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Oficio de Laudes
COLIMA,COL.
1
LUNES SANTO
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
INVITATORIO
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió,
venid, adorémosle.
Salmo 94
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
2
que no entrarán en mi descanso."»
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió,
venid, adorémosle.
HIMNO
Dieron muerte al Heredero,
su oblación es haz de luz,
reina Dios desde el madero,
fulge el signo de la cruz.
SALMODIA
Salmo 41
Como busca la cierva
3
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;
De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.
4
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
Ant. 2. Ahora viene el juicio de este mundo; ahora el señor de este mundo
va a ser arrojado fuera.
5
de Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.
Ant. Ahora viene el juicio de este mundo; ahora el señor de este mundo va
a ser arrojado fuera.
Salmo 18
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo murmura.
6
Ant. Jesús, caudillo y consumador de la fe, sufrió con toda constancia la
cruz, pasando por encima de su ignominia; y está sentado a la diestra del
trono de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Padre justo, si es verdad que el mundo no te ha conocido, yo sí te he
conocido y sé que tú me has enviado.
Cántico de Zacarías
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
7
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
PRECES
Acudamos a Cristo, nuestro Salvador, que nos redimió con su muerte y
resurrección, y digámosle:
Tú que, elevado en la cruz, quisiste ser atravesado por la lanza del soldado,
- sana nuestras heridas.
8
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Como Cristo nos enseñó, pidamos al Padre que perdone nuestros pecados,
diciendo: Padre nuestro…
ORACIÓN
Dios todopoderoso, mira la tranquilidad de nuestra naturaleza y, con la
fuerza de la pasión de tu Hijo, levanta nuestra esperanza. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
MARTES SANTO
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
INVITATORIO
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió,
venid, adorémosle.
Salmo 94
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
9
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió,
venid, adorémosle.
HIMNO
Ojos muertos que miráis
con mirar indescriptible
y con fuerza irresistible
atraéis y cautiváis,
¿por qué, si muertos estáis,
tenéis tan viva expresión
que así turbáis mi razón
trocando vuestras miradas
en dos punzantes espadas
que parten mi corazón?
10
sin llorar, ojos llorosos?
Me cautiváis amorosos,
me reprendéis justicieros,
inspiráis dolor y calma,
sois tiernos y sois severos,
y las borrascas del alma
enfrenáis sólo con veros.
SALMODIA
Ant. 1 Defiende mi causa, Señor, sálvame del hombre traidor y malvado.
Salmo 42
Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa
contra gente sin piedad,
sálvame del hombre traidor y malvado.
11
Señor, Dios mío.
12
la amargura se me volvió paz
cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía
y volviste la espalda a todos mis pecados.
El abismo no te da gracias,
ni la muerte te alaba,
ni esperan en tu fidelidad
los que bajan a la fosa.
Salmo 64
¡Oh Dios!, tú mereces un himno en Sión,
y a ti se te cumplen los votos,
porque tú escuchas las súplicas.
13
Dios, Salvador nuestro;
tú, esperanza del confín de la tierra
y del océano remoto;
14
Derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un
espíritu de gracia y de oración. Me mirarán a mí, a quien traspasaron, harán
llanto como llanto por el hijo único y llorarán como se llora al primogénito.
Aquel día será grande el luto de Jerusalén.
RESPONSORIO BREVE
V. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Glorifícame tú, Padre, con la gloria que tenía junto a ti, antes que el
mundo existiese.
Cántico de Zacarías
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
15
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Ant. Glorifícame tú, Padre, con la gloria que tenía junto a ti, antes que el
mundo existiese.
PRECES
Acudamos a Cristo, nuestro Salvador, que nos redimió con su muerte y
resurrección, y digámosle:
Tú que, elevado en la cruz, quisiste ser atravesado por la lanza del soldado,
- sana nuestras heridas.
ORACIÓN
16
Dios todopoderoso y eterno, concédenos participar tan vivamente en las
celebraciones de la pasión del Señor que alcancemos tu perdón. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén
MIÉRCOLES SANTO
INVOCACIÓN INICIAL
INVITATORIO
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió,
venid, adorémosle.
Salmo 94
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
17
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto:
cuando vuestros padres me pusieron a prueba,
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió,
venid, adorémosle.
HIMNO
En tus manos, Señor, pongo mi vida
con todas sus angustias y dolores;
que en ti florezcan frescos mis amores
y que halle apoyo en ti mi fe caída.
SALMODIA
Ant.1 En mi angustia te busco, Señor, y extiendo las manos sin descanso.
18
Salmo 76
Alzo mi voz a Dios gritando,
alzo mi voz a Dios para que me oiga.
19
te vio el mar y tembló,
las olas se estremecieron.
20
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos no tienen ya que trabajar;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos se marchita.
Ant. Si hemos muerto con Cristo, tenemos fe en que viviremos también con
él.
Ant. 3 Cristo Jesús ha sido hecho por Dios para nosotros sabiduría, justicia,
santificación y redención.
Salmo 96
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
21
justicia y derecho sostienen su trono.
Ant. Cristo Jesús ha sido hecho por Dios para nosotros sabiduría, justicia,
santificación y redención.
22
El Señor me abrió el oído; yo no me resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda
a los que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé
el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso endurecí el
rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.
RESPONSORIO BREVE
V. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. La sangre de Cristo, que por medio del Espíritu eterno se ofreció
inmaculado a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras muertas, para
dar culto al Dios vivo.
Cántico de Zacarías
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
23
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Ant. La sangre de Cristo, que por medio del Espíritu eterno se ofreció
inmaculado a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras muertas, para
dar culto al Dios vivo.
PRECES
Acudamos a Cristo, nuestro Salvador, que nos redimió con su muerte y
resurrección, y digámosle:
Tú que, elevado en la cruz, quisiste ser atravesado por la lanza del soldado,
- sana nuestras heridas.
24
Ya que la fuerza para no caer en la tentación nos viene de Dios, repitamos
juntos la oración que Cristo nos enseñó y pidamos al Padre que nos libre
siempre del mal: Padre nuestro…
ORACIÓN
Dios nuestro, que, para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo
muriera en la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
JUEVES SANTO
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
INVITATORIO
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió,
venid, adorémosle.
Salmo 94
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
25
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió,
venid, adorémosle.
HIMNO
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera infierno, te temiera.
No tienes que me dar porque te quiera;
pues, aunque cuanto espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera. Amén.
26
SALMODIA
Ant.1. Mira, Señor, y contempla que estoy en peligro, respóndeme
enseguida.
Salmo 79
Pastor de Israel, escucha,
tú que guías a José como a un rebaño;
tú que te sientas sobre querubines, resplandece
ante Efraím, Benjamín y Manasés;
despierta tu poder y ven a salvarnos.
¡Oh Dios!, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Señor Dios de los ejércitos,
¿hasta cuándo estarás airado
mientras tu pueblo te suplica?
Les diste a comer llanto,
a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos,
nuestros enemigos se burlan de nosotros.
Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;
le preparaste el terreno y echó raíces
hasta llenar el país;
su sombra cubría las montañas,
y sus pámpanos, los cedros altísimos;
extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Río.
¿Por qué has derribado su cerca
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas?
Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa.
27
La han talado y le han prendido fuego:
con un bramido hazlos perecer.
Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mira, Señor, y contempla que estoy en peligro, respóndeme enseguida.
Ant. 2. Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré.
Cántico Is 12, 1-6
Te doy gracias, Señor,
porque estabas airado contra mí,
pero ha cesado tu ira
y me has consolado.
Él es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
Aquel día, diréis:
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a sus pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
Tañed para el Señor, que hizo proezas;
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«¡Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel!»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
28
Ant. Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré.
Ant. 3. El Señor nos alimentó con flor de harina, nos sació con miel
silvestre.
Salmo 80
Aclamad a Dios, nuestra fuerza;
dad vítores al Dios de Jacob:
acompañad, tocad los panderos,
las cítaras templadas y las arpas;
tocad la trompeta por la luna nueva,
por la luna llena, que es nuestra fiesta;
porque es una ley de Israel,
un precepto del Dios de Jacob,
una norma establecida para José
al salir de Egipto.
Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré,
te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojala me escuchases, Israel!
No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto;
abre tu boca y yo la saciaré.
Pero mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
en un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios;
los que aborrecen al Señor te adularían,
29
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor nos alimentó con flor de harina, nos sació con miel silvestre.
LECTURA BREVE Hb 2, 9b-10
Vemos a Jesús coronado de gloria y de honor por haber padecido la muerte.
Así, por amorosa dignación de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos.
Pues como quisiese Dios, por quien y para quien son todas las cosas, llevar
un gran número de hijos a la gloria, convenía ciertamente que perfeccionase
por medio del sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación.
RESPONSORIO BREVE
V. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Con verdadero anhelo he deseado comer esta Pascua con vosotros
antes de padecer.
Cántico de Zacarías
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
30
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Tú que, elevado en la cruz, quisiste ser atravesado por la lanza del soldado,
- sana nuestras heridas.
31
Tú que, clavado en la cruz, perdonaste al ladrón arrepentido,
- perdónanos también a nosotros, pecadores.
Como Cristo nos enseñó, pidamos al Padre que perdone nuestros pecados,
diciendo: Padre nuestro…
ORACIÓN
Dios nuestro, digno, con toda justicia, de ser amado sobre todas las cosas,
derrama sobre nosotros los dones de tu gracia, para que la herencia
celestial, que la muerte de tu Hijo nos hace esperar confiadamente, logre
ser alcanzada por nosotros en virtud de su resurrección. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VIERNES SANTO
INVITATORIO
V. Señor, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
Ant. A Cristo, Hijo de Dios, que nos redimió con su sangre preciosa, venid,
adorémosle.
Salmo 94
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
32
la tierra firme que modelaron sus manos.
Ant. A Cristo, Hijo de Dios, que nos redimió con su sangre preciosa, venid
adorémosle.
HIMNO
Brazos rígidos y yertos,
por dos garfios traspasados,
que aquí estáis, por mis pecados,
para recibirme abiertos,
para esperarme clavados.
33
Quiero en la vida seguirte
y por sus caminos irte
alabando y bendiciendo,
y bendecirte sufriendo
y muriendo bendecirte.
SALMODIA
Ant 1. Dios no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por
todos nosotros.
Salmo 50
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
34
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
35
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Ant. Dios no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por
todos nosotros.
36
y los campos no dan cosechas,
aunque se acaban las ovejas del redil
y no quedan vacas en el establo,
yo exultaré con el Señor,
me gloriaré en Dios mi salvador.
Salmo 147
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
37
ni les dio a conocer sus mandatos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Fijaron encima de su cabeza un letrero indicando el motivo de su
condenación: «Éste es Jesús, el rey de los judíos.»
Cántico de Zacarías
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
38
en su presencia, todos nuestros días.
PRECES
Adoremos a nuestro Redentor, que por nosotros y por todos los hombres
quiso morir y ser sepultado para resucitar de entre los muertos, y
supliquémosle, diciendo:
Tú que siendo nuestra vida quisiste morir en la cruz para destruir la muerte
y todo su poder,
- haz que contigo sepamos morir también al pecado y resucitemos
contigo a vida nueva.
39
Salvador de todos los hombres, que diste tu vida por los hermanos,
- enséñanos a amarnos mutuamente con un amor semejante al tuyo.
ORACIÓN
Mira, Señor, con bondad a tu familia santa, por la cual Jesucristo nuestro
Señor aceptó el tormento de la cruz, entregándose a sus propios enemigos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
SÁBADO SANTO
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
INVITATORIO
Ant A Cristo, el Señor, que por nosotros murió, y por nosotros fue
sepultado, venid, adorémosle.
Salmo 94
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
40
Suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Ant A Cristo, el Señor, que por nosotros murió, y por nosotros fue
sepultado, venid, adorémosle.
HIMNO
Venid al huerto, perfumes,
enjugad la blanca sábana:
en el tálamo nupcial
el Rey descansa.
41
tened en silencio el alma:
ya empiezan a ver los justos
la noche clara.
Oh dolientes de la tierra,
verted aquí vuestras lágrimas:
en la gloria de este cuerpo
serán bañadas.
SALMODIA
Ant. 1. Harán llanto como llanto por el hijo único, porque siendo inocente
fue muerto el Señor.
Salmo 63
Escucha, ¡oh Dios!, la voz de mi lamento,
protege mi vida del terrible enemigo;
escóndeme de la conjura de los perversos
y del motín de los malhechores:
Se animan al delito,
calculan cómo esconder trampas,
y dicen: «¿Quién lo descubrirá? »
Inventan maldades y ocultan sus invenciones,
porque su mente y su corazón no tienen fondo.
42
proclama la obra de Dios
y medita sus acciones.
Ant. Harán llanto como llanto por el hijo único, porque siendo inocente fue
muerto el Señor.
43
la amargura se me volvió paz
cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía
y volviste la espalda a todos mis pecados.
El abismo no te da gracias,
ni la muerte te alaba,
ni esperan en tu fidelidad
los que bajan a la fosa.
Salmo 150
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su augusto firmamento.
44
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Estaba muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las
llaves de la muerte y del hades.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Salvador del mundo, sálvanos; tú que con tu cruz y con tu sangre nos
redimiste, socórrenos, Dios nuestro.
Cántico de Zacarías
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
45
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Ant. Salvador del mundo, sálvanos; tú que con tu cruz y con tu sangre nos
redimiste, socórrenos, Dios nuestro.
PRECES
Adoremos a nuestro Redentor, que por nosotros y por todos los hombres
quiso morir y ser sepultado, para resucitar de entre los muertos, y
supliquémosle, diciendo:
Señor Jesús, que como grano de trigo caíste en la tierra para morir y dar con
ello fruto abundante,
- haz que también nosotros sepamos morir al pecado y vivir para Dios.
Nuevo Adán, que quisiste bajar al reino de la muerte, para librar a cuantos,
desde el origen del mundo, estaban encarcelados,
46
- haz que todos los hombres, muertos al pecado, escuchen tu voz y
vivan.
Cristo, Hijo de Dios vivo, que has querido que por el bautismo fuéramos
sepultados contigo en la muerte,
- haz que siguiéndote a ti caminemos también nosotros en novedad de
vida.
Movidos por el espíritu filial que Cristo nos mereció con su muerte, digamos
al Padre: Padre nuestro…
ORACIÓN
Dios todopoderoso, cuyo Unigénito descendió al lugar de los muertos y salió
victorioso del sepulcro, te pedimos que concedas a todos tus fieles,
sepultados con Cristo por el bautismo, resucitar también con él a la vida
eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
47