Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Fig. 1.1 Ejemplo de consumo “per cápita” de recursos metálicos y no metálicos para Estados Unidos (Tomado de
Tarbuck, 2005)
1. RECURSOS MINERALES
La corteza terrestre es una fuente de una amplia variedad de sustancias útiles y esenciales. De hecho,
prácticamente todos los productos manufacturados contiene sustancias derivadas de los minerales. Estos
recursos minerales, como la mayoría, son consecuencia de procesos que concentran los elementos deseables en
cantidades que hacen económicamente viables su extracción (Tabla 1.1).
Los recursos minerales son bienes (materias primas) que se encuentran concentrados en la naturaleza, de
todos los recursos solo una pequeña proporción se aprovecha, o puede ser aprovechada por el ser humano. La
parte de aquellos recursos minerales que es aprovechable es llamada reserva.
Las reservas representan el conjunto de recursos realmente disponibles y económicamente viables, que
a través de la tecnología actual pueden ser extraídos para satisfacer las necesidades humanas. Yacimientos que
se suponen existir, pero todavía no se han descubierto, se consideran también recursos minerales. Además, se
utiliza el término mena para indicar los minerales metálicos útiles que pueden extraerse, como beneficio, de las
minas. En el uso habitual, el término mena se aplica también a algunos minerales no metálicos, como la fluorita y
el azufre. Sin embargo, los materiales utilizados para propósitos como la piedra de construcción, agregados para
las carreteras, abrasivos, cerámica y fertilizantes no suelen denominarse menas; en cambio, se clasifican como
rocas y minerales industriales.
Recordemos que más del 98% de la corteza está compuesta sólo por 8 elementos. Exceptuando al oxígeno
y al silicio, todos los demás elementos constituyen una fracción relativamente pequeña en la composición de las
rocas habituales de la corteza terrestre. De hecho, las concentraciones naturales de muchos elementos son
extraordinariamente pequeñas (Tabla 1.2). Un depósito que contenga el porcentaje medio de un elemento
valioso, puede no ser rentable si el costo de extraerlo es mayor que el valor del material recuperado. Para que se
le considere valioso, un elemento debe encontrarse en una concentración superior al nivel de su abundancia
media en la corteza. En general, cuanto menos abundante sea en la corteza, mayor debe ser su concentración.
Tabla 1.2 Elementos abundantes en la corteza terrestre (Tomado de Berry y Mason, 1966)
Elemento Porcentaje en peso Radio iónico (Å) Porcentaje en volumen
O 46,6 1,40 93,77
Si 27,7 0,42 0,86
Al 8,1 0,51 0,47
Fe 5,0 0,74 0,43
Mg 3,6 0,66 0,29
Ca 2,8 0,99 1,03
Na 2,6 0,97 1,32
K 2,1 1,33 1,83
Todos los otros 1,7
Total 100
Por ejemplo, el cobre constituye alrededor del 0,0135 % de la corteza. Sin embargo, para que un material
sea considerado una mena de cobre, su concentración en ese elemento debe ser unas 50 veces esa cantidad. El
aluminio, por el contrario, representa el 8,1% de la corteza y debe presentarse a una concentración de sólo unas
4 veces su porcentaje medio en la corteza para que su extracción resulte rentable. Es importante darse cuenta de
que la extracción de un yacimiento puede resultar lucrativa o perder su rentabilidad debido a cambios
económicos. Si aumenta la demanda de un metal y los precios se elevan, el estado de un depósito previamente
no lucrativo cambia, y se convierte en una mena. El estado de los depósitos no lucrativos puede cambiar también
si un avance tecnológico permite la extracción del elemento útil a un coste menor que antes.
A lo largo de los años, se ha intentado saber cómo los procesos naturales producen concentraciones
localizadas de minerales metálicos necesarios. Un hecho bien establecido es que la aparición de recursos
minerales valiosos está estrechamente relacionada con el ciclo de las rocas. Ahora bien, para que un determinado
elemento llegue a constituir un yacimiento explotable económicamente el metal debe estar concentrado muy por
encima de su abundancia media en la corteza terrestre, el grado de enriquecimiento varía para cada elemento
dependiendo del valor de cada metal. Es decir, los mecanismos que generan rocas ígneas, sedimentarias y
metamórficas, entre ellos los procesos de meteorización y erosión, desempeñan un papel importante en la
concentración de elementos útiles. Además, con el desarrollo de la teoría de la tectónica de placas, los geólogos
añadieron aún otra herramienta para entender los procesos por medio de los cuales una roca se transforma en
otra.
importantes de metales como el oro (Au), plata (Ag), cobre (Cu), mercurio (Hg), plomo (Pb), platino (Pt), cromo
(Cr) y níquel (Ni), y otros minerales como el diamante (C), son originadas por procesos ígneos como: la
cristalización, la segregación, el fraccionamiento magmático, la inmisibilidad liquida y la alteración primaria
(producto de soluciones hidrotermales - aguas a altas temperaturas). Estos procesos generan recursos minerales,
que son consecuencia de concentraciones de elementos deseables en cantidades que hacen económicamente
rentable para su extracción.
La mayoría de los magmas constan de tres partes: un componente líquido, un componente sólido y una
fase gaseosa. La porción líquida, llamada fundido, está compuesta por iones móviles de los elementos que se
encuentran comúnmente en la corteza terrestre, principalmente iones de silicio y oxígeno que se combinan
fácilmente y forman sílice (SiO2), así como elementos formadores de roca (Al3+, Ca2+, K+, Fe2+, Fe3+, Ti4+, Mg2+),
cantidades bajas de elementos traza (Rb+, Ba+, Cs+, Sr2+, etc.) y elementos formadores de mena (S2-, Pb2+, Zn2+,
Cu2+, Mo4+, Ag+, Sn4+, etc.). Los componentes sólidos (si los hay) del magma son silicatos ya cristalizados desde el
fundido u otros minerales que provienen de antiguas cámaras magmática, de ambientes de formación mucho más
confinantes (mayor presión y temperatura). Conforme una masa de magma se enfría, aumentan el tamaño y la
cantidad de los cristales. Durante el último estadio del enfriamiento, una masa de magma es, básicamente, un
sólido cristalino con cantidades sólo menores de fundido.
El vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono (CO2) y el dióxido de azufre (SO2) son los gases más comunes
hallados en el magma y están confinados por la inmensa presión ejercida por las rocas suprayacentes. Estos
componentes gaseosos, denominados volátiles, se disuelven dentro del fundido. (Los volátiles son los materiales
que se evaporarán [formarán un gas] fácilmente a las presiones de la superficie.) Los volátiles continúan formando
parte del magma hasta que éste se acerca a la superficie (ambiente de baja presión) o hasta que la masa de magma
cristaliza, momento en el que cualquiera de los volátiles prestantes migra libremente. Estos fluidos calientes
representan un papel importante en el metamorfismo y se considerarán más adelante.
complete (o puede introducirse un nuevo magma en la cámara magmática lo que hace que la composición inicial
varié), no será necesario profundizar más en estos factores que complican este proceso, para efectos de este
curso.
Contenido en
Tipo de Roca
SiO2
Ultrabásicas < 45 %
Básicas 45 – 52 %
Intermedias 52 – 66 %
Acidas >66%
a. b.
Fig. 2.2.1. Clasificación de rocas ígneas según: a. Contenido de sílice; y b. Serie de Bowen, muestra la secuencia
de cristalización de los minerales a partir del enfriamiento de un magma
2.2.2. Diamantes
Desde el punto de vista económico, el diamante es un mineral muy importante de origen ígneo. Los
diamantes se originan a profundidades de casi 200 kilómetros, donde la presión confinante es lo bastante grande
como para generar esta forma cristalina mineral de alta presión del carbono. El carbono que forma los diamantes,
proviene de derretir las rocas preexistentes en la capa del manto superior de la Tierra, lo que satura el magma en
iones de Carbono (C). Los cambios de temperatura en el manto superior fuerzan los átomos de carbono a ir a más
profundidad donde se derriten y finalmente se convierten en roca nueva, cuando la temperatura reduce. Si otras
condiciones más la presión y la química son las correctas entonces los átomos de carbono en la roca cortical
derretida se enlazan formando la estructura de los cristales de diamante. No hay garantía de que estos átomos de
carbono se convertirán en diamantes. Si se aumenta la temperatura o la presión baja entonces los cristales de
diamante pueden derretirse parcialmente o disolverse totalmente. Incluso si se forman, necesitan millares de
años para que esos diamantes lleguen cerca de la superficie (Figura 2.2).
Una vez cristalizados, son transportados hacia arriba a través de conductos denominados pipas (producto
de erupciones volcánicas) cuyo diámetro aumenta hacia la superficie. Estas pipas diamantíferas, contienen
cristales de diamante que están diseminados en una roca de fondo ultrabásica o ultramáfica denominada
kimberlita (Figura 2.3). Las pipas de kimberlita más productivas se encuentran en Sudáfrica. La única fuente
equivalente de diamantes en Estados Unidos está localizada cerca de Murfreesboro, Arkansas; pero este depósito
está agotado y en la actualidad se utiliza únicamente como atracción turística.
Los diamantes son conocidos como gemas, pero se utilizan mucho como abrasivos. Por otra parte, los
diamantes también se pueden encontrar en los lechos de ríos, depósitos por procesos aluviales, llamados placeres.
Fig. 2.2 Esquema que ilustra la formación de diamantes en la cámara magmática y el posterior ascenso a través de las pipas
volcánicas.
Fig. 2.3. Diagrama de un yacimiento de diamantes, pipas diamantífera o de kimberlitas. Estos diagramas esquemáticos de
pipas diamantíferas ilustran la relación de profundidad y temperatura de formación de los diamantes (isotermas de
formación del diamante y el grafito).
La segregación magmática es también importante en las últimas etapas del proceso magmático. Esto es
particularmente cierto para los magmas graníticos (magmas ricos en sílice, abundantes feldespatos y minerales
ferro-magnesianos secundarios como la horblenda [anfíbol] y biotita [mica]), en los cuales el fundido residual
puede enriquecerse en elementos raros y metales pesados. Más tarde, dado que el agua y otras sustancias
volátiles no cristalizan junto con la masa del cuerpo magmático, esos fluidos constituyen un elevado porcentaje
del fundido durante la fase final de solidificación. La cristalización en un ambiente rico en fluidos, donde se
intensifica la migración iónica, produce la formación de cristales de varios centímetros o incluso de unos pocos
metros de longitud. Las rocas resultantes, denominadas pegmatitas, están compuestas por estos cristales
inusualmente grandes.
La mayoría de las pegmatitas son de composición granítica y consisten en cristales grandes de cuarzo,
feldespato y moscovita. El feldespato se utiliza en la producción de cerámica y la moscovita para el aislamiento
eléctrico. Además, las pegmatitas contienen, a menudo, algunos de los elementos menos abundantes. Por tanto,
además de los silicatos comunes, algunas pegmatitas contienen gemas semipreciosas, como el berilo, el topacio
y la turmalina. Además, a menudo se encuentran minerales que contienen los elementos litio, cesio, uranio y las
tierras raras.
La mayoría de las pegmatitas está localizada dentro de grandes masas ígneas o en forma de diques o venas
que cortan la roca de caja que rodea la cámara magmática (Figura 2.5). Los magmas no producen pegmatitas en
todas las etapas de evolución; ni tampoco todos los magmas tienen una composición granítica. Antes bien, algunos
magmas se enriquecen en hierro o, a veces, en cobre.
iones metálicos, cerca de la parte superior de la cámara magmática. Debido a su movilidad, estas soluciones ricas
en iones pueden migrar y transportar una amplia variedad de materiales a grandes distancias a través de las rocas
circundantes antes de ser finalmente depositados, generalmente como sulfuros de varios metales (Pirita,
calcopirita, etc.). Algunos de estos fluidos se mueven a lo largo de aberturas, como fracturas o planos de
estratificación, donde se enfrían y precipitan las menas metálicas para producir depósitos filonianos
(emplazamientos de minerales de tipo tabulares o lenticulares, que rellenan grietas o fisuras), o diseminados
(Figura 2.5).
Además de las soluciones hidrotermales magmáticas (aguas primarias derivadas de procesos ígneos que
dan origen a las rocas intrusivas y volcánicas) existen otras fuentes que enriquecen las soluciones hidrotermales,
como lo son (pueden entran al proceso genético o de formación: durante o después de la alteración hidrotermal
y la mineralización hipógena):
Aguas meteóricas: incluye aguas superficiales y subterráneas (acuíferos o napas de aguas subterráneas.
Aguas marinas: agua de los océanos.
Aguas connatas o de formación: aguas que quedan atrapadas en los intersticios o poros de secuencias de
rocas y aguas meteóricas de penetración profunda.
Aguas metamórficas: aguas liberadas por cambios mineralógicos de minerales hidratados a minerales
anhidros.
Si bien los sulfuros y otros minerales metalíferos tienen muy baja solubilidad en agua, existe un modo en
el que estos son transporte en fluidos hidrotermales. Sabemos que muchos elementos precipitan como sulfuros
a partir de fuentes hidrotermales (los campos geotérmicos, las fuentes termales submarinas “black smokers” y
depósitos epitermales de Au y Ag), pero si los metales son insolubles como iones simples debe haber otro modo
de transporte y este es como complejos o iones complejos en los cuales los cationes metálicos se unen a grupos
complejos (ligantes).
Los ligantes más importantes son HS- o H2S, Cl- y OH- . Para que los complejos sulfurados sean estables se
requieren altas concentraciones de H2S y HS- ; por ejemplo, un complejo sulfurado de plomo + un ligante, seria
PbS (HS)-. Muchos autores favorecen el transporte de metales como complejos clorurados tales como AgCl2- y
PbCl3-. En la práctica ambos tipos de iones complejos juegan un rol en el transporte de metales (así como otros
complejos menos relevantes); los datos experimentales indican que los complejos clorurados son estables a altas
temperaturas en fluidos hidrotermales, pero se descomponen al bajar la temperatura, mientras que los complejos
sulfurados son estables hasta temperaturas más bajas siempre y cuando exista una alta actividad de H2S y HS- .
como depósitos filonianos, depósitos diseminados o, en los lugares donde las soluciones hidrotermales alcanzan
la superficie en forma de géiseres o manantiales calientes, como depósitos superficiales.
Se observa a continuación una imagen esquemática de los depósitos epitermales de alta y baja
sulfuración, además de una tabla comparativa, de su mineralogía característica según la zona de hidratación
hidrotermal que producen las aguas calientes al estar en contacto con la roca de caja (Figura 2. 6).
Fig. 2.5.16 Depósitos Epitermales de Alta sulfuración y baja sulfuración. Se observa en: a. el movimiento de los fluidos
magmáticos cargados con iones a través de las fracturas o fisuras en la corteza; y como descienden las aguas meteóricas
cargadas de iones como el carbonato, el cloro, hacia la zona de influencia magmática, donde se introducen enriqueciendo
a los fluidos de origen magmático; b. Esquema de la composición mineralógica de las alteraciones hidrotermales asociadas
a la formación de depósitos minerales epitermales y mesotermales y porfídicos, según el pH de las soluciones
mineralizantes (Camprubi et. al, 2003).
La mineralización y alteración pueden presentarse tanto en intrusivos, como en las rocas de caja. El núcleo
del sistema mineralizado presenta la alteración hidrotermal más intensa, la que se denomina potásica debido a
que se agrega potasio a las rocas afectadas por esta alteración. En la zona potásica se desarrollan biotita,
feldespato potásico y cuarzo a expensas de minerales previamente existentes en las rocas. El predominio de
biotita o feldespato potásico depende esencialmente de la disponibilidad de Fe o Mn en las rocas alteradas o en
el fluido hidrotermal, de modo que rocas más máficas con alteración de este tipo presentan usualmente dominio
de biotita, mientras rocas más félsicas dominio de feldespato potásico. La zona potásica grada hacia fuera a una
zona fílica que contiene cuarzo y muscovita, usualmente en una variedad de grano fino denominada sericita que
es en realidad una fase intermedia entre illita y muscovita. La zona fílica pasa hacia fuera a una zona argílica donde
se desarrollan minerales de arcilla y cuarzo. La alteración hidrotermal más externa corresponde a la zona
propilítica que contiene clorita, epidota y carbonato, la cual grada hacia fuera a rocas inalteradas o frescas. Todas
estas zonas de alteración no necesariamente se presenta en todos los depósitos de tipo pórfido: cualquiera de
ellas puede estar ausente, por ejemplo, la zona argílica, típicamente la más pequeña, frecuentemente puede estar
totalmente ausente.
Generalmente la mineralización presenta un núcleo de baja ley que contiene pirita diseminada que grada
hacia fuera en una zona de mena. En la zona de mena se presentan vetillas y diseminación de pirita con calcopirita
subordinada (mena de cobre) y molibdenita (mena de molibdeno). Es frecuente el desarrollo de una zona de pirita
externa la que pasa hacia fuera a roca no mineralizada. La zona de mena en los pórfidos cupríferos usualmente se
presenta dentro del núcleo de alteración potásica y puede extenderse dentro de la zona fílica, frecuentemente en
el sector más interno se presenta una mayor proporción de sulfuros ricos en cobre como bornita, gradando hacia
fuera a una mayor proporción de calcopirita, para finalmente en el sector más externo solo sulfuros de Fe (pirita).
Normalmente no existe un límite físico del cuerpo mineralizado que puede ocurrir tanto en intrusiones, como en
rocas de caja, consecuentemente el límite de un yacimiento de este tipo es fijado en términos económicos con
una ley de corte.
La formación de este tipo de depósitos involucra un proceso magmático, que incluye un mecanismo
denominado “segunda ebullición” o “ebullición retrógrada”, por el cual el agua (y otros volátiles) saturan un
magma residual debido a la cristalización. Con el progreso de la cristalización de un magma, el volumen de agua
disuelta en la masa silicatada fundida aumenta proporcionalmente, dado que el agua no se incorpora en los
silicatos en cristalización. Por ejemplo, suponiendo que un magma tiene un 2% de agua disuelta en volumen, para
cuando haya cristalizado un 50% de este magma en minerales silicatados, el magma remanente tendrá un
contenido de agua disuelta de 4% en volumen.
Debido a que el agua hierve a 100ºC y el magma tiene temperaturas que superan 600- 700ºC, el fluido
liberado está inicialmente en estado supercrítico, pero al intersectar el solvus en un diagrama de fases se separan
una fase líquida salina y una fase vapor diluida. Cuando se libera el fluido del magma (principalmente agua),
elementos como el azufre, cobre, molibdeno y oro pueden concentrarse en solución. Cuando la parte acuosa del
magma es expulsada el exceso de presión de fluido produce brechización y fracturamiento de las rocas intrusivas
y rocas de caja, lo que provee vías permeables para que las soluciones hidrotermales de derivación magmática
fluyan a través de las rocas y depositen su carga metálica.
Por otra parte, el subsecuente enfriamiento del magma intrusivo produce la circulación de aguas
subterráneas en las rocas de caja circundantes en torno al centro de calor, generando celdas convectivas similares
a las que existen en los fondos oceánicos, cuyos conductos de emisión forman los depósitos de sulfuros masivos.
Sin embargo, el rol principal que se asigna a estas celdas convectivas en los pórfidos cupríferos es el de producir
un rápido enfriamiento del sistema a niveles someros, proveyendo una trampa fría para desestabilizar complejos
iónicos clorurados que transportan metales y consecuentemente precipitar sulfuros metálicos concentrando
mineralización.
Los pórfidos cupríferos se presentan en marcos geológicos similares a los depósitos epitermales de oro y
ellos comparten muchas de las características y procesos de formación. Algunos depósitos epitermales son parte
integral de sistemas mayores de tipo pórfido.
A. RESUMEN: Zonación de tipos de alteración hidrotermal relacionados a intrusiones ígneas (Figura 2.6):
Núcleo de baja ley: bajo contenido de calcopirita, pirita, molibdenita; magnetita en porción profunda.
Zona de mena, formando un cilindro en la parte externa de la zona de alteración potásica e interna de la
zona de alteración sericítica: calcopirita (1-3%), pirita (1%), molibdenita (0,03%).
Zona de Pirita, corresponde ~ zona fílica: pirita (10%), calcopirita (0.1-3%), trazas de molibdenita.
Zona de baja pirita, ~ coincidente con zona propilítica: 2% pirita.
Zona Periférica: calcopirita, galena, esfalerita, Au, Ag.
a. b.
Fig. 2.7. Esquema general de un pórfido cuprífero: a. indicando la zona de mena en torno a un núcleo de baja ley, el halo
de pirita diseminada y la aureola de alteración hidrotermal hipógena; y b. Distribución de minerales de mena en un pórfido
cuprífero típico. Py = pirita, Cpy = calcopirita, Mo = molibdenita, Mgt = magnetita.
Además muchos de estos depósitos (tipo pórfidos cupríferos) se originan cuando los procesos de
meteorización (por aguas percolantes [no aguas hidrotermales]) concentran los metales que están depositados a
través de una mena primaria de bajo grado. Normalmente, dicho enriquecimiento se produce en depósitos que
contienen pirita (FeS2), el sulfuro más común y generalizado. La pirita es importante porque, cuando es
meteorizada químicamente, forma ácido sulfúrico H2SO4, que permite la disolución de los metales de la mena por
las aguas de percolación. Una vez disueltos, los metales migran gradualmente hacia abajo a través de la mena
primaria hasta que precipitan. El depósito tiene lugar debido a los cambios químicos que se producen en la
solución cuando alcanza la zona de aguas subterráneas (zona debajo de la superficie donde todos los espacios
porosos están ocupados por agua). De esta manera, el pequeño porcentaje de metal disperso puede eliminarse
de un gran volumen de roca y volver a depositarse en forma de una mena de grado más alto en un volumen de
roca menor. Este proceso de enriquecimiento es responsable del éxito económico de muchos depósitos de cobre.
Aquí la mena aumentó su valor desde menos de un 1% de contenido en cobre, en el depósito primario, hasta un
5 % en algunas zonas localizadas de enriquecimiento. Cuando la pirita experimenta meteorización (se oxida) cerca
de la superficie, quedan restos de óxido de hierro. La presencia de esas masas herrumbrosas en la superficie indica
la posibilidad de que haya una mena enriquecida debajo, y esto representa una evidencia visual para los
prospectores.
Una zonación vertical de la mineralización cuprífera también se puede desarrollar en zonas áridas cálidas,
donde las aguas superficiales tienden a redistribuir el cobre de un sistema de pórfido expuesto, concentrándolas
en otro lado. Estos enriquecimientos se denominan supérgenos y contienen minerales de alta ley de cobre tales
como los del grupo de la calcosina. Las aguas oxidantes superficiales disuelven el cobre del mineral hipógeno o
primario original y lo transportan en forma de sulfatos descendiendo hasta el nivel de aguas subterráneas donde
encuentran una zona reductora y precipita como sulfuro supérgeno. La presencia de un nivel de enriquecimiento
supérgeno indica la existencia previa de un gran sistema porfírico hipógeno original que fue exhumado hasta zonas
superficiales oxidantes.
Dependiendo de la mena hipógena, el enriquecimiento supérgeno y de óxidos será distinto para cada
yacimiento, como lo muestra la tabla 2.1.
3. zona oxidada (minerales oxidados de cobre; crisocola, atacamita, malaquita, azurita, entre otros), luego una,
4. zona de enriquecimiento supergeno (sulfuros secundarios; calcosina, covelina) y;
5. la zona primaria o hipógena en profundidad (sulfuros primarios; bornita, calcopirita, pirita).
3. PROCESOS METAMÓRFICOS
El metamorfismo es si, es un ajuste mineralógico, químico y estructural de las rocas solidas sometidas a
condiciones físicas y químicas impuestas a profundidad, debajo de las zonas de meteorización y cementación, la
cuales difieren de las condiciones ,también, en las que las rocas se originan.
El papel del metamorfismo en la formación de yacimientos minerales suele ligarse a los procesos ígneos.
Por ejemplo, muchos de los depósitos de menas metamórficas más importantes se producen mediante
metamorfismo de contacto. La roca de caja es recristalizada y alterada químicamente por el calor, la presión y las
soluciones hidrotermales que emanan de un cuerpo ígneo en intrusión. El grado de alteración de la roca de caja
depende de su naturaleza así como de la masa ígnea que haga intrusión (Figura 3.1).
Algunos materiales resistentes, como las areniscas ricas en cuarzo, pueden mostrar muy poca alteración,
mientras que otros, entre ellos las calizas (depósitos tipo skarn), pueden exhibir los efectos del metamorfismo
durante varios kilómetros desde el plutón ígneo. A medida que los fluidos calientes ricos en iones atraviesan la
caliza, tienen lugar reacciones químicas que producen minerales útiles, como el granate y el corindón. Además,
esas reacciones liberan dióxido de carbono, que facilita en gran medida la migración ascendente de los iones
metálicos.
Por tanto, extensas aureolas de depósitos ricos en metales, frecuentemente, rodean los plutones ígneos
que han invadido los estratos de caliza. Los minerales metálicos más comunes asociados con el metamorfismo de
contacto son la esfalerita (cinc), la galena (plomo), la calcopirita (cobre), la magnetita (hierro) y la bornita (cobre).
Los depósitos de menas hidrotermales pueden estar diseminados a lo largo de la zona alterada o existir como
masas concentradas localizadas cerca del cuerpo intrusivo o en la periferia de la zona metamórfica.
4. PROCESOS EXÓGENOS
Los procesos exógenos están controlados por la acción de la meteorización y la presencia de aguas
subterráneas, pueden producir depósitos minerales de valor económico, ya sea por efecto sobre rocas o por
modificación de mineralización hipógena existe; como es el caso de los pórfidos cupríferos y si enriquecimiento
secundario por aguas percolantes, explicado anteriormente.
Aunque los placeres de oro son los más conocidos de este tipo de depósitos, los minerales de placeres que
cumplen en mayor o menor medida con las propiedades expuestas incluyen: casiterita, cromita, columbita, cobre,
diamante, granate, ilmenita, magnetita, monazita, platino, rubí, rutilo, zafiro, xenotima y circón.
Los sulfuros se descomponen fácilmente al oxidarse en ambiente supérgeno, consecuentemente es raro
encontrarlos en depósitos de placeres.
4.1.2.1. Evaporitas
Las rocas evaporíticas de forman por la acumulación de cristales debido a la evaporación del solvente (en
que están disueltos), debido a que el fluido presenta concentraciones relativas de iones disueltos. La naturaleza
de las sales transportadas depende principalmente del clima: en regiones de clima húmedo, la abundancia de CO2
proveniente de la descomposición de la materia vegetal le proporciona a las aguas naturales un alto contenido de
carbonato (CO3 2- + HCO3 - + H2CO3), convirtiéndola más ácida e incrementa su capacidad de disolver calizas. Por
tal motivo, en las regiones húmedas las soluciones acuosas contienen como iones principales el catión Ca 2+ y el
anión HCO3-. En regiones áridas, ocurre que no se añade la cantidad suficiente de CO2 a la solución para
contrarrestar la alcalinidad que se origina por las reacciones de hidrólisis de los silicatos, de modo que el Ca2+ y el
CO3 2- precipitan abundantemente en el horizonte B del suelo y la composición de las corrientes de aguas se
caracterizan por tener como sus principales iones el catión Na+ y los aniones SO42- y⁄o Cl- .
Se pueden formar en diversos ambientes donde hay apostamientos, como: planicies salinas (sabkhas
marginales o planicies fangosas mareales vecinas o marginales al ambiente marino), lagos de aguas saladas,
ambientes marinos marginales (albufera o lagos costeros y golfos o bahías cerradas); o ambientes marinos.
En general, primero precipitan las masas solubles (carbonatos), luego sulfatos (yeso, anhidrita) y luego
cloruros (halita; sales de potasio – silvita; sales de magnesio - casiterita), escalonamiento normal a menos que
haya una concentración excesiva (Figura 4.1. y 4.2).
Un total aproximado de 42 minerales salinos (carbonatos, sulfatos, cloruros, nitratos, boratos, yoduros y
cromatos) han sido identificados en los depósitos salinos del norte de Chile, incluyendo aquellos de los campos
de nitratos. A pesar de esto, la composición mineralógica de las costras salinas es relativamente simple y está
representada principalmente por cloruros y sulfatos de Ca, Na, Mg y K, con boratos de Ca y Na subordinados.
Carbonatos de Ca y Mg y nitratos de Na y K están ausentes o presentes sólo en cantidades traza. Por consiguiente,
no más de 7 minerales representan el 95% de la fracción de costra salina: halita, yeso, anhidrita, thenardita,
mirabilita, glauberita y ulexita. Algunos minerales potásicos, como la glaserita, polihalita y singenita pueden
alcanzar concentraciones locales altas, especialmente en los salares de la Depresión Central (Salar Bellavista-
Pintados).
4.1.2.2. Nitratos
Los Depósitos de Nitratos de Chile (Chong, 1994) son yacimientos de minerales no metálicos de los cuales
se obtiene nitratos de sodio y potasio como productos principales, y sulfato de sodio y boratos como
subproductos. La mena del yacimiento es conocida como “caliche” y el producto como salitre.
Los depósitos de nitratos poseen dos características importantes: la composición de las soluciones
acuosas es poco común en la naturaleza y son los únicos depósitos en el mundo con ciento de millones de
toneladas. Los depósitos de nitratos u “oficinas salitreras” se localizan en una orientación N-S de alrededor de 700
km entre Pampa Tana (19º30’S) y Taltal (25º30’S). Estos depósitos consisten en agregados de sales minerales
asociadas a material detrítico. Los componentes más comunes son sulfatos, cloruros y, en menor cantidad,
boratos y carbonatos. Ellos corresponden a sales altamente solubles como nitratos, yodatos, cromatos,
dicromatos, seleniatos y percloratos. También está presente una gran diversidad de silicatos, tales como cuarzo,
plagioclasas, arcillas y zeolitas.
Los depósitos salinos incluyen halita, un conjunto de nitratos, sulfatos, yodatos, boratos y cromatos, los
cuales cementan depósitos aluviales de piedemonte, coluvio, impregnan rocas fracturadas y porosas y están
presentes en regolitos cerca de la superficie en el Desierto de Atacama.
Los depósitos de nitratos en la I Región de Tarapacá se restringen al flanco oriental de la Cordillera de la
Costa, mientras en la Región de Antofagasta se extienden más al este en la Depresión Intermedia hasta los pies
de la Cordillera de Domeyko. Aunque los caliches de mayor espesor y ley se encuentran preferentemente en los
piedemontes al pie oriental de la Cordillera de la Costa. En detalle los depósitos de nitratos se encuentran en todas
las posiciones topográficas, cumbres y flancos de cerros, bases de depresiones que contuvieron lagos efímeros o
sedimentos arcillosos; existen depósitos de nitratos en una meseta elevada en 200 m sobre la pampa en la parte
sur de Antofagasta.
En cuanto a los depósitos de nitrato, éstos muestran características que indican la lixiviación diferencial
durante y después de su acumulación. Lo más notable es una estratificación resultante de la disolución y la re-
depositación de los minerales más solubles por las infrecuentes lluvias del desierto. Como resultado el nitrato se
encuentra en profundidad, siendo escaso en el material superficial de las pampas. Esto es más claro en el caliche
en material aluvial donde se distinguen las siguientes capas (Figura 4.3):
Chuca (o chusca): 10-30 cm superficiales de suelo pulverulento formado por yeso, arcilla y fragmento de
roca; es en parte material eólico y en parte residual de la meteorización superficial de la porción superior
del caliche. Localmente la porción inferior de esta capa consiste en capas lenticulares de hasta 20 cm de
espesor de material salino pulverulento blanco en el que predominan sulfatos de Na (thenardita, blondita,
humberstonita) o yeso.
Costra: subyace a la chusca una costra (capa) dura firmemente cementada generalmente de pocas
decenas de centímetros hasta 2 m de potencia en la cual son abundantes la halita y sulfatos y los nitratos
escasos.
Caliche: en la porción inferior hay una capa rica en nitratos llamada caliche por los mineros del salitre, la
cual consiste en gravas (o regolito) cementadas por nitratina (NaNO3) y otros minerales de nitrato, así
como abundante halita y sulfatos, El caliche es una capa densa y dura con espesores variables entre 0,5 y
5 m (generalmente 1 a 2 m de potencia).
Coba y Congelo: subyacen al caliche gravas no cementadas o coba de los mineros, las que contienen solo
un porcentaje menor de material salino o por material cementado (congelo) que contiene poco nitrato.
Los contacto entre las capas son abruptos a gradacionales y la composición del caliche es muy variable,
pero sus leyes son generalmente de 6 a 9% de nitrato y de 350 a 600 ppm de yodo. Dentro del caliche hay
localmente “vetas” y mantos menores de material blanco o “caliche blanco” que corresponde a material salino
rico en nitrato que contiene 20-50% de NaNO3.
Depósitos Supérgenos: Cuando las aguas superficiales que percolan a través de cuerpos mineralizados de
sulfuros hipógenos producen su oxidación y liberan solventes que disuelven otros minerales. La pirita es uno de
los sulfuros más comunes y se descompone en hidróxidos de Fe y ácido sulfúrico. Las soluciones supérgenas
pueden lixiviar cobre, zinc y plata, re-depositándolos como sulfuros supérgenos (secundarios) inmediatamente
debajo del nivel de aguas subterráneas; esto puede producir enriquecimiento del contenido metálico del mineral
pre-existente. Tanto la zona superior oxidada, como la enriquecida por los procesos supérgenos de los depósitos
tienen importancia económica: la primera porque en general los óxidos son más baratos de beneficiar y la segunda
porque el mineral sulfurado con enriquecimiento supérgeno tiene mejores leyes que el mineral primario.
Además podemos encontrar depósitos exóticos, que consisten en la migración lateral de soluciones
supérgenas a partir de depósitos cupríferos mayores, tales como los pórfidos cupríferos chilenos, puede
transportar su contenido metálico a través de sistemas de paleo drenaje hasta distancias de 8 km del depósito
fuente y producir mineralización cuprífera oxidada dentro de sedimentos o rocas del sustrato. Por ejemplo,
Depósitos Mina Sur de Chuquicamata (Exótica), Damiana, El Tesoro, Sagasca, Hiquintipa.
y se procesan por los elementos no metálicos que contienen o por las propiedades químicas y físicas que poseen.
A menudo, no nos damos cuenta de la importancia de los minerales no metálicos, porque se consideran sólo los
productos que resultaron de su utilización y no los minerales en sí mismos. Es decir, muchos minerales no
metálicos se utilizan en el proceso de creación de otros productos. Son ejemplos la fluorita y la caliza, que forman
parte del proceso de fabricación del acero, los abrasivos necesarios para fabricar una pieza de maquinaria y los
fertilizantes necesarios para el crecimiento de una cosecha (Tabla 1.2). Los recursos minerales no metálicos se
dividen normalmente en dos amplios grupos: materiales de construcción y minerales industriales. Dado que
algunas sustancias tienen muchos usos diferentes, se encuentran en las dos categorías. La caliza, quizá la roca más
versátil y utilizada de todas, es el mejor ejemplo. Como material de construcción, se utiliza no sólo como material
aglomerante y piedra de construcción, sino también para fabricar el cemento. Además, como mineral industrial,
la caliza es un ingrediente en la fabricación del acero y se utiliza en la agricultura para neutralizar los suelos.
Referencias
Apuntes de Clases. Geoquímica Endógena. Prof. Nelson Guerra.
Apuntes de Clases. Petrografía Macroscópica. Prof. Eduardo Medina.
Camprubí, Antoni., González-Partida, Eduardo., Levresse, Gilles., Tritlla, Jordi., Carrillo-Chávez, Alejandro.
(2003). Depósitos epitermales de alta y baja sulfuración: una tabla comparativa. Boletín de la Sociedad
Geológica Mexicana. Núm. 1. p10-18.
Maksaev, V. 2001. Metalogénesis de Chile. Apuntes del Curso Metalogénesis, Universidad de Chile.
Maksaev, V. 2001. Procesos Mineralizadores. Apuntes del Curso Metalogénesis, Universidad de Chile.
Tarbuck E.J., Lutgens F.K. y Tasa, D. 2005 Ciencias de la Tierra. Edit. Prentice Hall, Trad. de 8ª edición.
W. Lindgren, 1933, Mineral Deposits, McGraw Hill, 4th ed.
TABLAS
Tabla I. PROCESOS ENDÓGENOS: Procesos internos de la Tierra
Proceso Naturaleza del Proceso Depósitos Típicos
Cristalización Precipitación de minerales de mena como Diamantes diseminados en kimberlitas, tierras raras en
Magmática constituyentes mayores o menores de rocas carbonatitas. Pegmatitas de Li-Sn-Cs de Bikita,
ígneas en forma de granos diseminados o Simbabwe.
segregaciones. Pegmatitas de uranio de Bancroft, Canadá y Rösling,
Namibia. Granitos, basaltos, dunitas, sienitas de nefelina
usados como rocas ornamentales.
Segregación Precipitación de minerales de mena por Capas de cromita del Gran Dique de Zimbabwe y el
Magmática cristalización fraccionada y procesos Complejo Bushveld de Sudáfrica. Depósitos de Cu-Ni de
relacionados durante la diferenciación Sudbury, Canadá y los de Pechenga, R.F. y Yilgarn Block
magmática. de Australia occidental. Depósitos de titanio de Allard
Inmiscibilidad de líquidos. Precipitación de Lake, Quebec, Canadá.
sulfuros en magmas, fundidos de sulfuros –
óxidos u óxidos que se acumulan debajo de
silicatos o fueron inyectados en rocas de caja o,
en casos raros, eruptados en la superficie.
Hidrotermal Depositación desde soluciones acuosas Pórfidos cupríferos chilenos: Chuquicamata, El Teniente,
calientes, las cuales pueden tener origen La Escondida, etc. Vetas auríferas de El Indio; Stockwork
magmático, metamórfico, meteórico, marino o de molibdenita de Climax. EEUU; Chimeneas de brecha
de formación (connatas). cupríferas del distrito Cabeza de Vaca, Copiapó, etc
Metamórfico Metamorfismo regional y de contacto Depósitos de andalusita de Transvaal, Sudáfrica;
produciendo minerales industriales. Depósitos Depósitos de granate de N.Y., EEUU. Depósitos de Cu de
pirometasomáticos (skarn) formados por MacKay, EEUU y Craigmont, Canadá. Distrito cuprífero
reemplazo de rocas de caja adyacentes a una de San Antonio, Norte de La Serena. Cuerpos de
intrusión. Concentración de elementos de mena magnetita de Iron Springs, EEUU; depósitos de Talco de
por procesos metamórficos iniciales o Luzenac, Francia. Algunas vetas de oro y depósitos de Ni
subsecuentes. diseminados en rocas ultramáficas.