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INSTITUTUTO DE INVESTIGACIONES DE EL RIEGO Y DRENAJE.

RIEGO LOCALIZADO DE ALTA FRECUENCIA


Indice.

No Contenido. Pag.
1. Introducción. 4
1.1 Breve reseña histórica 4
1.2 Definición, peculiaridades agronómicas, ventajas y desventajas del riego 4
localizado.
1.2.1 Concepto de RLAF. 4
1.2.2 Peculiaridades agronómicas de los sistemas de RLAF. 4
1.2.3 Ventajas de los sistemas de RLAF. 7
1.2.4 Desventajas de los sistemas de RLAF. 7
2. Técnicas de RLAF. 7
2.1. Técnica de goteo. 8
2.2. Técnica de tuberías goteadoras. 8
2.3. Técnica de microdifusión y microaspersión. 8
3. Estructura organizativa de los sistemas de RLAF. 9
3.1. Subunidad de riego. 9
3.2. Unidad de riego. 9
3.3. Unidad operacional de riego. 9
4. Componentes de los sistemas de RLAF. 9
4.1. Emisores 10
4.1.1. Emisores de bajo caudal o goteros. 10
4.1.1.1 De largo conducto. 11
4.1.1.1.1 Microtubo 11
4.1.1.1.2 Goteros helicoidales 11
4.1.1.1.3 Goteros de laberinto 12
4.1.1.1.4 Goteros autocompensantes. 12
4.1.1.2 Gotero de orificio 13
4.1.1.2.1 Gotero Vortex 13
4.1.1.2.2 Mangueras 14
4.1.1.2.3 Cintas de exudación 14
4.1.2 Emisores de alto caudal. 15
4.1.2.1 Microaspersores y difusores. 15
4.1.3 Clasificación de los emisores de acuerdo a la forma de acople al lateral. 16
4.1.4 Características fundamentales que deberán tenerse en cuenta al 17
seleccionar un emisor.
4.1.5 Aspectos hidráulicos y parámetros que evalúan la calidad del emisor. 17
4.1.5.1 Ecuación de caudal contra presión.. 17
4.1.5.2 Pérdidas de carga por conexión. 18
4.1.5.3 Coeficiente de variación de fabricación. 18
4.1.5.4 Sensibilidad a las obturaciones. 20
4.1.5.5 Sensibilidad a la temperatura. 20
4.2 Red de tuberías. 20
4.2.1 Tuberías de asbesto cemento. 21
4.2.2 Tuberías de PVC. 21
4.2.3 Tuberías de polietileno. 22
4.2.4 Clasificación de las tuberías de riego en relación a su función en los 23
sistemas de RLAF.
4.3 Centro de control o cabezal. 24

2
4.3.1 Sistemas de filtrado y tratamiento de aguas. 25
4.3.2 Causas de las obturaciones. 25
4.3.3 Prefiltros 25
4.3.4 Decantadores. 25
4.3.5 Hidrociclón 25
4.3.6 Filtro de arena. 28
4.3.7 Filtros de malla. 29
4.3.8 Filtros de anillas. 30
4.3.9 Instalaciones de fertirrigación. 31
4.3.10 Depósitos de abonos. 31
4.3.11 Sistemas de inyección de abonos. 31
4.3.11.1 Tanque de abonado. 31
4.3.11.2 Inyector Venturi. 32
4.3.11.3 Dosificadores eléctricos. 33
4.3.11.4 Dosificadores hidráulicos. 33
4.4 Aparatos de control y medida y otros accesorios usados en los RLAF. 34
4.4.1 Contadores de agua. 34
4.4.2 Reguladores de presión. 34
4.4.3 Válvulas. 35
4.4.4 Ventosas 35
4.4.5 Manómetros. 35
4.4.6 Programadores de riego. 35
4.5 Moto bomba. 36
5. Manejo y explotación de los sistemas de RLAF. 36
5.1 Actividades preliminares. 36
5.1.2 Lavado inicial del sistema de riego. 36
5.1.3 Prueba dinámica de funcionamiento del sistema de riego. 36
5.1.4 Riego antes de la siembra o plantación. 36
5.2 Actividades sistemáticas. 36
5.2.1 Control del tiempo diario de riego. 37
5.2.2 Cálculo del tiempo de riego diario para cada subunidad de riego. 37
5.2.3 Puesta en marcha del sistema de riego. 38
5.2.4 Conducción de la secuencia de riego. 38
5.2.5 Inspección de la red de laterales y emisores. 38
5.2.6 Limpieza de los filtros de arena. 39
5.2.6.1 Lavados periódicos. 40
5.2.6.2 Lavado inicial o después de un largo período de inactividad del sistema 40
de riego.
5.2.6.3 Lavado de fin de temporada o precedente a un largo período de 40
inactividad del sistema.
5.2.7 Limpieza de los filtros de malla 41
5.2.7.1 Limpieza periódicas. 41
5.2.7.2 Limpieza inicial o después de un largo período de inactividad del sistema. 41
5.3 Actividades frecuentes. 42
5.3.1 Limpieza de tuberías principales, terciarias y laterales. 42
5.3.2 Aplicación de los fertilizantes conjuntamente con el agua de riego 42
“Fertirrigación”.
5.3.3 Ventajas de la fertirrigación. 42
5.3.4 Desventajas de la fertirrigación. 43
5.3.5 Requisitos de los abonos utilizados en fertirrigación. 43

3
5.3.6 Tipos de abonos utilizados. 44
5.3.7 Frecuencia de la fertirrigación. 45
5.3.8 Concentración. 45
5.3.9 Prevención de precipitados. 46
5.3.10 Salinidad provocada por la fertirrigación. 46
6. Evaluaciones de campo de una instalación de RLAF. 47
6.1 Eficiencia de aplicación. 47
6.2 Coeficiente de uniformidad CU. 47
6.3 Eficiencia de almacenamiento (Ks). 48
7. Bibliografía. 49

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Curso de Riego Localizado de Alta Frecuencia (RLAF).

1. Introducción.

1.1 Breve reseña histórica

El riego localizado se utiliza por primera vez en Inglaterra a finales de la década de los
40, y en la década de los 50 en Israel. Comercialmente se desarrolla en la década de los
60 producto de los trabajos realizados por Israel y lo barato de las tuberías plásticas con
respecto a las metálicas.

Estos sistemas tuvieron gran desarrollo en las regiones desérticas donde otras técnicas
de riego no aportaban buenos resultados producto del tipo de suelo (arenoso) y la alta
salinidad.

En la actualidad la industria mundial ha desarrollado gran cantidad de tipos de emisores


diferentes, unos más sofisticados que otros pero con un mismo fin, entregar el agua
directamente a las raíces del cultivo..

1.2 Definición. Peculiaridades agronómicas, ventajas y desventajas del riego


localizado.

1.2.1 Definición :
Consiste en la aplicación del agua en una zona más o menos restringida del volumen
radical del cultivo, caracterizándose por:
a) No moja la totalidad del suelo en la zona cultivada, aplicando el agua sobre o bajo la
superficie.
b) Utiliza pequeños caudales a baja presión.
c) La aplicación del agua se realiza a partir de un número variable de puntos de
emisión o tramos de tubería perforada o exudante próximos a la planta.
d) Constituye por esencia un riego de alta frecuencia .

1.2 2 Peculiaridades agronómicas del Riego Localizado. de Alta Frecuencia.

Como indican su nombre, los riegos localizados de alta frecuencia se caracterizan por
dos hechos fundamentales: la localización y la alta frecuencia.

La localización consiste en que sólo se humedece parte del volumen del suelo y se
pretende que las raíces obtengan de ese volumen el agua y los nutrientes que necesitan.
El resto del suelo prácticamente no se aprovecha y éste es un buen momento para
adelantar que no es tan fácil aumentar las producciones con marcos de plantación más
densos que los tradicionales, para aprovechar esa parte no utilizada del suelo: las
limitaciones no están en el suelo sino en la competencia por la luz o en exigencias de
espacios libres para las labores.

El efecto de localización se manifiesta también, en modificar la evaporación la


transpiración, y la distribución de raíces, en un régimen especial de sales, etc.
Además la localización del riego casi obliga a que éste se aplique con alta frecuencia.:
El volumen de suelo mojado es reducido y por tanto la capacidad de

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almacenamiento es baja, por lo que hay que aplicar dosis reducidas de riego, y para
satisfacer las necesidades de los cultivos y estas pequeñas dosis se deben aplicar con
alta frecuencia.

A su ves la alta frecuencia del riego tiene unas consecuencias importantes en el


régimen de la humedad: el suelo se mantiene constantemente a una humedad
elevada, lo que afecta a la absorción de agua, concentración de sales, aireación, etc..

En resumen el efecto de la localización y la alta frecuencia es disminuir la evaporación


e incrementar la transpiración . El balance supone una disminución del conjunto
evapotranspiración, cuya magnitud depende de varias características de las partes
transpirantes de las plantas, masa de follaje, superficie total de las hojas, volumen de la
copa, etc. Como estas características son difíciles de cuantificar, se ha intentado
representarlas por la fracción de área sombreada, que es la fracción de la superficie del
suelo sombreada por los cultivos al mediodía, y que se suele representar por la letra (A).
Cuanto menor es (A), mayor es la reducción de la evapotranspiración en el riego
localizado respecto al riego convencional

El mayor ahorro de agua con riego localizado se consigue con plantaciones jóvenes de
árboles, que es cuando (A) alcanza valores muy reducidos. A medida que los árboles
crecen, el consumo se va aproximando al de riegos convencionales. En cultivos en
hileras tales como hortalizas, la disminución de la ET es prácticamente despreciable.

Las necesidades de agua de los cultivos con RLAF son prácticamente iguales que con
otros sistemas de riego. Donde se consiguen importantes ahorros de agua es en la
conducción y en la aplicación en parcela, al disminuir las pérdidas por percolación y
escorrentía,. ciertos ahorros en el caso de árboles, se consiguen sobre todo en los
primeros años y prácticamente no se ahorra nada en cultivos en hilera.

Una peculiaridad de estos sistemas es la forma y dimensiones del área humedecida


por un emisor, comúnmente llamado bulbo húmedo que depende de varios factores
entre los cuales tenemos (tipo de suelo, estratificación del suelo, caudal del emisor y
volumen de agua aplicado por el emisor). La localización de la humedad dentro del
mismo, trae consigo, la adaptación de las raíces al régimen de humedad, concentrándose
en el bulbo húmedo, que puede contener una densidad de raíces tres o cuatro veces
superior a un suelo con riego no localizado.

La mayor densidad de raíces da lugar a una mayor extracción de agua y nutriente del
suelo por la mayor superficie de absorción, que de no reponerse con frecuencia pueden
agotarse y ocasionar deficiencias y daños en los cultivos

Los cultivos se desarrollan satisfactoriamente aunque las raíces exploren sólo una parte
del suelo, cuya extensión debe ser como mínimo del orden del 30-40 % del área
sombreada. La competencia por la luz y las necesidades de espacio para las labores
limitan la intensificación de los marcos de plantación.

Otro tópico acerca de los riegos que estamos estudiando, es el aumento que se consigue
en la producción debido a la alta frecuencia. Según esa teoría, al mantenerse
constantemente en el suelo una humedad elevada, la absorción de agua por las raíces
exige un esfuerzo menor a la planta y la producción se desarrolla en mejores

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condiciones, aumentando los rendimientos. Los rendimientos de los cultivos no
responden al sistema de riego, sino al régimen de humedad. Las altas producciones
citadas con RLAF se pueden conseguir con un buen manejo de riegos convencionales.

La gran ventaja de los RLAF se presenta en los suelos marginales (muy permeables o
muy pesados), donde por métodos convencionales de riego, es muy difícil o caro
mantener un buen régimen de humedad.

Aunque los RLAF presentan ventajas en relación con el régimen de las sales, al éstas
encontrarse en menor concentración dentro del bulbo húmedo, producto de mantenerse
constantemente en el suelo una humedad elevada; en algunas situaciones, pueden
requerir lavados complementarios aplicados por otros métodos de riego.

La fertirrigación permite un abonado mucho más racional que el método tradicional. En


combinación con el análisis foliar periódico, permitirá satisfacer las necesidades de
nutrientes en las cantidades y momentos oportunos.

1.2 3 Ventajas del riego localizado:

1. Ahorra agua pues minimiza las pérdidas por conducción y aplicación, además en
cultivos espaciados no humedece toda el área ocupada por la zona radical.
2. Ahorra energía comparada con la aspersión de carga media y alta..
3. Disminuye la mano de obra necesaria para la explotación de los sistemas; por ser un
sistema estacionario, además permite de una forma relativamente fácil la
automatización.
4. Aumenta el rendimiento del cultivo por unidad de área.
5. Permite llevar a cabo las labores de fertilización junto al riego y reduce las malas
hierbas en las calles.
6. Puede ser utilizado en topografías accidentadas.

1.2.4 Desventajas del riego localizado:

1. Requiere que se filtre el agua para evitar tupiciones en los emisores.


2. Requiere la presencia de personal calificado para dirigir y controlar la explotación
del sistema de forma directa.
3. Algunos de los elementos del sistema pueden ser susceptibles al ataque de roedores.
4. Incremento de los costos de inversión inicial comparado con aspersión
semiestacionaria.
5. En las etapas de fomento de cultivos como cítricos y plátanos la uniformidad del
riego en los sistemas de microaspersión es afectada de forma apreciable por la
influencia del viento. En los cultivos de porte bajo, debe tenerse presente la
influencia de este factor climático durante todo su desarrollo.

2. Técnicas de RLAF.

En función del tipo de emisor utilizado y su colocación se distinguen tres tipos de riego
localizado:
 Por goteo.
 Por tuberías emisoras.
 Por microaspersión y microdifusión.

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2.1 Riego por goteo.
Es el sistema de riego localizado más popular. El agua circula a presión por la
instalación hasta llegar a los goteros, en los que se pierde presión y velocidad, saliendo
gota a gota. Son utilizados normalmente en cultivos con marco de plantación amplio
(olivar, frutales, etc.), cultivo en invernadero (tomate, pimiento, pepino, melón, plantas
ornamentales), y en algunos cultivos en línea (algodón, coliflor, repollo, patata, etc).

Los goteros suelen trabajar a una presión de aproximadamente 1 kg/cm 2 conocido


popularmente por kilo y suministran caudales entre 2 y 16 litros/horas. Lo más frecuente
es que las tuberías laterales y los goteros estén situados sobre la superficie del suelo, y
el agua se infiltre y distribuya en el subsuelo. En el riego por goteo bajo la superficie del
suelo, las tuberías laterales se entierran entre 15 y 60 cm y los goteros aportan el agua a
esa profundidad, conociéndose entonces como riego por goteo subterráneo. La
profundidad de enterrado de la tubería portagoteros dependerá del tipo de cultivo y del
tipo de suelo. Este sistema esta basado en la utilización de franjas de humedad que
garantizan una buena uniformidad de riego. Tiene como principales inconvenientes, la
obstrucción de goteros por penetración de partículas de suelo o introducción de raíces
en sus conductos y la dificultad de detectar fallos en el funcionamiento de estos así
como de su reparación.

2.2Riego por tuberías emisoras.


Se caracteriza por la instalación de tuberías emisoras sobre la superficie del suelo
creando una banda continua de suelo humedecido y no en puntos localizados como en el
riego por goteo. Su uso más frecuente es en cultivos en línea con muy poca distancia
entre plantas. Las mas utilizadas son las tuberías goteadoras y las tuberías exudantes.

2.2.1Tubería de goteo.
Tenemos dentro de este grupo las tuberías perforadas, las de doble cámara y las tuberías
con goteros insertados, sus caudales son variables y pueden trabajar a presiones entre
0,5 y 4 kg/cm2.

2.2.2Tubería exudante.
Consiste en una serie de canalizaciones plásticas, porosas, que permiten que el agua que
circula pase al suelo. De esta manera se consigue un riego uniforme y constante en toda
su longitud, ya que el agua se transmite por la propia capilaridad del terreno, alcanzando

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más o menos superficie en función de la estructura de los substratos. Los ahorros de
agua se cifran entre un 35 y un 45%. En la mayoría de los casos hay que instalar una
válvula reductora de presión, ya que las instalaciones exudantes trabajan con una
presión de agua entre 0,2 y 0,8 kg/cm 2 siendo sus caudales variables entre 2 y 8 litros
por hora.

2.3. Riego por microdifusión y microaspersión.


En el riego por microdifusión y microaspersión, el agua se aplica sobre la superficie del
suelo en forma de lluvia muy fina, mojando una zona determinada que depende del
alcance de cada emisor. Está indicado tanto para cultivos leñosos como para cultivos
herbáceos de distinto marco de plantación.

Se distinguen los emisores denominados microdifusores los cuales están constituidos


por toberas fijas y microaspersores a los constituidos por deflectores móviles. En ambos
casos suelen trabajar a presiones entre 1 y 2 kg/cm 2 y suministran caudales de hasta 200
l/h.

3.Estructura organizativa de los sistemas de riego localizado.

3.1 Subunidad de riego.


Es la superficie que se riega simultáneamente desde un mismo punto donde se controla
o regula la presión de entrada del agua. En la cabecera lleva, por tanto, un dispositivo
regulador de presión.

3.2 Unidad de riego.


Es la superficie formada por el conjunto de subunidades de riego que se riegan
simultáneamente desde un mismo punto, donde se controla la dosis de agua a aplicar en
cada riego. Debe llevar por tanto en cabecera una válvula.

3.3Unidad operacional de riego.


Es la superficie total de las unidades de riego que funcionan simultáneamente desde un
punto, cabezal o centro de control (ver figura 1).

Figura.1: Esquema de la estructura organizativa de un sistema de RLAF.

4. Componentes del sistema de RLAF.

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Las partes componentes del sistema de riego localizado son las siguientes:
1. Emisores.
2. Laterales.
3. Tuberías terciarias o distribuidoras.
4. Tuberías secundarias.
5. Tubería principal o conductora.
6. Centro de control o cabezal.
7. Estación de bombeo.

Figura.2: Esquema de las partes componentes de una instalación de RLAF.

4.1 Emisores.

Los emisores son tal vez los elementos más importantes de las instalaciones de RLAF y
desde luego, los más delicados. Toda la dificultad de su diseño constructivo reside en el
siguiente problema: los emisores deben proporcionar un caudal bajo, con el objeto de
que los diámetros de las tuberías, sobre todo laterales y terciarias, sean reducidos, las
grandes longitudes de estas tuberías que se emplean en los RLAF hacen que un ligero
incremento de su diámetro encarezca de forma importante la instalación.

Por otra parte la presión de servicio de los emisores no debe ser muy baja para
minimizar el efecto que sobre la uniformidad de l riego tienen los desniveles del terreno
y las pérdidas de carga a la largo de terciarias y laterales. Ambas condiciones, caudal
bajo y presión alta conducen, desde un punto de vista exclusivamente hidráulico, a
emisores en los que el paso de agua sea pequeño, pero que ello está en contradicción
con otra condición que han de cumplir los emisores: su diámetro de paso ha de ser lo
mayor posible con objeto de evitar las obturaciones, que son el principal problema en el
manejo de los RLAF. Esta contradicción es resuelta por los fabricantes de forma muy
variada e ingeniosa y en consecuencia existen en el mercado muchos tipos de emisores.

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La mayoría de los emisores trabaja a una presión próxima a los 10 m.c.a; aunque los de
alto caudal pueden hacerlo a 20 m.c.a y en el otro extremo, las cintas de exudación
trabajan entre 1 y 3 m.c.a. los caudales varían entre 2 y 16 l/h en los emisores de bajo
caudal y en los de alto caudal pueden llegar hasta 150 l/h. y en las cintas de exudación a
menos de 0.5 litro/hora y metro lineal.

4.1.1 Emisores de bajo caudal o goteros:

4.1.1 1 De largo conducto.


Los goteros de largo conducto han ido evolucionando en el tiempo según la secuencia
microtubo- helicoidales- de laberinto, aunque en la actualidad los tres coexisten en el
mercado.

4.1.1.1.1 Microtubo.
El microtubo es el tipo de gotero más antiguo no sólo de los de largo conducto, sino de
todos los tipos. Consiste en un tubo generalmente de polietileno de pequeño diámetro
entre 0.6 y 2 mm y de longitud variable. En los microtubos el régimen hidráulico es
generalmente laminar por lo que su caudal es dependiente de la temperatura y
altamente sensible a las variaciones de presión.

Figura.3: Microtubo.

4.1.1.1.2 Goteros helicoidales.


Los goteros helicoidales consisten en una modificación del microtubo: es como si éste
se enrollara alrededor de un cilindro, con lo que se consiguen goteros más compactos.
Se fabrican generalmente en polipropileno como la mayoría de los goteros.

El hecho de que la trayectoria del agua sea helicoidal origina unas fuerzas centrífugas,
que aleja el régimen hidráulico de la condición laminar, por lo que estos goteros son
menos sensibles que los microtubos a la temperatura, presión y obturaciones.

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Figura.4: Gotero helicoidal.

4.1.1.1.3. Goteros de laberinto


Son el último tipo en la evolución histórica de los goteros de largo conducto. En ellos se
obliga al agua a recorrer una trayectoria tortuosa, funcionando prácticamente en
régimen turbulento, con lo que son poco sensibles a la temperatura y menos que los
helicoidales a la presión y obturaciones.

Los goteros helicoidales y de laberinto suelen ser normalmente de caudales entre 2 y 8


litros por hora, según los modelos.

Figura.5: Gotero de laberinto.

4.1.1.1.3 Goteros autocompensantes.


Una de las causas de la falta de uniformidad del riego es la diferencia de presión entre
los distintos emisores de la instalación, debido a desniveles en el terreno y a pérdidas de
carga en las conducciones. Como un intento de superar este problema han surgido los
emisores autocompensantes, dotados de un elemento flexible, generalmente una
membrana de caucho, que se deforma bajo la acción de la diferencia de presión del agua
antes y después de la membrana, manteniendo el caudal aproximadamente constante,
aunque varíe la presión de entrada. El efecto de compensación sólo se produce dentro de
un cierto rango de presiones, a lo que se denomina rango de compensación.

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Normalmente son del tipo de conexión sobre línea, pero ya existe en el mercado
modelos del tipo insertados dentro de la tubería goteadoras.

Además de su mayor costo, el principal inconveniente de estos emisores es que el


material del elemento elástico experimenta envejecimiento bajo la acción combinada de
las distintas temperaturas y presiones a que se ve sometido y de los agentes químicos
tales como abonos, ácidos, alguicidas, etc; que pueden llevar el agua de riego. Ello hace
que al cabo de cierto tiempo, en una misma instalación pueda haber emisores que aún
efectúen la autocompensación y otros que no la hagan, con lo que se pierde uniformidad
de riego.

Los goteros autocompensantes pueden estar justificados en terrenos muy accidentados.

Figura. 7: Gotero autocompensante.

4.1.1.2 Goteros de orificio


En ellos el agua sale al exterior a través de un orificio donde se disipa la presión ,
trabajan en régimen turbulento, por lo que estos goteros presentan las ventajas ya
descritas inherentes a ese régimen hidráulico. Su principal inconveniente es su pequeño
diámetro, que los hace muy sensibles a las obturaciones.

4.1.1.2.1 Gotero Vortex.


Estos goteros surgieron como un intento de paliar el citado inconveniente de los goteros
de orificio, de su pequeño diámetro. De hecho un gotero Vortex es un gotero de orificio,
en el que el agua, después de atravesar la perforación, se ve obligada a circular por una
cámara donde entra tangencialmente, originando un flujo vorticial. La fuerza centrífuga
se opone a la dirección del flujo creando una pérdida de carga adicional a la del orificio.
Ello hace que para un mismo caudal en el Vortex se necesite un diámetro mayor.

Los goteros Vortex realizan una pequeña autocompensación y tienen una curiosa
característica ya que su caudal disminuye cuando aumenta la temperatura del agua.

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Figura.6: Gotero Vortex.

4.1.1.2.2 Mangueras.
Las mangueras son unas tuberías provistas de puntos de emisión muy próximos, lo que
las hace muy adecuadas para el riego de cultivos en línea tipo hortalizas. no se deben
confundir con las tuberías que llevan goteros embutidos; a diferencias de éstas, las
mangueras consisten en dos conductos paralelos, uno principal del que el agua pasa al
secundario a través de un orificio que provoca una primera pérdida de carga; del
conducto secundario el agua sale al exterior por un segundo orificio.

Figura.8: Manguera de doble pared.

4.1.1.2.1 Cintas de exudación.


Consiste en una tubería o cinta fabricada a partir de una membrana compuesta de
microfibras de polietileno entrecruzadas, formando una malla en la que los poros tienen
un tamaño medio de 4 a 5 micras y ocupan el 50% de la superficie de la membrana. Al
aplicar una presión que normalmente está comprendida entre 2 y 3,5 m.c.a, la tubería se
hincha y el agua sale al exterior por los poros, homogéneamente en toda su longitud.
Sus caudales están en el orden de 1 a 1,75 l/h y metro de cinta.

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El relativamente bajo caudal de estos emisores permite abaratar la red de distribución de
riego, instalando tuberías de menor diámetro que en el caso de emisores de mayor
caudal.

La cinta de exudación puede trabajar a bajísimas presiones del orden de pocos


decímetros de columna de agua. Estas condiciones de trabajo, aunque se alejan del
optimo de presión recomendado permiten regar en algunas situaciones en que la
presión disponible es muy baja.

El pequeño tamaño de los poros hace ha este emisor ultrasensible a obturaciones, sobre
todo las ocasionadas por las bacterias que se desarrollan a partir de algas microscópicas
que atraviesan todo tipo de filtros. El desarrollo de las algas se ve favorecido por la
exposición a la luz de la cinta, ya que estas tienen una cierta transparencia; por ello se
recomienda que se entierren de 3 a 8 cm, a menos que el cultivo exija un acolchado de
plástico negro, en cuyo caso esa protección es suficiente.

La cinta de exudación humedece una franja continúa del terreno, por lo que su empleo
está indicado en el riego de cultivos en líneas como es el caso de hortalizas. También
puede utilizarse en el riego de árboles

Figura. 9:Cinta de exudación.

4.1.2 Emisores de alto caudal.

4.1.2.1 Microaspersores y difusores.


En suelos muy permeables en los que el bulbo húmedo se desarrolla mucho en
profundidad y poco en anchura, el empleo de emisores de bajo caudal a dado a lugar a
riegos totalmente insuficiente en cuanto al área de suelo mojado. para estos casos, sobre
todo , ha surgido la solución de los microaspersores y difusores. La diferencia entre
estos emisores no es importante: los microaspersores llevan un mecanismo móvil que
distribuye el agua mientras que en los difusores tal mecanismo no existe. En ambos
casos el agua pulverizada se distribuye por el aire y cuando cae a la tierra humedece una
superficie cuyo radio es del orden de 0.5 - 3.5 metros, aunque en algunos modelos el
alcance es superior al indicado.

La principal ventaja de estos emisores es la ya citada de humedecer una superficie


extensa. Por ello su aplicación está más indicada cuanto más permeable es el suelo. Otra
ventaja es un menor riesgo de obturación, debido por una parte al mayor diámetro de
paso de agua y por otra a su mayor presión de servicio.

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Estos suelen trabajar a mayor presión que los goteros, generalmente entre 10 y 20 m.c.a.
aunque pueden llegar a 30 m.c.a.. Los caudales varían entre 20 y 150 l/h, pero hay
modelos que alcanzan más de 300 l/h.

El principal inconveniente de los microaspersores y difusores es que su alto caudal


exige diámetros mayores en las tuberías, por lo menos en las de último orden (terciarias
y laterales), de las que se utilizan muchos metros en los RLAF. En consecuencia las
instalaciones son mucho más caras. Otro inconveniente es que pueden mojar el tronco
de los árboles, lo que en algunas especies puede favorecer el desarrollo de
enfermedades, como es el caso de la Phytophthora en los cítricos.

La mayoría de estos emisores son del tipo de orificio, pero existen modelos en los que
la disipación de la presión se produce por los mecanismos citados al hablar de los
goteros (largo conducto, laberinto, vortex, autocompensantes, etc..), por lo que los
exponentes de descarga (x) presentan la misma gama de los goteros, salvo los valores
muy próximos a 1. En cuanto a la forma de la superficie mojada, los hay circulares,
sectoriales y rectangulares. Se emplean generalmente en el riego de árboles, u en
jardinería en el de céspedes de extensiones reducidas.

Figura. 10: Difusor Figura. 11: Microaspersor

4.1.3.Clasificación de los emisores de acuerdo a la forma de acople al lateral.

Los emisores también se clasifican de acuerdo a la forma de acople a la tubería lateral


en:

 En la línea
 En derivación

Se denomina en la línea cuando el emisor forma parte de la alineación de la tubería


lateral, es decir cuando está interconectado entre dos tramos consecutivos de tubería
lateral, y en derivación cuando el emisor se encuentra adosado a la tubería lateral por
medio de una protuberancia que penetra en la pared de dicha tubería, sin formar parte de
la alineación.

16
Figura. 12: Conexión emisor – Lateral.

4.1.4. Características fundamentales que deberán tenerse en cuenta al seleccionar


un emisor:

a) Caudal uniforme y constante, poco sensible a las variaciones de presión. Este debe
ser estable a lo largo del tiempo.
b) Poca sensibilidad a las obturaciones.
c) Elevada uniformidad de fabricación.
d) Resistencia a la agresividad química y ambiental así a las operaciones agrícolas.
e) Bajo costo.
f) Poca sensibilidad a los cambios de temperatura.
g) Reducida pérdida de carga en el sistema de conducción.

4.1.5 Aspectos hidráulicos y parámetros que evalúan la calidad del emisor.

4.1.5.1 Ecuación de caudal contra presión.

q = K.H x

donde:
q: Caudal del emisor (l/h).
k: Coeficiente de gasto característico de cada emisor.
H: Presión a la entrada del emisor (m).
x : Exponente de descarga, caracterizado por el régimen de flujo dentro del emisor y de
sus dispositivos de autocompensación.

La siguiente tabla muestra los exponentes de descarga de emisores, los que nos da una
medida de la sensibilidad de los mismos a la variación de presión.

Emisor Exponente de descarga ( x )

17
De régimen laminar 1
Microtubos 0.75 – 1
Helicoidal 0.65 – 0.75
De régimen turbulento (orificio ó de laberinto) 0.5
Vortex 0.4
Autocompensante 0 – 0.4
Teórico perfectamente compensante. 0

En la figura.13, se pueden observar distintas curvas representativas de la relación caudal


vs presión, para emisores con distintos exponentes de descarga, donde se puede ver de
forma gráfica el comportamiento de los mismos en relación a la variación de presión

Figura. 13. Relación caudal (q) – Presión (h).

4.1.5.2 Pérdidas de carga por conexión.

Los emisores de riego localizado tienen diversas formas de conectarse a las tuberías
laterales, entre las más conocidas se encuentran: conexión interlíneas, en derivación
con alargadera o elevador y sistemas integrados.

Todos estos tipos de conexiones producen una pérdida de carga que depende del tamaño
y tipo de conexión, del diámetro interior del lateral y del caudal que pasa por éste. Estas
pérdidas deben ser determinadas en condiciones de laboratorio.

Las pérdidas de carga producidas por las conexiones deben tenerse en cuenta, pues en
emisores colocados muy juntos, con conexión interlínea puede llegar a aumentar en un
30 o 40 % la pérdida que se tendrá en el lateral sin emisores.

4.1.5.3 Coeficiente de variación de fabricación

Para todos debe estar claro que resulta imposible obtener emisores que brinden
exactamente el mismo gasto para iguales condiciones de trabajo por "perfecto " que sea

18
el proceso de fabricación. Para tratar de recoger los problemas que pudieran implicar
estas diferencias en el diseño de la tubería lateral es que se hace uso del llamado
coeficiente de variación (Cv), basado en que se toma un gran número de emisores sus
caudales se distribuyen estadísticamente según una distribución normal, por lo tanto:

q
Cv 
qm
donde:
qm: Valor medio de todos los caudales correspondientes al número de emisores
seleccionados (n) que además debe ser el gasto de diseño del emisor.(l/h).

 q: : Valor de la desviación típica de los gastos.


El valor de Cv depende de:

1. Tipo de emisores.
2. Materiales de que está constituido el emisor.
3. Calidad del proceso de fabricación.

Clasificación de los emisores de acuerdo a los valores de Cv obtenidos:

para goteros, microaspersores y para tuberías o mangueras de goteo


difusores
Cv  0,05 Buenos Cv  0,10 Buenos
0,05  Cv  0,10 aceptables 0,1  Cv  0,2 Medios
0,1  Cv  0,15 Deficientes Cv  0,2 Inaceptable
Cv  0,15 Inaceptable

En la práctica lo que realmente interesa es tener en cuenta las variaciones de entrega que
se producen para las diferentes plantas y para esto se utilizará el coeficiente de variación
del sistema (Cvs).

Cv
Cvs 
Ne
donde:

Cv: Es el coeficiente de variación de fabricación del emisor.

Ne: Número de emisores que proporcionan agua a una planta, es decir, en caso de
cultivos con marco de siembra amplias (muy espaciados), como el cítrico y el plátano,
será el número de emisores por planta.

Conclusiones sobre Cv:

1. Es prácticamente independiente de la presión usada en la prueba, siempre que ésta se


encuentre en el intervalo propuesto para el emisor.
2. Para emisores desmontables y autocompensantes se obtienen altos valores de Cv.
3. La influencia del Cv en la variación de caudales en la subunidad de riego suele ser
más importante que la variación de presiones debido a la pérdida de carga en la
tuberías, incluso para valores relativamente bajos de Cv.

19
4. Se recomienda determinar los valores de Cv para emisores que lleven un tiempo de
explotación, pues podría aumentar considerablemente el valor de Cv, entre otras
cosas producto de las obturaciones.

4.1.5.4 Sensibilidad a las obturaciones.


El riesgo de obturaciones de un emisor depende del diámetro mínimo de paso y la
velocidad del agua. Los diámetros son menores en los emisores de bajo caudal que en
los de alto caudal. En aquellos pueden variar entre 0.3 mm y algo más de 1 mm. Un
caso extremo es el de cintas de exudación, en el que las perforaciones son de tamaño
microscópico. En los de alto caudal, microaspersores y difusores, los diámetros pueden
llegar a ser de más de 2 mm, con lo que el riesgo de obturaciones es mucho menor.

Existe una clasificación que agrupa a los emisores de la siguiente forma.

Diámetro mínima de paso Sensibilidad a la obturación


(mm)
<= 0.7 Alta
0.7 – 1.5 Media
> 0.5 Baja

Cuanto mayor es la velocidad menor es el riesgo de sedimentación; por tal razón se


prefiere el régimen turbulento al laminar. Se considera que por encima de 4.5 m/seg
disminuye el riesgo de obturaciones por sedimentación.
Hay otros factores que afectan a las obturaciones. Uno de ellos es el recorrido más o
menos tortuoso del agua en el interior del emisor: los puntos donde la trayectoria
cambia bruscamente son más propensos a la formación de depósitos. Otro factor
negativo es la presencia de materiales que dejan pasar la luz, lo que favorece el
desarrollo de algas microscópicas que pasan por cualquier filtro. Este es el caso de las
cintas de exudación, que por tanto siempre deben enterrarse.

4.1.5.5 Sensibilidad a la temperatura.


En la mayoría de las instalaciones los laterales se sitúan sobre el terreno expuestos a la
radiación solar, lo que provoca que el agua se baya calentando, fenómeno que alcanza
su mayor intensidad en los últimos tramos, en los que la velocidad del agua es mucho
menor. Se han medido diferencias de temperatura a lo largo de un lateral del orden de
20 ºC. Estas variaciones de temperatura tienen un doble efecto:
1. Algunos materiales de que están compuestos los emisores experimentan un
envejecimiento acelerado debido a las diferencias de temperatura a que se ven
sometidos entre el día y la noche. Los elastómetros de los goteros autocompensantes
se ven particularmente afectados por este fenómeno.
2. El aumento de la temperatura disminuye la viscosidad cinemática del agua y en
consecuencia aumenta el caudal.

4.2. Red de tuberías.


Las tuberías usualmente empleadas en conducciones de agua pueden ser de seis
materiales: PVC (policloruro de vinilo), PE ( polietileno), fibrocemento, hormigón,
fundición y acero.

De ellas se utilizan en los RLAF las de PVC y PE y en algunos casos las de


fibrocemento. Las otras se emplean para grandes caudales o grandes presiones.

20
4.2.1. Las tuberías de asbesto cemento.
Se fabrican desde diámetros de 50 mm y presiones normalizadas de 5 kg/cm2 y se
utilizan en tuberías principales y secundarias donde compiten con el PVC. En la
actualidad, combinando el precio de las tuberías y los costos de colocación , las de PVC
son mas baratas por debajo de un diámetro del orden de los 150 mm.

En las tuberías de plástico el diámetro nominal (Dn), es el exterior y se puede considerar


como el diámetro teórico declarado por el fabricante, a partir del cual se establecen las
tolerancias y que sirve de referencia para designar por medidas los distintos elementos
de una conducción acoplables ente si. Se expresa en (mm).

Con frecuencia a nivel comercial se designan las tuberías de plástico y sus accesorios
por un diámetro en pulgadas, que aproximadamente equivale a su diámetro interior. En
la siguiente tabla se muestra la correspondencia (diámetro en pulgada - diámetro
nominal).

Tabla.1: Equivalencias entre los diámetros de las tuberías en mm y Pulgadas.

Diámetro nominal Diámetro en pulgadas


(mm)
12 1/4
16 3/8
20 1/2
25 3/4
32 1
40 1 1/4
50 1 1/2
63 2
75 2 1/2
90 3

4.2.2. Tuberías de PVC:


Son tubos plásticos rígidos fabricados de resina sintética de policloruro de vinilo. Se
fabrican con dos tipos de juntas; por encolado, que se utiliza para diámetros no
superiores a 160 mm y por juntas elásticas, para diámetros mayores, cuya estanqueidad
es superior. Se fabrican para cuatro presiones nominales, 4,6,10 y 16 atmósferas ( 0.4,
0.6, 1 y 1.6 Mpa).

A continuación mostramos las dimensiones de las tuberías normalizadas, aunque hay


que advertir que no todos los diámetros se fabrican comercialmente. Lo normal es que
se disponga de los comprendidos entre 25 y 315 mm.

Tabla.2: Características de las tuberías de PVC.

21
Dn Pn 4 atm Pn 6 atm Pn 10 atm Pn 16 atm
(mm) e Di e Di e Di e Di
(mm) (mm) (mm) (mm) (mm) (mm) (mm) (mm)
25 1.2 22.6 1.2 22.6 1.5 22.0 1.9 21.2
32 1.2 29.6 1.4 29.2 1.8 28.4 2.4 27.2
40 1.4 37.2 1.8 36.4 2.0 36.0 3.0 34.0
50 1.4 47.2 1.8 46.4 2.4 45.2 3.7 42.6
63 1.8 59.4 1.9 59.2 3.0 57.0 4.7 53.6
75 1.8 71.4 2.2 70.6 3.6 67.8 5.6 63.8
90 1.8 86.4 2.7 84.6 4.3 81.4 6.7 76.6
110 2.2 105.6 3.2 103.6 5.3 99.4 8.2 93.6
125 2.5 120.0 3.7 117.6 6.0 113.0 9.3 106.4
140 2.8 134.4 4.1 131.8 6.7 126.6 10.4 119.2
160 3.2 153.6 4.7 150.6 7.7 144.6 11.9 136.2
180 3.6 172.8 5.3 169.4 8.6 162.8 13.4 153.2
200 4.0 192.0 5.9 188.2 9.6 180.8 14.8 170.4
225 4.5 216.0 6.6 211.8 10.8 203.4 16.8 191.4
250 4.9 240.2 7.3 235.4 11.9 226.2 18.5 213.0
280 5.5 269.0 8.2 263.6 13.4 253.2 20.8 238.4
315 6.2 302.6 9.2 296.6 15.0 285.0 23.4 268.2

Pn: Presión nominal de trabajo (atmósferas).


e: Espesor de las paredes de la tubería (mm).
Di: Diámetro interno de la tubería (mm). Es el que s utiliza en los cálculos hidráulicos.

Tanto los tubos PVC como los accesorios del mismo material deben llevar un marcado
indicando como mínimo:
- Designación comercial.
- Siglas PVC.
- Un número que indique su diámetro nominal en mm.
- Un número que indique su presión nominal en Mpa o atm.

Las tuberías de PVC no se pueden utilizar al aire libre, porque la acción de los rayos
solares descomponen los polímeros del PVC.

4.2.3. Tuberías de polietileno.


El polietileno(PE), es un plástico derivado del etileno al que se somete a un proceso de
calor y presión que provoca su polimerizacion. Las tuberías de polietileno se fabrican
mediante extrución.

El enorme impulso de los RLAF en los últimos años se debe en gran medida al
desarrollo de las tuberías de PE, que presentan dos ventajas respecto al PVC, se pueden
instalar al aire libre y son flexibles y mucho menos frágiles.

En cambio el PE es más caro que el PVC. También los accesorios de PE son más caros.
En resumen, el PE sustituye al PVC en conducciones al intemperie ( principalmente
laterales) y en algunos casos de conducciones enterradas (diámetro pequeños y
conexiones frecuentes con otras tuberías de PE).

22
Comercialmente se fabrican 3 tipos de tubos de polietileno:

1- De baja densidad
2- De media densidad
3- De alta densidad.

De las tres clases, el más utilizado en RLAF es el baja densidad por su mayor
flexibilidad. Se venden en rollos de longitud variable según el diámetro y existen gran
variedad de accesorios.

Se establecen para estos tubos 3 presiones nominales, 4, 6 y 10 atm.

En la siguiente tabla se muestran las características de las más usuales.

Tabla.3. Características de las tuberías de polietileno.

Dn PE de baja densidad Pe de media y alta densidad


(mm)
Pn 4 atm Pn 6 atm Pn 10 atm Pn 4 atm Pn 6 atm Pn 10 atm
Di(mm) Di (mm) Di (mm) Di (mm) Di (mm) Di (mm)
10 6.0 6.0
12 8.0 8.0
16 12.0 11.6 12.0
20 16.0 14.4 16.0
25 21.0 20.4 18.0 21.0 20.4
32 28.0 26.2 23.2 28.0 26.2
40 35.2 32.6 29.0 36.0 35.2 32.6
50 44.0 40.8 36.2 46.0 44.0 40.8
63 55.4 51.4 45.8 58.2 55.4 51.4
75 66.0 61.4 54.4 69.2 66.0 61.4
90 79.2 73.6 65.4 83.0 79.2 73.6
110 96.0 90.0 79.8 101.6 96.8 90.0
125 110.2 102.2 90.8 115.4 110.2 102.2

4.2.4. Clasificación de las tuberías de riego en relación a su función en los sistemas


de RLAF.

Laterales: Son las tuberías donde se instalan los emisores. Se fabrican de polietileno de
baja o media densidad( PEBD o PEMD ) con diámetros de 25, 20, 16 y 12 mm, con su
correspondientes accesorios que permiten conectarlos entre sí, reducir de un diámetro a
otro y taparlos en sus extremos.

Tuberías terciarias o distribuidoras.


Dentro de una subunidad de riego son las que alimentan a las tuberías laterales. Son de
PVC o PE y sus diámetros oscilan entre 32 y 110 mm.

Tuberías secundarias.
Son las que dentro de una unidad de riego abastecen a las diferentes subunidades. Son
de PVC O PE y sus diámetros oscilan entre 50 y 160 mm.

23
Tubería principal o conductora.
Son las que conducen el agua desde la fuente o cabezal, hasta las diferentes unidades de
riego. Pueden ser de diferentes materiales (hierro fundido, asbesto cemento, centro
acero, etc.). Su diámetro variará en función de la extensión del sistema y de la
disponibilidad de diámetros comerciales de los diferentes materiales.

4.3. Centro de control o cabezal.


Es característico de los sistemas de riego localizado y puede incluir entre sus elementos;
equipos de filtrado y de fertirrigación, válvulas, manómetros, ventosas y metros
contadores entre otros. En general, podría definirse como el conjunto de elementos que
permiten controlar la explotación de toda la superficie de riego inherente a él. Es decir,
en él se filtra el agua, se puede tratar en los casos indicados, incorporarle fertilizantes,
controlar la presión del sistema, medir la dosis de riego, etc.

Fig. 14: Cabezal de riego o centro de control en un sistema de RLAF.

4.3.1. Sistemas de filtrados y tratamiento de aguas.

4.3. 2. Causas de las obturaciones.

Tal vez el mayor problema de los RLAF sea el de las obturaciones. Los pequeños
diámetros de los emisores, sobre todo en el caso del goteo, y las bajas velocidades del
agua facilitan la formación de obturaciones. Estas pueden ser debidas a varias causas,
como se muestra en el Cuadro 1.

Tabla.4 . Causas de obturaciones.

Arena

24
Partículas Limo
Minerales Arcilla
Otras
Partículas Algas
Orgánicas Bacterias
Restos vegetales o
animales
Precipitados Sales del agua
Químicos Depósitos de Fe, S y Mn
Fertilizantes

Cuando el agua procedente de pozos pasa directamente a la red de riego lo normal es


que transporte alguna partícula mineral como limo o incluso arena, además, la corrosión
de la tubería de hierro acaba desprendiendo partículas de herrumbre. Cuando el agua
pasa por un depósito al aire libre, en ella se desarrollan algas, a veces de un tamaño tan
reducido que pasa por los filtros, favoreciendo además el desarrollo de bacteria en las
tuberías y emisores. Todas las aguas tiene un cierto contenido de sales que en
determinadas condiciones (cambios de Ph, evaporación, etc) pueden precipitar
obturando los emisores, e igual puede ocurrir con los fertilizantes añadidos al agua de
riego. La lucha contra las obturaciones comprende dos tipos de medidas. Unas son
preventivas y consiste en el filtrado y en algunos tratamientos de agua. Las otras
medidas se aplican cuando la obturación se ha producido total o parcialmente y
consisten fundamentalmente en el tratamiento del agua, aunque hay otros
procedimientos de desobturación, como la aplicación de alta presión con agua o aire.

Existe gran variedad de métodos de filtrado que comprenden desde las instalaciones de
prefiltrado, como decantadores o separadores de arena, hasta los filtros propiamente
dicho. Estos se pueden agrupar en dos clases: filtros de arena y filtros de malla. Los
primeros son necesarios para eliminar partículas orgánicas de pequeño tamaño. Los de
malla son adecuados para partículas mayores, tipo arena. Los filtros de malla son el
elemento mínimo imprescindible en un sistema de filtrado. Debe colocarse siempre,
bien en el cabezal o en otra parte de la red. En el caso que se instalen además filtros de
arena, el orden conveniente es primero el filtro de arena y después el de malla, que de
ésta forma actúa como una garantía para el caso de que el agua arrastre la propia arena
del filtro. Otra norma es que aguas abajo de todo punto en que se inyectan fertilizantes
debe instalarse un filtro de malla.

Las técnicas de tratamiento de aguas utilizan productos distintos según el tipo de


obturaciones, desde ácidos para disolver los precipitados calcáreos hasta biocidas para
matar los microorganismos.

A continuación se enumeran algunas practicas sencillas que ayudan a minimizar el


problemas de las obturaciones.

1- En fertirrigación es conveniente que en cada riego haya una primera y una ultima
fase en que se aplique agua sin fertilizantes, con el objeto de disminuir la formación de
precipitados.
2- Una prueba sencilla de compatibilidad entre los fertilizantes y el agua de riego:
mezclarlos en un vaso y observar si aparecen precipitados.

25
3- Las tuberías, goteros y demás elementos plásticos de color negro dificultan el
desarrollo de algas y bacterias. Cuando no sean de este color, como ocurre con las cintas
de exudación, deben enterrarse.
4- Al menos una vez cada seis meses deben limpiarse las tuberías, abriendo sus
extremos y dejando correr el agua. Esta operación debe hacerse primero en las tuberías
primarias y después en las secundarias, terciarias y laterales.

4.3..3. Prefiltros:
Cuando el agua transporta un alto porcentaje de sólidos puede ser útil la instalación de
prefiltros antes del cabezal de riego. Existe gran variedad de ellos, desde pantallas
separadoras de sedimentos tipo King, desarenadores de torbellinos en el canal de
entradas, etc... Estos elementos solo eliminan las partículas más densas que el agua,
aunque estas al depositarse pueda arrastrar algo de materia orgánica.

4.3.4. Decantadores.
Los decantadores son una solución sencilla y económica para la eliminación de sólidos
en suspensión (arena, limos y arcilla) y de algunos precipitados químicos como los de
hierro, que se forman al airearse el agua, problema más frecuente cuando ésta es de
origen subterránea.

Figura.15: Esquema de un decantador.

4.3.5. Hidrociclón:
El hidrociclón es un aparato sin elementos móviles, que permite eliminar las partículas
de densidad superior a 1,5 y tamaños mayores de 74 micras.

El agua cargada de arena entra en el hidrociclón tangencialmente a la parte superior


cilíndrica, lo que provoca un torbellino vorticial descendente, llamado torbellino
principal. La fuerza centrífuga generada en este torbellino proyecta las partículas sólidas
contra las paredes de la parte cónica, por la cual desciende hasta el tubo inferior, que las
conduce al depósito de sedimentos. Cuando éste se encuentra lleno se abre
manualmente una válvula en él situada y se eliminan los sedimentos.

Por su parte el agua, que también ha descendido con el torbellino principal, al


aproximarse al vértice del cono forma un torbellino ascendente que se denomina

26
secundario y que gira en el mismo sentido que el primario, elevando el agua libre de
partículas sólidas que sale por el tubo superior.

Figura. 16: Principio de funcionamiento del hidrociclón

Las pérdidas de carga en los hidrociclones son del orden de 3 a 7 m.c.a, dependen del
caudal pero son independientes del contenido en sedimento y son constantes en el
tiempo, a diferencia de otros filtros en los que las pérdidas aumentan a medida que se
acumulan los sedimentos.

Se instalan como prefiltros antes de el cabezal y deben llevar aguas abajo un filtro de
maya como medida de seguridad por si algún fallo impide su funcionamiento y porque
hasta que entran en régimen pueden dejar pasar partículas

27
Figura.17: Hidrociclones utilizados como prefiltros en los sistemas de riego
localizado.

4.3.6. Filtro de arena.


Consisten en tanques metálicos o de poliester (los segundos más caros), en cuyo interior
se coloca una gruesa capa de arena a través de la cual pasa el agua a filtrar. En el mismo
el agua entra por la tubería superior y se distribuye en el interior del tanque por medio
de un deflector que tiene por objeto evitar que el chorro de agua incida sobre la arena y
la remueva. La salida del agua filtrada es por la tubería inferior; ésta se prolonga en el
interior del tanque en unos colectores perforados y revestidos de maya para evitar el
arrastre de la arena. El tanque dispone de dos amplias bocas, una para la carga y otra
para la descarga de la arena. El depósito lleva un purgador de aire ya que el mismo se
acumula en su interior con frecuencia. La tubería de entrada suele llevar una derivación
para eliminar el agua sucia durante la limpieza por contralavado.
El filtrado se realiza a través de una capa de arena, cuyo espesor no debe ser menor de
50 cm, se puede colocar toda la arena de la misma granulometría o bien colocar una
zona central de arena de la granulometría necesaria y encima y debajo de ella sendas
capas de arena mas gruesas, que deben tener un espesor mínimo de 15 cm. Con este
segundo método se realiza un prefiltrado en el interior del tanque, lo que hace que la
colmatacion de la arena fina sea más lenta y en consecuencia la limpieza deba ser
menos frecuente. Sin embargo, al cabo del tiempo ambos materiales se mezclan y a
partir de ese momento el filtrado es más deficiente. Por tal razón se prefiere el sistema
de un solo tipo de arena.

Figura. 18: Esquema del filtro de arena.

28
Figura. 19: Formas de colocación del lecho filtrante.

Los filtros de arena son muy indicados para retener algas, restos orgánicos y pequeñas
partículas minerales

Cuando los filtros de arena están limpios provocan una pérdida de carga de orden de 1 a
2 m.c.a, dependiendo del tipo de arena y de la velocidad media del agua. A medida que
se va colmatando la pérdida de carga aumenta y cuando alcanza un valor del orden de 4
a 6 mca, se debe proceder a su limpieza.

4.3.7. Filtros de malla.


A diferencia de los filtros de arena , que realizan una retención de impurezas en
profundidad, los de malla efectúan una retención superficial, lo que hace que su
colmatación sea mucho más rápida. por esta razón se suelen utilizar con aguas no muy
sucias que contengan partículas de tipo inorgánico, o como elemento de seguridad
después de hidrociclones, filtros de arena o equipos de fertirrigación. Cuando las aguas
contengan algas su uso no está indicado, porque se colmatan rápidamente.

Para su funcionamiento el agua que entra al filtro pasa a través de una malla
generalmente de acero inoxidable, que se apoya en un soporte plástico. el filtrado se
efectúa en la malla de manera tal que las partículas quedan retenidas en la cara interna
de la malla y el agua filtrada pasa a la zona externa de la malla y de ahí continua por la
tubería de salida.

Las mallas pueden ser de acero inoxidable o de plástico ( poliester, nylon, etc.).
Al igual que los filtros de arena, los de malla provocan una pérdida de carga que crece a
medida que el filtro se colmatan. Cuando está limpio, la pérdida de carga es del orden
de 1 a 3 m.c.a, dato que deben dar los fabricantes. Cuando la pérdida de carga alcanza
un valor del orden de 4 a 6 m.c.a, hay que proceder a su limpieza. Si se permiten
mayores pérdidas el filtro pierde eficacia y se puede llegar a romper la malla.

29
Figura.20: Filtros de malla metálico. Figura. 21:Filtros de malla plásticos

4.3.8. Filtros de anillas.


En estos filtros el elemento filtrante es un conjunto de anillas ranuradas que se
comprimen unas contra otras al roscar la carcasa, formando un cilindro de filtrado.

El grado de filtrado depende del número de ranuras existentes en las anillas y oscila
entre 0.42 y 0.11 mm. la pérdida de carga cuando están limpios es del orden de 1 a3
m.c.a. Una ventaja de estos filtros es que la limpieza se realiza fácilmente abriendo la
carcasa y aplicando a las anillas un chorro de agua a presión.

Figura. 22: Filtros de anillas. Figura. 23: Material filtrante de anillas.

4.3.9 Instalaciones de fertirrigación.

4.3.10 Depósitos de abonos.


Los abonos líquidos se almacenan en la finca en depósitos de donde se extraen para su
inyección en la red. Los depósitos suelen ser de poliester o de polietileno, aunque para
algunos productos puede servir el acero inoxidable.
Los de poliester, reforzado con fibra de vidrio, son más frágiles. Para soluciones muy
ácida deben estar tratados con resinas especiales. Los depósitos de polietileno son muy
adecuados por su ligereza, poca fragilidad y resistencia química. Su precio es
prácticamente el mismo que el de poliester.

En la elección de un deposito hay que tener en cuenta su tamaño, atendiendo por una
parte de las necesidades de la explotación y por otra a las condiciones de suministro.

30
Las fabricas venden los abonos líquidos a granel, en unos camiones cisterna que por
medio de una manguera bombean el abono al deposito. Estos camiones suelen servir
una cantidades mínimas y los vendedores aplican descuentos en función del volumen
adquirido en cada viaje del camión.

Otra cuestión a considerar al adquirir un deposito es si llevan o no incorporada una toma


para la salida de abono y una ventosa para entrada o salida de aire.

Algunos consejos prácticos para su instalación: no se deben enterrar, ya que no


resistirían el empuje del terreno, cuando están vacíos son fácilmente arrastrados por el
viento, por lo que hay que sujetarlos convenientemente, no soportan presión de vacío, ni
deben ser utilizados como cisterna para transporte.

4.3.11 Sistemas de inyección de abonos.

4.3.11.1. Tanque de abonado.


Consiste en un deposito herméticamente cerrado conectado en paralelo a la red de riego,
se fabrica de plástico reforzado o metálico, debe resistir la presión de la red de riego. En
el interior del tanque se coloca el abono, generalmente en forma de solución líquida. El
deposito cuenta de dos tomas, una de entrada y otra de salida, conectadas a la red de
riego en dos puntos próximos, pero separados por una válvula, cuyo objeto es crear una
diferencia de presión del orden de uno a cinco metros, para que parte del agua de riego
circule por el circuito paralelo donde está el tanque.
La toma de entrada inyecta agua en la parte inferior del tanque, preferiblemente en
forma tangencial, para que se mezcle bien el abono. La toma de salida, situada en la
parte superior, recoge una mezcla de agua de riego y de abono y la conduce a la red de
riego. Es conveniente que los tanque dispongan de una válvula de vaciado en la parte
inferior y de una ventosa que debe estar situada en la tubería de salida. Asimismo es
recomendable la instalación de un medidor de caudal.
Los tanque de abonado son muy populares, tal vez los dispositivos de fertilización más
ampliamente utilizados. Ello se debe a su bajo costo y a que no necesitan energía para
su funcionamiento, ya que aprovechan la presión de agua de riego, lo que permite su
emplazamiento en cualquier punto de la red. Tienen dos inconvenientes fundamentales:
a) La concentración en abono del agua de riego no es constante a lo largo de cada
riego.
b) Hay que reponer el abono del tanque en cada riego , lo que disminuye el grado de
posible automatización de la fertirrigación

31
Figura 24:Tanque de abonado.

4.3.11.2 Inyector Venturi.


Consiste fundamentalmente en un tubo por el que circula el agua, provisto de un
estrechamiento en el que, por el efecto venturi, se produce una depresión. En la zona de
estrechamiento lleva conectada una tubería cuyo otro extremo se introduce en un
deposito con la solución a inyectar, situada a la presión atmosférica. La depresión
provoca la succión del líquido y su incorporación a la red de riego. Se trata de un
inyector barato y que no necesita energía. Los de plásticos se rompen con cierta
frecuencia por golpes y vibraciones.

En la figura 11.6 se muestra el esquema de la instalación de un inyector venturi, se


coloca en paralelo con la tubería de riego, en ésta una válvula produce una diferencia de
presión, que dirige parte del agua al circuito del inyector.
En el circuito del inyector se instala otra válvula para regular la cantidad de abono
succionado. A diferencia del tanque de abonado, la concentración aplicada por el
inyector venturi es constante.

Figura 25: Instalación de un inyector venturi.

32
4.3.11.3 Dosificadores eléctricos.
Consisten en unas bombas, normalmente de pistón o membrana, accionadas por un
motor eléctrico. Los cuales varían según los modelos desde 20 l/h hasta mas de 600 l/h
y además, para cada modelo, se puede regular el caudal, modificando la carrera del
pistón o por otro procedimiento. La presión varia según el modelo entre 4 y 12
atmósferas

Figura 26: Dosificador eléctrico

4.3.11.4 Dosificadores hidráulicos.


Es una bomba constituida por una pequeña cámara que alternativamente se llena y
vacía, accionada por la presión de la red de riego. Cuando la cámara se llena, el
dosificador succiona abono de un depósito y cuando se vacía, lo inyecta en la red.
Se colocan en paralelo con la tubería de riego, preferiblemente entre dos puntos donde
haya cierta diferencia de presión. Algunos modelos necesitan una presión mínima de 2
atm, lo que puede ser un inconveniente, sobre todo en riegos de muy baja presión.
Pueden trabajar con presiones de hasta 8 atm. Para su funcionamiento pierde un
volumen de agua de aproximadamente el doble del fertilizante inyectado.
Cada embolada inyecta un volumen constante, pero variando el ritmo de las emboladas
se puede variar el caudal inyectado. Para ello se regula la válvula del circuito de
accionamiento, cuanto más abierto esté mayor es la presión y más rápido el ritmo de
emboladas. Además colocando en dicho circuito una válvula volumétrica, se puede
interrumpir la aplicación de abono cuando se ha inyectado el volumen deseado.
Los inyectores hidráulicos presentan las siguientes ventajas:
1. No necesitan más fuente de energía que la presión de la red de riego.
2. Se puede regular el caudal, normalmente entre 20 y 300l/h. Para caudales mayores
se pueden instalar varios dosificadores, aunque también hay modelos que llegan
hasta 1200 l/h.
3. Son portátiles y poco pesados
4. No provocan pérdidas de carga en la red de riego.

Entre los inconvenientes figuran:


1. Necesitan una presión mínima de 2 atm
Elevado precio.

33
Figura. 27: Dosificador hidráulico.

4.4. Aparatos de control y medida y otros accesorios usados en los RLAF.

4.4.1 Contadores de agua.


Tienen la función de medir el caudal del agua que circula por el sistema de riego,
existen (contadores Woltman, proporcional, Rotámetro, de ultrasonidos y
electromagnético).

4.4.2 Reguladores de presión.


Tienen la función de mantener la presión aproximadamente constante, en unos casos
aguas arriba del regulador y en otros aguas abajo. En el primer caso se denominan
sostenedores de presión y en el segundo reductores de presión.

La regulación de presión puede tener dos finalidades distintas:


1- Mantener la uniformidad del riego. El caso típico es el de los reguladores que se
instalan al principio de cada subunidad de riego.
2- Proteger las instalaciones contra presiones excesivas, ahorrando el mayor costo de
instalar elementos de un timbraje más alto.

Existen diferentes tipos entre los que se encuentran:


- De muelle.
- De nivel hidráulico.
- Derivados de la válvula hidráulica.
- De gran diámetro.

4.4.3 Válvulas.
Tienen la función de limitar el caudal en las distintas partes del sistema de riego. Entre
sus principales tipos tenemos:
- Válvulas manuales (compuerta, bola, globo, guillotina, etc.).
- Válvulas hidráulicas ( con accionamiento eléctrico y con accionamiento hidráulico).,
- Válvulas volumétricas ( de gran importancia en la programación del riego por
volumen).

34
4.4.4 Ventosas;
Tienen la función de sacar el aire contenido en las tuberías cuando se pone en
funcionamiento el sistema de riego y de dejar entrar aire en las mismas cuando, se para
el sistema con lo cual se impide la ocurrencia de subpresiones en las tuberías y entrada
de partículas de suelo por esta misma causa en emisores en contacto con el suelo o
colocado s de forma subsuperficial.

4.4.5 Manómetros.
Elementos que sirven para medir y controlar la presión en los distintos puntos del
sistema de riego. Sus escalas de medición pueden encontrarse en (Kg/cm2, Bar, atm,
m.c.a, etc)

A continuación exponemos una tabla muy conveniente de equivalencias entre las


principales unidades de medida de presión .

atm kg/cm2 bar m.c.a psi Pa


atmósfera 1 1.033 1.0131 10.33 14.70 1.01 x 105
Kg/cm2 0.9678 1 0.98 10.0 14.22 98.100
bar 0.987 1.02 1 10.20 14.5 105
m.c.a 0.096 0.10 0.098 1 1.42 104
psi 0.068 00703 0.0689 0.7031 1 7.142
Pa 0.987 x 10-5 0.102 x 10-4 10-4 10-5 0.00014 1
psi: libra por pulgada cuadrada.
Pa (pascal) = newton/m2
1 Pa = 10^6 Pa = 1 newton /m2 = 10.2 Kg/cm2 = 102 m.c.a.

4.4.6 Programadores de riego.


Son los encargados de indicar el momento de riego y la duración del mismo, cuando la
conducción del riego se hace de forma automática. Pueden ser electrónicos o
electromecánicos. Su programación pude ser en base a tiempo o en base a volumen y
pusden tener conectados distintos censores externos de humedad, temperatura,
condiciones del cultivo, etc.. Que le permitennralizar un manejo más eficiente del riego.

4.5 Moto bomba.


Es el equipo conformado por la unión de una boba y un motor, encargado de succionar
el agua desde la fuente de abasto (Superficial o subterránea), y impulsarla hasta el
sistema de riego, con un cierto caudal y presión especificado por el proyecto.

5. Manejo y explotación de los sistemas de RLAF.

Los sistemas de Riego Localizado recaban de los explotadores muchos más


conocimientos técnicos que los sistemas tradicionales. Las bondades de estos sistemas
son populares; no obstante no siempre los explotadores tienen conciencia de los
conocimientos necesarios para manejar los sistemas. La mayoría de los fracasos de las
instalaciones de riego localizado a nivel mundial, han tenido lugar por la no observancia
de aspectos medulares del manejo y la explotación.

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El objetivo de este capitulo es de proveer a los obreros encargados de la explotación de
los sistemas de Riego Localizado en la agricultura, de los aspectos técnicos elementales
de utilidad para el desenvolvimiento de su trabajo.

En la explotación de estos sistemas de riego hay que tener en cuenta el cumplimiento de


las siguientes actividades.

5.1. Actividades preliminares.


Después de concluido el montaje del sistema de riego, ( cabezal de control, red
soterrada de tuberías principal, secundarias y distribuidoras y la red superficial de
laterales) deben realizarse las siguientes actividades preliminares a la ejecución
normal del riego:

5.1.2. Lavado inicial del sistema de riego.


Se realizará al poner en marcha el sistema de riego por primera vez, tiene como objetivo
evacuar todo el material acumulado en las tuberías durante el montaje. Se efectuará,
mediante la apertura de los extremos de las tuberías. Y se ejecuta limpiando
primeramente las tuberías de mayor orden o diámetro.

5.1.3. Prueba dinámica de funcionamiento del sistema de riego.


Se pone en funcionamiento el equipo de bombeo chequeándose que la presión de salida
en el cabezal de riego sea la indicada en el proyecto ó una y media veces mayor y se
comprueba que no existan fugas de agua en la red de riego.

5.1.4. Riego antes de la siembra o plantación.


Se realizará un riego con un tiempo de apertura de válvula superior al especificado en el
proyecto, con vista a garantizar un cierto tenor de humedad en el suelo que facilite la
labor de la siembra y contribuya a la conformación del bulbo o área húmeda, donde con
posterioridad se desarrollaran la mayor cantidad de raíces del cultivo y de donde
tomaran en mayor cuantía los nutrientes disueltos en el agua de riego durante todo el
ciclo de su desarrollo.

5.2. Actividades sistemáticas.


En estas actividades se incluyen todas aquellas que se repiten periódicamente y tienen
como objetivo garantizar el mejor desarrollo del cultivo y el más adecuado
comportamiento de la técnica. Se pueden agrupar en categorías de acuerdo con sus
fines: conducción del riego, revisión y evaluaciones del sistema de riego, conducción de
la fertirrigación, conducción de la quimigación y mantenimiento del sistema.

5.2.1. Control del tiempo diario de riego.


Para el control del tiempo de riego por válvula debemos tener en cuenta:
 Primero, conocer la suma importancia que reviste entregar al cultivo la cantidad de
agua imprescindible a sus necesidades hídricas, pues en el Riego Localizado se le
proporciona al cultivo el agua en pequeñas cantidades y en un área restringida de su
marco de plantación, por lo que es fundamental cumplir con el tiempo de riego y
con el momento en que hay que efectuarlo, pues de lo contrario el cultivo sufrirá
estrés hídrico y se resentirá su desarrollo y producción.
 Segundo, que los sistemas de riego están diseñados para suplir unas necesidades
puntas de riego de los cultivos en una frecuencia dada y que si cambiamos esta
relación dosis frecuencia de riego, habrá que aumentar el tiempo de riego y tener

36
sumo cuidado en que no se nos produzcan pérdidas por escorrentía o percolación,
que traen al final disminución en la eficiencia en el riego.

5.2.2. Cálculo del tiempo de riego diario para cada subunidad de riego.

Las necesidades hídricas netas del cultivo en los RLAF, se calculan de la siguiente
manera: conociendo la evapotranspiración diaria del cultivo para sistemas
convencionales de riego (estudiada en el curso de necesidades de agua y relación agua -
suelo - planta - atmósfera), pasamos al cálculo de la evapotranspiración para riego
localizado, mediante la siguiente expresión:

ETd(RL) = ETd x Kr

donde:
Etd(RL): Evapotranspiración del cultivo para riego localizado (mm/día o l/m2).
Kr: Coeficiente de localización, el cual se determina mediante la fórmula siguiente:
Ac
K r  0,1 
Am
Donde:
Ac: Area de la proyección horizontal de la copa del cultivo (m2).
Am: Area del marco de plantación del cultivo (m2).
Am  Sp x Sh

Donde:
Sp: Separación entre plantas en la hilera (m).
Sh: Separación entre hileras de planta (m).

La norma de riego neta se calcula entonces según la expresión siguiente:

Nn  ETdRL x Am

Donde:
Nn: Norma neta parcial de riego (litros/Planta).

El tiempo de riego o tiempo de aplicación (ta), se determina como:


mn
ta 
q med x Ne x Ea
ta: Tiempo de riego (horas)
Ne: Número de emisores instalados por planta.
Ea: Eficiencia de aplicación de riego (%).
La eficiencia de aplicación de riego es el producto de:
Ea  Cu x Ks

Donde:
CU: Coeficiente de uniformidad de riego (%).
Ks: Coeficiente que expresa las pérdidas por percolación o las necesidades de lavado.

Agua almacenada
Ks 
Agua aplicada

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En la siguiente tabla se relacionan los valores de Ks, para distintos tipos de suelo.

Tipo de suelo Ks
Arena gruesa o suelo ligero sobre 0,87
subsuelo de grava.
Arenoso 0,91
Limoso 0,95
Arcillo limoso o arcilloso 1.00

5.2.3. Puesta en marcha del sistema de riego.


Una vez que se pone en funcionamiento el equipo de bombeo, el operador regador
abrirá lentamente la válvula del campo que toca regar y comprobará, si al cabo de un
tiempo prudencial en el manómetro colocado en el cabezal de control, se alcanza la
presión de trabajo especificada por diseño. Sí ésta es correcta se sigue la secuencia
normal de riego (abriendo y serrando las válvulas de los distintos campos de riego según
corresponda), pero si la misma no es la especificada, se debe averiguar la causa por la
cual el sistema no funciona correctamente (roturas de tuberías, desconexión de
emisores, bomba no correctamente cebada o no existe agua en el reservorio de abasto) y
solucionarlo lo más rápido posible, para lograr un riego eficiente.

5.2.4. Conducción de la secuencia de riego.


La persona encargada de la realización del riego, abrirá y cerrará secuencialmente las
válvulas de cada sección de riego de acuerdo al tiempo de aplicación necesario para
suplir las necesidades del cultivo y el orden de explotación fijado por el responsable del
área.
Todas las válvulas del sistema deben abrirse y cerrarse lentamente para evitar los golpes
de ariete y, por consiguiente, las roturas de la red soterrada.

5.2.5. Inspección de la red de laterales y emisores.


La red de laterales y emisores se revisarán sistemáticamente con el fin de limpiar
obturaciones, renovar accesorios rotos y colocar los emisores en la mejor posición
posible para lograr un riego uniforme.

En el caso de emisores tupidos que tengan la posibilidad de ser desmontados del lateral
de riego, éstos serán sustituidos por emisores limpios, Para recuperar estos emisores
obturados seguiremos el siguiente procedimiento.

1-Preparar tres recipientes plásticos. En el recipiente No. 1 preparar una solución al 20


% de ácido clorhídrico, añadiendo el ácido al agua y no al revés.(4 partes de agua y una
parte de ácido clorhídrico). En el recipiente No. 2 añadir agua limpia y en el No. 3
añadir una solución de bicarbonato de sodio a razón de 10 gramos de bicarbonato de
sodio/litro de agua.
2-Introducir los emisores obstruidos en el recipiente No. 1 , dentro de una malla plástica
que evite el contacto de las manos del hombre con la solución ácida. Y se dejan
sumergidos por espacio de una hora en esta solución.
3 Al cabo de este tiempo se sacan del recipiente No. 1 y se introduce en el recipiente
No. 2 por espacio de 1 a 2 minutos.
4. Posteriormente se introduce en el recipiente No. 3 conteniendo la solución
bicarbonatada por un tiempo de 2 a 3 minutos, con el fin de neutralizar los residuos
ácidos en el plástico.

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5. Finalmente se enjuagan con agua a presión, para lo cual se debe preparar una
manguera fina que permita el acople de los elementos limpios . Estas soluciones
empleadas en la limpieza química pueden utilizarse en reiteradas ocasiones mientras se
mantengan su efectividad.

Es importante señalar, que una vez desechadas estas soluciones deben verterse en
lugares donde no dañen los cultivos ni el suelo.

Durante esta inspección deberá observarse que la presión de funcionamiento del emisor
sea la correcta, lo cual puede ser comprobado por simple inspección visual del
despliegue del abanico que produce la llovizna del emisor, para el caso de difusores y
microaspersores o por la observación del goteo continuo, cuando se utilizan goteros o
sistemas de cualquier tipo de manguera goteadoras. Una forma más técnica de realizar
este control es efectuando la medición de la presión en puntos singulares del sistema
(inicio del campo de riego y ultimo emisor ó emisor más desfavorecido desde el punto
de vista hidráulico y topográfico), usando un manómetro acoplado a un tubo de Pitot ó
toma manométrica..

En caso de caída de presión, ello puede constituir un indicador de una rotura en la red,
la que deberá localizarse y de ser posible repararse de inmediato.

5.2.6. Limpieza de los filtros de arena.


Los filtros de arena son usados cuando el agua de riego procede de fuentes superficiales
(llámese, ríos, lagos, embalses, etc) Se lavan invirtiendo el sentido de circulación del
agua, El filtro de arena totalmente limpio debe provocar pérdidas de presión entre 1 y 5
metros. El operador regador debe precisar y conocer la magnitud de las pérdidas, en
condiciones de filtro limpio, de cada uno de los tipos de filtro que atiende. Pérdidas
mayores a las correspondientes al filtro totalmente limpio, implican suciedad en el
mismo, lo cual constituye un buen indicio para el lavado. De ningún modo deben
permitirse pérdidas superiores a los 5 metros. Pero también hay circunstancias en que
las pérdidas son inferiores a las especificadas del filtro limpio en cuestión, cuando ello
sucede y además, es necesario limpiar los filtros de malla más frecuentemente que lo
acostumbrado, se puede sospechar de la existencia de “canales” en el material filtrante.

Estos canales hacen la función de embudos, a través de los cuales se escapa el agua y
reducen virtualmente a cero la función filtrante de la arena, utilizada como material
filtrante.

Si se estima como probable la existencia de canales, conviene detenerse lo suficiente en


las operaciones de lavado, al menos durante cinco minutos, para remover bien la arena y
eliminarlos.

En resumen, se puede recomendar los siguientes procedimientos en cada tipo de lavado


de los filtros de arena.

5.2.6.1. Lavados periódicos.


Los lavados periódicos deben ejecutarse ni más ni menos frecuentes que una vez por
semana. Se dejará desaguar hasta tanto salga totalmente limpia el agua y durante no más
de 2 minutos, con ello se disminuye en cierto grado la consolidación del material

39
retenido por el filtro y a la vez se reduce el riesgo de alterar la estratificación de los
distintos materiales filtrantes y las pérdidas de arena.

Sólo se justifica un lavado más frecuente que semanal (hasta cada tres días), si las
condiciones de suciedad del agua lo demandan. La frecuencia nunca deberá ser mayor
que tres días. Necesidad de lavado de los filtros diario o cada dos días indican que el
agua debe ser tratada antes de entrar a los filtros.

En los casos en que se requieran frecuencias de lavado de entre 3 y 6 días, el indicador


del momento de lavado será la pérdida de presión provocada por el filtro. Cada vez que
se alcancen pérdidas del orden de los 5 metros se procederá al lavado. De ningún modo
se permitirán pérdidas superiores a este valor.

5.2.6.2 Lavado inicial o después de un largo período de inactividad del sistema de


riego.
Incluso conociendo que la arena esta limpia, se debe lavar y dejar desaguar hasta tanto
el agua salga limpia. De ningún modo se permitirá desaguar durante más de dos
minutos.

5.2.6.3 Lavado de fin de temporada o precedente a un largo período de inactividad


del sistema.
En los cultivos de ciclo corto, el sistema se mantiene inactivo un largo período de
tiempo que se ubica entre el final del ciclo precedente y el comienzo del próximo. Esta
inactividad del sistema durante un largo período de tiempo también se manifiesta en los
cultivos perennes, bien coincidiendo con períodos lluviosos que eliminan la necesidad
del riego, o bien cuando se requiere retener el riego para provocar un estrés hídrico
planificado en el cultivo.

En todos los casos en que el sistema ha de permanecer inactivo durante un largo período
se realizará un lavado profundo, dejándolo desaguar entre 4 y 5 minutos ( ni más ni
menos).

El objeto de este lavado profundo es eliminar todo el material posible, que ha sido
retenido por el filtro y evitar en cierto modo que como consecuencia de la consolidación
y endurecimiento de éste, se formen costras en la cara superior y de agregados en la
arena.

5.2.7. Limpieza de los filtros de malla.


Los filtros de malla se utilizan para el filtrado de aguas subterráneas ó en serie con
filtros de arena cuando se utilizan aguas superficiales. A diferencia de los filtros de
arena que trabajan en profundidad, estos filtros lo hacen en superficie, por lo que se
colmatan con más rapidez. Ello implica que en estos filtros el incremento de las
pérdidas de presión es más rápido que en los de arena.

Cuando el filtro está limpio, la pérdida de presión oscila entre 1 y 3 metros en


dependencia de las características constructivas del mismo. El operador regador debe
conocer la magnitud de las pérdidas en condiciones de filtro limpio en cada uno de los
cabezales que atiende.

40
Los filtros de malla deben limpiase cuando las pérdidas alcancen un valor entre 4 y 5
metros. De ningún modo deben permitirse pérdidas mayores a 5 metros, pues el filtro
pierde eficiencia y pueden llegar o romperse las mallas

Para garantizar el mejor funcionamiento del sistema, es recomendable limpiarlos al final


de cada riego para evitar que los materiales retenidos en la malla se consoliden y
endurezcan formando costras. Poner en funcionamiento el sistema con filtros que
presenten costras, además de perder capacidad filtrante, implica un alto riesgo de rotura
de las mallas. En general, durante las limpiezas, ha de cuidarse de no provocar o
permitir la introducción de materias extrañas al sistema.

En resumen, según el tipo de lavado de los filtros de malla, se puede recomendar lo


siguiente:

5.2.7.1 Limpieza periódicas.


Se realizará sacando el cartucho y limpiándole las incrustaciones con un chorro de agua
limpia mientras se frota con un cepillo de celdas blandas. Como norma debe realizarse
al menos una limpieza al final de cada jornada de riego; no obstante, se realizarán tantos
limpiezas durante la jornada como lo demanda la calidad del agua en cuestión. Para
conocer cuándo debe limpiase el filtro, el operador debe estar atento a las pérdidas de
presión que éste provoca.

5.2.7.2 Limpieza inicial o después de un largo período de inactividad del sistema.


Por las mismas razones explicadas anteriormente, los sistemas de riego localizado
pueden permanecer inactivos durante un largo período de tiempo, con el objetivo de
evitar la formación de costras en las mallas en los períodos largos de inactividad del
sistema y el posterior riesgo de rotura de estas, se recomienda realizar una limpieza
profunda de uno de los dos modos que se relacionan a continuación.
a) Sumergiendo durante unos minutos los cartuchos en una disolución de ácido nítrico
y lavándolos después con agua a presión.
b) Sumergiendo los cartuchos en un baño de vinagre durante 12 horas y lavándolos
luego con agua y la ayuda de un cepillo de cerdas blandas.

5.3. Actividades frecuentes.

5.3.1. Limpieza de tuberías principales, terciarias y laterales.


Durante la explotación del sistema el agua de arrastra partículas orgánicas y inorgánicas
que en coacciones precipitan dentro de las tuberías, de igual forma durante las
necesarias reparaciones que se ejecutan en el sistema, se introducen tierra y otros
elementos que van quedando retenidas dentro del sistema de tuberías y que se sacan
fuera del mismo a través de una limpieza a presión. El lavado de la red de tuberías
comenzará por la tubería principal, a la que se le abre su tapón final hasta que el agua
salga limpia, a continuación cerramos el tapón y abrimos sucesivamente los extremos de
las tuberías secundarias y terciarias hasta que queden limpias en su totalidad. Estos dos
tipos de tuberías se limpiaran de ser posible con una frecuencia mensual.
La limpieza de las tuberías laterales, se efectuará teniendo abierta una sola sección de
riego y abriendo y limpiando a presión uno por uno los laterales, la frecuencia debe ser
semanal.

41
5.3.2. Aplicación de los fertilizantes conjuntamente con el agua de riego
“Fertirrigación”.

Las instalaciones de riego localizado no sólo permiten aplicar agua de riego sino
también distintos productos como abonos, correctores de suelos, productos
fitosanitarios, etc.. De estas aplicaciones, la que más se ha desarrollado es la de abonos
disueltos en el agua de riego, para lo que incluso se ha creado una nueva palabra:
fertirrigación. La fertirrigación ha supuesto una revolución en las técnicas de cultivo, lo
que justifica que se destaque aquí los aspectos más sobresalientes de esta forma de
abonado.

En primer lugar hay que señalar que la aplicación de abonos con el agua de riego no es
una exclusiva de los RLAF, pero en ellos es casi una necesidad dado que las raíces sólo
exploran una parte del suelo, los nutrientes situados fuera de su alcance no son
efectivos. Además, la gran actividad radicular en el bulbo húmedo podría agotar algunos
nutrientes si no se repusieran con frecuencia.

5.3.3. Ventajas de la fertirrigación.

Pero además de ser necesaria, la fertirrigación presenta numerosas ventajas:


 Ahorro de fertilizantes, debido a varias causas: localización en las proximidades de
las raíces, menores pérdidas por lavado y volatilización, mayor pureza de los abonos.
Se ha constatado que el ahorro puede suponer del 25 al 50 % , lo que compensa y el
mayor costo de los productos.
 Mejor asimilación. El elevado contenido de humedad en que se mantiene
permanentemente el suelo favorece la disolución y asimilación de los elementos
fertilizantes. El intercambio de cationes con el complejo de cambio hace que la
solución del suelo no sea igual que la del agua de riego, pero este efecto es menor en
los RLAF y sobre todo en suelos arenosos, donde el, cultivo se aproxima a la
hidroponía.
 Mejor distribución en el suelo. No sólo por su homogeneidad sino también en el
perfil del suelo. Este hecho supone una gran ventaja para la absorción del Fósforo
(P) y el potasio (K), que en los abonados y riegos tradicionales se acumulan en las
capas superficiales, mientras que en RLAF pueden alcanzar profundidades de 50 cm
para el fósforo y 60 cm para el potasio. La distribución en el perfil del suelo se
puede forzar mediante ciertas técnicas de manejo, al menos para fertilizantes muy
lavables, como el nitrógeno nítrico: aplicando agua sin fertilizante en la última fase
de cada riego, se puede dirigir el nitrógeno a mayor profundidad o menor
profundidad.
 Posibilidad de adecuar el abonado a las necesidades del momento. Por ejemplo se
podría aplicar una fórmula de NPK con una proporción de 1 - 1 - 1 durante la
germinación, 5 - 1 - 5 durante el crecimiento y 1 - 1 - 5 en la moduración del fruto.
En este sentido las posibilidades de la fertirrigación son enormes y en ocasiones no
se aprovechan por el desconocimiento que se tiene de las exigencias de los cultivos
en sus distintas fases. La técnica del análisis foliar sin duda ayuda a mejorar esos
conocimientos, ya que gracias al análisis frecuente de las hojas, se puede conocer los
excesos o deficiencias de nutrientes antes de que aparezcan síntomas visibles y
corregir en consecuencia las dosis de abonado.

42
 Rapidez de actuación, ante síntomas carenciales y facilidad de aplicar no sólo
macroelementos, sino también elementos secundarios y microelementos.
 Economía en las distribución de abonos. Principalmente debido a la disminución
en la mano de obra necesaria para su distribución de los abonos en e campo.
 Posibilidad de utilizar las instalaciones para aplicar otros productos tales como
herbicidas, fungicidas, insecticidas, etc.

5.3.4. Desventajas de la fertirrigación.


También hay algunos posibles inconvenientes, aun que más que el método de abonado
en sí, se deben a un manejo incorrecto.
 Obturación de los emisores por precipitados químicos, causados por
incompatibilidad de los distintos fertilizantes entre sí o con el agua de riego, o
debidas a una disolución insuficiente.
 Aumento excesivo de la salinidad del agua de riego.
 Carencias de algunos elementos que están presentes como impurezas en los abonos
tradicionales. Paradójicamente, la pureza de los fertilizantes utilizados en la
fertirrigación ha supuesto el inconveniente de que falten algunos elementos que
aparecían como impurezas en los abonos tradicionales. Este es el caso, por ejemplo,
del azufre. Por ello la aplicación de elementos secundarios y microelementos es más
importante que en los abonados convencionales.

La fertirrigación con nitrógeno es práctica muy frecuente y cada vez se utilizan más el
potasio y el, fósforo; este último después de superar fuertes críticas acerca de su
facilidad para precipitar obturando los emisores y de inmovilizarse en el suelo sin
alcanzar la zona radicular. También se aplican elementos secundarios ( S, Mg y Ca) y
microelementos.

Las técnicas de análisis foliar, que se están convirtiendo en un requisito rutinario de las
explotaciones avanzadas, y la mejora del conocimiento de las necesidades de los
cultivos, permitirán una utilización de la fertirrigación más racionalmente de lo que se
hace en la actualidad y, por supuesto, mucho más que el abonado tradicional.

5.3.5. Requisitos de los abonos utilizados en fertirrigación.

Solubilidad. Los abonos utilizados deben ser solubles o emulsificables en agua, con
objeto de evitar obturaciones. A este respecto hay que tener en cuenta la compatibilidad
con otros abonos y con la propia agua de riego. Para preparar una solución concentrada,
se recomienda no pasar del 75 % del límite de solubilidad, ya que las solubilidades
indicadas son las máximas en condiciones óptimas y por supuesto, no tienen en cuenta
las posibles impurezas.
Pureza, salinidad y toxicidad. Los abonos son sales que aumentan la concentración
salina inicial del agua de riego. Al calcular las dosis no se deben superar los valores
admisibles de salinidad, que son diferentes para cada cultivo. Igualmente ocurre
respecto a la toxicidad de ciertos iones.

Otros. Los abonos utilizados deben de ser de manejo no peligroso y no corrosivos para
los materiales de las instalaciones, cuestión a tener en cuenta cuando se utilizan abonos
ácidos para combatir las obturaciones.

5.3.6. Tipos de abonos utilizados.

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En fertirrigación se pueden usar abonos sólidos y líquidos.
Los abonos sólidos deben cumplir un requisito fundamental: que sean muy solubles.
Para ello se emplean sales puras cristalinas, cuyo precio es mayor que el de los abonos
tradicionales. Al igual que éstos se suelen vender ensacados. Generalmente tienen
reacción ácida (pH entre 2 y4 ) para evitar la rápida precipitación de los fosfatos amóno
– cálcicos y amónico – magnésicos.
El principal inconveniente del empleo directo de abonos sólidos es que se deben aplicar
mediante tanques de abonado, con lo que su concentración no es uniforme en el tiempo,
como se verá al estudiar los equipos de aplicación de fertilizantes. Un segundo
inconveniente en comparación con los abonos líquidos es que requieren más trabajo
para su manejo.

Los abonos líquidos pueden adquirirse ya preparados en fabrica o prepararlos en la finca


a partir de abonos solubles. El primer caso es más caro pero de más garantía, sobre todo
por el peligro de mezclar en finca abonos incompatibles cuyos precipitados podrían
obturar los goteros.

En fertirrigación suelen emplearse abonos líquidos ácidos, con pH entre 1 y 2, para


evitar precipitaciones. Ello requiere que se almacenen en depósitos adecuados.
Los abonos líquidos se pueden preparar en la finca a partir de abonos sólidos solubles.
El líquido resultante, que se llama “solución madre”, es lo que se inyecta en la red
donde se disuelve en el agua de riego.

Para la preparación de una solución madre es recomendable seguir el consejo de un


especialista, ya que hay que saber calcular las proporciones de los distintos abonos y
tener en cuenta cuestiones como la compatibilidad entre sus componentes, la acidez
resultante y en caso que sea necesario, la cantidad y clase de ácido a añadir. Una
fórmula bien estudiada debe haber considerado además el antagonismo entre iones o lo
contrario, es decir, el esfuerzo que se produce a veces de la acción de un ión en
presencia de otro, a lo que se llama sinergismo.
No obstante lo anterior, se indican unas normas para el cálculo y preparación de una
solución madre.

En primer lugar hay que seleccionar los productos básicos a emplear, teniendo en cuenta
sus incompatibilidades. La incompatibilidad más importante se produce cuando los
abonos mezclados dan lugar a precipitados. Para evitar este riesgo no se deben mezclar
sales que aporten calcio con las que aporten sulfatos o fosfatos. Hay otros tipos de
incompatibilidades que pueden consistir en reacciones químicas que desprenden calor,
absorben humedad, desprenden gases, etc. Las tablas siguientes muestran los abonos
que pueden presentar estas incompatibilidades.

Tabla. Compatibilidad química de la mezcla de fertilizantes.


I = Incompatible.
C = Compatible
L = Compatibilidad limitada.

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NITRATO POTASICO
SULFATO AMONICO

FOSFATO DIAMONICO

FOSFATO MONOAMONICO

CLORURO POTASICO

SULFATO POTASICO

NITRATO CALCICO
UREA
AMÓNICONITRATO

TRIPLESUPERFOSFATO

SUPERFOSFATO SIMPLE
I
C C
C L C
C L C C
C C C L L
C C C C C C
C C C C C C C
C C C C C C C C
C C C C C C C C C
C C I I I I I C I C

Tabla. Antagonismo y sinergismo entre iones.


Ión Antagonismo con Sinérgico con
Nitrógeno Potasio Magnesio
Fósforo Potasio, Hierro, Cinc Magnesio
Potasio Boro, Magnesio Magnesio, Hierro
Calcio Potasio, Magnesio
Hierro,
Sodio Magnesio, Calcio
Bicarbonato Hierro
Sulfato Calcio Sodio

5.3.7. Frecuencia de la fertirrigación.


En horticultura se recomienda abonar con cada riego. En fruticultura no se debe aplicar
menos de una fertirrigación por semana, pero no hay inconveniente en que el agua de
riego lleve siempre fertilizantes, salvo las precauciones que se dirán al, hablar de las
precipitaciones.

5.3.8. Concentración.
La concentración de la solución madre en el agua de riego no debe exceder de 700 ppm
(0.7 litros por m3) en ningún momento de la temporada de riego. Generalmente es del
orden de 200 – 400 ppm ( 0.2 – 0.4 litros por m3).

5.3.9. Prevención de precipitados.


La prevención de precipitados y obturaciones exige el filtrado del agua de riego y en
ciertos casos el tratamiento con ácidos, alguicidas, etc. Citaremos aquí tres normas
prácticas para su prevención:
1ª. Aguas debajo de todo punto en que se inyecta abono a la red de riego, debe situarse
un filtro de maya.

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2ª.La primera fase de cada riego, y sobre todo la última, debe realizarse con agua sin
fertilizante, para evitar los precipitados que se formarían al dejar el agua con abono
evaporándose en los emisores en los períodos entre riegos.
3ª.Antes de aplicar por primera vez un abono, mezclarlo en un vaso con el agua de riego
y observar si se forman precipitados o turbidez. Aunque la prueba del vaso no es
definitiva, ya que en la instalación pueden cambiar las condiciones de temperatura,
concentración por evaporación, etc; es una prueba sencilla y útil.

5.3.10. Salinidad provocada por la fertirrigación.


El agua de riego después de recibir la solución madre, no debe presentar una salinidad
superior a la tolerada por los cultivos, teniendo en cuenta los demás factores que
intervienen; suelo, frecuencia de riego, régimen de lluvias, etc. El asunto es complejo y
para estudiarlo con rigor seria necesario analizar el terreno regado y comprobar que no
se supera ciertos valore de salinidad y toxicidad en el extracto saturado del suelo. Como
norma práctica, recomendamos que no se superen las salinidades indicadas en la tabla
siguiente, medidas a la salida de los emisores. Para aclarar la interpretación de la tabla,
una relación 1/3 entre frecuencias de riego y abonado corresponde al caso de riego
diario y abonado cada tres días.

Tabla. Salinidad máxima del agua a la salida de los emisores.


Frecuencia de riego entre Concentración Conductividad Eléctrica
frecuencia de abonado (Gramo/litro) (mmhos/cm)
1/1 1.5 2.3
½ 2 3.1
1/3 2.5 4
1/7 ó menos 4 6.3

Los abonos nitrogenados conviene no aplicarlos siempre en la misma forma, sino alterar
los abonos nítricos y los amoniacales.

Los fertilizantes que son usados actualmente para la fertirrigación deben ser líquidos o
con alto grado de disolución en el agua, actualmente estos se inyectan al sistema de
riego mediante bombas inyectaras hidráulicas o eléctricas y en general el procedimiento
a seguir para su aplicación debe ser el siguiente.
 La fertirrigación se realiza en una fracción del tiempo total de riego, con el objetivo
de aplicar agua limpia al sistema al suelo antes y después de la fertirrigación. Antes
de la fertirrigación, para disminuir la temperatura de los laterales de riego cuando es
necesario, y para comprobar el funcionamiento del sistema. El tiempo de riego antes
de la fertirrigación ha de ser al menos de diez minutos efectivos, esto es diez
minutos de circulación de agua por el sistema a partir del momento en que por el
emisor más alejado haya brotado el agua
 Seguidamente se vierte la cantidad necesaria del fertilizante en un recipiente, con
suficiente capacidad, para añadir un volumen tal de agua, que permita la disolución
total del fertilizante.
 A continuación revolver la mezcla hasta tanto el fertilizante se disuelva totalmente
en el agua.
 Poner a funcionar la bomba inyectora, durante el tiempo necesario para aplicar la
dosis de fertilizante ( para ello en las bombas inyectoras se puede regular el caudal
de inyección, de acuerdo al tiempo con que contamos para realizar la fertirrigación y
el volumen de mezcla fertilizante que tenemos que inyectar.

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 Después de la fertirrigación, aplicaremos un tiempo de riego con agua limpia para
garantizar lavar los residuos de fertilizantes de las tuberías y los emisores,
disminuyendo el riesgo de precipitados y obturaciones por desecación bajo
condiciones de altas temperaturas y para hacer penetrar al fertilizante hacia capas
más profundas del suelo.
 . Después de la fertirrigación será al menos de treinta segundos.

6. Evaluaciones de campo de una instalación de RLAF.

6.1 Eficiencia de aplicación.

Para una correcta explotación del sistema es necesario, en lo posible, conocer las
cantidades de agua aportadas por el riego.

Todas las redes deben tener medidores de caudales que permiten verificar rápidamente
las cantidades de agua entregadas.

Las causas fundamentales de pérdidas de agua en este tipo de riego son:

1- Falta de uniformidad en la distribución (por variación de presión, defectos de


fabricación, etc.).

2- Pérdidas de agua en la red (percolación profunda, evaporación, etc.).

Ea = Ks x CU

CU: coeficiente de uniformidad

Ks : pérdidas por percolación

6.2Coeficiente de uniformidad CU.

Las causas de falta de uniformidad se deben fundamentalmente a:

- Diferencias en las características de fabricación de los emisores.

- Errores en el montaje de la red, que no cumplen las especificaciones de diseño.

- Diferencias de presión en la red.

- Cambios físicos en la red, que se producen durante su explotación

Mediciones del coeficiente de uniformidad.

Procedimiento

1-Escoger entre el conjunto de subunidades de riego una que sea representativa de las
condiciones medias de funcionamiento del sistema.

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2- Escoger cuatro laterales sobre una distribuidora en funcionamiento, uno al principio,
otro al final y otros dos en el medio igualmente espaciados, es decir, al principio, a 1/3,
a 2/3 y al final.
3- Medir en cada tubería la presión al principio y al final del lateral, es decir , ocho
mediciones de presión , dos por cada lateral, son cuatro laterales.

4- En cada tubería lateral escoger cuatro emplazamientos distintos es decir, al principio,


a 1/3, a 2/3, y al final del lateral.
5- Medir el caudal en esos emisores, es decir 16 mediciones de caudal
6- Calcular el caudal medio de todos los emisores.
7- Calcular la media de los cuatro caudales más pequeños que representan el caudal
mínimo por planta.
8- Calcular el coeficiente de uniformidad de la manera siguiente:

caudal mínimo por planta


CU = --------------------------------- x 100
caudal medio por planta

Los valores medios de CU determinados en el campo deben estar entre el 85% y 95%.

6.3 Eficiencia de almacenamiento (Ks).

La eficiencia de almacenamiento se origina de las pérdidas de agua en la red ya sea por


percolación o evaporación.

En el riego localizado las pérdidas por evaporación son casi nulas debido a que en esta
técnica de riego se humedece solo una parte del suelo además el agua se da directo a la
planta y no es proyectada al aire como en otras técnicas. Sin embargo si se pueden
producir pérdidas por percolación si el sistema no está bien diseñado o no se cumplen
las especificaciones de proyecto, y esto puede originar que se afecte la eficiencia.

El método de determinar las pérdidas por percolación es hacer sondeos para determinar
la profundidad de humedecimiento, encontrar agua debajo o fuera de la zona radical
significa que se han producido pérdidas por percolación.

Se establecen unos limites a la profundidad del bulbo húmedo para que no exista
percolación, de forma que no sea mayor del 90 % de la profundidad radicular del cultivo
ni mayor del 120 5 de la misma.

La experiencia permite tener valores aproximados de estas pérdidas, se plantea que con
una buena programación del riego la percolación profunda puede ser de alrededor de un
10% del agua aplicada.

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