El epispadias es un tipo infrecuente de malformación, en el que
la uretra termina en una abertura en la cara superior o dorso del pene. También puede desarrollarse en mujeres cuando la uretra se desarrolla en posiciones superiores a la normal, es decir, a nivel del clítoris o aún superior a éste. Se presenta en aproximadamente 1 en 120.000 hombres y 1 de cada 500.000 nacimientos de niñas. Las causas del epispadias se desconocen en este momento, pero puede estar relacionado con el desarrollo inadecuado del hueso púbico. En los niños con epispadias, la abertura de la uretra generalmente se encuentra en el extremo o al lado del pene, en lugar de estar en la punta. Sin embargo, es posible que la uretra esté abierta a lo largo de todo el pene. En las niñas, la abertura está usualmente entre el clítoris y los labios, pero puede estar en el área del vientre. El epispadias puede estar asociado con extrofia vesical, un defecto común de nacimiento en el cual la vejiga va de adentro hacia afuera y sobresale a través de la pared abdominal. Sin embargo, el epispadias se puede presentar con otros defectos. Pruebas diagnósticas del epispadias Examen de sangre para verificar los niveles de electrolitos Pielografía intravenosa (PIV), una radiografía especial de los riñones, la vejiga y los uréteres Resonancia magnética o tomografía computarizada, dependiendo de la afección Radiografía de la pelvis Ecografía del aparato genitourinario HIPOPASDIAS La hipospadia es una anomalía congénita por la que el pene no se desarrolla de la manera usual. El resultado es que el meato urinario se localiza en algún lugar en la parte inferior del glande o tronco, o más atrás, como en la unión del escroto y pene Esta malformación es debida a una fusión incompleta de los pliegues uretrales, lo que da lugar a que el meato urinario no se localice al final del glande, sino en algún punto entre éste y el perineo. La gravedad de la malformación depende precisamente de que sea más distal (más cerca del glande, por tanto más leve) o más proximal (más cerca de la base del pene y, por tanto, algo más grave). Se trata de una malformación tanto urinaria como genital definida por dos elementos: un defecto dorsal de la uretra y una incurvación dorsal del pene; ambos elementos pueden comportar grados muy diversos y van acompañados de otros elementos malformativos. Cuadro clínico En su manifestación más distal presenta un pene estéticamente casi normal, aunque en casos más graves (muy proximales) se pueden apreciar genitales casi feminoides. No obstante, lo habitual es encontrar casos intermedios, con otras anomalías asociadas, que van de lo estético a lo funcional, con diversos grados de afectación psicológica. Se puede dar incluso que la fertilidad se vea comprometida si el hipospadias se acompaña de otras malformaciones como la presencia de testículos criptorquídicos. Además, el prepucio no se desarrolla a veces totalmente, sino que forma una capucha sobre la cima del glande, quizás con adherencias al glande. El glande puede estar achatado y hendido por debajo, inclinándose hacia abajo debido a la estrechez del tejido dentro del tronco (una anomalía llamada curvatura).