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Desigualdad, democracia e inclusión social

José Miguel Insulza*

La desigualdad social, conocida también como desigualdad económica, es un problema


socioeconómico producto de la mala distribución de la renta en el área social.

Desigualdad social es una expresión que refleja el trato discriminatorio que sufre un grupo de
personas, pero favorece a otras clases sociales. La desigualdad social genera otros tipos de
desigualdades como la desigualdad de género, desigualdad racial, desigualdad regional, entre otros.

El crecimiento ha sido importante en América Latina a pesar de los años de crisis en el norte del
continente, más aún cuando ha sido acompañado de un fortalecimiento significativo de la
democracia …. (pag.13)

La pobreza y la desigualdad son aún más inaceptables en un continente que no es pobre, pero si
profundamente injusto. Si bien en la última década la cantidad de pobres ha disminuido
sustantivamente, muchos de los que han conseguido este importante paso aún enfrentan, junto a
otros que estaban allí antes, condiciones de precariedad. Un estudio pone en un tercio de la
población total de América Latina el número de personas que vive en hogares con un ingreso de
entre 4 y 10 dólares diarios. Estos “luchadores” ya han salido de la pobreza que aún aqueja a más
de 167 millones de latinoamericanos; pero llamarlos, como algunos lo hacen, “sectores medios”,
tampoco tiene sentido
la desigualdad entre los seres humanos en una sociedad democrática no es en sí negativa. La
sociedad humana está constituida por seres diversos, con distintas culturas, gustos y costumbres,
que tienen creencias y modos de vida distintos. Poner eso en cuestión va contra los valores de
libertad y diversidad en que se basa la convivencia democrática. (pag.24)

Existe desigualdad en el plano social, cuando individuos que pertenecen a categorías distintas
reciben, por ello, tratamiento y beneficios distintos desde el punto de vista legal o material, durante
períodos muy largos de vida social (pag.25).

A todo esto se agrega la inequidad en el acceso y calidad de los servicios sociales básicos. La
desigualdad no es, por lo tanto solamente un asunto de distribución: también existen hoy tremendas
desigualdades en la calidad de la educación, el acceso a la salud, la calidad de la vivienda y hasta la
seguridad pública, que es un servicio social que se exige cada vez más pues el número de guardias
de seguridad privados en muchos países es mayor que el de policías y agentes estatales. • Sólo el
46% de la población ocupada está afiliada a la seguridad social, y el quintil más pobre presenta
niveles de afiliación cercanos al 20% mientras que el quintil más rico llega al 58%. El 36% de los
hogares no posee ningún tipo de protección social (pag27. )

El desafío de lograr una distribución más justa está en la formulación de políticas públicas que
incluyan un conjunto de políticas sociales efectivas y también reexaminen ajustes laborales y
tributarios, de manera compatible con el crecimiento económico, pero defendiendo los intereses de
los sectores más vulnerables. El desarrollo de esas políticas enfrenta hoy, además, un obstáculo
adicional que complica las tareas de los expertos. Ese obstáculo está en la pérdida de confianza en
las instituciones que afecta a muchos de nuestros países, una pérdida de confianza que hace difícil
acometer cambios que signifiquen un aumento de recursos para financiar las políticas públicas y
fortalecer las instituciones. Recuperar esa confianza reformando profundamente nuestras
instituciones es el gran desafío de la clase política de nuestro hemisferio. (pag.29).
Marco conceptual de la desigualdad y la inclusión social La desigualdad es una medida relativa. No
proporciona información sobre la situación de la gente en términos absolutos, sino que, como han
recalcado Claire Melamed y Emma Samman, es un “concepto relacional” que puede abordarse en
varios niveles.(pag.36 )

En este último caso, los especialistas a menudo prefieren usar la palabra “inequidad” en vez de
“desigualdad”. El tema de la inequidad entre generaciones recibió mucha atención en las dos
cumbres de Rio sobre desarrollo sostenible. (pág. 38)

Los objetivos de desarrollo sostenible propuestos para el período posterior a 2015 ofrecen una
oportunidad para llegar a un consenso político para beneficio de las generaciones futuras.

Desigualdad vertical y horizontal La desigualdad puede definirse también sobre la base de sus dos
dimensiones. La desigualdad individual (o vertical) es la desigualdad entre personas
independientemente del lugar donde vivan o del grupo social al que pertenezcan. Se da entre
personas sobre la base del acceso a recursos tangibles e intangibles. En cambio, la desigualdad
horizontal es el producto de la desigualdad entre grupos de personas o familias por motivos de raza,
sexo, orientación sexual, lugar de nacimiento u otros factores.

. El enfoque de las capacidades se basa en la idea de libertad. Las capacidades “son ideas de libertad
en el sentido positivo: qué oportunidades reales tiene uno con respecto a la vida que pueda llevar”6 .
En el Informe sobre Desarrollo Humano 2011 se llega a la conclusión de que “la desigualdad en los
resultados es en gran medida consecuencia del acceso dispar a capacidades”. Por lo tanto, lo que
buscamos es sociedades que proporcionen igualdad de capacidades y oportunidades pero no
necesariamente igualdad de resultados pero podríamos estar seguros de que esos resultados se
deben a diferencias en las decisiones de las personas y no a limitaciones de su capacidad para tomar
esas decisiones (pag.39)

Este último nos da un primer indicio de los problemas que presenta la región para traducir las
formas elementales de igualdad política que ha adoptado en forma generalizada en resultados
capaces de erradicar las seculares exclusiones que han definido su historia política.

Los datos arrojados por la metodología de Freedom House, 9 muestran como ALC ha mejorado
notablemente desde 1990 en su variable de derechos políticos, en particular (ver Tabla 1). Entre
1990 y 2014, 12 países han mejorado y 9 han mantenido una calificación perfecta con respecto a la
variable de derechos políticos. Solo 7 países han desmejorado en cuanto a este indicador
(Argentina, Bolivia, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Trinidad y Tobago y Venezuela (pag.58)

retos para un acceso efectivo a la juUn elemento importante a ser trabajado de manera trasversal es
el acceso a la información pública como una herramienta a disposición de todo ciudadano para
ejercer sus derechos democráticos. Sin un efectivo acceso a esta información, ni los medios
económicos ni una adecuada educación, no será posible garantizar un pleno acceso a la justicia .
(pág. 100)

El fenómeno de la globalización ha generado una mayor prosperidad y un más alto nivel de vida en
muchas partes del mundo, pero ha intensificado el nivel y la percepción de la exclusión social que
afecta a otras regiones y sectores sociales. Además, el más amplio acceso a los medios y a la
conectividad electrónica ha agravado el riesgo de un aumento aún mayor de la exclusión, ya que
adquirir esas tecnologías suele considerarse como la principal vía de integración social, mientras
que no poseerlas se interpreta como una forma de exclusión. (130)

Los jóvenes ocupan un lugar ambiguo: son a la vez destinatarios de políticas y agentes de cambio.
Por una parte, se les ve como receptores pasivos de múltiples procesos sociales, incluidos los de
educación, seguridad y participación política. Por otra parte, se concibe a los jóvenes como
participantes estratégicos en materia de desarrollo de sociedades más seguras. En otros términos, al
mismo tiempo que la sociedad “los confina a ser receptores de distintas instancias de formación y
de disciplina miento, por otro lado se difunde en los medios y en la escuela el mito de una juventud
protagonista de los cambios y portadora de nuevos modelos de interacción social. (pág. 137)

El análisis contenido en el presente artículo justifica aún más la convicción de que las conclusiones
del Grupo revisten carácter medular, ya que se refieren a los vínculos entre “desigualdad
multidimensional” y desarrollo insostenible y las vías disponibles – muchas de las cuales ha
emprendido activamente la OEA para promover un desarrollo sostenible acompañado de equidad
social. (147)

Los países de las Américas se esfuerzan desde hace muchas décadas por universalizar el acceso a
servicios de energía confiables. En varias Cumbres de las Américas, Jefes de Estado y de Gobierno
han hecho hincapié en la cuestión del acceso a la energía como prioridad clave vinculada con el
alivio de la pobreza, la creación de empleo, la sostenibilidad ambiental y la promoción de la
democracia ( pág. 151 )

Las cifras dan cuenta del grado de exclusión de las mujeres en la vida política y los cargos de
representación y poder político: en ningún país de las Américas las mujeres ocupan un tercio de los
cargos -simultáneamente- en las más altas instancias de los tres poderes del Estado: legislativo,
ejecutivo y judicial. (pág. 181)

Una educación de alta calidad es una puerta hacia un futuro productivo. Sin embargo, Fernando
Reimers, de Harvard, escribe que “la pobreza y la educación no pueden erradicarse interviniendo
solo en la educación (pág. 192)

Una educación inequitativa es un problema de salud pública Se ha demostrado que las actividades
encaminadas a atacar los problemas de obesidad, salud mental y abuso del alcohol reducen los
gastos médicos cubiertos por el estado, fomentan los hábitos saludables y reducen la incidencia de
las enfermedades de transmisión sexual. (pág. 196)

La libertad de los individuos para debatir y criticar en condiciones de igualdad las políticas y las
instituciones y la diversidad y el pluralismo en el debate público no solo promueven los derechos
civiles y políticos, sino que contribuyen de manera incuestionable y decisiva a la realización de los
derechos económicos, sociales y culturales y al cumplimiento de los objetivos sociales que los
distintos Estados se han trazado para superar la pobreza y la desigualdad (pág. 216).

En tal sentido, los medios de comunicación públicos necesitan estar orientados al mandato de
pluralidad y diversidad de expresiones e informaciones, lo que implica necesariamente que no estén
sometidos a injerencias arbitrarias del gobierno ni del sector privado vinculado a la radiodifusión.
Su programación debería: difundir producciones artísticas, culturales, científicas, académicas y
educativas de interés general llevadas a cabo en los diversos puntos del país; informar sobre
cuestiones de interés público; y reflejar el pluralismo político, social, geográfico, religioso, cultural,
lingüístico y étnico de la sociedad. (pág. 222).

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