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La siguanaba

Un hombre después de trasnochar caminando cerca de un fuente, veía el cielo las


estrellas centellantes; ni siquiera había amanecido cuando vio bañándose en el
agua fría de la fuente una mujer con un hermoso vestido blanco, de hermosa figura,
cabello largo y negro.
El hombre le preguntó:
Que haces a esta hora bañándote, quieres que te ayude?
La hermosa mujer dejó de bañarse, y sin mostrarle el rostro le hizo una señal.
Me está llamando dijo el borrachín.
La mujer caminó hacia el cementerio y el hombre la siguió impaciente e
incansablemente, cada vez que se le acercaba, la mujer se desplazaba lejos de el.
Entonces el hombre por fin la alcanzó y pudo contemplar su rostro endemoniado,
parecía un caballo, ésta se abalanzó sobre el y trató de llevárselo gimiendo un grito
escalofriante, enterrándole las uñas para sepultarlo en los barrancos cercanos.
Desesperadamente el hombre recogió una medallita que tenía colgada en el cuello,
y empezó a orar ya que no podía escapar de la mujer.
Cuando la mujer vio la medalla lo soltó y se lanzó al barranco.
El hombre sobrevivió al ataque y llegó a su casa con sus brazos y espalda
desgarrados. Su familia trató de curarlo pero el hombre contó la historia y murió a
los pocos días debido a sus heridas que nunca sanaron.
Nace la Siguanaba
Originalmente llamada Sihuehuet (mujer hermosa), tenía
un romance con el hijo del dios Tloloc, del cual resultó
embarazada. Ella fue una mala madre, dejaba solo a su
hijo para satisfacer a su amante. Cuando Tlaloc descubrió
lo que estaba ocurriendo maldijo a Sihuehuet llamándola
Sihuanaba (mujer horrible). Ella sería hermosa a primera
vista, pero cuando los hombres se le acercaran, daría
vuelta y se convertiría en un ser horrible.
El dios la condenó a vagar por el campo, apareciéndose
a los hombres que viajan solos por la noche. Dicen que
es vista por la noche en los ríos de El Salvador, lavando
ropa y siempre busca a su hijo el Cipitío, al cual le fue
concedida la juventud eterna por el dios Tlaloc, como
sufrimiento para ella.
Según lo que cuenta la leyenda, todos los trasnochadores están propensos a
encontrarla. Sin embargo, persigue con más insistencia a los hombres enamorados,
a los Don Juanes que hacen alarde de sus conquistas amorosas. A estos, la
Siguanaba se les aparece en cualquier tanque de agua en altas horas de la noche,
o a orillas de ríos según otras versiones. La ven bañándose con Guacal de oro y
peinando su hermoso cabello negro con un peine del mismo metal, su bello cuerpo
se trasluce a través del camisón.
Dicen las tradiciones que el hombre que la mira se vuelve loco por ella. Entonces,
la Siguanaba lo llama, y se lo va llevando hasta un barranco. Enseña la cara cuando
ya se lo ha ganando, su rostro se vuelve como de muerta, sus ojos se salen de sus
cuencas y se tornan rojos como si sangraran,su antes tersa y delicada piel se torna
arrugada y verduzca, sus uñas crecen y suelta una estridente risa que paraliza de
terror al que la escucha. Para no perder su alma, el hombre debe morder una cruz
o una medallita y encomendarse a Dios. Otra forma de librarse del influjo de la
Siguanaba, consiste en hacer un esfuerzo supremo y acercarse a ella lo más
posible, tirarse al suelo cara al cielo, estirar la mano hasta tocarle el pelo, y luego
halárselo. Así la Siguanaba se asusta y se tira al barranco. Otras versiones dicen
que debe agarrarse de una mata de escobilla, y así, cuando ella tira de uno, al
agarrase la víctima de la escobilla, ella siente que le halan el pelo. Esta última
práctica es más efectiva, ya que es el antídoto propio que contrarresta el poder
maléfico de esta mujer mágica. Un método funcional al observar a una mujer en el
río sin saber si es la Siguanaba, consiste en gritar tres veces seguidas: "No te vas
a ir María pata de gallina"; si es la Siguanaba se asustará y se lanzará al barranco,
si no era ella te dirán que sos un loco; pero se te pasara el susto.
La Llorona
Cuentan los abuelos y abuelas que había una señora que se llamaba María de los
Remedios las tardes le parecían hermosas, fue entonces cuando salió saludaba era
muy amable y hermosa pero en eso se encontró a un fontanero un año mayor que
ella, se había enamorado pero lo malo de la historia de amor era que ella ya estaba
casada por lo civil y religioso.

A la mañana siguiente se le descompuso la tubería y ella preocupada manda a


llamar a un fontanero, horas después llego a ella al abrir las puertas era su amor
eterno Juan de la Cruz , así se llamaba el fontanero, en la tarde ella se asomaba a
la ventana a mirarlo hasta que el no aguanto más, se levantó y la beso y así se
dejaron llevar por la magia del sortilegio.

Todas las noches la iba a ver y salía a las 6:30 de la madrugada. Un día ella
desconsolada y enferma llamo a Juan para qué buscara a un medico pero el solo
llevo a una comadrona, la cual le confirmo que iba a tener un bebe, meses después
ya había dado a luz y para la mala suerte su esposo llegaba. Sin pensarlo 2 veces
se vistió de negro agarró a su hijo y lo ahogo, Dios la castigo y cada noche sale a
gritar.

Una noche en el campo Juan iba a su casa cuando vio una mujer de blanco se
asusto se tiro a la grama la mujer decía:

¡¡¡¡¡Juan de la Cruz donde estas hijo mío! Juan llorando grito porque lo hiciste!!!!!

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