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CRÍTICA
Ciclo: 2018 - I
Aula: 304
Pabellón: B
DEDICATORIA
cada vez más para lograr alcanzar todos y cada uno de mis objetivos, no solo en el
ámbito académico, sino también personal. A mis hermanos, en especial, por ser el
gran estímulo que me empuja y encamina día a día a ser una mejor estudiante,
pero aún más importante, una mejor persona. Asimismo, al profesor Javier Lara,
por brindarnos las herramientas necesarias para conocer cada vez más el derecho
logrando inculcar en mi persona el cariño hacia la carrera que será base para mi
Estas nociones se establecen dentro del mundo jurídico y cobran principal relevancia en
el derecho procesal, más específicamente, en la Teoría General de las Pruebas, y aunque
constituyen un tema específico, cada uno de estos términos representa particularidades
que deben de ser tomados en cuenta a fin de poder establecer la correcta diferenciación
entre cada una de las nociones, las cuales, como ya se mencionó anteriormente,
constituyen dentro del ámbito procesal elementos de suma relevancia.
Con la finalidad de poder señalar objetivamente la correcta distinción entre los términos
fuente, medio y objeto de la prueba, se contará con el aporte del artículo redactado por
Luis Acosta Vásquez, quien en su estudio sobre las Diferencias entre medio, fuente y
objeto de la prueba nos da un alcance sobre la definición de cada una de estas nociones,
así como también las acepciones que percibe según distinguidos autores, la clasificación
y la actividad que efectúa el juez al analizar, para sentencia, dichas nociones.
PAPEL QUE DESEMPEÑA EL JUEZ CON RESPECTO A LA PRUEBA Y A SU
DETERMINACIÓN
Resulta de suma importancia resaltar, en primer lugar, una aptitud importante que debe
presentar un juez, y esto es, por llamarlo de alguna manera, la capacidad de determinar la
veracidad de los hechos cuando se presentan situaciones fácticas dentro de un proceso.
Es decir, un juez por más conocedor que sea del derecho y de las normas que se
encuentran dentro de una legislación, no complementa su labor solo con este
conocimiento, sino que debe de presentar, a su vez, la destreza para identificar si los
hechos fácticos presentados por las partes presentan o no autenticidad. Una vez que el
juez posee o se encuentra capacitado tanto en el conocimiento de las normas (lo que se
presume debe poseer), como en la aptitud para distinguir autenticidad en los hechos, es
cuando se dice que procede o debería proceder a aplicar una sobre la otra. Sin embargo,
nace una incertidumbre en este punto, la cual es: ¿De qué manera el juez consigue
determinar si el hecho presentado adolece o, por el contrario, se encuentra configurado
mediante la veracidad? Erich Döhring, autor alemán, señalaba que el juez se sostiene de
puntos de apoyo, lo cual suponen una ayuda al momento de esclarecer si determinadas
situaciones fácticas son ciertas. A su vez, también afirmaba que «con el auxilio de la
instrucción probatoria, intenta formarse un juicio acertado sobre el estado de los hechos».
De tal modo que se concluye que, en realidad, la función principal del juez dentro de un
proceso está ligado a la investigación de los hechos o situaciones fácticas, para que de
esta manera se pueda deducir en la sentencia el derecho que surja de ellos. Esta
investigación, por otro lado, debe de encontrarse fundado en un razonamiento jurídico
consistente.
Chaïn Perelam, escritor polaco, señalaba a su vez la importancia de tomar en cuenta las
técnicas argumentativas en el proceso de verificación llevado a cabo por el juez.
LA PRUEBA: DEFINICIÓN Y LAS DIFERENTES ACEPCIONES QUE
PERCIBE SEGÚN AUTORES
Por otro lado, el mismo autor señala la función que ejerce la prueba, la cual afirma es
de duplicidad: jurídica y social. Pero, a su vez, le atribuye una tercera función,
entendida como la función procesal, que tiene su raíz en la primera y que desarrolla
los cuatro enfoques anteriormente mencionados.
Hernando Devis Echandía también desarrolla las distinciones que presentan los
términos probar y prueba, el cual es sencillamente la actuación para el término
probar, y la de los argumentos aportados para el término prueba. Sin embargo,
señala también el propósito en común que persiguen ambos términos, lo cual se
entiende como la creación de una convicción en el juez sobre la existencia de
determinados hechos que se discuten en un proceso.
Este autor también señala las diferentes acepciones que recibe la palabra prueba,
mencionando alguna de ellas: «los distintos medios o elementos de juicio ofrecidos
por las partes o recogidos por el juez en el curso de la instrucción». Por otro lado,
señala otra acepción que va encaminada hacia la comprobación de la veracidad
referente a una prueba, la cual debe de ser determinada por una comprobación judicial
establecida en la ley.
Asimismo, este autor afirma también que el sentido de la veracidad debe de ir ligado,
necesariamente, al sentido formal o judicial, omitiendo así lo que denominamos como
verdad material. Esto es, la veracidad de un hecho fáctico debe de ser comprobado
por medios legales. Lo que se busca realmente en un proceso es la obtención de una
verdad formal, y no material, lo cual a su vez lleva a la efectiva convicción del juez
de que los hechos alegados realmente tuvieron lugar en la realidad y no son solo
simples suposiciones expresadas por las partes.
FUENTES DE LA PRUEBA: DEFINICIÓN ESTABLECIDA POR
FRANCESCO CARNELUTTI Y DEVIS ECHANDÍA
Para plantear lo que el término fuentes de la prueba abarca, se contará con la acepción
que dos autores destacados le otorgaron al anteriormente señalado término.
Para explicar lo que el término medios de prueba abarca, se contará con el aporte de
cuatro autores destacados: Hugo Alsina, Francesco Ricci, Francesco Carnelutti y
Devis Echandía.
Según Francesco Ricci, autor italiano, los medios de prueba son aquellos que logran
generar una convicción en el juez con respecto a los hechos presentados. A su vez,
señala también la existencia de un interés público, refiriéndose al interés presentado
por los ciudadanos en conjunto en materia de que su derecho sea cierto, para lo cual,
debe configurarse veracidad en los medios que demuestran su existencia. Por lo cual
se puede concluir que la seguridad jurídica precisa de la necesidad del conocimiento
de los medios de prueba.
Según Francesco Carnelutti, autor italiano, «el medio de prueba es, ante todo, la
percepción del juez». Asimismo, señala la existencia de dos puntos de vista referente
a la materia: uno en la que el juez, por medio de su percepción, es el que tiene contacto
con lo que denominamos como fuente de prueba. Y el otro, el cual cataloga como un
punto de vista práctico, se refiere a la situación en la que el juez con su percepción
no es lo único que interviene en el proceso de deducción de las fuentes de prueba,
sino que cuenta con el auxilio, por ejemplo, técnico. Esto es, cuando mediante el
auxilio de reglas técnicas logra formular su percepción. Esto se presenta en los casos
en que el hecho a probar no se encuentra derivado solo de reglas de experiencia
común. A lo explicado anteriormente se le denomina como experticia.
Según Hernando Devis Echandía, autor colombiano, los medios de prueba pueden
ser expuestos en base a dos aspectos: el primero está referido al uso de la percepción
y deducción por parte del juez y de las partes dentro de un proceso, esto con el fin de
lograr conocer los hechos. Encontramos aquí a la confesión de las partes, la
declaración de testigos, el dictamen de un experto, etcétera. El segundo aspecto
concibe a los medios de prueba como instrumentos y órganos que proveen al juez
del conocimiento requerido. Encontramos aquí a la parte confesante, el testigo, el
experto, etcétera.
Según Carnelutti y Ricci, existe un sistema denominado prueba legal o tarifa legal,
la cual estipula que los medios de prueba deben de encontrarse configurados de
manera expresa en la ley, siendo que una determinada legislación es la que
establecerá, por así decirlo, la existencia de los mismos. Esto, a su vez, permite la
limitación de los medios de prueba que van a ser utilizados en un respectivo proceso,
concluyendo así que el juez solo podrá hacer uso de determinados medios, y estos
deben de encontrarse configurados, como ya se mencionó anteriormente, en la ley.
Por otro lado, también hacen mención a un sistema denominado libre apreciación o
prueba libre, en la cual se le otorga cierta libertad al juez respecto de los medios que
este utilizará en un determinado proceso, concediéndole así la facultad de admitir
todos aquellos medios que a su juicio considere útil o necesario para la formación de
su conocimiento acerca de los hechos. Cabe resaltar también que existe un sistema de
corte mixto, en donde cada uno de los sistemas anteriormente mencionados sirven
como una especie de complemento para el otro, es decir, se aplica tanto la libre
apreciación como la tarifa legal.
OBJETO DE LA PRUEBA: DEFINICIÓN. ALCANCES
TERMINOLÓGICOS SEGÚN AUTORES. CLASIFICACIÓN
Por otra parte, dentro del objeto de la prueba también encontramos lo que
denominamos como carga de la prueba (artículo n.° 196 del Código Procesal Civil),
esto es, la demostración de la veracidad de los hechos que las partes afirman dentro
de un determinado proceso, lo cual deben de realizar las mismas partes. A partir de lo
señalado anteriormente nace una disyuntiva: ¿El objeto de la prueba se relaciona,
entonces, con los hechos o con la afirmación de las partes? Frente a esto se concluye
que ambas proposiciones se encuentran ligadas, esto es porque al afirmar una de las
partes un hecho en determinado juicio, esto trae consigo una obligación o necesidad
de probar el hecho o los hechos que se encuentren vinculados con tales afirmaciones.
Cada resaltar que dichas afirmaciones deben de ser presentadas de forma concreta,
esto es, evidentemente, la comprobación de la veracidad de los hechos expuestos por
una de las partes, sin caer en embrollos como tratar de demostrar un hecho que no ha
sido presentado o afirmado por una de las partes. Esto se presenta de manera diferente
cuando nos encontramos frente al supuesto de un sistema inquisitivo, puesto que en
este caso el juez posee la libertad de las pruebas, en la medida que puede apreciar la
que él considere conveniente o necesaria para la formación de su percepción, y esto
sin tener que realizar la respectiva afirmación.
Pero no solo son aspectos referidos a la persona las que pueden ser consideradas como
objeto de prueba, puesto que también los eventos de la naturaleza se incluyen en esta
clasificación. Por hechos de la naturaleza nos referimos a aquellos incidentes que se
producen sin la intervención del hombre. El autor cita un ejemplo que explica de
manera muy precisa lo que abarca este concepto, utiliza el ejemplo de un huracán,
que como se sabe causa infinidades de destrozos y desastres que afectan el patrimonio
de las personas, lo cual produce que estas personas que se vean afectadas deban de
probar la existencia de este hecho o evento, relacionado también con los perjuicios
que se le pueda ocasionar a sus bienes, todo esto con el fin de poder exigir la
indemnización por parte de la compañía de seguros.
Según Hugo Alsina, procesalista argentino, «los hechos que deben probarse son
aquellos del cual surge o depende el derecho discutido en un proceso y que resultan
determinantes en la decisión del mismo». Esto está referido a la función que debe
desempeñar el juez de resolver no solo sobre la prueba de hechos que hayan sido
aportados a la demanda, sino también lo concerniente a aquellos que aporten en la
demostración de los hechos que fueron alegados por las partes.
Según Hernando Devis Echandía, autor colombiano, el objeto de la prueba debe
configurarse como un ente comprobable, en el que se abarca los hechos pasados,
presentes y futuros. Asimismo, señala que los hechos son «todo lo que pueda ser
percibido y que no es simple entidad abstracta o idea pura», en resumidas palabras,
todo aquello que pueda probarse para fines procesales.
Este autor desarrolla una clasificación acerca de lo que abarca el objeto de la prueba,
lo cual se configura en: lo concerniente a la conducta humana, sucesos,
acontecimientos, hechos o actos humanos, etc. Lo relacionado a los hechos de la
naturaleza, en las cuales se entiende que carece de intervención humana. La persona
física, su salud, características, etc. Los estados y hechos psíquicos, conocimiento,
intención o voluntad, etc. Las cosas u objetos materiales, aspectos de la realidad
material como los documentos, etc.
DIFERENCIAS ENTRE LAS NOCIONES DE FUENTE, MEDIO Y OBJETO
DE LA PRUEBA
Habiendo establecido anteriormente los alcances que los términos fuente, medio y
objeto de prueba suponen, resulta de suma importancia señalar las diferencias que
presentan estas tres nociones entre sí.
Según Erich Döhring, autor alemán, existen dos fases en la labor que desempeña el
juez, considerando como la etapa inicial a aquel en el cual el sentenciador junta y
valora las pruebas aportadas por las partes, tomando, a su vez, determinadas medidas
con la finalidad de proveer los medios probatorios y hacerlos aprovechables para el
proceso. Estas medidas se configuran mediante, por citar algunos ejemplos, la
individualización de testigos y la apreciación de señales que establezcan el
otorgamiento o denegación de la confianza hacia los declarantes. En esta etapa se
establece, por parte del juez, la formación de la convicción del mismo, así como
también el discernimiento acerca de la suficiencia probatoria de los elementos
presentados. En esta etapa el juez realiza también la apreciación de los medios de
prueba, como por ejemplo, cuando se toma la declaración de un testigo, en la
comprobación de la autenticidad de un documento, en la constatación sobre si la
exposición narrada por los testigos es verídica, etcétera.
Mediante el análisis sobre la fuente, medio y objeto de la prueba que pude adquirir en
base al artículo Diferencias entre medio, fuente y objeto de prueba del autor Luis
Acosta Vásquez, logré inferir cuatro proposiciones destacables: