TESTIMONIO BAUTISMO – ARMANDO CALONGE AGUILAR

Parece que fuese ayer, cuando escuche hace 15 años sobre quien es Dios y su
hijo Jesucristo, lo aprendí de mis primeros maestros, que fueron mis padres, y a
lo largo de los años, fui cada vez aprendiendo más y más cosas, sobre el
Evangelio, la vida de Jesús, sus milagros, su sacrificio, sus valores, etc. Pero
hubo un tiempo que estuve alejado de la Iglesia, de las lecturas diarias de la
biblia, de Jesucristo. Quizás por factor tiempo, quizás por olvido, o por algún otro
motivo. Pero también parece que fuese ayer, cuando conocí a una Chica que me
ayudó mucho a entender otra vez lo importante que es Jesucristo en nuestras
Vidas, con sus testimonios semanales, sus historias y las muchas actividades
que realizaban en la Iglesia que ella asistía cada fin de semana, que no conocía,
pero que cada día que pasaba me daba más curiosidad saber, que es lo que
hacían cada domingo, asistir a las actividades y otra vez poder estar más cerca
de cristo. Y Hace un mes aproximadamente conocí a dos personas
excepcionalmente únicas, que, con su carisma, paciencia, fe y conocimientos de
las escrituras del evangelio, me ayudaban a entender más lo que era “La Iglesia
de Jesucristo de los Santos de los Últimos días” ellos son Elder Taboada y Elder
Nichols, nunca los voy a olvidar y eso deben tenerlo por seguro, son como dirían
“Lo Máximo”, me brindaron su amistad, consejos, enseñanzas y en cada clase
semanal que teníamos. También como olvidar mi primer domingo en La Estaca,
lo recuerdo muy bien, aquel Domingo 24 a las 2 de la tarde, cuando llegué
acompañado de los misioneros y asistí a mi primera Sacramental, al término de
la misma, muchos hermanos se me acercaron y me hicieron sentir como en casa,
como si nos conociéramos de años y sinceramente fue una sensación única,
sentí que era el lugar donde debía estar, que era el lugar donde me sentía en
paz con Jesucristo y conmigo mismo. Y así, todas las personas que me apoyaron
en este camino, que me apoyaron en todo, de todo corazón les doy muchas
gracias. Hoy, el día de mi bautismo, solo me queda agradecer a Díos y a su hijo
Jesucristo, por nunca descamparme, por siempre cuidarme y ser un Padre
misericordioso. Y con este convenio que acabo de hacer para con Dios, prometo
servirlo, cumplir siempre sus mandamientos, tener siempre fe en su hijo
Jesucristo y Perseverar hasta el Fin.