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UAPA
CARRERA DE DERECHO
ASIGNATURA:
Civil ll
PARTICIPANTE:
MATRICULA:
17-5087
Facilitador
Lourdes Pichardo
tema
las obligaciones
Abuso de confianza
Medios de Pruebas
El Código Civil Dominicano en su artículo 1316 distingue cinco medios de pruebas, que
son:
Actos auténticos
1. Literal
Actos bajo firma privada
2. Testimonial
Simples
3. Presunciones
Juris tantum
Medios de
Pruebas
Las pruebas son procedimiento por medio de los cuales se puede demostrar la
existencia de los derechos, sean en ocasión de un litigio o fuera de este.
El código Civil Dominicano en su Art. 1316 distingue distintos tipos de prueba que son:
La prueba literal
Es la que resulta de los escritos, tales como los actos que hayan sido redactados al
momento de la conclusión de una convención o de un hecho jurídico.
Es aquel que ha sido redactado por las mismas partes, cuyas firmas pueden ser
legalizadas por un notario cuando las partes así lo deseen.
Acto autentico:
Es definido en el artículo 1317 del CC, como aquel que ha sido otorgado por ante
oficiales público, que tienen derecho de actuar en el lugar donde se le otorga el acto, y
con las solemnidades requeridas por la ley.
Prueba testimonial:
Es aquella que se hace por medio de testigos, sobre lo que una persona ha visto,
escuchado o percibido a través de los sentidos y se encuentra reglamentada por los
artículos 1341 a 1348 del CC.
La confesión:
Es la declaración por el cual una persona reconoce expresa o tácitamente como cierto
un hecho que puede tener para ella consecuencias jurídicas capaces de perjudicarle.
No fue correcta la decisión del juez, ya que es un caso donde ambos tienen un
derecho ya que el vendedor no pago la totalidad mas los interese como establecía el
contrato y por parte del comprador, no cumplió con el saldo en el anos establecido en
el anos establecido en el contrato, ya que solo hizo dos pago parciales, por tal sentido,
el juez bebió escuchar a ambas parte en audiencia para edificarse, correctamente del
caso y como mandaría la ley en este caso ya que ninguno cumplieron con los
establecido en el contrato, por lo que entendemos que el juez debió escuchar a ambas
parte, para tener más amplitud de conocimiento sobre el contrato en cuestión. Juzgue
el rol del demandante y del demandado. Y exponga como defendería a cada uno.
ATENDIDO: A lo que establece el Artículo 1134 del Código Civil dominicano el cual
establece, que las convenciones legalmente formadas tienen fuerza de ley para
aquellos que la han hecho. Estas no pueden ser revocadas, sino por su mutuo
consentimiento, o por las causas que están autorizadas por la ley.
ATENDIDO: A que las convenciones obligan, no solo a lo que se expresa en ella, sino
también a todas las consecuencias que la equidad, el uso o la ley dan a la obligación
según su naturaleza, según lo establece el ARTÍCULO 1135 DEL CODIGO CIVIL
DOMINICANO.
Nota: Justifique su respuesta en cada uno de los caso, invocando texto légale, doctrina
y jurisprudencia.
“Todo contrato tiene por objeto la cosa que una parte se obliga a dar, o que una parte
se obliga a hacer o a no hacer” Art. 1126 del Código Civil. En cualquier circunstancia el
objeto de dicho contrato debe cumplir con una serie de requisitos.
El objeto debe estar en el comercio: “Solo las cosas que están en el comercio pueden
ser objeto del contrato” Art. 1128 Código Civil. Esto incluye todas las cosas que el
orden público, las buenas costumbres, la moral y/o el legislador expresamente ha
prohibido su negocio. En esta categoría se incluyen las cosas del dominio público, del
Estado, la salud, el cuerpo humano. Las sucesiones no abiertas se consideran por la ley
fuera del comercio tal como lo expresa el Art. 1600 del Código Civil. El cual dice que la
sucesión de una persona viva no puede ser vendido, aún con el consentimiento de la
misma. La sentencia del 19 de mayo de 1999 dictada por la Tercera Cámara de la
Suprema Corte Justicia dice “La venta de la cosa ajena es nula (Art. 1599). Tampoco se
puede vender la sucesión de una persona viva. (Art. 1600)”.
El objeto debe ser lícito: nadie puede obligarse a realizar algo que vaya contra la moral
o algo que sea en naturaleza ilícito. Aquí se aplica el Art. 6 del Código Civil, el cual dice
que las leyes que interesan al orden público y las buenas costumbres no pueden ser
derogadas por las convenciones particulares. Este articulo, puede ser considerado
como un requisito de validez igual a aquellos mencionados en el Art. 1108 del Código
Civil, pero esto puede ser discutido. Es cierto que cualquier contrato que vaya en
contra la ley es nulo, esto no se puede discutir. Lo que si esta sujeto a discusión, es
hasta que medida las buenas costumbres condicionan la validez de los contratos. Estas
al no estar tipificadas en las leyes, no son definidas fácilmente, y por lo tanto cambian
dependiendo de los grupos sociales y de los tiempos. La moral evoluciona con los
tiempos, y lo que antes podría ser visto como inmoral, hoy en día puede ser práctica
normal (Ej. bailar reggaetón en el presente no representa para muchos una
inmoralidad, pero si retrocedemos el reloj a los años 1950 es muy posible que dicho
baile estuviese prohibido).
El objeto debe ser posible: toda obligación está destinada a cumplirse por lo tanto
nadie puede obligarse a cumplir lo imposible. De la misma manera en que no se puede
obligar a nadie a realizar algo imposible, nadie debe comprometerse a realizar lo
imposible. Lo imposible se define como aquello que es imposible para todo el mundo
no para una persona especifica. La imposibilidad debe afectar a todo el mundo sea
quien sea el deudor. Por lo demás, la imposibilidad para poder declarar nulo un
contrato por falta de objeto tiene que consistir en una imposibilidad simultánea a la
celebración del contrato, en el cual las partes ponen al deudor a realizar una
obligación que era imposible en el momento en que se intercambiaron los
consentimientos. (Ej. Yo me obligo como acreedor a venderte un objeto, pero tengo
que importarlo para vendértelo, sin embargo en el momento de celebrar el contrato,
no después, hay una prohibición para poder entrar al país dicho objeto. En este caso el
contrato es nulo por imposibilidad en el momento de realizar el contrato).
Ahora, las cosas futuras pueden ser objetos de obligaciones como explica Art. 1130
Código Civil. La regla, como habíamos visto, es que la cosa debe existir en el momento
de realizarse el contrato, pero según este articulo las partes pueden obligarse con una
cosa futura. Tal seria el caso de la venta de un inmueble que no aun no ha sido
construido o la venta de una cosecha futura. Lo que si es necesario es que ambas
partes estén concientes que la cosa, en el momento de la celebración del contrato, no
existe. En caso que una de las partes no este conciente de ello el contrato es nulo.
El objeto debe ser determinado: el objeto del contrato debe de ser algo determinado
por lo menos en cuanto a su especie. La cantidad de la cosa puede ser incierta, con tal
que esta pueda determinarse; así lo establece el Art. 1229 del Código Civil. Se entiende
que vender cualquier cosa es lo mismo que no vender nada, pues la deuda puede ser
saldada con la entrega lo que sea, por esta razón no hay ninguna obligación si no se
determina el objeto de la misma.
La determinación en cuanto a su especie: es necesario que se precise en que consiste
la prestación debida, una casa, carro etc. Pero no se exige que la cosa este
individualizada o sea, este carro o esa casa. Tampoco es necesario precisar en el
contrato la calidad de la cosa, esta será determinada por un juez, si las partes así lo
desean. Cuando las partes no muestren sus voluntades en este asunto se aplicara la
regla del Art. 1246 Código Civil, la cual establece que el deudor entregue una cosa de
calidad media.
El objeto de la obligación puede ser o un cuerpo cierto o una cosa genérica. En el caso
que sea un cuerpo cierto, la propiedad se transmitirá inmediatamente, convirtiéndose
el comprador en el propietario desde el momento de la venta, aun cuando no se haga
entrega de la cosa. En caso que la cosa pereciera por un caso fortuito o fuerza mayor la
perdida será soportada por el comprador que se convirtió en propietario de la cosa. Si
es una cosa genérica, el comprador no se convierte en el propietario hasta el momento
en que se individualice la cosa (Ej. Yo compro100 libras de habichuelas, pero todavía
están mezcladas con 1000 libras que hay guardadas en un almacén. Es imposible saber
cuales son mis 100 libras si no están individualizadas y por tanto no me las puedo
llevar), pues hasta ese momento el propietario no es más que el acreedor de la
prestación, y por ende si la cosa perece por una fuerza mayor o caso fortuito la perdida
la soportara el vendedor.
La cosa ajena: la venta de la cosa del otro, es nula. Esta puede resultar en daños y
perjuicios cuando el comprador ignora que fuese de otro Art. 1599 Código Civil.
Cualquier contrato que tenga como objeto la venta de algo ajeno es nulo, y tal como lo
expresa el Art. 1599 si el comprador no está consiente ello este podría demandar en
daños y perjuicios.
La Causa Lícita
“Los autores consideran que los términos causas del contrato y causa de la obligación
son diferentes. La causa de la obligación es la razón por la cual una persona decide
obligarse; es la razón misma de la obligación contraída. Mientras que la causa del
contrato son los móviles o motivos individuales que han llevado a cada contratante a
celebrar un contrato, o sea los fines perseguidos”.
Hay dos teorías que buscan explicar la causa de la obligación: la de los causalitas y la de
los anticausalistas. Según el Dr. Jorge A. Subero Isa “los causalistas presentan una
clasificación tripartita de los contratos para explicar que dentro de cada categoría de
contrato la causa de la obligación será siempre la misma”.
Materia : Civil.
Recurrente : J M Constructora, S. A.
SALA CIVIL
Casa
En Nombre de la República,
La Sala Civil de la Suprema corte de Justicia, actuando como corte de Casación, dicta
en audiencia pública la sentencia siguiente:
Oído al Licdo. Jesús García, abogado del recurrido Grupo Modesto, S. A., en la lectura
de sus conclusiones.
Considerando, que, además, respecto a los vicios ocultos y fiel cumplimiento que
garantizarían la referida póliza de seguros, la corte a-qua debió someter a su
escrutinio, tal y como lo expresa la recurrente, lo acordado en la parte inicial del ya
citado artículo décimo, el cual consagra: que “la contratista retendrá sobre base
mensual a la subcontratista la cantidad del cinco por ciento (5%) de las partidas a ser
pagadas, a título de fondo de garantía para asegurar la buena calidad y responsabilidad
de los trabajos. En caso de que para el cliente, los trabajos realizados no sean
satisfactorios, y éste decida y resuelva aplicar deducciones posteriores o reparaciones
a defectos ocultos, entonces los gastos en que incurra la subcontratista para tales
reparaciones serán con cargo al fondo de garantía, aceptando las deducciones que
correspondan a la subcontratista (...)”; que lo allí convenido denota que la buena
calidad, responsabilidad y vicios ocultos de los trabajos realizados por la ahora
recurrente se encontraban asegurados con la retención que haría la contratista del 5%
sobre la base mensual de las partidas a serle pagadas a la ahora recurrente y no por la
póliza de seguros que debía contratar la subcontratista;
Considerando, que, en cuanto a la garantía que debió dar la recurrente del avance
inicial que le sería entregado por el Grupo Modesto, S. A, la corte a-qua estaba en el
deber de ponderar las implicaciones en el caso de la Ley núm. 340-06 sobre Compras y
Contrataciones de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones, la cual exige en sus artículos
28 y 30 la constitución de dicha garantía para la validez de los contratos concertados
por los oferentes, adjudicatarios y contratistas con el Estado, pero, dicha exigencia no
es requerida por la referida disposición legal a los subcontratistas o a los subcontrato,
como define la referida ley a toda contratación efectuada por el contratista con
una tercera persona natural o jurídica para la ejecución de una parte del
contrato principal, como ocurrió en la especie; que, por tanto, para condicionar
la validez del subcontrato al cumplimiento por parte del subcontratista de la
referida garantía, dichas partes deben convenirlo expresamente, lo que,
contrario a lo juzgado por la corte a-qua, no ocurrió en la especie;
Fue correcta la decisión del juez, justifique sus respuestas, invocando textos
legales, doctrina y jurisprudencia.
ATENDIDO A QUE: EN EL ARTICULO 1326 DEL CODIGO CIVIL
DOMINICANO, ESTABLECE QUE: El pagare o la promesa hecha bajo firma
privada, por la cual una sola parte se obliga respecto a otra a pagarle una suma
de dinero o una cosa valuable, debe estar escrita por entero de la mano del
que la suscribe, o a lo menos se necesita, además de su firma que haya
escrito por su mano un bueno yo aprobado, que contenga en letras la suma o
cantidad de la cosa.
DOCTRINA
El Código Civil no hace distinción entre los dos, y se entiende que el objeto del
contrato no es más, que el objeto de las obligaciones que ese contrato hace
nacer. Sin embargo, hay autores que consideran que es necesario diferenciar
los mismos. El objeto de las obligaciones es lo que debe la parte que se obliga,
en otras palabras la prestación que el deudor debe cumplir (Ej., Pagar la cosa,
Entregar etc.). En cambio, el objeto del contrato esta constituido por las partes
integrantes del negocio jurídico en su totalidad, no por determinada acción
principal o accesoria.
“Todo contrato tiene por objeto la cosa que una parte se obliga a dar, o que
una parte se obliga a hacer o a no hacer” Art. 1126 del Código Civil. En
cualquier circunstancia el objeto de dicho contrato debe cumplir con una serie
de requisitos.
El objeto debe estar en el comercio: “Solo las cosas que están en el comercio
pueden ser objeto del contrato” Art. 1128 Código Civil. Esto incluye todas las
cosas que el orden público, las buenas costumbres, la moral y/o el legislador
expresamente ha prohibido su negocio. En esta categoría se incluyen las cosas
del dominio público, del Estado, la salud, el cuerpo humano. Las sucesiones no
abiertas se consideran por la ley fuera del comercio tal como lo expresa el Art.
1600 del Código Civil. El cual dice que la sucesión de una persona viva no
puede ser vendida, aún con el consentimiento de la misma. La sentencia del 19
de mayo de 1999 dictada por la Tercera Cámara de la Suprema Corte Justicia
dice “La venta de la cosa ajena es nula (Art. 1599). Tampoco se puede vender
la sucesión de una persona viva. (Art. 1600)”.
El objeto debe ser lícito: nadie puede obligarse a realizar algo que vaya contra
la moral o algo que sea en naturaleza ilícito. Aquí se aplica el Art. 6 del Código
Civil, el cual dice que las leyes que interesan al orden público y las buenas
costumbres no pueden ser derogadas por las convenciones particulares. Este
articulo, puede ser considerado como un requisito de validez igual a aquellos
mencionados en el Art. 1108 del Código Civil, pero esto puede ser discutido. Es
cierto que cualquier contrato que vaya en contra la ley es nulo, esto no se
puede discutir. Lo que si esta sujeto a discusión, es hasta que medida las
buenas costumbres condicionan la validez de los contratos. Estas al no estar
tipificadas en las leyes, no son definidas fácilmente, y por lo tanto cambian
dependiendo de los grupos sociales y de los tiempos[18]. La moral evoluciona
con los tiempos, y lo que antes podría ser visto como inmoral, hoy en día puede
ser práctica normal (Ej. bailar reggaetón en el presente no representa para
muchos una inmoralidad, pero si retrocedemos el reloj a los años 1950 es muy
posible que dicho baile estuviese prohibido).
El objeto debe ser posible: toda obligación está destinada a cumplirse por lo
tanto nadie puede obligarse a cumplir lo imposible. De la misma manera en
que no se puede obligar a nadie a realizar algo imposible, nadie debe
comprometerse a realizar lo imposible. Lo imposible se define como aquello
que es imposible para todo el mundo no para una persona especifica. La
imposibilidad debe afectar a todo el mundo sea quien sea el deudor. Por lo
demás, la imposibilidad para poder declarar nulo un contrato por falta de objeto
tiene que consistir en una imposibilidad simultánea a la celebración del
contrato, en el cual las partes ponen al deudor a realizar una obligación que
era imposible en el momento en que se intercambiaron los consentimientos[19].
(Ej. Yo me obligo como acreedor a venderte un objeto, pero tengo que
importarlo para vendértelo, sin embargo en el momento de celebrar el contrato,
no después, hay una prohibición para poder entrar al país dicho objeto. En este
caso el contrato es nulo por imposibilidad en el momento de realizar el
contrato).
Ahora, las cosas futuras pueden ser objetos de obligaciones como explica Art.
1130 Código Civil. La regla, como habíamos visto, es que la cosa debe existir
en el momento de realizarse el contrato, pero según este articulo las partes
pueden obligarse con una cosa futura. Tal seria el caso de la venta de un
inmueble que no aun no ha sido construido o la venta de una cosecha futura.
Lo que si es necesario es que ambas partes estén concientes que la cosa, en
el momento de la celebración del contrato, no existe. En caso que una de las
partes no este conciente de ello el contrato es nulo.
El objeto debe ser determinado: el objeto del contrato debe de ser algo
determinado por lo menos en cuanto a su especie. La cantidad de la cosa
puede ser incierta, con tal que esta pueda determinarse; así lo establece el Art.
1229 del Código Civil.
Se entiende que vender cualquier cosa es lo mismo que no vender nada, pues
la deuda puede ser saldada con la entrega lo que sea, por esta razón no hay
ninguna obligación si no se determina el objeto de la misma.
La cosa ajena: la venta de la cosa del otro, es nula. Esta puede resultar en
daños y perjuicios cuando el comprador ignora que fuese de otro Art. 1599
Código Civil. Cualquier contrato que tenga como objeto la venta de algo ajeno
es nulo, y tal como lo expresa el Art. 1599 si el comprador no esta consciente
ello este podría demandar en daños y perjuicios.
La Causa Lícita
“Los autores consideran que los términos causas del contrato y causa de la
obligación son diferentes. La causa de la obligación es la razón por la cual una
persona decide obligarse; es la razón misma de la obligación contraída.
Mientras que la causa del contrato son los móviles o motivos individuales que
han llevado a cada contratante a celebrar un contrato, o sea los fines
perseguidos”.
Por otro lado, la teoría de los anticausalistas que se basa en criticar la teoría de
la causa por considerarla como falsa e inútil. Se considera falsa porque
entiende que una de las obligaciones no podrá ser considerada como la causa
de la otra en los contratos sinalagmáticos porque la causa precede
naturalmente al efecto. Así mismo para los contratos unilaterales donde en
estos contratos la entrega de la cosa no es la causa de la obligación, sino que
es la esencia del contrato. También los contratos a título gratuito son
liberalidades, la causa es la intención liberal. Se considera inútil para los
contratos sinalagmáticos porque cuando falta la obligación se considera nula,
pero no por falta de ella sino por falta del objeto. Mientras que para los
contratos reales unilaterales, los anticausalistas dicen que si la cosa no se
entrega no es que falta la causa sino que falta un requisito para la formación
del contrato. Por último para los contratos a título gratuito se considera inútil
porque la falta de intención liberal es lo que impide la formación del contrato, no
la causa.
El Dr. Jorge A. Subero Isa explica que para que la causa sea válida el art. 1131
del Código Civil establece que debe ser lícita y no debe ser falsa. Las
siguientes situaciones son situaciones que anulan el contrato.
Ausencia de Causa: es difícil de imaginar que una obligación carezca de
causa sin embargo existen excepciones como son:
Falsa Causa: la causa aparte de que debe existir, no puede ser considerada
como falsa. “La causa se considera falsa cuando el deudor ha incurrido en un
error sobre la causa: ha creído en una causa que no existe”[21]. En caso de
que ocurra una falsa causa, el contrato se considera absolutamente nulo.
Causa Ilícita: el Art. 1133 del Código Civil dispone que la causa es ilícita
cuando está prohibida por la ley y cuando es contraria al orden público y las
buenas costumbres.
“La causa del contrato consiste en los móviles o motivos determinantes que
han llevado a una persona a celebrar el contrato”. Esos móviles o motivos
varían con los individuos: la causa de las obligaciones pueden ser la misma
para todos los vendedores, pero la causa del contrato es diferente para cada
vendedor. La jurisprudencia le garantiza mucha importancia a los móviles que
permiten la realización del contrato, si son inmorales o ilícitos se anula.
El que alega contrario es quien debe buscar la prueba de la causa del contrato.
Se pueden apelar todos los elementos de prueba, la inmoralidad o la ilicitud
debe ser asimilada al fraude del cual es libre la prueba según el art. 1353 del
Código Civil.
Larroumet Christian. Teoría General del Contrato. Vol. I. 1991. Editora Termis.
Colombia. P. 181.
JURISPRUDENCIA
Materia : Civil.
Recurrente : Francisco Sanchis Barres.
González.
República Dominicana En N
Vista la Ley No. 25 de 1991 modificada por la Ley No. 156 de 1997;
Considerando, por otra parte, que los medios de inadmisión con los cuales un
adversario puede hacer declarar al otro inadmisible en su demanda, sin
examen al fondo, si bien pueden ser propuestos en todo estado de causa, y el
juez puede promoverlos de oficio cuando resulte de la falta de interés o cuando
tenga un carácter de orden público, especialmente si deriva de la inobservancia
de los plazos en los cuales deben ser ejercidas las vías de recurso, no menos
cierto es que al establecer el artículo 45 de la Ley No. 834, de 1978, la
posibilidad para el juez de condenar a daños y perjuicios a los que se hayan
abstenido, con intención dilatoria, de invocarlos con anterioridad, el legislador
quiso referirse con la expresión "en todo estado de causa", utilizada en el
indicado texto legal, a los jueces del fondo, únicos con capacidad para imponer
una condena en daños y perjuicios; que como la Suprema Corte de Justicia, en
funciones de Corte de Casación, decide si la ley ha sido bien o mal aplicada en
los fallos en última o única instancia pronunciados por los tribunales del orden
judicial, sin conocer en ningún caso del fondo del asunto, es obvio que en este
rol no podría decidir sobre los medios de inadmisión que no fueron suscitados
ante los jueces del fondo, excepto si ellos son de orden público, pues la
casación no constituye un tercer grado de jurisdicción; que si es cierto que es
de principio que los medios de orden público son susceptibles de ser
propuestos primera vez en casación y aún promovidos de oficio, éstos no
podrían ser invocados más que si la corte que ha rendido la sentencia atacada
ha sido puesta en condiciones de conocer el hecho que le sirve de base al
agravio y de verificar su realidad, pues no sería ni jurídico ni justo reprochar al
juez del fondo haber violado una ley que nadie le había señalado ni indicado
como aplicable a la causa; que al invocar el recurrente por primera vez en
casación el medio de inadmisión consagrado en el artículo 12 de la Ley No. 18-
88, sin que la corte a-quo fuera puesta en condiciones de verificar el hecho que
fundamenta el agravio, el medio que se examina resulta irrecibible;
La presente sentencia ha sido dada y firmada por los señores Jueces que
figuran en su encabezamiento en la audiencia pública del día, mes y año en él
expresados, y fue firmada leída y publicada por mí, Secretaria General que
certifico.