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HERIDAS EMOCIONALES: CÓMO SE PRODUCEN Y CÓMO SANARLAS ¡EL PASADO

SIEMPRE VUELVE!

Las experiencias dolorosas que desarrollamos a lo largo de nuestra vida conforman nuestras heridas
emocionales. Estas heridas pueden ser múltiples y podemos llamarlas de muchas formas: traición,
humillación, desconfianza, abandono, injusticia… No obstante, debemos de hacernos conscientes
de nuestras heridas emocionales y evitar maquillarlas, pues cuanto más tiempo esperemos a sanarlas
más se agravará. Además, cuando estamos heridos, vivimos de forma constante situaciones que
tocan nuestro dolor y hacen que nos pongamos múltiples máscaras por el miedo a revivir nuestro
dolor.

La mayoría de las personas nos preocupamos cuando nos hacemos alguna herida o nos hacemos
daño con algo. Tenemos mucho conocimiento acerca de los síntomas físicos que sufrimos, pero…
¿Qué ocurre cuando tenemos heridas emocionales? ¿Cómo le ponemos una tirita a una herida
emocional y dejamos que se cure por sí sola?, ¿Qué son?, ¿cómo se producen en la infancia o en la
pareja?,¿cómo se detectan?, ¿Cómo sanarlas?

HERIDAS EMOCIONALES ¿QUÉ SON?

A lo largo de nuestra vida experimentamos diferentes y variadas situaciones. Como consecuencia de


algunas situaciones desagradables podemos sufrir experiencias dolorosas que nos cuesta más
trabajo resolver.

Al igual que las heridas físicas que dejan cicatrices en nuestro cuerpo, las heridas emocionales dejan
cicatrices que se pueden ver manifestadas en la actitud y la personalidad de la persona que las
padece. Esto ocurre sobre todo cuando dejamos pasar nuestros problemas emocionales pensando
que se resolverán por sí solos con el paso del tiempo.

Las heridas emocionales se producen cuando un determinado acontecimiento o situación cercano


nos genera una emoción intensa de dolor, rabia, tristeza, miedo, desesperación, pánico,… y no lo
resolvemos de manera adecuada. Las heridas emocionales tardan más tiempo en curarse que las
heridas físicas.

El sentir emociones negativas a lo largo del paso del tiempo entra dentro de la normalidad. El
problema comienza cuando no somos capaces de resolver la situación y el dolor que nos genera
queda fijado en nuestro interior, lo cual con el paso del tiempo acaba provocando una herida.

Creemos que el tiempo lo cura todo pero cuando hay heridas tan profundas como algunas heridas
emocionales, lo único que conseguimos es hacerlas más graves. Muchas veces creemos que con el
paso del tiempo seremos capaces de cerrar la herida pero no es así. Nos acostumbramos a vivir con
esa carga pensando que con el tiempo lo olvidaremos y no nos damos cuenta que cada vez somos
menos capaces de enfrentarnos a ello.

¿CÓMO SE DETECTAN LAS HERIDAS EMOCIONALES?

Las heridas emocionales tienen algunas similitudes con las heridas físicas. Cuando observamos
alguna cicatriz de nuestro cuerpo, nos viene el recuerdo de cómo nos la hicimos, con quien
estábamos, si nos dolió mucho, etc…

Con las heridas emocionales ocurre algo muy semejante, cada vez que “vemos la herida emocional”
hacemos un repaso de manera inconsciente al suceso, situación o persona que nos hizo daño. De
este modo cuando accedemos al recuerdo, activamos las heridas y las emociones que se encuentran
asociadas. Volvemos a sentir miedo, rabia, impotencia… e incluso se puede perder el control de las
propias emociones.

¿QUÉ SON LAS EMOCIONES?


Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que
viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por
la experiencia.

Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes
y siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano.
Pero las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales,
motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos. De todas formas, es difícil
saber a partir de la emoción cual será la conducta futura del individuo, aunque
nos puede ayudar a intuirla.

Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Es un estado
que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos violentas y más o menos
pasajeras.

Cuando vivimos experiencias dolorosas, las emociones toman el control de la situación, nos
impiden ser objetivos y racionales y hacen que nos sumamos en la más absoluta tristeza, rabia y
demás sentimientos negativos. Nos creemos incapaces de aceptar y afrontar la situación y cada vez
que la recordamos aparecen de nuevo los problemas en la autoestima y el resentimiento.

¿Habéis escuchado eso de que “el pasado siempre vuelve”? El pasado a veces vuelve en forma de
heridas emocionales cuando no conseguimos interiorizar eso que tanto daño nos provocó hace
tiempo. Las heridas emocionales del pasado vuelven atacando nuestra autoestima y personalidad en
forma de inseguridades y miedos haciendo que a veces nos comportemos de manera más agresiva
con los demás, perdamos el autocontrol en determinadas situaciones,…Somos el resultado de todo
lo que hemos vivido.

HERIDAS EMOCIONALES EN LA INFANCIA, ¿CÓMO SE PRODUCEN?

Durante los primeros años de vida o incluso durante las primeras experiencias es cuando se
producen las primeras heridas emocionales e incluso a veces, las heridas más profundas y que más
marcan el desarrollo y la personalidad de las personas. A veces se trata de creencias tan fuertes que
impiden el desarrollo y el avance en el momento presente afectando a nuestras emociones cuando
somos adultos.

Entre las heridas más frecuentes producidas en la infancia podemos encontrar las siguientes (entre
muchas otras):

- Miedo al abandono producido cuando alguna de las figuras de apego no responde como
protección frente a los miedos e inseguridades del niño. Esto genera heridas emocionales como
inseguridad y dependencia emocional en la vida adulta. Técnicas de modificación de conducta en
niños.
- Miedo al rechazo y a la traición ocasionado cuando los niños sienten que sus padres, amigos
o figuras más cercanas les rechazan por diversos motivos y/o cuando sienten que se les prometen
muchas cosas pero nunca se cumplen. Esto ocasiona que en la vida adulta esas personas se
autorechacen a sí mismas, no se valoren lo necesario e incluso prefieran estar solos y aislados del
resto.
- La violencia y humillación o lo que es más conocido actualmente como bullying ya sea en
entornos como escuelas o el hogar hacen que la persona que los sufre se convierta en un adulto con
una autoestima baja e incluso tienda a la depresión cargando en una mochila muy pesada todos los
recuerdos de las humillaciones que sufrió.

- Miedo a lo desconocido producido cuando los padres o figuras de referencia subestiman los
miedos del niño y les dicen que no sean cobardes por su miedo por ejemplo al agua, a quedarse
solos,… A todos nos ocasiona miedo lo desconocido y a los niños en pleno desarrollo más aún ya
que para ellos todo es nuevo. Si no se respeta y se actúa con paciencia, se pueden formar adultos
con muchas inseguridades y con miedo a los cambios.

Todas las experiencias influyen en nuestra personalidad y nos modifican por dentro. Cuando con el
paso de los años volvemos a revivir esa herida emocional que tanto daño nos ha causado, nuestro
niño interior vuelve a actuar como si estuviera en peligro y hace que actuemos de una manera que
quizás no es la más adecuada.

28 REGLAS DE ORO PARA SANAR LA HERIDAS EMOCIONALES.


1 Comprender qué sucedió y por qué, y aceptarlo como parte de nuestra historia.
2 Evalúa de qué manera te has apegado a la herida. Muchas veces queremos justificar nuestra
tristeza por algo que nos hirió y nos victimizamos de manera constante. Es recomendable abandonar
poco a poco esa costumbre.
3 Asume como experiencias podemos aprender de ellas.
4 Cuida de ti mismo. En la medida de lo posible, evita situaciones que puedan exponerte a algún
tipo de daño emocional.
5 Practica algún deporte o actividad que nos genera sensación de bienestar y despeja la mente, lo
que puede ayudar a disipar pensamientos negativos.
6 Analiza el problema. Conviene considerar racionalmente la situación que nos hizo daño, para
entenderla desde otra perspectiva y aceptar que teníamos que pasar por esa circunstancia difícil.
7 Piensa en positivo. Repetir frases motivadoras en voz alta puede ser de gran utilidad para
reprogramarnos en sentido positivo.
8 Escribe. Es una buena forma de desahogo que te ayudará a liberar la carga emocional negativa.
9 Acude a personas cercanas. Nada mejor que sentir el apoyo de quienes más uno aprecia para
superar dolores emocionales.
10 Evita reprimir lo que sientes. Si estás mal, comunícaselo a alguien de confianza. Guardar las
emociones negativas durante mucho tiempo puede traernos consecuencias desagradables.
11 Encuentra tiempo para sentir lo que quizás en otro momento no te permitiste. Algunas veces, la
ira puede esconder tristeza o miedo. Por ello, es saludable buscar un momento para identificar
cuáles son las verdaderas emociones asociadas a los episodios que has vivido.
12 Busca hacer algo que te agrade o practica algún pasatiempo artístico. La creación por medio del
arte nos ayuda a expresarnos y puede ser muy sanadora.
13 Escucha música relajante. Puede ayudar a destrabar tus nudos emocionales.
14 Date un respiro. Rompe con la rutina, organiza un viaje y cárgate de renovadoras energías.
15 Sale a caminar. Nos ayuda a reflexionar y ampliar nuestra visión de las cosas.
16 Mira la otra cara de la moneda. Tendemos a ver el pasado con un sesgo negativo, pero debemos
admitir que no todo fue como pensamos. Recordemos y valoremos los buenos momentos que
hemos disfrutado.
17 Valora a tu familia. Son quienes más te conocen y pueden brindarte un importante soporte
cuando te sientas mal.
18 Practica la aceptación. Admite los sucesos como vengan, no los etiquetes ni los juzgues.
Tómalos como algo que tenía que ocurrir para transmitirte una enseñanza y aumentar tu resiliencia.
19 Disfruta las pequeñas cosas. Cualquier actividad que te produzca bienestar es un gran aporte a tu
vida. Nada es poco importante cuando te da alegría, vive cada uno de esos momentos al máximo.
20 Mira el pasado de otra manera. No lo tomes como determinante. Hay hechos aislados en los que
pudiste verte afectado, pero no son la suma de todo en tu vida y más bien sirven para superarte.
21 Busca nuevas oportunidades. Cada día es una nueva oportunidad para hacer las cosas mejor que
ayer.
22 Brinda nuevas oportunidades. No guardes rencor a quien te lastimó, intenta comprenderlo y
entender sus motivos. Acepta que, como todo ser humano, se puede equivocar. Practicar el perdón
te beneficiará a ti más que a nadie.
23 Jamás te presiones, tómate tu tiempo. No hay un límite de tiempo para sanar una herida
emocional, camina con calma.
24 Procura evitar arrepentimientos futuros. Todos cometemos errores, pero trata de minimizarlos
para no experimentar sentimientos de culpa excesivos.
25 Confía en tus recursos. Todos tenemos un poder sanador en nuestro interior, confía en tu
capacidad de superar las dificultades.
26 Engríete. Date gustos, invierte tiempo en ti mismo, diviértete con amigos.
27 No pierdas la esperanza. Sin ella, las grandes ilusiones no tendrían la energía para hacerse
realidad y no podrías entender que todo puede superarse emocionalmente.
28 Vive el presente. Deja el pasado en su lugar y procura construir un día a día que valga la pena ser
vivido.

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