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UNIVERSIDAD SAN MARTIN DE PORRES

INSTITUTO DE ARTE

Carrera de Música, Especialidad de Guitarra

ANÁLISIS MUSICAL DEL REPERTORIO

Curso: Guitarra VII

Profesor: Víctor Hugo Ñopo

García León, Jonathan Adrián

Lima – Perú
2014
Introducción

En esta ocasión analizaremos las obras La Danza del Molinero y el estudio N°5 de Giulio
Regondi respectivamente. Se utilizaron los ejercicios del libro segundo de Emilio Pujol
para obtener mayor velocidad en la mano izquierda y el cuaderno 4 de Abel Carlevaro
para los ligados.

Programa

Manuel de Falla La Danza del Molinero

(España; 1876 - 1946)

Guilio Regondi Estudio N° 5

(Italia; 1822 - 1872)


Contexto Histórico

El Romanticismo fue un periodo que transcurrió, aproximadamente, entre principios de los


años 1820 y la primera década del siglo XX, y suele englobar toda la música escrita de
acuerdo a las normas y formas de dicho período. El romanticismo musical es un período
de la música académica que fue precedido por el Clasicismo y seguido por
el Impresionismo.
El Romanticismo musical está relacionado con el Romanticismo, la corriente de cambios
en Literatura, Bellas Artes y Filosofía, aunque suele haber ligeras diferencias temporales,
dado que el Romanticismo en aquellas Artes y en la Filosofía se suele reconocer entre
los años 1780 y 1840. El Romanticismo como movimiento global en las Artes y la
Filosofía, tiene como precepto que la verdad no podía ser deducida a partir de axiomas,
en el mundo había realidades inevitables que sólo se podía captar mediante la emoción,
el sentimiento y la intuición. La música del Romanticismo intentaba expresar estas
emociones.

Giulio Regondi

Giulio Regondi nació en Ginebra, Suiza en 1822 fue un guitarrista concertista y


compositor.
Regondi fue un niño prodigio que maduró en un artista destacado y apreciado compositor
de obras poéticas. Hizo su debut en París a la edad de siete años, llegando a ser
conocido como El Niño Paganini.. Fernando Sor dedicó su Souvenir d'amitié, op. 46 a
Regondi en 1831, cuando tenía tan solo nueve años de edad.
En sus años de madurez continuó dando triunfalmente conciertos por toda Europa. Más
tarde residió en Londres, compartiendo algún concierto con el gran pianista Ignaz
Moscheles o con la famosa soprano Maria Malibran. Los logros de Regondi se perdieron
con el paso de los años, aunque sus composiciones fueron finalmente redescubiertas en
1981.
La mayor parte de la música de Regondi fue escrita para el sistema inglés de
la concertina, aunque su música para guitarra es más conocida. Sus obras para guitarra
sola comprenden una serie de estudios y seis obras mayores.
El Nacionalismo Musical

El nacionalismo es comúnmente relacionado al romanticismo musical de mediados


del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, pero hay ya evidencias del nacionalismo tanto
a inicios como a finales del siglo XVIII. El término también es usado frecuentemente para
describir la música del siglo XX de regiones no dominantes en la música, sobre todo
de Latinoamérica,Norteamérica y Europa Oriental.

Se caracteriza por la búsqueda de la esencia popular en el folklore y la admiración de éste


como forma de expresarse las naciones. El tema central lo constituye la danza y la
canción folclórica; y tiene una gran riqueza melódica. Es una reacción contra la excesiva
influencia de los compositores germanos

Implica un sentimiento de rebelión política de países subyugados; en otros casos implica


un sentimiento de inferioridad que se quiere paliar creando una gran música nacional que
se parangone con otras naciones, así sucede en España

Los países relacionados con frecuencia al nacionalismo son: Rusia, Checoslovaquia, Polonia,
Hungría, Noruega, Finlandia, Suecia, Grecia, Ucrania, España, El Reino Unido en Europa,
Estados Unidos, México, Brasil, Argentina, Chile y Cuba en América. El primer y más
importante compositor latinoamericano en destacar en los círculos musicales de Europa fue el
brasileño Heitor Villa-Lobos.

Manuel de Falla
Nació el 23 de noviembre de 1876 en Cádiz, España. Compositor español junto con los
catalanes Isaac Albéniz y Enrique Granados, es el tercero de los nombres que conforman
la gran trilogía de la música nacionalista española. Fue también uno de los primeros
compositores de esta tradición que, cultivando un estilo tan inequívocamente español
como alejado del tópico, supo darse a conocer con éxito en toda Europa y América, y con
ello superó el aislamiento y la supeditación a otras tradiciones a que la música hispana
parecía condenada desde el siglo XVIII.

No fue un compositor prolífico, pero sus creaciones, todas ellas de un asombroso grado
de perfección, ocupan prácticamente un lugar de privilegio en el repertorio. Recibió sus
primeras lecciones musicales de su madre, una excelente pianista que, al advertir las
innegables dotes de su hijo, no dudó en confiarlo a mejores profesores. Tras trabajar la
armonía, el contrapunto y la composición en su ciudad natal con Alejandro Odero y
Enrique Broca, ingresó en el Conservatorio de Madrid, donde tuvo como maestros a José
Tragó y Felip Pedrell.
La influencia de este último sería decisiva en la conformación de su estética: fue él quien
le abrió las puertas al conocimiento de la música autóctona española, que tanta
importancia había de tener en la producción madura falliana. Tras algunas zarzuelas, hoy
perdidas u olvidadas, como Los amores de Inés, los años de estudio en la capital
española culminaron con la composición de la ópera La vida breve, que se hizo acreedora
del primer premio de un concurso convocado por la Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando. Aunque las bases del concurso estipulaban que el trabajo ganador debía
representarse en el Teatro Real de Madrid, Falla hubo de esperar ocho años para dar a
conocer su partitura, y ello ni siquiera fue en Madrid sino en Niza.

Francia, precisamente, iba a ser la siguiente etapa de su formación: afincado en París


desde 1907, allí entró en relación con Claude Debussy, Maurice Ravel, Paul Dukas e
Isaac Albéniz, cuya impronta es perceptible en sus composiciones de ese período,
especialmente en Noches en los jardines de España, obra en la que, a pesar del
innegable aroma español que presenta, está latente cierto impresionismo en la
instrumentación. Noches en los jardines de España huye tanto de la forma del concierto
como de la sinfonía; en ella el papel del piano, verdadero protagonista, tiene gran relieve,
pero en ningún momento la orquesta (rica y expresiva) se limita a una función de mero
acompañamiento, sino que asume auténtica importancia. Consta de tres movimientos
("En el Generalife", "Danza lejana" y "En los jardines de la Sierra de Córdoba"), y
sobresale por su capacidad para describir las esencias del paisaje andaluz a través de
una música de un exquisito refinamiento.

La madurez creativa de Falla empieza con su regreso a España, en el año 1914. Es el


momento en que compone sus obras más célebres: la pantomima El amor brujo y el
ballet El sombrero de tres picos (éste compuesto para cumplimentar un encargo de los
célebres Ballets Rusos de Serge de Diaghilev), las Siete canciones populares españolas
para voz y piano y la Fantasía bética para piano.

Estrenado el 15 de abril de 1915 en el Teatro Lara de Madrid, El amor brujo es un ballet


en un solo acto que narra en un ambiente de brujería y misterio el triunfo del amor sobre
las tinieblas; protagoniza la acción la gitana Candelas, quien ve cómo el espíritu de su
antiguo amante, ya muerto, se interpone entre ella y Carmelo. A través de una música que
bebe directamente del cante jondo, del folclore y de la música popular andaluza, se evoca
el mundo de los gitanos, de sus sortilegios y leyendas, en una atmósfera inquietante y
maléfica.

Sin duda es la Danza del fuego la página más apreciada de El amor brujo, y una de las
más universales de la música española: se trata de una danza compuesta por tres
motivos de carácter rítmico, casi obsesivos, acorde con la escena de conjuro y
encantamiento que intenta evocar. El fragmento es una excelente muestra de la habilidad
de Falla para tratar los diferentes instrumentos de la orquesta, por ejemplo el piano, usado
de manera percusiva. Ello prueba la capacidad de Falla para crear una música
sumamente personal y, al mismo tiempo, universal, inspirándose en motivos o ritmos
populares andaluces.
La Fantasía bética fue compuesta en 1919 por encargo del virtuoso pianista polaco Arthur
Rubinstein. Obra con aires muy andaluces, derivados directamente del cante jondo, fue
paradójicamente rechazada durante bastante tiempo por el público y repudiada por los
intérpretes españoles. Rubinstein la estrenó en Nueva York en 1920.

El estilo de Manuel de Falla fue evolucionando a través de estas composiciones desde el


nacionalismo folclorista que revelan estas primeras partituras, inspiradas en temas,
melodías, ritmos y giros andaluces o castellanos, hasta un nacionalismo que buscaba su
inspiración en la tradición musical del Siglo de Oro español y al que responden la ópera
para marionetas El retablo de maese Pedro, una de sus obras maestras, y el Concierto
para clave y cinco instrumentos.

Los últimos veinte años de su vida, el maestro los pasó trabajando en la que consideraba
había de ser la obra de su vida: la cantata escénica La Atlántida, sobre un poema del
poeta en lengua catalana Jacint Verdaguer, que le había obsesionado desde su infancia y
en el cual veía reflejadas todas sus preocupaciones filosóficas, religiosas y humanísticas.
El estallido de la guerra civil española lo obligó a buscar refugio en Argentina, donde le
sorprendería la muerte sin que hubiera podido culminar la obra. La tarea de finalizarla
según los esbozos dejados por el maestro correspondió a su discípulo Ernesto Halffter.

El 28 de septiembre de 1939, después de la Guerra Civil Española y ya comenzada


la Segunda Guerra Mundial, Manuel de Falla se exilió en Argentina, a pesar de los
intentos de los gobiernos del general Francisco Franco, que le ofrecían una pensión si
regresaba a España
Análisis de la Danza de Molinero

Es parte de una obra más grande, un ballet llamado El sombrero de tres picos fue
estrenado en Londres el 22 de julio de 1919 por los Ballets Rusos de Diaghilev,

Probablemente este sea el número más conocido del ballet. Diaghilev se lo solicitó a
Falla a última hora, deseoso de introducir algún número de fuerte sabor flamenco. Con
coreografía de Leonid Massine y decorados y figurines de Pablo Picasso. La acción de
este ballet cómico nos sitúa en una villa castellana del siglo XVIII, en la que la joven
esposa del molinero es acosada por el viejo corregidor local, quien se toca con un
tricornio como símbolo de poder. Para la música, Falla empleó material folclórico de
diversas regiones de España, y consiguió así el carácter popular que buscaba.

Tras el estreno del ballet, Falla compuso dos suites orquestales con el mismo título, la
Nº 1 y la Nº 2, que se suelen representar más que el propio ballet. En ellas, retiró algunos
fragmentos vocales y de transición que contenía la obra original.

Aire Poco Vivo; Moderato assai, molto


rítmico e pesante; Pochissimo oui
mosso, ma rítmico; Piu animato;
Ancora piu vivo, ma in tempo.
Tonalidad Do menor y Do mayor
N° de compases 25
Compás 3/4, 2/2

Forma

A Compás N° 1 al N° 14
B Compás N° 15 al N° 66
C Compás N° 67 al N°90
A

En esta parte empieza con la dominante de la relativa menor usando la escala de la


tonalidad de sol mayor. Empezando con toda la orquesta tocando el acorde de sol mayor
y luego dejando solo al corno francés un carácter enérgico y desafiante para después
dejar al oboe continuar.

B
Aquí encontramos un estilo más pesante, e incluso, brusco, a medida que va
desarrollándose la orquesta adquiere un aire agresivo, con más intervenciones de la
orquesta. Se presenta un motivo al comienzo y luego un segundo motivo para al final
juntarlos en una misma frase. La parte de tambora será
C

La orquesta reproduce este momento imitando el sonido de un reloj, página maravillosa


que tiene algo de raveliano. Los vecinos se han retirado a descansar y el solo de fagot
nos presenta de nuevo al esperpéntico corregidor en escena, decidido a consumar sus
lascivos propósitos.
Análisis del Estudio N° 5 de Giulio Regondi

Aire Allegretto
Tonalidad La mayor
N° de compases 89
Compás 2/4

Forma

A Compás N° 1 al N° 32
B Compás N°33 al N° 55
C Compás N° 56 al N° 81
Coda Compás N° 82 al N° 89

A
B
C

Coda

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