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Estudios sobre Sociologia y Psicologia Social GINO GERMANI Ed. Paidés, 2.° edicién. Buenos Aires, 220 pags. En el libro del socidlogo latinoamericano Gino Germani Estudios sobre Sociologia y Psicologia Social encontramos, de una parte, a un gran y pro- fundo conocedor de los problemas que actualmente tiene planteados la So- ciologta y psicologia social; de otra, a un eminente expositor de dichos plan- teamientos, una pluma 4gil y comprensible, sintética y critica. La obra se podria dividir tal como hace el autor en dos partes que guardan gran relaci6n entre si: L Problemas de teorfa e historia de Jas doctrinas. I1.—Contribuciones al analisis de la crisis contemporanea. Tanto la primera como la segunda parte son una recopilacién de articulos ampliados y corregidos més tarde; prefacios a obras de destacadas persona- lidades en el quehacer de las Ciencias del hombre: «el surgimiento del sf mismo» (cap. TV) que constituye el prélogo al libro de G. H. Mead Espiritu, sociedad y persona. También prologa libros de Malinowski, Erich Fromm, Harol Laski, etc., que ahora retine en esta obra juntamente con otras con- ferencias y trabajos publicados en diversas revistas internacionales. Una lectura rapida de la obra nos da un reflejo de la riqueza tematica que posee ¢ incluso excita nuestro interés para introducimos més de Ileno en una segunda y pensada visién de} libro, que ciertamente lo merece, En un intento por definir la Psicologia Social cree que esto es proble- matico y en todo caso impreciso, ya que tal definicién implicaria un acaba- miento de la psicologia social como ciencia, implica también un anélisis cabal de sus principios y una investigacién total de sus objetivos, lo cual contra- dice la esencia misma del conocimiento cientifico, pues el cardcter de éste es permanecer abierto a un desarrollo siempre renovado. Podemos decir que la Psicologia Social se ocupa de la formaci6n y transformacion del cardcter social y de su correlacién con las caracteristicas objetivas o estructurales de cada grupo. La adaptacién de Ia personalidad social a las caracteristicas es- tructurales es de «caracter dindmico» y no simplemente «mecénicon. La tarea de la Psicologia Social es, determinar ¢l sentido de la adaptacién social y de las leyes que lo rigen*, pues al estudiar las reacciones psicolé- gicas de los grupos sociales, habré que ver las estructuras del cardcter de los miembros que los integran, es decir, de los caracteres individuales. Nos inte- resar& aquella parte de la estructura del caracter que es comin a la mayoria de ellos. Erich Fromm denominé a esta parte «cardcter social», menos es- pecifico que el cardcter individual. El cardcter social internaliza las necesi- dades externas, enfocando de este modo las energias humanas hacia las tareas Tequeridas por un sistema econémico y social. Podemos hablar de una Psicologia Social individual y de una Psicologia Social de los grupos, entendiendo por grupo social a todo conjunto de indi- viduos que posean algunas formas de pensar y de obrar comun y, que ademas posea la nocién o el pensamiento de esa comunidad de actitudes, valores, es- tados psiquicos o formas de obrar. Dentro de las sociedades modernas, alta- mente diferenciadas, el numero de tales grupos es enorme; surge ahi el fenémeno del «entrecruzamiento de las Ciencias Sociales» segin la expre- sién de Simmel. La polémica surgida a raiz de dar més relevancia a lo psi- colégico y minimizar lo sociolégico (psicologismo y sociologismo) a la hora de explicar los cambios sociales, es tratado-por el autor de un modo correcto, ya que los dos factores son importantes y ninguno de ellos excluyente. Otro campo de las polémicas que ha tenido gran trascendencia en el cam- po de la psicologia social y que tanto interesa a la ciencia de la educacién es la relacién entre herencia y ambiente, es decir, entre lo biolégico y lo socio- cultural, para explicar de forma correcta el psiquismo y el comportamiento humano 2. La solucién a esta polémica actualmente se hace problemitica, ya que no se dispone de instrumentos que precisen de forma objetiva las influen- cias de uno y otro factor, aunque es evidente que han de ir intimamente ligados. Estudia la teoria de los instintos cuya formulacién cientifica mas reciente (en psicologia social) se debe a Mac Dougall *, quien se fundamenta, sobre todo, en un zoomorfismo —extensién del comportamiento animal al huma- no—. Critica esta teoria apoyandose en las investigaciones psicolégicas actua- les del behaviorismo, tanto en Ja linea de Pavlov como en la corriente norte- americana, cuyo representante principal es Watson, pues, en general, Ia psi- cologia actual considera que el comportamiento humano, tal como se da en su concrecién, es «adquirido» y no puede ser explicado directamente por mecanismos biolégicos. Hace referencia también a las teorias de Westermarck y Brifault acerca de la importancia que pudiera tener el factor cultural para ia transformacién de ciertos supuestos de orden biolégico o instintivo. Esta relacién entre fac- tores biolégicos y culturales en los rasgos y en los tipos de la personalidad ha sido estudiada también por M. Mead, R. Benedict, A. Kardiner..., etc. Al estudiar el pasado 0 los origenes de la Psicologia Social, hace un largo recorrido en breve espacio, desde los griegos pasando por el Renacimiento, con Maquiavelo o Spinoza, hasta Hegar al siglo x1x, momento en el que se da como ciencia auténoma; aqui hace referencia a nombres tan relevantes como Comte, Spencer, Wundt, Le Bon... hasta llegar a nuestro siglo, que se 2 Enica Frome: EI miedo a la libertad, Paidés, Buenos Aires, 1964. EyseNck: teligencia y educacién, Ed. Aura, Barcelona, 1973. 1 Me Dovontts 'W.: Introduccién a la Psicologia, Buenos Aires, 1964. inaugura con la polémica entre Durkheim y Tarde acerca de si lo que tiene relevancia es la sociedad o el individuo, pues para ambos el hombre es doble: como animal revela la vida fisiolégica, y como espiritu refleja la sociedad y la civilizacion que lo circunda. Tarde piensa que la imitacién es la clave del misterio social y con él estan de acuerdo tanto psicdlogos como socidlogos: Mc Dougall, Balwin, ya que utilizan la imitaci6n como concepto omnipotente; consideran que es un im- pulso fundamental en el ser humano. Sin embargo, podiamos objetarle que bajo el concepto de imitacién se hace entrar una gama de conductas, de po- sibles mecanismos que aunque quedan englobados en el concepto de imita- cién, aluden, a fenémenos que requeririan explicaciones mas especificas. Por otra parte, el concepto de imitacién més bien que explicar estas conductas lo que hace es etiquetarlas, darles un nombre. La postura de Durkheim es realista, Piensa que Ja sociedad tiene una realidad independiente del individuo. La sociedad es anterior al individuo y cuando éste nace es ella la que le conforma y configura. Aqui podiamos objetar a Durkh que si bien la sociedad es anterior al individuo, es obvio ‘también que tales individuos componen la sociedad y que sin ellos perderia toda existencia real. Esta dicotomia sera susceptible de superacién en el «inter- accionismo» que trata de valorar uno y otro factor en intima relacién. Estudia asimismo las teorias sobre la motivacién y la personalidad, ele- mentos importantes en la configuracién del ser humano a nivel individual y colectivo. Concede bastante importancia a la teoria de George Herbert Mead ‘4, figura representativa en el pensamiento filosdfico y sociolégico nor- teamericano. Este observa el «surgimiento del si-mismo» desde un aspecto conductista, piensa que existe una interaccién entre el yo y la totalidad, que se traslada al interior del individuo y su esencia como ser humano consiste en tal capacidad de interaccién consigo mismo. Al intentar relacionar Jos factores cultura y personalidad ha de referirse, entre otros, a Malinowski*, Margaret Mead *, quienes a través de sus estu- dios sobre sociedades primitivas actuales han observado que la personalidad es condicionada por configuraciones socioculturales que se darin a niveles de sociedades y a niveles de «statusy dentro de cada sociedad; aunque por otra parte creen que existen unas constantes de personalidad entre las diversas culturas. Podemos decir que la personalidad es una secuela de la cultura, si bien en interaccién con elementos bioldgicos. El concepto de actitud constituye, sin duda, una de las nociones mas caracteristicas y mas importantes de la psicologia social, el desarrollo de: este concepto se debiéd a los estudiosos norteamericanos y por ello mantuvo un caracter sicologista. Mas tarde se pondria en contacto con la antropologia cul- tural, empleandose en la investigacion sociolégica, lo que le hizo adquirir nuevas connotaciones. Al Iegar a Europa, Tarde, representante de la escuela psicolégica, crefa que las fuerzas sociales podfan reducirse a dos: creencias y deseos, y si a ésta se agrega la sensacién, tenemos todos los elementos de + Gporor Hersert MEAD: Espiritu, Sociedad y Persona, Paidés, Buenos Aires, 1954, * Mauinowsi: Estudios de Psicologia primitive, Paidés, Buenos Aires, 1963. © Marcaner Meap: Adolescencia y cultura en Samoa, Paidés, Buenos Aires, 1961. la psique individual. Otros autores como Ward creen que el problema central reside en la explicacién de los factores deseo ¢ inteligencia; Samall piensa que son los intereses aquellos que nos expliquen comportamientos humanos o aque- Mos que Jes sirven de motor al individuo en su actuar. A estos conceptos se agregaron después los instintos, propugnada por Mac Dougall, este mismo concepto de actitud en funcién de los valores sociales se define como un pro- ceso de la conciencia individual que determina una actividad real o posible por parte del individuo en el mundo social. En el campo de la sociologia la actitud es, segin Wiese, uno de los fac- tores basicos para explicar cualquier proceso social. Los fenémenos de actitud, «status», distancia y espacio social son todos sus- ceptibles de medicién, quedando tnicamente por resolver los problemas téc- nicos correspondientes. Todo proceso social acontece en una situacién 0 es- pacio determinado. El «status» es la posicién relativa de los grupos dentro de la posici6n dada y no habré «status», por tanto, si no es con relacién a una situacion. Actualmente, tanto Newcomb, Sherif, Cantril, convergen, al definir la actitud como un estado m4s o menos duradero de preparacién. Destacan ademés el caracter de relativa permanencia que debe poseer la actitud, que, @ su vez, supone una relacién de sujeto a objeto, siendo este ultimo siempre un objeto sociocultural: material o inmaterial, personal o complejo de todos ellos. La actitud es, pues, segtin dichos autores, adquirida, y tal adquisicién implica siempre un contacto con sus objetos en una situacion perceptiva. Per Ultimo, sefialan también el caracter afectivo, inseparable de la actitud, aunque su intensidad puede variar ampliamente en cada caso. Quizé sea interesante aclarar los conceptos creencia y actividad, pues toda actividad supone un elemento cognoscitivo, la creencia; en realidad la actitud es una creencia adicionada de carga afectiva y volitiva, mientras la creencia es emocionalmente neutra. Gino Germani cierra el capitulo referido a la actitud con un buen estudio acerca de la «opinién publica», expresi6n que se remonta a fines del siglo xvi1t referida a las actitudes politicas. Segin él la opinién se podria definir como la expresién verbal o de otra indole de actitudes sobre el mismo valor social. No obstante, si nos preguntamos acerca de cual debe considerarse que es la opinién publica en una sociedad donde hay diversas opiniones para los mis- mos valores... tal concepto de actitud se nos queda en un plano abstracto © subjetivo, de ahi que cualquier respuesta a tal pregunta no podra ser ob- jetiva ni cientifica. El autor, doctor Germani, dedica un capitulo en donde hace ver la valio- sa aportacién del psicoanilisis a las ciencias del hombre, desde la antropolo- gia hasta la historia, pasando por la economia, tal contribucién puede resu- mirse en esta pequefia proposicion: «el estado actual de las ciencias humanas no podria ser comprendido sin tener en cuenta los aportes psicoanaliticos, es decir, que la problematica, los contenidos y la metodologia de las diferentes ciencias han sido profundamente influidos por el psicoanilisis». Por otra parte, el psicoandlisis, 0 sea, el conjunto de las teorias psico- analiticas de las diferentes tendencias se han visto influidas también por las ciencias sociales. Una simbiosis entre las influencias de una y otra es lo que tratan de realizar los psicoanalistas Fromm, Horney, Sullivan y otros. 170 Se estudian a continuacién las teorias del funcionalismo en Bronislaw, Ma- Jinowski y la revisién del psicoanflisis a partir de tales teorias, en donde se destaca el aporte de la sociologia en cuanto a los enfoques macroseépicos y microseépicos. Concluye la primera parte del libro con un estudio sobre la sociologia del consumo, centrandose primero en la teoria del valor y sobre él habla Durkheim diciendo que no depende. s6lo de sus propiedades objeti- vas, sino también de la opinion que se tiene acerca de ellas. Al sostener que los hechos econémicos son los hechos sociales, al procla- mar la necesaria dimensi6n sociolégica de la teoria del valor, extraeria ejem- plos de hechos pertenecientes a la sociologia y a la psicologia social del con- sumo. Pero sera a partir de Bastiat y J. B. Say cuando el punto del consumo tomara un verdadero auge. La ley que regula la interrelacién del salario-consumo, segin Keyner, es que «los hombres estan dispuestos como norma y en promedio a aumentar sus consumos frente a un incremento de sus ingresos, pero en medida inferior ‘al aumento mismo». Estudia de pasada y con la ayuda de M. Halbwachs, Weblen, Engel y otros las formas de consumo en la sociedad primitiva tanto en la clase obrera como en Ia clase ociosa desde diversos aspectos. Acaba con una somera referencia a la «tradicion», «moda», «propaganda», como factores sociales de consumo. En esta obra se analiza el concepto de anomia y desintegracién social, tomando como punto de apoyo las teorias de Durkheim y Halbwachs. La vida social existe en tanto siga teniendo vigencia cierto sistema de re- glas, valores o «representaciones colectivas» y se desenvuelva dentro de un sistema de esquemas sociales que constituyan los puntos de referencia nece- sarios para su orientacién. Cuando ese sistema se debilita, los hombres pier- den la posibilidad de orientarse, se desmoralizan y caen con frecuencia en di- versas formas de conducta divergente: tal es el estado de anomia. Esta inter- pretacién esté tomada de las observaciones de Parsons. Segin Durkheim, la anomia esta relacionada, sobre todo en la esfera econémica, con el aumento de los suicidios, que es un sintoma certero del estado de conciencia colectiva. Halbwachs coincide en gran parte con Durkheim, aunque discrepa en las relaciones parciales que establecen entre el grado de integracion de la sociedad doméstica, religiosa y politica y la intensidad de grados, afirmando que las mismas no pueden ser establecidas por separado, sino en una corresponden- cia total. A lo que éstos denominan anomia, Thomas y Znaniecki lo deno- minan desintegracion social y se produce por la disminucién de 1a influencia sobre los miembros del grupo de las existentes reglas sociales de conducta. Gino Germani, teniendo como punto de partida a los autores citados y a Mannheim, describe someramente a continuacién los aspectos econdmicos de la crisis contemporénea y el desajuste como efecto de este cambio rapido producido en la sociedad industrial, realizando para ello un estudio diacrénico de las estructuras sociales y psicolégicas desde la Edad Media, pasando por el Renacimiento hasta nuestros dias. ‘Analiza posteriormente el surgimiento y crisis de la nocién de opinion publica segtin las teorias aportadas por el iluminismo, marxismo, sociologia del conocimiento y por las posiciones irracionalistas aportadas por Pareto y Freud. 1 Al tema de la libertad le dedica Germani dos capitulos, prologos de los libros de Harold Laski’? y de Erich Fromm *. Laski piensa que existe una rela- cién entre libertad y planificacién donde se realice de forma viable la per- sonalidad del individuo en el estado moderno. Fromm no solamente hace un cuidadoso andlisis de la crisis de nuestro tiempo y un esfuerzo para desen- trafiar, en el origen mismo de la sociedad moderna, sus profundas y lejanas rafces, sino que contribuye también a la teoria sociolégica, y como ejemplo logrado de aplicacién fecunda del psicoanalisis a los fenémenos hist6ricos. A continuaci6n se detiene en el problema de la vida moral en su relacién con la sociologia. Piensa que hay una enorme variedad de sistemas morales, también es posible establecer correlaciones entre ¢l sistema moral de una sociedad y las otras partes de su estructura y, como consecuencia, habria que acudir a la actitud de relativismo cultural que asume la ciencia. Tal relativismo metodolégico de la ciencia no puede emplearse para fundamentar el relativismo ético. Por otra parte, el cardcter histérico y socialmente con: cionado del sistema moral no puede asumirse como fundamento del relativis- mo ético. Por ultimo, aunque quizé sea posible una ética puramente radical, no se cuenta por ahora con el aporte de resultados cientificos para su fun- damentacién. La Ciencia del hombre en general no nos responde directamente a la pregunta acerca de «cémo comportarnos», pero si coloca la pregunta misma en su contexto histérico y social y de este modo ilumina su significado. La sociologia nos ha indicado que es posible avanzar sucesivamente grados mas elevados de autodeterminacién, que ésta se halla condicionada por el tipo de estructura social. La psicologia nos ha sefialado um método a través del cual el individuo puede «librarse» progresivamente de trabas no conscientes y colocarse por encima de sus propias circunstancias sociales e individuales. No podemos afirmar, segtin los resultados de la sociologia 0 de la antro- pologia que un sistema moral es mejor que otro, pero si conocemos algo acerca de las condiciones mas favorables para que el hombre pueda decidir basado en Ja raz6n y con cierta libertad sobre estas circunstancias. Gino Germani acaba su obra planteandose el problema de la familia, tras- cendente y grave por la situacién tan precaria en que se encuentra dicha institucién. Aunque tan s6lo analiza el problema de modo rapido, podemos dar algunas caracterizaciones que constituyen la gran importancia que dicha institucién tiene en nuestra sociedad. La familia es el Gnico mecanismo adecuado para transformar al ser bio- légico recién nacido en ser humano. La impersonalidad y caracter anénimo de la sociedad industrial hacen que la familia se refuerce para consolidar la personalidad adulta. La familia es Ta base para una sana salud psicol6gica y para conseguir un equilibrio en los individuos. Por todo ello, parece ser que no existe tal crisis, sino mas bien un periodo de transicién relacionado con el cambio estructural de nuestra sociedad, implicado por el progreso de las técnicas y de los medios de pro- ducci6n. 1 Harotp Laski: La libertad en el estado moderno, Buenos Aires, abril 1945. * Ericu Fromm: Op. cit., pig. 2. m2

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