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INTRODUCCION

La infección del tracto urinario (ITU) es considerada generalmente como la


existencia de microorganismos patógenos en el tracto urinario con o sin
presencia de síntomas. El origen bacteriano de la ITU es el más frecuente (80%-
90%); en este caso, la definición exacta exige no solo la presencia de gérmenes
en las vías urinarias, sino también su cuantificación en al menos 10 unidades
formadoras de colonias (UFC)/mL de orina. Sin embargo, varios estudios han
establecido que un tercio o más de los pacientes, mayoritariamente mujeres
sintomáticas, tiene conteos de UFC por debajo de este nivel y presentan ITU. En
los hombres tienen menor probabilidad de contaminación- sintomáticos, se
considera como sugerente de infección una cifra de 10 3 UFC/mL. El diagnóstico
de bacteriuria significativa en pacientes cateterizados se hace con valores de 10
2 UFC/mL. Entre las infecciones más importantes del ser humano, la ITU
constituye un importante problema de salud que afecta a millones de personas
cada año. Es la segunda causa de infección más frecuente en los humanos, es
solo superada por las infecciones del tracto respiratorio.

Más de mitad de todas las mujeres tiene al menos una ITU durante su vida y su
presentación más común es durante el embarazo. La proporción de frecuencia
de UTI entre mujeres y hombres jóvenes es de 30:1; sin embargo, conforme el
hombre envejece, esta proporción tiende a igualarse. En el adulto mayor, la ITU
es la infección bacteriana más común y el origen más frecuente de bacteriemias.
INFECCIÓN DEL TRACTO URINARIO

CONCEPTO

CLASIFICACION DE LAS ITU

Las ITU son clasificadas de diversas formas: alta o baja, aguda o crónica, no
complicada o complicada, sintomática o asintomática, nueva o recurrente y
comunitaria o nosocomial.

ITU baja. Colonización bacteriana a nivel de uretra y vejiga que


normalmente se asocia a la presencia de síntomas y signos urinarios,
como urgencia, disuria, polaquiuria, turbidez y olor fétido de la orina.
Incluye a la cistitis y uretritis.
ITU alta. Presencia de signos y síntomas de ITU baja, asociada a
colonización bacteriana a nivel ureteral y del parénquima renal, con signos
y síntomas sistémicos como, escalofríos, fiebre, dolor lumbar, náuseas y
vómitos. En este grupo se encuentran las pielonefritis.

La distinción entre ITU baja y superior sigue siendo clásicamente aceptada. Sin
embargo, es solo de utilidad para el médico si determina que la infección está
limitada a las mucosas de la vejiga y la uretra o compromete órganos sólidos,
como riñones o próstata. Por este motivo, hablar de ITU complicada o no
complicada es de mayor utilidad clínica para el médico.

ITU no complicada. La que ocurre en pacientes que tienen un tracto


urinario normal, sin alteraciones funcionales o anatómicas, sin una
historia reciente de instrumentación (sondaje, uretrocistoscopia) y cuyos
síntomas están confinados a la uretra y vejiga. Estas infecciones son muy
frecuentes en mujeres jóvenes con una vida sexual activa.
ITU complicada. Ocurre debido a factores anatómicos, funcionales o
farmacológicos que predisponen al paciente a una infección persistente
o recurrente o a fracaso del tratamiento. Estos factores incluyen
condiciones a menudo encontradas en ancianos –ampliación de la
próstata, obstrucciones y otros problemas que requieren la colocación de
dispositivos urinarios– y a la presencia de bacterias resistentes a
antibióticos múltiples. Su espectro comprende desde una cistitis
complicada hasta una urosepsis con choque séptico.
ITU o bacteriuria asintomática. Muchos pacientes pueden tener una
bacteriuria significativa (≥ 10 5 UFC/mL de orina) sin presentar síntomas.
ITU recurrente. Más de tres episodios de ITU demostrados por cultivo
en un periodo de un año.
ITU nosocomial. Aparición de infección urinaria a partir de las 48 horas
de la hospitalización de un paciente sin evidencia de infección, asociada
a algún procedimiento invasivo, en especial, colocación de un catéter
urinario.

PATOGÉNESIS

 Desbalance entre los mecanismos de defensa del huésped y los


patógenos urinarios
 Ruta fecal-perineal-uretral
 Infección nosocomial (técnicas invasivas)
 Diseminación hematógena (infección sistémica o inmunodeficiencia)
 Fístula desde el intestino o la vagina

FACTORES DE RIESGO

 Neonatos/lactantes:
Sistema inmune inmaduro
Lactancia materna: IgA, lactoferrina, oligosacáridos anti-adhesión:
efecto protector del 1º- 7º mes vida

 No circuncidados
Niños 1º año vida con prepucio: concentración mayor de
uropatógenos que pueden ascender
Bacteriuria: 10-12 veces más en los 6 meses de vida

 Anomalías anatómicas
Identificarlas precozmente: reservorio para persistencia bacteriana e
ITUs recurrentes
No predisponen a la colonización pero sí al aclaramiento inadecuado
Patógenos multiresistentes, Pseudomonas, Enterococo

 Anomalías funcionales
Inestabilidad vesical

 Actividad sexual
Hombres y mujeres jóvenes. Diafragma con espermicida

COMPLICACIONES LARGO PLAZO

a) Nefropatía cicatricial:
 Menor crecimiento renal
 PNA recurrentes adulto
 Alteración función glomerular
 Distorsión del parénquima renal y de los vasos: HTA hiperreninémica

b) Fallo renal:
 Anomalías congénitas renales
 Uropatía obstructiva

TRATAMIENTO

El tratamiento de la ITU depende de si es complicada o no complicada y siempre


se debe tener en cuenta a los factores de riesgo. Es importante seleccionar en
forma empírica, hasta que se cuente con el resultado del urocultivo y
antibiograma, un antibiótico con alta eficacia sobre el agente sospechado, muy
buena distribución corporal, alta concentración en las vías urinarias y con
toxicidad baja. Los objetivos del tratamiento deben ser la obtención de una
respuesta rápida y efectiva, prevención de la recurrencia y evitar la aparición de
resistencia a los antibióticos.

La elección de un antibiótico, en diversa infecciones, depende de los niveles de


concentración plasmática que alcanza el antibiótico para lograr una
susceptibilidad antimicrobiana alta. Pero, en el caso de la ITU, lo importante es
la concentración del antibiótico en el parénquima renal, en la capa más profunda
de la pared de la vejiga y de la próstata. Por tanto, la excreción- concentración
urinaria y la determinación de la actividad del antibiótico en la orina son
importantes para la decisión de si su uso se justifica o no en el tratamiento de la
ITU.

Cuando se elige un beta-lactámico, el éxito terapéutico depende del tiempo en


que la concentración del antimicrobiano permanece por encima de la
concentración inhibitoria mínima(CIM); por tanto, cuanto mayor es el tiempo que
la concentración del antibiótico está por encima del CIM, mejor será el resultado
terapéutico. Entonces, muchas veces el fracaso terapéutico con un beta-
lactámico se debe a que ha sido administrado mal: se prescribe a intervalos muy
largos o a concentraciones muy bajas. En el caso de los antimicrobianos con
actividad dependiente de los picos de concentación máxima sobre la CIM, como
los aminoglicósidos y las quinolonas, el resultado adecuado de la terapia se basa
en dosis que garanticen picos máximos de concentración antibiótica en relación
al CIM con relativa independencia al tiempo de concentración mantenido bajo la
curva.

En la ITU no complicada, se ha usado de rutina trimetoprim-sulfametoxazol, pero


estudios recientes demuestran que su susceptibilidad es baja. Por tanto, se
prefiere usar macrodantina, cefalosporinas de primera y segunda generaciones,
amoxicilina/ácido clavulánico y, a veces, quinolonas.

La bacteriuria asintomática debe ser tratada con antibióticos en los pacientes


sometidos a cirugía o manipulación urológica y trasplante renal; con neutropenia
o inmunodepresión; con anomalías urológicas no corregibles y episodios de
infección urinaria sintomática; o con bacteriuria persistente después de
intervención urológica o después de retirar la sonda urinaria. Eventualmente, el
tratamiento también puede estar indicado en las infecciones por Proteus spp
(riesgo de formación de cálculos de estruvita) y en los pacientes diabéticos. Las
mujeres embarazadas podrían beneficiarse de un tratamiento adecuado,
tomando en cuenta que entre el 2% y 10% de los embarazos se complican por
la presencia de ITU y un 25 a 30% de estas mujeres desarrollan pielonefritis
durante el mismo.
BIBLIOGRAFIA

 Barrasa Villar JI. 1997. Infección urinaria según el sexo. Med Clin (Bar)

 Pallarés J, López A, Cano A, Fábrega, Mendive J. 1998. La infección


urinaria.

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