nuevo orden -de la información y la comunicación-involucra a
todas las fuerzas de la sociedad. La Iglesia no puede permanecer ajena a esta lucha,
porque ella asume parte de la realidad del hombre latinoamericano expresada en
sus esperanzas, sus logros y sus frustraciones y debe contribuir al desarrollo y la
liberación de los pueblos.”
Anteriormente, los obispos latinoamericanos reunidos en Puebla, habían señalado
que “la concentración de los medios de comunica;- ción en manos de grupos de
poder político, ideológico y económico y el control casi absoluto y la manipulación
que ellos ejercen en provecho de sus propios intereses, empeñándose en mantener
el statu quo y el orden vigente de dependencia-dominación”. En Puebla se denunció
qué el “monopolio de la información, tanto de parte de los gobiernos como de parte
de grupos privados, permite el uso arbitrario de los medios de información y da
lugar a la manipulación de mensajes de acuerdo con los intereses sectoriales. Es
particularmente grave el manejo de la información que sobre nuestros países o con
destino a los mismos hacen empresas transnacionales”. Asimismo se señaló que
“uno de los mayores daños que la Iglesia atribuye al sistema vigente, proviene de la
colonización cultural a través de la excesiva programación extranjera en radio y
televisión. Estos programas producen una transcuIturación no participativa e
incluso destructora de valores autóctonos”.
Igualmente, la Asociación Mundial de la Comunicación Cristiana (WACC) ha
realizado durante los diez últimos años estudios sobre la materia, cuyos resultados
fueron publicados en el documento Los Principios Cristianos de la Comunicación,
coincidente en general con la Declaración de la UNESCO de 1979, a pesar de ser este
último de carácter secular y social y el de la asociación cristiana de carácter
teológico. Para el WACC. la comunicación debería tratar de liberar a los pueblos y a
las culturas de la opresión; debería aportar su contribución a establecer una
sociedad plenamente equitativa, participativa y democrática para ambos sexos y
para todas las culturas; si bien el flujo de la información entre las naciones y
sociedades no debe ser obstruido en ningún modo, por otra parte tampoco debe
hacerse unilateral;
es preciso asegurar que sea bidireccional y balanceado; la comunicación no debería
sofocar ninguna cultura sino que debe contribuir a su USSarfólTo y al mutuo
enriquecimiento de todas las culturas; los periodistas deben gozar de la libertad en
el ejercicio de su profesión, pero por otra parte deben cultivar su sensibilidad hacia
cada cultura y evitar toda información etnocéntrica; el ciudadano debe tener acceso
a los sistemas de comunicación; el pluralismo, tanto en lo relativo a las fuentes de la
información como en lo concerniente a la información divulgada, debe ser el
elemento esencial de cada sistema de comunicación democrático”8.
Capítulo IV
LA GRAN INDUSTRIA DE LA MENTIRA
"Después de la guerra, los presidentes de los dos grandes partidos americanos
habían sentido la necesidad de realizar operaciones secretas dentro de esta zona
gris que se sitúa entre la diplomacia regular y la intervención armada".
Heray Kissinger
El Ministerio de Propaganda del imperio
No se requiere de la perspectiva del tiempo para intuir el asombro con el que los
historiadores del futuro estudiarán el siglo xx, especialmente su segunda mitad. Por
mucho que avance la humanidad, habrá admiración por el adelanto científicotécnico
desarrollado en estos años. Tal vez este aspecto sea visto con la admiración que, con
respecto a la cultura, nos inspira el Renacimiento. Pero con seguridad, habrá
también asombro por la institucionalización de la mentira, deliberadamente
planificada y elevada a categoría política, como ética de una estrategia de
dominación. La mentira al servicio del “bien supremo”, como respaldo aúna
pretendida superioridad moral y como ruta elegida para cumplir un “destino
manifiesto”. La mentira diseminada sobre el planeta, hasta en sus más recónditos
escondrijos, utilizando y poniendo a su servicio, precisamente, los descubrimientos
y logros de la revolución científico-técnica. Está por escribirse todavía la historia
universal de la mentira, para la cual más que de talento se requerirá de capacidad
de trabajo para la selección de un material tan abundante como la caliza fétida.
A la mentira en la comunicación social, los expertos y los políticos la han bautizado
con un nombre menos feo: se llama desinformación. Y ésta, a diferencia de las
mentiras piadosas o de las mentiras oficiosas, no se improvisa. Por el contrario, ja
desinformación es la mentira meditada, deliberada y minuciosamente planificada
antes de su divulgación, para la consecusión de objetivos políticos tácticos y
115
estratégicos. Las tareas de su elaboración y difusión, no están confiadas a un
mentidero cualquiera. No son los gerentes, ejecutivos y accionistas de las
gigantescas empresas de comunicación los únicos encargados del manejo de la
opinión pública ni están divorciados del Estado. Por el contrario, entre el gobierno
y las transnacionales existe un matrimonio indisoluble. El gobierno de Norteamérica
es el gobierno de las transnacionales. Lo que es bueno para uno., es bueno para
ambos. Por eso, no son únicamente organismos estatales los que intervienen en la
colonización informativa. En su concepción táctica y estratégica participan, en
primer lugar, el complejo industrial militar, los ejecutivos de las grandes
transnacionales, los servicios propagandísticos del imperio cómo la usis, el
Departamento de Estado, la CÍA,, la Dirección de Inteligencia de la Secretaría de
Defensa. Con ellos colaboran numerosas instituciones, fundaciones, centros de
estudio e investigación y otros, que constituyen el llamado “trust de cerebros". Para
la implementación desinformativa, además de todos los medios de comunicación y
entretenimiento conocidos, existe una serie de organizaciones privadas,
congregaciones religiosas, iglesias y sectas.
Existen organismos gubernamentales, con participación de inmensos consorcios
privados, destinados a elaborar la desinformación, como arma suprema y poderosa
de la guerra psicológica para la colonización mental. Son organismos que sin tener
el nivel de ministerios o secretariados de Estado de los Estados Unidos, en la práctica
los superan en atribuciones.
Estos organismos ejecutan los linimientos y las directivas políticas de la dominación.
Tienen a su cargo el diseño y Ja redacción de las campañas desinformativas.
Controlan radio, cine, televisión, agencias noticiosas, periódicos, revistas, en fin, el
más gigantesco aparato comunicacional del planeta. Tienen a su servicio a empresas
transnacionales y también a pequeñóseinsospechables medios y a profesionales,
especialmente periodistas. Son sus dependientes -porque las financian-
organizaciones aparentemente libres como la famosa Sociedad Interamericana de
Prensa (SIP), considerada como el más eficiente instrumento digitado por la CÍA
para América Latina. Dirigen la fuga de talentos desde Europa y del Tercer Mundo.
Utilizan a fas fundaciones y sus centros de investigaciones sociales para el estudio
de sus mercados políticos. Realizan, en suma, todo lo indispensable para imponer la
tercera colonización.
116
La diferencia entre la usis y la CÍA, radica en que la primera realiza acciones públicas
y legales en Estados Unidos y en el exterior, aunque tiene un doble rostro para
efectuar acciones encubiertas. La cía, en cambio, dentro y fuera de su país está
especializada en labores clandestinas y es la ejecutora de los proyectos de la
primera. Pero ambas entidades se dedican primordialmente a la imposición de un
modelo cultural.
USIS: proyectista de falacias
El gobierno del presidente Cárter reorganizó en 1977 los servicios informativos y
culturales y creó un verdadero ministerio de propaganda de Estados Unidos, como
el organismo superior para dirigir la colonización del Tercer Mundo: la United States
International Com- munication Agency (usicA o simplemente icA) que centralizó
numerosas entidades en base a la antigua .us.(.|y, es la responsable denlas
comunicaciones -información y cultura- de lajioütica exterior norteamericana. En
1982, eí presidente Reagan restituyó al organismo su antigua deno mi nación:
United States Information Agency con sus viejas siglas usis y le dio participación
permanente en el Consejo de Seguridad Nacional. Para formarse una idea de la
prioridad que le asigna el gobierno norteamericano al cumplimiento de sus
objetivos de dominación culturalLusis tiene un,presupuesto equivalente acuatro
veces, el deja uNgsco.^e presume fundadamente que la CÍA goza de mayores
recursps,
^Aunque usis no es oficialmente una secretaría o ministerio, en la práctica sí lo es.
Su equivalente más aproximado es el ministerio de propaganda nazi. Su director es
tanto o más importante que un secretario de Estado. Ejerce, como miembro del
Consejo Presidencial, la asesoría directa del presidente de Estados Unidos en
materia de información y de cultura, herramientas básicas para la dominación. Es,
al mismo tiempo, miembro del Consejo Nacional de Seguridad; participa con igual
categoría en las reuniones del Pentágono en asuntos relacionados con su
especialidad y es representante oficial de Estados Unidos ante gobiernos,
organismos y conferencias inter-
117
nacionales. Cuando decide asistir a la unesco, asume la máxima representación de
su país, por encima del embajador acreditado. Participa, al más alto nivel, en las
discusiones sobre la política internacional de ese país.
Usis determina su política únicamente con el Consejo Nacional de Seguridad, del que
forma parte el Pentágono. Sus atribuciones son muy amplias: elaboración de
programas, redacción de informativos, control de la radio y televisión, coordinación
con las fundaciones, intercambios estudiantiles y la atención a los visitantes
extranjeros. Una de sus oficinas está dedicada a la “trata de cerebros”. Fuera de sus
8,500 empleados, tiene autonomía para contratar profesionales en cualquier punto
del planeta. Es tan inmenso su campo de acción que para su mayor eficiencia en el
mundo, se ha descentralizado en cinco oficinas regionales: Africa, América Latina,
Europa, Extremo Oriente-Pacífico y Oriente Medio-Sudeste Asiático.
El escritor Y. Eudes, en su libro La Colonización de las Condenadas: las centrales usa
de exportación cultural, lia realizado una investigación profunda sobre la
organización y el funcionamiento de los aparatos oficiales que trabajan para la
dominación cultural, como la CÍA, los Cuerpos de Paz, la Agencia Internacional para
el Desarrollo (AID) y la United States Information Agency, en base no sólo a la
legislación que la crea, sino a su real implementación. Existen otras dependencias
para diferentes sectores, como las dedicadas al “convencimiento” de los miembros
de las fuerzas armadas latinoamericanas, que no son tema de este libro, aunque
constituyen parte importante de la colonización.
Por el trabajo de Eudes, se sabe que en el Tercer Mundo usis desarrolla su misión a
través de cuatro direcciones, de las cuales tres soa grupos de trabajo de .creación-
intelectual: de radiodifusión;- de programas culturales para televisión, prensa y
exposiciones; de relaciones educacionales y culturales, a cargo de centros de
enseñanza, cultura, intercambios académicos, coordinación con fundaciones; y la
encargada de la aplicación y ejecución de la producción de las tres anteriores en el
exterior.
Una de las direcciones, la Associated Directorate for Broadcasting, es la encargada
de preparar tres tipos de propaganda: blanca, gris y negra. La primera es la que
utiliza los medios oficiales de comunicaciones del Estado. Para eso, esta dirección
tiene bajo su responsabilidad el funcionamiento y el contenido de lo» mensajes
transmitidos por La Voz de América (VOA), con su centenar de subsidiarias,
repetidoras y emisoras aparentemente privadas que son alimentadas por la vía
satélite concedida por la NASA y con participación de personal periodístico local.
Salvo en Europa y en los propios Estados Unidos, la VOA, con sus repetidoras en el
extranjero, se escucha en el resto del mundo. En varios países se confunde con
emisoras privadas locales, que tienen capacidad económica para transmitir
informativos cada hora, comprendiendo noticias procedentes de usis y las locales
acopiadas por periodistas nativos contratados por la emisora.
La VOA es el vocero oficial de la Unión. En los últimos años creció enormemente,
tanto en su potencia como en su red. Hasta 1985 su potencia instalada era de 13 mil
kilovatios, distribuidos en 100 emisoras que transmiten en 50 idiomas aun
promedio semanal de mil horas. Ha instalado retrasmisoras en Costa Rica, Bélice y
en su base militar de la isla Antigua. Proyectan construir retrasmisoras en las islas
Gran Caimán y Grand Turk en el Caribe y en Florida. Su filial más potente se
construye en Puerto Rico, con nueve instalaciones retrasmisoras de onda corta con
500 kilowatios cada una, encargadas de cubrir América Central y el norte de
América del Sur. Afínales de 1988 tenía nuevas potentes emisoras en Filipinas y
Liberta y dos proyectadas en Bostwana y Sry Lanka.
La propaganda gris se canaliza.por mediojte emisoras aparentemente privadas,
pero que son sostenida con dineros estatales. como las radios Martí, Libertad y
Europa L/tire dirigidas,.íapriraeraa Cuba y las otras a los países socialistas
europeos. Su especialización es la propaganda subversiva contra países
soberanosJ3f¡cialmente estas emisoras aparecen como privadas y financiadas por
organizaciones de emigrados, lo cual no lo creen ni los oyentes más ingenuos.
Nicaragua recibe el bombardeo radial permanente de 76 emisoras, ubicadas en los
Estados Unidos y en países fronterizos con Nicaragua. La mayoría de estas emisoras
están controladas por la CÍA, como la radio Impacto de Costa Rica y la radio Costa
Rica, instalada en la frontera, que no es sino una repetidora de La Voz de América.
La más desvergozada desinformación -típica guerra psicológica- se da desde el
interior de Nicaragua, con gran semejanza táctica a la empleada contra el gobierno
de la Unidad Popular en Chile. El diario La Prensa
119
de Managua-como EIMercurioóe Santiago- ha sido generosamente financiada por la
cía durante la administración Cárter, de la misma forma que las radios El Siglo y
Extra.
La propaganda negra es la que utiliza en el exterior medios públicos y privados con
informaciones encubiertas, elaboradas y proporcionadas por la CÍA y también por
usis. ^Esta última provee material periodístico en forma pública y abierta,
respaldada por su sigla. Pero simultáneamente, sin ese crédito, distribuye
propaganda negra. Lo esencial en la combinación de propaganda gris y negra es Ja
desinformación manipuladora y subversiva. Para ello cuentan con Todos los medios
de comunicación y las tecnologías descubiertas y por descubrirse y la organización
de sus agencias transnacionales; sus enlatados de televisión; ias transmisiones
televisivas por la vía satélite; la complicidad de los grandes diarios
disciplinadamente afiliados a la Sociedad Interamericana de Prensa y a las emisoras
de radio y de televisión de toda América Latina. Para el resto del continente no
requieren efectuar gastos especiales como para Cuba. Lo tienen a su libre
disposición y'con ventajas económicas.
América Latina está invadida mucho más profundamente que otros países del
Tercer Mundo con los mensajes de usis, precisamente por su adelanto y desarrollo
en los medios dé comunicación. Según la revista Computer World, “un solo país,
Estados Unidos, controla el 75% del flujo mundial de programas de televisión, el
65% de las noticias; el 50% del cine, el 60% de discos y cassettes, el 89% de la
información comercial computarizada; el 82% de la producción de componentes
electrónicos, el 65% de la publicidad comercial y junto a dos filiales europeas de
habla inglesa, el 90% de los noticieros de televisión”. Estos porcentajes referidos al
mundo no socialista, son mucho más elevados para América Latina. Este copamiento
casi absoluto de todos los medios son alimentados con desinformación preparada
desde la Associated Directorate for Broadcasting.
JEudes ha establecido que la VOA y su cadena mundial utilizan únicamente el 15%
del material preparado por la Dirección de Radiodifusión de la usis. El 75% restante
de los mensajes se distribuye gratuitamente a las demás emisoras de todos los
países del Tercer Mundo que mantienen relaciones cpn Estados Unidos. Parte de
este material informativo es “no atribuido” a usis. Es decir, se lo entrega como
material apócrifo para que su difusión no comprometa a la
entidad oficial norteamericana. El 30% de la producción periodística de usis se
regala a las radioemisoras privadas y oficiales de América Latina. Como se trata de
un eficiente sistema de distribución, se aprovecha para que las redacciones reciban
al mismo tiempo, informativos de empresas privadas norteamericanas y
transnacionales.
En buena cuenta, si en el Tercer Mundo decidimos no escuchar la VOA, los mensajes
de todas maneras los recibiremos a través de las emisoras locales que son
subvencionadas con materiales periodísticos que, gran parte de esas radios no
estarían en condiciones de financiar. Desde el punto de vista de los resultados, este
sistema es mucho más eficaz para el amoldamiento cerebral, puesto que los
recibimos de labios de compatriotas, con nuestra misma manera de hablar.
La segunda dirección, Associated Directorate for Programms, tiene a su cargo la
Motion Picture tv Service (imv), encargada de la confección de programas
audiovisuales para los circuitos comerciales del exterior, principalmente del Tercer
Mundo. Las estaciones privadas de televisión son abiertamente subvencionadas por
el permanente regalo de videos y documentales, con los que sin gasto alguno cubren
sus espacios y además se quedan con el material sobre el que vuelven a realizar
grabaciones. Según revela Eudes, en la confección de enlatados para las televisoras
del Tercer Mundo, participa la empresa privada norteamericana en programas
dirigidos a determinadas regiones. El cine y la televisión norteamericanas surten a
la imv de materiales viejos, ya vistos por el público norteamericano, para ser
enviados -a vecvs con precios simbólicos que no cubren ni el transporte o en forma
totalmente gratuita- a las estaciones del Tercer Mundo. Estas películas y grabaciones
son objeto de manipulación. El control de estos materiales es muy riguroso y en su
preparación para los países subdesarrollados, en el momento del doblaje, se
suprimen partes y se modifican diálogos, para adecuarlos a los mensajes que se
desea fijar. El mismo autor hace una comparación de precios: un programa de media
hora, con el material preparado por imv costaría en Francia, aproximadamente,
cinco mil dólares. A Chile o al Perú le cuesta treinta dólares, valor equivalente al
envío. Si los paga.
En breve, el gobierno norteamericano inaugurará una obra de la Associated
Directorate for Programms a través de Motion Pictures TV Service:la estación de
televisión con ondas dirigidas exclusivamente
121
a Cuba que podrán ser recibidas por cualquier receptor doméstico, como si se
tratara de una emisión nacional, en flagrante y prepotente violación de la soberanía
de los Estados. En este caso, no se han preocupado todavía en buscarle propietarios
privados. Contrariando incluso disposiciones legales norteamericanas, la nueva
emisora trasmitirá desde un globo inflado con 250 mil pies cúbicos de helio, situado
entre 10 y 15 mil pies de altitud, anclado en Cudjoe Key, en la Florida Meridional.
Las dificultades para el funcionamiento de Tele Martí, como la estabilización de la
antena en una posición correcta a pesar de los fuertes vientos, serán superados con
sofisticada y costosa tecnología. Se prevé que esta emisora será dedicada a la
propaganda gris y negra.
Otra labor que desarrolla Motion Pictures tv Service en el Tercer Mundo, “es la ayuda
técnica y material para las empresas locales-de televisión- que atraviesan
dificultades económicas”. De manera que si en alguna ciudad de América Latina, Asia
o Africa, existe algún empresario de televisión que tiene problemas económicos en
su negocio y todavía no lo sabía, puede dirigirse a la embajada o al consulado de
Estados Unidos más cercano y pedir que lo pongan en contacto con un representante
de usis. Recibirá películas y videos para transmitir, si quiere, las 24 horas del día. No
tiene que devolver los cassettes. Luego llegarán a su oficina los expertos y técnicos
para que revisen sus equipos y lo asesoren en la parte gerencial. Es posible que el
nombre de su emisora reaparezca en los ratings y, en consecuencia, tendrá avisaje
de C.oca-Cola, Kolynos, Pepsi, Good Year etc., enviados por la McCann Erickson o la
Walter Thompson. Es posible también que el simpático agente de usis lo invite a
visitar su país, con pasajes regalados, donde será debidamente agasajado, con
viáticos y extras para los souvenirs, por el Educational and Cultural Affairs División
(ECA) que es una dependencia de la usis. Tendrá, además, la oportunidad de visitar
Disneylandia. Lo malo es que tal vez sin darse cuenta, como Felipillo se habrá puesto
al servicio de la tercera colonización. Su alternativa es quebrar y cambiar de giro.
Otra dependencia, el Press Publication Service está destinada a la selección y
preparación de material impreso, el cual es distribuido al mundo por
teletransmisión para ponerlo al servicio desinteresado de los señores periodistas.
Son carpetas muy útiles, con materiales sobre diversos temas de la vida
norteamericana que se conoce como
wireless file. Distribuyen además a las redacciones locales, paquetes más amplios
conteniendo fotografías con leyendas listas para ser enviadas al taller. Según Eudes,
la Press Publication Service se encarga también de la tarea inversa, es decir, de
recolectar libros, periódicos, revistas, discos, hasta volantes. Realiza igualmente la
función de relaciones públicas con organizaciones de periodistas y editores. Una de
las misiones que cumplen dependencias especializadas de usis en cada país es la de
fichar a todos los ciudadanos que tengan algo que ver con la información y la cultura.
En sus archivos computarizados figuran periodistas, poetas, músicos, dirigentes de
asociaciones culturales, profesionales, etc. Es el quién es quién y el cómo piensa cada
quien, más completo de cada país.
Otra dependencia de la usis, destinada a “presentar ante el mundo una visión exacta
de la realidad de Estados Unidos” es la International Center Service (íes)
responsable de la enseñanza del inglés, de la preparación de material pedagógico
para el consumo de profesores secundarios y universitarios. Porporciona a Tos
nativos cualquier publicación norteamericana que se le solicite y es responsable de
muchas traducciones manipuladas especialmente para el Tercer Mundo.
Como Estados Unidos controla prácticamente todos los medios de comunicación, ha
encomendado a un organismo -ECA, con uno de bs presupuestos más elevados de la
usis- la tarea del trabajo personal mediante el intercambio de personas, ECA. Es a
través de esta entidad y su dependiente Instituto Internacional de Educación (HE)
que se realizan los trabajos enmascarados con las fundaciones, siendo la principal la
famosa Fullbríghto la Humphrey Scholarships, para invitar y “preparar jóvenes
extranjeros susceptibles de convertirse en personalidades públicas”.
Eudes ha establecido que a través de otra dependencia de usis -la US Travel Service-
se atrae a hombres de negocios y a profesionales para visitar Estados Unidos. Se
deduce que esa es la puerta de entrada de la trata de cerebros, es decir la
capitalización del imperio en base a profesionales, expertos, técnicos e intelectuales
del Tercer Mundo que se constituirán después en una gran reserva natural de los
Estados Unidos.
Usi8 realiza su trabajo sobre comunicaciones, generalmente, en forma pública,
oficial. Sin embargo, su cuarta dirección, como recopiladora de informes realiza
inocultablemente trabajo de inteligencia.
De igual manera, con la distribución de informaciones "no reconocidas" cumple un
papel similar al de la Agencia Central de Inteligencia.
CIA: la cuarta dimensión de la diplomacia
La CÍA, además de su especialidad de espionaje, trabaja en el campo de la
información y de la cultura. No duplica, sin embargo, funciones con la usis. Esta
última es legal, la otra hace lo mismo pero .con dedicación exclusiva en el trabajo
clandestino y sucio. El campo de acción de ambas es la comunicación social.. Sus
vinculaciones en .consecuencia están en las empresas y directorios de los medios,
en las redacciones de periódicos y revistas, en las emisoras de radio y televisión,
revistas, en las editoriales, así como en las organizaciones profesionales y, sobre
todo, de periodistas.
La impunidad que la CÍA mostraba en su propio país como a nivel mundial, desde
que se organizó sobre la base de la oss, la antigua Oficina de Servicios Estratégicos,
apenas concluida la guerra, la ha expuesto a varios escándalos, gracias a los cuales
se ha podido saber algo de su organización y métodos. El más grave de ellos fue en
1976, cuando intervino el Congreso norteamericano que nombró una comisión
investigadora. Sus conclusiones y los documentos estudiados fueron ampliamente
publicados, especialmente en el New York Times y en el Washington Post. En varias
otras oportunidades la cía ha estado bajo la lupa de algunos representantes, sobre
todo demócratas. Precisamente a raíz de haber sido puesta en evidencia en su propio
país, la CÍA se ha enmascarado mucho más, al extremo que su presupuesto es un
misterio sólo compartido por la Casa Blanca y la Comisión Especial del Congreso,
Watchdog Committee. El carácter confidencial y secreto de la CÍA está garantizado
por una resolución del más alto tribunal de justicia, el Tribunal Supremo de Estados
Unidos, desde 1974.
Una de las campañas de desinformación de la CÍA para pasar desapercibida, ha sido
la creación de un estereotipo, para demostrar su inexistencia. Ellos mismos han
empezado a tomarla en broma, como si se hablara de algo imaginarlo, pasado de
moda, correspondiente a viejos y superados tiempos. Una de las maneras de
burlarse
124
aSí mismo es, por ejemplo, culparla de fenómenos naturales. Si se prtXluce un
terremoto en algún país del mundo, como si se tratara de una frase ingeniosa, dicen
sonrientes: seguro que es la CÍA. Quieren demostrar que la CÍA es un invento. Un
ministro del Interior peruano, sostuvo en una oportunidad que la CÍA no existía
porque “no figuraba en el directorio telefónico”. De su existencia y de su acción
desesta- bilizadora, pueden darfe, sin embargo, Indonesia con su medio millón de
asesinados en la noche de los cuchillos largos o Jacartazo; los veinte mil
desaparecidos y el millón de exiliados de Chile de Pinochet; los treinta mil
desaparecidos en Argentina: las miles de víctimas nicaragüenses, cubanas,
dominicanas, iraníes, vietnamitas, camboya- nas, laosianas, palestinas; los mártires
del SWAPO y de los países africanos de la Línea del Frente, entre otros.
Este ente misterioso posee más de doscientos periódicos en el Tercer Mundo,
además de controlar directamente a la Sociedad Inte- ramencana de Prensa (SIP) y,
a través de ella, a sus periódicos y revistas afiliadas que se aproximan al millar, de
los cuales seiscientos aparecen eñ Estados Unidos y el resto en América Latina. Es
responsable de todas las mentiras y difamaciones que se esparcen por todo el globo
terráqueo, para lo cual, además de su trabajo de persona a persona en ías
redacciones de la abrumadora mayoría de los medios, hafundado másde cinco
agencias internacionales de noticias. Controla decenas de emisoras de radio de largo
alcance. Interviene en organizaciones políticas, sindicales, profesionales, artísticas y
culturales, juveniles, estudiantiles, centros de estudios, en fin, no hay actividad que
se libre de su observación o de su acción corruptora. La principal misión de sus
agentes, es lograr que sus informaciones se difundan en radio, televisión, periódicos
y en cualquier otro medio. Sus principales contactos, por eso, están entre los
periodistas.
Desde el inicio de la guerra fría, la CÍA ha fundado por lo menos cinco agencias de
noticias, una de ellas, la agencia Latín, en sociedad con los principales periódicos de
América Latina, de ios miembros más distinguidos de la Sociedad Interamericana de
Prensa: El Comercio y Expreso de Lima, El Nacional y La Verdad de Caracas, El
Mercurio y La Tercera de la Hora de Chile, Excelsior de México, O'Globo, O1 Estado
de Sño Paulo y Jornal de Brasil, El Tiempo de Bogotá y El Comercio de Quito, entre
otros. Miembros del directorio de
Latín fueron el brasileño Julio Mosquita Neto y, cúando no, el chileno Agustín
125
Edwards. La constitución de Latín en enero de 1970, fue noticia principal de primera
página en todo el continente. jPor fin los latinoamericanos tendríamos una agencia
competidora de Associated Press y de United Press International!
La agencia Latín desde sus primeros despachos, falsos y manipuladores, mostró el
rostro inocultable de la CÍA. Latin se especializó en desprestigiar y desestabilizar a
varios gobiernos progresistas sudamericanos, como Velasco Alvarado, de Perú;
Rodríguez Lara de Ecuador; Juan José Torres de Bolivia, Ornar Torrijos de Panamá
y Salvador Allende de Chile. Las mentiras grotescas y cotidianas que distribuía Latin
a través de los canales de la agencia Reuter al resto del continente, alarmaron a los
periódicos norteamericanos. Las agencias que a ellos los servían no traían las
informaciones que Latin entregaba para América Latina. En varias publicaciones se
insinuó que se trataba de despachos inventados por alguna agencia dedicada a
acciones encubiertas.
Finalmente en 1977, el diario The New York Times tuvo las pruebas suficientes para
sostener que Latin era una agencia inventada por la CÍA para difundir
desinformación en todo el continente. Richard Helms, ex director de Latin
proporcionó abundantes pruebas. Los directores de El Mercurio de Santiago y de O'
Estado de Sáo Paulo, fueron los encargados de buscar a los demás socios. Un año
después, el Washington Posteonfirmó la paternidad de Latin: era la CÍA. Desde luego
que ninguno de sus socios latinoamericanos publicó la noticia. Latin murió sin la
pompa con la que había nacido. No le extendieron ni la partida de defunción.
Simplemente desapareció. Ni uno solo de sus socios latinoamericanos protestó o
alegó que lo habían sorprendido o engañado.
Los supuestos propietarios de las agencias informativas buscan como clientes, a los
medios de comunicación de América Latina y del Tercer Mundo en general, para
ofrecerles un servicio a muy bajo precio -para cubrir las apariencias- pero casi
siempre, “para que vean la calidad”, acuerdan entregarles material en demostración,
gratuitamente, por un tiempo indeterminado que se vuelve infinito. Como el
torrente de desinformación circula desde Estados Unidos a través de ap y UPI, estas
agencias son complementarias y, la mayoría especializada más que en noticias, en
comentarios, entrevistas, reportajes.
Otras agencias informativas fundadas y financiadas por la cía son: Forum World
Service, Copley News Service, Editor Press Service, Agencia Orbe Latinoamericana y
CanaReuter. La más reciente empresa de la cía, parece ser, por toda su
sintomatología, la Firmas Press. Legalmente, estas empresas figuran como
sociedades anónimas, fundaciones, organizaciones no gubernamentales o
empresarios independientes. Estas organizaciones de fachada aparecen como
propietarios de las emisoras de la cía: Radio Marti, Radio Liberty y radio Europa
Libre. De las agencias mencionadas, Editor Press Service tuvo vida corta porque en
su plana de redacción había más agentes de la cía y del fbi que periodistas. Más
importante y de mayor duración fue Forum World Service, cuyo aparente
propietario era el conocido editor John Hay Whitney, insospechable por un tiempo
de ser agente de la “compañía”, tal como la llaman entre sus servidores a la cía, según
revela Phillips Agee, en su libro Diario de la cía. Forum se inicia como una agencia
profesionalmente eficiente y llega atener clientela verdadera, es decir, clientes que
pagan el servicio, a pesar que entre sus ejecutivos principales tiene dos conocidos
agentes: Robert G. Gately y Brian Crozier.
En su libro La cía y el periodismo en América Latina, Juan Gar- gurevich recoge una
anécdota publicada en el New York Times sobre Forum basada en las declaraciones
a ese periódico de un agente de la cía destacado en esa agencia. El aumento de
clientes de la misma, les creó un problema: “Las ventas eran consideradas
necesarias para preservar la cobertura de la organización.... y ello ocasionó un
continuo esfuerzo para asegurar a los clientes la entrega de material legítimo”.
Forum World Service murió como Latín: de escándalo. Después de 18 años de
actividades desinformativas, la revista británica Time Out concluyó sus
investigaciones: Forumera propiedad de la cía. El diario Manchester Guardian
confirmó la versión con mayor aporte de pruebas. Posteriormente el periodista
Russell Warren Howe escribiría sus confesiones.
En el Senado de Estados Unidos se denunció y comprobó que la agencia de noticias
Copley News Service era también un engendro de la cía, aunque su paternidad fue
legalmente reconocida por el millonario propietario de una cadena de diarios, James
S. Copley. La Copley fue una de las más activas participantes en la elaboración y
difusión de noticias falsas sobre Cuba y Chile.
127
Hay otra agencia que sigue causando estragos en los países anglófonos del Caribe:
es Cana, fundada con el mismo procedimiento que se empleó para Latin. Buscó como
socios a propietarios de periódicos de la región y utiliza a la agencia inglesa Reuter
como transportadora. Los tontos útiles que figuran como socios de Cana- Reuter, son
los diarios AdvocatedNewsde Barbados, el Daily Gleaner de Jamaica y el Trinidad
Express, de Trinidad Tobago. Esta agencia ha sido el instrumento utilizado por
Estados Unidos para desestabilizar al gobierno del primer ministro de Jamaica,
Michael Manley y ejecutar la guerra psicológica que precedió a las tropas
norteamericanas que invadieron Granada.
El papel de la CÍA ha sido considerado como la cuarta dimensión de la*s relaciones
internacionales de Estados Unidos. Principal instrumento de la guerra psicológica,
desde sus orígenes, su destino está ligado al periodismo. Para la cosecha de sus
informes confidenciales en su labor de espionaje y, para la siembra de
desinformación y manipulación de la mente, objetivo supremo de la tercera
colonización, se ha infiltrado en el periodismo. Miles de periodistas, individual y
gremialmente, han sido captados por la agencia en todo el mundo, comenzando por
Estados Unidos. Una de sus “proezas” es haber ideado, fundado y financiado la
principal organización de hombres de prensa en Estados Unidos: la American
Newspaper Guild. Luego, en base a ella, haber creado la Federación Internacional de
Periodistas (FIP) que comparte su ciudad sede con la OTAN en Bruselas. En el
continente, creó la Federación Interamericana de Organizaciones de Periodistas
Profesionales (FIOPP). Esta organización fue presidida por su agente Charles Perlik.
Sobre la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos se sabía como de un ente
invisible y misterioso que despertaba la imaginación de la gente. Sin embargo, su
existencia era real, por lo concreto y tangible de sus realizaciones. Esporádicamente
se descubrían nombres, acciones, indicios y hasta pequeños escándalos. Pero es
1975 el ano de las grandes revelaciones. Con anterioridad se habían producido
denuncias que fueron investigadas por comisiones del Congreso, pero ninguna
provocó impacto en la opinión pública. Casi simultáneamente se produjeron dos
acontecimientos que des
128
nudaron a la organización secreta: la deserción de la CÍA del oficial phiüp Agee, la
publicación de su libro a mediados de 1975, y la aparición de una serie de informes
sensacionales en The New York Times, a partir del 28 de enero de 1976. Lo que
publicaba el diario, era nada menos que el informe de una comisión investigadora
de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Recién a partirde ese día, los
ciudadanos norteamericanos comenzaron a enterarse que la información que
recibían no coincidía con la realidad, porque era previamente tergiversada o
simplemente inventada por la Central de Inteligencia de su país.
William Colby, en ese tiempo director de la CÍA, había tenido que admitir que hasta
1973 se mantenían relaciones secretas entre sus agentes con los ejecutivos
principales de los medios de comunicación, pero que “no encontraba nada de malo
en recurrir a los servicios de corresponsales independientes que suministran
información a los medios norteamericanos a cambio de pagos adicionales”. Tiempo
después el mismo Colby declaró: “mi gente trabajó durante mi estancia en la CÍA
como periodistas. La mayoría de los países, incluso democráticos, utilizan a los
periodistas con fines de inteligencia, sin sentir embarazo”.
Quedó establecido que muchos agentes se hacían pasar por periodistas para realizar
su trabajo de espionaje en el extranjero, pero que también había corresponsales que
trabajaban además como agentes. A uno de ellos le pareció normal: “cualquier
periodista que trabaja en el extranjero y que no tiene contactos con la CÍA,
simplemente trabaja mal... Ellos se ocupan de recopilar información, nosotros
también”, dijo Case Meech, corresponsal durante 30 años del Chicago Daily News en
Asia. De la investigación se desprende que muchos corresponsales de agencias
noticiosas, periódicos y televisión, desempeñan cómodamente un doble papel. El
famoso comentarista político Joseph Alsop, admitió haber prestado servicios para la
CÍA durante su estancia en Filipinas y Laos. El director de Associated Press, Richard
Helmms, cambió su cargo por el de ejecutivo en la CÍA. Una de las conclusiones de la
investigación realizada por la comisión parlamentaria sostiene que “de los archivos
de la CÍA, se establece que en 1975,11 funcionarios de la CÍA utilizaban como
camuflaje 15 medios informativos, compañías de televisión, radiocorporaciones,
diarios y revistas"1.
Los numerosos periodistas y agentes de espionaje que desfilaron por la comisión
Investigadora, relataron como cosa normal el intercambio de materiales entre
corresponsales y agentes. A veces los periodistas buscan a los agentes para pedirles
información confidencial que publican sin dar la fuente. La relación de
comunicadores y ejecutivos de radio, televisión y editoriales comprometidos es
numerosa. Un ex-periodista de la televisión reconoció que en las tres grandes
cadenas de la televisión norteamericana cbs, nbc y abc- el grupo que trabajaba con
la cía era numeroso. Lo que no se ha dado a la publicidad es la relación de periodistas
comprometidos fuera de los Estados Unidos. Hasta ese punto no ha llegado la
libertad de prensa.
Philip Agee proporciona únicamente los nombres de ios que trabajaron con él en las
“estaciones" de Wáshington, Quito y Montevideo. Uno de tos aspectos reveladores
en su libro es el método de coordinarla publicación de noticias inventadas para
atacar y desprestigiar gobiernos o personajes. Por ejempo, las calumnias contra un
gobierno o persona importante de Ecuador, tos envía el agente de ese país a las
estaciones de Colombia, Perú o Venezuela. Allí los contactos consiguen que se
publique en cualquier periódico. La agencia —UPI o AP- se encargan de trasmitir la
misma publicación a Ecuador y al mundo, citando como fuente el periódico en el que
se logró su primera difusión. En otras palabras, las agencias transnacionales se
encargan que la noticia rebote con visos de verosimilitud puesto que refieren la
fuente precisa.
El procedimiento es burdo, pero efectivo. Generalmente, para evitar juicios -que por
1o demás nunca pierden- el texto de la información original está escrito en
condicional. La fórmula la inventó Hearst: ■Bsegun fuentes generalmente bien
informadas, se habría producido' o ‘según declaraciones de un diplomático que pidió
se mantuviera su nombre en reserva”. En cambio el titular siempre es afirmativo,
rotundo y contundente. El primer párrafo de la información convertida en noticia
internacional, para darle mayor realismo, concluye con la frase: "según reveló hoy
el diario...". Los periódicos afiliados a la sip son ios encargados de llevarla a sus
primeras páginas y la radio y >a televisión, afiliadas a la AIR, de convertirla en su
noticia estrella. La noticia Inventada se convierte en verdadera, con el simple
expediente de citar una fuente lejana y sin responsabilidad legal. La mentira,
completar la vuelta del carrusel se vuelve verdad.
130
Es posible que los organismos responsables o las víctimas de la información
inventada, protesten, desautoricen y hasta logren la rectificación que de ninguna
manera será en un lugar preferencial del diario. Pero, de producirse esa
rectificación, será exclusivamente en el periódico local. Ninguna agencia
transnacional está obligada legalmente a difundir desmentidos. No existe norma
jurídica, en ningún país del “mundo libre" que obligue a una agencia transnacional a
rectificar sus infundios. El menor intento de establecerla sería frenada con una
campaña internacional, porque se “estaría vulnerando la libertad de expresión y el
libre flujo de las ideas, consagradas como el primer derecho humano". La humanidad
está desarmada frente a estos gigantescos Aquiles invulnerables de la comunicación.
El famoso político norteamericano, abogado de la United Fruit, ex-presidente de la
Fundación Ftockefeller y secretario de Estado, John Foster Dulles, dijo al respecto:
“Si se me hubiera permitido declarar sólo un principio de la política exterior, hubiera
escogido la libertad de propagación de informaciones”. Desde luego, porque se
convirtieron en dueños de todos los canales mundiales de información.
Como las técnicas de la publicidad comercial son aprovechadas por la política, no
podía faltar, en los aparatos desinformadores del imperio, la entidad que sustituyera
a los ratings comerciales. Es decir a las empresas que estudian los resultados de una
campaña en el mercado, además del objetivo aumento de venta de las mercancías
publicitadas. Para cuantificar la acción de la usis y de la CÍA, y evaluar el grado de
avance de la domesticación de las mentes, están los Servicios de Investigación y
Evaluación (Research and Evaluation Service - res). Como cualquier empresa de
marketing, RES realiza encuestas, directamente o por intermedio de compañías
privadas. Su labor es permanente, puesto que sus resultados sirven para que tanto
usis como cía afinen mejor la puntería sobre los blancos propuestos. En estos
sondeos se establece, por ejemplo, cúales son los medios que mejor han Impregnado
en determinados sectores sociales y cúales otros requieren de un reforzamiento. La
cuantiosa inversión para vender ideología tiene que producir utilidades concretas,
tangibles. La res es la que determina estos resultados. La ingeniería Social no admite
improvisaciones, ni vuelos a ciegas.
La SIP: obra maestra de la CIA
Con el respaldo de poseer el informe de la Comisión Investigadora de la Cámara de
Representantes de Estados Unidos, el diario New York Times, en diciembre de 1977,
calificó a la Sociedad Interameri- cana de Prensa (SIP) de “ser uno de los recursos
de operaciones secretas de la CÍA". Y no es un recurso cualquiera. Para América
Latina, el más importante; y en el Tercer Mundo, de mucho más efectividad que el
Board of Internacional Broadcasting (BIB), entidad que centraliza en el mundo las
radioemisoras de la CÍA. La SIP es la obra maestra de la CÍA. Con ella y el concurso
entusiasta de propietarios de los periódicos más importantes de América Latina, se
realiza el gran lavado cerebral de los habitantes al sur del Río Bravo. La SIP es el eco
más nítido y sonoro de Ja CÍA en el continente latinoamericano. La artillería más
pesada de su guerra psicológica.
La SIP fue creada por decisión del Departamento de Estado para ganar la adhesión
del periodismo latinoamericano que había expresado críticas a las frecuentes
intervenciones norteamericanas en varios países de la región. El momento oportuno
fue durante la Segunda Guerra Mundial que había cohesionado a todo el continente.
El escenario para su nacimiento no pudo ser mejor escogido ni más significativo su
padrinazgo: la SIP nació en 1943 en La Habana, bajo la dictadura del sargento
Fulgencio Batista. Asistieron empresarios, editores y periodistas de “todas las
Américás”. No se trataron durante las deliberaciones asuntos concernientes al
periodismo, sino más bien a la política. De todas maneras la SIP quedó constituida
como una asociación democrática, destinada a velar por la libertad de prensa. En la
SIP cada país tendría un voto. Con el liderazgo ejercido por Estados Unidos durante
la contienda, no había posibilidad que perdiera ninguna votación. El consenso
estaba asegurado. Los problemas surgirían después de la victoria, sobre todo, por la
presencia de periodistas sin vocación de incondicionalidad.
Antes de conseguir su actual estructura, la sip tuvo dos reuniones más en América
Latina: en Caracas y en Quito. En esta última capital surgieron los más serios
problemas debido a la decisión de los delegados norteamericanos de modificarla
radicalmente para asumir su absoluto control. El temperamento adoptado por la
mayoría de perio
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distas -argentinos, cubanos y peruanos, principalmente- hizo imposible el consenso
buscado por Estados Unidos. Su delegación cedió aparentemente y ofreció su país
como sede para la siguiente reunión. En Quito, la delegación norteamericana a la SIP
estuvo dirigida por tres “estrellas del periodismo”: Jules Dubois, Joshua Powers y
Tom Wallace. Después se comprobaría, por la propia prensa norteamericana, que se
trataba de tres distinguidos agentes de la CÍA. Ninguno dirigió en su vida un
periódico. Sólo uno de ellos Tom Wallace- trabajó como periodista profesional, pero
como cobertura para sus acciones ilegales de agente del servicio secreto.
La cuarta reunión de la SIP en Nueva York fue un verdadero escándalo. Los
anfitriones seleccionaron a los asistentes. A los periodistas argentinos, simplemente
no se les hizo llegar las invitaciones. Al peruano Genaro Carnero Checa se le invitó,
pero la embajada de Estados Unidos en Lima, le negó la visa de ingreso. Era
inevitable la asistencia del cubano Carlos Rafael Rodríguez, puesto que sobre él
había recaído el cargo de tesorero de la SIP. Para evitar su presencia se procedió de
modo expeditivo: apenas Carlos Rafael Rodríguez pisó territorio norteamericano
fue detenido por las autoridades de inmigración y liberado después que la SIP
concluyera su reunión. Fue el año 1950, cuando nadie hubiera imaginado que nueve
años después en Cuba se produciría una revolución socialista.
Sin la “inoportuna” presencia de periodistas, la SIP fue reestructurada. En vez del
“antidemocrático" sistema de representación de un país, un voto, se estableció el de
un voto por cada periódico. De manera que la SIP democráticamente pasaría al
control definitivo de Estados Unidos, puesto que el 60% de los 1085 socios
pertenece a ese país y sólo el 40% restante es latinoamericano y del Caribe. Esa
proporción se respetaba estrictamente hasta hace pocos años en los organismos de
gobierno de la entidad. Actualmente, para mejorar su imagen, dan más presencia -
aparente- a los latinoamericanos en el directorio, con editores de su absoluta
confianza. Por ejemplo, en la elección de su directiva, en su cuadragésima quinta
asamblea anual realizada en Monterrey el 12 de octubre de 1989, de 20 nuevos
directores, 11 representan a periódicos latinoamericanos, 1 a canadienses y 8 a
norteamericanos. El presidente, Edward Seaton, es propietario del Seaton
Newspapers de Kansas, con el cual la proporción entre norte y latinoamericanos
está empatada. Sin embargo,
el nuevo director por Costa Rica es el ciudadano norteamericano Richard Dyer,
propietario del The Tico Timesóe San José, lo que hace que la mayoría
latinoamericana sea sólo una ilusión óptica. En su Comité Ejecutivo de 17 miembros,
10 son norteamericanos y en el Comité Consultivo, únicamente 7 de los 20 que lo
integran son latinoamericanos. Y no hay periodistas, sino propietarios de empresas
periodísticas que, al fin y al cabo, son los que tienen la sartén de la libertad de prensa
por el mango. Un socio preeminente de la SIP, para mostrar un caso, es Jack Howard,
hasta hace poco propietario de la United Press Internacional, UPI; dueño de 32
periódicos y 8 revistas ilustradas. Este potentado Howard, que dirigió la campaña
periodística orquestada por la CÍA contra el gobierno peruano del general Velasco
Alvarado, tiene tantos votos dentro de la SIP como las publicaciones que posee.
Los enredos políticos y financieros entre la Sociedad Interameri- cana de Prensa y
la CÍA fueron puestos al descubierto por el New York Timesy por el Washington Post,
en 1977. Así como esos dos diarios, la mayoría de los que gozan de prestigio en
Estados Unidos no pertenecen a la SIP para no mezclarse con servicios de espionaje,
como la CÍA o el FBI y para mantener una posición de relativa independencia frente
a la Casa Blanca. Para los socios latinoamericanos de la SIP, las revelaciones
documentadas de esos periódicos no han constituido noticia. Los intereses deben
ser tan importantes que ninguno de ellos se ha enterado hasta hoy día de dichas
revelaciones.
Según los documentos del Congreso de Estados Unidos que difundió el New Y^i
Times, los agentes de la CÍA colocados como ejecutivos de la SIP fueron: Joshua
Powers, a órdenes del Coronel J.C. King, ex-jefe de la División del Hemisferio
Occidental de la “compañía”. Powers cumplió también misión periodística al frente
de la Editor Press Services, una de las agencias noticiosas de la CÍA. Posteriormente,
según propia confesión, Powers compró el periódico South Pacific Mail, con dinero
proporcionado por la CÍA a través de la fundación Henry Clay. Financió, con los
mismos fondos, los viajes de otro agente, Guillermo Martínez Márquez, condecorado
años después por la SIP.
Otro agente del Departamento de Estado y directivo de la sip fue -siempre según el
New York Times- Tom Wallace a quien para que figurara como periodista, su
propietario el coronel Me Cormick le
134
extendkJ el cargo de director honorario del Chicago Tribune. Finalmente, el más
conocido agente de la CÍA fue Jules Dubois, de las “estaciones" de Miami y Panamá y
uno de los más activos promotores y ejecutivos de la Sociedad Interamericana de
Prensa.
Pero hay más personajes que comparten actividades entre la cía y la sip. Por
ejemplo, James S. Copley, fundador de la Copley New Service, eminente directivo de
la sip, fue reemplazado en ambos cargos por William Sandori, premiado en 1978 por
la sip como Héroe de la Libertad de Prensa. Luego aparece Victor Krulak, alias Butch,
vice presidente de la Copley y ejecutivo de la sip. La relación es larga y la
comprobación que la sip es un brazo financiado por la cía, indubitable2.
Las directivas de política internacional dispuestas por el Departamento de Estado
son implementadas por usis para la difusión mundial, generalmente en forma
abierta u oficial y también encubierta por la CÍA para la desinformación clandestina
a través de todos los medios a su alcance. Su gran instrumento para la América
Latina es, sin lugar a dudas, la SIP. Esa es la explicación de la uniformidad con la cual
los llamados grandes periódicos del continente inician campanas al sen/icio de la
política exterior de Estados Unidos. No es casual que los autodenominados
periódicos serios dediquen sus principales titulares de primera página contra Cuba,
Nicaragua, Panamá y sobre los países o gobiernos señalados, en determinados
momentos, como adversarios o que simplemente no gozan de la simpatía de la Casa
Blanca. Dentro de esa política informativa se inscribe, por ejemplo, la campaña
contra la UNESCO y su ex-director general Amadou Mahtar M’ Bow durante los
debates sobre el Nuevo Orden Informativo Internacional. El silencio sobre la
invasión norteamericana a Granada, una isla situada en el continente, a dos horas de
vuelo desde Caracas, contrastó notoriamente, por ejemplo, con la publicidad sobre
Afganistán, distante y desconocida hasta entonces.
Sería suficiente comparar, un día cualquiera, los periódicos afiliados a la SIP
editados en las capitales de los países latinoamericanos. Están uniformados,
evidentemente orquestados bajo una sola batuta que era desconocida oficialmente
hasta diciembre de 1977. Desde entonces ya se sabe por qué para estos periódicos
hay intervenciones buenas e intervenciones malas, así como dictaduras amigas y
enemi
135
gas. Las de Stroessner, Somoza o Pinochel han sido dictaduras buenas. Ninguno de
esos periódicos se atrevió por lo menos a criticarlos y la sip nunca denunció la
violación de la libertad de prensa de esos gobiernos, como sí lo hizo contra el
gobierno de la Unidad Popular: cien pronunciamientos contra el presidente Allende
y ninguno contra Pinochet que había clausurado periódicos, radios, revistas,
destruido organizaciones de periodistas, desterrado a centenares de hombres de
prensa y asesinado a otros. Al momento de redactar este libro, los diarios de la sip-
cia y las emisoras de radio y televisión de la air-cia, están dedicados a cumplir la
tarea dispuesta por el gobierno de Bush contra Panamá. Debido a esa campaña, el
comandante en jete de las fuerzas armadas de ese país, general Noriega, se ha
convertido para los ojos de los pueblos de América Latina en la personificación del
mal. Ablandada convenientemente esa opinión pública, ve sin indignación, casi con
naturalidad, las maniobras mistares norteamericanas en las calles y plazas de la
capital panameña. Ninguno de los voceros de la sip se ha tomado la molestia de
acordarse de los principios de soberanía y autodeterminación de los pueblos que sí
los tuvieron presentes en el caso de Afganistán.
Los socios latinoamericanos de la SIP no pueden alegar inocencia ni ignorancia de
su dependencia de la CÍA a través de su sociedad. Están consciente, disciplinada y
obsecuentemente supeditados a ella. Algunos socios, como El Mercurio de Santiago
o La Prensa de Managua han recibido millones de dólares contantes y sonantes
directamente de la CÍA. No se tiene pruebas idénticas sobre los demás periódicos,
salvo lo que en teología se conoce como el olor de pecado. Sin embargo, va más allá
del simple olor a pecado la participación de esos periódicos en la sociedad que
formaron para la agencia Latín- Reuter que, como se ha explicado, murió al
descubrirse que fue creada y financiada por la CÍA.
Se podría creer que los accionistas latinoamericanos de la agencia Latin desconocían
al propietario del mayor paquete de acciones de la empresa en el momento de su
fundación. Igualmente, que por su angelical ingenuidad no se dieron cuenta de que
las noticias difundidas y preferentemente acogidas por ellos, no correspondían a la
realidad ni se publicaban en los principales periódicos norteamericanos. Pero lo que
no se puede explicar ni justificar, es que guardaran silencio cómplice cuando se
estableció, nada menos que
136
por el Congreso norteamericano, que los “prestigiosos editores latinoamericanos"
estaban asociados con los sen/icios de espionaje de una potencia extranjera. Ni uno
solo de los socios de Latin-Reuter de- nunció o renunció a la SIP. ¿No merecían, por
lo menos una explicación, los lectores de ElComercioy de Expreso de Lima, de El
Nacional y La Verdad de Caracas, de El Tiempo de Bogotá? ¿No les incomodó que se
comprobara que eran socios del más tenebroso servicio de inteligencia del mundo?
Su silencio sólo se comprende por el hecho que su participación fue deliberada y
consciente. Latin-Reuter desapareció súbita y silenciosamente. Pero sus socios
continúan con la misma e inalterable línea política.
Dos veces al año un fantasma recorre América Latina y hace temblar a los gobiernos.
Es la reunión bianual de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP -ente supremo
y todopoderoso subvencionado por la CÍA- en el que participan los miembros
delegados de los propietarios de los periódicos norteamericanos y
latinoamericanos, para pasar revista, país por país, para ver si los gobiernos se han
portado bien con la libertad de prensa. En caso contrario serán incluidos en el índex
de la nueva inquisición. Toman también otros acuerdos. Se oponen, por ejemplo, a
la creación y reconocimiento de colegios profesionales de periodistas y a
dispositivos legales que otorguen seguridad y protección a periodistas en misiones
peligrosas, porque las consideran entidades y maniobras totalitarias destinadas a
atentar contra la libertad de prensa. Fomentan, en cambio, organizaciones paralelas
destinadas a dividir a los gremios periodísticos. Dan las consignas sobre las agencias
de noticias que deben ser silenciadas, como la Agencia Latinoamericana de Servicios
Especiales de Prensa, ALASEI.
En virtud de los acuerdos que toma la Comisión de Libertad de Prensa, ningún medio
de comunicación del sistema utiliza informaciones que no procedan de Wáshington,
París o Londres-es decir de UPI, AP, AFP o ReuterNo se quedan tranquilos con
arrojar al sesto de desperdicios, sin abrir siquiera los sobres de los informativos que
gratuitamente les envían a sus redacciones agencias independientes, tercer
mundistas, como los del Pool de Agencias del Movimiento de Parees No Alineados.
En sus reuniones, la SIP va más allá de prohibir la publicación de materiales de
determinadas agencias. Plantea con franqueza su
137
desaparición, mediante campanas orquestadas por el eje cia-sip. Como ejemplo, se
recuerda la forma cómo se colocó en el índex a alase). La orden de sabotearla surgió
sin duda alguna del imperio. La sip, en una de sus famosas citas acordó que ninguno
de los periódicos afiliados a su organización les diera cabida en sus páginas y que se
Iniciara una campana destinada a su clausura “por constituir una amenaza a la
libertad de prensa". Entre el 19 y el 22 de febrero de 1985 los llamados grandes
periódicos del continente editorializaron contra alase i en términos tan parecidos
que revelan estar redactados en base a un memorándum o ayuda memoria único.
Leamos algunos párrafos3:
‘Desde el día martes de la corriente semana, ha empezado a funcionar en nuestro
país una filial de la Agencia Latinoamericana de Servicios Especiales de Información,
cosa que provoca preocupación para quienes consideramos que las acechanzas
contra la plena libertad de prensa y expresión todavía se mantienen patentes.
‘Debe recordarse que la creación de la ALASEI es una etapa más de la llamada ‘guerra
de la información’, desatada por el marxismo en el seno de la UNESCO para alcanzar
el control de la comunicación masiva... la asesoría de los trabajos -de ALASEI-
correspondió a la UNESCO y también al Sistema Económico Latinoamericano
(SELA), el cual, inexplicablemente se entromete en el campo de la prensa, a través
de su ‘Sistema Lationamericano de Información en Asuntos Económicos y Sociales’
(ASÍN), SO pretexto de ‘alcanzar equilibrio’ informativo entre el norte y el sur”
“No se puede olvidar que la Sociedad Interamericana de Prensa, que sí agrupa a la
prensa independiente, ha advertido sobre el peligro que correría la libertad de
prensa si, como se teme, en algún momento se obligue a los diarios independientes
de la región a comprar los servicios de esta agencia y, lo que es más grave, a publicar
los despachos que difunda”. Finalmente, sostiene que “la UNESCO ha dispuesto un
aporte de millón y medio de dólares para la agencia, sacado de los fondos que
aportan los países miembros”.
Se desprende del editorial que la aparición de un pequeño y minúsculo competidor
de las transnacionales se convierte en grave acechanza a su plena libertad. Libertad
sui góneris que teme a la libertad de los demás. Carece de seguridad en sus propios
principios.
Semejante concepción sólo cabe en la mentalidad de quienes se
sienten sus beneficiarios y usufructuarios exclusivos. La verdadera libertad debería
alcanzar a los que no creen en ella y aún hasta a los que pretendan destruirla. La
conducta no es, sin embargo, novedosa. Cuando el gobernante de turno es un
dictador que silencia las voces discrepantes, tiene la complicidad y el apoyo de esos
mismos periódicos que, para el caso, han inventado un término: el libertinaje.
Unicamente ellos están capacitados para definirdónde termina la libertad y dónde
comienza el libertinaje.
El falso temor de El Comercio y los demás voceros de la SIP en el continente es que
“se les obligue a comprar los servicios de esa agencia”. O que “ese alguien" les
obligue a publicar sus informaciones, lo que “sería más grave”. Pero, ¿quién podría
obligarlos a comprar o a publicar? El nombramiento de corresponsales de ALASEI
en las capitales del continente se convirtió en una “acechanza contra la plena
libertad”. ¿Se teme que un corresponsal nativo, sin posibilidad de transponer ni la
portería del periódico, alcance el control de cada uno de los diarios de la SIP? Por
supuesto no explica de qué manera una modesta agencia alternativa de servicios
especiales de prensa pone en peligro la libertad de expresión en el continente. Se
trata de un editorial desinformativo destinado a cerrarle el acceso del corresponsal
a las fuentes de información, como un paso para lograr su desaparición. En cuanto
al millón y medio de dólares fue una muestra más de! desparpajo con el que miente
la prensa llamada seria. Es parte del aprendizaje de las lecciones de la SIP, encargada
de diseminar en el continente las falsedades inventadas y redactadas por la cía.
Además de la reunión anual de la sip y de la bianual de su Comisión de Libertad de
Prensa que congrega a sus afiliados en las capitales latinoamericanas que se eligen
por razones políticas -convocaron una en Lima, como una provocación al general
Juan Velasco Alvarado. Otra en Chile, cuando gobernaba el presidente Salvador
Allende y han confirmado que la de 1990 se realizará en Managua- los socios reciben
de su central directivas precisas mediante boletines confidenciales exclusivos para
sus miembros. Los estudiosos de los medios de comunicación no han podido acceder
al conocimiento de esos boletines ni en la oficina central de la sip en Miami. Su
descubrimiento fue posible en Lima, cuando la expropiación de los periódicos en
1974.
139
Organizaciones, sectas y otros colonizadores
Además de los medios de comunicación y entretenimiento que comprenden desde
el Ratón Mickeya las transnacionales de noticias vía satélite, existen otros
organismos que cumplen a plenitud las consignas del “trust de cerebros” de
Wáshington. El más importante, con filiales que adoptan distintos nombres en un
centenar de países, es la Liga Anticomunista Internacional. Luego están el Consejo
Americano de Seguridad, la
Heritage Foundation, el Instituto de Estudio de Contlictos, el Centro de
Investigaciones Estratégicas y de Relaciones Exteriores, la Frontera Elevada, la
Fundación Nacional para la Democracia y seguramente algunos otros más que por
sus características de inteligencia y trabajo encubierto no son conocidos. Pero, por
sus obras los conoceréis.
Según numerosos artículos de Le Monde Diplomatic, respetuoso del derecho de
rectificación -que sin embargo, no ha sido nunca invocado por ninguna de sus
publicaciones relacionadas con este tema- existen algunas corporaciones
transnacionales que forman sus propios servicios secretos. Son partidarios de
regímenes como los de Chile y Africa del Sur; ven con simpatía-aunque no hay
pruebas de que lo financien- a los conocidos escuadrones de la muerte; pregonan “la
coalición de la paz mediante la fuerza”; y no han tenido reparos en utilizar a
criminales nazis como a Klaus Barbi. Otra organización, denominada Western Goals
(Metas Occidentales) fue fundada por Larry Me Donald, ex presidente de la racista
Sociedad John Birch.
Al servicio de las campañas de desinformación están varias congregaciones, iglesias
y sectas. No es inocente la aparición de una serie de estas religiones en el Tercer
Mundo, con capacidad económica para levantar enormes templos como los
mormoneso Iglesia de los Santos de los Ultimos Días; los batiblancos; las iglesias
fundamen- tafistas norteamericanas, cuyos mayores predicadores son los
reverendos Jerry Well y Pat Roberson, con ramificaciones en América Latina, Asia y
Africa. Le Monde Diplomatic incluye en esta relación, $1 Opus Del, "esa mafia divina
como fuera calificado por los jesuítas y que recluta a jefes de las fuerzas armadas y
policiales y a ejecutivos de grandes empresas en setenta países y cuenta con 700 mil
1 A(\
miembros". El Qpus Dei publica 600 diarios, dispone de 50 estaciones de rado y
televisión y doce agencias Informativas.
ti más grande organización religiosa está controlada por el imperio de Moon. Jean
Francois en su libro El Imperio Moon, la considera entre una de las 50 más grandes
del mundo, representada en 100 países con millones de desalmados de Dios
dispuestos a acabar con Satanás y sus partidarios. Desde luego que Satanás y sus
partidarios son todos los que militan en los partidos progresistas del mundo. El
imperio del coreano Moon financia, entre otras instituciones, a la Causa
Internacional a cuyas reuniones asisten varios exdictadores del Tercer Mundo, como
el general Francisco Morales Bermúdez del Perú.
Existe otra institución semejante en sus objetivos antisocialistas y de defensa de la
libre empresa y del “mundo libre”, como el Instituto Schiller, financiado por el
conocido estafador norteamericano Lyndon La Rouche, con procesos abiertos en
varios estados de la Unión.
Diseminados en el Tercer Mundo, están igualmente los llamados soldados de la
fortuna o mercenarios cuyo lema más conocido es “prefiero matar comunistas”, así
como pequeños grupos neonazis, racistas e integrantes de los escuadrones de la
muerte.
Hay más ehtidades locales que colaboran con la tercera colonización: son las
organizaciones sindicales financiadas por la AFL-CIO y, otras profesionales,
especialmente de periodistas, destinadas a romper las organizaciones sindicales y
deontológicas.
En la década de los años sesenta se creó la Federación Intera- mericana de
Organizaciones de Periodistas Profesionales (FIOPP), que con gran despliegue de
recursos económicos centralizó a organizaciones nacionales. La FIOPP estaba
vinculada con la American News Paper Guild, integrante y principal financiadora, a
su vez, de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) con sede en Bruselas.
Después se establecería, por una comisión investigadora del Senado de Estados
Unidos, publicado con amplitud en el New York Times, que tanto la FIOPP como el
American Newspaper Guild estuvieron íntegramente financiados por la CÍA. La
Federación de Periodistas del Perú, que en ese momento estuvo presidida por el
periodista Rodolfo Espinar, fue la primera en denunciar y renunciar a la FIOP. Antes
de tomar esa decisión, Espinar había agotado gestiones para que le explicaran de
dónde fluían los dólares para pasajes, invitaciones y
eventos. La revelación hecha por el New York Times, en su edición del 20 de febrero
de 1967, le dio la razón y la respuesta: fluían de la CÍA.
Años después, en mayo de 1981, con el claro objetivo de quebrar a la Federación
Latinoamericana de Periodistas (FELAP) se creó la actualmente próspera
Federación Iberoamericana de Asociaciones de Periodistas (FIAP) con el pretexto
de “defender la pureza del idioma castellano". Su fundador es el periodista José
María Ansón, exdirector de la agencia internacional EFE y conocido activista de la
organización anticomunista Trilateral. Ansón escribió un notable artículo titulado
La Quinta Pluma, publicado en la mayoría de periódicos de la SIP. Ansón criticaba a
la CÍA de estar infiltrada por la “quinta pluma” y de no haberla, por eso, podido
derrotar. Según Ansón, el orden social y económico de occidente está minado por
agentes subversivos infiltrados en todos los medios de comunicación, en la cátedra,
el libro, “eT arte y en los círculos intelectuales, así como por el clero católico,
^alimentados todos por el “oro de Moscú”. Para Ansón pertenecen a la “quinta
pluma1* todos los periodistas^ religiosos, intelectuales, dirigentes sindicales y
profesionales que colaboren con la subversión general de la cultura; los que
aplauden el progresismo de la Iglesia; los que escriben a favor del divorcio; los que
no creen en las vírgenes y en sus milagros; los que no toman muy seriamente al
Papa; los que condenan las torturas militares; los que realizan campañas ecológicas.
También los obreros con sus “provocadores pliegos de reclamos”; los críticos de las
centrales nucleares, etc.
Para “velar porque se conserve la unidad del idioma castellano, así como la pureza
del mismo”, el señor Ansón destinó -aparentemente de su reducido sueldo de
director de EFE-, dinero suficiente para girar pasajes de ida y vuelta a Madrid, con
alojamiento en hoteles de primera, para un centenar de periodistas del Tercer
Mundo incluyendo a los que no hablan castellano. Hoy, la FIAP es una organización
con ingentes recursos económicos, con funcionarios rentados y locales en diversas
capitales, que realiza frecuentes seminarios y reuniones, con pasajes y gastos de
estadía pagados para todos sus invitados. La FIAP, desde luego, cuenta con el apoyo
de la SIP.
Capítulo V
DESINFORMACIÓN
“La guerra psicológica tiene que aportar a la defensa del mundo libre mayores
resultados, desde el punto de vista del costo y de su efectividad, que una guerra
convencional”. Theodoro Valence, Director de Operaciones Especiales de las
Fuerzas Armadas de Estados Unidos
“Al recibir información mediante las comunicaciones globales instantáneas, la
opinión pública mundial se está convirtiendo aceleradamente en poderosa fuerza
política capaz de aplicar
influencia decisiva sobre la política y la conducta de los gobiernos".
Charles Wick, director de USIS
Siglo XX, siglo^de lamentira
JEn la década de los cincuenta, cuando ir al cine era casi un rito, antes de la película
principal se proyectaban los informativos filmados sobre la Segunda Guerra
Mundial. Eran los noticiarios norteamericanos de la rko Pictures o Movietone, con
su marcha característica y la voz convincente del narrador que muchos adolescentes
trataban de imitar. Sus héroes eran los soldados americanos que mascaban Chiclets,
fumaban Chester, tenían puntería infalible y no le temían a las balas ni a la muerte.
El enemigo era brutal, torpe, asesino y cobarde. El noticiario mostraba las batallas
triunfadoras y, cuando los japoneses trepados como monos en los árboles se
quedaban dueños de la isla, los héroes derrotados juraban volver. Las luces del
intermedio sorprendían a los espectadores aplaudiendo entusiastas las proezas de
las tropas aliadas.
Años más tarde, después de la victoria final, se iniciaba la guerra fría. Los malos
dejaron de ser los nipp-nazi-fascistas para ceder su lugar a los comunistas. El
celuloide y las noticias de periódicos y radios los mostraban peores: arrancaban a
los niños interrumpiendo su lactancia- del lado de sus madres para que de ellos se
hiciera cargo el partido. Igual que a los párvulos, de los hogares campesinos se
llevaban los animales domésticos. En las ciudades arrojaban a los habitantes de sus
viviendas y los que se resistían eran trasladados a los trabajos forzados de Siberia.
Los adolescentes no sabían muy bien dónde ubicar en el mapa a esa región fría, pero
tenían la certidumbre que se trataba de un infierno glacial sobre la tierra.
145
Antes de contemplar las barbaridades de la guerra de Corea -los bárbaros eran
lógicamente los “agresores coreanos”- lo que más impactó y provocó sentimientos
de odio y de terror fueron los famosos Mau Mau. Llegaron a convencer que esos
hombres negros eran terribles asesinos que mataban a los blancos para saciar su
sed homicida. Los Mau Mau fueron pintados como salvajes que mataban al hombre
blanco por resentimiento racial. Violaban, asesinaban y, como caníbales que eran, se
los comían luego, según publicó con lujo de detalles en sus “condensados” la revista
Selecciones del Rea- der’s Digest. En el colegio, para denigrar a un adversario, se lo
apodaba Mau Mau. En su escala de valores los pusieron al mismo nivel que a los
enemigos del eje del quinquenio anterior. Porque no sólo era el cine. Las mismas
cosas las escuchaban y leían en los informativos de la radio y en los periódicos
locales que se nutrían de las noticias monopolizadas por United Press y Associated
Press.
Las revistas para niños y jóvenes, las historietas, los baratos libros de bolsillo, la
popular Selecciones y decenas de publicaciones más, se encargaban de alimentar los
sentimientos anti Mau Mau. Años después, movidos por la curiosidad de ese
enemigo de la humanidad de pronto desaparecido, recurrieron al diccionario. ¿En
qué lugar infernal del planeta habitaron y qué pasó con los Mau Mau? Increíble:
hasta el diccionario coincidía sospechosamente con las versiones de los demás
medios informativos. El diccionario enciclopédico Quillet, edición de 1973, define a
los Mau Mau de la siguiente manera: “Secta terrorista antiblanca surgida entre las
tribus de negros kikuyos que habitaban las fértiles mesetas de Kenya. Cuando los
ingleses se establecieron en la región decidieron que ningún africano o hindú podría
trabajar en ellas, y asignaron a los indígenas zonas, delimitadas. El movimiento Mau
Mau tuvo como objeto expulsar a los blancos y recuperar tos territorios perdidos; lo
encabezó Jomo Keri- yatta, africano educado en Inglaterra, de tendencia comunista.
Los kikuyos Mau Mau atacaban por sorpresa, y sus víctimas se contaron por
centenares entre 1950 y 1956. A partir de 1953 se intensificó la reacción británica,
y los Mau Mau buscaron refugio en las zonas boscosas. Desde 1957 se levantaron
algunas medidas represivas de emergencia, pero la pacificación del país no se ha
cumplido todavía.” De haberse iniciado recién en este tiempo la lucha por la
emancipación de América Latina,
¿cómo hubieran informado al mundo las
agendas, el cine, los diccionarios y todos los Instrumentos propagandísticos, sobre
Túpac Amaru, San Martín, Bolívar o Sucre? ¿Quiénes hubieran sido los héroes de las
batallas de Chacabuco, Maipú, Junín o Ayacucho? ¿Los nobles españoles que no
podían “pacificar" a los “indios salvajes antiblancos"?
Hay una generación convencida de esa grotesca mentira y hasta hoy ignora que los
Mau Mau fueron patriotas que, como los latinoamericanos durante la dominación
española, lucharon por su independencia nacional. El territorio de los Mau Mau fue
usurpado por la Gran Bretaña después de parcelar y distribuirse Africa con
Alemania, Francia y Bélgica el siglo pasado. Si la lucha por la independencia nacional
de la actual República de Kenya fue en verdad cruenta, es porque la colonialista
Inglaterra instauró allí el Apartheid, y consumó uno de sus acostumbrados
genocidios de la época. La nobleza inglesa practicó tiro al blanco sobre estos nativos,
como recogió Giacopetti en su serie fílmica Perro Mundo.
La misma técnica desinformativa ha impregnado a media humanidad un rechazo
casi instintivo contra los movimientos de liberación nacional. A pueblos como los
latinoamericanos que sufrieron colonización hasta el siglo pasado y honran a sus
libertadores como a Bolívar y a San Martín, los han inducido a rechazar y a
convertirse en enemigos gratuitos de otros pueblos que han emprendido el camino
que relativamente hace poco ellos mismos recorrieron.
Han hecho reconocer como a héroes de la batalla de Dien Bien Fu al colonialista
general francés derrotado De Castries y a su enfermera sobreviviente, el “Angel de
Dien Bien Fu", y como bandidos a tos patriotas vietnamitas que finalmente
expulsaron de su suelo al usurpador colonial. Más intensa, intencional y descarada
fue la mentira diaria que dosificaron al mundo durante la guerra de ese heroico
pueblo contra tos Estados Unidos. Aún hoy, casi 15 años después de su humillante
derrota, el cine, la televisión yios comics norteamericanos, continúan calumniando
y denigrando al pueblo vietnamita. Si hubieran sido reales las cifras de bajas
vietnamitas que publicaban en el mundo las agencias transnacionales de noticias,
dos años antes de finalizada la contienda, Viet Nam debió haber quedado sin
habitantes con aptitud para manejar un fusil.
Después de que' tos Mau Mau desaparecieron de las primeras páginas como si se
hubieran evaporado de la tierra, surgieron nuevos
147
malos: los coreanos que, a su vez serían sustituidos por otros peores: los "vietcongs*.
Sucesivamente ensenarían a odiar a rusos, chinos, a los barbudos cubanos, a libios,
palestinos, iraníes, angolanos, mo- zambicanos, camboyanos, laosianos,
nicaragüenses, granadinos, etc. Parece que los malos son interminables. Brotan por
doquier. Cada vez aparecen más países perversos sobre el planeta. Los únicos
buenos, los que se preocupan de salvar a todos los demás, tos que se han convertido
-sin pedirle permiso a nadie- en sus ángeles salvadores, en “los jóvenes de la
película" son siempre, invariablemente, los norteamericanos, “los guardianes de la
libertad”. El arma clave para este engaño universal es la mentira difundida en todas
direcciones y ahora desde el cosmos.
Los adolescentes de la década del sesenta, leían las historietas en boga y formaban
grupos invencibles que se llamaban así mismos los halcones negros, inspirados en
una serie popular del mismo nombre, dedicada a limpiar el mundo de comunistas
con pistolas más rápidas que las del oeste norteamericano. Después mostrarían
armas nuevas con rayos exterminadores. De esa manera, en el odio a rusos, chinos
o cubanos, fueron impregnando la conciencia de los niños con una dosis creciente
de violencia. La muerte no es mala cuando mueren los enemigos. De manera que -
aunque sólo sea en ficción- pueden entretenerse matando.
Desde el siglo pasado, en América Latina, antes, durante y después de cada
intervención y ocupación militar norteamericana, la mentira justificatoria ha sido
distribuida y consumida con exclusividad por los demás pueblos del continente. La
mentira se convirtió en un negocio rentable con la invención del periodismo
amarillo. Su creador, William Randolph Hearst, envió en una oportunidad al
fotógrafo Frederic Remington a Cuba con la misión de tomar fotografías para él
Inventar la guerra1.
La desinformación es antigua. En política es tradicional engañar al enemigo, al
competidor y hasta al amigo, para el cumplimiento de fines previstos. Hacer conocer
al contrincante que se va atacar por un flanco cuando en realidad el ataque será por
el otro, en las guerras convencionales, se conoce con el nombre de maniobras
diversionis- tas, que son, en el fondo, maniobras de desinformación. El incendio de
la cancillería en Berlín, el proceso judicial y las noticias que se proporcionaron a los
propios alemanes y al mundo, son ejemplos típicos
ÉÜ
de desinformación. Su objetivo era (legalizar y liquidar a los comunistas. La
desinformación de la Radio Berlín fue el pan de cada día, desde los momentos de
expansión victoriosa del nazismo hasta su derrota final. En el instante en que Hitler
se suicidó, todavía la triunfalista emisora nazi anunciaba el arribo de imaginarias
tropas salvadoras.
Hoy vivimos la etapa de la desinformación a la americana, mucho más sofisticada,
científica y con auditorios ilimitados. Su sustento, sin embargo, sigue siendo el
falseamiento o la invención de acontecimientos. La desinformación es
esencialmente mentirosa y, como tal, inmoral y atentatoria contra la dignidad
humana. Los métodos de desinformación, utilizados normalmente por las agencias
transnacionales de noticias y por la prensa diaria, fueron sistematizados por el
“escritor uruguayo Mario Benedetti y presentados como ponencia, con el título de
Maniobras y mecanismos de desinformación en el Congreso de Intelectuales de La
Habana en 1986. Por su carácter sintético y pedagógico se reproduce la parte
correspondiente de su ponencia: “Existe una amplia serie de variantes
desinformativas, a saber:
Informarlo contrario de lo acaecido. Este matiz es tan burdo que 'hoy casi no se usa,
al menos en los periódicos de las grandes ciudades, pues se corre el riesgo de quedar
en ridículo si otro órgano de prensa -no necesariamente más honesto, sino más sutil
o más hábil- pone en evidencia del público la inexactitud.
Informar sólo una parte de lo sucedido. Desde el pu nto de vista de la voluntad
desinformadora, tiene la ventaja de que lo descrito ha ocurrido efectivamente y el
lector no tiene por qué saber que la porción omitida podría dar a la noticia un
significado exactamente opuesto al que se desprende de la parte publicada.
Suprimir una parte importante de una cita, de modo que lo transcrito sugiera algo
sustancialmente distinto a lo que ha expresado el personaje de marras. Ello tiene,
desde el punto de vista de la desinformación, la ventaja de que, si aparece un
contradictor, el error puede ser explicado como una simple errata.
Aislar una cita de su contexto. La cita puede ser textual, y sin éfhbargo adquirir, en
su aislamiento, un significado totalmente distinto.
Distorsionar un hecho acaecido, manteniendo una parte de verdad. De ese modo
puede parecer verosímil la inexactitud que propone el resto de la noticia.
T ítulo inexacto o tendencioso para una noticia verazmente descrita. Existe un buen
número de lectores que recorren las páginas de un diario leyendo tan sólo los
titulares. El autor de la maniobra cuenta con ese hábito para venderle al lector la
deformación de una noticia.
Uso tendencioso y descalificador del adjetivo o las comillas. Si a úna noticia
absolutamente veraz pero que contradice la versión oficial de las transnacionales,
se le agrega simplemente la palabra supuesto (el supuesto responsable del
incidente, la supuesta víctima, etc.) la noticia puede cambiar de sentido y de paso
descalificar a quienes la han introducido en el mudable mercado de la información.
Por otra parte, las comillas oportunamente agregadas en un titular, pueden sembrar
la confusión o deteriorar una actitud. Un ejemplo: cuando el puerto nicaragüense de
Corin- to fue bombardeado por los contras, un periódico madrileño informó que la
delegación nicaragüense en Naciones Unidas denunciaría la agresión. La noticia
estaba fielmente descrita pero la palabra agresión figuraba entre comillas. Esas
simples comillas le trasmitían al lector una serie de comentarios sublimi nales, que
podían resumirse así: ‘Estos nicas siempre denunciando agresiones o
inventándolas’.
Simulación de estilo objetivo. Como es notorio, existe un estilo 'periodístico objetivo,
empleado -y por lo común exigido a los periodistas de la prensa llamada seria- no
sólo como un síntoma de coherencia informativa sino también como una garantía
de veracidad. Pue'* bien, el estilo objetivo también puede ser simulado a fin de dar
una apariencia de decoro a la más engañosa de las informaciones.
I. Desequilibrar los datos con determinada intención política. Es frecuente que
cuando los diarios no tienen más remedio que transcribir una noticia que puede
desprestigiar, digamos, a los Estados Unidos, traigan a colación otra noticia, que
puede no venir a cuento, pero que desprestigia al otro bando. Digamos: cuando
Estados Unidos invade Granada debe el periodista buscar la manera de mencionar
asimismo la presencia soviética en Afganistán. Merced a este expediente, que a
primera vista puede parecer ingenuo, la propaganda norteamericana ha conseguido
que Afganistán siga siendo hoy una noticia de primer rango, en
150
tanto que Granada, todavía ocupada por las tropas norteamericanas, ha sido
olvidada. Y esto para no mencionar a Guantánamo, ocupada por los Estados Unidos
desde hace más de 80 años, oprobio al que nadie, salvo los cubanos, hacen
referencia, j. Borrar -o por lo menos empañar- la historia. Es decir, quitar de la
historia aquellos hechos que pueden presentar uría imagen cruel de tos Estados
Unidos. A veces la manipulación nb ocurre directamente en la prensa, sino en las
repercusiones que ésta genera. El 6 de agosto de 1985 se cumplieron 40 años del
ataque atómico a Hiroshima. En tal ocasión el actual alcalde de esa ciudad pronunció
un discurso muy emotivo en el que recordó la tragedia de tos sobrevivientes y abogó
por la paz; en cambio, no mencionó ni una sola vez a los Estados Unidos, ni siquiera
a íruman, autor intelectual del genocidio. ¿Será que Hiroshima se puso
inadvertidamente debajo de una bomba de autor anónimo? En ese contexto no
resulta sorprendente un hecho que limita con el absurdo: semanas antes de ese
aniversario, se llevó a cabo una encuesta entre tos escolares japoneses. La pregunta
era: ‘¿Quién arrojó la bomba atómica sobre Hiroshima?’. La gran mayoría de los
niños respondió: ‘Los rusos’, k. Editorializar con los títulos. A veces el texto de la
noticia es de ' estilo objetivo pero el título puede brindar un juicio político sobre la
misma. A mediados de 1985 se llevaron a cabo en Europa varias reuniones
deportivas con el soto fin de establecer nuevas marcas mundiales. El periódico suizo
Le Journal de Ginebra, que venía anunciando con grandes titulares tos nombres de
quienes iban obteniendo nuevos records, cuando el recordman fue un soviético
simplemente tituló: ‘Un hombre saltó 2.40’".
Hay una desinfcrmación explotada por el periodismo amarillo, sin más objetivos que
la venta del periódico o la mayor sintonía de la emisora: “piensen un buen titular
que yo fabrico la noticiaMue el lema de Hearst. Con ejemplos podrían llenarse
bibliotecas. Pero este tipo de desinformación, al fin y al cabo, puede considerarse
benigna, inocua e inofensiva comparada con aquella que cumple objetivos tácticos y
estratégicos en política y geopolítica. El arma principal de la guerra fría a partir de
la década de los años 50 se sustenta en la des
151
información. El senador Me Carthy y el terror psicológico que creó en su propio país
y en el exterior se nutrió de la tergiversación y de la mentira. Es decir de la
desinformación.
La propaganda forma parte de la información. En realidad no hay propaganda -a
favor o en contra- sin información. El sesgo que se da a una noticia lleva implícita la
propaganda, favorable o adversa. La información objetiva -de la que el periodismo
norteamericano se consideraba su mejor cultor- no ha existido nunca y no la habrá
jamás mientras sean seres humanos los que vean un acontecimiento y luego to
transcriban para conocimiento público. Puede haber honestidad pero difícilmente
se logrará una especie de objétlvídad químicamente pura. La objetividad al cien por
ciento es como esas experiencias que requieren realizarse en laboratorio y al vacío.
El periodista que lo logre deberá estar desprejuiciado, desconceptualizado y
despersona- R2adó. No ser políticamente de izquierda, centro o derecha, ni de los
matices intermedios. Ni religioso nj antireligioso y ser incapaz de simpatizar con
ninguna causa ni con algún protagonista. Un hombre neutro por sus cuatro costados.
La película japonesa Rashomon mostró cuatro versiones diferentes sobre un mismo
crimen, incluyendo la declaración por medio del espiritismo, de la propia víctima.
Al_ periodista o en general al comunicador social no hay que exigirle, en
consecuencia, que sea objetivo sino que sea fundamentalmente honesto. La
propaganda política basada hoy en las técnicas de la publicidad comercial ha
devenido deshonesta. La desinformación es la práctica de la mentira deliberada. El
habitante de la Tierra se entera de los acontecimientos por el periódico, la radio o la
televisión. Si todos estos medios coinciden exactamente en tos mensajes, los asume
a plenitud, como verdad absoluta, sin preocuparse mayormente en reflexiones. La
falta de información alternativa, convierte a la suya en catecismo.
Las noticias preparadas sobre hechos no realizados y divulgados al mundo como
acontecimientos reales, nunca han sido inofensivas. En 1964, las agencias
transnacionales UPI y AP distribuyeron a todas las redacciones de la Tierra la
noticiado un ataque de la marinado Viet Nam del Norte a un destructor
norteamericano en el Golfo de Tonkín. La “reacción” norteamericana fue su
inmediata incursión militar y el
152
¡nido de la guerra no declarada a Viet Nam. Sin embargo, el incidente del Golfo de
Tonkfn jamás se produjo salvo en la imaginación de los expertos del Pentágono y del
gobierno de Estados Unidos, que habían decidido invadir a un país tan distante
donde el mañana de América del Norte es el hoy del Sudeste Asiático. No fue inédito
el procedimiento para los agresores. El siglo pasado, para declarar la guerra a
España en territorio cubano, se utilizó como pretexto el incidente del Maine. Sólo
que esa vez la noticia no fue totalmente inventada. Los propios marinos
norteamericanos hicieron explotar el barco y para darle verosimilitud de un
atentado dejaron dentro parte de la tripulación integrada por negros.
La desinformación es arma esencial de la guerra psicológica, generalmente
empleada para ablandar a la opinión pública i nternacio- 'nalqúe justifique o por lo
menos se explique la razón de la intervención mijjtgLr. Es también antiguo el
conocimiento que la propaganda precede a los'ejércitos. Así sucede siempre en
América Latina. United Press y Associated Press, con la complicidad de medios de
información locales en el continente, convencieron a los latinoamericanos de la
presencia de submarinos soviéticos en República Dominicana y del desembarco de
tropas rusas -tanques incluidos- en las calles coloniales de Santo Domingo en abril
de1965.Como “América es para los americanos", los del norte estaban obligados a
salvarlos de la invasión extracontinental. Por supuesto que tanques y tropas rusas
sólo desembarcaron en la imaginación de los estrategas de la Casa Blanca para
justificar su intervención militar.
Con desinformaciones semejantes prepararon y justificaron sus asaltos militares a
Guatemala, Cuba, Nicaragua y en esta década a la pequeña Granada. Con esa técnica
basada en la mentira han intervenido y desestabilizado al gobierno de Mossadeg en
Irán; de Sukamo en Indonesia y, en Pakistán han impuesto al general Zia. La
desinformación precedió a sus intervenciones directas o por interpósitos cómplices
internacionales en Oriente Medio y en el Africa Sud Occidental. El derrocamiento de
Salvador Allende fue obra de la desinformación desde dentro y desde fuera de Chile,
organizada, dirigida e íntegramente financiada por Estados Unidos.
Por obra de la desinformación los habitantes del Tercer Mundo se nutren, desde
hace tiempo, de noticias inventadas, tergiversadas o simplemente redactadas desde
la óptica del dominador, al extremo
que están habituados a su recepción y sin darse cuenta las asimilan, sin dudas ni
reservas. Una especie de mansedumbre para creerlo todo, como si la pereza mental
se hubiera generalizado. Este letargo, semejante a la hipnosis masiva de la que su
primera víctima es la pequeña burguesía -la clase media es la carne de cañón de la
burguesía-, es síntoma inequívoco que se está viviendo ya la tercera colonización.
Los grandes engaños de los últimos tiempos
.Un años recientes, la desinformación ha sobrepasado los límites del escándalo. Las
noticias que se difunden al mundo se convierten en casos para seguirlos hasta
saturar a la opinión pública o simplemente se congelan en una publicación, no por
el interés humano o informativo que tengan en sí mismas, sino de acuerdo a los
intereses políticos del gobierno y de las clases dominantes de Estados Unidos. Hay
dos medidas para calificar acontecimientos similares. Para los fines del manejo
noticioso no es lo mismo un choque de trenes en Alemania Federal que otro en
Alemania Democrática. La versión sobre el accidente en este último país, por ser
socialista, tiene que incidir en factores como cansancio de los maquinistas, mala
conservación de rieles o simplemente en atraso tecnológico. Igual sucede con los
accidentes aéreos. Las dictaduras no siempre son malas. Las agendas
transnacionales nunca se ocuparon de Nicaragua cuando gobernaba Somoza que
llegó a establecer la industria exportadora Plasmoféresisque consistía en comprar
sangre humana para utilizar el plasma y enviarlo a los Estados Unidos. Paraguay con
Stroessner, Chile con Pinochet, Turquía con pena de muerte para periodistas y
políticos opositores o Sudáfrica con racismo, apartheid y ‘democráticos
linchamientos de negros" nunca han sido temas favoritos de UPI o ap. Los asesinatos
no son repudiables en la misma medida. Hay estadísticas al respecto:
En octubre de 1984 fue secuestrado y asesinado en Polonia el sacerdote Jerzy
Popieluszko por agentes de la policía de ese país. La cobertura Informativa fue la
más amplia, la máxima que podían
154
desarrollar las agendas de notidas. Las transnadonales UPI y AP reforzaron su
corresponsalía en Varsovla con redactores estrella. Los medios de comunicadón
norteamericanos explotaron el crimen a tal extremo que difídlmente podía
encontrarse a un ciudadano que no estuviera enterado del trágico final del padre
Popieluszko y convencido de la responsabilidad del gobierno polaco.
El 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba misa en la capilla de un hospital, fue
asesinado a balazos el arzobispo de El Salvador, monseñor Oscar Romero, la máxima
autoridad eclesiástica de su país. El crimen se produjo en presencia de su
congregación. Después se comprobaría que el homicidio fue dirigido por el mayor
D’Aubuis- son, líder militar derechista y hombre fuerte del gobierno del presidente
Cristiani, que ocupó la presidencia de la Asamblea Legislativa.
El 2 de didembre de 1980, cuatro religiosas norteamericanas fueron secuestradas
por la Guardia Nacional en El Salvador a la salida del aeropuerto. Al día siguiente se
descubrieron semi enterrados sus cadáveres. Habían sido violadas y torturadas. A la
más joven -la misionera Dorothy Kazen Donovan, de 27 años- le habían desfigurado
el rostro hasta hacerla irreconocible.
En Guatemala, entre enero de 1980 y febrero de 1985, fueron asesinados 2¿
sacerdotes. En América Latina, entre 1964 y 1978, fueron victimados 72 religiosos.
A ninguno de estos crímenes se les dedicó tanto tismpo y espado en los medios de
comunicación como al sacerdote polaco.
El estudio comparativo de estos casos, con grabaciones de informativos de radio,
televisión y recortes periodísticos, fue realizado por grupos de trabajo en el Instituto
de Tecnología de Massachusetts, bajo la dirección del profesor Noam Chomsky y en
la Universidad de Pensilvania por el profesor Eward S. Hermán. Veamos, sobre los
casos descritos, el comportamiento informativo de uno de los periódicos más
prestigiosos de Estados Unidos, The New York Times.
Al sacerdote polaco le dedicó 3 editoriales y 78 artículos, 30 de ellos en primera
página. Al asesinato de monseñor Romero, ninguna nota editorial. 26 artículos
informativos y sólo 3 en primera página. El público norteamericano no se enteró del
multitudinario entierro del arzobispo. Para ese día -el cuarto después del crimen- el
homicidio del más alto dignatario de la Iglesia salvadoreña había dejado de ser
noticia.
155
La muerte por mano ajena de los 72 curas latinoamericanos mereció, en total, 26
notas informativas, ninguna en primera página; ninguna nota editorial.
A los 23 religiosos muertos en Guatemala, únicamente se dedicó 15 suettos
informativos, ninguno en primera página. Ningún editorial.
El secuestro, la violación, la tortura y el asesinato de las cuatro religiosas,
compatriotas del famoso periódico, no fueron tan conmovedores como la del cura
polaco. No le dedicaron ni una sola nota editorial. Sólo 26 notas informativas, 24 de
ellas en páginas interiores.
Son obvias las razones de interés político para un tratamiento tan desequilibrado,
contrario a todas las lecciones que sobre calificación de noticias enseñan en las
facultades de periodismo de sus universidades y en sus textos con los que se han
formado periodistas en todo el continente. Se debe tener en cuenta, además, que los
crímenes de El Salvador se produjeron estando en el gobierno de Estados Unidos el
presidente Cárter que había hecho de los derechos humanos una bandera de
propaganda. Unacampaña informativa sobre el asesinato de Monseñor Romero,
semejante a la que se hizo con el sacerdote polaco, hubiera dificultado la ayuda
política, económica y militar al gobierno salvadoreño y frustrado la carrera política
de su aliado, el ultra derechista militar D’Aubuisson.
El imperio del mal
La pista búlgara -para comprometer a los países socialistas-en el atentado contra la
vida del Papa Juan Pablo n el 31 de mayo de 1981 ha sido una muestra típica de
desinformación. El “complot búlgaro" ¿no acaparó acaso el tiempo de los
informativos de la televisión y los titulares de primera página de la prensa mundial?
A pesar de existir la convicción de que el atacante turco Mehmet Alí Agca era
miembro de una organización criminal de extrema derecha llamada Lobos Grises, se
inventó su conexión con ciudadanos búlgaros, uno de ellos funcionario de la
compañía de aviación de su país, quien permaneció preso hasta que finalizó el
proceso que lo declaró libre de toda sospecha después de varios años de carcelería.
Su liberación pasó desapercibida en las noticias que abundaron antes y durante el
juicio.
Un atentado contra el Papa es una herejía que conmociona e indigna a toda la
humanidad y, con mayor razón a los creyentes católicos, para quienes el Pontífice es
el representante de Dios sobre la Tierra. El perpetrado por Alí Agca -un enfermo
mental que llegó a considerarse Dios- no podía dejar de ser aprovechado por el
gobierno norteamericano para, mediante una intensa campaña de desinformación,
orientar el sentimiento del mundo católico contra los países socialistas. Se
prepararon los planes de campaña. Se encargó su aplicación a la periodista
norteamericana Clare Sterling. En el proyecto se estableció que la primera noticia
debería ser publicada en cualquier periódico italiano para ser citado luego como
fuente de las informaciones internacionales. El periódico elegido fue Jornale Novó,
publicación reaccionaria desprestigiada por sus vinculaciones con los sen/icios
secretos italianos, que a su vez estaban relacionados con sus homólogos
norteamericanos. Jornale Novo fue el primero en publicar la conexión búlgara en el
atentado al Papa, bajo la firma de un practicante de periodismo llamado Michael
Ledin. De allí la informa.- ción pasó a las agencias transnacionales de noticias, a las
cadenas de televisión y a la vía satélite convertida ya en el complot comunista para
asesinar a su Santidad.
Se llegaron a “descubrir” fotografías de búlgaros en la Plaza de San Pedro. Uno de
esos “búlgaros” fue identificado después como el sacerdote italiano Guido Sarducci.
La pista falsa fue explotada hasta la finalización del proceso judicial, en el que se
estableció que con promesas de liberación se había conseguido la confesión de Alí
Agca. No hubo medio de comunicación que no dedicara sus espacios preferenciales
al caso. La periodista Sterling se explayó en las páginas de Selecciones del fíeader's
Digest y terminó escribiendo un libro, La red del terrorismo, impreso a bajísimo
precio como libro de bolsillo y distribuido mundialmente. El fallo judicial que
absolvió a los búlgaros fue ubicado casi perdido en las páginas interiores de los
grandes diarios y una mención rápida en los informativos nocturnos de la televisión.
Uno de los pocos periódicos norteamericanos que puso en duda la seriedad de las
informaciones propaladas en el mundo fue el San Francisco Bay Guardian pues
demostró que todos los datos fueron tergiversados por la Sterling y Ledin. En el
Boletín Informativo de
Operaciones Secretas (Covert Action Information) correspondiente a
1985, se puso al descubierto toda la tramoya. Fue una buena tarea para arrojar a la
gente contra el "imperio del diablo’’.
El asesinato, un simple error
La tragedia del avión comercial coreano derribado en la Unión Soviética en 1983
sirvió también para una campaña propagandística en la que la desinformación
estaba destinada a demostrar que se disparó a sabiendas de que morirían 269
pasajeros. La televisión llevó a los hogares de medio mundo las escenas de dolor
inconsolable y natural, en interminables transmisiones desde las casas de los
parientes de las víctimas. La humanidad fue impactada contra la “crueldad rusa” que
beneficiaba, en esos momentos como propaganda, a la reelección del presidente
Reagan. Por lo menos en América Latina no se leyó ni escuchó la versión soviética.
Sólo las informaciones debidamente maquilladas por las agencias transnacionales.
La campaña hubiera continuado indefinidamente, de no haber derribado la marina
norteamericana otro avión comercial, también con centenares de pasajeros, esta vez
iraníes, y no en el espacio soberano de Estados Unidos, sino sobre el propio golfo
Pérsico.
El investigador de comunicaciones sociales, Peter Sainath, de la India, realizó un
minucioso estudio comparativo de la información «distribuida por los medios
transnacionales sobre estas dos tragedias aéreas. La primera-el derribamiento, el 1o
de setiembre de 1983, del avión coreano KAL 007-fue presentado al mundo como
“una indeleble lección sobre la táctica y las prioridades de un Estado policiaco”,
como un
“asesinato cometido a sangre fría”, “horrible... bárbaro... cruel... insensible...
escandaloso”. El Time lo calificó de “un crimen contra la humanidad, una violación
de las reglas fundamentales de la aviación, de las que todas las naciones del mundo”.
La información estuvo ilustrada con el dolor y el llanto de los padres, esposas e hijos
de las 269 víctimas coreanas. La campaña duró, con altibajos, de 1983 hasta el 3 de
julio de 1988. Ese día, desde la cubierta del USS Vincennes, integrante de la flota
naval norteamericana, se disparó y derribó al Airbus de la Irán Air, vuelo 655, con
298 pasajeros a bordo -30 personas más que en el avión coreano- sin dejar ningún
sobreviviente.
158
Mientras el primer caso fue titulado como "asesinato en el aire", del segundo se
informó como "un acto de legítima defensa por un error". No se entrevistó ni
fotografió a ninguno de los familiares de las 298 víctimas. Parece que todos eran
huérfanos y no tenían parientes. Si alguna escena distribuyó la televisión, fue la del
almirante Crowe, presidente del Estado Mayor, felicitando con palmadas en la
espalda a los bravos marineros del USS Vincennes, por haber actuado de acuerdo a
un correcto juicio, en un acto de autodefensa. “Los oficiales de la nave actuaron de
un modo que correspondía plenamente a la situación". Esto último se lee en el
Newsweek, que sobre el primer caso sostuvo que "cada uno de los rusos
participantes en la acción se comportó exactamente de acuerdo al esquema que en
él habría programado la psicología política rusa”.
Las dos tragedias aéreas provocadas por certeros disparos de cohetes, son casos
aparentemente iguales. Sin embargo, entre ambos hay diferencias sustanciales. En
primer lugar, el avión coreano KAL 007 fue derribado fuera de su ruta comercial del
que se había desviado 500 kilómetros sobre territorio soviético considerado zona
militar, poco después de la media noche. El avión iraní fue destruido cuando volaba
sobre el Golfo Pérsico, bajo el cielo soberano de Irán y dentro de un corredor aéreo
para líneas comerciales. Los proyectiles o cohetes que lo impactaron no fueron
disparados en la oscuridad de la media noche sino a las 10.30 de la mañana, con día
claro y sin problemas de visibilidad. ¿Qué soberanía estaba protegiendo la flota
norteamericana a decenas de miles de distancia de sus fronteras? Sin embargo, los
habitantes del Tercer Mundo apenas si se enteraron de ese “acto de autodefensa”.
Ambos casos constituyen tragedias que han enlutado más de 500 hogares de otros
tantos pasajeros inocentes. Pero ladesiníormación convierte al primero en un
crimen premeditado y lo promueve indefinidamente, mientras el segundo no es un
crimen, sino un orror, un acto de defensa legítima que por no tener valor informativo
se lo silenció a las 24 horas.
Rambo contra la Revolución Verde
La más reciente muestra de cinismo en la desinformación, que provocó muertes, fue
la Iniciada en los últimos meses del gobierno de
159
Ronald Reagan contra Libia y su gobernante Muammar al-Gaddafi, señalado en esa
campaña como bandido internacional, bajo la acusación de estar preparando la
bomba atómica de los pobres, es decir, armas químicas. Cinco meses
ininterrumpidos estuvieron dedicados, por todos los medios y en todo el mundo, a
demostrar el peligro que corría la humanidad por los “preparativos libios para
envenenar el aire”. Se ilustró a la opinión pública sobre una variedad terrorífica de
armas letales invisibles, junto a los cuales el famoso gas mostaza es una inhalación
inocua. La gente -los norteamericanos sobre todo- empezaron a temer y hasta a
tener pesadillas con el Tabun, un gas neurotóxico que una vez aspirado, aún en
pequeñas cantidades, provoca convulsiones, vómitos y una especie de hemorragia
púrpura -la sangre fluye por todos los poros - que lleva irremediablemente a la
muerte.
Como en los casos anteriores, Jiay documentación probatoria sobre la
incondicionalidad de las agencias transnacionales de noticias para cumplir las
órdenes del gobierno de Estados Unidos. La guerra psicológica contra Libia estuvo
encomendada al almirante John Pointdexter, dirigente del Consejo de Seguridad
Nacional de Estados Unidos en la administración Reagan, de acuerdo a lo afirmado
por el corresponsal de The Washington Post, Bob Woodward -el mismo del caso
Watergate- en un artículo recordatorio de la obra de Pointdexter.
Cuando la opinión pública mundial -y especialmente la norte- americana- estuvo
debidamente “amasada”, el 4 de enero de 1989, aviones F-14 de la Marina de Guerra
norteamericana incursiona- ron sobre Libia produciéndose un duelo aéreo con Mig
23 libios. Dos aviones libios fueron derribados sin dejar sobrevivientes. El combate
aéreo llamado episodio Top Gun- fue celebrado por los medios de comunicación, con
la debida gratitud al gobieno norteamericano, por haber impuesto como juez
supremo que aplica la justicia por su cuenta, el respeto al derecho internacional
sobre las armas químicas.
La campaña de manipulación y el Top Gun fueron calculados fríamente, con medio
año de anticipación, porque una semana después del incidente se celebraría en
París, con asistencia de representantes de 150 países, la Conferencia Mundial sobre
Armas Químicas. Allí, Estados Unidos se presentaría como el celoso guardían no sólo
de la libertad, sino también del derecho Internacional y de la salud y
la vida de la humanidad, amenazada esta vez por gases tóxicos que el coronel
Gaddafi estaba fabricando para fumigar el Hemisferio Norte y de pasada a Israel. Con
ese pretexto, y de no haber sido por la intercepción de los jets libios, los
norteamericanos hubieran pulverizado la planta de gas de Rapta que, como es
sabido, nada tiene que ver con tóxicos ni venenos, porque allí se realiza el
tratamiento industrial de hidrocarburos extraídos junto con el petróleo del subsuelo
de ese país. El plan era repetir la hazaña de prepotencia y piratería internacional
realizada por la aviación judía, siete años antes, que destruyó una planta nuclear en
territorio iraquí.
Después del Top Gun, sin embargo, los medios informativos no se han vuelto a
ocupar de la amenaza libia, como si los pilotos fallecidos se hubieran llevado a la
tumba la fábrica de Tabun. Ningún periódico de Europa y el Tercer Mundo se atrevió
a desenmascarar al gobierno norteamericano por las dos mentiras evidentes sobre
las que se sustentó casi medio año de desinformación que desembocaron en el Top
Gun. La primera mentira consistió en la actitud de Estados Unidos contraria a la
fabricación de armas químicas. La segunda, la violación de Libia al acuerdo
internacional suscrito en Ginebra en 1925.
Mientras el gobierno norteamericano se rasgaba las vestiduras y alarmaba al mundo
porque los libios preparaban la bomba atómica de los pobres, el presidente Reagan,
auténtico diablo predicador, desde hacía tres años había dispuesto la fabricación de
armas químicas en su país. Precisamente la misma semana que comenzó la nueva
campaña contra Gaddafi, Reagan envió al Congreso un proyecto destinado a
incrementar el presupuesto de su arsenal químico, para que el ejército
norteamericano pudiera concluir la producción iniciada un año antes de una nueva
generación de proyectiles químico binarios de 155 mm y la bomba Bigeye adaptable
a una ojiva de cohetes múltiples.
El gobierno que asustaba a su pueblo y a la humanidad con el crimen libio de fabricar
armas químicas había elevado los gastos norteamericanos, con iguales propósitos,
de 37 millones de dólares en 1981 a 271 millones en I988, con lo cual, como escribió
el comentarista norteamericano Robert Cooke en el Newsday del 6 de enero de
1989, “Estados Unidos encabeza la producción de armas químicas en el mundo, ...es
líder en la investigación y desarrollo de esos gases, para lo cual entre 1980 y 1987
había dedicado 1,150
161
millones de dólares". ¿Cuantos de los centenares o miles de millones de habitantes
de la
Tierra tienen oportunidad de enterarse que todo lo ' que vieron, leyeron, escucharon
y creyeron no era sino una farsa?
La segunda mentira se refiere al derecho internacional. No existe ningún convenio o
tratado internacional que prohíba la fabricación de armas químicas. Existe sí, el
Protocolo de Ginebra de 1925, sobre la guerra química, firmado y ratificado por la
casi totalidad de países del mundo, que proscribe la utilización de esas armas. Hay
pues una diferencia entre la fabricación y el uso. La prueba que su elaboración está
permitida es que Estados Unidos -que recién en 1975 ratificó el Protocolo- se ha
convertido en el primer productor de esos venenos masivos. No existió, en
consecuencia, pretexto o justificación legal, para que el país juez dictara y aplicara
sentencia.
La acción de Estados Unidos carecía de sustento jurídico y moral, puesto que esa
misma potencia estaba haciendo en gran escala lo que condenaba que otro hiciera.
Por lo demás, las características de las instalaciones y el tipo de productos químicos
que Libia fabricaba eran perfectamente conocidos por el gobierno de Reagan, debido
a que la tecnología y el asesoramiento de dicha planta estaba a cargo de la República
Federal Alemana, el más importante socio de Estados Unidos en la OTAN. No podría
alegarse ignorancia o desconocimiento del Protocolo de Ginebra. La campaña
desinformativa y el ataque aéreo lo hicieron con pleno convencimiento de que tanto
la ley como la ética se los impedía, porque por encima de todos esos principios está
la prepotencia de gran imperio.
El mismo día de la “victoria aérea” de Estados Unidos se puso en evidencia el cinismo
con el que se realizó la campaña difamatoria y desinformativa que concluyó con el
operativo Top Gun: el secretario de Estado, George Shultz, en conferencia de prensa,
fue interrogado por un redactor del Washington Post sobre los aspectos legales de
la operación. Shultz respondió: “no es ilegal construir una planta química, pero es
muy indeseable”.
No pasará mucho tiempo, para que el gobierno norteamericano inicie nuevas
campañas desinformativas contra Libia y su gobernante, porque no perdona que un
país del Hemisferio Sur inicie su desarrollo autónomo y autosostenido. La
Revolución Verde está convirtiendo a la República Yamahiriya Libia Arabe Popular
Socialista en uno de los pocos países árabes que cuando se agote el petróleo no
162
volverá al camello. Gaddafi no está derrochando el petróleo: lo está “sembrando”,
medíante la Industrialización y la conversión de sus desiertos en tierras productivas.
El imperio quisiera que Libia siga la ruta trazada desde Wáshington, y que transitan
los jeques que llevan sus petrodólares a la banca norteamericana.
La desinformación por el silencio
Tan despreciable como desnaturalizar una información es ocultarla. Cuando no hay
noticias sobre determinados países, las agen- jáas se encargan de inventarlas y
atribuirlas a fuentes generalmente bien informadas o a diplomáticos que pidieron
guardar su nombre en reserva; hay otros países que gozan de la protección del
silencio de las transnacionales. Los casos más flagrantes son los de Sudáfrica e Israel,
aliados estratégicos del imperio. Los celosos guardianes de la libertad de prensa, son
sordos, ciegos y mudos de lo que sucede en ésos cotos del racismo, la discriminación
racial, el apartheid y el sionismo.
Ni los “editores de diarios del mundo”, tal como se autotitula la Federación
Internacional de Editores de Periódicos, ni el Instituto Internacional de Prensa (ipi),
ni la Federación Internacional de Periodistas (fip), vigías del mantenimiento de la
libertad irrestricta, jamás se fian ocupado de la situación del periodismo en
Sudáfrica, donde los periodistas trabajan en un ambiente de “montaña rusa”, porque
un día están libres y tal vez por la noche detenidos por contravenir las ordenanzas
del gobierno. La opinión pública mundial tampoco está enterada de lo que allí
sucede, porque ap, upi, afp y fíeuíerforman un cuarteto que enmudece ante el
régimen de Pretoria. No han publicado ni la protesta de sus periodistas que integran
la Asociación de Corresponsales Extranjeros en ese país.
Para muchos lectores será una novedad enterarse, por ejemplo, que el gobierno de
la minoría blanca dictó drásticas ordenanzas a que aparecieron en el diario oficial
en Pretoria, el 11 de diciembre de 1986, en las cuales se estableció la relación de
noticias que no deben publicarse bajo ningún concepto y las que para difundirse
requieren
163
autorización previa del organismo gubernamental denominado Comité
interdepartamental de enlace con la prensa. Quien contravenga las ordenanzas, será
enjuiciado por el delito de declaración subversiva3.
Ekvirtud de las referidas ordenanzas está prohibido y constituye delito, “tomar
fotografías, hacer películas, grabaciones y dibujos de disturbios... o de
intervenciones de las fuerzas de seguridad”. Las masacres de las autoridades
blancas contra la población negra no pueden verlas ni en fotografía los demás
blancos. Es delito, igualmente, dar informaciones sobre “cualquier despliegue de las
fuerzas de seguridad o de vehículos, armamentos, pertrechos u otra clase de equipo,
cuyo objeto, para cualquier observador razonable, sea su utilización en actividades
de las fuerzas de seguridad”, así como publicar noticias acerca de reuniones
restringidas.
En Sudáfrica constituye declaración subversiva divulgar opiniones que “inciten o
alienten a la población a participar en actividad o conducta que constituya una
reunión restringida” o “que inciten o alienten a la población a oponer resistencia o
declarar su oposición a miembros del Gabinete o del Consejo de Ministros u otros
funcionarios del Estado o miembros de las fuerzas de seguridad”. Si en los periódicos
se anuncia la hora, la fecha, el lugar y la finalidad de una reunión restringida, se
incurre en delito. Del mismo modo, al difundir “todo discurso, declaración u
observación hechos por una persona que hubiere recibido una notificación judicial
en virtud de la Ley de Seguridad Interna o que hubiere recibido una orden de
confinamiento tras haber sido puesta en libertad después de estar detenida”;
“declaraciones que desacrediten o menoscaben el sistema de servicio militar
obligatorio”; o “declaraciones relativas al tratamiento dado a un detenido durante
su detención”. Igualmente “es ilegal informar de la puesta en libertad de una
persona”. Los periodistas extranjeros están prohibidos de asistir a manifestaciones
masivas de protesta o a funerales. En Sudáfrica está perseguida la importación de
libros, revistas o grabaciones que contengan declaraciones subversivas.
Desde luego que las prohibiciones y sanciones contempladas en el decreto del 11 de
diciembre de 1986, están dirigidas contra los ciudadanos que perteneciendo a la
minoritaria población blanca, están en desacuerdo con el racismo y el apartheid,
puesto que la mayoría de hijos de Dios, solamente porque son negros, carecen de
elemen
164
tales derechos jurídicos, políticos, sociales y humanos. La democracia en el régimen
de Pretoria sólo funciona para el 16% de la población blanca. El 84%, por ser negra,
está marginada de la sociedad.
A pesar de todo lo anterior, casi todas las noticias que circulan en el mundo sobre
los acontecimientos de Africa austral, proceden de Sudáfrica, en cuya capital están
acreditados los corresponsales de las transnacionales. Informaciones sobre Angola,
Mozambique, Lesotho, Suazilandia, Tanzania, Zambia, Botswana o Zimbabwe, pero
especialmente las referidas a la SWAPO de Namibia, se elaboran en Pretoria.
Debidamente tergiversadas y manipuladas son transmitidas a las sedes de las
transnacionales para su difusión mundial.
Nada de lo que realmente sucede se informa a la opinión pública mundial, porque
los dueños de las comunicaciones internacionales y sus respectivos gobiernos son
amigos y aliados del régimen racista de 'Sudáfrica. Por eso, por ejemplo, los
habitantes de la civilización occidental y cristiana desconocen la interminable
prisión del periodista Zwelakhe Sisulu, jefe de redacción del New Nation, la clausura
de publicaciones, el encarcelamiento y la persecusión de otros periodistas. A sus
amigos, el imperio los beneficia con la desinformación del silencio.
JVlodelos para la domesticación humana
La propia opinión pública norteamericana está tan desinformada que existen
amplios sectores de su población que temen una invasión directa de los sandinistas
a su poderoso país y del estallido de bombas atómicas secretamente colocadas por
orden del coronel Gaddafi en lugares estratégicos de Wáshington, Nueva York y
otras urbes de Estados Unidos.
JPerp_SQalospueblps latinoamericanos las mayores víctimas de la manipulación por
medio de noticias falseadas que facilitan la penetración y el dominio casi absoluto
por parte de Estados Unidos. Hay que tener en cuenta que el subcontinente tiene
una población aproximada de 45 millones de analfabetos, con un ausentismo
alarmante de escolaridad que alcanza al 80%, mientras que la radio y la televisión
prácticamente acaparan su base cultural con el 70% de audiencia. Es
165
pues un campo fértil para la dominación y el etnocidio. A este avasallamiento de
medios audiovisuales, se tiene que agregar los de la prensa escrita diada, controlada
por la Sociedad Interamericana de Prensa que uniforma los titulares de las primeras
páginas de los principales diarios de las capitales latinoamericanas y define sus
políticas informativas y editoriales.
La devastación cultural está casi completa en los países centroamericanos y del
Caribe. Con excepción de Cuba y Nicaragua, los demás pueblos están sometidos por
completo a la desinformación colonizadora, por un copamiento total de los medios
de comunicación locales. Un alto funcionario del Ministerio de Educación de
Barbados, en carta dirigida al diario de Miami El Nuevo Herald, ponía de manifiesto
su preocupación por los “serios problemas que se derivan de las transmisiones de
la televisión de Estados Unidos a los países latinoamericanos y caribeños,
convertidas en poderosa fuerza cultural que está dejando huellas en todas las
esferas de la vida... Es un proceso muy serio la pérdida de la cultura nacional".
Es impresionante revisar un día cualquiera, periódicos como El Comercio de Lima y
de Quito, La Prensa de Buenos Aires, de Panamá y de Managua, El Mercurio de Chile,
y todos los demás diarios afiliados a la SIP. Parecen dirigidos por una sola batuta que
orquesta las informaciones y las campañas manipulatorias en todo el continente. La
forma como se ha desinformado a América Latina y a la opinión pública mundial
sobre República Dominicana en 1965; sobre Cuba, desde 1959 hasta la fecha; contra
Chile, antes de la elección de Allende, durante P" gobierno y hasta su caída; contra
Nicaragua desde el ascenso del Frente Sandinista de Liberación; contra Perú durante
el gobierno del general Velasco Alvarado y también cuando el gobierno de Alan
García planteó la frustrada nacionalización de la banca; contra la Bolivia de Juan José
Torres o contra Granada gobernada por el partido de la Nueva Joya, superaría
fácilmente el número de páginas de este libro. Sobre cada una de esas experiencias
se han realizado estudios y publicado libros.
Eleazar Díaz Rangel, profesor universitario de Venezuela, en su libro Pueblos
subinformados recoge las noticias suministradas por ap y UPI y publicadas por los
principales diarios latinoamericanos desde la víspera de la invasión norteamericana
a República Dominicana. Ni una sola correspondía a la realidad. La mayoría de ellas
fueron in
166
ventadas y escritas en Wáshington y despachadas al mundo como si procedieran de
Santo Domingo. Con la guerra psicológica no se estaba engañando únicamente a la
opinión pública internacional sino at propio pueblo norteamericano para justificar
la criminal intervención. Descubierto el engaño, ninguna agencia transnacional lo
hizo conocer al mundo. Fue la prensa independiente norteamericana la que condenó
el procedimiento. El editorial del Washington Postóe\ 22 de junio de 1965 es
ilustrativo al respecto. Dice: “Una democracia queda mal servida cuando sus agentes
o funcionarios se comprometen deliberadamente en actos de publicidad para
confundir a sus compatriotas, así como al resto del mundo. La magnitud del fraude
ha sido despiadadamente documentado en el programa ‘Open End’, de David
Sussking, porun grupo de periodistas conscientes y respetados que estaban
presentes en Santo Domingo en momentos cruciales antes y después de la
intervención de los Estados Unidos”. A confesión de parte, relevo de pruebas.
Sobre la desinformación para impedir el triunfo de Salvador Allende y después para
desestabilizarlo y preparar las condiciones 'para el cuartelazo de Pinochet existe
abundante literatura, perfectamente documentada, que prueba hasta los costos
internos de la operación en los que se incluyen los millones de dólares que los
Edwards, propietarios del diario El Mercurio de Santiago de Chile, recibieron de la
CÍA. La desinformación fue, por eso, interna y externa. J_as elecciones generales de
1964 en Chile fueron el momento apropiado para convertir a ese país en el primer
conejillo de indias de las nuevas técnicas de manipulación. Se trataba de impedir el
triunfo de Allende -es decir “salvar a Chile para el mundo libre”- sin tener que
incurrir después en una guerra convencional que es mucho más costosa que la
guerra psicológica.
La operación, cuyo instrumento fundamental sería la desintor- mación se llamó, por
eso, Proyecto Periodístico o “cómo salvar a un país del comunismo sin utilizar
napalm”. Sobre este plan que se Cumplió exitosamente en 1964 y el aplicado a partir
de 1970 que culminó con el golpe sangriento del general Pinochet el 11 de setiembre
de 1973, el Congreso de Estados Unidos realizó investigaciones y a través de la
prensa independiente norteamericana -de la que todavía queda- se difundieron
incluso detalles. Se han escrito muchos estudios por sociólogos y periodistas
notables como Herbert
167
SchiNer, Armand Mattelart, Ive Hardy, Gregorio Selser y otros, sobre él Proyecto
Periodístico.
Es importante establecerla metodología seguida en Chile, porque en esencia, con
algunas adaptaciones locales, es la misma empleada en América Latina: en
Nicaragua, en Granada y en Panamá. En Asia han sufrido su experimentación
Camboya y Laos; y la mayoría de países del Africa, especialmente Zaire, Congo,
Mozambique y Angola. El de 1973 aplicado a Chile, fue similar al famoso “jacartazo”
que en una sola noche acabó mediante el asesinato con decenas de miles de políticos,
sindicalistas y estudiantes en Indonesia, como culminación de la guerra
desinformativa.
Para la siguiente descripción sobre la operación psicológica en Chile, recurrimos a
una síntesis del estudio realizado por Ive Hardy4.
El análisis de mercado -profundo y motivacional- estableció que el primer objetivo
a ser atacado era la mujer chilena perteneciente a la pequeña burguesía. Todos los
medios de comunicación apuntarían sobre la mujer de clase media, como sobre un
blanco, para implantarle dos ideas fuerza en su mente: la primera, relacionar con el
comunismo sus temores, preocupaciones y frustraciones y, segundo, identificar al
candidato Allende como al instrumento del comunismo internacional.
" Dos agencias de publicidad norteamericanas -McCann Erickson, con su filial
chilena Marplan, y Walter Thompson-fueron las encargadas de dar los toques
nacionales de arte y talento a la campaña y distribuirla a los medios de
comunicación, a través de una tercera agencia creada con ese propósito. de junio de
1970, el diario El Mercurio de Santiago, publicó un montaje fotográfico a cuarto de
página. En la ilustración aparece nítidamente La Casa de la Moneda -el palacio
presidencial de Chile-con un tanque soviético pintado con las siglas de la URSS y la
hoz y el martillo. Al pie de la foto se leía: "El gobierno pro-comunista abrirá las
puertas de Chile a estos tanques-.
Hay más ejemplos: otra fotografía, de un ahorcado, con la siguiente leyenda: “jEsto
es comunismo!" El título del grabado: ‘¿Ud. quiere salvar a Chile del comunismo?”
Como ejemplo de manipulación por radio, Hardy reproduce el siguiente spot
publicitario: tableteo de una ametralladora, como fondo. -“jLos comunistas han
asesinado a mi hijo!" -grita una mujer. Otra voz masculina anuncia, grave: -“Eso
puede suceder si Chile pasa a ser comunista". Voz femenina: -"Esto ha sido un
llamamiento de Acdón Femenina".
Simultáneamente millares de hogares de clase media reciben un cuestionario con
rótulo y sello falsificado de Unidad Popular. Se les exige a los padres de familia que
describan en forma detallada, los artefactos electrodomésticos que poseen; el
número de habitaciones íbres en sus casas o departamentos. Tienen que responder
además si estarían o no dispuestos a compartir su vivienda y sus enseres con los
pobres del país en caso del triunfo de Allende. El documento, fechado en Santiago,
notifica que el referido cuestionario será recogido por "un representante oficial de
la reforma urbana del gobierno de Unidad Popular”.
Una investigación del parlamento chileno sobre el origen de esa publicidad
estableció que la encargada de su distribución era una agencia nueva, Andalien,
formada por un miembro del directorio de El Mercurio. Los demás socios eran
empresarios de las compañías de cobre, el grupo Mercurio y un agente de la CÍA que
con el seudónimo de Charlie había aportado 600 mil dólares a la sociedad. Según las
investigaciones publicadas en Le Monde Diplomatic, el diario chileno El Mercurio
recibió alrededor del cincuenta por ciento de los gastos realizados por la CÍA en
Chile. Eso explica que de sus tradicionales ediciones de 40 páginas diarias, saltaran
a 120, previa renovación de sus antiguos equipos de tipografía de plomo a la
composición electrónica y al offset.
Los medios informativos en Chile desarrollaron, durante los tres años def gobierno
del presidente Allende, una campaña sistemática de falsificación de noticias.
Después del ascenso de Allende al gobierno, la mujer de clase media fue abandonada
como blanco principal de impacto; las Fuerzas Armadas y los Carabineros, fueron el
nuevo blanco elegido. Diariamente aparecían titulares sobre planes del “comunismo
para descabezar al ejército chileno". Desde luego que las fuentes de esas noticias
venían de alguna publicación desconocida del exterior. Los titulares no
correspondían con las informaciones, en la confianza de que la mayoría de lectores
sólo revisa títulos. Se llegó a publicar el descubrimiento de un plan Zeta destinado a
destruir a las fuerzas armadas chilenas con armamento cubano y chino.
Similares al plan Zeta se han "descubierto” varios en América Latina, como el
Documento de
Rancagua o el Documento de la
embajada deUma, con una relación de los opositores al gobierno de Prado como
beneficiarios de estipendios cubanos. Este último estuvo fraguado por la estación de
la cía, en complicidad con ex-agen- tes de Batista y la participación intelectual de
Eudocio Ravines, un famoso servidor de la cía. Se utilizó para hacerlo público al
entonces ministro de Guerra del Perú, general Cuadra Ravines. En el falsificado plan
Zeta figuraban en las listas de los que serían ejecutados, jefes y oficiales de la fuerza
armada chilena con sus respectivos familiares.
Simultáneamente, la campana por las "restricciones a la libertad de prensa en Chile"
eran orquestadas por la Sociedad Interamericana de Prensa y ocupaban las
primeras páginas de todos sus periódicos afiliados.
El tratamiento informativo en Nicaragua, en Granada hasta la víspera de la
intervención militar norteamericana y luego en Panamá son similares al Proyecto
Periodístico, experimentado en Chile. Se ha establecido y publicado en el New York
Times que el diario La Prensa de Managua recibió el mismo trato dadivoso que El
Mercurio de Santiago, de parte de la cía, desde los tiempos del presidente Cárter.
Sobre la intervención norteamericana, leamos dos párrafos del editorialdel New
York 77mes publicado lamentablemente después de la caída de Allende: "Las
acciones encubiertas por parte de la CÍA causaron tanta vergüenza a este país, que
sólo serias amenazas a la seguridad nacional de los Estados Unidos podrían
justificarlas. El gobierno de Salvador Allende no amenazaba en nada a nuestro país,
excepto a la propiedad de empresas norteamericanas cuya expropiación estaba
apoyada por todos los partidos políticos. ...El actual régimen militar chileno es uno
de los más repulsivos gobiernos del mundo. El argumento que nosotros estábamos
protegiendo a la prensa y a los partidos de oposición en Chile, no ofrece persuasión
por ser falso. Los Estados Unidos se convirtieron en instrumentos de un sangriento
golpe de Estado y de la cruel represión que sobrevino".
No hay nada que asuste más al imperio que el ejemplo- Cuba o Nicaragua jamás
pondrán en peligro la integridad ni la seguridad de
170
Estados Unidos, entre otras razones, porque no son suicidas de provocar a la
potencia militar más poderosa de la Tierra. Lo que les quita el sueño a los
gobernantes norteamericanos es el ejemplo que estas revoluciones irradian al
Tercer Mundo, especialmente a América Latina, y la simpatía popular que gozan.
Para transformar la simpatía en temor y luego en animadversión, Estados Unidos ha
invertido miles de millones de dólares en propaganda anticubana primero, y veinte
años después contra Nicaragua. El gobierno del imperio sabe que las revoluciones
no se exportan, pero sí el ejemplo. Para impedirlo, bien pudieron establecer un
nuevo orden económico internacional que no esquilme a los pueblos
subdesarrollados. Pero eso les afectaría sus siempre crecientes ganancias. En vez de
ello, han elegido la mentira como su arma poderosa y predilecta.
La Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) ha editado un volumen5 con
la investigación realizada por periodistas de la mayoría de países del continente
sobre las falsedades propaladas contra el gobierno de Nicaragua. Cada periodista
hizo el estudio en su país de residencia de los medios de comunicación escritos y
audiovisuales locales: en el Perú, Juan Gargurevich; en Colombia, Arturo Guerrero;
en Venezuela, Eleazar Díaz Rangel, entre otros. Unicamente se tomó como muestra
lo difundido en una semana. El balance es espantoso por la capacidad del gran país
del norte para mentir y por su falta de respeto y desprecio a la inteligencia de la
humanidad, incluyendo a la de sus propios ciudadanos.
Recordemos únicamente un asombroso caso de desinformación sobre Nicaragua,
debidamente esclarecida por la realidad: el general Haig, en su condición de
secretario de Estado de los Estados Unidos presentó en conferencia de prensa
convocada en su despacho, fotografías de supuestas masacres cometidas por los
sandinistas contra los habitantes de la tribu de los Misquitos. Según el general Haig,
los sandinistas asesinaban misquitos y los quemaban por decenas. Las fotografías
presentadas eran la prueba del genocidio. Pero esa mentira tan descarada tuvo
piernas muy cortas. Las mismas fotografías existían, desde diez años antes, en las
oficinas de la Cruz Roja Internacional. Efectivamente, en las fotos aparecen
cadáveres de indígenas en plena cremación. Pero la incineración se produjo
inmediatamente después del terremoto que asoló Nicaragua en tiempos de Somoza.
Por razones de sanidad, enviados de la Cruz
171
Roja tuvieron que quemar a las víctimas del sismo para evitar epidemias. Lo
inverosímil es que el general Haig sí sabía de lo que se trataba y engañó a sus
compatriotas y al mundo. Pero la comprobación del fraude que debió normalmente
constituir un escándalo, fue silenciado por todos los medios de comunicación
serviles a la política norteamericana.
En la manipulación informativa se aprovecha y se trafica con las creencias religiosas
de la gente. Los estudios sobre la desinformación enChile, Nicaragua y Granada,
recogen algunas experiencias de este tipo. Por ejemplo, la aparición de vírgenes
milagrosas en países amenazados por el comunismo. La Virgen Santa, cuya efigie en
yeso comenzó a transpirar en Nicaragua, según noticias propaladas por La Prensa y
la mayoría de emisoras de radio, “no veía con simpatía al Frente Sandinista". Bajo su
firma, el periodista de La Prensa, Humberto Bello, describió las apariciones de la
Virgen Santa en varios hogares de Nicaragua, de la misma manera que había
aparecido en Cuba, Polonia y otros países socialistas. Es decir, el milagro parecía una
notificación contra el gobierno.
Su más reciente presentación sobrenatural se había producido en Granada, de
donde se retiró satisfecha después de la intervención norteamericana. Se daba a
entender que la Virgen María hacía su aparición divina para inducir a la gente a que
cambiara de gobierno.
La última Virgen de la cual se tenga noticia reapareció en Chile, durante el gobierno
de Pinochet con mensajes radical y francamente anticomunistas. A su peregrinación
se dirigió el ex ministro de Guerra del Perú, del gobierno de Alan García, general
Jorge Flores, en un sacrificado viaje a lomo de muía.
Con igual técnica difamatoria que la aplicada a los Mau Mau fue presentado en su
tiempo el general Augusto César Sandino. Hasta la publicación del libro Sandino,
general de los hombres libres de Gregorio Selser, una generación lo creyó
simplemente un bandolero. El mismo método fraudulento se emplea contra el
pueblo palestino y contra su gobierno, presidido por Yasser Arafat, viejo
combatiente y conductor de la OLP.
172
Granada ha sido la última víctima de la intervención de las fuerzas armadas de
Estados Unidos. Hasta la víspera, los medios de comunicación crearon en el
continente y en el mundo, el ambiente psicológico que justificara la invasión. Una
semana después, la palabra Granada ha sido borrada, como fuente de información,
por las agencias transnacionales. No se habla más de la Nueva Joya, como si también
hubiera desaparecido del mapa.
Puerto Rico es, sin embargo, el país donde la tercera colonización está más avanzada.
Unicamente falta que los borincanos, como los filipinos de hoy, olviden el castellano
para que todo esté consumado. En ese momento, la latinoamericana Puerto Rico se
convertirá en un estado más de la Unión, en su quincuagésima primera estrella.
En poder de los Estados Unidos, Puerto Rico-con la táctica de la fruta madura que
fracasó parcialmente en Cuba, puesto que retiene todavía Guantánamo- pasó del
primer colonialismo español al norteamericano. Luego, sin independencia se
convertiría en una factoría bajo la denominación de Estado Libre Asociado o, como
escribió Nicolás Guillén en un poema, “socio asociado en sociedad”. En esta etapa,
todos los medios de información, todas las tecnologías de la comunicación han sido
implantadas, sin alternativa, sobre la antigua Borinquen. Allí, como en un polígono
de tiro, se aplican todas las técnicas y las ciencias de la manipulación y del engaño.
Los portorriqueños son los conejillos de indias, los primeros “hombres de Pavlov” a
los que -sin que lo perciban siquiera- se les acondiciona impulsos y se practica con
ellos la transfusión de convicciones. Los publicistas, asesorados por psicólogos
trabajan a sus anchas, con impunidad plena, sus técnicas de atiborramiento de
cráneos. Las informaciones con las que se nutren tienen como ventana única y
estrecha la que le proporciona su nueva metrópoli.
Cada vez son menos los que recuerdan y siguen las enseñanzas de ese patriota
llamado Pedro Albizu Campos. Sus tradiciones culturales se borran
imperceptiblemente bajo un implacable y casi invisible etnocidio. Cada vez hay más
borincanos que sin ciarse cuenta, piensan y actúan como si fueran norteamericanos.
El presidente Bush, en declaraciones formuladas el 15 de julio de 1989, anunció su
simpatía para convertir a la isla que “cree en Cristo y habla en español” en el estado
número 51 del nuevo imperio. Puerto Rico vive hoy, también, su tercera
colonización.
Panamá, país ocupado
La campaña de desinformación sobre Panamá se inició en gran escala en junio
de1986 cuando Wáshington decidió acabar con el general Manuel Antonio Noriega,
comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Panamá. Seis meses antes el
almirante norteamericano John Pointdexter, palmeó el hombro al panameño para
notificarle que se “atuviera a las consecuencias”. Pointdexter, director del Consejo
de Seguridad de Estados Unidos, había propuesto a Noriega el 17 de diciembre de
1985, que rompiera y abandonara el grupo de Contadora y que aceptara que Panamá
sirviera como base de los “contras" para la acción de éstos contra el gobierno
sandinista de Nicaragua. La respuesta de Noriega fue un no rotundo.
Esta versión ha sido confirmada por los propios norteamericanos.
Con posterioridad a ese incidente se han aplicado una serie de agresiones
económicas, como el retiro de la cuota azucarera de Panamá en Estados Unidos; la
retención de los fondos correspondientes a ese país por ingresos del Canal; el
congelamiento de depósitos panameños en la banca norteamericana; el boicot de la
banca para dejar sin moneda y paralizar su economía; el retiro masivo de depósitos
hasta por 10 mil millones de dólares de los bancos panameños; el corte de
préstamos acordados por el Banco Mundial y otros organismos de crédito
internacional; la prohibición a las empresas norteamericanas de pagar impuestos al
gobierno panameño bajo la consigna de destrozar su economía; la prohibición de
ingreso a Estados Unidos de la línea Air Panama y la confiscación de sus haberes
incluyendo un Boeing 727 estacionado en Miami, además de la cancelación súbita
de la licencia que por más de veinte años le permitía cumplir itinerarios comerciales;
y una larga serie de medidas más.
Lo más notable de esta guerra económica y psicológica ha sido la forma simultánea
y homogeneizada como respondieron a la voz de orden, los diarios latinoamericanos
afiliados a la sip, las radioemisoras de la air y los informativos de la televisión. La
campaña se inició con la acusación de una supuesta participación del general
Noriega en el contrabando de narcóticos, que luego se haría extensiva al de armas y
otros delitos.
174
La desinformación fue tan grotesca que provocó críticas en los propios Estados
Unidos. No hacía ni un año que la agencia de lucha contra el narcotráfico de Estados
Unidos, Drog Enforcement Adminis- tration (DEA) envió una carta al general
Noriega desde Wáshington, firmada por su administrador John C. Lawn, de
“felicitación y reconocimiento” por “la vigorosa acción de la policía panameña en la
lucha contra el tráfico de drogas".
La colaboración de Noriega con la DEA no era nueva. Tenía por lo menos diez años
de vigencia. El 7 de agosto de 1977, el administrador de la DEA en Balboa, Zona del
Canal, agente especial Sheldon E. Reyher, se dirigió por escrito a Noriega para
“expresarle el reconocimiento y la gratitud de la DEA a su comando, especialmente
al personal del G-2 servicio de inteligencia panameño- por la habilidad excepcional
en la obtención de importante información” que posibilitó la detención de
narcotraficantes vinculados a grupos colombianos. Reyher menciona y elogia la
labor de una serie de policías a órdenes de Noriega y concluye la extensa carta
anunciándole la continuidad de su cooperación. Como si fuera poco la DEA
condecoró a Noriega con la Placa de Honor sobre el control de la Drogá
Internacional.
A pesar de la buena opinión de la DEA sobre Noriega, la amenaza de Pointdexter
comenzó a concretarse. La Casa Blanca y su maquinaria desinformativa idearon
varios caminos. Si la manida calificación de comunista no calzaba con Noriega, más
sencillo sería pintarlo de delincuente común, mafioso, asesino y narcotraficante. El
presidente Reagan utilizó a un sujeto sentenciado a 35 años de prisión por tráfico
de drogas, para que comprometiera a Noriega. El delincuente Ramón Millén
Rodríguez que acusó a Noriega ante el Jurado de Miami, había sido detenido en
Florida, en mayo de 1983, gracias a la información proporcionada por Noriega a la
DEA. Precisamente por esa captura el Departamento de Justicia de Estados Unidos
le envió una nota de felicitación y agradecimiento firmada por el agente especial
James L. Bramble.
Charles Rangel, presidente del Comité Especial para la lucha contra los Narcóticos
de Estados Unidos, declaró al Congreso que las acusaciones públicas contra Noriega
“demostraban una estrategia deficiente dirigida contra los países que se niegan a
apoyar la política de Estados Unidos en Centroamérica". El corresponsal de Inter
Press Service en
Wáshington sostuvo que la campaña desplegada
175
contra Noriega tenía como objetivo debilitar al Grupo de Contadora en sus esfuerzos
por encontrar soluciones pacíficas al conflicto centroamericano. El periódico
Christian Science Monitor insinuó que la campana era dirigida desde la Casa Blanca
con la participación del Departamento de Estado, el Pentágono y la CÍA.
Los latinoamericanos no hemos escuchado ni una sola noticia que no estuviera
dirigida a satanizar a Noriega. A los cargos de contrabando de drogas y de armas, se
le añadirían luego los de violación de derechos humanos; de asesinato del ex-
guerrillero Spadaffora; de responsabilidad en el complot contra el general Torrijos;
de posesión de cuentas cifradas en la banca suiza; y de espionaje en favor de Fidel
Castro. No hay precedentes en la historia de la forma cómo un gobierno, por medio
de la propaganda negra universalmente propalada, pretende cambiar al
comandante en jefe del ejército de otro país.
Leamos un botón de muestra. En varios periódicos afiliados a la SIP se publicó una
nota fechada el 2 de setiembre de 1987 en Wáshington y firmada por Georgie Anne
Geyer bajo el título de El momento de Panamá. Transcribimos un párrafo de El
Universal de Caracas: “El asqueroso general Noriega se entrevistó con el presidente
marxista Ortega para amenazar en el plano político a Estados Unidos. Noriega ha
establecido un terror estilo Somoza, por lo que Wáshington no puede confiar el canal
a semejante enemigo de la democracia”.
Se ha acusado también a Noriega de agente de la CÍA. No se ha especificado sin
embargo, hasta cuándo tuvo la confianza de los organismos de inteligencia
norteamericanos. En todo caso, la versión de la Casa Blanca contra Noriega no es por
sus maldades o sus delitos, sino porque jefatura y representa a una fuerza armada
que se transformó en época de Torrijos en un baluarte anticolonialista.
Estados Unidos intervino impunemente en Panamá en numerosas oportunidades
sin riesgo alguno, sin que sus marines sufrieran ni un rasguño, porque lo que allí
había no era un ejército sino una fuerza de policía para dirigir el tránsito y cuidar el
orden público. Ese ejército, además, se ha convertido en el eje de la política
panameña; es el verdadero poder detrás del trono. En realidad siempre lo fue, pero
desde el arribo de Torrijos se transformó de obsecuente colaborador de las tropas
de ocupación en enemigo jurado. Por eso lo que buscan
en realidad es descabezar a las fuerzas de defensa, limpiar sus cuadros nacionalistas
y si fuera posible, desmovilizarlas.
No es la cabeza de Noriega lo que les interesa, ni su certificado de conducta, ni su
condición indudable de dictador. La Casa Blanca ha protegido a peores. Recordemos
lo que Eisehower dijo de Somo- za: "Es un hijo de p..., pero es nuestro”. Noriega
puede ser como Somoza..., pero no es de ellos. Esa es la diferencia.
El 10 de marzo de 1988, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una
moción en la que decidían la destitución de Noriega de la jefatura de las fuerzas
armadas de Panamá. Los diputados de la metrópoli legislan sobre la vida interna de
otro país, en la convicción que se trata de una de sus colonias. La moción fue
aprobada por 367 votos a favor y 2 en contra. A ese nivel ha llegado la tercera
colonización.
Tres meses después de esa Ley de Indias, en marzo de 1988, el presidente Reagan
autorizó el desarrollo de operaciones encubiertas con fines desestabilizadores en el
istmo. Casi simultáneamente inició sus transmisiones una poderosa radio
clandestina ubicada en la zona norteamericana del Canal, para interferir en el
proceso electoral que estaba en marcha. El Washington Post comentó la situación de
esa etapa con el editorial siguiente: Tos esfuerzos de Estados Unidos por derrocar al
general Manuel A. Noriega en Panamá, a través de presiones políticas y económicas,
no están dando resultados. Primero, nos equivocamos en cuanto a la eficacia de las
sanciones económicas. Noriega ha sido capaz de soportar sanciones. Quizás un
período de guerra económica podría conducir al colapso de Noriega, pero nadie sabe
cuánto tiempo tomaría ello. Segundo, nos equivocamos en cuanto al apoyo de
Noriega dentro de las Fuerzas de Defensa de Panamá. El ha probado que es
resistente al descontento de las tropas y está alerta contra golpes orquestados
provenientes de dentro o de fuera”.
Por la cantidad de insultos, acusaciones y ludibrio lanzados con ventilador al mundo,
el general Noriega ha sido totalmente satanizado. Cualesquiera fuesen su faz y su
comportamiento reales, no se Puede admitir al gobierno norteamericano su
autoproclamado derecho de convertirse en fiscal y juez, sobre todo después de
haber protegido y reconocido al narco presidente boliviano García Meza y
condecorado a déspotas desfalcadores como Batista, Trujillo, So-
177
moza, Stroessner, Pérez Jiménez y sus demás congéneres latinoamericanos.
Estados Unidos, cómplice internacional del régimen racista y de apartheid de
Pretoria; autor y actor principal de la implantación de dictaduras depredadoras y
genocidas que han asolado -y asolan todavía- países de Africa, Asia, Europa y
América Latina, carece de valor y de moral para erigirse en árbitro, f iscal supremo
o moralizador de gobierno alguno.
Para cubrir el proceso electoral de 1989 en Panamá, se montó desde Wáshington un
operativo de desinformación espectacular y escandaloso. Las noticias estaban
prefabricadas para demostrar a la opinión pública mundial que el triunfo del
gobierno sería una farsa de la dictadura, pero el de la oposición, una imposición
democrática. Sin el requisito de la visa de ingreso llegaron a Panamá, por la Zona del
Canal, centenares de periodistas norteamericanos que se apropiaron prácticamente
de la noticia y no informaron de lo que sucedía, sino de lo que convenía que se
difundiera a la política norteamericana. No importaba si todo era cierto o
imaginario, ni quién ganara las elecciones. Los procedimientos informativos
utilizados en Panamá se aplican también en Nicaragua: si gana la candidata viuda de
Chamorro será el triunfo de la democracia. Pero si es derrotada será por maniobras
del Frente Sandinista.
El director de la CÍA, William Webster, en el colmo del cinismo solicitó al Presidente
Bush y al Congreso “manos libres para apoyar golpes de Estado” y licencia para
matar a los dictadores de cualquier zona del mundo donde Estados Unidos tuviera
“un interés legítimo”. La reacción de Webster se debió a que fue criticado y
responsabilizado por su ineficacia para acabar con el comandante en jefe de la
Fuerza Armada de Panamá. El diario The Washington Post del lunes 16 de octubre
de 1989, informó que “según los asesores del presidente el director de la cía podría
ser sustituido por otra persona más eficiente, debido a su fracaso en Panamá”.
Webster se defendió ai día siguiente en las columnas del New York Times
declarando que “una antigua orden ejecutiva presidencial que rechaza la
implicación de Estados Unidos en asesinatos ha sido interpretada como una
prohibición de que este país apoye golpes de
Estado que puedan desem*
178
bocar en la muerte de un gobernante”. Webster añadió que “ahora había detectado
una mayor voluntad por parte del gobierno y el Congreso de reinterpretar dicha
orden, de modo que, aun con la prohibición de participar en planes de asesinato, la
CÍA podía obtener mayor libertad para intervenir en un golpe como el intentado en
Panamá el 3 de octubre en contra del general Noriega". En otras palabras, la
prohibición de intervenir en asesinatos selectivos dispuesta por el presidente
Gerald Ford en 1976, como consecuencia de la comprobación por el Congreso de los
planes de la CÍA para asesinar a Fidel Castro, ataba las manos de la CÍA para liquidar
política y físicamente a Noriega.
Por esta razón, entre el 14 y el 17 de octubre de 1989 el gobierno de Estados Unidos
tomó tres medidas típicamente imperiales, en el convencimiento de que la tercera
colonización está consumada y, en consecuencia, ganada la batalla por la
dominación y el control de la mente humana. La primera decisión del nuevo imperio
fue dictar dispositivos legales de cumplimiento obligatorio fuera de sus fronteras.
La nuevas Leyes de Indias se dictan hoy en Wáshington para su aplicación y
cumplimiento en las colonias. De esa manera, por decisión unilateral, desaparece de
un plumazo el principio de la soberanía de los Estados.
La primera disposición dictada por la Secretaría de Justicia, faculta a la Policía
Federal de Estados Unidos (FBI) y a sus sen/icios secretos, a detener sin tomar en
cuenta su nacionalidad, a los requisitoria- dos por los tribunales norteamericanos
en cualquier país del mundo donde los hallen y sin autorización de sus respectivos
gobiernos. No se requiere invocar convenios de extradicción, ni pedir permiso a
nadie. Se trata de la legalización del secuestro a nivel mundial.
La segunda facultad del gobierno de Estados Unidos -en la que se involucra
directamente el caso de Panamá- es la de intervenir y apoyar golpes de Estado
violentos para derrocar y eventualmente asesinar a dictadores de otros países en
defensa de su seguridad y de sus intereses legítimos. Esta “licencia para matar"
inspirada en el agente 007fue dada a conocer por el vocero de la Casa Blanca, Martin
Fitzwater, en conferencia de prensa del día 17 de octubre de 1989. Fitzwater dijo
que el “gobierno norteamericano quiere tener las manos libres para apoyar golpes
de Estado susceptibles de provocar la eliminación física de tiranos”.
179
Finalmente, la noche del mismo 17 de octubre, el Senado de Estados Unidos aprobó
por ley una partida de nueve millones de dólares para intervenir en las elecciones
generales de la República de Nicaragua. De acuerdo a esa ley, previamente aprobada
el 4 de octubre en la Cámara de Representantes, los nueve millones de dólares se
distribuirán de la siguiente manera: dos millones de dólares para la coalición Unión
Nacional Opositora (UNO); un millón para que el Tribunal Electoral distribuya a los
demás partidos contendientes y, los seis millones de dólares restantes, para la
candidata presidencial Violeta Barrios de Chamorro a través de la Fundación
Nacional para la Democracia. En total ocho millones de dólares para la coalición
antisandinista.
La Fundación Nacional para la Democracia, aparece legalmente como una entidad
privada bipartidista, pero es un instrumento de cobertura de la CÍA, que recauda sus
fondos a través de personas de “buena voluntad”. Su principal misión es intervenir
en política interna de países del Tercer Mundo con el pretexto de defender y
consolidar la democracia. Las millonarias campañas de publicidad de los candidatos
de la derecha latinoamericana tienen ese origen. Esta fundación es también
generosa con partidos y personajes que se prestan a dividir los movimientos
populares y los frentes de izquierda, lo cual explica el súbito derroche de estos
grupos en la contratación de propaganda en radios, periódicos y televisión.
Las tres disposiciones imperiales han vuelto a exhibir en toda su desnudez la
sumisión y obsecuencia de los medios de comunicación del continente a la política
estadounidense. Ninguno de los llamados “grandes diarios” de América Latina han
publicado editoriales de protesta y no ha existido un solo comentario adverso en
radio o televisión.
Lo que está en juego en realidad en el caso panameño es la vigencia de los plazos
estipulados en el Tratado Torrijos-Carter para la devolución del canal a la soberanía
de Panamá. Eso explica la inmensa montaña de papel impreso antipanameño
levantado en el mundo, pero especialmente en América Latina. Hace dos años que
no se informa de una sola noticia positiva sobre Panamá en ningún medio escrito o
audiovisual en el continente. Como una demostración pre
potente de b que el imperio puede realizar en sus colonias se iniciaron las agresivas
maniobras militares norteamericanas en plena ciudad capital del Istmo que
culminaron en un fallido levantamiento militar el 3 de octubre de 1989. El 13 de
octubre de 1989, la transnacional UPI informó desde Wáshington que “durante el
fracasado golpe, el mayor Moisés Giroldi envió emisarios a las bases de Estados
Unidos, porque estaba preocupado de la demora en recibir apoyo norteamericano,
pues Estados Unidos había acordado bloquear dos caminos para impedir que las
fuerzas de Noriega bs utilizaran. Pero Girolde le dijo a uno de bs emisarios que una
de las rutas no había sido cerrada, a pesar de que el golpe había empezado hacía tres
horas”.
Panamá siente al imperialismo como una herida abierta, dolorosa y sangrante,
porque lo tiene adentro. Para bs panameños, el imperialismo no es una teoría que
deba aprenderse en textos socblógbos o políticos. Es una realidad palpable, que ven
y sufren en las alambradas de púas que como fronteras atraviesan y dividen a su
país. Panamá siente al imperialismo en la prepotencia discriminadora del
colonizador que en sólo siete meses -de enero a julio de 1988- provocó 56 incidentes
militares, debidamente comprobados y denunciados por el gobierno panameño.
Panamá siente al imperialismo en la incondicionalldad de la OEA, convertida en
celestina del imperb que, cuando las tropas norteamericanas asesinaron en 1964 a
24 jóvenes panameños en las calles de su ciudad, declaró que no hubo agresión, por
lo cual no se justificaba la denuncia panameña sobre el

genocidio.

*
Panamá es un país militarmente invadido y ocupado por la potencia que se niega a
cumplir los Tratados Torrijos-Carter que deben concluir con la desaparición de la
presencia militar de Estados Unidos el 31 de diciembre de 1999. A partir del primero
de enero de 1990 la administración del Canal debe pasar a cargo de un ciudadano
panameño. Pero en opinión del general Wallace Nuttings, ex-co- mandante en jefe
del Comando Sur, “trasladar a otro lugar de este continente el Comando Sur
resultará sumamente costoso; además de que no hay otro sitio como el istmo
panameño, donde pueda funcionar con la efbiencia que requiere dominar América
Latina".
Existe una razón adicional muy importante para los fines de la tercera colonización:
la posición estratégica, por características geo- magnéticas excepcionales para la
intercepción de comunicaciones de la isla panameña La Galeta. En ese lugar están
instaladas las centrales norteamericanas de monitoreo de las comunicaciones por
cable, telefonía, télex, telefax, microondas y vía satélite de prácticamente todo el
mundo.
Por esas consideraciones el Congreso estadounidense promulgó la Ley 96-70,
complementaria a los Tratados, que contiene 50 violaciones a los propios Tratados
Torrijos-Carter. La campaña antipanameña no tiene otra finalidad que justificar ante
el mundo el incumplimiento de un convenio que en el derecho internacional se
considera inmodificable, intangible y sagrado.
Los tratados entre Estados soberanos, deben cumplirse independientemente de los
gobernantes o de los sistemas de gobierno imperantes en cada país. Son acuerdos
entre naciones. Los mandatarios sólo los suscriben a nombre de sus respectivos
Estados. Las partes contratantes son los Estados, no los gobiernos. Por eso, para su
plena validez, requieren de la aprobación de los pueblos a través de sus
representantes en el Congreso. Constituiría un absurdo jurídico, una violación
flagrante del derecho internacional, que uno de los Estados se negara a cumplir sus
obligaciones alegando la ilegitimidad del gobierno de la otra parte. Significaría un
peligroso prece- dente inadmisible en cualquier tribunal, por el cual un país
militarmen-
te más poderoso burlaría sus obligaciones contractuales con el país débil. Sería la
imr°antación de la ley de la selva en el derecho internacional. Bastaría que una de
las partes declarara la ilegitimidad del gobierno del otro Estado, para burlar un
compromiso intangible.
Ese absurdo jurídico pretende consumarlo, basado en su poderío militar y
desinformativo, el gobierno de Estados Unidos. Pero los panameños están seguros
que a partir del primero de enero del año 2000, podrán degustar de todos los
mangos que se producen dentro de su territorio y que no existirá, a partir de
entonces, ningún fruto . inalcanzable dentro de sus fronteras naturales. Para ellos,
desde la ocupación norteamericana, el mango se ha convertido en un símbolo
patriótico. Varios panameños han perdido la vida por alcanzar la fruta directamente
de los árboles, a pesar de su abundancia y bajo precio en el mercado.
182 1
En la capital panameña, la vía principal que une el centro de la ciudad con el Puente
de las Américas, se llamaba hasta 1980 Avenida 4 de Julio, en homenaje al día de la
independencia de Estados Unidos. Esa avenida estaba dividida, longitudinalmente
en toda su extensión poruña alambrada de púas. Era la frontera norteamericana
dentro del corazón de Panamá: a un lado la pista de asfalto, con su vereda de
cemento; al otro, detrás de la alambrada, el territorio estadounidense, en las faldas
del cerro Ancón, exhuberante de vegetación tropical, con muchos árboles de mango.
Para los panameños, arrancar un solo fruto, era un desafío patriótico. Equivalía a
una reivindicación nacional, a recuperar algo de su propio suelo militarmente
ocupado por prepotentes botas extranjeras.
Cuando parte del cerro Ancón fue devuelto a Panamá en cumplimiento de los
Tratados Torrijos-Carter y se derruían las alambradas de la Avenida 4 de Julio, lo
primero que hizo el general Ornar Torrijos fue saltar al otro lado, arrancar un mango
todavía verde, y comerlo con avidez. Lo había deseado desde cuando tuvo uso de
razón. Ese día, se cambió el nombre de la avenida, por el de Avenida de tos Mártires,
en homenaje a los 24 jóvenes panameños que fueron acribillados por soldados
norteamericanos, por el delito de querer izar su bandera nacional y comer un
mango.
A pesar de que la campaña norteamericana contra Panamá ha tenido como eje al
general Noriega, este personaje no ha sido ni es el problema central. Es únicamente
el pretexto actual. Si en lugar de un gobierno de facto, gobernara Panamá un
gobierno democrático y nacionalista, el gobierno de Estados Unidos se encargaría
de desestabilizarlo. No es la política interna ni la democracia lo que le interesa al
imperio. Es el mantenimiento de su enclave colonial, objetivo trazado desde el siglo
pasado. En 1880 el presidente Ruther- ford B. Hayes definió la estrategia
norteamericana con las siguientes palabras:
“La política de nuestro país debe tender a la construcción de un canal colocado bajo
el dominio norteamericano. Los Estados Unidos ho pueden permitir que el futuro
dominio del canal caiga en las manos de una potencia europea o de una asociación
de potencias europeas; Un canal Interoceánico a través de un istmo americano
modificará esencialmente las relaciones geográficas entre las costas atlántica y
pacífica de los Estados Unidos y el resto del mundo; tal vía interoceánica constituirá
virtualmente parte de la frontera marítima de bs Estados Unidos. Nuestro interés
comercial y nuestra prosperidad como nación, nuestra potencia, nuestros medios de
defensa, nuestra paz, nuestra seguridad, son problemas de Interés supremo para los
Estados Unidos".
La campaña publicitaria dirigida por Ronald Reagan, que impidió la reelección del
presidente James Cárter, estuvo precisamente basada en la acusación de haber
suscrito un tratado comprometiéndose a entregar a Panamá algo que se considera
patrimonio imprescriptible, “parte de la frontera marítima" de los Estados Unidos.
El presidente Reagan utilizó un informe del Consejo Nacional de Seguridad de
Estados Unidos del 8 de abril de 1986 para debilitar la vigencia de los Tratados
Torrijos-Carter. En dicho informe, el Consejo de Seguridad sostiene:
“La pérdida del Canal tendrá serias consecuencias políticas, económicas y
estratégicas para los Estados Unidos. Una vez que los Estados Unidos se retiren de
la Zona del Canal, el gobierno panameño puede quedar expuesto a la intervención
cubano-soviética de la región, y las presentes y potenciales vías acuáticas
interoceánicas serán amenazadas. Además, alrededor del 10% del comercio
norteamericano que actualmente transita por el Canal, será afectado. En el caso de
que la otan sea atacada, el 50% o más de los refuerzos planificados de hombres y
materiales será interrumpido".
El periodista Baltazar Aispurúa, secretario general del Sindicato de Periodistas de
Panamá, publicó en el diario Crítica del 15 de setiembre de 1988, bajo su firma y sin
ser jamás desmentido, parte del documento calificado como "secreto sensitivo" y en
uno de cuyos párrafos se dice: "Nosotros -el Consejo de Seguridad de Estados
Unidos- necesitamos una política dirigida a asegurar nuestro control sobre el Canal
de Panamá mucho más allá del año 2000. Reportajes sobre corrupción entre algunos
oficiales de alto rango de las fuerzas de defensa de Panamá, brindarán una
oportunidad para desatar una campaña para desestabilizar a Panamá y abrogar
legalmente los tratados. Esta política debe ser manejada de tal manera que no
lesione nuestras relaciones bilaterales con las ff.do., que pongan en peligro nuestras
instalaciones militares existentes o nos confronte con
184
la necesidad de intervenir directamente con tropas para controlar la situación y
proteger nuestros intereses en el Canal”.
La hipocresía de muchos gobiernos latinoamericanos, SG parees Hl delpúbllco que
en el circo romano exigía “juego limpio” a un hombre maniatado que con ingenio se
defendía del león que iba a devorarlo. Antes que pedir “juego democrático limpio" a
un país encadenado por la fuerza agresiva del colonizador, sus hermanos
latinoamericanos deberíamos hacer causa común para romper esas cadenas que
impiden su emancipación. Recién entonces, cuando tenga sus brazos liberados,
podremos pedirles juego limpio que, además, será con reglas establecidas por su
propio pueblo, soberanamente. Con Noriega, sin Noriega o contra Noriega.
Como mejor les plazca a tos panameños, no al gobierno norteamericano.
Ultraje a Panamá: todos somos Panamá *
Al amanecer del 20 de diciembre de 1989 se produjo la criminal agresión militar
norteamericana a Panamá. Fue la más brutal y sangrienta de las trece intervenciones
armadas que ha sufrido en sus 86 años de vida independiente la más joven república
latinoamericana de manos del mismo verdugo. Salvo la opinión favorable de su socia
en la guerra de Las Malvinas, la primera ministra Margaret Thatcher de Gran
Bretaña, el gobierno de Estados Unidos recibió el repudio universal.
A una década del siglo xxi, con una ofensiva de paz que se generaliza sobre el planeta,
seguramente muy pocos pensaban, fuera de Estados Unidos, que el imperio
reactualizaría su tradicional política del gran garrote, aplicado por última vez en
octubre de 1983 a la pequeña Granada. Con alevosía y perfidia, cobardemente,
después de acostumbrar a la población con sus frecuentes y violatorias incursiones
de tanques y helicópteros sobre la ciudad de Panamá, a cuatro días de la navidad,
cuando nadie piensa en guerra sino en paz, súbitamente, sus máquinas de exhibición
empezaron a vomitar fuego sobre cuarteles y población civil. Durante todo el año
89, casi a diario, esos mismos tanques, helicópteros y tropa realizaban iguales
recorridos de provocación, para que la gente se convenciera que se trataba
únicamente de demostraciones de prepotencia y poder. Por eso, el primer ataque a
mansalva causó la muerte, en contados minutos, de más de seiscientos civiles y dejó
heridos a más de un millar. Para silenciara la Radio Nacional de Panamá, no
repararon en bombardear el edificio de 15 pisos de la
Contraloría de la República, ubicada en la avenida Balboa, la principal de la ciudad.
Tampoco les importó bombardear con sus B-52 y dejar envuelto en llamas barrios
modestos densamente poblados, ni destruir los reservorios de agua potable que
abastecen a un millón de personas.
* Los originales de este capítulo fueron entregados a la imprenta el 20 de diciembre,
día del inicio de la agresión militar a Panamá. Lo que sigue sobre la tragedia
panameña ha sido redactado cuando no ha concluido todavía la ocupación militar
dispuesta por el gobierno de Estados Unidos.
U Instalación de un gobierno traidor que juramenta ante las popes extranjeras que
invaden su país y asesinan a su pueblo, y la acción genocida del gobierno de Bush,
¿acabará realmente con el TorTfsmo panameño que ha sido, junto con el
desaparición de su merca armada, el verdadero objetivo perseguido, para retener
con impunidad e indefinidamente el enclave colonial conocido como Canal de
Panamá? De ninguna manera. El imperio norteamericano to que ha hecho es
sembrar vientos y tendrá que cosechar interminables huracanes. La guerra, en
realidad, recién va a comenzar.
La lógica elemental y su experiencia histórica, les ha enseñado a tos panameños la
imposibilidad del éxito en una batalla frontal contra las tropas del Comando Sur de
Estados Unidos, acantonadas para controlar a toda América Latina. La resistencia
panameña ha sido heroica teniendo en cuenta la abismal y aplastante diferencia de
fuego entre la primera potencia bélica del mundo con la pequeña república de dos
millones de habitantes. Teóricamente las tropas yanquis debieron tomar Panamá en
un par de horas. Quienes se han sacarificado en ese desigual combate, no murieron
ciertamente por defender a Noriega, sino por defender la dignidad y la
independencia de su país.
Para la guerra que se iniciará más temprano que tarde y con lideres que surjan de
su pueblo, poco importa el control de las ciudades. La capital puede seguir -con todas
sus calles, edificios púbücos, fábricas y locales comerciales- vigilada por marines y
soldados yanqu;s. No se sabe cuantos hombres harán falta para cuidar todas las
ciudades, donde precisamente no se darán tos enfrentamientos del futuro. Otros
miles tendrán que cuidar metro a metro, los 1 432 Kilómetros cuadrados de la zona
del Canal, porque tos panameños no olvidan la recomendación de OrnarTorrijos
cuando el 18 de abril de 1978 dijo: “quienes mejor pueden defender el Canal somos
los panameños, porque somos los que en un momento dado estamos en condiciones
de destruirlo, y aquel que puede destruirlo y no to destruye, lo está defendiendo. Y
esa capacidad de destruir el Canal es una capacidad a la cual las fuerzas armadas, al
igual que las futuras generaciones, no deben renunciar nunca".
La guerra que el presidente Bush ha desencadenado, será fundamentalmente en el
campo. Hay que tener en cuenta que en Panamá no existe el servicio militar
obligatorio. Su ejército es estrictamente de voluntarios y está bastante politizado.
Para comprobarlo,
no hay sino que escuchar sus gritos y sus canciones en entrenamientos y desfiles. Es
un ejército, momentáneamente desmovilizado pero con la obsesión de conseguir un
día no lejano, un “solo territorio y una sola bandera". La siguiente anécdota es
reveladora: el intelectual y catedrático universitario, José de Jesús Martínez, autor
de textos sobre matemáticas y filosofía, aconsejaba con insistencia al general
Torrijos, de quien era asesor, sobre la necesidad de concien- tizar a los soldados.
Torrijos perdió la paciencia un día y le reprochó que ese tema era favorito de los
revolucionarios de café. Si los intelectuales quieren concientizar a la tropa, entren a
la tropa, le dijo Torrijos. Martínez, conocido por sus alumnos como Chuchú Martínez,
tenía en ese momento 45 años de edad. Al día siguiente abandonó la cátedra y se
presentó al cuartel como voluntario. Ingresó de soldado raso y se comportó en forma
ejemplar. Resistió, en competencia con quienes por diferencia de edad podían ser
sus hijos, los ejercicios y las marchas forzadas. Se hizo paracaidista. Uno a uno fue
ganando sus galones y llegó a sargento primero. Fue, al mismo tiempo y desde el
primer día, un gran profesor para sus compañeros de armas.
Sólo ellos y las condiciones concretas, como el incumplimiento de los Tratados
Torrijos-Carter, determinarán el momento para que tomen la iniciativa. Pero ese
contingente no es el único. Otros miles de panameños voluntarios han constituido
los Batallones de la Dignidad. Son hombres y mujeres, de diferentes edades, que
fuera de sus horas de trabajo, y en todo el país, han recibido intensa instrucción
militar. El comandante en jefe de estos batallones, Benjamín Colamar- co, es un joven
economista egresado de la Universidad de Milán, de declarada filiación
socialdemócrata. Al 20 de noviembre de 1989, existían 23 batallones de la dignidad
-no menos de 30 mil efectivos entre hombres y mujeres- distribuidos en todo el país.
Esos batallones contrariamente alo que se ha desinformado, no se han constituido
para defender a Noriega sino para luchar por la integridad y la soberanía de su país.
Soldados y voluntarios están hoy perseguidos después de una sorpresiva batalla
perdida y con su comandante en jefe rendido. Pero la guerra está en su norte y
tendrán con seguridad los conductores que se merecen. El general Noriega, inocente
o culpable de las acusaciones yanquis, no importa, tenía sí una obligación y un deber
únicos:
pelear hasta morir. Desde los prolegómenos de la invasión y
antes de llamar a la resistencia, debió evaluar su propia moral y valor. Muerto por
mano propia o ajena hubiera sido más útil a la causa panameña que asilado en el
Vaticano, para luego entregarse al enemigo. En las luchas de liberación, cuando son
verdaderas, no hay sino una alternativa: se triunfa o se muere. No se capitula para
salvar el pellejo.
La criminal agresión iniciada el 20 de diciembre, bautizada como operación Causa
Justa no es la primera. Es, por lo menos en este siglo, la décimotercera intervención.
El siglo pasado, antes de su separación de Colombia, tropas norteamericanas
desembarcaron en suelo panameño en doce oportunidades entre ios años 1850 y
1899, amparados por un tratado suscrito en 1846 con Colombia -el Tratado
MallarinoBidlack- para "mantener el orden público en el istmo de Panamá".
En este siglo, prácticamente desde su nacimiento en 1903 como república
independiente, Panamá ha sido víctima de las tropas norteamericanas en las
siguientes oportunidades6:
1903: Intervención de las tropas yanquis en República Dominicana, Honduras y
Panamá.
1904: Tropas norteamericanas desembarcan en el istmo para acallar a sangre y
fuego las manifestaciones de protesta por la firma del Tratado Hay-Buneau Varilla
que concede a perpetuidad la Zona del Canal. Nunca se estableció el número de
víctimas, pero según recogen historiadores, debieron pasar de un centenar.
Ese mismo año, Estados Unidos volvió a invadir República Dominicana.
1904: Estados Unidos impone el siguiente artículo a la Constitución de Panamá:
“Artículo 136°. El gobierno de los Estados Unidos de América podrá intervenir en
cualquier punto de la República de Panamá, para establecer la paz y el orden
constitucional, si hubiera sido turbado, en el caso de que por virtud de Tratado
Público aquella nación asumiere, o hubiera asumido, la obligación de garantizar la
independencia y soberanía de la República”.
1906: Del buque de guerra uss Columbia, surto en la bahía de Colón, desembarcan
300 infantes de marina para “vigilar las elecciones municipales panameñas”.
1908: Oficiales norteamericanos, apoyados por sus tropas, “se en
189
cargan de escrutar los votos, debido a la acalorada contienda entre liberales y
conservadores".
1912: Vuelven a ocupar todo el país “para supervigilar las elecciones”, con la
aquiescencia del gobernante de tumo.
1916: Contra la voluntad del presidente Belisario Porras, tropas norteamericanas
intervienen en el proceso electoral.
1918: El gobierno del presidente Urriola prorroga las elecciones para diputados y
concejales mediante el Decreto N° 80. La Casa Blanca b considera inconstitucional y
dispone la Ocupación total de las ciudades de Panamá y de Colón.
1918: Tropas norteamericanas invaden las provincias de Veraguas y de Chiriquí y
permanecen hasta 1920. En ese lapso, las mejores tierras agrícolas pasan a
propiedad de la United Fruit Company, que instala su filial con el nombre de Chiriquí
Land Company.
1925: A partir del 12 de octubre, y durante 9 nueve días, las tropas yanquis reprimen
las manifestaciones populares de protesta contra el alza de alquileres decretado por
el gobierno del presidente Chiari. Los dirigentes son extraídos de sus hogares y
apaleados.
1941: Al ingresar Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial, escoje el territorio
panameño para instalar numerosas bases militares.
1958: Seis patriotas panameños son asesinados por soldados yanquis durante
manifestaciones antinorteamericanas.
1964: Una manifestación popular exige la soberanía de Panamá sobre el Canal.
Desde las bases militares, salen tropas yanquis y ametrallan a la multitud,
asesinando a 24 panameños, varios de ellos estudiantes.
En los años 1988 y 1989 han sido casi diarias las provocaciones militares y la
violación del territorio panameño. Se estaba buscando un incidente que sirviera de
pretexto para la agresión. Ese pretexto se produjo, cuatro días antes del bombardeo
del 20 de diciembre, cuando en un enfrentamiento entre patrullas panameñas y
norteamericanas, murió un soldado yanqui. El incidente fue en territorio soberano
panameño, donde de acuerdo con los Tratados Torrijos-Carter no está permitida la
presencia de militares norteamericanos; se trata de la denominada Zona Blanca.
190
Tampoco es novedad el asesinato político de opositores a los intereses
norteamericanos. La muerte del general Ornar Torrijos jan oportuna y conveniente
para Estados Unidos- en un accidente aéreo no ha sido debidamente esclarecida. Los
restos del aparato siniestrado fueron examinados únicamente en laboratorios
especializados de Estados Unidos.
El 15 de mayo de 1903, para limpiar de detractores al Tratado sobre la vía
biacuática, el almirante Silas Casey de la Marina de Estados Unidos, impuso el
fusilamiento del general Victoriano Lorenzo Tello, héroe de la Guerra de los Mil Días
en Cauca y Panamá.
El 2 de enero de 1955 fue asesinado el presidente panameño, coronel José Antonio
Remón Cantera, ex jefe del ejército durante décadas y, hasta unas semanas antes de
su muerte, favorito y protegido de la Casa Blanca. El hombre fuerte que ponía y
sacaba presidentes con el beneplácito norteamericano, pronunció un día un
sorpresivo y patriótico discurso que se constituiría en su testamento político.
Remón denunció los términos inicuos del Tratado; anunció que exigiría su
modificación y concluyó con la siguiente frase: “Ni limosnas, ni millones: queremos
justicia”. Quince días después fue acribillado a balazos en el hipódromo. En el
complot de su asesinato estuvo comprometido el gobierno norteamericano y el
mismo grupo económico al que pertenece Guillermo Endara, el “Judas de Panamá”
como lo ha calificado el canciller peruano Guillermo Larco Cox. No es raro por eso, y
más bien corresponde a esa ética, la recompensa que ofreció Estados Unidos, de un
millón de dólares por la cabeza de Noriega y cuyo cheque “estará muy feliz de
firmar" el presidente Bush. Igual que en los tiempos de los cuatreros que asolaban
el oeste norteamericano o durante el gangsterismo de los años de la ley seca.
Algunos implicados con esos bandidos han tenido la suerte de ver a sus
descendientes en los más altos cargos de la política norteamericana.
Como es normal y tradicional en la política de Estados Unidos, todas sus acciones
vandálicas son precedidas, acompañadas y seguidas por la desinformación, o dicho
con más propiedad: por la mentira cínicamente divulgada. Por ejemplo: el mismo
día de la última intervención, el embajador Thomas Pickering, comunicó
oficialmente
al Consejo de Seguridad de la ONU, que "las fuerzas armadas estadounidenses
ejercieron su derecho inmanente de defensa propia ante los ataques lanzados por
fuerzas bajo la dirección de Manuel Noriega". No requiere comentario esa falacia.
El otro argumento, repetido sin excepción en todas sus agresiones fue “proteger la
vida de sus conciudadanos". Este argumento -que fue el único pretexto esgrimido en
el caso de Granada- va a terminar convirtiendo a los ciudadanos estadounidenses en
elementos Indeseables en el mundo, puesto que para salvaguardar sus vidas, se
llegan a cometer genocidios con los habitantes de otras naciones. Por instinto de
conservación habrá que mirarlos por lo menos con preocupación.
El tercer argumento fue: "Estados Unidos agotó todos los recursos diplomáticos a su
alcance para resolver pacíficamente la disputa con el señor Noriega, quien rechazó
tales esfuerzos”. ¿Cúales “recursos diplomáticos"? Autorizar su asesinato, difamarlo
ante el mundo y poner precio a su cabeza -un millón de dólares- no son
procedimientos diplomáticos en ningún tiempo ni en ninguna sociedad civilizada.
La cuarta y última justificación de la invasión es para figurar entre las mejores
colecciones de Ripley: “la obligación de defender la integridad de bs tratados del
Canal de Panamá”. Precisamente con la invasión se viola el convenio suscrito en
1936 con el gobierno de Roosevelt. En virtud de esa modificación los Estados Unidos
asumieron la obligación de no intervenir más en los asuntos internos de Panamá,
bajo ningún pretexto.
Pero el gobierno de Bush seguramente no se refiere a éste ni a los Tratados
TorrijosCarter de 1977, violado en la práctica diaria y por la ley norteamericana Nfi
96-70, sino a los originalmente suscritos en 1903. Sin duda, esa es la intención y el
objetivo. Porque el Tratado de principios de siglo, entre otras muchas iniquidades,
tiene las siguientes:
• El Tratado que otorga a “perpetuidad" la Zona del Canal a bs Estados Unidos, está
suscrito a nombre de Panamá no por el gobierno panameño, sino por el ciudadano
francés Phillips Bunau Varilla, accbnista de la antigua empresa francesa encargada
por Colombia para la construcción de la vía. Antes de suscribir el Tratado, Bunau
vendió sus acciones de la empresa a Estados
192
Unidos7. Una acción de gangsterismo internacional sin precedentes que ningún
patriota panameño podrá olvidar jamás.
El francés Bunau concede a Estados Unidos, hasta la consumación de los siglos, el
uso, la ocupación y control de una zona de tierra y de tierra cubierta por agua de
diez millas de ancho entre el Mar Caribe y el Océano Pacífico, además de
“cualesquiera otras tierras y aguas que pueden ser necesarias y convenientes para
los fines del canal, incluyendo todas las islas que se encuentren dentro de esas aguas
necesarias. (Cláusula II)
De la soberanía del Canal se excluye a Panamá: “Todos los derechos, poder y
autoridad en el territorio dentro del cual están situadas dichas tierras y aguas
corresponden a los Estados Unidos, con entera exclusión del ejercicio de tales
derechos soberanos, poder o autoridad por la República de F%namá". (Cláusula III)
Estados Unidos asume ‘‘para siempre” el derecho de usar los ríos, riachuelos, lagos
y otras masas de agua dentro de sus límites para la navegación, suministro de agua
o de fuerza motriz o para otros fines. (Clásula IV). La frase “para otros fines” le ha
servido a Estados Unidos para instalar una decena de bases militares.
Para los barcos de bandera estadounidense todos los servicios son gratuitos.
Panamá no podrá cobrar jamás, peajes aduaneros, derechos de tonelaje, anclaje,
faros, muellaje, pilotaje o cuarentena, ni ninguna otra contribución o impuestos
sobre las naves que usen el Canal o pasen por él o pertenezcan a los Estados Unidos
o sean empleados por ellos. (Cláusula IX).
Los norteamericanos y los ciudadanos a su servicio se excluyen del pago de
cualquier tipo de impuestos y contribuciones y pueden importar, libres de
impuestos, como si fueran diplomáticos, todo lo que deseen sin límites de
cantidades: “lo que sea necesario”. (Cláusula XIII)
La República de Panamá renuncia y concede a Estados Unidos la participación a que
pueda tener derecho en las futuras utilidades del Canal. (Cláusula XXII). Esta
cláusula expoliadora y de saqueo abusivo, que avergonzaría a cualquier
usufructuario, fue ligeramente modificada durante el gobierno del “buen vecino"
Franklin D. Roosevelt. Después de 50 años del Tratado y con su modificación
“generosa", el 98% de los ingresos correspondían a Estados
Unidos y únicamente el 2% a Panamá. A cambio de esa migaja, Panamá admitió la
validez legal del Tratado de 1903, indefendible como instrumento jurídico ante
ningún juzgado del mundo. Este írrito porcentaje de ingresos le fue arbitrariamente
retenido por el gobierno norteamericano, como parte del sabotaje económico
iniciado por Reagan.
La cláusula final de Tratado Bunau-Hay es de antología. Sólo Estados Unidos tiene
capacidad para modificarlo: “ningún cambio en el Gobierno o en las leyes y tratados
de la República de Panamá afectará, sin el consentimiento de los Estados Unidos,
derecho alguno de los Estados Unidos". En los Tratados Torrijos-Carterse mantiene,
por imposición de Estados Unidos, la prohibición de llevar discrepancia o
reclamación alguna en los acuerdos a juez, autoridad, país neutral o tribunal
internacional. Las reclamaciones se resuelven exclusivamente entre la víctima y el
verdugo.
Como es fácil deducir, la apropiación por parte de Estados Unidos de territorios
panameños y del Canal, no fue consecuencia de un tratado internacional libremente
suscrito entre dos partes legítimamente representadas, sino fue una imposición, un
acto ilícito, un asalto, un verdadero robo descarado, un episodio digno de los
delincuentes de Chicago realizado a nivel internacional. Por esa acción, el símbolo
norteamericano no debería ser el del Tío Sam, sino el de Al Capone, con una
ametralladora en la mano, un puro en la boca y totalmente vestido con la bandera
estrellada. Detrás del poderío actual de Estados Unidos hay muchos latrocinios y
genocidios.
Es suficiente ver la cronología de los acontecimientos para comprobar que la Zona
del Canal fue un lugar de permanente atraco internacional:
15 de marzo de 1902: el Congreso de Estados Unidos aprueba la Ley Spooner,
autorizando al Ejecutivo la construcción de un canal en el istmo de Panamá. Se
desechó de esa manera la otra alternativa que era a través de Nicaragua, razón por
la cual, a esa fecha, las tropas norteamericanas ya habían invadido a ese país en tres
oportunidades.
22 de enero de 1903: Colombia y Estados Unidos suscriben el Tratado Herrán-Hay
para la construcción del canal por Panamá, que a esa fecha era un departamento
colombiano.
194
17 de marzo de 1903: el Congreso norteamericano aprueba el
Tratado Herrán-Hay.
, 5 de agosto de 1903: el encargado de negocios de Estados Unidos en Colombia
dirige una comunicación intimidatoria al gobierno de Colombia exigiéndole no sólo
la inmediata ratificación del Convenio, sino su aceptación sin ninguna modificación,
“si Colombia desea de veras mantener relaciones amistosas con su país".
. i2deagostode 1903: el Senado de Colombia rechaza en todas sus partes y por
unanimidad el Tratado Herrán-Hay, por considerarlo antipatriótico y entreguista.
. 3 de noviembre de 1903: Panamá se proclama república independiente, con el
inocultable apoyo de Estados Unidos y del francés Bunau Varilla, para quien la
negativa del Congreso colombiano le significaba la ruina económica.
. 4 de noviembre de 1903: Estados Unidos reconoce a la nueva república y a su
gobierno provisional.
6 de noviembre de 1903: no termina de instalarse todavía la junta provisional de
gobierno de la nueva república, pero ese día envía al francés Bunau como
plenipotenciario a Wáshington. Un buque de guerra norteamericano que lo
esperaba, transporta a tan importante personaje.
18 de noviembre de 1903: al amanecer llega Bunau a Wáshington y ese mismo día
se firma el Tratado del Canal de Panamá. El flamante gobierno panameño no conoce
los términos del convenio. No han tenido tiempo de ver ni su forro.
2 de diciembre de 1903: la junta de gobierno provisional de Panamá ratifica el
Tratado. La víspera había llegado Bunou con el texto del mismo. El gobierno
panameño actuó de esa manera porque estuvo sometido al chantaje: si no lo
sucribía, Estados Unidos le retiraría su apoyo y lo otorgaría a favor de la
restauración del poder colombiano.
No existe precedente en el mundo de un acto de piratería semejante al que se le haya
dado calidad de Tratado. El llamado Laudo de La Brea y Pariñas, por medio del cual
una empresa norteamericana se apoderó -también a perpetuidad- de los
yacimientos petrolíferos peruanos; la apropiación ilícita de tierras agrícolas en
Costa Rica, Guatemala y Honduras, por la United Fruit; la obligación impuesta a los
países latinoamericanos para dar prefe-
renda a las Inversiones norteamericanas; la apropiación de Guan- tánamo en Cuba
y la anexión de medio territorio mexicano, a pesar de haber sido a través de una
guerra no provocada y más bien de rapiña; todos ellos fueron actos inmorales y
delictivos que, sin embargo, se quedan cortos en comparación al nauseabundo
Tratado del Canal.
Los Estados Unidos no están dispuestos a reivindicar a favor de sus legítimos dueños
lo que despojaron mediante el pillaje. Por el contrario, están decididos a mantenerlo.
No les importa Noriega, la libertad ni la democracia en Panamá. Lo que les interesa
es perpetuarla como colonia. Desde Hayes hasta Bush, pasando por Reagan,
consideran que la Zona del Canal “es un territorio soberano de los Estados Unidos,
parte de su frontera marítima, y obviamente hay que proteger ese territorio aun a
costa de que se convierta en otro Viet Nam".
El gobierno de Estados Unidos tuvo múltiples oportunidades para capturar y
secuestrar a Noriega, sin derramar una sola gota de sangre. Simplemente no
quisieron detenerlo, porque hubiera desaparecido el pretexto para invadir Panamá,
destruir a su fuerza armada y a sus organizaciones populares y acabar con el
nacionalismo torrijista.
Ninguna ocasión más propicia se presentó el 3 de octubre de 1989. Durante más de
tres horas, Noriega estuvo detenido y desarmado por los militares insurrectos a
órdenes del mayor Moisés Giroldi. Los rebeldes aguardaron angustiados todo ese
tiempo al helicóptero norteamericano en el que embarcarían a Noriega, asegurando
de esa manera el éxito de la rebelión. Pero el helicóptero nunca llegó. Giroldi les
ofrecía a su presa, maniatada y envuelta en celofán. Los norteamericanos no
aceptaron el regalo, porque para sus planes intervencionistas, les significaba un
presente griego.
Con Noriega en sus manos, ¿con qué pretexto hubieran agredido a Panamá? ¿De qué
manera hubieran disuelto el ejército nacionalista? Estados Unidos quiere un futuro
Panamá sin ejército.
El golpe militar del 3 de octubre contra Noriega, fue deliberadamente preparado por
Estados Unidos para que fracasara. De esa manera “no les quedaba otro recurso"
que invadir. Los complotados fueron vilmente engañados por los yanquis con un
pago de 700 mil dólares. Su ingenuidad la pagaron con sus vidas.
Por lo demás, Noriega nunca ha jugado a las escondidas. Con una
operación de comando -en la que son tan hábiles los yanquis a juzgar por sus
películas sobre Rambo- lo tenían a su disposición cuantas veces se lo hubieran
propuesto.
Pero Noriega no fue nunca el objetivo, sino sólo la excusa. Estados Unidos no invade
y destruye un país, masacra a un pueblo ni instala campos de concentración para
más de cincuenta mil prisioneros, por un solo hombre, por malvado que éste fuera.
Lo hace para no devolver la Zona del Canal al medio día del 31 de diciembre de 1999.
La criminal agresión fue minimizada por los medios de comunicación. Las noticias
se ocuparon más de las peripecias de Noriega que de la tragedia panameña con sus
dos mil asesinados, tres mil heridos y cincuenta mil prisioneros.
La televisión no mostró un solo cadáver panameño ni la imagen dolorosa de sus
deudos, escenas en las que normalmente se explayan y deleitan. La SIP fue muy
ejecutiva en sus consignas, puesto que rápidamente uniformó la política informativa
de sus diarios afiliados en el continente. Por eso no fue raro ni sorprendente el
comportamiento informativo de los diarios afiliados a la SIP. El Comercio de Lima,
tituló a una columna sobre el bombardeo a Panamá con la siguiente frase: “Estados
Unidos inicia acción militar contra Noriega”. A partir del tercer día de la invasión, el
diario de la SIP, retiró de su primera página a Panamá y se concretó a publicar en
páginas interiores, las versiones norteamericanas a través de las agencias UPI y AP.
El director de otro diario de la SIP, Expreso de Lima, en la columna que aparece bajo
su firma, justificó la agresión, recomendando que para la expulsión de los dictadores
hay que “dejar que se ocupe de esa tarea el gobierno de los Estados Unidos”, porque
considera ei principio de la libre determinación de los pueblos como “una frase de
cliché”. Felizmente son pocos los Endara, capaces de juramentar sobre los cadáveres
de su pueblo ante los invasores que los estaban asesinando. Por lo menos en el Perú
se respondió con dignidad: se retiró al embajador en Wáshington, se canceló la
asistencia a la reunión de presidentes con Bush para tratar el tema del narcotráfico,
"porque los ultrajados no podemos sentamos a discutir con bs agresores” y en el
Parlamento se respaldó abrumadoramente la
iniciativa para denunciar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR.
Desde el 22 de diciembre, junto al pabellón peruano flamea la bandera panameña
en Palacio de Gobierno hasta el día que se retiren bs invasores.
También se ha puesto de manifiesto la identificación y dependencia de tas grupos
ultra derechistas de América Latina con la política exterior de Estados Unidos. El
novelista peruano Mario Vargas Ltasa, candidato presidencial por el frente
derechista, freoe- mo, lamentó la intervención, pero reconoció como legítimo al
gobierno impuesto por bs invasores. Uno de bs líderes de su movimiento, Pedro
Cateriano, expresó en la televisión su satisfacción por la medida asumida por el
gobierno de Bush. Los parlamentarbs de ese grupo fueron los únicos que se
opusieron a que el Perú se retirara del TIAR. El parlamentario de Izquierda Unida,
Manuel Benza, comentó la actitud y bs argumentos del grupo político de Vargas
Llosa, de la siguiente manera: si las tropas norteamericanas hubiesen invadido el
Perú con el pretexto que Velasco era un dictador, cuando su gobierno nacionalizó el
petróleo y expulsó a la Standard Oil, esos políticos derechistas hubieran estado junto
al agresor y actuado exactamente como Guillermo Endara.
Seguramente cuando estas páginas sean olvidadas, Panamá continuará
desangrándose. Ya no est£n más Ornar Torrijos, Victoriano Lorenzo Tello, el coronel
Remón, los 6 patriotas asesinados en 1958, ni bs 24 que les siguieron en el sacrificio
de 1964. Por millares se cuentan bs asonados a partir del 20 de diciembre de 1989.
Los caminos que conducen a la independencia de los pueblos no están sembrados
de rosas, sino de muertos entrañablemente queridos sacrificados con la convicción
que “morir por la patria es vivir". Las avanzadas tecnologías norteamericanas de la
industria de la muerte podrán seguir demostrando su eficacia sobre un pueblo
latinoamericano más. Pero, mientras viva un panameño digno, su grito de combate
será el mismo:
“jUn solo territorio, una sola bandera!” “jUna sola bandera, un solo territorio!"
“¡Y ni un paso atrás, carajo!"
Capítulo VI
TRAFICANDO EN LA INCONSCIENCIA
"Confiar en las encuestas es como calcular la producción mundial de trigo de la
próxima cosecha, contando los granos de una espiga”
Edward G. Morrow
De mercaderes de ilusiones a manipuladores de la mente
La propaganda en política es tan antigua como la política misma. Tal vez los más
activos y efectivos propagandistas de lahistoriafueron los apóstoles del
cristianismo, llevando el mensaje del Salvador de casa en casa, persona por persona.
Igual que las demás religiones. No habría budismo ni mahometismo sin
predicadores-propagandistas. Desconocer la validez de la propaganda equivaldría a
poner en duda el poder de convencimiento de la Inteligencia a través de la palabra.
En la primera mitad del siglo xx fue Goebbels el más sobresaliente de todos. Debido
a su gran oratoria y a su absoluta carencia de escrúpulos para faltar
deliberadamente a la verdad -“miente, miente, que algo queda”- contribuyó a la
fanatización de uno de los pueblos más civilizados y cultos del mundo, que
protagonizaron y permitieron la barbarie del nazismo.
_Los métodos propagandísticos de Goebbels fueron recogidos, en cuanto se refieren
a la mentira deliberada, por los políticos del imperialismo, principalmente durante
la guerra fría, para justificar las acciones punitivas de sus ejércitos más allá de sus
fronteras o para sus planes de desestabilización y subversión en otros países. Las
acciones psicológicas que precedieron a sus marines en las intervenciones a
República Dominicana, Guatemala, Cuba, Granada, Nicaragua, Sudeste Asiático y
otros lugares alejados de sus fronteras,
201
están plagadas de falsedades, con la ventaja sobre el nazismo, de contar con el más
grande y poderoso sistema de comunicaciones de todos los tiempos.
Después de la Segunda Guerra Mundial, los métodos de Goebbels, exceptuando la
mentira, fueron superados abismalmente con los aportes de la publicidad comercial
y la aplicación de técnicas utilizadas por las ciencias sociales, especialmente las
encuestas, los jondeos de opinión y los controles de mercadotecnia. Los políticos
abandonaron sus tradicionales estilos propagandísticos y los partidos sustituyeron
sus oficinas de prensa y propaganda por agencias de ^publicidad comercial. El
Partido Republicano, en 1952, fue el primero que ofertó a sus candidatos,
comenzando por el presidencial, como si se tratara de mercaderías. Los mismos
procedimientos que los publicistas utilizan para vender detergentes, lápices
labiales, refrigeradoras o automóviles, se emplearon para ganar votos. La política se
puso en manos de los mercaderes de ilusiones. Fue el apogeo de los sondeos de
opinión para determinar los temas que la mayoría quisiera escuchar de sus
candidatos. El triunfo electoral de los republicanos en T9S2 fue determinante para
consagrar la aplicación de las técnicas de mercado a la política. Tuvieron éxito
quienes la aplicaron al comprobar que “el ciudadano que entra a lacámara secreta y
duda entre dos listas de candidatos está en la misma situación que el que debe
decidir entre dos dentífricos rivales en la farmacia. La marca que ha penetrado más
profundamente en su cerebro será la elegida” \
Los procedimientos se han perfeccionado al punto que los publicistas no averiguan
ya los gustos de los consumidores para la producción industrial que promueven.
Ahora simplemente los imponen como “una transfusión de preferencias”, con lo cual
el domesticado ciudadano norteamericano compra cosas que no necesita, porque no
le ofrecen un jabón para la higiene, sino para lograr belleza. “No le entregan una
mercadería sino una ilusión. Los productos no se venden apelando a sus
características, sino apelando a la conciencia de los consumidores”. Los industriales
también han comprendido que en la actualidad “no venden productos, sino que
compran clientes”.
En los años 50, cuando se hablaba de la propaganda subliminal, el estudioso
norteamericano Dan Lacy, advirtió el peligro que amenazaba al pueblo de Estados
Unidos: “abrigamos el temor que se escondan intenciones malignas en el centro de
la trama de las comu
nicaciones. 'persuasores ocultos’ que tratan de transformarnos subrepticiamente,
propagandistas políticos-Goebbels más sutiles-que pervertirán insidiosamente
nuestra independencia. El vasto mecanismo de la comunicación que de tal manera
nos rodea y llena nuestras horas y crea en nosotros el sentido del mundo más allá
de nuestro círculo diario se halla más bien concienzudamente dedicado a través de
encuestas, tests, a indagar cómo somos actualmente, qué es to que nos interesa,
cúales son nuestros gustos, cúales nuestros prejuicios, y luego sostener ante
nuestros ojos un gran espejo de color rosado. No es el Hermano Mayor el que habla
desde la pantalla: es la imagen homogeneizada de nosotros mismos, la misma
imagen que encuentra su reflejo en la prensa diaria y en las páginas de las revistas
informativas”. Dan Lancy, lanzó esta advertencia en 1959, en una conferencia ante
directores de bibliotecas de Wáshington. Lacy fue director de informaciones
internacionales del Departamento de Estado de Estados Unidos en la época de las
investigaciones de McCar- thy y resistió públicamente el oscurantismo de esos años.
En 1956 el Partido Demócrata, para competir en igualdad de condiciones con los
republicanos, confiaron también su propaganda a una agencia de publicidad que, a
la postre, resultó más efectiva. Los investigadores de mercado no sólo se
concretaban a buscar los temas yfiasta las palabras favoritas de los entrevistados,
sino que modifica- "í67fla apariencia física de los candidatos con artes de sastrería
y peluquería. Ningún detalle fue descuidado, ni el maquillaje, ni el color de fondo de
los escenarios -azul telegénico- para sus presentaciones televisadas. Estas técnicas
llegaron a la América Latina con algún retraso y con el aporte de expertos
norteamericanos en publicidad. Ellos, por ejemplo, establecieron que la mayoría de
los electores eran jóvenes y querían ser gobernados por jóvenes. El candidato
presidencial de un país sudamericano fue sometido a una transformación para darle
apariencia juvenil. Patillas al estilo de Elvis Presley, a pesar de la avanzada calvicie,
ropa igualmente juvenil y, sobre todo, caminar muy rápido, casi corriendo, para
mostrar además de juventud, energía y vitalidad. Esto, según los expertos, es más
importante que hablar de problemas económicos, sociales o energéticos.
Las ciencias sociales fueron expropiadas por la publicidad comer- . Pial-Esta a su vez
por la política. Adlai Stevenson, candidato derrotado a la presidencia de los Estados
Unidos declaró consternado: “la idea
de que se puedan vender candidatos para las altas investiduras como si fueran
cereales para el desayuno, es la última indignidad del proceso democrático”2.
Lo que era válido para la política interna de los Estados Unidos, no podía ser
desperdiciado para su política exterior ni menos para su estrategia militar. Sus
servicios de inteligencia tradicionales habían fallado en Cuba. La revolución
triunfante de 1959 se enrumbaba en 1960 a la construcción del socialismo a menos
de 90 millas de sus fronteras territoriales, despertando, además, contagioso
entusiasmo en América Latina y el Tercer Mundo. La acción del gobierno
norteamericano no podía concretarse únicamente a unacampaña increíblemente
calumniosa contra esa revolución para evitar su peligroso ejemplo en el resto del
continente. Sus servicios de inteligencia, especialmente la CÍA y sus Mensajeros de
la Paz eran insuficientes para recoger el pensamiento de los latinoamericanos y
establecer medidas preventivas o, en caso necesario, punitivas. Por eso, el Pen-
tágono y el Departamento de Estado acudieron al auxilio de la mercadotecnia
implementada por las ciencias sociales y organizaron proyectos de espionaje
masivo, bajo la forma de encuesta, en varios países de América Latina, que harían
luego extensivas a 40 países del Tercer Mundo.
Pero mientras los políticos se sentían felices con sus métodos publicitarios, sus
creadores empezaron a sentir que el piso se les movía. Los métodos de los
publicistas, que parecían infalibles, empezaron a fallar. Algunas grandes
inversiones, en este campo, no eran correspondidas con las ventas. Con frecuencia
se incurría en disfunción. Es decir, la publicidad con frecuencia causaba el efecto
contrario al deseado. Surgieron varios problemas tan serios que pusieron a más de
una poderosa empresa al borde de la quiebra. En el mundo de la publicidad se vivía
una angustia silenciada hacia el exterior. Las preocupaciones de los mercaderes de
ilusiones no llegaban todavía a los oídos de los políticos. Estos seguían creyendo
haber descubierto la piedra filosofal de la dominación de sus electores con los
procedimientos sociológicos aplicados al comercio.
Sin embargo, los sondeos de opinión o encuestas sobre los que se sustentaba la
publicidad comercial en los Estados Unidos hasta mediados de la década del 50,
demostraron su peligrosa inexactitud. El fracaso de estos surveys pusieron al borde
del colapso a la
204
poderosa fabricante de automóviles Chrysler. Se comprobó, todavía entonces, que
los muestreos de opinión pública eran anticientíficos. Hasta esos años, los servicios
secretos norteamericanos utilizaban también las encuestas para establecer el
pensamiento de los militares latinoamericanos.
Las encuestas fueron la novedad de los años cincuenta para establecer los gustos y
preferencias de los consumidores y en función de ellos orientar la publicidad de una
industria floreciente pero siempre temerosa de sucumbir en crisis por
sobreproducción. El estudio de mercado llegó a considerarse pretenciosamente
como una ciencia. Los políticos, por eso, adoptaron iguales procedimientos. El
norteamericano George Gallup se hizo multimillonario con sus famosas consultas a
la opinión pública para establecerlos resultados electorales antes de que se realicen
las elecciones. Gallup se convirtió en un moderno y científico Nostradamus. De sus
máquinas calculadoras salían los triunfadores de las elecciones antes que de las
ánforas, a pesar de que la primera vez, en 1938, fallaron sus pronósticos, que fueron
explicados con mucha lógica: “consecuencia de un acontecimiento que cambió
súbitamente, durante las 24 últimas horas, las decisiones ciudadanas”. Pero, diez
años después, en las elecciones de 1948, volvieron a equivocarse estrepitosamente.
El infalible Gallup dio por ganador de las elecciones de noviembre al candidato
Dewey con más del 50% de votos sobre Truman que no llegaba ni al 45. Dos días
después Truman fue el vencedor con más del 54 %.
A pesar de su descrédito, los sondeos elementales de opinión se siguen utilizando
en los procesos electorales en América Latina, pero no por su certidumbre, sino
como instrumentos de propaganda, confiados en que los indecisos siempre
terminan apoyando a los que consideran ganadores, fenómeno conocido por los
sociólogos como Teorema de Thomas. La encuestaJia devenido así en simple medio
de publicidad política, efectiva en cuanto el propio Gallup reconoció que la
impresión de totalidad actúa normalmente en beneficio del favorecido en las
consultas. Actualmente los sondeos Gallup basan sus pronósticos más que en las
respuestas corrientes de sus entrevistados en las nuevas técnicas de Investigaciones
motivacionales a cargo primordialmente de psicólogos.
Los industriales y las agencias de publicidad no podían confiar sólo en los muestreos
de opinión. ¿Qué es lo que fallaba? Se
destinaron, como de costumbre, millones de dólares para averiguarlo. Investigando
las razones del comportamiento de las personas frente a los encuestadores,
llamaron en auxilio de los publicistas a psicólogos, sociólogos, antropólogos y a
psiquiatras sociales. Las conclusiones fueron fabulosas para publicistas e
industriales, pero terroríficas para los demás seres humanos. A partir de ese
momento se estableció que los publicistas no deberían depender más de las
aficiones, gustos y necesidades de los compradores. Por el contrario, había que
imponer a los compradores el gusto y las aficiones de los vendedores, jjediante una
“transfusión de convicciones” utilizando los procedimientos ensayados a nivel
zoológico por Pavlov. Se había descubierto que los humanos poseemos un nivel
ubicado cómo el inconsciente, sobre el cual se puede actuar, para fijar mensajes por
medio de símbolos, colores y frases y obtener a través de estímulos extemos,
idénticas respuestas y reacciones a las sugeridas. Igual que los perros de Pavlov,
dispuestos a reaccionar por reflejos condicionados.
Los políticos, que aprovechando los procedimientos de investigación de mercado
habían superado la propaganda del nazi Goebbels, pronto descubrirían las últimas
novedades de la publicidad comercial, dedicada en esos momentos al estudio de
nuestros procesos mentales para poder manejarlos a su antojo con la ayuda de
símbolos y la participación de sociólogos y psicólogos conductistas.
Desde finales de la década del cincuenta nos estudian en profundidad. Los que
examinan y se zambullen en la conciencia de los hombres, los que taladran nuestro
cerebro, los profesionales en trabajar sobre nuestro inconsciente, los que han
perfeccionado y convertido en ciencia lo que Vanee Packard llama “las formas
ocultas de la propaganda” en busca de cohesionar a la opinión pública, de
convertirnos en seres hechos a la medida y elaborados en serie, se autode- nominan
pomposamente “investigadores motivacionales”. Precisamente el sociólogo
norteamericano Packard, ha resumido los estudios realizados sobre la imprecisión
y falibilidad de las encuestas de opinión pública-objetadas con anterioridad por
publicistas europeos, debido a la insignificante y anticientífica proporción de las
muestras- en su libro Las formas ocultas de la propaganda.
Ya en 1950, el francés Jean Marie Domenach, en su estudio sobre la propaganda
política, sostenía que “el sondeo de opinión obtiene la media de lo que es ya una
media. De allí sus limitaciones y sus
posibilidades de error. La opinión neta se obtiene al nivel del grupo ai que pertenece
el sujeto, pero como esos grupos son por lo general 'múltiples -familia, sindicato,
partido, salón- el individuo puede emitir opiniones diferentes en cada uno de esos
diversos niveles, a veces, contradictorios. Por eso, esta media no se alcanza y la
opinión individual oscila entre las diversas actitudes que se le sugieren"3.
Para que los sondeos tuvieran validez, tendría que buscarse la opinión de individuos
que son prototipos de su sector social, desechando a los atípicos. Pero, como
Domenach hacía notar, existen individuos típicos en un medio que al mismo tiempo
son atípicos en otro. Ponía como ejemplo, el caso de un joven burgués convertido al
comunismo. En el partido, como estudiante, era típico, pero atípico en el seno
familiar. O el de un chauvinista, típico entre los veteranos de la guerra, pero atípico
en la fábrica donde trabajaba o en su sindicato. Si en el primer caso, el encuestador
lo interrogara en su domicilio, cometería un grave error al proyectar esa opinión
como la representativa de su barrio. En el segundo caso podría generalizar al
sindicato como chauvinista. Los encargados de las entrevistas, sobre todo en las
encuestas electorales, no tienen tiempo sino para tocar el timbre de una casa y
preguntar al primero que sale a abrirle la puerta.
Los publicistas descartaron por eso la validez de los sondeos de opinión pública. Si
sus resultados son discutibles en un pequeño grupo que se toma de muestra, mucho
más irreal es que se los interpole como expresión de toda una ciudad y peor de todo
una nación.
Pero fueron los psicólogos y los psiquiatras sociales los que al comprobar la
ineficacia de las encuestas descubrieron la posibilidad de moldear el
comportamiento de los individuos y de las sociedades. Desde entonces, antes de
lanzar una campaña de publicidad para vender determinado producto ya no había
que preguntarle a la gente qué es lo que quería o qué es lo que le gustaba. Ahora
había que psicoanalizarla, estudiarla en profundidad, averiguar sus complejos,
analizar sus frustraciones, en suma, lanzar sondas a su alma a fin de conocer su
profundidad, para establecer los motivos que lo inducen a la elección y actuar en
consecuencia.
Según describe Vanee Packard, los expertosen ciencias médicas y sociales, que por
encargo de las agencias de publicidad estudiaron las razones por las cuales fallan las
investigaciones de
207
mercado mediante los sondeos de opinión, encuestas o surveys llegaron a las
siguientes conclusiones:
"En primer lugar no ha de suponerse que la gente sabe lo que quiere". Como ejemplo
para esta afirmación cita el caso de uña industria de salsa de tomate que se puso al
borde de la quiebra por aplicar al pie de la letra los resultados de una encuesta
realizada entre compradoras de ese producto. La mayoría de entrevistadas había
sugerido un nuevo tipo de envase y aprobado el propuesto. Cuando el producto llegó
a los mostradores en la novedosa botella, bajaron las ventas. Nuevamente
entrevistadas, por mayoría abrumadora, rechazaron el envase y manifestaron su
preferencia por el anterior.
Otro ejemplo confirmatorio de esta conclusión fue el resultado -ampliamente a
favor- de una cerveza seca inexistente, con el agravante que la consulta fue hecha
entre bebedores de cerveza.
Una periodista peruana, para un programa de televisión, realizó una encuesta para
que las personas interrogadas, incluyendo intelectuales, dieran su opinión sobre el
último best-seller: una novela titulada La quinta espada. Casi todos declararon
haberla leído. Unos la encontraron apasionante y no escatimaron elogios a la obra y
a su autor. Sin embargo la novela no se había escrito nunca y el título era producto
de la imaginación de la periodista.
Este último caso coincide plenamente con la segunda conclusión resumida por
Packard: “No cabe suponer que la gente diga la verdad sobre sus preferencias y
aversiones aun en el caso de conocerlas. En cambio es probable que se obtengan
respuestas que protejan á los informantes en su resuelto empeño por aparecer ante
el mundo como seres verdaderamente sensatos, inteligentes y racionales". Este caso
'les frecuente en declaraciones al público o a periodistas. Por ejemplo, las candidatas
a los reinados de belleza, indefectiblemente manifiestan sus preferencias por la
música y la literatura clásicas, aunque sus verdaderas aficiones no pasen de los
ritmos bailables de moda y su lectura apenas alcance a los folletines de Corín
Tellado.
Otro ejemplo, comprobado por los investigadores para esta conclusión es que la
gente “admite leer sólo revistas que gozan de gran prestigio". Si se tomaran en serio
estos resultados, se llegaría a la conclusión que los periódicos sensacionalistas y de
escándalo se leen apenas, mientras las publicaciones culturales deberían alcanzar
altísimos tirajes.
Packard refiere un experimento realizado en Estados Unidos por el Instituto de
Investigación del Color para poner en duda la sinceridad con la que la gente
responde. Describe que, antes de una conferencia prepararon dos salas de espera:
una con modernos, mullidos y confortables muebles suecos y, la otra, con sillones de
estilo, incómodos pero tradicionales. Los primeros asistentes ocuparon de
inmediato la primera sala y únicamente cuando ya no había sitio, se sentaron en los
antiguos, incómodos y recargados asientos. Interrogados después de la conferencia
sobre cúal de las salas les había parecido mejor, el 84% respondió que la clásica.
Otro experimento preparado por el mismo instituto fue realmente humorístico: se
interrogó a seiscientas personas sobre si acudirían Tuna casa de empeño en busca
de un préstamo de dinero, dejando un objeto en garantía. Todos los informantes
respondieron negativa y airadamente. Pero el instituto había preparado la encuesta
estrictamente entre clientes de casas de préstamo.
Otra conclusión demostrativa de la limitada eficacia de las encuestas se basa en que
“es peligroso suponer que la gente se comporta de manera racional”. Uno de los
casos estudiados por el referido instituto y recogidos por Packard, para sostener
esta tesis, fue la consulta hecha entre amas de casa sobre las bondades de tres
marcas de detergente. La mayoría de las mujeres consultadas rechazaron el
detergente del envase amarillo porque, si bien sacaba en forma excelente la
suciedad, en cambio quemaba las manos. Para ellas, el del envase azul no afectaba la
piel pero no lavaba bien. Fue casi unánime el fallo al mejor detergente: era el de la
caja bicolor -amarillo y azul- porque no afectaba las manos y limpiaba con
perfección. Lo que no sabían las participantes de la prueba es que se trataba de un
mismo producto envasado en tres cajas diferentes.
El mismo Packard, refiere otra encuesta cuyas conclusiones hicieron perder
millones de dólares a la Chrysler Corporation. Lo más significativo de esa consulta
fue su duración y lo detallado, lo exahus- tivo y, para su tiempo, lo científico del
cuestionario. La Chrysler quería saber, desde luego para aumentar sus ventas, qué
características debería tener el auto preferido por los norteamericanos. El resultado
fue considerado, por mucho tiempo, como el “error más caro en la historia de los
negocios de Estados Unidos”. De acuerdo con ese estudio de mercado, los
norteamericanos estaban cansados de los
automóviles grandes y anchos, adornados con exceso de cromos, difíciles de
estacionar en calles cada vez más congestionadas, y una serie de argumentos más.
Para satisfacer ese deseo mayoritario, la Chrysler disertó un automóvil mediano y
sencillo con la seguridad de revolucionar el mercado. Hay que imaginarse la
inversión y el tiempo que requirió para cambiar sus instalaciones y adaptarlas al
nuevo modelo. Los resultados fueron catastróficos. Nunca la gigantesca empresa
vendió tan pocos automóviles como en 1953, año en el que se aplicó la muestra. Para
evitar la quiebra tuvo que volver a las características de largo y ancho de sus
antiguos diseños.
Treinta años después, los sondeos siguen desorientando a quienes encargan estos
estudios más que si confiaran únicamente en su intuición. En 1980 el Newsprint
Information Comittee -una suerte de club de editores- quiso dar respuesta a un
interrogante: si más gente leía periódicos o veía televisión. Para estar seguros
encomendaron la investigación a tres acreditadas empresas de marketing: Roper,
Ben Bagdikian y Robinson. Los estudios de Roper resultaron diferentes y opuestos
a los realizados por Ben Bagdikian. Los obtenidos por la firma Robinson, no se
parecían a ninguno de los otros dos.
No es posible sacar conclusiones definitivas de las encuestas sobre las preferencias
de los consumidores. Con mayor razón si se trata de averiguar convicciones
políticas, ideológicas o favoritismo sobre candidaturas a cargos electivos. En algunos
países del Tercer Mundo ía sinceridad frente a un formulario de preguntas políticas
puede ser un riesgo peligroso. Por ejemplo, en Chile gobernado por el general
Pinochet es improbable que un marxista confiese sus convicciones ante un
desconocido, porque siempre tendrá la duda de si realmente se trata de un
pesquisidor de encuestas o de un miembro de seguridad del Estado. La
demostración se dio precisamente en Chile en el referendum convocado en 1988.
Todas las encuestas, sin excepción y hasta la víspera de la consulta, daban por
ganador al “si” que permitiría la permanencia de Pinochet en el gobierno. Pero el
“NO" se impuso en proporción contundente.^Después se supo que la confianza y el
optimismo de Pinochet no se sustentaban únicamente en los sondeos de las agencias
privadas, sino en la de sus propios servicios de intéligencia.
I sucede con los ratings que miden ia sintonía de programas W* y teievis¡ón y los
tirajes de revistas y periódicos. Una inves- de ra7p ¿¡e| congreso norteamericano
sobre los ratings sorprendió fi aue por la falta de idoneidad y honestidad en los
procedimientos, ^ {reducidísimo ámbito en que se realizaban las consultas. Las em-
P°reaS dedicadas a estos estudios llegan a tener poder excesivo píbre los medios de
comunicación, puesto que sus conclusiones es- !¡dísticas sirven de pauta para la
distribución de propaganda de las Cencías de publicidad. En América Latina se han
producido verdaderos escándalos por la manipulación de cifras para beneficiar a
determinados medios de comunicación. En realidad, casi en ningún país están
reguladas por ley estas empresas ni las universidades preparan a sus expertos.
Nacen espontáneamente como los huevos neutros. Sin embargo, sus ejecutivos se
promueven como infalibles y paracer- tificarque sus métodos son científicos,
muestran como testimonio técnico a las computadoras “que nunca se equivocan”. Y
realmente -salvo que tengan virus- no se equivocan. Además de certeras, las
computadoras son veloces y honestas. No se puede afirmar en cambio que sean
certeros, infalibles y honestos los seres humanos que las programan y que cargan
los datos. En el Perú existe una empresa de encuestas denominada Peruana de
Opinión Pública, cuyas siglas son pop. En los medios periodísticos se bromea, y hasta
se ha publicado con esa intención, que la sigla pop se interpreta como "Pagas O
Pierdes”.
Hay numerosas experiencias al respecto. El director de un periódico de reciente
fundación, recibió la visita del representante de una empresa de ratings ofertando
la venta de sus sen/icios. Convencido que la propaganda comercial no se daría a ese
medio por su línea popular por muy significativo que fuera su tiraje, no aceptó la
proposición. Les preguntó, en cambio, cúales eran los métodos para establecer el
número de ejemplares de cada publicación. Respondieron que sus expertos
consultaban pon vendedores y compradores. director les aconsejó un sistema más
seguro: que consultaran °on los distribuidores zonales.
Ellos entregaban las publicaciones en su sector y, al día siguiente, recibían las
devoluciones de los ejempla- ®s no vendidos. Y otra sugerente invitación: que lo
visitaran a la hora 6 se iniciaba la impresión y se quedaran hasta el final,
contemplan- contómetro de la rotativa.
Los expertos no aceptaron ninguna de las propuestas, convencidos de sus métodos
de muestreo. Como consecuencia de esta negativa, los resultados del rating
correspondiente al mes siguiente hubieran sido catastróficos para el periódico de
haber vivido de la publicidad comercial y no de los comunicados de organizaciones
gremiales y sindicales, y del tiraje: no sólo lo bajaron del lugar en que lo habían
ubicado antes de la visita, sino que lo hicieron desaparecer. Prácticamente para la
empresa encuestadora el periódico no existía.
En la mayor parte de los países del Tercer Mundo funcionan empresas
transnacionales dedicadas al estudio de sintonía y circulación, como un
complemento a las de publicidad. Entre ambas forman los brazos de una tenaza que
aprisiona a los medios locales de comunicación. Si algún diario o estación de radio o
televisión, adoptara una política informativa realmente amplia, pluralista y que de
algún modo objetara la economía de mercado, la empresa de rating será la
encargada de establecer que ese medio no tiene aceptación en el público. Al no
figuraren los lugares aceptables para la publicidad, ésta le será negada sobre bases
reales y objetivas. Esa es la razón por la cual no puede sobrevivir la prensa
alternativa y con mayor razón la radio o la televisión alternativa. Por eso, los
movimientos progresistas están marginados de la libertad de prensa.
Las encuestas políticas llegaron con mucha tardanza a América Latina. En el Perú,
por ejemplo, iniciaron sus actividades recién en 1980. En realidad, la mayoría de las
empresas encuestadoras existían desde tiempo atrás con fines estrictamente
comerciales. En las elecciones de ese año decidieron incursionar en las arenas
movedizas de la política, porque se les abría una nueva fuente de ingresos. Como la
norteamericana Gallup, el debut fue catastrófico: no acertaron una. De acuerdo con
sus pronósticos, en 1980 el presidente peruano debió ser el aprista Armando
Villanueva con amplísima ventaja sobre el populista Fernando Belaúnde. Pero los
resultados fueron exactamente a la inversa. Los márgenes de error superaron el 15
y 20%. La historia fue a contrapelo de las encuestas.
Con esos resultados debieron volver -silenciosos y avergonzados- a sus
indagaciones de consumo, lectoría y sintonía. Pero la acogida que tuvieron durante
la campaña electoral en las empresas
de radio, televisión y en los periódicos les reportó nada despreciables ganancias. Sus
pronósticos no fueron infalibles, pero sus utilidades sí. De manera que para las
elecciones municipales de 1983, regresaron al negocio como si nada hubiera
sucedido.
Descubrieron, además, que difundiendo sus cifras en los medios, adquirían un poder
de manipulación extraordinario que les permitía _Subo.rdi.nar a políticos y partidos
con la posibilidad de endosarles el "voto perdido" y, por añadidura, hacer méritos
con los grandes anunciadores. Esta última afirmación es demostrable -con tos
estudios realizados por el politólogo peruano Fernando Tuesta4- al comprobar que,
sin excepción, las empresas encuestadoras disminuyen las posibilidades de los
sectores populares y de la izquierda, al subrepresentar a los sectores de extrema
pobreza. Tuesta demuestra que eñ todas las encuestas, la candidatura de la derecha
“está sobrerrepresentada”, mientras que la candidatura de Izquierda Unida ¿ecibe
exactamente el trato contrario: en todos los casos los porcentajes que se le otorgan
son siempre menores a los resultados finales. 'T3s empresas latinoamericanas de
marketing político, añaden a la serie de razones por las cuales fallan las encuestas,
una de importancia decisiva. Sus métodos y cuestionarios están traducidos
literalmente de las encuestadoras de Estados Unidos, primera potencia económica
del mundo, donde los estratos sociales están diferenciados y no tienen la
heterogeneidad de los países subdesarrollados. En cualquier ciudad de Estados
Unidos se puede ubicar y diferenciar con facilidad a los distintos sectores por sus
ingresos económicos. En Lima, donde la población ha aumentado 5 veces en 30 años,
con una marginalidad no mensurada y creciente, aplicar mecánicamente los
procedimientos norteamericanos carece de seriedad y raya en el absurdo.
La segunda experiencia de las encuestas políticas de 1983 en Lima, fue peor que la
anterior. Un mes antes de las elecciones, cada una de las empresas encuestadoras
dio resultados diferentes y todas fallaron. A cuarenta días de las elecciones, el
candidato favorito a la alcaldía de Lima era Alfredo Barnechea del Partido Aprista,
con el 26 y 30% de la votación, según las empresas Peruana de Opinión Pública
(pop) y Datum, respectivamente. De acuerdo a pop, el segundo lugar correspondía a
Ricardo Amiel del Partido Popular
Cristiano y el tercero, al candidato de Izquierda Unida, Alfonso Barrantes. Para
Datum, ei segundo tugar era para el representante de la izquierda; para Inter-Gallup
el triunfador debía ser el popularcristiano Amiel con el 26%, seguido del entonces
izquierdaunidista Barrantes y, en el tercer puesto quedaría Barnechea del APRA.
No se requería de sondeos de opinión, para intuir que el vencedor real sería el
candidato de Izquierda Unida. Pero las agencias POP, Datum y la Compañía Peruana
de Investigación de Mercados (CPI) recién dieron a esa candidatura el primer lugar,
faltando dos días para la realización de los comicios. Fracasaron lamentablemente
en los porcentajes estimados. Después de reiterar que sus sondeos tenían como
máximo el 5% de error, Datum falló en 13.51 y CPI en 14 puntos porcentuales.
Igualmente fueron notables los yerros en los puestos siguientes. En el proceso
electoral de 1983 se puso en evidencia la carencia ética de Inter-Gallup, contratada
con exclusividad por el diario El Comercio. Esa empresa dio como favorito en las
encuestas hasta el último día, al popularcristiano Ricardo Amiel -candidato
auspiciado por ese diario-, que resultó tercero. Con respecto al primero se alejó de
la realidad en más del 12%.
Tal vez confiando como Martín Fierro, en que “saber olvidar lo malo también es
tener memoria", las empresas manipuladora-en- cuestadoras reaparecieron en los
procesos electorales de 1985, de1986 y de 1989. En las del año 85 la campaña
espectacular del aprista Alan García no dejaba dudas sobre su triunfo. La discusión
generalizada consistía en saber si ganaría en la primera vuelta o requeriría de una
segunda elección. Las agencias encuestadoras fallaron notableme^e en los
porcentajes alcanzados. La mayoría de ellas se quedaron cortas en las intenciones
del voto, con el evidente propósito de mejorar al candidato apoyado por los grandes
anunciadores. Los errores de todas las agencias en los siguientes puestos y los
porcentajes atribuidos, fueron realmente decepcionantes.
Esta tendencia de favorecer las candidaturas apoyadas por los empresarios, se hizo
evidente en las elecciones municipales de noviembre de 1989. Desde el mes de
agosto era notoria la popularidad abrumadora del candidato del Movimiento Obras,
Ricardo Belmont, propietario de dos radioemisoras y de un canal de televisión,
además de ser un animador muy querido por sus marathónicas presentaciones
anuales en la televisión en un programa destinado a recaudar fondos en beneficio
de la clínica San Juan de Dios para ni-
nos inválidos de sectores populares. Ya el 20 de agosto -casi tres meses antes de las
elecciones-, una encuesta “flash" de la empresa Mercadeo y Opinión S.A. publicada
en el diario La República, lo consideraba en el primer lugar. Sin embargo, las demás
encuestadoras mostraban la preferencia por el candidato de la derecha unificada
tras las siglas del Frente Democrático (FREDEMO) y representado por Juan
Incháustegui.
En el transcurso de la campaña, se mostró siempre al candidato Incháustegui, si no
por delante, siguiendo muy de cerca a Ricardo Belmont, dando la impresión de que
los resultados electorales serían muy parejos, por lo menos entre estos dos
candidatos. Tres semanas antes de la elección, el diario El Comercio publicaba los
resultados de las consultas favorables a su candidato, Juan Incháustegui, y parecía
que repetiría la manipulación de 1983. Por fin, cuando no se podía remar más contra
la corriente, el sábado 28 de octubre -las elecciones se realizarían 14 días después-
El Comercio publicó tos sondeos de Datum colocando en primer lugar a Belmont con
36%, seguido por el candidato derechista con 31%, pero con una nota de redacción
de antología. Debajo del cuadro de los resultados de la encuesta, El Comercio colocó
la siguiente explicación: “Aunque el candidato de Obras, Ricardo Belmont, cuenta
con 5.5 puntos más que el candidato de FREDEMO, Juan Inchaústegui, que lo sigue
en las preferencias, Datum anota que de acuerdo al margen de error no hay certeza
de un ganador definido. Debido al tamaño de la muestra existe un empate estadístico
entre Obras y FREDEMO”. El famoso “empate estadístico" fue roto por la realidad
con más del 45% de la votación a favor del candidato de Obras.
_A pesar de todos estos fracasos rotundos, los medios de comunicación insisten en
utilizar las encuestas y presentarlas como oráculos cibernéticos infalibles con la
finalidad de convertirlas en confiables para los electores. Las encuestas se han
convertido en armas fundamentales para la manipulación de los ciudadanos. Son
evidentes los efectos disuasivos en la conducta del elector. Por eso, a despecho de
las objeciones planteadas por estudiosos, ningún medio de comunicación se ha
atrevido a promover un debate sobre el tema. Sería suficiente comparar los
resultados simultáneos que con pedantería exhiben los dirigentes de empresas de
sondeos de opinión, para demostrarles que sus procedimientos son un embuste.
Veamos una muestra más: El Comercio del martes 27 de junio de 1989, publicó el
resultado de las consultas hechas por Apoyo S.A. a la pregunta: “¿Por quién votaría
si mañana fuesen las elecciones presidenciales?”, el 44% respondió que lo haría por
Vargas Llosa -candidato del FREDEMO- y el 19% por Barrantes Lingán -en ese
momento probable candidato de iu- Pero, dos días antes, el domingo 25 de junio de
I989, el diario La República, basado en la “encuesta flash" de Mercadeo y Opinión,
tituló la información con grandes caracteres: “Se viene el Barrantazo” y atribuyó al
candidato Barrantes, no el 19%, sino el 38%.
Es un misterio conocer el grado de credibilidad que los empresarios anunciadores
le otorgan a sus informes de marketing; no se sabe si las diferencias de los sondeos
comerciales son tan abismales como de las encuestas políticas. Tal vez para los
comerciantes e industriales no sea grave un margen de error del 5%. Pero para la
política sí. Fernando Tuesta lo explica con el siguiente ejemplo: “en una encuesta con
un margen de error de 5%, no es posible sostener que A obtiene el 30% de los votos,
seguido por B que tiene 25% y, en tercer lugar, se encuentra C con un 22%. Debido
al margen de error del 5% para arriba y para abajo, la realidad puede ser
completamente diferente e incluso contraria: puede dar como resultado que C
obtenga 27%, B quede segundo, con 26%, y el supuesto puntero A se quede al final
con 25%. Es decir no es posible inferir enfáticamente, con una muestra determinada,
un resultado puntual”. Una experiencia al respecto es el “empate estadístico” del
diario El Comercio.
Como cinco meses después de las elecciones municipales de 1989 se realizan las
generales, las agencias de marketing no esperaron el tiempo prudente para el olvido
de sus fiascos. Tres semanas después del famoso “empate estadístico”, con gran
desprecio por la inteligencia de sus lectores, el diario El Comercio, con la misma
agencia Datum volvieron a la carga de la manipulación estadística. Nuevamente, a la
pregunta sobre “si las elecciones fueran mañana, por cuál partido votaría Ud.” le
atribuyeron el 51.8% de las preferencias al frente derechista que acaba de perder el
principal municipio del país, donde se concentra la mitad del electorado. En cambio,
a Izquierda Unida le atribuyeron el 11.4%, rebajándole 12 puntos porcentuales-más
del doble-del porcentaje alcanzado exactamente 18 días antes.
Al igual que Gallup que inauguró el sistema con un fiasco, pero encontró la disculpa
correspondiente, las empresas de marketing político hacen proezas de imaginación
para explicar a sus clientes comerciales sobre sus fracasos políticos. Veamos una
muestra: la Compañía Peruana de Investigación de Mercados S.A. (CPI) al día
siguiente de las elecciones de 1986, dirigió una carta circular firmada por su
director-gerente, Manuel Saavedra, con el título de “Elecciones municipales de 1986
(Lima). Un caso especial de marketing político”. Recordemos que CPI en la encuesta
realizada 6 días antes de las elecciones, dio como ganador a Luis Bedoya del Partido
Popular Cristiano, con 31.5% -que llegó tercero-; como segundo a Jorge del Castillo,
del Partido Aprista, con 28.8% -que fue el ganador- y a Alfonso Barrantes -en ese
momento candidato de Izquierda Unida- como tercero con 25.2%, pero que llegó
segundo.
En la comunicación circular CPI sostuvo que los aciertos y los errores que
distorsionaron las muestras se desencadenaron enforma sucesiva y concluyente en
las últimas 48 horas. Como aciertos, explicó el “balconazo” del presidente Alan
García a favor de Del Castillo y como error, la “respuesta fuera de tono al mensaje
presidencial por parte del Dr. Luis Bedoya”. En cuanto a Barrantes, “pensamos que
en cierta medida, aunque no en forma significativa, se reflejó el “voto escondido’ en
los votantes indecisos”.
En las conclusiones del informe de CPI a sus “clientes y amigos” se revela algo que
desconocen los sufridos creyentes de las encuestas. Transcribimos textualmente la
conclusión B: “En ningún momento los resultados de'las diferentes encuestas han
constituido un pronóstico de los posibles resultados del día Domingo; sólo han
reflejado las preferencias de los votantes en el momento de la encuesta".
Los “hombres de Pavl&y”
La década del sesenta se inicia con los nuevos descubrimientos psicosociológicos de
la publicidad. Se . ha perfeccionado desde entonces, más que el arte, la ciencia de la
manipulación de las concien-
.pias. Los mercaderes de#usiones, no sólo hablan de mercadotecnia. Su vocabulario
ha sido ampliado y enriquecido con los nombres de Freud y de Pavlov; hablan de
psicología conductista, de la semiótica y los símbolos, de los estudios en
profundidad, de los test motiva- cionales. El test de Rorschach,o de apercepción
temática, les es familiar y los han adaptado a sus fines. Igual que el test pictórico de
frustración de Rosenzweig o el de Szondi. Se sienten técnicos en persuación y están
seguros que “no controlan mercados, sino conciencias".
Psicoanalistas de prestigio se especializan en la nueva ciencia: dos de ellos, Ernest
Ditcher y Louis Chesquin, escribieron un verdadero tratado titulado La teoría de las
motivaciones. Ditcher además, como la eminencia máxima para las agencias de
publicidad, editó una nueva biblia: Los motivos del consumidor. Ditcher y Chesquin
resumieron su ciencia con las siguientes palabras: “La investigación motivacional es
la que trata de indagar los motivos que inducen a elegir. Utiliza técnicas destinadas
a llegar a lo inconsciente o subcons- ciente, porque por lo general las preferencias
se determinan por factores de los que el individuo no tiene conciencia”5.
Se ha producido, sin lugar a dudas, una verdadera revolución para las ventas y, en
consecuencia, para el agigantamiento de los complejos industriales. Con los aportes
de la psicología, la expansión de la sociedad de consumo se acelera
indeteniblemente. Krief Bernard, en su libro El centelleo del inconsciente, define al
nuevo marketing de. Ja. siguiente manera: “El previo conocimiento del mercado es
lo que, determina desde todo punto de vista las características de los productos que
se disponen para comunicarlos y la manera en que se procederá.JNo se trata ya de
dar salida a una producción encontrándole un mercado ._Por el contrario: se
fabricará para un mercado analizado de antemano. El punto de partida es el
mercado, .no el. producto. Es posible vender imágenes contenidas en objetos porque
todos nosotros somos compradores de imágenes: es lo que sin cesar perseguimos y
a veces inconscientemente".
Fue, sin embargo, en Estados Unidos donde se produjeron las primeras reacciones
contra las nuevas ciencias del engaño. Intelectuales y educadores, principalmente,
denunciaron los procedimientos empleados por los vendedores como un atentado
contra la dignidad humana. El periódico Wall Street Journal publicó una nota
editorial
que no la repetiría después: “El afán del hombre de negocios por promover las
ventas lo está conduciendo a un extraño mundo selvático: la subconciencia”. La
incursión en ese “extraño mundo selvático de la subconsciencia" -si se tomara en
cuenta al individuo debería ser sagrado- arrojó saldos positivos en los negocios. El
marketing se volvió infalible y definitivo en una sociedad cuya máxima aspiración
es el lucro. La política, en consecuencia, no podía dar la espalda a la nueva ciencia: a
la ingeniería social o humana. Tendrían que aplicarla luego, en el Tercer Mundo, para
conocer a fondo la realidad de ese mercado antes de venderle su mercadería política,
cultural e ideológica. En el Departamento de Estado razonaron, en el sentido que si
los procedimientos son efectivos en su país, deben serlo igualmente en el resto de la
humanidad, especialmente para los habitantes del Hemisferio Sur con más de 800
millones de analfabetos.
En los Estados Unidos hay verdaderas autoridades en ingeniería social o ingeniería
humana, para organizar a la sociedad y moldear a los hombres a su gusto. En su
estudio participaron no sólo profeso- “res en forma aislada, sino las universidades
mismas con apoyo económico de grandes empresas. Todos ellos, con armas y
bagajes fueron llamados a participar en la política, principalmente para integrarse
al “trust de cerebros” que fijan la política exterior del imperio. Con ellos se delineó
la estrategia de la dominación y se elaboraron planes concretos.
Los proyectos más conocidos, por el escándalo que provocaron con su
descubrimiento, fueron el plan Camelot destinado a realizar sondeos de opinión
política en las fuerzas armadas chilenas; el plan Simpático en Colombia; El plan
Colonia en Perú y el job 430 en Argentina. Cada uno de ellos contó con presupuestos
millonarios.
Todos estos planes de espionaje, excepto los que se aplicaron en Perú y Colombia,
estaban sustentados exclusivamente en métodos sociológicos, empleados por la
publicidad en los años 50, mediante cuestionarios a ser respondidos por militares
en situación de actividad y de retiro. Pero eran años en los que ya se cuestionaban
por inexactos los muestreos de opinión pública. Los publicistas habían establecido
que era mucho más efectivo manipular a la gente e inducirla, que someterse a sus
gustos. “La psicología no solamente era una promesa para comprender a la gente
sino también para regular en última instancia su conducta”.
En el plan Colonia y en el plan Simpático se utilizó este novísimo "arte negro". Aparte
de los cuestionarios, se realizaron tests proyectaos, incluyendo el test de Rorschach
y los pictóricos de frustración, métodos en boga para explorar el inconsciente de los
seres humanos. Esa es la razón por la cual en el plan Simpático participaron, por
primera vez, siete psicólogos. El director del proyecto era psicólogo, Norman Smith
con amplia experiencia como investigador motivacional, seguido por el antropólogo
Howard Cauffmann. En el Camelot únicamente intervinieron sociólogos. En el
Colonia y en el Simpático los psicólogos y antropólogos superaron en número a los
sociólogos y los subordinaron a sus decisiones.
En el libro Espionaje en América Latina de Gregorio Selser se recoge la totalidad de
documentos del plan Camelot, los cuestionarios del Simpático y del job 430, así como
los informes de la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados de Chile. De
esa documentación extraemos, en primer lugar, los objetivos perseguidos por el
Departamento de Estado y del Pentágono que, para esta labor de espionaje psico
sociológico en los cuarteles, encubrieron sus actividades tras la fachada de la
American University, con sede en Wáshington.
El proyecto -resultado del esfuerzo de 140 profesionales-año, realizado durante tres
años y medio para determinar la posibilidad de desarrollar un sistema de análisis
de un país- proporcionaría los medios para:
Identificar y medir indicadores y estimar las causas de un conflicto potencial
interno;
estimar el efecto de diversas acciones gubernamentales que influyan sobre ese
potencial; y
obtener, conservar y recoger la información requerida para el sistema
anteriormente mencionado.
Desde luego que toda la información recabada en los países debía ser centralizada y
procesada por el Pentágono y el Departamento de Estado de Estados Unidos. Los
fines aparentes eran científicos y sin embargo, la mayoría de estos planes se
realizaban con desconocimiento del gobierno de los países espiados.
Uno de los cuestionarios que debían responder los militares apárte de generalidades
-en la filiación se les pedía consignar la ocupación y las ideas políticas del padre y
del suegro- es una obra
220
maestra para establecer el pensamiento político de cada encuestado.
"Veamos alguna preguntas:
*-Si Ud. tuviera que escoger entre las siguientes categorías, ¿en cúal de ellas se
ubicaría Ud. políticamente en este momento?: derechista, algo derechista, algo
izquierdista, Izquierdista.
-Comente, por favor, el origen de su decisión y el significado que Ud. atribuye al
concepto señalado.
-En su opinión la probabilidad de una guerra entre Chile y alguno de sus vecinos no
existe, es muy pequeña, es escasa, o es grande? ¿podría explicar por qué piensa así?
-(Para los retirados) Desde que Ud. se retiró del Ejército: ¿ha pertenecido a algún
partido político como miembro? ¿Podría indicarme a cúal?
-Mientras Ud. estaba en el Ejército: ¿se consideraba a sí mismo como derechista, algo
derechista, algo izquierdista o como izquierdista?
-En general, ¿simpatizaba Ud. en especial con algún partido político?
-¿Cúal piensa Ud., es la justificación básica del dominio civil sobre los militares?
-Al leer las proposiciones siguientes, le ruego que indique si está: 1. Muy de acuerdo.
2. De acuerdo. 3. No totalmente de acuerdo. 4. Muy en desacuerdo. 5. En desacuerdo.
6. No totalmente en desacuerdo. Leálas rápidamente y no se preocupe de
contradicciones:
Por regla general, en Chile los ricos desprecian a los pobres.
Por regla general, en Chile los pobres odian a los ricos.
Los matrimonios entre gente de diferente clase social no son aconsejables.
5. Una clase de gente pobre es necesaria. De otra manera, ¿quién ejecutaría los
trabajos sucios y bajos que deben hacerse?
Las clases populares deben aprender a aceptar su destino en la vida y a lograr la
felicidad a través de los valores espirituales y de una intensa vida religiosa.
Las cosas materiales no son tan importantes. Cada uno debe aprender a aceptar su
destino en la vida y a encontrar felicidad a través de una fuerte vida espiritual y
religiosa.
Obreros y empresarios son enemigos naturales y nadie puede cambiar este hecho.
Para lograr la justicia social es justo que el gobierno aumente bastante los servicios
que mejoran la vida de los pobres a través de más impuestos que pesan sobre los
ricos.
Mientras que el sistema capitalista liberal sacrifica los intereses de la mayoría por
los intereses egoístas del individuo, el socialismo sacrifica las libertades individuales
al Estado. Chile debe tomar el liderato al establecer una sociedad cristiana
totalmente nueva, que no sea capitalista ni socialista, la cual preserve el bienestar
de la mayoría y la libertad individual.
Lo que el país necesita no es ni el socialismo ni un utópico tercer sistema no
socialista o capitalista’, sino una serie de reformas sociales y un más adecuado
sistema de planificación que servirá para construir un fuerte y vigoroso capitalismo
en Chile.
38. En la medida que los trabajadores participen en el proceso económico-político y
social habrá una disminución de la lucha de clases.
44. La desigualdad es un hecho natural que no puede cambiarse ni aun con medidas
que tiendan a aumentar el nivel tanto económico como cultural de las clases
populares 58.
En embarazos ilegítimos, el aborto en muchos casos es la alternativa más razonable.
Para proteger la castidad de las novias es necesaria la prostitución.
Es razonable que los hombres tengan mayor libertad sexual que las mujeres.
131.La tarea principal de los chilenos es impedir el triunfo del marxismo aplastando
al comunismo internacional.”
En suma, se trataba deunoperativo del Pentágono norteamericano para establecer
las tendencias políticas dentro del ejército de cada país latinoamericano, puesto que
con variantes los objetivos de las encuestas fueron los mismos. La encuesta sólo era
una parte insignificante de los planes Camelot, Simpático, Colonia, etc. En el estudio
del diseño normativo, se proponía un “inventarío de organizaciones sobresalientes
que incluirían por lo menos:
Partidos políticos
Movimientos políticos aún no totalmente organizados
Organizaciones y movimientos laborales
Organizaciones y movimientos campesinos
222

Organizaciones y movimientos juveniles I. Organizaciones profesionales que actúan


no sólo en sus áreas profesionales sino también como presión o grupos de interés
en el sistema político
Organizaciones y movimientos femeninos
Organizaciones y movimientos religiosos."
‘De la evidencia documentada y reforzada con entrevistas personales a individuos
claves, se obtendrán datos sobre: a. Programas abiertos
Medios para conseguir programas
Reglas que gobiernan la ascensión al liderato
Reglas que gobiernan el reclutamiento de sus miembros
Relaciones formales con otras organizaciones
Cuadro de la organización identificando la jerarquía desde la más pequeña unidad
hasta el nivel organizacional global.”
Se proponía a nivel individual un análisis de los hábitos y costumbres.
Gregorio Selser estableció documentadamente que simultáneamente con el trabajo
dentro de las fuerzas armadas, se realizaba otro plan Camelot en los servicios
diplomáticos de los países de América Latina y es de prever, en todo el Tercer
Mundo.
El hecho de que el gobierno de los Estados Unidos hubiera cancelado estos
programas ante el escándalo que se produjo en Chile durante el gobierno
demócratacristiano de Eduardo Frei no significa que en la práctica no se los
continúe. Ha transcurrido desde entonces un cuarto de siglo. No ha cambiado la
estrategia de dominación ni el “fortalecimiento de la seguridad de los Estados
Unidos y del mundo libre”. En estos veinticinco años el desarrollo tecnológico de las
comunicaciones ha sido realmente revolucionario y alucinante.JDel espionaje
sociológico se ha pasado a la dominación psicológica, cuyos pasos ¡nidales se
conocieron en el campo de la publicidad comercial con ef nombre de propaganda
subliminal.
El Congreso de Chile comprobó la forma cómo para el espionaje masivo, primero
sociológico y ahora psicológico y motivacional, habían participado el Ejército de
Estados Unidos, el Departamento de Estado, universidades, fundaciones y
monopolios. La propia CÍA admitió, por declaraciones del coronel Edward
Landaleque“el80%de las investigaciones científicas, en ciencias naturales o sociales
que se
223
realizan dentro y fuera de Estados Unidos son dirigidas y financiadas por el
Pentágono". De la misma manera que el Plan Camelot apareció inicialmente
financiado y dirigido por la American University, en otras oportunidades quienes
dan la cara son las fundaciones, especialmente la Fundación Ford, la Rockefeller y la
Carnegie, entre otras.
Fundaciones: la ayuda que mata
Las fundaciones norteamericanas son una buena cobertura para el espionaje
psicosociológico. Recientemente coordinan sus acciones mediante un comité asesor,
entre cuyos dirigentes se cuenta a Robert Me Ñamara y a Henry Kissinger. Estas
fundaciones han centrado su atención y ayuda a las universidades privadas, así
como al financiamiento de centros de investigación que, en el Tercer Mundo se
cuentan por centenares.
La mayoría de los centros de investigación social sostenidos por fundaciones
norteamericanas cumplen un importante papel: realizan estudios sociológicos,
antropológicos y económicos sobre asuntos coincidentes con los que se propusieron
con el fallido plan Camelot. En estos centros hay libertad de iniciativa para
seleccionar los temas, pero son las centrales de las fundaciones las que los aprueban
o desaprueban. De esta manera son los profesionales nativos los que se encargan de
recopilar la información, realizar los sondeos y las experiencias de grupo, elaborar
sus propias conclusiones y muchas veces tener la satisfacción de ver sus trabajos
editados en libros o folletos. Todo ese material es enviado a la fundación no sólo
para que contemplen la obra como el trabajo de los buenos muchachos y luego lo
archiven. No. Todas las informaciones son centralizadas y alimentan las
computadores del Pentágono y del Departamento de Estado. Definitivamente, las
fundaciones no son instituciones desinteresadas ni de beneficencia.
Al colaborar con estudiantes, egresados y profesionales de ciencias sociales están
cumpliendo fines patrióticos, pero para sus países de origen. Este procedimiento
tiene la ventaja que son los propios nativos, con mejores conocimientos de su medio,
de sus costumbres
y hasta de sus dialectos, los que realizan la tarea. De paso, el encargado del trabajo,
al plantear sus conclusiones está dando a conocer su propia posición ideológica. Esta
es una ventaja adicional puesto que las conclusiones son resultado de una óptica
distinta a la delfinanciador. Se utiliza en consecuencia, todos los datos del estudio
para formular sus propias conclusiones y se conoce al mismo tiempo la forma en que
son vistos por profesionales independientes y hasta de formación antiimperialista.
Las fundaciones norteamericanas cumplen otro papel importante a través de sus
centros de investigación. Tienden sus redes para atrapar a los estudiantes más
distinguidos y a profesionales jóvenes y capacitados. Profesionales en ciencias
sociales que en los países del Tercer Mundo no tienen muchas posibilidades para
aplicar sus conocimientos y se dedican, generalmente para sobrevivir, a la
enseñanza, encuentran en los centros una oportunidad de promoción económica y
profesional. Para muchos de ellos publicar sus estudios es una oportunidad
imposible fuera de un centro. Para algunos profesionales de la sociología en el
Tercer Mundo, vivir fuera del presupuesto de las fundaciones es vivir en el error.
Para varios de ellos, los centros constituyen sin embargo, una castración política.
Son conocidos en las universidades latinoamericanas casos de estudiantes radicales
de izquierda que son convocados al centro para realizar con un sueldo en dólares el
trabajo que por su vocación y posición política lo harían desinteresamente. Luego
tienen la oportunidad de ver su obra en letras de imprenta y aceptan el siguiente
encargo. Al poco tiempo, de incendiarios devienen en bomberos.
La centrofilia entre los egresados de ciencias sociales del Tercer Mundo se ha
presentado como epidemia. La fundación les ofrece perspectivas económicas y
ascenso social. El camino es preparar un proyecto que coincida con el interés de la
central. Inicialmente se creía que una buena iniciativa podía ser aprobada. Sin
embargo, la realidad es que sólo hay ayuda para los que se dedican a estudiar los
asuntos que interesan a la entidad benefactora. Los que más poder tienen en los
centros son aquellos que conocen bien y están al día con •os proyectos de la
fundación.
A los aspirantes les sugerimos que busquen el libro de Gregorio Selser y examinen
los planes Camelot, Simpático, Colonia y job 403 que están transcritos en su
integridad en el apéndice. Cualquier tema
que elijan y propongan como proyecto será aprobado de inmediato por la Fundación
Ford, la Rockefeller o cualquiera otra norteamericana. Al fin y al cabo el 80% de
estos trabajos están financiados, por lo bajo, por el Pentágono, según propia
confesión. De manera que quien elija ese camino, sin darse cuenta puede estar
trabajando al servicio de la tercera colonización.
Si las fundaciones hubieran existido el siglo pasado, cuando Carlos Marx era
estudiante y pasaba frecuentes ayunos involuntarios y lo hubieran conquistado para
que realice sus trabajos científicos por cuenta del centro o de la fundación, con
seguridad que varios miembros de su familia le habrían sobrevivido, puesto que sus
hijos murieron por el mal endémico de la pobreza. Es posible que El Capital, Miseria
de la filosofía o La sagrada familia, estarían muy bien guardados en el archivo o en
la biblioteca de la fundación. Probablemente, en ese caso, el Manifiesto comunista
no hubiera sido escrito.
Sería pecar de ingenuidad, creer que la ayuda de las fundaciones es desinteresada y
generosa, una especie de dádiva que dan los poderosos a los subdesarrollados para
quedar bien con sus conciencias. A pesar de que las fundaciones, por definición de
derecho, son personas jurídicas dedicadas a la beneficencia y a la piedad o al
fomento de determinadas obras por voluntad expresa de los donantes -a veces la
última voluntad testamentaria-, la mayoría de las legislaciones acuerdan facilidades
y beneficios tributarios a las personas o entidades que hacen donativos para las
fundaciones y a éstas mismas. La legislación norteamericana es generosa con los
capitalistas que crean o contribuyen a estos fines, puesto que las sumas que otorgan
son deducidas o rebajadas de los impuestos. Hay una exención adicional acordada
para las que ayudan a los países en vías de desarrollo. Existe en consecuencia un
control legal para que este requisito se cumpla.
No es casual que las fundaciones norteamericanas -a diferencia de algunas
europeas- no contribuyan a obras concretas de desarrollo en los países
subdesarrollados. Su preferencia -aparte de eventuales auxilios con excedentes
alimentarios- se concreta al fomento de los estudios e investigaciones sociales. Estos
proyectos normalmente están fuera de las preocupaciones de los ejecutivos de las
empresas donantes, generalmente transnacionales petroleras, financieras e
industriales.
Las fundaciones norteamericanas para ayudar al Tercer Mundo, po están
preocupadas por la suerte de los pobres -salvo como mercado- sino por la política
exterior de Estados Unidos, en la defensa de sus propios intereses. No hay que
olvidar que para los mentores de esa política, la soberanía de Estados Unidos alcanza
hasta donde llegan sus intereses. Se trata del único país de la tierra con fronteras
elásticas. En las explotaciones petroleras, por ejemplo, hay una frase muy conocida:
la bandera norteamericana precede a los geólogos. La defensa del “mundo libre” no
es otra cosa que la defensa de las empresas transnacionales.
Otra tarea que cumplen las grandes fundaciones norteamericanas es la de
enriquecer sus cuadros profesionales en el exterior y, en ocasiones, trasladarlos a la
metrópoli en esa cacería de científicos o trata de cerebros” que ha sustituido a la
“trata de negros” de los siglos pasados.
Los dirigentes de estas fundaciones aparentemente filantrópicas colaboran
estrechamente con el Departamento de Estado y con el Pentágono mediante la
dominación cultural, como un deber de reciprocidad por la protección política,
diplomática y militar que reciben sus negocios en todo el mundo. Precisamente, un
Secretario de Comercio de Estados Unidos afirmó en la Tax Foundation que “si los
programas de ayuda, no sólo económica sino también militar, fuesen interrumpidos,
las inversiones particulares en el extranjero podrían ser un despilfarro, porque no
gozarían de la suficiente seguridad para que ustedes corrieran el riesgo de
efectuarlas”6.
Los empresarios de transnacionales -que por las ventajas tributarias se convierten
en filántropos a través de las fundaciones- comparten plenamente las palabras del
ex-presidente Kennedy en su Estrategia para la paz: “Si la India se hundiese, si
América Latina se nos escapara y si el Medio Oriente se alinease al lado del Este,
entonces ni los cohetes balísticos, ni los satélites artificiales, ni los aviones, ni los
submarinos atómicos podrían hacer ya nada para salvarnos”7. El imperialismo
ideológico se ha convertido en necesidad vital.
Por eso no es novedad la colaboración de fundaciones norteamericanas con los
servicios de inteligencia, especialmente con la CÍA. En 1967 se estableció que las
subvenciones de este servicio de inteligencia a organizaciones sindicales -
principalmente a la American Fede-
Tercer Mundo, se están descapitalizando en un renglón importante A los más
capaces de su especialidad los seducen con el argumento contundente de los
dólares. No es casual el éxodo de nuestros profesionales. Estados Unidos, tan
exigente y difícil para otorgar visas a simples visitantes, se muestra generoso para
dar residencia a intelectuales, profesionales, científicos y artistas del Tercer Mundo,
lo cual no constituye casualidad, sino deliberado planeamiento político. El Estado y
las empresas privadas dan las más grandes facilidades para captar a nuestros
médicos, ingenieros, físicos, matemáticos, literatos. Para esa cosecha sus
presupuestos son ilimitados. Hay que llevarlos al imperio, desde todos los lugares y
a cualquier precio. En función de esta finalidad se modifican las leyes de migración
y se amplía el número de inmigrantes, pero en forma selectiva. El Congreso de
Estados Unidos elevó en 1989 la cuota en cerca de medio millón de extranjeros. Pero
ya no quieren más “espaldas mojadas”. En su lugar prefieren sabios y técnicos, lo
que de por sí constituye un gran negocio. Disponen de miles de profesionales que no
les cuesta ni un centavo formar y, de paso, dejan sin ellos a los países pobres. Para
éstos, constituye una descapitalización, mucho más grave y trascendente que la
venta de sus materias primas a menos de sus costos de producción.
Dean Rusk, como secretario de Estado norteamericano declaró: “nuestro país tiene
la rara suerte de poder atraer desde el extranjero a emigrantes de elevada
inteligencia y alta capacidad; si está bien administrada, la inmigración puede ser uno
de nuestros mayores recursos nacional'''”10. Estaba en lo cierto. Y también el
ministro británico de Salud Pública, al responderle con las siguientes palabras:
“Gran Bretaña no puede, sencillamente, permitirse el lujo de formar médicos con el
único fin de reforzar la Sociedad Americana de Medicina”11. Con mayor razón los
países de América Latina, Asia o Africa. Claude Julien, recoje el siguiente cálculo
hecho por un profesor de la facultad de medicina de la Universidad de Oklahoma:
“Estados Unidos debería construir y financiar doce nuevas facultades de medicina si
quisiera asegurar por sí mismo la formación de los 1 200 médicos que, más o menos,
llegan como inmigrantes cada año a su territorio nacional”12.
Para otras especialidades los porcentajes deben ser semejantes.
Capítulo VH
ESTEREOTIPOS: VENENO PARA EL ALMA
"Si yo, periodista inglés, declaro en la prensa que el señor fulano de tal es un ladrón,
un loco o cualquier otra cosa que pueda ridiculizarlo, despertar desprecio u odio en
su contra, tendré que presentar las pruebas correspondientes si el afectado así
desea. Sino estoy en condiciones de probar mi aseveración, tendré que pagarle una
indemnización y hasta se me puede condenar a varios años de prisión. La ley protege
perfectamente al ciudadano británico.
Pero nada me impide declarar que tal o cual pueblo es un pueblo de ladrones,
bárbaros o todo lo que se me ocurra al respecto de una nación que no sea la mía. No
existe ley alguna que me lo prohíba, aunque tal hecho pueda causar la desgracia e
indignación no sólo en el seno de la nación objeto de tal denigración, sino en toda
persona que la lea, sea cual fuere el país de su origen”.
N. Richardson
%
Aprenda a odiar por cuenta ajena
Desde que se inició la colonización mental del Tercer Mundo, los medios de
comunicación, incluidos los entretenimientos, las organizaciones dedicadas a
trabajos en grupos y desde la vía satélite, distribuyen al mundo -y a más de la mitad
de los hogares que lo pueblar>- una serie de estereotipos que son asumidos
totalmente por los pueblos y se convierten en convicciones a veces imposibles de
modificar. Salvo sectores minoritarios y muy politizados, las mayorías están
convencidas, por ejemplo, que la OLP es una organización terrorista que actúa por
odio racial a los judíos o que el coronel Gaddafi sufre de alteraciones mentales.
JEstán seguros que la revolución sandinista de Nicaragua es sanguinaria y no hay
manera de persuadirlos deque ese gobierno no aplicó jamás la pena de muerte, sino
que la abolió desde que asumió el poder. Los latinoamericanos somos presentados
como ociosos. Cuando se pronuncia la palabra México de inmediato se asocia con la
imagen de un sujeto descalzo que duerme sentado a pleno sol, en la vía, debajo de
un inmenso sombrero.
Los indios son salvajes y los asiáticos enigmáticos, crueles y traidores. Antes de la
televisión, el cinematógrafo nos había fijado la idea que todos los chinos eran
idénticos a Fu Man Chu. La imagen de Cuba ha sido transferida de la casas de juego
y de tolerancia, al paredón. El estereotipo se crea en función de las relaciones
internacionales del nuevo imperio. Cuando se creó la OPEP y los productores
233
decidieron acabar con el hasta entonces invariable precio del petróleo, los árabes
fueron desmontados de sus camellos y presentados “como fabulosamente ricos,
bárbaros e incultos, maniacos sexuales con una propensión viciosa a esclavizar a las
blancas, dedicados además al terrorismo”1.
Sobre este estereotipo, el docente de la Universidad de Illinois, Jack G. Shaheen, ha
escrito el libro El árabe televisivo (The rvArab), que es un estudio minucioso sobre
varias telenovelas norteamericanas de gran difusión en el mundo. “Tome cualquiera
de ellas”, escribe Shaheen, “desde Cagney and Lacey hasta Dallas. La única imagen
que le ofrecerán de árabes será la de billonarios, terroristas y bailarinas de la danza
del vientre”. La finalidad es impregnar en el mundo la imagen del árabe malvado.
Los esquemas se repiten en todas las series donde participan personajes de ese
origen: “jeques con gafas de sol secuestrando en sus rolls-royces resplandecientes a
mujeres rubias mientras los terroristas árabes destruyen la Casa Blanca".
El autor norteamericano establece, por ejemplo, que en la serie Dallas, el personaje
J.R. se refiere a los sauditas como malditos habitantes de tiendas de campaña. En
Cagney and Lacey eI espectador ve actores vestidos a la manera árabe en una serie
de restaurantes árabes. El personaje es afgano, pero al igual que los iraníes, es
presentado como árabe porque todos son musulmanes. El árabe- afgano mata en
pleno restaurante a su hermana porque se ligó a un norteamericano.
Esta tendencia se repite en los programas infantiles: en Araban Nights, un
emperador árabe arroja a sus víctimas a un foso de cocodrilos y en Hulk Hogan’s
Rock’n Wrestling el jeque vulgar y primitivo comete un asesinato tras otro, con
puñal y por la espalda.
Nada es casual ni inocente. Shaheen recoge las cínicas declaraciones de James Baerg
de la CBS: “Los. estereotipos son sencillos de fabricar, su aceptación por la audiencia
es automática y es tremendamente fácil seguirlo. Es igual como recurrir a la
violencia cuando un episodio resulta demasiado lento”. Shaheen desafía a un
televidente a que señale una sola escena televisada que muestre a un árabe
sonriente, abrazando a su esposa y a sus hijos.
Sobre tema parecido han circulado varios best-sellers, como la novela El Quinto
Jinete en la cual los terroristas del coronel Gaddafi colocaron una bomba atómica en
el corazón de Manhattan, dis
234
puestos a exterminar a toda la población neoyorquina, con lo cual sus lectores han
profundizado su odio a la "revolución verde" v a su líder.
Entre los habitantes del Tercer Mundo nos identificamos unos a otros por los
estereotipos con los cuales nos han pintado. Y como, además, no tenemos
comunicación directa entre nosotros, desconfiamos unos de otros y por eso no se
nos ocurre la idea de integramos, que es precisamente lo que el imperio se ha
propuesto impedir. ¿Qué sabemos los peruanos, por ejemplo, de las posibilidades de
intercambio con un país asiático o africano y viciversa, si no estamos enterados ni
de tos progresos de nuestros vecinos de América del Sur? El presidente de
Venezuela, Carlos Andrés Pérez, denunció en su primer gobierno las falsedades que
trasmitieron las agencias transnacionales de informaciones, especialmente AP y
UPI, destinadas a impedir la constitución del Acuerdo Subregional Andino. Las
noticias fomentaban la desconfianza entre los países.
Las principales y más fáciles víctimas de los estereotipos son niños y adolescentes.
Sus efectos son corrosivos y, en muchos casos, irreversibles. A veces los marca
profundamente, sobre todo en prejuicios raciales que son los que subrepticiamente
inocula el cine, las revistas infantiles, las historietas y la televisión norteamericana
desde hace mucho tiempo. Desde Tarzán, el hombre blanco convertido en semidiós
en una selva habitada por negros, pasando por el Pato Donaldy otras creaciones de
Disney, hasta Rambo i, 11, ni y las series del oeste norteamericano, en las que
indefectiblemente, cholos, mapuches, negros, quechuas y aymaras nos poníamos de
parte del joven blanco inmune a las flechas, que con su colt 45 diezmaba pieles rojas,
apaches, comanches, sioux y habitantes de otras nacionalidades como si fueran
moscas.
El psicólogo venezolano Eduardo Santoro, autor del libro La televisión venezolana y
la formación de estereotipos en el niño realizó un estudio sobre este tema, que es
válido para todo el Tercer Mundo donde se transmiten las mismas series de la
televisión norteamericana; en
América Latina, las programaciones sólo varían en los horarios. Las conclusiones del
estudio de
Santoro deberían alarmar, por el envenenamiento del alma de los niños, a los padres
de Canhunkaa E!^!?8^68 y a los ministros de Educación del continente.
ablecido, con estadísticas irrefutables, que la televisión
influye sobre el tiempo libre y sobre el tiempo dedicado a las actividades escolares
y sociales; que, en general, a los niños les gusta observar programas destinados a los
adultos, especialmente los de aventuras, crímenes, etc. lo cual, con un poco de
atención podemos observarlo en nuestros hogares. Demuestra igualmente que la
televisión "ejerce efectos sobre los niños, en función de ciertas características de
personalidad y de la situación ambiental, familiar y social. Estos efectos son de tipo
físico y psicosocial, en especial en el área de las actitudes, opiniones y creencias”.
Comprueba “la gravedad derivada de la creación de estereotipos que influye en los
niños en sus actitudes hacia nacionalidades, grupos étnicos, posiciones sociales,
profesionales y valores”. Santoro establece que los niños prefieren,
mayoritariamente, programas de aventuras, drama y violencia a los educativos, de
entretenimiento y culturales.
La televisión muestra a los niños la imagen de un mundo donde la vida -según el
estudio- es para gozarla y divertirse. Lo importante es obtener una posición. “El
tener dinero y el ser bello. Los momentos más placenteros, se encuentran en un buen
whisky, un buen cigarrillo y una rubia (o) a nuestro lado. El dinero se puede obtener
por el juego o por el robo. Es fácil robar. Muchos ladrones no son descubiertos por
la justicia.”
Como consecuencia de esa “pedagogía” televisada que reciben nuestros niños,
Santoro constató que 86 de cada 100 están convencidos que los buenos son los
norteamericanos y que los malos en su mayoría son alemanes y chinos. El mayor
porcentaje de buenos tienen nombres en inglés. Los malos en español. El 72% piensa
que los ricos son los buenos y sólo el 35%, que son los pobres. En cambio los malos
son casi siempre los pobres. En cuanto al color de la piel, el 84% piensa que los
blancos son buenos y sólo el 4% cree que son los negros. El 27% cree que los negros
son malos.
En resumen, en el estudio de Santoro se establece que los niños, debido a los
estereotipos, consideran buenos a los que son blancos, norteamericanos, ricos,
profesionales y tienen nombres en inglés, y malos, a los habitantes de otros países,
a los negros, a los pobres, a los obreros, campesinos y oficinistas y a los que tienen
nombres hispanos.
Muchos niños ignoran quién fue Cristóbal Colón, Albert Einstein o Cervantes
Saavedra, pero sí saben lo que significa Coca-Cola,
Marlboro, Pepsi o Chiclets. A tal extremo llega la manipulación y la tergiversación a
través de este medio que alcanza a todos los continentes, que un elevado número de
niños interrogados en Nagasaki y en Hiroshima están convencidos que la bomba
atómica que exterminó a sus mayores, la arrojaron los rusos y no los
norteamericanos.
La televisión transnacional -que en algunos países alcanza el 90% de las
programaciones- se ha convertido más decisiva para la formación de los niños que
los planes y programas de tos ministerios de Educación. En los países anglófonos del
Caribe únicamente los informativos locales se redactan en la emisora, puesto que las
noticias internacionales les llega por las transnacionales o directamente por la vía
satélite. De hecho, en la televisión hay personajes más influyentes en su educación
que su propio maestro. Si éste le inculca ideas solidarias, humanistas, contrarias a la
discriminación racial, la serie a la que pondrá más atención, le inoculará con más
éxito, el egoísmo, el individualismo y el racismo; la admiración a tos ricos y el
desprecio a los pobres.
El pedagogo peruano Carlos Castillo Ríos graficaba la situación aun grupo de madres
de familia con la siguiente comparación: es muy peligrosa para la salud la existencia
de basura acumulada en la calle, puesto que se convierte en foco de contaminación
que puede infectar a sus hijos. Pero es mucho más dañina la basura que dejan entrar
a sus hogares cada vez que encienden el televisor para que sus niños se envenenen
el alma.
El peligro del creciente envenenamiento moral de niños y adolescentes ha sido
denunciado por la gente más lúcida de tos propios Estados Unidos, principalmente
sus intelectuales y profesores universitarios. Allá se han formado -en varios estados
de la Unión- grupos y organizaciones como las Familias por la Paz que han
constituido la Coalición Nacional contra la Violencia en la Televisión que, junto a
similares en 23 países, forman la Coalición Internacional contra el Entretenimiento
de Caracter Violento (ICAVE).
Como una manera de llamar la atención a tos padres de familia, la Alianza para la
Supervivencia de Los Angeles organizó un canje gratuito de juguetes. Los niños
podían dejar sus armas de juguete y recibir a cambio ositos de felpa. El vocero de
esta entidad, Jerry Rubín afirmó al respecto: “Nuestra esperanza de un futuro feliz
para nuestros niños está en el espíritu de paz y no en el estilo belicista de Ram-
bom. Precisamente sobre esta serie de películas, el icave ha publicado una lista de
245 actos de violencia incluidos en el filme de 109 minutos, un número increíble de
135 actos de violencia por hora. En Rambo n¡, Stallone mata a 123 rusos por
“bastardos, sádicos, violadores y torturadores que asesinan a niños pequeños con
juguetes explosivos, abren el abdomen de mujeres embarazadas, utilizan armas
químicas y cuando hablan de paz quieren decir guerra”. Extrañamente la película ha
sido rodada después de los acuerdos GorbachovReagan para la pacificación de
Afganistán.
El psiquiatra norteamericano Thomas Radecki, director de investigación de icave
quien con Jerry Rubin desafió a un debate al actor Stallone que fue rehuido desde
luego- dijo que ese film “glorifica la violencia y promoverá modos violentos de
pensar y comportarse en los millones de niños, adolescentes, jóvenes y adultos que
lo vean en todo el mundo. La utilización por Stallone de un soldado afgano de 12
años, a quien se muestra matando a rusos en varias ocasiones, es aún más
censurable. Esta película sin sentido promueve el pensamiento de odio y revancha.
Es todo lo opuesto a lo que necesitamos para incrementar la paz en nuestros hogares
y en nuestro mundo”.
Después de ver Rambo ///, el presidente Ronald Reagan provocó la protesta de la
gente más lúcida de Estados Unidos al declarar: “Muchachos, estoy muy contento de
haber visto Rambo. Ahora ya sé qué hacer la próxima vez”.
Una de las películas más populares en Estados Unidos, Viernes 13, parte 7 por su
brutalidad y sadismo, sólo en los primeros capítulos “ha inspirado varios asesinatos
y ha incrementado la falta de sensibilidad frente a la violencia y la aceptación de la
violación entre estudiantes”. Una investigación canadiense entre personas de 18 a
22 años, que mostró una película de Chuck Norris, Perdidos en la acción, similar a
Rambo, “incrementó la ira y la tendencia a arrebatos de violencia entre los
espectadores jóvenes y adultos. Malos sueños provocó suicidios y Colores
contribuyó a una matanza entre grupos en California”. “Estamos tratando de
construir un mundo de paz y lo podemos hacer sin este tipo de películas. Nos
preocupa el número de personas que pueden imitar directamente esas películas,
pero mucho mayor los centenares de miles de jóvenes que queden insensibilizados,
dispuestos a cometer más actos de violencia y a dar un paso más hacia una filosofía
de violencia... El entretenimiento violento y sexual-
238
roerte degradante tiene efectos perniciosos inconscientes sobre los espectadores,
tanto adultos como niños” *
El escritor germano occidental Franz Miller describe la reacción de una estudiante
de 15 años que visitó el campo de concentración de Dachau: "en esta época, dijo,
cuando se ven tantas películas de violencia y terror, el documental sobre el campo
de concentración no me causó mucha Impresión". Para Miller, los últimos años
estamos viviendo una "estética de la crueldad en la que se ha perfeccionado una
técnica naturalista para escenificar horribles fantasías y escenas de violencia, sobre
cuyo trasfondo empalidecen los cuadros documentales de los asesinatos en masa
perpetrados por el fascismo. Cuando en primer plano presentan cómo descuartizan,
mutilan o hacen volar por tos aires cuerpos humanos, con la circunstancia que el
campo visual no se difumina como es habitual, y la cámara por decoro no se desvía
a un lado, sino que se dirige directamente hacia intestinos desgarrados y cráneos
hechos añicos como si el propio camarógrafo caminara entre ríos de sangre,
entonces esa ‘verdad comunicativa’ supera toda realidad. A cámara lenta y con
diversos ángulos y repeticiones ese atroz instante de terror se alarga en minutos y
se vive tan de cerca, con tanta intensidad y desde un ángulo visual tan óptimo, como
jamás ocurre en las grandes y pequeñas catástrofes”3.
Este mismo autor afirma que es imposible evitar que tos niños a temprana edad
choquen con espectáculos crueles. Según sus investigaciones, tos niños se
entretienen con Dallas y Denverde la misma manera que sus padres con Plaza
Sésamo. De esta manera, con la telenovela Dallas, millones de personas en el mundo
gozan con una guerra de clanes familiares privada de todo sentido y motivada
únicamente por el deseo de humillar o aniquilar al otro, para uno mismo tener la
posibilidad de consumir más.
Pero no son únicamente el cine y la televisión los encargados de moldear el
comportamiento de tos niños. Hay otro medio más sutil y generalmente aceptado -
con entusiasmo- por tos padres como modelo de sano esparcimiento. Son los
personajes creados por Walt Disney: el Pato Donald, su tío Rico Me Pato, Tribilín, el
Lobo Feroz, Ratón Mickey, y muchas otras series e historietas de la fábula graficada.
Los animalitos humanizados por Disney han sido realmente diseccionados por los
profesores Dorfman y
Mattelart. Después de leerlos, se descubre y comprueba que los personajes de
239
Disney -uno de ellos, el Ratón Mickey, es más conocido y popular para niños y
adolescentes que cualquier héroe nacional- con su Irresistible encanto son
mensajeros de la ideología de la dominación y la colonización.
Dorfman y Mattelart4 han analizado minuciosamente los diálogos y las actitudes de
estos famosos personajes destinados a “colonizar la imaginación”. El mundo que
ellos habitan y en el que hacen participar a nuestros niños, es aquel en que “todo
personaje está a un lado u otro de la línea demarcatoria del poder. Los que están
abajo deben ser obedientes, sumisos, disciplinados y aceptar con respeto y humildad
los mandatos superiores. En cambio, los que están arriba, ejercen la coerción
constante: amenazas, represión física y moral, dominio económico (disposición de
los medios de subsistencia). Sin embargo, hay también entre el desposeído y el
poderoso una relación menos agresiva: el autoritario entrega paternalistamente
dones a sus vasallos. La caridad es recibida por el destinatario con entusiasmo: él
consume, recibe, acepta pasivamente todo lo que puede mendigar". Otra lección
para los niños: “entre los seres de la misma condición y poder, lo único que cabe, en
vista de que la solidaridad entre semejantes está prohibida, es competir. La única
horizontalidad autorizada es la que termina en la meta de una carrera".
“Disney mira al resto del globo como a una tierra previamente colonizada, a cuyos
habitantes les impone un molde propio de lo que deben ser. La relación de
hegemonía que establecen entre los héroes que vienen con su civilización y con sus
técnicas y los buenos salvajes que aceptan esta autoridad extranjera y entregan sus
riquezas, se revela como la réplica matemática de la relación entre la metrópoli y el
satélite, entre el imperio y su colonia. Además, ‘el rey' aprende que debe aliarse con
los extranjeros si quiere conservar su poder, que él ni siquiera puede demandar
impuestos a su pueblo, porque éstos deben ser entregados íntegros al exterior... La
civilización se presenta como algo incomprensible que debe ser administrado por
los hombres extranjeros”.
Según el análisis de Dorfman y Mattelart, extensible a otros personajes semejantes
de los medios de comunicación, para el Pato Donaldel “despojo no llama la atención,
la desigualdad aparece como igualdad, el saqueo imperialista y la sumisión colonial
no muestran su real carácter. Tampoco se otorga a los ‘buenos salvajes’ el privilegio
240
del futuro y del crecimiento. Los pobres no tienen preocupaciones, la riqueza trae
problemas. Hay que saquear a los países subdesarrolla- dos sin sentimiento de
culpa. La conquista ha sido purgada. Es Inofensiva la presencia de los extranjeros:
ellos construyen el futuro en base de una sociedad que jamás podrá o querrá salir
del pasado, pero hay una segunda manera de infantilizar y exonerar su actitud
ladrona: el imperialismo se permite presentarse a sí mismo como vestal de la
liberación de los pueblos oprimidos y el juéz imparcial de sus intereses... Robar sin
pagar es robar sin disfraz. Robar pagando no puede considerarse robar sino
favorecer”
Dorfman y Mattelart sostienen en su estudio que “el mito del pueblo como ‘buen
salvaje’ no hace sino servir una vez más a una clase para su dominación y para
presentarse al pueblo como aun niño que debía ser protegido para su propio bien:
eran los únicos capaces de recibir, sin contradecir, los valores de la burguesía como
eternamente válidos... Los personajes están frenéticos por obtener dinero. Los
medios son el carrusel del consumo. El dinero concentra todas las cualidad de este
mundo, pues posee la capacidad de adquirirlo todo: la seguridad, el amparo, el
reposo, los viajes, el prestigio, el cariño de los demás, el poder de mando, las mujeres,
el entretenimiento....el oro pasa a simbolizar todas las bondades del universo porque
todas son adquiribles... Transfieren todas las dificultades del mundo contemporáneo
bajo la forma de la aventura, donde, al final, la víctima es premiada por la
providencia: la sumisión, la resignación, sonfinalmen- te recompensadas... Los
productos de la ciencia son objetos de consumo inmediato, perecederos, fugaces,
reemplazables. Se incita al consumo de la arfificialidad abundante, que a su vez
induce a la venta de otros productos. La moda sirve para dar una falsa impresión de
mutabilidad... Entre los dominados están los que aceptan felices su dominación en
la inocencia (buenos) y los que atacan la propiedad de sus amos (malos). Es
imposible la maldad si te conformas. Prohibido participar en los cambios”.
Para el profesor Herbert Schiller, Disneylandia es el “ejemplo convincente de la
unión de diversión, empresa e ideología: los niños que lo visitan ven un mundo
donde no hay conflictos sociales”5. Un paraíso ideal.
Hay otra serie de la televisión dedicada a los niños entre los 4 y los 6 años de edad
que, después de 20 años de su creación, se sigue
241
pasando en más de 60 países. Se trata de Plaza Sésamo (Sesam Street). Realmente
atractiva por lá perfección técnica de su realización, evidencia calidad intelectual y
conocimiento didáctico de sus libretistas. Es una obra de arte-pedagogía destinada
a inculcar en bs niños del Tercer Mundo los valores de la sociedad norteamericana.
En 1974, Plaza Sésamo fue prohibida de propalarse únicamente en el Perú, durante
el gobierno del general Velasco Alvarado, luego de un informe de la Comisión de la
Reforma Educativa, por considerar que estaba basado en un esquema pedagógico
individualista y egoísta contrario a los principios de solidaridad que deben normar
la formación infantil, y porque imponía como modelo los valores de la clase media
consumista de Estados Unidos.
La Comisión de la Reforma Educativa peruana integrada, entre otros educadores,
por el filósofo Augusto ¿alazar Bondy, acertaron sin enterarse aún lo que se supo
tiempo después: Plaza Sésamo estuvo financiada por la multimillonaria Fundación
Ford y auspiciada por el ministerio de Educación de los Estados Unidos. Para su
confección no se confiaron a los libretistas profesionales del cine o de la televisión.
Se realizó con la participación de pedagogos, psicólogos, sociólogos, antropólogos y
de expertos en “estudios motivacionales" de la publicidad comercial. Después de la
primera difusión de la serie, que duró tres años, centros de investigación financiados
por la Fundación Ford y empresas dedicadas a los sondeos de opinión, realizaron
estudios destinados a establecer los resultados que Plaza Sésamo había logrado en
los niños del Tercer Mundo. Uno de esos informes, referidos al estudio hecho en
niños obreros mexicanos fue tan positivo que la Childrens Televisión Worshop,
entidad creada por la Fundación Ford, empezó a trabajar en nuevas series
destinadas a niños de otras edades
La estrategia de colonización del ser humano carece por completo de límites éticos
y ninguno de los procedimientos son casuales. Cine, radio, televisión, libros, folletos,
revistas, etc. constituyen un aluvión sobre los sentidos hasta atiborrar el cerebro.
Creado un estereotipo hay que repetirlo siempre de formas variadas pero
manteniendo su esencia. Esto lo enseñó Goebbels, advirtiendo que la repetición
mecánica fatigaría pronto, por lo cual
“se debe insistir con obstinación en el tema central presentándolo bajo diversos
aspectos*.
Al respecto, Domenach recoge un chiste que Goebbels solía repetir: "La
242 i
iglesia Católica se mantiene porque repite lo mismo desde hace dos mil años".
Hay muchos otros estereotipos que, por haberse aplicado con las técnicas
recomendadas por Goebbels, forman parte de la conversación habitual entre las
gentes. El nombre de Estados Unidos, por ejemplo, se asocia mentalmente con la
libertad y la grandeza. Hay otro convertido en verdad indiscutible, imposible de ser
refutado sin caer en herejía: la empresa privada es la única garantía para preservar
la libertad de expresión o, su similar: sin propiedad privada no hay libertad. No
admiten discusión, porque precisamente los estereotipos son gestos o actos, como
la risa estereotipada, que se repiten involuntariamente, sin análisis ni reflexión. Su
acondicionamiento en el cerebro termina por ser respondido como un tic, como una
respuesta irracional, pero que se da con la seguridad de estar actuando bajo una
lógica indiscutible.
Hay un nuevo estereotipo que se está marcando con fuego en la mente de los
habitantes del Tercer Mundo. A pesar de sus diversas formas de enunciación, su
esencia consiste en implantamos la necesidad de liberarnos del “nacionalismo
anticuado” con respecto a la cultura. En apariencia parece lógica: para las ideas no
deben existir fronteras. Se pretende, sin embargo, hacernos consentir que la
soberanía cultural es retrógrada y arcaica. En compensación se nos ofrece la libre
circulación de las ideas. La teoría sería admisible, si este libre flujo fuese justo y
equilibrado. Si tuviéramos la más remota posibilidad de tener las mismas
oportunidades para difundir nuestra cultura. Las aspiración es que vivamos en un
solo mundo con voces múltiples y que se abran las mil flores del pensamiento
universal. Pero la realidad del libre flujo es un monopolio del imperio que se ha
propuesto imponemos su cultura, extirpando la tradicional de nuestros pueblos.
Por otra parte: ¿tienen formación humanista, pedagógica o cultural los propietarios
de los canales de televisión en 16 países de América Latina? Tal vez alguno, por
excepción y para confirmar la regla. En el Perú, por ejemplo, hay una estación de
televisión cuyo director-propietario es un magnífico fabricante de colchones, cuyos
conocimientos no exceden de su especialidad. Su cualidad, como la
de todos los empresarios de televisión, es tener el dinero suficiente para financiar
su empresa transmisora y adquirir los enlatados más baratos dei mercado que son
los norteamericanos, en una proporción de precio de 4 a 1 con respecto a los de los
demás países y, por supuesto defender la economía de mercado. Por este negocio,
son bs principales cómplices de la tercera colonización.
Capítulo VIII
MONOPOLIOS TRANSNACIONALES
"Editamos y divulgamos libros destinados para el gran público. Producimos todo
tipo de películas para la televisión: empezando por los dibujos animados y
terminando con películas triviales; empezando con películas de corto metraje y
terminando con seriales teatrales originales. Estamos en todas partes, donde
comienza el futuro, con ayuda de la palabra en la página, la imagen en la pantalla, el
sonido en el espacio o cualquier otro medio de transmisión que nos prepara la
tecnología moderna".
De un manual de la Warner Comunicadons Inc. 1
245
Prensa independiente: una especie en extinción
En la década de los años 80 se consolida un fenómeno a escala mundial que
convertirá a la libertad de prensa en una frase vacía, trueca, sin sentido. Será en
realidad su muerte oficial, aunque sus privilegiados ia seguirán levantando como
bandera para avanzar, sin posibilidad alguna de contradecirles..Ese fenómeno se
caracteriza, primero, por la monopolización de los periódicos. Segundo, por la
concentración de medios de comunicación y, tercero, por su transnacionalización.
La paulatina desaparición de la prensa independiente norteamericana, para dar
paso a las cadenas u oligopolios periodísticos se ha acelerado notablemente en los
últimos años. La compra de periódicos de ciudades importantes o la fundación de
nuevos diarios para eslabonarlos bajo un mando único, en cadenas, fueron los
primeros pasos.
Dueños ya de la opinión pública generada por la prensa, estos grupos monopólicos
han extendido sus tentáculos sobre la radio, la televisión, los videos, el cine, la
industria discográfica, las editoriales de libros y revistas, agencias de publicidad y
de marketing, las fábricas de papel periódico, las de fibras ópticas, los bancos de
datos, los videos, y las tecnologías de computación, en suma, no se han detenido
hasta los satélites. Se trata de la monopolización de los multi- medios. Consolidada
esa etapa, el tercer paso es la transnacionalización de estas empresas con la
participación de grandes consorcios
247
que hasta hace poco no tenían intereses en las comunicaciones, salvo sus
departamentos de relaciones públicas y sus presupuestos de publicidad. La General
Electric, por ejemplo, ha comprado una de las tres cadenas más grandes de la
televisión mundial: la norteamericana National Broadcasting Company (NBC). La
empresa Capital Cities ha adquirido la American Broadcasting Company (ABC) y, el
financista Laurence Tisch adquirió en la otra gigante, Columbia Broadcasting System
(CBS) , acciones por el 25 por ciento del capital de la cadena.
Normalmente al Tercer Mundo poco debiera importarle que toda la prensa, radio y
televisión norteamericana terminara manejada por un propietario único. Allá ellos
que perfeccionen a su manera su modelo democrático. Pero la concentración
financiera en el campo de las comunicaciones está abarcando a todo el mundo. Las
mesas de directorio donde gigantes del petróleo, de las finanzas, del comercio, de la
industria bélica, siderúrgica, eléctrica o electrónica se reparten y barajan acciones
de empresas de comunicación, están momentáneamente colocadas en Estados
Unidos, Europa, Canadá y Japón. Las miradas se dirigen ya al Tercer Mundo. Los
medios de comunicación en la India, México y Brasil están siendo comprometidos
por capital transnacional en forma indirecta. Las editoriales de libros de Estados
Unidos comienzan a devorar a las editoriales latinoamericanas, para lanzar libros
traducidos del inglés a precios fuera de competencia.
Hace relativamente pocos años, los adinerados aficionados a la radiodifusión, se
llamaban broadcasters y se dedicaban a ella -independientemente de las ganancias-
con entusiasmo y hasta con pasión. Algo parecido, aunque fugazmente pasó con los
telecasters. En la mayoría de los casos, los empresarios de radio con posibilidades
económicas ampliaron sus actividades hacia la televisión temiendo que su actividad
sería desplazada por la televisión. De todas maneras el accionista o propietario era
un aficionado que terminaba profesionalizándose. Dentro de los negocios, el de la
comunicación era una especialidad. Los Hearst en Estados Unidos, van por la cuarta
generación de editores de diarios y hasta tienen algún periodista en la familia, por
herencia del viejo escandaloso y sensacionalista
248
William Randolph Hearst, primero de la dinastía. Ejemplos parecidos abundan en la
radio. Pero hoy, con las nuevas tecnologías y como consecuencia de ellas, por las
grandes utilidades y, sobre todo, por el poder político que adquieren, los medios de
comunicación empiezan a ser acaparados por advenedizos con capacidad
económica para imponerse y constituir monopolios. Las grandes transnacionales,
sin embargo, tratándose de medios de comunicación se encubren, en la mayoría de
los casos, bajo nombres que por su poderío están adquiriendo connotaciones de
leyenda. Son los Murdoch, los Gannett, los Bertelsman, Silvio Beriusconi -un
constructor convertido en propietario, amo y señor de la televisión italiana y, en el
futuro cercano, de la francesa y española-, Robert Maxwell -el barón de la prensa
inglesa-, Forbes y unos pocos más.
En varios países del Tercer Mundo existe legislación que no permite la participación
de extranjeros en la propiedad de medios de comunicación. Pero estos dispositivos
son evadidos al igual que la Ley Sherman o ley antitrust en los Estados Unidos. En
México, por ejemplo, ios grupos Ascárraga y O’Farril, son propietarios de una de las
más grandes cadenas de televisión latinoamericana. Son dueños, además, de radios,
periódicos y revistas. Legal, aparentemente, Televisa, no tiene accionistas
extranjeros. Sin embargo, el grupo Ascárraga-O’Farril es accionista de empresas
norteamericanas, como la American Airlines, los hoteles Marriot, la Western
International y curiosamente, posee emisoras de televisión en Estados Unidos, en
sociedad con transnacionales. Estas emisoras de televisión tienen programas en
castellano y están dirigidas para los chícanos y latinoamericanos residentes en ese
país. Sólo Dios y los que asisten a las reuniones de sus directorios conocen el
intercambio y el enmadeja- miento de las acciones mexicanotransnadonales. De
todas maneras, los intereses ya son comunes.
El magnate británico Robert Maxwell, dueño de la corporación Pergamon Press, que
edita 350 revistas y controla desde 1984 el Daily Mlrroróe Londres, se considera ya
propietario de La Razónóe Buenos Aires. El nuevo gobierno argentino del presidente
Menem, parece que ha logrado cicatrizar las heridas de la Guerra de las Malvinas.
Por lo menos uno de los principales diarios argentinos pasará al control del ^itor
amigo de la señora Thatcher. En Brasil, el grupo Civita está vinculado
económicamente a la Walt
Disney Productions y a la editora
Time and Ufe. En Chile, el conocido grupo Edwards, propietario de El Mercurio y de
sesenta empresas de comunicación más, es en realidad socio menor del grupo
Rockefeller. Agustín Edwards ha sido vicepresidente de Pepsi-Cola Internacional,
empresa que tuvo como asesor legal a Richard Nixon. Mientras Edwards ocupaba el
segundo cargo más importante de la Pepsi, el primero, como presidente, lo ocupaba
Donald Kendall, presidente a su vez del Council of America que es la entidad que
financia el 70 por ciento de la publicidad comercial en América Latina. Como si fuera
poco, las fábricas de papel periódico chileno que abastecen a la mayor parte de la
prensa de los países de la costa occidental del Pacífico Sur, son de propiedad de la
transnacional Crown Zellerbach. El papel mexicano tampoco es de México, sino de
la Kimberly Clark. Pero es con el uso de los satélites que la televisión
latinoamericana ha incrementado su dependencia del imperio.
En general los medios de comunicación latinoamericanos podrían no ser todavía
apetecidos por las grandes transnacionales, por la razón elemental que los tienen ya
a su servicio, no sólo por la dependencia de sus equipos y tecnologías -hardware- y
por los materiales para sus programaciones informativas y de entretenimiento -
software-, sino por la identidad de los grupos nativos de poder con los intereses y la
política norteamericana. Pero incluso a nivel nacional, se ha iniciado la creación de
cadenas de complejos de comunicación. Televisa de México que era única hasta hace
poco, ha sido superada ampliamente por la Cadena O’ Globo (Rede Globo), la gigante
brasileña considerada como la cuarta red comercial de televisión del mundo,
inmediatamente después de las norteamericanas ABC, NBC y CBS.
Rede Globo es propiedad de Roberto Marinho. Tiene más de 70 emisoras de
televisión en el Brasil, todas ellas comunicadas por satélite. Uno solo de sus
informativos que se transmite de 8 a 9 de la noche -O Jornal Nacional- se calcula que
es visto por 50 millones de personas. Marinho decide qué se difunde y qué se
esconde. Para 50 millones de brasileños, lo que Marinho no quiere que se divulgue,
simplemente no ha sucedido ni en el Brasil ni en el mundo. Sólo se sabe lo que
Marinho desea que se sepa. Todo lo demás no existe. Pertenece a esta cadena, entre
decenas de publicaciones, el diario O’ Globo. La mayoría de los demás medios de
comunicación
250
del Brasil pertenecen a la familia Boch, propietaria de la Rede Mánchete.
El presidente de la Unión Alemana de Periodistas, Wemer Ru- dolph, afirmó que en
su país, la República Federal Alemana, “en la cuenca del Ruhr donde viven casi
quince millones de habitantes, existe en realidad sólo un editor de prensa. En esta
situación no puedo descartar que él tenga la posibilidad de impedir la publicación
de algo y de ocultar informaciones desagradables para él. Lo importante no es si lo
hace de verdad sino el hecho de que sea posible. No podemos conformarnos con que
haya lugares donde un periodista no tenga la posibilidad de encontrar una tribuna
para sus criterios. Es un problema en el que deberíamos pensar todos. Si luchamos
por la libertad de palabra, tiene que habertambién la libertad de palabra para el
otro"2. Este razonamiento lo podría repetir cualquier periodista norteamericano
que por no renunciar a sus principios no se enrole a las famosas empresas que están
concentrando todos ios medios de comunicación. Estados Unidos es hoy el modelo
donde miles de periodistas “no tienen la posibilidad de encontrar una tribuna para
sus criterios’'. Los demás, los que pertenecen a la planilla de las cadenas,
simplemente están parametrados. Lo escribió el columnista Russel Baker del New
York Times el 7 de enero de 1988, con las siguientes palabras: “Cuando los
periodistas empiezan a utilizar bs mismos euíemismosque.el Pentágono, puede uno
apostar lo que quiera, que no están inventado sus propios clichés, sino amplificando
una melodía que el gobierno desea que se grabe en la memoria pública”.
No se requiere de mucho esfuerzo intelectual para imaginar cómo se “amplifica una
melodía” con una concentración de medios como la siguiente: la cadena de
periódicos Gannett, con casi un centenar de diarios en Estados Unidos, inició su
integración con televisión, cine, marketing y publicidad. Su filial Gateway Films
adquirió en 1986 la empresa Laird International Studies destinada a producir
programas para la televisión. Sus intereses y publicaciones, como el gran diario USA
TODAY, se imprime y circula en todas las ciudades de Estados Unidos y en varias
capitales europeas y centroamericanas. Gannett tiene decenas de periódicos en
Cañada, Zurich, Londres, Hong Kong, Singapur, Hawai, Guam e Islas Vírgenes. Para
que se tenga una idea clara de lo que es un monopolio de medios de comunicación,
en las páginas 256-260 se muestra la relación de re
vistas, periódicos, estaciones de radio y televisión, fábricas de papel, agencias de
publicidad, empresas de cine, entre otras, de propiedad del señor Gannett. Se
indican además, los proyectos de expansión internacional de este gigante de la
comunicación, según declaración de bs miembros de su directorio, entre los que
figura la señora Rosaline de Cárter, esposa del ex-presidente de Estados Unidos. El
grupo Gannett en 20 años ha elevado sus ganancias de 16.9 millones de dólares en
1986 a 319.4 millones en 1987.
La conocida empresa de bolsa Dow Jones, propietaria del Wall Street Journal y de la
no menos conocida editorial McMillan, acaba de saltar el Atlántico para adquirir
parte del accionariado de la editorial francesa Expansión, propiedad de la familia
Servan-Schreiber. El grupo Hearst, dueño de una de las diez más importantes
cadenas de diarios, ha añadido en 1988 un eslabón más, el Houston Chronicle, a
cambio de 415 millones de dólares. Hearst opera en 70 países, mediante 12
publicaciones. Ha integrado a su imperio, además, 6 estaciones de televisión y 7 de
radio.
Otro gigante de las comunicaciones -tal vez el mayor- es el australiano,
nacionalizado norteamericano, Rupert Murdoch, con intereses en cuatro
continentes. Como Gannett, Murdoch es propietario de más de un centenar de
publicaciones entre periódicos, revistas, boletines especializados, así como de
estudios cinematográficos, estaciones de radio y de televisión en Estados Unidos. En
1987 Murdoch fundó la cuarta cadena de la televisión norteamericana, la Fox
Broadcasting Corporation (FBC) en base a la compra de Metro media poseedora de
7 importantes canales norteamericanos. Para dar atracción a la FBC, Murdoch
adquirió 2 500 películas de la 20th Century Fox en 500 millones de dólares.
La FBC de Murdoch se transnacionalizó de inmediato. Por vía satélite empalma su
cadena a Europa occidental para conectarla a su red de televisoras Sky Channely,
por otro lado, a la cadena de televisión, News Limited, que posee en Australia. Sus
intereses económicos parecen ser importantes en Luxemburgo, puesto que utiliza
con exclusividad cuatro canales de transmisión del satélite Astra de la SES
(Luxemburgo) lanzado en diciembre de 1988. En octubre de 1990 será puesto en
órbita el segundo satélite Astra, en el que Murdoch tiene ya reservados los canales
que le permitirán extender las trasmisiones de su Sky Channela Europa
septentrional, Escocia y Dinamarca.
Murdoch no descuida, sin embargo, seguir creciendo con la prensa escrita. Con la
adquisición del grupo Heraldand Weekly Times controla el 68 por ciento de la
circulación de diarios en Australia, además de la radio y la televisión. Los intereses
de Murdoch están ya en el Cercano y el Lejano Oriente. Adquirió el 50 por ciento del
South China Morning Post y de la Far Eastern Economic Review, editadas en Hong
Kong. En Israel es dueño del semanario en hebreo La Inyan de Tel Aviv. En Francia,
asociado con Háchete, edita revistas de gran circulación, como la femenina Elle de
distribución mundial y un semanario especializado para la juventud.
Fuera de su imperio de papel impreso y de su cuarta cadena de televisión en Estados
Unidos, Europa y Australia, Murdoch ha conquistado Inglaterra. Allí es el mayor
accionista de la empresa News International, propietaria nada menos que de The
Times de Londres y de tres estrellas más del periodismo: Sunday Times, Sun y News
of the World. Su última adquisición, con la cual se convierte en propietario de cinco
importantes periódicos, es el diario británico Today. La rama de la informática que
explota la ha especializado, por el momento, en un servicio de reservaciones de
hoteles y de pasajes a nivel mundial, a través de su empresa Utell International Ltd.
En base a ese servicio, edita y distribuye en hoteles, compañías de aviación y
agencias de turismo de más de medio mundo, cerca de 20 periódicos especializados
en viajes y turismo. Se da por descontado que con la informática que posee, pronto
monopolizará la publicación de revistas especializadas. No hay actividad en la
comunicación que Murdoch descuide. Desde su fábrica de papel en Melbourne hasta
una empresa de colocación de suplementos publicitarios, el Free Standing Inserí,
con una inversión de 860 millones de dólares. Posee igualmente agencias de
publicidad y de mercadotecnia, como Quad Marketing y Product Movers de Nueva
York.
La fortuna de Rupert Murdoch se estimaba en 1988 en cerca de 14 mil millones de
dólares -igual a la deuda externa de Perú en 1986- invertidos en medios de
comunicación, además de la compañía de aviación Ansett (TNT) con base en Sidney.
Con esa fabulosa inversión, tiene el poder político suficiente para influir en las
elecciones de Estados Unidos a favor de los republicanos. En Inglaterra, la
conservadora Thatcher le guarda gratitud por el apoyo brindado para sus sucesivas
reelecciones y, en Australia, su imperio es decisivo para que el socialdemócrata
Robert Hawke continúe como presidente inamovible de ese país. Su poderío es tan
grande que no ha tenido problemas para romper organizaciones sindicales y enviar
a la deso- cupación a miles de trabajadores gráficos y periodistas en Inglaterra y en
su ex-país, al que parece que impunemente le birla impuestos y obtiene facilidades
y beneficios estatales. Una periodista australiana, Glenda Korporaal, especializada
en asuntos económicos y financie- ros, se ha dedicado a la investigación de las
actividades del imperio de Murdoch. Ella demostró que las cuentas que Murdoch
presenta en Estados Unidos no concuerdan con las que declara en Australia. Desde
luego que Glenda no tiene libertad de prensa para publicar sus descubrimientos en
un medio de comunicación de su país y tiene que refugiarse en el folleto.
Al morir su padre, Sir Keith Murdoch, Rupert Murdoch heredó un diario en Adelaide,
Australia en 1952. Desde ese momento su cre- cimiento económico fue constante,
pero recién a partir de la década de los 80 se hace vertiginoso, tal como se muestra
en la expansión de sus activos3:
Una progresión relampagueante de activos tiene uno de dos orígenes: o Fecha US$ millon
préstamos generosamente otorga- dos por la banca internacional, más
allá de garantías, o que Murdoch está re- presentando en realidad
intereses de grandes consorcios. En otras palabras, Murdoch sería un
1984 000
testaferro trans- nacional.
500
La revista El Periodista Demócrata, de la Organización Internacional de
1985 8 500
Periodistas, OIP, en su edición de mayo de 1989 dio cuenta de la
600
realización de una conferencia internacional de periodistas en Australia. 1986
900
La conferencia, convocada a iniciativa de la Asociación de Periodistas 1987
Australianos, afiliada a la anticomunista Federación Internacional de
1988
Periodistas, FIP, se tituló News Unlimited en clara alusión a la principal
empresa de Murdoch News Limited. Los periodistas mostraron su
alarma -y a la vez impotencia- frente “a la constante y galopante concentración de la
prensa, la publicidad y la comunicación electrónica y a un rápido crecimiento de las
transnacio
nales multi-media-. La conferencia formuló un “llamamiento a las organizaciones
profesionales, a las Naciones Unidas, a tos partidos políticos y a los ciudadanos para
proteger unos medios de comunicación libres, Independientes, que reflejen la
diversidad de opiniones, condición previa de las sociedades democráticas, de la
creciente amenaza de las hoy anónimas empresas transnacionales multimedia".
Pero, ¿qué pueden hacer tos periodistas en una “libre” sociedad libre de mercado?
Monopolios transnadonales como los de Murdoch, Gannett, Hearst, Maxwell,
Bertelsgman, Malcom Forbes -este último para celebrar su cumpleaños y agazajar a
la actriz Elizabeth Taylor gastó, el 15 de agosto de 1989, tres millones de dólares en
una fiesta en Marruecos- son tos que defienden para sí el libre flujo de la información
o libertad de prensa transnacional.
Los propagandistas de la libertad de prensa que muestran siempre como ejemplo de
perfección democrática y plural a Estados Unidos, tratan de impresionar dando a
conocer el gran número de medios de comunicación que circula en ese país. Las
cifras son realmente espectaculares: en 1986 existían en Estados Unidos, 1 500
diarios, 11 000 revistas, 9 000 estaciones de radio, 1 500 canales de televisión, 2 400
editoriales de libros y 7 estudios cinematográficos, lo que hace un total de 25 000
medios de comunicación masiva. En la relación, sobre todo en el rubro revistas y
radios, se contabiliza a pequeñas estaciones y publicaciones que no trascienden la
localidad en las que están ubicadas y que sin embargo dependen para subsistir de
organizaciones mayores. Lo que no analizan los que tan altas estadísticas muestran
es que la mayoría de esos 25 000 medios están incorporados a cadenas de
periódicos, radios o televisión y recientemente son absorbidos por monopolios
multimedios. El número actual y real de monopolios que controlan esos medios no
sobrepasa de 24 sistemas o redes de empresas. No se puede afirmar seriamente la
existencia de 25 000 medios independientes. En realidad son seguidoras o
repetidoras de 24 grandes oligopolios de la comunicación4.

Empresas de comunicación del grupo Gannett


Diarios

Estado

Ciudad

Publicación

Estado Ciudad

Publicación

ArizonaArkansasCalifornia

TucsonRockIndioPalm SpringsSan Little Marín CountySalinas

CalifomianJournalSalinas The Desert SunMarin Tucson CitizenGazetteArkansas


Daily NewsInde penden!
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LafayetteRockfordlowa CityRichmonDanvilleMariónMoinesDes d

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News

Estado
Ciudad

Publicación

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Estado Ciudad Estación Estado

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ia Angeles KSDO/KSW do
Florida San Diego V-FM
Illinois Tampa-St. WDAE/WU l
MissouriPetersburgSA-FM ABC)
Texas Chicago WGCI/WGC D.C.
WashingKansas I-FM
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Gannett programming (programaciones)

Gannet International

GTG EntertainmentThe Culver /EstudiosGTGEastAmerica Today

New YorkCaliforniaColorado Culver CityNew York CityNew York CityDenver

Sede: New YorkPubInternacionalOficinas internacionales:Inglaterra; Singapur; y


licación: USAGuam; Hong

Today Kong; Londres, Zurich, Agana, Suiza.


GTG Marketing New York

Gannett National Newspaper Safes (Sede: New York City, N.Y.venta de diarios)

USA Weekend millones en Oficinaspublicidad:Oficinas editoriales: de 294(


circulación de New York City, Arüngton, Virginiaperiódicos)N.Y.

14.6

Oficinas: Atlanta, Georgia; Chicago, Illinois; Detroit,Michigan; Los Angeles. S.


Francisco, California

Otras empresas
Gannett (servidos multiNew - Oficinas;
medios)Media
Louisville,Kentucky
Service Gannet News Service notidas)
Sede:
(servidos de
Arfington, Virginia Sede:
Publicaciones:USA
Arfington, Virginia
Today Oficinas:

Books, Albany, New York City,


New York; Brevard County,

Radio USA Today, Tallahassee, Florida; Baton Rouge,


Lousiana;
USA
Today Classline Today, Columbus, Ohio;
USA Today Sports Hotline, USA Today
Update. Harrisburg, Penn-
Gannett Direct Marketing Services, Inc.
(mercadeo) sylvania;
Indianapolis, Indiana;
Operaciones:
Marín
Diego, San Francisco, Phoenix, Arizona;
County, Berkeley, Los Angeles, San
Sacramento, California; Olympia
Washington; Springfield, Illinois; West Sacramento, New Haven,
Chandle Miramarr
Gannett OfSede:Phoenix OffsetFlorida Connecticut; California;
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Denver, Colorado;
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St. Louis Michigan; Kansas City, Fairfield, New
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Gannet Outdoor Missouri
Mediacom, Inc.
Sede: Sede:

New York Toronto, Ontario

Diario USA Today

Sede: Arfington,

Oficinas Regionales:
Atlanta, Georgia; Boston, Massachusetts; Buffalo, New York; Charlotte, N.C.;

de impresión:

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Ariington, Texas; Batavia, New York;

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Brevard County, Florida; Bridgewater, New

Colorado; Detroit, Michigan; Houston,

Jersey; Chandler, Arizona; Chicago, Illinois;

Texas; Kansas City, Missouri; Los Angeles,

Costa Mesa, California; Fort Collins,

California; Milwaukee, Wisconsin;

Colorado; Fort Myérs, Florida; Gainesville,

Miramar, Florida; Minneapolis-St. Paul,

Georgia; Greensboro, N.C.; Hattiesburg,

Minnesota; Nashville, Tennessee; New

Mississippi; Kankakee, Illinois; Lansdale,

Orleans, Louisiana; New York City, Nueva

Pennsylvania; Lawrence, Kansas;

York; Orlando, Florida; Philadelphia,

Mansfield, Ohio; Marín County, California;

Pennsylvania; Phoenix, Arizona;

Miramar, Florida; Nashville, Tennessee;

Pittsburgh, Pennsylvania;

Norwood, Massachusetts; Nyack, Nueva

St. Louis, Missouri; San Francisco,


York; Olympia, Washington; Pasadena,
Springfield, Virginia.

California; Seattle, Washington; Texas; Port Hurón, Michigan; Richmond,


Publicaciones no diarias
Gannett publica además 35 semanarios y bisemanarios
en:Connedicut,Florida,Georgia,

lowa,Mississippi, New Jersey,


New York, Pennsylvania y Virginia.
Fuente: USA Today, 29 da abril de 1988, pp. 8A
Hasta los europeos se alarman: Declaración de
Kiel
La tercera colonización es tan evidente que tos elementos más lúcidos de ia
intelectualidad, de la política y del periodismo europeo, sienten el peligro que
amenaza a sus tradiciones y culturas, y no precisamente en el largo plazo. El
monopolio en las informaciones internacionales y la comercialización de los demás
medios empieza a afectarlos no con la intensidad que en el Tercer Mundo, pero sí en
forma creciente. En Francia las protestas no se detienen por la comercialización de
la televisión que fue de propiedad estatal hasta 1984, año en que la legislación fue
modificada por el triunfo transitorio de la derecha encabezada por Jacques Chirac.
La medida fue calificada por el vocero del Partido Socialista, Jean Jacques
Queyranne, como un “ataque asesino a la cultura francesa... Equivale a entregar la
Comédie Frangaise a la compañía Coca-Cola y el palacio de Versa- lles, a la ibm; ...
vender tf-1 es igual que vender el Arco de Triunfo; ...el rey del cemento se ha
convertido en el zar de la televisión”. Las protestas se generalizan en los demás
países de la Comunidad Económica Europea.
En el verano de 1988, el sindicato de trabajadores de los medios de información de
la República Federal Alemana convocó en la ciudad de Kiel la conferencia Medios de
información de masas en Europa occidental: ¿comunicación o comercio?, en la que
participaron representantes de sindicatos de medios de comunicación de trece
países de Europa occidental. Es importante anotar que casi todos los periodistas
asistentes pertenecen a organizaciones afiliadas a la anticomunista Federación
Internacional de Periodistas, fip. Sin embargo, sus planteamientos y denuncias
coinciden con la de los expertos que cuestionaron en la unesco la estructura de las
comunicaciones internacionales y que fueron calificados de "pravdianos, enemigos
de la libertad y agentes del comunismo Internacional’', entre otros adjetivos. Leamos
el punto de vista de organizaciones insospechables de pretender poner entre rejas
a la libertad de prensa:
"El elerclclo de ia libertad de prensa y radiodifusión es una premisa importante para
crear una Europa occidental democrática. Los consorcios de los medios de masas
utilizan las fronteras abiertas para
261
ampliar aún más su poder económico e informativo. Sin embargo, ni directivas
gubernamentales ni intereses económicos deben dar a ese pequeño grupo de
consorcios el derecho de decidir qué es lo que deben conocer nuestros países”8.
Los sindicatos de trabajadores de tos medios de información de Austria, Bélgica,
Dinamarca, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Irlanda, Nomega, Países Bajos, Suecia,
Suiza y República Federal de Alemania, representados en la Conferencia de Kiel
quieren consen/ar y desarrollar la herencia cultural vinculada indisolublemente con
la humanidad, la justicia y la democracia. Los medios de comunicación electrónicos
e impresos deben cumplir en este plano una tarea preponderante. La información
suministrada por ellos tiene importancia decisiva para el mantenimiento y la
ampliación de la democracia en Europa occidental. Por esta razón tos medios de
información deben ser libres de toda clase de injerencia estatal e influencia
comercial.
La directiva propuesta por la Comunidad Europea en la esfera de la radiodifusión
considera tos programas de radio y televisión como mercancías. Los radioyentes y
televidentes se verán privados del derecho a tener una información integral y
reducidos al papel de consumidores, que escuchan y ven en to fundamental,
propaganda comercial. Aquello que no tiene salida no se produce y no se transmite
al éter: la propaganda determina tos programas.
Los sindicatos de trabajadores de tos medios de información reunidos en Kiel,
exigen por to tanto de tos gobiernos de Europa occidental, de la Comunidad
Europea, del Consejo Europeo y del Encuentro de Viena sobre la Seguridad y la
Cooperación en Europa que:
“Los medios ce comunicación deben quedar bajo la jurisdicción nacional. Es
necesario conservar el orden existente en relación a los medios de información
nacionales, a fin de defender la opinión pública democrática y el pluralismo político.
La libertad de informar sobre los acontecimientos no debe limitarse, tal como lo
estipula la Carta de la onu y el Acta Final de la Conferencia sobre la Seguridad y la
Cooperación en Europa. Es necesario garantizar el acceso libre a la información y la
libre expresión de opiniones. El poder político y económico no debe obstaculizar el
ejercicio de este derecho.
En los consorcios, empresas e instituciones de tos medios de comunicación es
necesario implantar y garantizar el derecho de los
trabajadores y sus sindicatos a participar en la administración. Además, es necesario
prestar particular atención a su influencia en el desarrollo económico y tecnológico,
en la organización del trabajo y en la política de cuadros. Esto debe hacerse tanto a
nivel de las empresas, como mediante la participación en los organismos dirigentes
y de control de las instituciones de los medios de información.
Se debe mantener, mejorar y ampliar el sistema de radiodifusión y televisión, basado
en principios del derecho público.
Los medios de información deben verse libres de la influencia de los gobiernos y los
partidos políticos y protegidos frente a su injerencia. Es necesario defender y
fortalecer la función de los medios de información en la democratización de la
sociedad en Europa occidental.
Es necesario limitar la ampliación impetuosa de bs consorcios transnacionales de la
información, mediante la adopción de la correspondiente legislación europea.
Es necesarb detener la invasión de programas extranjeros, ante todo
norteamericanos, en la radio y la televisión eurooccidentales, en favor de bs
programas europeos que reflejen las peculiaridades de la cultura de la democracia
en Europa occidental.
Los sindicatos eurooccidentales de trabajadores de los medios de información de
masas, presentes en la Conferencia de Kiel, plantean estas demandas con el objetivo
de promover el desarrollo de las tradiciones democráticas y mantener la diversidad
y la identidad cultural y política de Europa occidental”.
Ciencia ficción: la realidad de hoy
“La significación del último maridaje de la electrónica y de la palabra es que hace
posible el establecimiento de un gobierno a escala mundial”.
Lester Brown en World Without Borders
La invención de la máquina impresora por Gutenberg en el siglo xv, coincidió con el
Renacimiento y fue parte fundamental de él. La
263
prensa impresora fue el principio del fin de copistas y pendolistas y, al mismo
tiempo, se constituyó en el resucitador de una literatura muerta o en vías de
extinción. Hasta entonces, ninguna biblioteca en el mundo podía jactarse de
poseerlo todo, ni aun la de Alejandría con cerca de cuatrocientos mil volúmenes
manuscritos. Gutenberg, con su sencilla y elemental imprenta no sólo revolucionó la
comunicación, sino que dotó a la humanidad de una inmensa memoria colectiva. Su
invento ha sido muchas veces modernizado en estos quinientos años, pero se han
mantenido inalterables sus principios básicos. Ni la impresora plana, ni la rotativa
tipográfica o de off set, lograron hacer olvidar al viejo impresor alemán. Sin
embargo, después de anco siglos y con las nuevas tecnologías se acerca la hora de
decirle, como adelantó el director del British Film Institute, Anthony Smith, "adiós
Gutenberg”.
La escritura, que se inició grabada sobre arcilla y sobre piedra, pasó por el vitelo o
pergamino hasta que los egipcios aportaron el papiro, antecedente histórico del
hasta hace poco barato papel de pulpa de madera, inventado por el chino Zai Lunen
el año 104 de nuestra era. Por el desarrollo actual de las tecnologías electrónicas, se
puede prever que a largo plazo el periódico y el libro del futuro, no requerirán de
papel para ser impresos. Tal vez antes del próximo medio siglo, el mundo dejará de
ser de papel. Seguirá el mismo destino de esa herramienta -tan doméstica y fiel como
el perro de la casa- que es la máquina de escribir. Lo que hoy conocemos como
biblioteca, con sus anaqueles, estantes, largas mesas e interminables silencios, se
convertirá-se está transformando ya-indefectiblemente en museo. Hoy mismo,
desde una habitación de cualquier ciudad del Tercer Mundo, con un modem
conectado a una computadora personal, se puede pedir información a un banco de
datos de Londres, París o Wáshington, y grabar en segundos o minutos -
dependiendo de la extensión- el libro de su elección.
En enero de 1990 se pondrá a la venta un pequeño diskette del tamaño de las
etiquetas circulares de papel de los discos tradicionales de música, con el nombre
de Enciclopedia de medios múltiples (Compton's Multi-Media Encyclopedia) que no
es otra cosa que la actual Enclopedia británica de 26 tomos, con las siguiente
ventajas: tendrá ilustraciones animadas, visuales y sonoras; de manera que si se
busca un personaje político será posible escuchar la grabación de
264
uno de sus mejores discursos. Si se trata de un músico, además de su biografía, se
podrá escuchar cualesquiera de sus conciertos. Lo mismo si se desea leer algo sobre
los canarios o ruiseñores, independientemente de lo que sobre estas aves canoras
se escribe, se las podrá ver en movimiento, con sus colores naturales y escuchando
sus maravillosos trinos. El pequeño diskette, que fue puesto a la venta sólo para
bibliotecas en octubre de 1989, tiene 600 megabytes de memoria, equivalente a
1800 diskettes comunes, con capacidad de memoria para almacenar nueve millones
de palabras y 65 mil artículos. ¿Cómo influirá esta maravilla tecnológica en la
educación del siglo xxi?
Lo que no se sabe es si libros y publicaciones que objeten al sistema, serán
incorporados a los bancos de datos y a las enciclopedias. Las tecnologías para la
comunicación tienen que ser saludadas con admiración, porque son instrumentos
que prolongan al hombre hada el infinito, de la misma manera que una pinza o un
alicate son la prolongadón de las manos para realizar tareas que sin esas
herramientas se harían imposibles. Lo beneficioso o perjudicial que puedan ser,
depende al servicio de las causas a las que se supediten. Los portentos de la
electrónica hacen casi imposible la censura de los gobiernos, pero su control se
convierte en dictadura de sus poseedores. Esta afirmación no es novedosa, sino
capítulo de una vieja historia. El rey Ptolomeo II de Egipto monopolizó la producdón
y distribución del papiro y llegó a prohibir su exportación. Fue amo y señor de la
tecnología de su tiempo.
En las redacciones, incluso de muchas ciudades subdesarrolla- das, el periodista ha
dejado de utilizar papel. Sus notas las escribe en un Video Display Terminal (VDT)
que reemplaza al mismo tiempo al antiguo trabajador gráfico cuya participación en
la fase de composición ha pasado al recuerdo junto con el linotipo inventado hace
sólo un siglo por Otmar Mergenthaler. Al poco tiempo, las mecanógrafas que con la
composer sustituyeron a los linotipistas, salieron igualmente a la desocupación,
porque el periodista con su VDT, hace innecesario el trabajo de las digitadoras.
En el Tercer Mundo sobrevive sin embargo, el viejo "cajista" que con los ojos
vendados es capaz de armar palabras recogiendo moldes de cada letra y donde
todavía el linotipo constituiría una revolución. Esto es más frecuente en algunos
países asiáticos con escritura ideográfica. Recién hace treinta anos en China se
construyó una máquina más parecida a un pantógrafo que a un linotipo, para
fabricar símbolos y evitar la agitación y las carreras del cajista que tenía que buscar
entre anaqueles distribuidos en una sala quilométrica más de cuatro mil símbolos,
mínimo indispensable para ser empleado por cualquier periódico respetable.
Excepto el alfabeto coreano -que tiene 29 letras-, el vietnamita, el laosiano y el
campuchano -que usan el alfabeto latino-todos los demás tienen escritura
ideográfica. China ha adaptado un alfabeto latino, pero antes de que se pueda
enseñar a toda la población, tendrán que aprenderlo por lo menos dos millones de
profesores. Las nuevas tecnologías han obviado las dificultades ideográficas. El
japonés -cada idea un símbolo- se escribe sin problemas en una ordenadora o
computadora.
En las redacciones de medios de comunicación modernos la pantalla ha derrotado
al papel en la fase de composición. El desafío pendiente es ahora entre el papel para
la impresión y la pantalla. El teletexto podrá hacer olvidar al periódico tradicional,
al mostrar la información en las pantallas de cada hogar, en lugar de hacerlo a través
del papel periódico. El videotex es el arma con pretensiones de destronar al papel
de periódico de pulpa de madera o de bagazo de caña, mediante un decodificador
adaptado al receptor doméstico de televisión. Pulsando botones, de fácil manejo, se
puede pedir las informaciones que a uno le interesen. Las noticias aparecerán en la
pantalla aproximadamente con una demora de diez segundos. Si se tiene una
computadora personal o una grabadora de video, toda la información puede ser
grabada en el mismo lapso de la trasmisión y posteriormente reproducida total o
parcialmente. El videotex no interfiere la transmisión de los programas normales de
la televisión, puesto que ésta no utiliza toda su capacidad de líneas. Como se explica
en forma gráfica, las informaciones-que incluyen fotografías- van “montadas sobre
los hombros” de la transmisión normal. Con la televisión por cable se facilita mucho
más la información por videotex.
El periódico impreso en papel no será, sin embargo, fácilmente desterrado a pesar
de los graves problemas ecológicos que está provocando la destrucción de bosques
y la contaminación de los ríos. Existen poderosos intereses y cuantiosas inversiones
en la fabricación de papel y en la industria editorial, como para suplantarlos antes
de veinte o treinta años. Estados Unidos, Canadá y los países es
candinavos producen 70 por ciento del papel que se consume en el mundo. Esta
producción ha reducido considerablemente la extensión de los bosques que, en
1950 constituían la cuarta parte de la superficie de la Tierra y en 1980 sólo llegan a
la quinta parte. A ese ritmo de destrucción, el afto 2000 sólo cubrirán la sexta parte.
Como los árboles del Hemisferio Sur, mayoritariamente tropicales, no son aptos
para la fabricación de papel periódico -lo que nos salva por ahora de una devastación
mayor- se están estudiando otras fuentes para su fabricación. Actualmente se
ensaya -parece que con éxito- un vegetal llamado kenaf de gran adaptabilidad a los
países tropicales.
Otra razón por la cual el papel no podrá todavía divorciarse de la industria editorial
es el alto costo de las nuevas tecnologías, sobre todo para la economía de los pueblos
del Tercer Mundo. El aumento creciente de su precio en el mercado internacional
dificulta la compra de papel periódico en algunos países subdesarrollados.
El videotex está cambiando ya el modo de vida en las ciudades del mundo
industrializado. Los bancos de datos le están quitando público a las mejores
bibliotecas. El sistema de reparto de mercaderías a domicilio ha reaparecido, con la
ventaja que los productos solicitados pueden ser escogidos viendo no sólo los
atrayentes catálogos de la sociedad de consumo, sino directamente,
contemplándolos en tos escaparates, vitrinas y conservadores de frío. Igualmente se
podrá pedir el traje elegido de la casa de modas. Desaparecerán las salas de cine. Los
estrenos de la cinematografía se harán por televisión. Todo será cuestión de tarifas.
Los servicios informativos tipo periódico sin papel se están desarrollando en Japón,
Inglaterra y Estados Unidos, principalmente en el sistema de televisión pagada (pay
televisión) que circula por cable coaxial. Este sistema además está avanzando sin
metas previstas e imaginables, con las fibras ópticas. Los avances tecnológicos,
especialmente en la década de los 80, superan la imaginación de los propios
expertos dedicados a esa tarea. Lo único cierto, sin embargo, es que constituyen un
creciente poder monopolizado.
1989 se ha convertido en el afto de la lucha de tres colosos de la electrónica por
imponer la nueva televisión de alta definición, High Definition Televisión (HDTV). El
que gane la batalla, supeditará la humanidad a su tecnología. Los tres competidores
son
Japón, Estados Unidos y los países de la Comunidad Económica Europea. En
la disputa se juegan billones de dólares. Por lo pronto, Japón -que es pionero del
sistema- ha sido frenado por la legislación norteamericana que ha dispuesto que el
hdtv para ese país tendrá que someterse a sus normas técnicas de 1050 líneas. El
sistema japonés tiene 1125 líneas de señales y el europeo es de 1250. Estas
diferencias imposibilitan el intercambio de transmisiones, como sucedió con la
televisión en blanco y negro de los países europeos capitalistas y socialistas-, de
Japón y de Estados Unidos, que fueron incompatibles. Este problema fue superado
en la televisión a color para las transmisiones por la vía satélite. El hdtv no es sólo
un nuevo receptor adaptable a las actuales transmisoras. Es una concepción integral
que hará indispensable la transformación de los actuales estudios y equipos de
transmisión así como de los receptores.
La nueva televisión de alta definición fue mostrada por los japoneses por primera
vez en 1981, ante un auditorio reducido de expertos de Londres y Nueva York. El
anuncio optimista de un ejecutivo japonés, en el sentido de que en los próximos
cinco a diez años el HDTV se propagaría por el mundo y reemplazaría al actual
sistema, alarmó a los fabricantes de equipos y receptores norteamericanos, los que
en el peor de los casos terminarían pagando los royalties y patentes a los
Laboratorios Nippon Hoso Kyokai (Laboratorios NHK) del Japón, antes que cerrar
sus actividades. Los que se pusieron al borde del pánico fueron los empresarios de
la televisión, es decir, toda ia televisión comercial norteamericana que recibe
ingresos billonarios por la venta de programas -software - a todo el mundo.
Conociendo el prestigio japonés en la electrónica de consumo, la alarma se hizo
extensiva a Europa6.
Para acelerar la creación de su propio HDTV europeo tuvieron que trabajar en
equipo la Phillips de Holanda y Gran Bretaña, la Thompson de Francia y la Bosch de
la República Federal de Alemania. La carrera contra el tiempo fue provechosa y en
la presentación pública de su sistema perdieron ante Japón por una semana de
diferencia. En efecto, Japón transmitió en HDTV por vía satélite la inauguración de
los juegos olímpicos de Seúl a doscientos receptores en Tokio. Siete días después,
los europeos presentaron su sistema en Brighton, Inglaterra. Los que tuvieron la
oportunidad de ver ambas demostraciones, consideran que se trata de una nueva
visión y la comparan con el ecran del cine anterior a los años 50 con respecto al
cinemascope.
La equivalencia no es exagerada. La pantalla de los actuales receptores tienen una
proporción de cuatro a tres, en tanto que la de HDTV es de diecises a nueve. Explican
que si se lograse sintonizar las nuevas emisiones con los tradicionales receptores,
éstas necesariamente tendrían que mostrar imágenes recortadas en los costados o
bastante comprimidas, con franjas negras arriba y abajo. La compatibilidad -aún
superando el número de líneas de señales- no sería posible, salvo que previamente
se regresara a las películas de 35 mm para “comprimir” las imágenes. Al parecer no
tienen todavía solucionado el problema de la transición hacia una tecnología que
por mucho tiempo no será fácilmente accesible a las clases medias bajas de los
países desarrollados.
Mientras tanto, siguen los progresos en la televisión convencional con sus seis tipos
de emisiones:
La televisión sin pago por recepción, financiada exclusivamente por publicidad o
sostenida por el Estado.
La televisión por cable, con pago anticipado de una cuota fija que cubre los gastos
de instalación y mantenimiento para un promedio de 15 programas que incluyen
avisos. Su ventaja sobre la primera es su mayor nitidez.
La televisión pagada -Pay Televisión- por línea y que se factura al cliente
mensualmente, enciendan o no el receptor. Los programas no se interrumpen con
publicidad.
Televisión pagada, sin publicidad, pero de acuerdo al consumo. Cada receptor tiene
un contador.
La televisión codificada con desclasificador. Este último sistema, según sus
promotores no es muy confiable, porque con un poco de habilidad tecnológica se
puede fabricar domésticamente.
El narrowcasting o microtransmisión, destinado a zonas no extensas, como los
barrios.
El Instituto Internacional de Periodismo (ui) en el informe de su banco de datos de
diciembre de 1988, relata que las nuevas tecnologías de comunicación y las
tendencias de su desarrollo a partir de la segunda mitad de esta década están
sustentadas “en la matemática aplicada, la física del estado sólido, la
optoelectrónica, la ingeniería de sistemas, la informática, la computación
microelectrónica, la transmisión directa por satélite, la teledetección espacial, los
sistemas integrados de redes digitales y la bio-tecnología”7.
El resumen de los avances científico-técnicos en el campo de las
comunicaciones confeccionado por el ui es el siguiente8:
Computarización y microelectrónica: aplicación de nuevas formas de
semiconductores, circuitos integrados en gran escala y super alta escala,
computadoras de arquitectura paralela y memoria gigante, microprocesadores
super rápidos (de 16 a 32 bits), grabación digital de sonido e imagen en discos
magnéticos y otros portadores, en el diseño y producción de nuevas tecnologías de
información.
Digitalización: transición de técnicas analógicas a digitales (alfa- numéricas) para la
grabación y transmisión de señales de todo tipo, lo que proporciona una elevada
magnitud de canales de transmisión y aumenta en grado exponencial la velocidad
de las señales en las redes de comunicación.
Optoelectrónica: grabación, transmisión y reproducción de imágenes y sonidos
mediante fuentes de emisión de láser, cables de fibras ópticas y estaciones
receptoras de láser, lectores de láser de texto e imágenes, impresoras de láser,
pantallas de video y otros equipos y elementos optoelectrónicos.
Computadorización: extraordinaria aplicación intensiva de las nuevas tecnologías
de computación, en particular de las computadoras personales a todos los medios
de difusión masiva (radio, televisión, cine, tecnologías audiovisuales) y en la
operación de las agencias de noticias, periódicos y editoras.
Telemática: interconexión de sistemas de telecomunicación, microelectrónica e
informática (como el procesamiento de datos por computadora) y su integración en
todas las actividades, lo que tiende a elevar el impacto de los medios masivos sobre
la sociedad, tanto a nivel de grupos como de individuos.
Comunicación por satélite: aplicación de las telecomunicaciones y la radio y
televisión a la transmisión directa por satélite (DBS), a la recepción electrónica de
datos y noticias; y servicios en tiempo real (telefonía, video-telefonía,
videoconferencias, telefotos, teletex, etc.)
La aplicación y combinación de estas tecnologías es incalculable.
En las sociedades desarrolladas, por ejemplo, pronto será de uso corriente el video-
teléfono, para conversar mirándonos tos rostros en
una aparente desaparición de las distancias. Sobre estos avances gi
gantescos y vertiginosos existe preocupación entre los estudiosos de la
comunicación social y entre ios periodistas. En Venezuela se demoró la instalación
de computadoras en las redacciones de los diarios, por el temor manifestado por las
organizaciones profesionales a ios efectos negativos que pudieran producir ios VDT
en la salud de los trabajadores, especialmente en la vista. El otro temor-confirmado
por k) demás- es la desocupación en el gremio gráfico. Hasta hace aproximadamente
15 años, el linotipista era considerado el trabajador más especializado y mejor
remunerado. Su horario de trabajo era de 5 horas, a partir de las cuales cobraba un
plus. El linotipista era el “intelectual de la clase obrera” y a veces su salario superaba
al de un ejecutivo de redacción. Sin embargo, la aparición de las procesadoras de
texto de la IBM -las famosas composer para las impresiones en off set-iniciaron la
desocupación de los linotipistas. Con los terminales de video, las composer han
quedado obsoletas y los linotipos, piezas de museo. El oficio de linotipista se
recordará en forma parecida al de los encargados de encender el alumbrado de gas
en las ciudades de inicios de siglo.
Los temores sobre la aplicación de las tecnologías en los medios de comunicación
son exagerados. La única tecnología que impresionó y asustó al mundo y con justa
razón fue la construcción de la primera bomba atómica. El temor disminuyó en el
momento que dejó de ser monopolio de los Estados Unidos. Con la bomba atómica
soviética se produjo un equilibrio que en cierta forma ha asegurado la paz frente a
la alternativa de un holocausto final. Pero al mismo tiempo y gracias al control de la
energía nuclear, la humanidad se beneficia con los múltiples usos pacíficos que cada
vez se descubren.
Las nuevas tecnologías para la comunicación demuestran en primer lugar, la
inconmensurable capacidad de la mente humana. La gente debería alegrarse de vivir
en este verdadero tiempo de las luces, donde las distancias están siendo
relativizadas. Gracias a ellas, los hombres ven ahora como alcanzables a las estrellas.
Los avances técnicos en la comunicación, como tales, no deberían preocupar. Por el
contrario deberían ser esperanzadoras en la medida en que esta revolución
signifique avance real y beneficio para la humanidad.
El problema radica en la subordinación de los nuevos prodigios a pequeños grupos
transnacionales que están por encima de la soberanía de los Estados. Las tecnologías
son instrumentos que pueden
271
servir para el bien o para el mal, como la energía nuclear. Depende en manos de
quién se las ponga y en función de qué intereses se las utilice. La preocupación no es
por los nuevos descubrimientos, sino por su control y manejo. Igual que los
escalpelos, que en manos de un cirujano son instrumentos de vida, pero en los de un
delincuente son armas de muerte.
En la actualidad los portentosos avances de la comunicación están puestos al
servicio de la dominación imperial. El injusto orden internacional de la información
se acentúa. Los mensajes colonizadores de las transnacionales de noticias llegan más
nítidos y multiplicados en menor tiempo. Cada vez es más difícil liberarse de la
invasión de mensajes unidireccionales en voces, imágenes, sonidos y color que
inundan y saturan los sentidos. Los bancos de datos sustituirán a las bibliotecas y a
los archivos. Habrá más facilidad y más comodidad para las indagaciones, pero los
receptores serán mucho más pasivos. Se pondrán al alcance de nuestras economías
los nuevos receptores para que conozcamos, en el momento que nos plazca, los
acontecimientos que querramos. Recibiremos la información inmediatamente y
hasta podremos copiarla en forma automática, pero al mismo tiempo este avance
traerá consigo una asombrosa facilidad para desinformarnos y ser manipulados con
mayor rapidez.
Sin duda, será maravilloso contemplar espectáculos directamente de cualquier lugar
del planeta en una pantalla negra y panorámica de televisión de alta definición. Pero
alarma la posibilidad que ese receptortenga incorporado el sistema motivac, un
aparato del tamaño de una caja de fósforos que va a transmitir al ordenador de una
agenda de marketing, parte de la vida privada de un hogar. En la central se enterarán
en dos segundos, cuántas personas están sentadas frente a la pantalla, cuál canal se
ha elegido, si se soporta el avisaje o se han liberado de él con el control remoto. Se
darán cuenta también si todos están atentos a la transmisión o si alguno de la familia
se quedó dormido. El periodista Karel Hejc después de leer la descripción del
motivacen la revista francesa Sciences et Avenir, dijo que de inmediato había
revisado su televisor. Allí no encontró el motivac, pero en cualquier caso lo sacó de
su dormitorio: “uno nunca sabe...".
Lo que se publicó en Sciences et Avenir como una posibilidad, ya es realidad. Desde
finales de 1988 compañías norteamericanas
272
y europeas están poniendo en práctica dispositivos similares con fines de estudio de
mercado. Por el fracaso de bs ratings, inicialmente se probaron otros métodos, como
la colocación de rollos de papel que registraban bs cambios efectuados y el tiempo
de sintonía del televisor. Luego se sustituyó el papel con cinta magnética, pero el
motivac, inspirado en la desconfianza al televidente, es hoy un próspero negocio de
la firma francesa Bertin y abre mayores posibilidades que amenazan la intimidad
del hogar mediante el control electrónico. En la misma computadora en la que se
redacta este libro, pulsando un comando, se puede establecer en segundos qué
temas se han escrito, de cúantos caracteres, qué tiempo se ha permanecido frente a
la pantalla y a qué horas. Se puede descubrir también, si en lugar de escribir, se
cambió de programa y se estuvo jugando billar, ajedrez o solitario y el exacto tiempo
perdido.
Los libros: hacia el control de la lectura
Los libros tampoco han sido descuidados por el imperio. Independientemente del
éxito económico de bs pocket books o libros de bolsilb, cuyas traducciones del inglés
se distribuyen de preferencia fuera de las librerías, en mercados, boticas y puestos
de periódicos y revistas, la AID ha sido la encargada de buscar el monopolio de la
producción de libros norteamericanos en el Tercer Mundo. El objetivo colonizador
es uniformar los textos escolares y universitarios en todos bs países de América
Latina con el pretexto de abaratar bs precios de venta y hacerlos accesibles al mayor
número de lectores.
El método para controlar los puestos de venta de revistas y periódicos y
prácticamente obligar a sus propietarios a la compraventa de libros ha sido muy
sencillo. En la mayoría de estos países, una de las revistas de mayor circulación es
Selecciones del Reader’s Digest, historietas de Walt Disney, Mecánica Popular, Buen
Hogar, y algunas norteamericanas más. Estas publicaciones constituyen, fuera de los
diarios, los mayores ingresos para bs vendedores. La distribuidora de esos impresos,
en cada país, conmina a bs minoristas a la adquisición y venta de determinados
libros traducidos del
273
inglés. Si no lo aceptaran correrían el riesgo que se les corte la distribución de las
revistas de éxito. En cada ciudad tienen asegurado, en forma cautiva, cadenas de
miles de estanquillos donde exhibir y vender iibros de presentación atrayente y a
precios con los cuales los autores y editores nacionales no pueden competir.
Mientras los vendedores minoristas reciben las revistas y periódicos locales a
consignación -lo que no venden un día, devuelven al siguiente- los libros traducidos
del inglés tienen que adquirirlos al contado, con descuentos atractivos. Un
distribuidor de Selecciones en Lima consideraba que su mercadería es el “lomo fino”
de la carne y por eso había que venderla con un poco de sebo y otro de hueso: “lomo
fino no sale solo”. El sistema es explicado con otros modismos en las demás ciudades
capitales del continente. Como consecuencia, la actividad editorial en América
Latina está en crisis. Los libros nacionales tienen tirajes muy restringidos y, en
consecuencia, precios más altos. Es un círculo vicioso, encerrado por las ofertas de
auténtico dumping del libro norteamericano que no necesariamente es impreso en
Estados Unidos.
Como es sabido, los productos editoriales disminuyen sus costos en función de los
mayores tirajes. Sin embargo, la mano de obra en Estados Unidos es muy costosa en
comparación con la del Tercer Mundo. Un obrero calificado, jefe de una rotativa de
off set, gana un promedio de 20 dólares hora. Con el equivalente a un día de su
trabajo, se puede pagar por lo menos una semana de su homólogo latinoamericano.
El gran negocio de las editoriales norteamericanas es, en consecuencia, encargarse
de las fases de composición y arte final en sus talleres centrales y enviar las películas
al mundo subde- sarrollado para la impresión, teniendo en cuenta que el papel tiene
precio internacional. Muchas revistas y libros de gran circulación en Estados Unidos
se imprimen en Singapur. La revista Play boy se escribe en Estados Unidos, los
fotolitos se elaboran en Suiza y la impresión la realiza la Editorial Carbajal de
Colombia. Desde ese país se envía por vía aérea un millón de ejemplares para
Estados Unidos y 600 mil para Canadá. A pesar del flete, es un negocio redondo, al
que hay que añadir los premios e incentivos que reciben las editoriales
latinoamericanas por realizar una “exportación no tradicional”.
El “trust de cerebros” encargado de preparar materiales para la tercera colonización
ha estudiado muy bien este negocio. Sin sacri-
274
ticar utilidades -por el contrario, asegurándolas- puede imponer sus libros fuera de
toda competencia en el Tercer Mundo, comenzando por su patio trasero. El peligro,
sin embargo, radicaba en la probable reacción de los libreros latinoamericanos que
se verían obligados a presionar a sus gobiernos en busca de protección. La solución
fue hallada de inmediato. Simplemente había que interesar a algunos propietarios
de editoras para que participen en el negocio y colaboren, de paso, con su
colonización.
La entidad encargada de su implementación fue la AID. Sus expertos hicieron
maletas y recorrieron, país por país, todo el continente, usis se encargó de los
contactos con editores individuales y con las Cámaras de Libro, entidades que
agrupan a los editores y libreros. El planteamiento de la AID fue el siguiente:
Cada país tiene sus propios textos escolares y universitarios para temas de
conocimiento universal, como ciencias médicas, sociales, matemáticas, idiomas, etc.
Como los tirajes no son muy elevados en cada país y las tecnologías de composición,
foto mecánica e impresión están en la obsolescencia, cada texto resulta muy costoso,
lo cual no permite el aumento de escolaridad y de alfabetismo. La AID, que es un
organismo de ayuda, está dispuesta a colaborar con la educación, la erradicación del
analfabetismo y, al mismo tiempo, a engrandecer la actividad editorial. En
consecuencia, la AID ofrece a los hombres de negocios que se dedican a la industria
del libro otorgarles préstamos blandos, con intereses simbólicos y asesoramiento
de especialistas en poligrafía para que renueven y modernicen sus instalaciones.
Ciertos editores vieron a los funcionarios de la AID como a los reyes magos que
llegaban no de oriente sino del norte con la bolsa abierta “para colaborar con la
educación y la cultura de sus países y para asegurarles modernidad y ganancia”. Los
expertos les mostraron además, catálogos a todo color de las nuevas rotativas
silenciosas, con cargadores automáticos de papel; las cadenas sin fin para el
empastado automático y en serie, con bocas de guillotinas trilaterales; las cámaras
fotomecánicas con separador de colores casi instantáneos y precisos por el prodigio
de los rayos láser, entre otros. Todo ello sin cuota inicial, diez años para pagarlo,
plazos de gracia y prácticamente sin intereses. Pero, ¿dónde estaba el truquito?
Lo único que tenían que hacer los editores era colaborar con la AID y con la UNESCO
para convencer a sus respectivos gobiernos que
275
uniformaran tos textos escolares y universitarios de todos tos países
latinoamericanos, con los textos que estudian tos jóvenes norteamericanos y que
han hecho de ese país, la primera potencia. Presentaban como ejemplo, tos libros de
aprendizaje de inglés, realmente insuperables. La matemática moderna y tos libros
de anatomía con láminas de miología y de esqueletos en tercera dimensión. Lo
último en geografía y astronomía con ilustraciones desde el cosmos. En fin, algunos
cursos, como la historia nativa podía quedar para cada país. Los editores tenían una
ventaja adicional: podrían ahorrar, si les convenía, las fases de composición y arte
final que tantos problemas les produce, puesto que se les facilitaría, a elección, los
fotolitos, es decir, tos moldes. No era requisito indispensable, sino opcional.
No se conocen todavía tos resultados de esta agresión cultural en la mayoría de
países. Pero se sabe de algunas editoriales latinoamericanas que ya recibieron el
préstamo de la AID, como la Editorial Carbajal de Colombia, convertida en la más
poderosa del continente. Un complejo poligráfico como Carbajal no existe en
Estados Unidos. En la eventualidad de no lograr el objetivo a través de la AID,
existeuna alternativa: la compra de editoriales por empresas transnacionales. Esta
operación se está poniendo en práctica a nivel mundial, como se ha explicado, por
ejemplo, con la adquisición de la Háchete de París y Mac Millan de Londres, por el
grupo Hearst y en América Latina por la Walt Disney con el grupo sudamericano
Cívita. Según el informe de la Comisión Mac Bride los países desarrollados
exportaron hasta 1974, el 91 por ciento de libros, mientras los países en vías de
desarrollo no llegaban al 9 por ciento. Pero de este último porcentaje, una parte era
ya de empresas dependientes o de capital transnacional. Existen numerosos países
latinoamericanos que se han retirado de la exportación, por la imposibilidad de
competir en el mercado por el dumping de los best sellers.
A la actividad editorial especializada en libros, hay que añadir la edición
internacional de revistas que han arrinconado la producción nacional a límites
locales. Las revistas argentinas, por ejemplo, hace más de una década que fueron
desplazadas de su tradicional mercado latinoamericano. La famosa historieta
chilena Condorito ha perdido su nacionalidad para convertirse en transnacional.
Armand Mattelart en un estudio publicado en Le Monde Diptoma- tique establece
que el mercado latinoamericano de la actividad
276
editorial ha sido tomado por los siguientes grupos: Hearst Corporation, Western
Publishing Company, Walt Disney Productions, Rea- der’s Digest y el grupo Time-
Life. Hearst, en su filial cinematográfica Hearst Metroton News, produce
documentales para usis destinados a América Latina. Controla igualmente los
comics o historietas de la King Features Sindícate que acapara las secciones de
entretenimiento de la mayoría de periódicos del continente. El mismo grupo, através
de la editorial América, distribuye desde Miami 15 millones de ejemplares de foto-
novelas, historietas,etc. La revista Vanidades Continentales una de sus publicaciones
dedicadas a la mujer latinoamericana. Según el mismo estudio, la Western
Publishing, compró el grupo mexicano Novaro y exporta 6 revistas semanales, 24
bimensuales y 20 revistas mensuales que se distribuyen como si fueran mexicanas.
Herbert Schiller, por su parte, describe el potencial de la Walt Disney Productions
con el siguiente cálculo: “en todo el mundo, al menos 240 millones de personas han
visto por lo menos una película de Disney, 100 millones ven cada día una de sus
películas, 800 millones han leído un libro o una revista de Disney, 50 millones han
oído sus discos o bailado bajo su música, 80 millones han comprado productos
fabricados con licencia de Disney, 150 millones han visto sus series de dibujos
animados y en dos años unos 20 millones de personas han visitado sus parques de
recreo en California y Florida".
Cuando el operativo se cumpla, el frente de ataque de la dominación ideológica y la
masificación mental será completa. Más que un frente de ataque se habrá convertido
en un anillo estratégico. El objetivo es encerrarnos mentalmente con un cerco
invisible pero impenetrable, dentro del cual sólo leamos las noticias de cuatro
transnacionales de la información; oigamos los programas de radio que escojan sus
transnacionales de la publicidad; veamos los subproductos culturales de su
televisión, seleccionados por las mismas agencias publicitarias; especiemos
igualmente la producción de los "neocúaqueros” de su industria cinematográfica;
leamos sus revistas; y, eduquemos a nuestros hijos sólo con sus libros y los
instruyamos con sus textos.
277
Capítulo IX EMANCIPACIÓN O DOMESTICACIÓN
“La persona mal informada es un sujeto; la bien informada, un individuo."
Los habitantes del Tercer Mundo estamos siendo peligrosamente convertidos en
sujetos.
Hacia la democratización de las comunicaciones
De la misma manera que la lucha por un nuevo orden económico internacional es
condición de supervivencia y luego de progreso para los países en vías de desarrollo,
la búsqueda y la consecusión de un cambio radical en las estructuras de la
comunicación internacional es indispensable para recuperar nuestra personalidad
como naciones, para mantener y engrandecer nuestras culturas, nuestras
peculiaridades, en suma, para emancipamos de la tercera colonización.
Existe consenso entre las fuerzas progresistas del mundo en algunos principios
fundamentales sobre los cuales debe sustentarse el nuevo orden mundial de la
información y de la comunicación:
El derecho internacional debe normar el flujo de la información, estableciendo, entre
otros principios, el derecho a la rectificación en las noticias que se difunden sobre la
Tierra. Los principios de autodeterminación de los pueblos, la igualdad soberana de
los Estados y la no injerencia en los asuntos internos de otros Estados, deben
alcanzar también a la comunicación internacional.
El derecho de los pueblos y de cada nación a recibir una imagen objetiva y no
manipulada de la realidad.
El derecho de cada nación a desarrollar su propio sistema informativo.
El derecho de cada nación a valerse de los medios de comunicación para la difusión
de sus propios valores, culturas, aspiraciones
281
y realizaciones, teniendo en cuenta los legítimos derechos de las demás naciones.
El derecho de cada nación a cooperar con otras y de participar, en forma
proporcional y equilibrada, en el flujo internacional de la información; y,
La responsabilidad de los periodistas por la veracidad de las informaciones, de
acuerdo con un código internacional de ética que ellos mismos adopten, a través de
sus organizaciones nacionales, regionales e internacionales. Hay que recordarle al
periodista, de acuerdo con el Código de Honor de la Federación Internacional de
Periodistas (FIP) “SU no responsabilidad ante el patrono -que en muchos casos es
representado por un grupo anónimo de accionistas- sino su responsabilidad ante la
raza humana”1.
Hay mucha gente que siente el agobio de la propaganda; el hartazgo por el
espectáculo embrutecedor de la violencia; que no se resigna a la propagación de la
frivolidad; que tiene la sospecha inconsciente que la están engañando
permanentemente; que siente, muchas veces, un malestar cuyas causas no las puede
ubicar. Se pone al borde de percibir el problema, lo mira incluso, pero no lo alcanza
a ver ni a comprender. Le hace falta una pequeña indicación, una señal, la luz de una
pequeña linterna para que descubra con nitidez de lo que realmente se trata.
Cuando la mentira ha inundado sus sentidos y se deja arrastrar por causas que no
debieran incumbirle o, por el contrario, cuando se muestra indiferente por lo que
realmente debería interesarle, es necesario el auxilio de la verdad para devolverle
la racionalidad. Hay que tener la convicción que los pueblos poseen un fondo moral
insobornable al que es necesario acudir como reserva salvadora.
Las individualidades y las muchedumbres no deben seguir siendo convertidas en
rebaño por la magia de la palabra, del sonido, del símbolo o del color diseminados
hoy a través del cosmos, como esos cohetecillos chinos que se disparan casi
imperceptibles hacia el cielo y estallan en vistosos y atractivos fuegos de artificio.
Es necesaria la discusión, pero es insuficiente. Durante una década se han impuesto
la razón y la moral contra el imperialismo
I
informativo en el seno de la unesco, pero a puertas cerradas por los usufructuarios
de la información. Han sido victorias de los defensores de un nuevo orden
informativo internacional. Podemos y debemos seguir acumulando puntos en
cualquier tribuna que ocasionalmente se presente antes de ser clausurada por la
fuerza del dinero. La de la UNESCO debemos exigirla por derecho. Pero con
polémicas victoriosas a nivel internacional no vamos a rozar siquiera el inmenso
poder de las transnacionales de la comunicación. Es tan gigantesco el pulpo que no
se le puede derrotar de una sola vez. Cada país debe vencerlo cortándole el tentáculo
que lo aprisiona.
En otras palabras, queremos establecer un principio: para cambiar el orden
informativo internacional, tenemos previamente que cambiar el orden informativo
nacional. Arreglemos primero las cosas encasa. Después con los vecinos
limpiaremos la calle y el barrio. Esto significa, establecer en cada uno de los países
del Tercer Mundo, el principio de la libertad de prensa como un derecho humano,
individual y social, es decir, como el derecho de todos los integrantes de una
sociedad a ser informados con veracidad y al propio tiempo con las atribuciones de
hacerse oír por los demás, para que la comunicación sea realmente recíproca y no
unilateral. Para que no seamos más simples receptores pasivos, silentes, gregarios y
adocenados, sino partícipes del proceso de la comunicación. Que todos los sectores
de la población tengan acceso a ella, para lograr el atributo de expresar sus
opiniones. Al propio tiempo que tengan real y auténticamente la libertad de elegir
las voces y los mensajes provenientes de todos los puntos de la rosa naútica. Que se
haga panorámica y hasta circular la angosta y estrecha ventana por la que ahora
miramos el mundo. Queremos un mundo donde sus habitantes vivan sin consignas,
abierta o solapadamente dictadas e impuestas.
En la medida que la discusión aclare conceptos y se tome conciencia de ellos,
surgirán iniciativas que iluminarán nuevos caminos. Algunos de ellos son hoy
conocidos: para la existencia de un nuevo orden informativo nacional es
indispensable modificar sustancialmente la propiedad de los medios de
comunicación. Ni propiedad privada ni propiedad estatal. Para que exista auténtica
y verdadera libertad de expresión, los medios tendrán que ser independientes y
equidistantes de los poderes del dinero y del Estado2. Tendrán que liberarse
igualmente de la dependencia y del yugo de la publicidad. La noticia tendrá
283
que dejar de ser una mercancía cotizable, para convertirse en servicio social. Prensa,
radio, televisión e informática, no deberán ser manejados ni por los dueños del
dinero ni por los transitorios administradores del poder. Propugnamos, en lugar de
ambos extremos, la propiedad social en sus diferentes formas, en las conocidas y en
las inéditas, que vayan creando la imaginación de los nuevos participantes del
proceso y que la sociedad vaya ensayando.
Unicamente los medios de comunicación que no tengan el usufructo y el lucro como
meta y razón de ser, estarán en capacidad, no de cerrarle las puertas a las
transnacionales de la información, sino de abrirlas a todas las demás, para que
nuestros pueblos puedan contemplar la cara oculta de la luna. Sólo con la
democratización de los medios de comunicación podremos conocer a pueblos
hermanos, habitantes del Hemisferio Sur que, sin saberlo, compartimos
aspiraciones, luchas y sufrimientos.
Desde luego esta proposición es fácil de formular, pero plantearla y llevarla a la
práctica, requiere decisión política transformadora de la sociedad. El problema
radica en la presión que ejercen tos grupos de poder económico y tos medios de
comunicación identificados con ellos sobre la política y tos políticos, teniendo en
cuenta la influencia, a veces decisiva, de estos medios en tos procesos electorales
que definen gobiernos y parlamentos destinados a perpetuar el sistema. En una
democracia formal, sin participación real y plena de las mayorías, es muy difícil,
aunque no imposible, una auténtica democratización de tos medios de
comunicación. Menos factible es en las tradicionales dictaduras que
indefectiblemente gozan de la protección del gobierno y de tos intereses
norteamericanos.
Pero, esta democratización es indispensable, cuestión de vida o muerte, frente al
proceso de la tercera colonización que se impone sobre el Tercer Mundo. Lo primero
es la comprensión del problema, la provocación a la polémica y, luego, la toma de
conciencia. Lo demás vendrá por añadidura. Los esclavistas y los señores feudales,
en sus respectivos tiempos, estuvieron convencidos que las cosas “eran como eran”
y que nunca cambiarían. Seguramente ni se les ocurrió pensar en esa posibilidad.
Hoy los detentadores de la libertad de prensa no viven en esa ignorancia. Saben que
su famosa e irrestricta libertad es una coartada que les permite, a cambio de
ganancia y poder fáciles, colaborar con los nuevos colonizadores. Igual que los
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cipayos, que a pesar de ser hindúes, se pusieron al servicio de Gran Bretaña para que
colonizaran su patria.
Mientras no se modifique el sistema vigente, se corre el riesgo que acaben las
resistencias morales del pueblo. La democratización de los medios de comunicación
es, imperativamente, el primer paso para la liberación.
Democratizar las comunicaciones significa liberarlas de la dependencia de la
publicidad comercial.
Democratizar las comunicaciones significa liberarlas de la dependencia
transnacional.
Democratizar las comunicaciones significa establecer un auténtico pluralismo
informativo.
Democratizar las comunicaciones es abrir nuestro mundo a voces múltiples.
Democratizar las comunicaciones significa darles voz a los amplios,
abrumadoramente mayoritarios sectores que carecen de ella.
Democratizar las comunicaciones es acabar con el actual sistema vertical, de arriba
hacia abajo, que encubre a los verdaderos dueños y convierte a los demás en sujetos
pasivos sin más opciones que leer, ver, oír y callar, semejante al “calla, reza y trabaja”
del feudalismo.
Democratizar las comunicaciones significa recuperar la personalidad y la soberanía
de nuestras naciones.
Democratizar las comunicaciones es supeditar los acontecimientos a los procesos.
Democratizar las comunicaciones significa defender nuestras tradiciones, nuestras
culturas autóctonas y milenarias, nuestras costumbres y nuestro carácter étnico.
Democratizar las comunicaciones es iniciar el cambio de una democracia
representativa hacia una superior, de participación plena.
Democratizar los medios de comunicación es liberar a nuestros pueblos de la
alienación mental al que están sometidos y sacarlos de ia condición de “hombres de
Pavlov" al que pretenden reducirlos.
Democratizar ias comunicaciones, es en suma, emanciparnos de la tercera
colonización.

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