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Una mitocondria.
En la transformación de la energía la función de las mitocondrias comprende
primero la producción de varias sustancias, mediante el proceso que se conoce
como el ciclo de los ácidos tricarboxílicos, que ya se describió en el capítulo II,
también llamado ciclo de Krebs, en honor del científico que llegó a integrarlo.
Una mitocondria, para producir el ATP hace lo siguiente:
a) A partir de las diferentes sustancias que se producen en el ciclo de Krebs
toma átomos de hidrógeno o electrones para llevarlos al oxígeno mediante la
cadena respiratoria. La unión de los hidrógenos con el oxígeno da lugar a la
formación de moléculas de agua. Además, durante la operación del ciclo de
Krebs, las sustancias que provienen del metabolismo se convierten en CO2.
b) La cadena respiratoria, localizada en la membrana interna de la mitocondria,
toma los hidrógenos, completos, aunque en partes de ella sólo toma sus
electrones, y los une finalmente, pero llevándolos gradualmente hacia él, con el
oxígeno. La otra parte que se muestra en la figura III.9 ilustra el hecho de que
simultáneamente al transporte de hidrógenos y electrones al oxígeno, la
energía del proceso es atrapada en los enlaces químicos del ATP. De paso, la
mitocondria es entonces el lugar en que realmente se realiza la respiración de
las células. Incluso la respiración de los organismos completos no es otra cosa
que la suma de la respiración de las mitocondrias de todas sus células. El
pulmón sólo toma del aire el oxígeno que se necesita y lo envía por medio de la
sangre a los tejidos y a las mitocondrias de sus células, y recoge el bióxido de
carbono que producen.
El metabolismo y las transformaciones de la energía en las mitocondrias. A
partir de los hidrógenos que se obtienen de muchas de las sustancias
derivadas del metabolismo, se genera el ATP. Además de las transformaciones
de la energía, la mitocondria es el sitio de numerosas transformaciones de
unas sustancias en otras.
c) Con más detalle, la figura III.10 presenta un esquema sencillo del
mecanismo de la fosforilación oxidativa. Los hidrógenos (compuestos cada uno
de un protón y un electrón) que provienen de la oxidación de los sustratos,
principalmente por el ciclo de Krebs, pasan a la cadena respiratoria, para
llevarlos al oxígeno, y tomar la energía derivada de ese transporte para
"bombear" protones al exterior, generando una diferencia de concentración de
éstos entre el interior y el exterior. Dado que la membrana impide su regreso, la
acumulación relativa de hidrogeniones en el exterior y su tendencia a regresar,
se convierte realmente en otra forma de energía, que puede ser utilizada por la
célula de la misma manera que un sistema adecuado aprovecha la energía de
una caída de agua para convertirla en energía eléctrica, o mecánica, por
ejemplo.
El mecanismo de la síntesis del ATP. A partir de la energía que se
desprendería de la combinación de los átomos de hidrógeno provenientes del
metabolismo, con el oxígeno, se forma una diferencia de concentraciones de
hidrogeniones entre el interior y el exterior de la mitocondria. La energía con
que estos tienden a regresar al interior es utilizada por una enzima llamada
ATP sintetasa, para producir el ATP a partir de sus componentes, el ADP y el
fosfato.
d) La mitocondria cuenta con una proteína, como la que se presenta en el
esquema, la cual, tomando la energía del regreso de los protones, es capaz de
unir al adenosín difosfato (ADP), con un fosfato más, para formar el ATP.
De esta forma, las mitocondrias, de manera asombrosa y eficiente, se
encargan de transformar la energía de los enlaces químicos de los
intermediarios del metabolismo, en los enlaces químicos del ATP, que
representa la forma de energía que es aprovechada directamente por la
mayoría de los procesos celulares que la requieren. Debido a esto, se dice que
la mitocondria es como la "casa de máquinas" de la célula.
Además, siendo la mitocondria una estructura cerrada debe contar con
sistemas adecuados para transportar del exterior las sustancias que necesita
para su funcionamiento. Cuenta con transportadores específicos y muy
variados para el movimiento de muchas sustancias, entre las que destacan,
desde luego, el ADP y el fosfato, que vienen del exterior, y el ATP, que debe
salir para ser utilizado; además, hay una serie muy larga de otras sustancias
necesarias, no sólo para la fosforilación oxidativa, sino también para otras
funciones, cada una de las cuales tiene un sistema de transporte.
Como ya se mencionó, además de la fosforilación oxidativa, la mitocondria
realiza otras funciones. Una de las más importantes es la fragmentación de los
ácidos grasos (véase el capítulo II), que son moléculas largas, formadas por
una cadena de unos 16 a 18 átomos de carbono e hidrógeno. A partir de los
carbohidratos, el material que recibe la mitocondria es el ácido pirúvico (en
forma de piruvato). En la degradación de las proteínas recibe aminoácidos, que
también debe modificar para aprovecharlos en el ciclo de Krebs; requiere
entonces una gran variedad de enzimas que transforman a todas estas
moléculas en fragmentos de dos átomos de carbono, principal fuente de
alimentación de este sistema metabólico.
LOS CLOROPLASTOS
Las mitocondrias son a la fosforilación oxidativa lo que los cloroplastos a la
fotosíntesis; esta última función es una de las más importantes, no sólo para
las plantas, sino para todo el mundo biológico. Prácticamente toda la energía
de que depende la vida es obtenida del Sol, mediante el proceso de la
fotosíntesis.
Los cloroplastos son también estructuras membranosas cerradas, constituidas
por un doble sistema de membranas. La figura III.11 muestra una micrografía
electrónica de uno de estos organelos y un esquema de su organización
estructural. Como en el caso de la mitocondria, el sistema membranoso interno
es más complicado que el externo, y forma estructuras cerradas,
llamadas tilacoides, que a su vez se reúnen para constituir los llamados granos
o grana. El cloroplasto es un poco más complicado que la mitocondria, pues
suele contar con dos sistemas para la obtención de formas diferentes de
energía; una es el mismo ATP que ya conocemos, que sirve como fuente
directa de energía y la otra el NADPH (nicotín adenín dinucleótido reducido),
que no es otra cosa que una complicada molécula que tiene hidrógeno de un
nivel energético mucho más elevado que el del agua y que puede utilizarse
para la síntesis de las moléculas de azúcares, grasa y proteínas. En las
mitocondrias, los átomos de hidrógeno y los electrones que participan en la
fosforilación oxidativa son de un nivel energético no muy diferente al del
hidrógeno gaseoso y proporcionan la energía derivada de su camino de
descenso para unirse con el oxígeno y sintetizar el ATP. En la fotosíntesis, los
electrones que participan parten del agua, es decir, de un nivel energético bajo,
y para ser utilizados en la síntesis del ATP o producir hidrógenos de un nivel
más alto, reciben energía que un sistema complicado de moléculas toma de la
luz solar.
Micrografía de un cloropasto.
A continuación se describe en forma sencilla el proceso de la fotosíntesis
a) La fotosíntesis se inicia con un proceso complicado. Con la energía que
proviene de la luz, una molécula de agua se rompe para liberar oxígeno, dos
protones (átomos de hidrógeno sin su electrón), y un par de electrones, que
proviene de los hidrógenos del agua. Este par de electrones es energizado por
el sistema molecular llamado fotosistema II, semejante en su funcionamiento a
la cadena respiratoria mitocondrial, pero con diferentes componentes. Como en
la mitocondria, los electrones previamente energizados viajan hacia un nivel
más bajo, y energizan también el bombeo de protones en las membranas de
los tilacoides, generando una diferencia de concentración de éstos. Acoplada al
sistema está también una ATP sintetasa, que aprovechando la diferencia de
concentración de los protones a ambos lados de la membrana y su regreso,
cataliza la unión del ADP con el fosfato para sintetizar el ATP.
b) En una segunda fase, los electrones que han descendido de nivel para
sintetizar el ATP son energizados de nuevo por la luz, ahora en el llamado
fotosistema 1, e inician un camino más corto que los lleva finalmente a producir
la molécula llamada NADPH, cuya principal característica es tener dos átomos
de hidrógeno disponibles para participar en la síntesis de los azúcares.
Esquema de la fotosíntesis. Con la energía de la luz, dos sistemas producen el
II ATP y el I NADH. En la parte inferior se muestra cómo con el ATP y el
NADPH que se producen en la fotosíntesis se incorporan luego los átomos de
CO2 a un azúcar. Los monosacáridos, como la sacarosa en la caña de azúcar.
c) Una vez que en el proceso, la energía solar es convertida en la energía de
los enlaces del ATP, por una parte, y por la otra, en subir de nivel energético a
los hidrógenos de la molécula de agua, ahora en el NADP (como NADPH),
ocurre lo que se señala en la parte inferior de la figura III.12, en la cual se
muestra otro mecanismo cíclico que tiene lugar en el espacio intermembranal
de los cloroplastos, y que se conoce con el nombre de ciclo de Calvin, en honor
de su descubridor. A partir de una molécula de azúcar, la ribulosa-5-fosfato, y
con la utilización de tres moléculas de ATP, y dos de NADPH por cada una de
CO2, es posible llegar, en una serie de pasos, a una molécula de seis átomos
de carbono, la fructosa-6-fosfato, que luego puede convertirse en glucosa y en
almidón. Es claro que este proceso debe repetirse varias veces (seis) para
tener la ganancia neta de una molécula de azúcar, según la ecuación siguiente:
6H2O + 6CO2 (CH2O)6 +6O2
También es claro que si la incorporación de una molécula de CO2 requiere de
tres de ATP y dos de NADPH, la síntesis de una molécula de glucosa, de seis
átomos de carbono, requiere 18 de ATP y 12 de NADPH.
Recordemos ahora la distribución de los tres componentes mencionados: los
fotosistemas II y I, que se encargan de la síntesis del ATP y del NADH,
respectivamente, están en la membrana del tilacoide; en el espacio
intermembranal, que constituye la matriz del cloroplasto, es donde tienen lugar
las reacciones del ciclo de Calvin.
Otra de las reacciones que se señala en la figura III.12 es la formación de
glucosa y almidón; en especial el segundo requiere de un sistema muy
complicado de reacciones que no tienen lugar en el cloroplasto, ni siquiera en
la hoja de las plantas, sino en otros órganos, como semillas, tubérculos,
etcétera.
En resumen, el cloroplasto es el que se encarga de capturar la energía del Sol
y atraparla, convertirla o almacenarla en los enlaces químicos de los azúcares.
Posteriormente, o bien los azúcares son utilizados por otros organismos o
dentro de la misma planta, y a partir de ellos se obtienen las proteínas, las
grasas y otros compuestos que los organismos necesitan. Por último, aunque
hemos presentado aquí el esquema general de la fotosíntesis en un
cloroplasto, también en el caso de las bacterias fotosintéticas la fotosíntesis se
realiza en la membrana externa del microorganismo y la matriz interna (al igual
que sucede con la fosforilación oxidativa).
LA VACUOLA
Las células vegetales cuentan con una vesícula en su interior, la vacuola, que
en algunos casos puede llegar a ocupar gran parte del espacio interno. Este
organelo está encargado de almacenar distintos tipos de moléculas pequeñas,
principalmente sales (iones) y aminoácidos, entre las primeras destacan el
potasio, el fosfato y derivados de él —como pirofosfato o metafosfato—, calcio
y otros iones de distintos tipos. Las vacuolas se encargan de tomar materiales
que, o bien la célula requiere almacenar o le son tóxicas; también se encarga
de guardar en su interior muchas sustancias que, por la concentración que
alcanzan y la presión osmótica que generan le pueden hacer daño a la célula.
Algunos animales unicelulares, como los protozoarios, tienen también vacuolas
que pueden ser contráctiles. Las células guardan en ellas materiales que les
son dañinos o inútiles y cuando se ha acumulado una importante cantidad de
ellos, la vacuola se contrae y por algún punto de contacto con la membrana
externa elimina su contenido sacándolo al exterior.
Además, las vacuolas cumplen funciones digestivas de diversas sustancias que
son tomadas del exterior por fagocitosis, como sucede en muchos protozoarios,
o del mismo interior de las células, pero que le son ya inútiles o dañinas.
LOS LISOSOMAS
Los lisosomas son estructuras membranosas cerradas, constituidas por una
sola membrana, y son más pequeños que las mitocondrias. En la figura III.13
se presenta una micrografía electrónica en la que se aprecian estas
estructuras. Los lisosomas se pueden obtener en estado de pureza por
métodos especiales de centrifugación que permiten separarlos de las
mitocondrias, pues en los métodos generales de preparación se obtienen
juntos. Estos organelos, si se les rompe colocándolos en agua, o por medio de
algún detergente, ponen en evidencia una serie de actividades enzimáticas
muy diversas, pero capaces de romper por hidrólisis (introduciendo en algunos
enlaces moléculas de agua) lípidos, carbohidratos, ácidos nucleicos, ésteres,
etcétera.
Celulas plasmaticas:
Las células plasmáticas también denominadas plasmocitos pertenecen al
sistema inmunitario y su papel consiste en la secreción de grandes cantidades
de anticuerpos. Se diferencian a partir de los linfocitos B gracias a la
estimulación de los linfocitos T CD4+, más específicamente los linfocitos Tfh.
Los macrofagos actúan como células presentadoras de antígenos (APC),
consumiendo un patógeno agresor. Éste se incorpora a la célula por
endocitosis mediada por receptor y una vez dentro es troceado en el interior de
los endosomas tras la fusión con lisosomas, liberando enzimas proteolíticas
sobre el patógeno. Tras la proteólisis de éste, sus pedazos (los llamados
péptidos antigénicos) son cargados en moléculas del tipo MHC II y presentadas
en su superficie extracelular. Una vez allí, los linfocitos T CD4+ colaboradores
se unirán al complejo MHC II/antígeno y provocarán la activación del linfocito B,
lo que implica su diferenciación en célula plasmática y subsiguiente generación
de anticuerpos contra el patógeno que ha sido consumido.
Linfocitos:
El linfocito es un tipo de leucocito que proviene de la diferenciación linfoide de
las células madre hematopoyéticas ubicadas en la médula ósea y que completa
su desarrollo en los órganos linfoides primarios y secundarios (médula ósea,
timo, bazo, ganglios linfáticos y tejidos linfoides asociados a las mucosas). Los
linfocitos circulan por todo el organismo a través del aparato circulatorio y el
sistema linfático.
Son los leucocitos de menor tamaño (entre 9 y 18 μm), y representan
aproximadamente el 30 % (del 20 a 40 %) del total en la sangre periférica. Su
morfología es variable, de acuerdo con la cual se clasifican en linfoblastos,
prolinfocitos y linfocitos propiamente tal, ya sea inactivos o activados (como los
plasmocitos). Presentan un gran núcleo esférico que se tiñe de violeta-azul y la
cantidad de citoplasma varía entre escaso (situación más frecuente, en la cual
el citoplasma se observa como un anillo periférico de color azul) a abundante.
En el citoplasma se encuentran algunas mitocondrias, ribosomas libres y un
pequeño aparato de Golgi.
La función principal de los linfocitos es la regulación de la respuesta inmunitaria
adaptativa (o específica), reaccionando frente a materiales extraños
(microorganismos, células tumorales o antígenos en general). Para ello se
diferencian en tres líneas de células reactivas: los linfocitos T que se
desarrollan en el timo y que participan en la respuesta inmunitaria celular; los
linfocitos B, que se desarrollan en la médula ósea y luego migran a diferentes
tejidos linfáticos, que son las encargadas de la respuesta inmunitaria humoral,
transformándose en plasmocitos que producen anticuerpos; y las células NK
(natural killer) que destruyen células infectadas. Los linfocitos T y B presentan
receptores específicos, las asesinas naturales(NK) no.
Estas células se localizan fundamentalmente en la linfa y los órganos linfoides
y en la sangre. Tienen receptores para antígenos específicos y, por tanto,
pueden encargarse de la producción de anticuerpos y de la destrucción de
células anormales. Estas respuestas ocurren en el interior de los órganos
linfoides, los cuales, para tal propósito, deben suministrar un entorno que
permita la interacción eficiente entre linfocitos, macrófagos y antígeno extraño.
Tipos:
La tipología de los linfocitos es difícil de catalogar según su morfología, por lo
que se ocupan propiedades tales como la reactividad a anticuerpos
monoclonales que identifican sus "CD" o cúmulos de diferenciación (del inglés
cluster of differentiation), los cuales son un conjunto de marcadores biológicos
para la identificación celular; el estado de reconfiguración de los genes de
cadena pesada y cadena ligera de inmunoglobulina o receptores de linfocitos T
y B; y la expresión de inmunoglobulinas en la superficie.
Linfocitos B:
Los linfocitos B maduran en dos etapas: la primera, sin mediar antígenos, que
ocurre en la médula ósea y otra dependiente de la exposición a antígenos que
ocurre en los órganos linfáticos secundarios (ganglios linfáticos, bazo y tejidos
linfoides asociados a las mucosas) donde se transforman en células
productoras y secretoras de anticuerpos. Los distintos tipos de linfocitos B en
estas etapas son:
Estadio pro-B.
Estadio pre-B.
Linfocitos B inmaduros.
Linfocitos B maduros.
Los linfocitos son los responsables de la respuesta humoral, transformándose
en plasmocitos que producen glucoproteínas denominadas anticuerpos o
inmunoglobulinas (Ig), las cuales se adhieren a un antígeno específico (al cual
reconocen de manera unívoca). Todos los anticuerpos producidos por un
linfocito B son específicos para un solo antígeno, por eso dichos anticuerpos se
denominan monoclonales. También los linfocitos B interactúan con los linfocitos
T con lo que proliferan y cambian el isotipo de inmunoglobulina (IgM, IgE, IgG,
IgD, IgA ) que secretan, manteniendo la especificidad del antígeno. También
los linfocitos B pueden actuar como células presentadoras de antígenos.
Linfocitos T:
Linfocitos T (timodependientes, ya que se diferencian en el timo): Detectan
antígenos proteicos asociados a moléculas del complejo mayor de
histocompatibilidad (MHC o CMH)
Linfocitos T colaboradores (en inglés "helper") o linfocitos CD4+. Reconocen
péptidos antigénicos presentados por el MHC-II en células dendríticas,
linfocitos B, macrófagos y otras células presentadoras de antígenos. Se les
denomina colaboradores porque están involucrados en la activación y dirección
de otras células inmunitarias.3
Linfocitos T citotóxicos o linfocitos CD8+. Reconocen péptidos presentados por
MHC-I y tienen capacidad lítica.
Linfositos NK:
Célula asesina natural, Natural Killer o linfocito grande granular: juegan un
papel muy similar al de los linfocitos T citotóxicos en la respuesta autoinmune
adaptativa de nuestro organismo. Una célula NK actuará de manera inmediata
ante la presencia de un antígeno, mientras que un linfocito T citotóxico
necesitará de la respuesta inmune para activarse. Un Natural killer no necesita
que los anticuerpos marquen a las células afectadas por el antígeno, sino que
será capaz de reconocerlos inmediatamente para destruirlas.
Las células NK luchan contra el antígeno presente en la célula infectada o
cancerígena de manera inmediata; mientras tanto la respuesta inmune
adaptativa está generando células T citotóxicas específicas, para acabar con
esas células en un segundo paso.
Neutrofilos:
Los neutrófilos son leucocitos de tipo granulocito también denominados
polimorfonucleares (PMN). Miden de 9 a 12 μm y es el tipo de leucocito más
abundante de la sangre en el ser humano, representando en torno al 60-70 %
de los mismos. Su periodo de vida media es corto, durando horas o algunos
días. Su función principal es la fagocitosis de bacterias y hongos Y X.
Se llaman neutrófilos porque no se tiñen con colorantes ácidos ni básicos, por
lo que su citoplasma al microscopio óptico aparece de color rosa suave. Se
caracterizan por presentar un núcleo con cromatina compacta segmentada
multilobulado —de 2 a 5 lóbulos conectados por delgados puentes—.[1] En
neutrófilos inmaduros el núcleo se presenta sin segmentar, como una banda
fuertemente teñida. Su citoplasma contiene abundantes gránulos finos color
púrpura, (con el colorante Giemsa) que contienen abundantes enzimas líticas,
así como una sustancia antibacteriana llamada fagocitina, todo esto necesario
para la lucha contra los gérmenes extraños.
Es una célula muy móvil y su consistencia gelatinosa le facilita atravesar las
paredes de los vasos sanguíneos para migrar hacia los tejidos, ayudando en la
destrucción de bacterias y hongos y respondiendo a estímulos inflamatorios. A
este fenómeno se le conoce como diapédesis.
Los neutrófilos normalmente se encuentran en el torrente sanguíneo. Pero,
durante el inicio agudo de la inflamación, particularmente como resultado de
infección bacteriana, son unos de los primeros migrantes hacia el sitio de
inflamación (primero a través de las arterias, después a través del tejido
intersticial), dirigidos por señales químicas como interleucina-8 (IL-8),
interferón-gamma (IFN-γ), en un proceso llamado quimiotaxis. Son las células
predominantes en el pus.
La liberación de los neutrófilos desde los vasos sanguíneos está condicionada
por la liberación de histamina (liberada por mastocitos) y TNF-α (liberada por
macrófagos). La TNF-α y la histamina actúan sobre las células del endotelio del
vaso, haciendo que se active mediante la expresión de selectina-E. Los
neutrófilos activados mediante IL-8 pueden unirse a la selectina-E mediante su
ligando glucídico. De esa manera son capaces de estar presentes en tejidos en
apenas 5 horas después de empezar la infección. Debido a sus funciones
fagocíticas, los neutrófilos también se conocen como micrófagos, para
diferenciarlos de las células fagocíticas más grandes, los macrófagos.
Eosinofilos:
Un eosinófilo es un leucocito de tipo granulocito pequeño derivado de la
médula ósea, que tiene una vida media en la circulación sanguínea de 3 a 4
días antes de migrar a los tejidos en donde permanecen durante varios días.
Su desarrollo en la médula ósea es estimulado por diversas interleucinas, como
la IL-5, la IL-3 y el factor estimulante de colonias granulocito-macrófago. Es
característico su núcleo bilobulado, al igual que sus distintivos gránulos
citoplásmicos. Estas proteínas granulares son responsables de muchas
funciones proinflamatorias, principalmente en la patogénesis de las
enfermedades alérgicas, como célula efectora de hipersensibilidad inmediata,
así como en la muerte de parásitos. Una de las enzimas más importantes que
contienen sus gránulos es la histaminasa, que se encarga de hidrolizar la
histamina, regulando así la respuesta alérgica.
Basofilos:
Los basófilos conforman el tipo de leucocito menos abundante en la sangre.
Tiene núcleo irregular, difícil de ver por la granulación basófila que lo cubre casi
siempre. Tamaño semejante al de los segmentados. Se denomina basófilo a
cualquier célula que se tiñe fácilmente con colorantes básicos (hematoxilina
principalmente). Sin embargo, cuando se emplea este término sin ninguna
aclaración adicional, suele referirse a uno de los tipos de leucocitos (glóbulos
blancos de la sangre) de la familia de los granulocitos.
Los basófilos son los responsables del inicio de la respuesta alérgica, según
tres estudios que se publican en la edición digital de la revista «Nature
Immunology».
En las micrografías electrónicas se ven con claridad un pequeño aparato de
Golgi, algunas mitocondrias, un extenso RER y pequeñas inclusiones de
glucógeno.
Los gránulos de los basófilos son gruesos pero escasos. Son células de unos
10 μm de diámetro y su núcleo tiene una forma que recuerda a una S,es
lobulado y se divide de 1 a 3 lóbulos. Se originan en el mismo lugar que el resto
de los granulocitos (médula ósea), y son los menos numerosos, ya que
constituyen solo el 0,5 % del total.1 Son muy parecidos a los mastocitos o
células cebadas, pero no son el mismo tipo celular, ni se diferencian a ellos.
Tienen una activa participación en la respuesta inmunitaria, a través de la
liberación de histamina, serotonina en bajas concentraciones, y otras
sustancias químicas.
Tiene gránulos de dos clases:
Gránulos azurófilos: Contienen lisosomas, que a su vez estos contienen
hidrolasas ácidas.
Gránulos específicos o secundarios: contienen histamina (vasodilatador),
heparán sulfato (vasodilatador), heparina (anticoagulante) y leucotrienos
(hacen contraer el músculo liso de las vías aéreas).
Los basófilos además de poseer gránulos en su interior, poseen receptores de
IgE (inmunoglobulina E), aquella inmunoglobulina relacionada con las alergias.
Por eso el basófilo participa en la respuesta inflamatoria.
Monocitos :
Los monocitos son un tipo de glóbulos blancos agranulocitos. Es el leucocito de
mayor tamaño, llegando a medir 18 μm, y representa del 2 al 8 % de los
leucocitos en la sangre.El sistema fagocítico mononuclear (SFM) está
constituido por los monocitos circulantes y los macrófagos tisulares. Los
promonocitos de la médula ósea, al madurar salen de ella, diferenciándose en
monocitos circulantes, que al cabo de unas 8 horas emigran a distintos tejidos,
donde se convierten en macrófagos.
Macrofagos :
Los macrófagos (gr. "gran comedor") son células del sistema inmunitario que
se localizan en los tejidos. Proceden de células precursoras de la médula ósea
que se dividen dando monocitos (un tipo de leucocito), que tras atravesar las
paredes de los capilares y penetrar en el tejido conjuntivo se convierten en
macrófagos. Pueden ingerir y destruir bacterias, células dañadas y eritrocitos
gastados. Este proceso se llama fagocitosis.
FIBRAS COLÁGENAS
El colágeno es la proteína más abundante en el cuerpo humano y una de las
más importantes que se encarga de formas las fibras colágenas. Estas fibras
de colágeno forman parte de la piel, los huesos, los tendones y otros tejidos del
cuerpo, tanto en humanos como en los animales. ¡Representan alrededor del
2% del tejido muscular y hasta el 6% en músculos fibrosos fuertes y
desarrollados!
TIPOS DE FIBRAS DE COLAGENO
El colágeno constituye una familia de proteínas que se diferencian durante la
evolución y adoptan una morfología y patología características.
Las fibras de colágeno son las más frecuentes en el tejido conjuntivo. En
estado fresco son blancas, confiriendo ese color a los tejidos en los que
predominan. El color blanco de los tendones se debe a su riqueza en colágeno.
Las fibras colágenas son birrefringentes, pues están constituidas por moléculas
alargadas y paralelas. Las fibras colágenas están constituidas por una
glucoproteina estructural, denominada colágeno, cuya composición de
aminoácidos es muy característica. El aminoácido glicina aparece en el
colágeno en proporción del 33,5 %. Es la proteína más abundante en el cuerpo
humano, representando el 30% del total de ellas en el organismo.
ESTRUCTURA DEL COLAGENO
Los colágenos constituyen una familia de proteínas producidas por diversos
tipos de células y que se distinguen por sus cadenas alfa, propiedades físicas,
morfología, distribución de los tejidos y funciones. Se ha descrito ya más de
una docena de colágenos, los tipos del I al V y el XI son los mas frecuentes. El
colágeno está compuesto por tres cadenas que forman una triple hélice. Cada
cadena tiene unos 1400 aminoácidos de los cuales uno de cada tres es una
glicina. A intervalos regulares se encuentran otros aminoácidos, la prolina y la
hidroxiprolina, poco frecuentes en otras proteínas. La presencia de estos
aminoácidos particulares permite que las tres cadenas se enrrollen una
alrededor de la otra formando una fibra muy resistente. Además, entre las
cadenas se establecen puentes de hidrógeno que confieren al colágeno una
gran estabilidad.
• Colágeno de tipo I: constituye el 90% del total de colágeno del cuerpo de
los mamíferos. Forma fibras y haces muy resistentes. Se encuentra en los
tendones, ligamentos, capsulas de los organismos, dermis, tejido conjuntivo
laxo, huesos, dentina, etc. Es sintetizado por los fibroblastos, odontoblastos y
osteoblastos.
• Colágeno de tipo II: es el tipo que se encuentra en los cartílagos hialino y
elástico. Forma fibrillas muy finas y está producida por las células
cartilaginosas.
• Colágeno de tipo III: frecuentemente asociado al tipo I. Es el colágeno
que forman las fibras reticulares. Es producido por los fibroblastos y células
reticulares.
• Colágeno de tipo IV: no forma parte de los tejidos conjuntivos. Esta
presente en las láminas basales. Sus moléculas forman una especie de fieltro,
que no polimeriza en fibrillas. Es sintetizada por las células epiteliales.
• Colágeno de tipo V: aunque en pequeñas cantidades, esta presente en
los mismos tejidos donde hay colágeno de tipo I, asociándose a este para
formar fibrillas.
• Colágeno de tipo VI: Presente en la mayoría del tejido intersticial. Sirve
de anclaje de las células en su entorno. Se asocia con el tipo I.
• Colágeno de tipo VII: Se encuentra en la lámina basal.
• Colágeno de tipo VIII: Presente en algunas células endoteliales.
• Colágeno de tipo IX: Se encuentra en el cartílago articular maduro.
Interactúa con el tipo II.
• Colágeno de tipo X: Presente en cartílago hipertrófico y mineralizado.
• Colágeno de tipo XI: se encuentra en los cartílagos hialino y elástico,
participando de la estructura de las fibrillas colágenos, junto con el colágeno de
tipo II.
• Colágeno de tipo XII: Presente en tejidos sometidos a altas tensiones,
como los tendones y ligamentos. Interactúa con los tipos I y III.
• Colágeno de tipo XIII: Es ampliamente encontrado como una proteína
asociada a la membrana celular. Interactúa con los tipos I y III.
FORMACION DE COLAGENO
Cada una de las cadenas polipeptídicas es sintetizada por los ribosomas
unidos a la membrana del retículo endoplásmico y luego son traslocadas al
lumen del mismo en forma de grandes precursores (procadenas α),
presentando aminoácidos adicionales en los extremos amino y carboxilo
terminales.
Tras su secreción, los propéptidos de las moléculas de procolágeno son
degradados mediante proteasas convirtiéndolas en moléculas de
tropocolágeno asociándose en el espacio extracelular formando las fibrillas de
colágeno.
La formación de fibrillas está dirigida, en parte, por la tendencia de las
moléculas de procolágeno a autoensamblarse mediante enlaces covalentes
entre los residuos de lisina, formando un empaquetamiento escalonado y
periódico de las moléculas de colágeno individuales en la fibrilla.
Fibras elásticas y reticulares
Las fibras elásticas son paquetes de proteínas (elastina) que se encuentran
en la matriz extracelular del tejido conectivo y son producidas por los
fibroblastos y las células del músculo liso en las arterias.
Son sintetizadas por los fibroblastos y las células musculares lisas vasculares,
son más delgadas que las fibras de colágeno y se disponen en forma
ramificada para formar una red, su propiedad elástica se relaciona con su
esqueleto polipeptídico el cual ocasiona el enrollamiento aleatorio, tiene dos
componentes estructurales un núcleo central de elastina y una red circundante
de microfibrillas de fibrilina.
características
Son fibras formadas principalmente por dos proteínas: elastina y proteína
microfibrillar. Son elásticas, resistentes y se pueden observar formando
membranas fenestradas como en las arterias, o en forma independiente y
ramificadas como en la dermis. Con H y E no se tiñen, se observa
birrefringencia. Con la técnica de Verhoeff(hematoxilina férrica), se colorean de
negro; con tinción de fucsina aldehído o fucsina resorcina toman color púrpura;
con tinción de orceína se colorean de chocolate oscuro. Pueden ser
sintetizadas por fibroblastos y músculo liso y se pueden encontrar en arterias,
tejido pulmonar, piel, vejiga urinaria y cartílago elástico.
Función
Como su nombre lo indica confieren elasticidad a los tejidos y permiten que se
recuperen después del estiramiento.
Sintetización
Estas fibras son sintetizadas por células diversas: fibroblastos, condrocitos y
fibras musculares lisas.
Principal componente
El principal componente de las fibras elásticas es la elastina, material proteico
muy insoluble. Se caracteriza por un alto contenido en aminoácidos apolares
como prolina y valina y tiene un alto contenido en aminácidos no cargados
como la glicina. Contiene además dos aminoácidos exclusivos: desmosina e
isodesmosina.
La elastina se forma por las interacciones entre moléculas solubles de
tropoelastina, proteína de unos 70.000 de PM que contiene el aminoácido lisina
y carece del aminoácido desmosina. La elastina posee una estructura enrollada
aleatoriamente en estado relajado que se puede estirar, pero que vuelve a
adoptar la disposición enrollada aleatoria cuando se relaja. Las diferentes
moléculas de elastina se unen por enlaces covalentes, estirándose o
relajándose en conjunto; además se pueden organizar formando fibras o
láminas.
Fibras reticulares
CONSTITUCIÓN MOLECULAR Compuestas por fibrillas de colágeno, más
específicamente colágeno tipo III. Las fibrillas individuales que constituyen una
fibra reticular evidencian una secuencia de bandas transversales de 68nm,
tienen un diámetro reducido, poseen un diseño ramificado y no suelen formar
haces. Estas fibras poseen gran cantidad de glúcidos, lo cual permite que se
tiñan mediante impregnación argéntica. Las fibras reticulares se encuentran
rodeadas por complejos proteolipídicos los cuales impiden la adición de
muchas moléculas de tropocolágeno
COLÁGENO TIPO III: Principal constituyente de este tipo de fibras, el cual se
compone por una única clase de cadenas alfa 3. Es sintetizado por las células
del músculo liso, fibroblastos, glía. Su función es la de sostén de los órganos
expandibles.
CARACTERÍSTICAS ULTRAESTRUCTURALES
Están constituidas por colágeno tipo III en forma de redes dispuestas en
diferentes direcciones que muestran un patrón de bandas transversales con
diseño ramificado que no se agrupan para formar fibras más gruesas. Este tipo
de fibras se encuentran relacionadas con la membrana basal del tejido
conectivo, permitiéndole relacionarse con el epitelio supra yaciente.
Las miofibrillas de colágeno III que constituyen las fibras reticulares son
sintetizadas por fibroblastos, miocitos y células reticulares, lo que explica la
localización y distribución de estas fibras, que se suelen encontrar alrededor
del tejido nervioso, los adipocitos y lo ganglios linfáticos.
A pesar de que los componentes de estas fibras son sintetizados por varios
tipos celulares, sus principales productores son las células reticulares, que
adicionalmente sintetizan su colágeno que posteriormente rodean con su
citoplasma para aislarlo de los demás componentes del tejido. A excepción de
las fibras de los nervios periféricos y la túnica media de los vasos sanguíneos,
mediante las células de Schwann y en la capa muscular del tubo digestivo
mediante las células musculares lisas.
Al progresar la curación de una herida, aportan fuerza mecánica inicial a la
matriz extracelular recién sintetizada.
Son gradualmente reemplazadas, a medida que progresa el desarrollo
embrionario, por fibras de colágeno tipo I, que son más fuertes.
El tipo celular de las células reticulares es subclasificado en dos: células
reticulares fagocíticas y no fagocíticas. Las no fagocíticas se caracterizan por
su forma alargada, con ramificaciones de membrana que se prolongan hacia
las células aledañas. Además, este tipo de células tiene un núcleo alargado
que se inidentificable por la dispersión de su cromatina y tener un nucléolo
central y prominente.
Las células reticulares no fagocíticas presentan un núcleo ovoide y central que
cuenta con heterocromatina dispersa y un nucléolo prominente ubicado en el
centro. Grandes porciones del citoplasma están ocupadas por las cisternas del
retículo endoplasmático rugosos, aparatos de Golgi y mitocondrias. Asimismo,
estas células poseen un gran número de estructuras vesiculares que
corresponden en pigmentos residuales de transformaciones a
melanomacrófagos.
Como fue mencionado anteriormente, las fibras reticulares cuentan con una
estructura de colágeno tipo III. Sin embargo, este esqueleto básico es rico en
carbohidratos, lo que le otorga la facultad al tejido reticular de teñirse con la
coloración argéntica (tinción a base de plata) y con el método PAS.
Características:
• No forman haces
• Son cortas, ramificadas y delgadas
• Las microfibrillas son escasas
• Se tiñen con coloraciones a base de plata como Impregnación Argéntica
o Rio Hortega por ende se verán como finas hebras negras
• La coloración P.A.S harán que se coloreen de rojo magenta debido a su
contenido de glicoproteínas
• Primeras que aparecen cuando la mesénquima embrionaria se
diferencia en tejido conectivo laxo.
CLASIFICACIÓN:
Las fibras de tejido laxo se encuentran entrelazadas en el espacio intracelular.
Existen tres tipos de tejido laxo:
Tejido conectivo areolar: Es de los de más amplia distribución. Contiene tipos
celulares como fibroblastos, macrófagos, células plasmáticas, mastocitos y
glóbulos blancos. Se compone de fibras de colágena, elásticas y reticulares.
Las sustancias principales que contiene son ácido hialurónico,
condroitinsulfato. Este tipo de tejido forma parte del tejido subcutáneo.
Tejido adiposo: Se compone de un tipo celular llamado adipocito que
almacenan triglicéridos. Se encuentra asociado al tejido areolar. Actúa como
aislante para evitar la pérdida de calor. Es la principal fuente de energía y
brinda soporte y protección a diversos órganos.
Tejido conectivo reticular: Es un conjunto de células y fibras reticulares que
constituyen el estroma de algunos órganos como el hígado, bazo y ganglios
linfáticos. Las células de este tejido filtran la sangre eliminando las células
viejas
LOCALIZACIÓN:
El tejido conectivo laxo está muy vascularizado. Se encuentra localizado debajo
de los epitelios, en la mucosa y submucosa de la pared del tubo digestivo, del
sistema urinario y del respiratorio.
FUNCIÓN:
El tejido conectivo laxo actúa como un soporte y alineador celular y hormonal
ya que eyacula una sustancia llamada segregina, encargada de la reproducción
de hormonas. Forma la dermis de la piel, rellena y rodea numerosos órganos,
además de nutrirlos. También poseen una función defensiva.
FIBRAS:
La fibra alimentaria se puede definir como la parte comestible de
las plantas que resiste la digestión y absorción en el intestino delgado humano
y que experimenta una fermentación parcial o total en el intestino grueso. Esta
parte vegetal está formada por un conjunto de compuestos químicos de
naturaleza heterogénea (polisacáridos, oligosacáridos, lignina y sustancias
análogas). Desde el punto de vista nutricional, y en sentido estricto, la fibra
alimentaria no es un nutriente, ya que no participa directamente en
procesos metabólicos básicos del organismo. No obstante, la fibra alimentaria
desempeña funciones fisiológicas sumamente importantes como estimular
la peristalsis intestinal. La razón por la que el organismo humano no puede
procesarla se debe a que el aparato digestivo no dispone de las enzimas que
pueden hidrolizarla.
Componentes de la fibra alimentaria:
http://es.tejido-conectivo-general.wikia.com/wiki/FIBRAS_RETICULARES
http://es.tejido-conectivo-general.wikia.com/wiki/FIBRAS_ELASTICAS
https://www.ecured.cu/Fibras_el%C3%A1sticas