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MATERIA
Negociación informática
(ABRIL 2018 - SEPTIEMBRE 2018)
ESTUDIANTE
Parraga García José Andrés
Piguave Bermello Angel Ariel
Piguave Bermello Jocelyne Jamilet
CURSO
8 “A”
ECUADOR-PORTOVIEJO
2018
Análisis técnico de competitividad
Pero ninguno de nosotros puede ser muy efectivo a través del tiempo si estamos violando
nuestros valores básicos. Es cierto que podemos violar los valores más superficiales
acerca de la cortesía, el lenguaje, el tono de voz o, incluso, la escucha. Pero lo que no
parece de recibo es la violación de nuestros valores esenciales sobre la dignidad, la
verdad, la vida humana, la igualdad, etcétera.
También es cierto que cierto tipo de personalidades (los tanteadores) suelen actuar bajo
el presupuesto de la violación de ciertos valores siempre que sea funcional a la
manipulación que pretenden del otro negociador. Y, por si esto fuera poco, es frecuente
que este comportamiento sea ganador a corto plazo. Pero, a largo plazo, este tipo de
conductas les quita poder y hace que sea considerablemente más difícil tratar con ellos
los temas reales de la situación de conflicto en la que nos encontramos.
Es muy común que, en la negociación, se esté más pendiente de lograr un espacio para
expresar y defender nuestras ideas que de conseguir que dicho espacio permita la
expresión y defensa de las opiniones de todos los involucrados.
Recordad que, cuando analizamos el tema de la planificación del conflicto, se insistió en
que toda pregunta requiere una revisión también desde el lugar de los demás implicados;
no se trata sólo de cómo me explicaré, sino de cómo me entenderá y cómo
lo entenderé.
Tratar el tema correcto
A menos que las partes acuerden una definición común del problema en cuestión, será
imposible avanzar hacia un proceso colaborativo de búsqueda de una solución. Y si el
problema es planteado en términos de satisfacción de los intereses de una de las partes,
pero no de todos, no habrá forma de encarar un proceso de negociación.
Cuando las personas que están en la disputa hablan del tema correcto y escuchan en la
negociación aquellos temas que les conciernen, hay mayores posibilidades de que el
proceso sea efectivo para el conflicto. Esto es así incluso si, en ese momento y en ese
proceso de negociación, no llegan a una solución del conflicto.
Algunos negociadores suelen confundir la exigencia de hablar del tema correcto con la
de hablar correctamente, esto es, de una manera educada; ser correcto es importante para
la negociación, pero ser correcto en el tema equivocado no sirve para avanzar hacia la
consecución de un acuerdo.
Tomar una visión a muy corto plazo del conflicto o de la interacción podría resultar un
fracaso al considerar las consecuencias reales de nuestra acción. Pero tomar una visión a
muy largo plazo podría llevarnos a sentir que nada de lo que hacemos genera una
diferencia real.
Todo proceso colaborativo, incluida la negociación, requiere una reflexión acerca de los
actores que deben implicarse en la búsqueda de la solución. Si un actor no se halla en la
mesa de negociación, el proceso negocial ha de llevar a la consecución de una solución,
si durante el proceso se han dejado fuera actores que son imprescindibles para la
implementación de ésta, dichos actores podrían no querer participar de la implementación
de una solución en cuya constitución no se les tuvo en cuenta.
Permitir el cambio
cuando las personas son optimistas sobre su propia habilidad para comprometerse en el
conflicto o sobre la posibilidad de que una experiencia conflictiva pueda generar, a largo
plazo, resultados positivos, será posible que puedan comprometerse de una manera más
efectiva, más fructífera y, al mismo tiempo, más respetuosa de las necesidades de los
demás.