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Mediante el estudio personal se asimilan los contenidos culturales de las distintas asignaturas para lograr la
fijación y retención de esos contenidos y expresarlos adecuadamente en el momento del examen. La memoria,
por tanto, ocupa un lugar importante para lograr el éxito escolar.
La memoria mecánica consiste en repetir literalmente el material que se ha de memorizar. Antiguamente se
estudiaba mecánicamente en nuestras escuelas la lista de los reyes godos o los ríos de España con su lugar de
nacimiento, sus afluentes y su desembocadura. La utilización exclusiva de la memoria mecánica, sin comprender el
contenido de lo que se estudia, puede dificultar y perjudicar el desarrollo de las facultades mentales. Hay que
evitar, por tanto, el memorizar de forma mecánica las lecciones.
La memoria se utilizará después de comprender perfectamente los contenidos mediante el análisis, clasificación,
comparación y síntesis. Estas funciones se realizan mediante la lectura, el subrayado y las distintas formas de
esquema.
Para mejorar el estudio es importante fortalecer la memoria visual y la auditiva. Un ejercicio para mejorar la
memoria visual puede ser el observar atentamente un escaparate, fijándose en los artículos, formas, colores,
precios y otros detalles. Después tratar de recordar todos los datos posibles del escaparate y comprobar para ver
cuántos faltan.
Para fortalecer la memoria auditiva se puede hacer este ejercicio: poner en marcha un aparato de radio y sintonizar
una emisora en la que los locutores estén hablando continuamente. Después de escuchar un poco, apagar la radio
y tratar de repetir literalmente lo que han dicho los locutores. Volver a encender la radio y escuchar atentamente
lo que dicen para repetir en voz alta todo lo escuchado, con la mayor fidelidad posible. Después repetir estos pasos
aumentando el tiempo de escucha.
Para mejorar la memorización es conveniente utilizar el máximo número de sentidos posibles. Por ello es
conveniente leer, escribir, dibujar, subrayar, hacer cuadros sinópticos, etc.
Otra forma de memorizar es el repaso o repetir para uno mismo las ideas principales y los datos sin utilizar,
necesariamente, las mismas palabras del texto. Este repaso se hace después de hacer el esquema de cada
lección. Es mejor dedicar tiempos cortos al repaso que periodos largos. Las experiencias de Ebbinghaus demuestran
que para aprender un texto el número de repeticiones se reduce a la mitad si se hace en tres sesiones distintas en
lugar de hacerlo en una sola sesión larga.
1.- El repetir literalmente los contenidos se hace mediante:
a) Leer toda la lección. b) Comprender perfectamente los contenidos. c) Tener una idea general del tema.
La lectura es la práctica más importante para el estudio. En las asignaturas de letras, la lectura ocupa el 90 % del
tiempo dedicado al estudio personal. Mediante la lectura se adquiere la mayor parte de los conocimientos y por
tanto influye mucho en la formación intelectual.
Mediante la lectura se reconocen las palabras, se capta el pensamiento del autor y se contrasta con el propio
pensamiento de forma crítica. De alguna forma se establece un diálogo con el autor. Laín Entralgo definió la
lectura como "silencioso coloquio del lector con el autor".
Se pueden distinguir tres clases de lecturas: una de distracción, poco profunda, en la que interesa el argumento
pero no el fijar los conocimientos; otra lectura es la informativa, con la que se pretende tener una visión general
del tema, e incluso de un libro entero; y por fin, la lectura de estudio o formativa, que es la más lenta y profunda y
pretende comprender un tema determinado.
Los dos factores de la lectura son la velocidad y la comprensión. La velocidad es el número de palabras que se
leen en un minuto y suele ser de 200 a 250 en un estudiante normal. La comprensión se puede medir mediante
una prueba objetiva aplicada inmediatamente después de hacer la lectura. Se suele medir de 0 a 10, y suele ser
de 6 a 7 en una lectura normal. Es necesario que se evite siempre la lectura mecánica, es decir, sin comprensión y
se ponga esfuerzo por leer todo lo deprisa que se pueda y asimilando el mayor número de conocimientos posibles.
Con esto se aumenta la concentración y mejora la velocidad de lectura sin bajar la comprensión.
Si se quiere conseguir una gran velocidad de lectura, doblando o triplicando la velocidad actual sin bajar la
comprensión, se debería hacer un curso de lectura rápida, que mediante un entrenamiento específico se puede
conseguir una gran velocidad, como la alcanzada por el presidente Kennedy que llegaba a las 1200 palabras por
minuto.
Antes de empezar a estudiar una lección es conveniente hacer una exploración, es decir, observarla por encima,
viendo de qué tratan las distintas preguntas, los dibujos, los esquemas, las fotografías, etc. De esta forma se tiene
una idea general del tema. El segundo paso sería hacerse preguntas de lo que se sabe en relación al tema y tratar
de responderlas. Así se enlazan los conocimientos anteriores con los nuevos.
1.- La lectura ocupa el 90 % del tiempo en:
El poder estudiar (tener inteligencia) es muy importante para conseguir el éxito en los estudios, pero no lo es
todo. Hay estudiantes que teniendo una inteligencia normal, a base de esforzarse y "machacar" terminan
sacando buenas notas.
El querer estudiar (tener motivaciones o voluntad) es tan importante o más que la inteligencia para alcanzar
buenas notas. La motivación, en el sentido de causa que mueve o impulsa a estudiar, ha sido estudiada en un
trabajo de investigación con alumnado del Ciclo Superior de E.G.B. de Zaragoza (Memoria de Licenciatura. Ramo
García, Arturo. Valencia, octubre de 1977). En este trabajo se distinguen las motivaciones internas y las externas.
Llamamos internas o personales a aquellas motivaciones que nacen del propio alumno, que quiere hacer algo por
sí mismo y tiene voluntariedad actual. Las motivaciones externas o ajenas son aquellas que no nacen del alumno
sino de otras personas (padres, hermanos, profesores, compañeros) y de circunstancias que le rodean.
Entre las motivaciones internas o personales distinguimos las que hacen referencia al interés profesional
(conseguir un buen trabajo y seguir estudiando), al interés personal (me gusta estudiar, por satisfacción personal)
y al interés escolar (saber más, sacar buenas notas, superarme).Estas motivaciones internas están muy relacionadas
con el alumnado que obtiene altos rendimientos.
Las motivaciones externas o ajenas suelen ser familiares (por satisfacer a los padres, porque me riñen o me
pegan), escolares (por no suspender en las evaluaciones, por saber contestar en clase) y sociales (por ir de
veraneo, por tener el sello de listo). Todas ellas están muy relacionadas con el alumnado de rendimiento bajo.
Podríamos afirmar que estas motivaciones externas no sólo no ayudan al estudiante sino que le perjudican en
sus rendimientos escolares. Dicho de otra forma, para que los rendimientos sean satisfactorios ha de ser el
alumno quien primordialmente quiera estudiar, con interés personal, profesional o escolar, que nacido dentro de
sí mismo le empuje al esfuerzo que ordinariamente exige el estudio.
Si esta motivación personal o interna no existe o incluso es negativa-con un rechazo claro hacia el estudio- los
esfuerzos que hagan los padres, los profesores y compañeros para ayudar al alumno, utilizando todos los medios
(propinas, castigos, riñas, recompensas afectivas, etc.), serán insuficientes. También serán insuficientes los otros
estímulos de la sociedad que empujan al alumno al estudio.
2) Es prudente:
a) El ser joven. b) El ser extremista c) El ser equilibrado entre los extremos
PLAN GENERAL
a) Captar más letras en cada mirada.b) Comprender mejor.c) Eliminar los defectos.
LEALTAD
9.- Si surge conflicto ante dos instituciones, hay que decidirse por:
a) La que tenga mayor número de componentes.b) La que tenga valores más importantes. c) La que sea más influyente.
a) Cambiar de amigos con frecuencia. b) Actuar con responsabilidad. c) Ser constante en el cumplimiento de los deberes.
AVALANCHA DE LECTURA
Muchos estudiantes y profesionales se sienten agobiados ante la constante crecida de material que
tienen que leer. Por ejemplo, los estudiantes de Bachillerato o Universidad tienen que hacer con mucha
frecuencia trabajos escritos de las distintas asignaturas. Necesitan consultar en multitud de libros,
artículos de revistas y publicaciones diversas. De todo ese material han de entresacar las ideas y
contenidos que sean aprovechables para la realización del trabajo. Para ello les ayuda mucho la
posibilidad de leer con rapidez.
Otro ejemplo puede ser el del director de una pequeña empresa que tiene que leer a diario toda la
correspondencia de entradas y salidas para informarse con rapidez y tomar las decisiones oportunas.
Se cuenta que Rockefeller nunca echó al cesto de los papeles un oferta sin haberla leído
previamente. Para esto se necesitan unos positivos hábitos de lectura. En España se publican más de
43.000 libros cada año. A éstos habría que añadir los ya existentes y los publicados en el extranjero,
para hacernos una idea del crecimiento constante de la bibliografía. También hay que tener en cuenta
los 100.000 artículos aparecidos en revistas especializadas, los periódicos, los millares de folletos de
propaganda, la correspondencia y la legislación que aparece diariamente. Aunque no haya que leerlo
todo, el volumen de material es tan grande que puede resultar agobiante para muchas personas.
Algunos profesionales que necesitan leer mucho cada día suelen hacerse su propio método de
lectura y logran rendimientos superiores a los demás. Pero la mayor parte de los lectores tienen una
destreza de lectura no demasiado satisfactoria. Aprendieron a leer en la escuela pero no se han
preocupado de adquirir hábitos positivos de lectura ni de desterrar los posibles defectos.
No todas las lecturas han de hacerse a la misma velocidad. No es lo mismo una obra científica o
filosófica que una novela, ni es lo mismo un libro de texto que una lectura de pasatiempo. Hay que
aplicar a cada lectura la técnica adecuada. Pero siempre es positivo tener la destreza de leer a gran
velocidad los materiales que lo permitan.
En los cursos de lectura rápida se suele duplicar la velocidad elevando ligeramente la comprensión.
Pero para conseguir esos resultados hace falta esfuerzo, sobre todo cuando hay que superar
impedimentos fisiológicos o dificultades psicológicas. El tiempo ganado con la lectura rápida puede
dedicarse a leer más o a reflexionar.
Arturo Ramo García
1. La lectura rápida puede ser útil para:
Cuando reinaba el califa Al-Mahdi, se presentó un hombre llamado Isaac Saíd ante el portero del palacio y le
dijo:
Y Saíd le respondió:
-Yo soy un hombre que ha tenido una visión relacionada con el emir de los creyentes y querría contársela.
-¿Vaya con éste! Si la gente no suele dar crédito a lo que ve, ¿cómo va a dárselo a lo que otros le cuentan?
Discurre otra treta mejor que ésta.
Está bien; pero te prevengo que si no pasas a anunciarle mi presencia al califa, me valdré de otro que me haga
llegar hasta él, y entonces le contaré que te rogué que me anunciases y te negaste.
-¡Oh, emir de los creyentes! A la puerta hay un hombre que pretende haber tenido una visión buena
relacionada contigo y desea contártela.
Pasó Saíd a la presencia del califa. Y dicen que era Saíd hombre de buena planta y buena cara, y tenía unas
barbas muy largas y una lengua muy suelta. Y, al verlo, le preguntó el califa:
-Vi a alguien que venía a mí en un sueño y me decía: "Anúnciale al emir de los creyentes que se sentará en el
trono por espacio de treinta años y, en señal de eso, verá la próxima noche en su sueño un rubí y luego treinta
rubíes más".
-¡Qué bello sueño! He de probar lo que dices en mi sueño esta noche, y si se confirma tu anuncio, te daré más de
lo que pudieras ambicionar; y si no fuera así, no te he de castigar, pues los sueños dicen una veces la verdad y
otras nos engañan.
Y le contestó Saíd:
-¡Oh, emir de los creyentes! Anticípame algo a cuenta de lo prometido. Mandó entonces el califa que le diesen
diez mil monedas y le pidió un fiador de que había de volver al día siguiente.
Miró Saíd a su alrededor y se fijó en un mozo que allí estaba, y dijo al califa:
Y el muchacho exclamó:
Fuese luego Saíd de allí con las diez mil monedas. Y sucedió que, llegada la noche de aquel día, tuvo el califa en
su sueño la visión que Saíd le había anunciado, todo al pie de la letra, como él le había indicado.
Al amanecer, Saíd se levantó y se dirigió a la puerta del califa, y pidió que le anunciasen su venida. Dio luego Al-
Mahdi orden de que lo introdujeran y, no bien posó en él su mirada, le dijo:
Y Saíd le replicó:
Y en el acto mandó que le diesen tres mil dinares y diez arcas de ropas de todas clases y tres caballerías de las
mejores que en sus cuadras había.
Cargó Saíd con todo aquello y se retiró muy contento. Y he aquí que, en la puerta, se tropezó con aquel
muchacho que le había servido de fiador.
Y el mozo le comentó:
Y Saíd le contestó:
-Sí -dijo Saíd-; pero esos son delirios que no tienen padre. Pues todo se debe a que al decirle yo al califa esas
palabras impresioné su espíritu y cautivé su corazón y ocupé su imaginación, y al echarse luego a dormir, seguía
preocupado con aquello que tenía en su corazón y en su sueño lo vio.
-Ya sabes el secreto; te lo he revelado en atención al favor que me hiciste saliendo mi fiador. Pero, por Alá, te
ruego que no lo dejes salir de tu pecho.
Y es el caso que, a partir de aquel día, pasó Saíd a ser comensal del califa, el cual se encariñó con él y lo
nombró juez y no le retiró su favor y atenciones mientras vivió. ¡Pero Alá es más sabio!
Anónimo.
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a) Al-Mahdi.
b) Isaac Saíd.
c) Rebi.
a) El hijo de Alá.
c) No se creía el sueño.
4.- Isaac Saíd tenía:
a) Treinta años.
b) Veinte años.
c) Diez años.
a) Veintiocho rubíes.
c) Tres caballerías.
a) Sí.
b) No.
c) A veces.
9.- ¿Por qué el emir tuvo el sueño anunciado?
a) Juez.
b) Intérprete de sueños.
c) Amigo oficial.
CUADRO SINÓPTICO
El esquema de llaves o cuadro sinóptico es un tipo de esquema en el que se da prioridad al aspecto gráfico. De un solo golpe de vista se
adquiere una visión gráfica del contenido de un tema, cuyas ideas han sido ordenadas y jerarquizadas.
Se suele poner el título principal en la parte izquierda y después, mediante llaves, se van englobando los contenidos de las ideas
principales, secundarias y distintas subdivisiones.
El esquema de llaves es el más conocido y muy apropiado para el estudio de las materias en las que abundan las clasificaciones y datos a
retener.
Los pasos a seguir para realizar un cuadro sinóptico serían éstos: en primer lugar leer toda la lección para adquirir un idea general del tema y
tener como una estructura en la que encajar posteriormente cada uno de los apartados de que consta la lección. En segundo lugar, subrayar
las ideas principales, secundarias y datos significativos, según las normas ya estudiadas. En esta fase se realiza una labor de análisis y de
separación de las ideas. En tercer lugar, se hace el cuadro sinóptico propiamente dicho siguiendo estas pautas: se puede poner el título en
vertical para ocupar menos espacio; después, reservar un espacio para los encabezamientos principales y secundarios; empezar en la parte de
la derecha a poner las ideas, reducidas a palabras clave con el fin de que ocupen poco espacio; cuando se hayan escrito todas las ideas o
palabras clave de la misma categoría se cierran con una llave a la izquierda y se le pone título a esa clasificación; se sigue con otras
clasificaciones y cuando se termine con un mismo apartado se cierra con llaves, y así se sigue todo el proceso hasta terminar el cuadro, de
derecha a izquierda, para evitar que se tenga que repetir por defecto de estructura gráfica. En la realización se ha seguido un proceso de
síntesis que facilita mucho la comprensión y la retención del tema estudiado.
El esquema de llaves o cuadro sinóptico es el más indicado para aquellos temas que tienen muchas clasificaciones y tiene la ventaja de ser el
más gráfico de todos, por lo que favorece el ejercicio de la memoria visual. El mayor inconveniente es que se concentra la escritura en la parte
de la derecha, teniendo que hacer la letra muy pequeña, por lo que el texto queda muy comprimido.
Instrucciones: Pulsa uno de los botones con las letras a, b y c. La letra acertada se pone de color rojo (con Internet Explorer).
a) A la presentación.
b) Al aspecto gráfico.
c) Al aspecto intelectual.
a) Ordenadas y jerarquizadas.
b) Clasificadas.
c) Esquematizadas.
a) De arriba a abajo.
b) De izquierda a derecha.
c) De derecha a izquierda.
a) Análisis.
b) Síntesis.
c) Mixto.
b) En la parte derecha.
c) En el centro.
LA SABIDURÍA DE SALOMÓN
Dos mujeres comparecieron ante el rey Salomón con dos bebés, uno muerto y otro vivo. Ambas mujeres afirmaban que el niño vivo les
pertenecía, y decían que el muerto pertenecía a la otra. Una de ellas declaró:
-Oh señor, ambas dormíamos con nuestros hijos en cama. Y esta mujer, en su sueño, se acostó sobre su hijo, y él murió. Luego puso su hijo
muerto junto al mío mientras yo dormía, y me quitó el mío. Por la mañana vi que no era mi hijo, pero ella alega que éste es mío, y que el niño
vivo es de ella. Ahora, oh rey, ordena a esta mujer que me devuelva mi hijo.
-Eso no es verdad. El niño muerto le pertenece, y el niño vivo es mío, pero ella trata de arrebatármelo.
-Empuña esta espada, corta al niño vivo en dos y dale una mitad a cada una.
-Oh mi señor, no mates a mi hijo. Que la otra mujer se lo lleve, pero déjalo vivir.
-Entregad el niño a la mujer que se opuso a que lo mataran, pues ella es la verdadera madre.
Y el pueblo se maravilló de la sabiduría de ese rey tan joven, y vio que Dios le había dado discernimiento.
La Biblia