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DESARROLLO EMBRIONARIO

Facilitadora: Lic. Josefina Lozano Participante: Anny Gutiérrez


BIOLOGIA Y BIOQUIMICA C.I. v- 6.878.319
1er Semestre
DESARROLLO EMBRIONARIO

Se denomina embriogénesis al proceso que se inicia tras la fertilización


de los gametos para dar lugar al embrión, en las primeras fases de
desarrollo de los seres vivos pluricelulares. En el ser humano este
proceso dura unas ocho semanas, momento a partir del cual el producto
de la concepción acaba su primera etapa de desarrollo y pasa a
denominarse feto.

El desarrollo embrionario es el período desde la fecundación hasta el


nacimiento del nuevo ser.

Una vez formado, el cigoto sufre una serie de cambios que lo llevan a
constituir -primero- un ser humano en miniatura.

Para esto debe pasar por tres etapas, que son parte del desarrollo
embrionario:

Segmentación: en ella, el cigoto


comienza a dividirse por mitosis en dos,
cuatro, ocho, etcétera, células, que
reciben el nombre de blastómeros. A
medida que esto sucede, el embrión -u
óvulo fecundado- va avanzando hacia el útero a través de las trompas.
Al término de esta etapa, se llega a un estado embrionario llamado
blastocito, y así se implanta el embrión en el útero materno.

Morfogénesis: en esta etapa se presenta una serie de movimientos y


divisiones celulares. Como resultado, aparece un embrión alargado,
constituido por cierto tejido nervioso muy primitivo y tres capas u
hojas embrionarias: ectoderma, endoderma, y mesoderma.

Diferenciación: en ella, cada capa embrionaria se va diferenciando


y los distintos órganos del embrión se van formando. Por ejemplo,
en el ectodermo se originan las neuronas, la epidermis, el pelo, las
uñas, etc. Terminada la etapa de diferenciación, el embrión tiene
todos los rasgos humanos y sus órganos formados. Esto es
alrededor del tercer mes de embarazo. A partir de este instante y
hasta el nacimiento, se habla de feto. Desde el tercer mes en
adelante, el feto crece, engorda y madura.

Estructuras para la vida

Además del embrión, durante el embarazo se forman los anexos


embrionarios. Son estructuras que aparecen solo en esta etapa,
permitiendo el crecimiento y desarrollo del embrión, y posteriormente
del feto.

Los anexos embrionarios son:

Saco vitelino: está presente en las primeras etapas del desarrollo del
embrión y tiene como función almacenar el vitelo, que lo nutre.
Amnios: corresponde a una membrana que envuelve totalmente al
embrión y es capaz de producir un líquido llamado líquido amniótico.
Este protege al embrión de golpes y sacudidas, ya que "flota" en el
líquido. En términos populares, se conoce como bolsa de agua.
Alantoides: anexo que se encarga de almacenar las sustancias de
desechos del embrión, y del intercambio de gases.
Corión: membrana más externa, que envuelve totalmente a las
demás membranas. El corión forma vellosidades coriónicas que
penetran en el endometrio del útero y en conjunto forman un órgano
muy importante llamado placenta.
LA PLACENTA

Es el órgano que permite la difusión de nutrientes, oxígeno, y


anticuerpos desde la sangre materna hacia la del hijo. También, hace
posible que desde la sangre del feto se difundan desechos, anhídrido
carbónico y desechos del metabolismo celular hacia la de la madre, para
ser eliminados.

Asimismo, si la madre se ha expuesto a sustancias nocivas -como


drogas, alcohol, virus, etcétera- estas pueden ser traspasadas al feto a
través de ella.

La placenta y el embrión están unidos por el cordón umbilical. Dicha


estructura mide más o menos un metro de longitud, y en ella existen
vasos sanguíneos que transportan sangre. Por algunos de ellos circula
sangre desde la madre hacia el feto, con nutrientes, oxígeno,
anticuerpos, etcétera.

Por otros vasos sanguíneos que están en el cordón umbilical, circula


sangre desde el feto hacia la madre, con desechos como anhídrido
carbónico, y del metabolismo celular.

Hasta ahora hemos repasado las condiciones necesarias para que se dé


la reproducción sexual (elaboración de gametos por meiosis, aparatos
reproductores) y el proceso mismo de reproducción (fusión de los
gametos). Pero el tema de la reproducción quedaría incompleto si no
hiciéramos un breve estudio de las primeras fases de desarrollo del
nuevo ser. Esto es lo que denominamos desarrollo embrionario. Y ya
que nos hemos centrado particularmente en la reproducción humana,
continuaremos con el desarrollo de la nueva persona desde la fase de
cigoto (cuando el individuo está formado por una sola célula, justo
después de la fecundación) hasta el momento del parto (unos nueve
meses después). Y mencionaremos muy someramente los
acontecimientos que suceden después del parto: el desarrollo
postembrionario.
En el desarrollo embrionario se pueden distinguir las siguientes
fases: la segmentación, la gastrulación y la organogénesis.

La segmentación
Es el proceso por el que el cigoto sufre una serie de divisiones mitóticas.
Las células que se forman por esas divisiones se denominan blastómeros
y son todas de igual tamaño. El proceso tiene lugar durante la primera
semana de vida.
Formación de la mórula: el cigoto se divide por sucesivas mitosis en las
que se van alternando los planos de división meridianoms (que pasan
por los "polos") y latitudinales (paralelos al "ecuador"). El número de
blastómeros va creciendo: 2, 4, 8, 16, 32. Éstos se agrupan en una
masa esférica maciza que, por su parecido con el fruto de la zarzamora,
denominamos mórula.

Formación de la blástula: a partir de los 16 ó 32 blastómeros, algunos


de éstos se aplanan y forman una capa periférica denominada
trofoblasto. Los blastómeros del trofoblasto se multiplican rápidamente
y se separan del grupo central, que queda desplazado y constituye el
embrioblasto. Así se forma una cavidad entre trofoblasto y
embrioblasto, que llamamos blastocele y que aparece llena de un líquido
seroso. Este estado del individuo recibe el nombre de blástula o
blastocisto.

Implantación o anidación: durante todo este tiempo, el individuo se ha


ido desplazando por la trompa de Falopio (en la que se produjo la
fecundación) hacia el útero. Allí, la mucosa uterina ha aumentado su
grosor y se ha vascularizado, en un proceso regulado por las hormonas
sexuales femeninas. Hacia el sexto o séptimo día, el blastocisto se
implanta en la mucosa uterina: es la anidación. A partir del trofoblasto
se han formado unas digitaciones llamadas vellosidades coriales que se
hunden en la mucosa uterina hasta que el blastocisto queda
completamente envuelto.
La gastrulación

Por la gastrulación, la blástula se transforma en gástrula. En la fase de


gástrula se distinguen dentro del embrión tres capas u hojas
embrionarias: ectodermo, mesodermo y endodermo. Además se forman
varios órganos que intervienen en la protección y nutrición del embrión,
que son los anejos embrionarios: corion, saco vitelino, amnios,
mesénquima extraembrionario y alantoides. La gastrulación tiene lugar
durante la segunda y la tercera semana de vida.

Los blastómeros del endodermo y ectodermo forman el disco embrionario


a partir del cual se desarrollará el embrión. Entre esas dos capas se
formará el mesodermo a partir de células del ectodermo.

El saco vitelino servirá para nutrir al embrión hasta que se establezca la


circulación materno-fetal. El alantoides servirá primero como depósito de
los productos de excreción, e intervendrá después en la respiración y
nutrición del embrión.

El amnios o cavidad amniótica (llena de líquido amniótico) rodeará al


embrión para protegerlo de golpes y rozamientos. El mesénquima
extraembrionario se desarrollará entre el saco vitelino y el trofoblasto (y a
partir de él se formarán otras cavidades y capas).

Por último, el corion que más adelante formará las vellosidades


placentarias.
La organogénesis

Durante la organogénesis se forman diversos órganos del cuerpo a partir


de las tres hojas embrionarias (ectodermo, mesodermo y endodermo). Se
produce un crecimiento del feto, una diferenciación de tejidos y la
formación de los distintos órganos.

En las primeras fases de la organogénesis, el amnios aumenta de


tamaño: el individuo queda flotando en el líquido amniótico y sólo se
comunica con la madre por el cordón umbilical.

Después de la anidación se forma la placenta: se desarrollan entre las


vellosidades coriales las vellosidades placentarias (más grandes que las
coriales), que se ramificarán entre las lagunas sanguíneas del endometrio
materno. Las vellosidades placentarias constituyen la placenta fetal. La
mucosa uterina en la que se insertan esas vellosidades se denomina
placenta materna. El conjunto de ambas se llama placenta. La función de
la placenta es desarrollar la circulación materno-fetal, mediante la cual el
feto obtendrá los nutrientes que necesite y expulsará parte de los
productos de excreción. Así la placenta desempeñará las funciones que,
tras el nacimiento, serán propias de los pulmones, intestino y riñón. El
cordón umbilical unirá al feto con la placenta.

A partir del ectodermo se formarán las siguientes estructuras:


o Sistema nervioso.
o Epidermis.
o Glándulas cutáneas (sudoríparas, etc.), pelos, uñas.
o Cavidad bucal y anal.
o Fosas nasales.

A partir del mesodermo:


o Músculos.
o Huesos.
o Dermis.
o Gónadas.
o Aparato excretor.
o Aparato circulatorio.

A partir del endodermo:


o Tubo digestivo
o Glándulas digestivas.
o Revestimiento de los pulmones.
El parto

En el parto se distinguen dos momentos bien diferenciados: primero, el


de la expulsión del feto; después, el de la expulsión de la placenta y
otros anexos fetales.

Se contraen las paredes del útero. Como consecuencia de esas


contracciones se rompe el amnios y sale al exterior el líquido amniótico
(es lo que vulgarmente se conoce como "romper aguas"). Se dilata el
cuello del útero el feto comienza a salir con la cabeza por delante.
Cuando ya ha salido, se corta el cordón umbilical que lo une a la
placenta: la cicatriz de este cordón será el ombligo. Se produce la
primera inspiración, que requiere del niño un esfuerzo extraordinario,
porque los pulmones al nacer están encogidos y deben llenarse por
primera vez de aire.

Poco después de haber sido expulsado el feto, saldrá la placenta y otras


envolturas fetales, empujadas por ligeras contracciones del útero.

El desarrollo postembrionario

Podemos resumir el desarrollo postembrionario en tres aspectos: los


cambios postnatales, el crecimiento y la madurez sexual.

Entre los cambios postnatales distinguimos: el funcionamiento de los


aparatos respiratorio, digestivo y excretor, cuyas funciones
desempeñaba hasta ese momento la placenta; la aparición de la
dentadura (primero de leche y después definitiva); el cierre de algunos
espacios que quedan entre los huesos del cráneo; el funcionamiento de
los órganos de los sentidos; y las manifestaciones y desarrollo
progresivo de las capacidades racionales (inteligencia, voluntad).

El crecimiento no es otra cosa que el aumento de tamaño del


organismo, y los cambios en las proporciones corporales (muy distintas
en el adulto y en el niño). El crecimiento termina hacia los 21 años de
edad en la mujer y 24 en el hombre, con la osificación de los cartílagos
intercalares de los huesos. Este crecimiento es más acentuado en la
niñez y en la primera juventud.

Con la madurez sexual (que tiene lugar en el periodo de la pubertad, a


partir de los 12 años en las chicas, y de los 13-14 años en los chicos), el
individuo adquiere los caracteres sexuales secundarios y la capacidad
reproductora (empieza la formación de gametos).

PARA ENTENDER ESTE MARAVILLOSO MILAGRO DE VIDA; A


CONTINUACIÓN SE EXPLICA DE FORMA SENCILLA EL PROCESO DE
CREACIÓN.
Fecundación y desarrollo embrionario

Recorrido del cigoto desde el oviducto hasta su implantación en el útero materno. Este proceso dura aprox.
5 días.

La vida humana comienza en el momento exacto de la unión del óvulo y


el espermatozoide; es decir, con la fecundación. Cada gameto lleva en sí
la capacidad intrínseca de la vida, y el ser que nacerá está dotado de
una mezcla singular de información genética y de experiencia
intrauterina, que no se volverá a repetir en ningún otro ser. Por esta
razón, cada ser humano es único e irreemplazable, es un participante
del ininterrumpido proceso de vivir.
El cigoto, expresión unicelular de la persona humana, crece y se
desarrolla para convertirse en un ser completo, hombre o mujer, que
nace y vive.
El nuevo ser vivo representado por el cigoto, experimenta ahora una
serie de cambios que van a culminar con el desarrollo de un individuo
que cuenta con todos los órganos y sistemas necesarios para
desenvolverse en este mundo. Este nuevo habitante, desde que
comienza siendo cigoto ya posee almacenada en su ADN todas las
características funcionales, físicas, conductuales, etc., que expresará al
interactuar con los demás seres humanos y su entorno. Por lo tanto, la
persona humana está presente en el cigoto.
La fecundación suele producirse en una de las trompas de Falopio.
Desde ese lugar el nuevo ser vivo, el cigoto, emprende un viaje que
culmina en el útero materno. El útero ofrece las condiciones necesarias
para su desarrollo durante el período denominado embarazo.
Embarazo es el periodo que se extiende desde la fecundación del óvulo
por el espermatozoide hasta el momento del parto.
En la especie humana el período de gestación o embarazo, dura
alrededor de 270 a 280 días, o sea, entre 38 y 40 semanas. Durante
este tiempo, el nuevo ser humano pasa por una serie de cambios que se
suceden en tres fases: segmentación, morfogénesis y diferenciación.

Primer mes de desarrollo embrionario.

• Segmentación es la etapa en que el cigoto, única célula, se divide


numerosas veces para originar primero dos células, luego cuatro, ocho,
etc. Las células resultantes se denominan blastómeros; son más
pequeñas que el cigoto, y sin embargo ya poseen la misma información
genética que él.
• Morfogénesis corresponde al proceso que dará origen a los futuros
órganos del embrión. Durante esta fase se producen divisiones y
migraciones celulares, lo que determina la presencia de tres capas de
células: ectoderma, mesoderma y endoderma. Cada una de estas
tres capas celulares será el origen de los distintos órganos y sistemas
del cuerpo humano.
• Diferenciación corresponde al proceso que permite que las células de
las tres capas celulares se diferencien para generar los distintos órganos
del embrión.
A pesar de que en esta etapa, el séptimo mes del embarazo, el nuevo
ser vivo tendrá tejidos, órganos y sistemas listos para funcionar, aún
depende de la madre para obtener oxígeno y los nutrientes
indispensables para sobrevivir; esta función la cumplen los anexos
embrionarios, que están presentes en el desarrollo de la mayoría de los
animales vertebrados.
Anexos embrionarios son las estructuras encargadas de proporcionar
protección, humedad y nutrientes al embrión durante su proceso de
desarrollo.
Los anexos embrionarios son: el saco vitelino, el amnios, el alantoides y
el corion.
• Saco vitelino: almacena una sustancia llamada vitelo que sirve de
nutriente al embrión.
• Amnios: es una membrana que posee líquido en su interior
denominado líquido amniótico y que rodea al embrión para protegerlo de
golpes y de la desecación.
• Alantoides: se encarga de almacenar las sustancias de desecho del
embrión y del intercambio de gases.
• Corion: es la membrana más externa que rodea a todas las demás y
cuya función es el intercambio de gases, nutrientes y otras sustancias.
En la especie humana el saco vitelino y el alantoides disminuyen su nivel
de importancia con relación al desarrollo fetal; no así el amnios, que
conserva sus funciones. El corion en tanto, dará origen a un nuevo
órgano: la placenta.
Placenta es el órgano que aporta los nutrientes y el oxígeno necesario
para la supervivencia del embrión y elimina los desechos producidos por
él.
La placenta está formada por tejidos de la madre y del feto, ambos ricos
en vasos sanguíneos. Sin embargo, la sangre materna y la fetal nunca
se mezclan directamente.
La comunicación fisiológica entre la madre y el feto se logra a través del
cordón umbilical, que permite al feto nadar libremente dentro del
amnios.
El embarazo
El embarazo o período de gestación se divide en dos etapas. Durante la
primera fase, que dura ocho semanas, el nuevo ser recibe el nombre de
embrión, y se desarrolla hasta alcanzar una morfología claramente
humana.
En la segunda etapa, que va desde la novena semana hasta que termina
el embarazo, el nuevo ser se denomina feto, desarrolla y diferencia
órganos internos, crece y aumenta de peso en preparación para el
nacimiento. Al final del embarazo, el feto pesa alrededor de 3,5 kilos.
Primer trimestre
Es la clave del desarrollo humano. En la segunda
semana de vida el embrión alcanza una longitud
aproximada de 1,5 milímetros, y empieza a
desarrollarse el eje mayor de su cuerpo.
En esta etapa del desarrollo embrionario, la
mujer puede percibir un atraso, respecto de la
fecha en que espera la llegada de la
menstruación. Aunque no se puede decir con
seguridad que se trate de un embarazo, es
posible que la desaparición de la menstruación
sea la clave para intuir que se ha concebido un
hijo, si es que se han mantenido relaciones
sexuales previamente.
Al término de la tercera semana, el embrión
tiene una longitud de 2,3 milímetros
aproximadamente y se empiezan a formar la
mayoría de sus sistemas de órganos. El primero Primer trimestre
en desarrollarse es el sistema nervioso central, del embarazo.
es decir, la médula espinal y el encéfalo.
Alrededor de los 20 días de vida, el corazón que aún no tiene una forma
definitiva, ya empieza a vibrar y luego a latir.
Una vez que el corazón del embrión comienza a latir, tan sólo a dos
semanas y media después de la fecundación, no se detendrá hasta el
final de la vida del individuo, latiendo unas 100.000 veces por día en su
etapa adulta.
Posteriormente, la cabeza y el cuello van tomando su forma, y los ojos y
los oídos inician su desarrollo.
Alrededor de las cuatro semanas, el embrión mide 5 milímetros y su
masa ha aumentado 7.000 veces desde su concepción (fecundación). A
partir de esta etapa, comienza el desarrollo de músculos, huesos y
tejidos conjuntivos. Se inicia la formación de los brazos, piernas,
rodillas, dedos y las facciones del rostro.
Hacia el final de las ocho semanas la longitud del embrión alcanza unos
3 centímetros, los huesos de sus brazos y piernas comienzan a
endurecerse y adquieren una suave movilidad que la madre no puede
percibir aún. La mandíbula empieza a definir la forma y la condición que
capacitará al embrión para realizar sus primeros intentos de succión.
Al término del primer trimestre el embrión pasa a llamarse feto, mide
unos 7 centímetros de largo y su masa es de unos 20 gramos. Su
cabeza toma una forma más redondeada y representa las dos terceras
partes del tamaño del cuerpo. Se desarrollan la mandíbula con 32
yemas dentales permanentes, y los reflejos como el del sobresalto y el
de succión. Además, se han formado todos los sistemas orgánicos
principales y comienza el desarrollo de los órganos reproductores
externos.
A partir del tercer mes, la función de la placenta es la nutrición del feto,
que se encuentra unido a ella por el cordón umbilical. Hay intercambios
de sustancias alimenticias y de desechos entre el feto y la madre, y
traspaso de anticuerpos que protegerán al bebé de contraer
enfermedades una vez que nazca. Por este vínculo, el cordón umbilical,
el feto puede contagiarse de enfermedades infecciosas que la madre
puede tener: rubéola, tifus, sarampión y SIDA, entre otras.

Segundo trimestre
El crecimiento del feto, que ha
sido sorprendentemente rápido,
continúa más lentamente. Las
piernas y brazos alcanzan una
longitud proporcional al resto del
cuerpo y su movimiento se hace
tan evidente que la madre puede
percibirlo.
El feto de cuatro meses mide
unos 18 centímetros y pesa
alrededor de 200 gramos.
A los cinco meses, su cuerpo se
recubre de una pelusa llamada
lanugo, posee cabello y su
corazón late vigorosamente a una
frecuencia promedio de unos 140
Segundo trimestre del embarazo. latidos por minuto.
El médico puede percibir la
actividad del corazón al auscultar con un estetoscopio desde el exterior.
El feto de seis meses mide unos 33 centímetros y pesca alrededor de
unos 670 gramos. Su piel es roja y arrugada y la cara está ya
completamente formada y expresiva.
Los reflejos se presentan más decididos y el feto es capaz de responder
a los estímulos del medio: se muestra sensible a los ruidos y puede
responder con “pataditas” ante los más intensos y fuertes que le
molestan.
En el intestino permanece el meconio, masa verde y pastosa formada
principalmente por células muertas y bilis; éste se mantendrá en dicha
cavidad hasta después de su nacimiento.
Los primeros meses del embarazo son los más críticos para el niño en
desarrollo, ya que durante este periodo se forman su cerebro, brazos,
piernas y órganos internos. Es por esta razón que una mujer
embarazada debería tener especial cuidado antes de tomar ningún tipo
de medicación si no es aconsejada por un médico que conoce su estado.
También debería evitar los rayos X y el consumo de cigarrillo y alcohol.
Tercer trimestre
Durante el último trimestre del
embarazo, el feto aumenta
notablemente de tamaño y de peso.
Este período se caracteriza por un
evidente desarrollo del sistema
nervioso y un considerable aumento
del número de células cerebrales. Es
fundamental que en esta etapa la
madre tenga una alimentación rica
en proteínas para ayudar a que el
desarrollo del cerebro infantil se
complete en buena forma.
Al séptimo mes de embarazo, el feto
ha ocupado casi todo el espacio
disponible en el útero y muchos
bebés en esta etapa se acomodan
tomando una posición invertida. Así,
el movimiento de pies y rodillas se Tercer trimestre del embarazo.
torna más libre y puede percibiese desde el exterior del vientre
materno.
Si el nacimiento ocurre en este período, el bebé tiene un excelente
pronóstico de supervivencia, siempre que cuente con el apoyo médico
adecuado, y la posibilidad de mantener al bebé en una incubadora hasta
que éste sea capaz de regular por sí mismo su temperatura corporal.
Al octavo mes, sólo falta que el bebé desarrolle ciertos tejidos
pulmonares superficiales y una buena capa de tejido adiposo aislante,
con el fin de estar listo para nacer.
En esta etapa el bebé suele presentar hipo, que puede ser causado
porque traga y bota por la boca porciones de líquido amniótico.
En el último mes de embarazo, el bebé ya no tiene suficiente espacio en
el útero por lo que sus movimientos son de menor amplitud.
En esta etapa de término, desciende por la cavidad de la pelvis, fijando
firmemente su cabeza a ella. Mide entre 48 y 52 centímetros y pesa
entre 2,7 y 4 kilos.

Parto

Etapas del parto.

El parto es el momento de la salida del bebé al exterior a través de la


vagina.
A veces las mujeres dan a luz antes de la fecha esperada, lo que da
origen a un niño prematuro. Un 7% de los niños que nacen son
prematuros, es decir, nacidos antes de las 37 semanas de embarazo.
Los niños que nacen unas pocas semanas antes suelen desarrollarse con
normalidad. Los últimos avances en el cuidado de niños prematuros
permiten sobrevivir a muchas criaturas que nacen con 25 o 26 semanas
de gestación.
Poco antes del parto se elimina el líquido amniótico por el vaciamiento
de la cavidad amniótica.
El parto, comienza con contracciones irregulares del útero cada 20 o 30
minutos. A medida que avanza el proceso, aumenta la frecuencia e
intensidad de las contracciones.
La duración normal del parto para una madre que espera su primer hijo
es de 13 a 14 horas, y unas 8 o 9 para una mujer que ha dado a luz
antes. No obstante, existen grandes variaciones en cuanto a la duración
del parto.
Algunas mujeres prefieren algún tipo de anestesia para aliviar el dolor
del parto. Sin embargo, el parto natural cada vez es más frecuente
debido en parte a que muchas mujeres saben que la anestesia y la
medicación que reciben pueden llegar rápidamente a través de la
placenta al niño por nacer.
Otra opción en el parto es la anestesia local, donde sólo se duermen
aquellas partes del cuerpo de la madre afectadas por el dolor del parto.
Tales anestésicos incluyen el bloqueo de la parte inferior de la espina
dorsal y la inyección epidural, con la que se anestesia la región pélvica.
La epidural no se debe usar al principio de la dilatación porque prolonga
peligrosamente el parto; después sólo se utiliza para calmar el dolor de
la expulsión (y quizás de la dilatación final).
Otra opción es la cesárea, que consiste en sacar al bebé del útero
quirúrgicamente, pero no es una alternativa para el dolor. Sirve para
evitar algunas complicaciones del parto natural y sólo se realiza si existe
una razón médica específica.
Después del parto, se corta el cordón umbilical y se anuda. Al cicatrizar,
deja como señal el ombligo. El niño llora por primera vez al inhalar,
comienza a respirar con regularidad, y de este modo inicia su existencia
independiente.
Después de nacer, y durante 6 meses aproximadamente, el bebé se
alimenta principalmente de leche materna, ya que ésta aporta los
nutrientes necesarios para el desarrollo adecuado del recién nacido.

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