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ITESO

19/04/18 Literatura II
Victor Ortíz Partida
La música de la poesía
Para mí la poesía está referenciada a la música, la armonía, la cadencia y el ritmo.
Estoy habituado a la poesía con métrica y rima, las decimas y los sonetos son mi
manera favorita no solo para escuchar sino transmitir lo que quiero decir. Sin
embargo la musicalidad de la poesía va más allá, por ejemplo el íncipit de Lolita
(que me llevó a querer leer la novela completa):
“Lolita, light of my life, fire of my loins. My sin, my soul. Lo-lee-ta: the tip of the tongue
taking a trip of three steps down the palate to tap, at three, on the teeth. Lo. Lee. Ta.”

En este pequeño fragmento tan solo un nombre me lleva a la obra, con tres sílabas
se plasma el ritmo, lo prohibido y lo gozoso que está encerrado en una muchacha.
Ya después la obra va cayendo, la narrativa se vuelve cansona y deja la
melodiosidad que tenía en un principio, así como la decadencia en la relación de
Humbert y Lolita se vuelve oscura, pesada y arrítmica.

Esta característica es, creo, la que divide a la poesía de la narrativa, la capacidad


de tener condensado en un pequeño texto todo un universo que se va recreando y
plasmándose de manera inmediata en el espíritu del que lee. La buena poesía claro,
la que busca la belleza por la belleza; la que busca la técnica, la extravagancia o la
genialidad por sí se pierde en el laberinto y deja de tender a lo que quería.

Personalmente me ayuda la estructura, la métrica y la rítmica. Especialmente la


décima es un recurso que me resulta útil cuando quiero plasmar lo que siento,
obligado a redondear mi sentir me ayuda a trabajar algo con lo que no estoy muy
habituado: con mi sentir más profundo. Tal vez también es que antes que la poesía
llegó la música a mí, y la música pide
estructura para poder encausar. Pero la esperanza sigue viva
de poder sentir de nuevo
Dicho lo anterior se entiende porque el
que de la copa yo bebo
Nocturno de Manuel Acuña me atrapó,
que con Cristo siempre alcanza
claro que por la historia del sufrir y de la mano y con confianza
padecer por lo que no se tiene, pero el caminamos por la brecha
ritmo y la cadencia de cada fragmento me sangre no es lo que le echa
remite a los círculos de Dante, en que voy al corazón combustible
cada vez más al fondo de lo que va solo con amor es posible
pasando. de aceite empapar la mecha
Juan Carlos Zavala Jonguitud

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