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MONOGRAFIA
FILOSOFÍA DE SANTO TOMAS DE AQUINO
INTEGRANTES
CHAMBI TUANAMA, DIANA ELENA
ACAPANA SAMANIEGO, ERIKA ZULEMA
ANCCASI CASAVILCA, LILIAN
DOCENTE:
OSCAR AGRADA
LIMA – PERÚ
2017
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UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACION
ENRIQUE GUZMAN Y VALLE
Alma mater del Magisterio Nacional
MONOGRAFIA
FILOSOFÍA DE SANTO TOMAS DE AQUINO
INTEGRANTES
CHAMBI TUANAMA, DIANA ELENA
ACAPANA SAMANIEGO, ERIKA ZULEMA
ANCASSI CASAVILCA, LILIAN
DOCENTE:
OSCAR AGRADA
LIMA – PERÚ
2017
3
Este trabajo está dedicado
para mis padres que con su apoyo y
esfuerzo me brindan las posibilidades
para seguir adelante en mis estudios,
además a los maestros que nos
brindan conocimientos nuevos y para
4
los futuros alumnos que puedan tomar
de guía esta monografía
INDICE
INDICE............................................................................................................................................ 5
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 7
CAPÍTULO I .................................................................................................................................... 9
Contexto Histórico..................................................................................................................... 9
1.1. Antecedentes .......................................................................................................... 10
1.2. Su época .................................................................................................................. 10
1.3. Influencia Posterior ................................................................................................. 11
CAPÍTULO II ................................................................................................................................. 14
5
2.6. Ética y Política............................................................................................................... 28
BIBLIOGRAFIA .............................................................................................................................. 32
6
INTRODUCCIÓN
Dentro del presente trabajo monografico se dara a conocer parte del contexto historico ,
vida , antecedentes, aportes , obra como los mas grandes momentos que se da en
diferentes lugares basandonos en la edad media como todo lo relacionado sobre Santo
Tomas de Aquino uno de los grandes pensadores de todos los tiempos, el cual elabora
cristiana. Si a esto unimos su carácter tranquilo, podríamos pensar que tuvo una vida
caracterizan la Baja Edad Media. Sin embargo, Tomás de Aquino sufre todos esos
conflictos, muy a su pesar, tanto a nivel familiar (su familia ve como se esfuma su sueño
maestros (los seglares, porque Tomás de Aquino era monje; los monjes, porque Tomás
7
Los libros de Aristóteles estaban prohibidos hasta que no fueran corregidos y
prestigio que alcanzó su pensamiento, con todas las presiones, ataques y controversias
con las que tuvo que ejercer su labor este hombre bonachón, tranquilo y reservado.
cristianas.
8
CAPÍTULO I
Contexto Histórico
9
1.1. Antecedentes
aislados entre sí, y cada uno de ellos sujetos a las influencias políticas del medio en que
eclesiástica por cierto) impidió que durante una largo periodo que Europa recobrara la
tradición del pensamiento filosófico griego. Así, cuando el joven estudiante Tomas de
el saber árabe y griego que recibe de Alberto Magno. No se trataba de un saber que
nobles europeos, del que su familia formaba parte. Rescatar a Aristóteles para el
pensamiento católico, hacer cristianismo el heredero de las más altas formas del
pensamiento antiguo, fue desde entonces el destino de Tomas de Aquino acepto y llevo
1.2. Su época
batallas contra enemigos en lo que el error teológico y filosófico viste a menudo ropajes
exóticos y ejecuta contorsiones febriles. Los maniqueistas y los averooistas, los cataros
10
y los albigenses, son solo algunos enemigos con los que se enfrentó. El mundo en el que
vivió y trabajo el Doctor Angélico “estaba embrollado por innumerables tomos que
probaban, mediante la lógica, miles de cosas que solo pueden ser conocidas por Dios”,
dice agudamente Chesterton. Como reacción contra las impurezas teológicas y contra
los compromisos de la iglesia con los poderosos, durante la primera juventud de Santo
dominicanos. Para poder ingresar en la orden de los dominicanos, Santo Tomas tuvo
convirtió en una de las personalidades más influyentes del orbe cristiano. Consejero
teológico del papa, consejero mundano de varias cortes reales y principescas, el Doctor
salvación eterna de las almas sino en impulsar una ordenación más racional y de justa
de la sociedad humana. Esto puede parecer hoy una parte integrante e indisociable del
pensamiento cristiano, pero no lo era ciertamente en el ciclo XIII, una época inquieta,
como doctor de los dominicos, en un momento en que, arrebatados por la lucha contra
los averroístas, algunos sectores de la iglesia no dudaban en colocar ciertas obras del
11
inagotable de Argumentos y de procedimientos dialecticos. El siglo XV constituyo una
florecimiento fue el francés J. Capreolo, que defendió la doctrina contra los ataques de
Capreolo fue su intento de mantener pura la enseñanza del teólogo, limpiándola de las
del pensamiento tomista quedo reflejada en la obra de Tomas de Vío, el primero que uso
como libro de texto la Suma teológica para la enseñanza oficial de esa disciplina. La
ortodoxo devolvió a la obra de Santo Tomas su plena vigencia durante el siglo XVI. La
declaración de Tomas de Aquino como doctor de la iglesia, realizada en 1567 por Pío
V, no hizo sino sancionar oficialmente ese hecho. Fue esta una época de auge para el
tomismo.
Los grandes centros del tomismo fueron, a partir de entonces, las universidades
de Bolonia, Douai, Lovaina. Salamanca y Alaca. Las décadas finales del siglo XVI y
esperar hasta mediados del lsiglo XIX para poder recuperar su vitalidad. Una vez mas,
para enfretarse a un oponente que se ponia en tela de juicio las razones profundas de la
iglesia, esta se vio obligada a recurriri al gran pensador medieval.Del acuerdo cultural
de la iglesia, Santo Tomas parecio el mas cercano a los escritores católicos que
12
administrativo y del emperismo mercantil. En e se rescate del impulso tomista jugo unm
papel importate del nucleo formado alrededor del Civilita catolica, junto con los grupos
difuso hasta que Leon XIII, en su enciclica Aeterni Patris(1879),propuso a Santo Tomas
como el mas seguro mentor del movimiento tendente a renovar el pensamiento del
pensamiento medieval, Jacques Maritain y E. Gilson, son dos los tomistas de mayor
prestigio.
13
CAPÍTULO II
14
2.1. Biografía
difieren en cuanto a algunos detalles y fechas. Henry Denfile falleció antes de poder
cumplir su proyecto de escribir una vida crítica del Santo. El amigo y alumno de
dando la vida de Santo Tomás por Peter Calo (1300), publicado ahora por primera vez.
Tolomeo de Lucca… dice que cuando murió el santo, se dudaba sobre su edad exacta
nacimiento. El P. Prümmer, basándose en Calo, cree que 1227 es la fecha más probable
(op. cit., 28). Hay un acuerdo general en que su muerte ocurrió en 127
último hijo varón de una numerosa familia de doce hijos, una familia noble (cerca de
Aquino, en Italia). Hijo del conde de Landulfo Aquino y Magdalena Teodora, su madre,
Federico II, y los Reyes de Aragón, Castilla y Francia. Calo cuenta que un santo
Orden de los Frailes Predicadores, y su conocimiento y santidad serán tan grandes que
en vida, no se encontrará nadie que le iguale". (Prümmer, op. cit., 18). A los cinco años,
según las costumbres de la época, fue enviado a recibir su primera formación con los
15
monjes Benedictinos de Monte Casino. Diligente en sus estudios, desde muy pequeño
sorprendió al oírle preguntar repetidas veces: "¿Que es Dios?” .Era alto, grueso, bien
Cerca del Castillo donde nació estaba el famoso convento de los monjes
Benedictinos llamado Monte Casino. Allí lo llevaron a hacer sus primeros años de
meditabundo y silencioso de todos los alumnos del convento. Lo que lee o estudia lo
Nápoles. Ingresó en la orden de los dominicos todavía sin graduarse en 1243, el año de
Alrededor del año 1236, le enviaron a la Universidad de Nápoles. Calo dice que
el traslado se hizo por iniciativa del Abad de Monte Casino, quien escribió al padre de
Tomás
que un chico de su talento no debe ser dejado en la sombra (Prümmer, op. cit.,
20). En Nápoles, sus maestros fueron Pietro Martín y Petrus Hibernos. El cronista dice
que pronto superó a Martín en gramática y fue transferido a Pedro de Irlanda quién le
Tomás repetía las lecciones con mayor profundidad y lucidez que sus maestros. El
corazón del joven se había conservado puro en medio de la corrupción que le rodeaba, y
16
decidió abrazar la vida religiosa. Allí supera a todos sus compañeros en memoria e
Quiere entrar de religioso pero su familia se opone. Entre 1240 y 1243 recibió el hábito
de la Orden de Santo Domingo, atraído y dirigido por Juan de San Julián, un conocido
joven como él tomar el hábito de un pobre fraile. Su madre, con sentimientos de alegría
que se lo llevaran, le enviaron hacia Alemania, aunque su destino final sería París o
Colonia.
Teodora convenció a los hermanos de Tomás, que eran soldados del Emperador
novicio cerca del pueblo de Aquependente y le recluyeron en una prisión del castillo
familiar de San Juan de Rocca Secca. Aun así no logran quitarle el hábito de dominico,
durante más de un año en un vano intento de hacerle abandonar el camino que había
elegido.
Allí estuvo detenido casi dos años, mientras sus padres, hermanos y hermanas
hacían todo lo posible para destruir su vocación. Sus hermanos incluso tendieron
tras los primeros impulsos de ira y tristeza; se les permitió a los Dominicos
proporcionarle nuevos hábitos, y con la ayuda de su hermana obtuvo algunos libros las
y para estudiar muy a fondo el mejor tratado de Teología que había en ese tiempo, y que
17
Sus hermanos al ver que por más que le ruegan y lo amenazan no logran quitarle
la idea de seguir de religioso, le envíen a una mujer de mala vida para que lo haga
pecar. Tomás toma en sus manos un tizón encendido y se lanza contra la mala mujer,
amenazándola con quemarle el rostro si se atreve a acercársele. Ella sale huyendo y así
hubiera sabido vencer la tentación de la impureza, no tendríamos hoy a este gran Doctor
dormía, dos ángeles se le aparecieron para asegurarle que su oración había sido
virginidad perpetua." Y desde ese día en adelante jamás experimentó el más leve
movimiento de la concupiscencia.
Tras año y medio o dos en prisión, sea porque su madre se dio cuenta de que la
profecía del ermitaño se cumpliría o bien porque sus hermanos temían las amenazas de
Inocencio IV y Federico II, fue puesto en libertad (1945) bajándolo en un cesto a los
brazos de los Dominicos que se admiraron al darse cuenta de que durante su cautiverio
Inocencio IV examinó con atención los motivos que le llevaron a entrar en la Orden de
vocación. Juan el Teutón, cuarto Maestro General de la Orden, llevó al joven estudiante
a París.
18
Discípulo del más sabio Padre Dominico de ese tiempo, Alberto Magno, junto a
quien estudió en París entre 1245. Alberto fue nombrado regente del nuevo studium
generale en 1248, erigido aquel año por el Capítulo General de la Orden permitiendo a
la inteligencia que tenía Tomás, y al verlo tan robusto y siempre tan silencioso en las
discusiones le pusieron de apodo: "El buey mudo". Pero un día uno de sus compañeros
leyó los apuntes de este joven estudiante y se los presentó al sabio profesor. Alberto al
leerlos les dijo a los demás estudiantes: " Llamamos a este joven un buey mudo, pero su
mugido doctrinal un día resonará hasta los confines del mundo". Y así sucedió en
verdad después.
Sus compañeros de ese tiempo dejaron este comentario: "La ciencia de Tomás es
muy grande, pero su piedad es más grande todavía. Pasa horas y horas rezando, y en la
ordenado sacerdote por Conrado de Hochstaden, arzobispo de esa ciudad. Durante toda
su vida, con frecuencia predicó la Palabra de Dios en Alemania, Francia e Italia. Sus
Magno y Hugo de San Caro, nombró a Tomás Bachiller (subregente) del studium
19
en otras ciudades europeas como Roma, Bolonia y Nápoles. Sus clases de teología y
prestigio que tiene y su ascendiente sobre los demás, que cuando se traba una enorme
aceptan que sea Tomás de Aquino el que haga de árbitro y diga la última palabra, y lo
Universidad de París, pero aplazaron la concesión del título por una disputa entre la
universidad y los frailes. El conflicto, en su origen una disputa entre la universidad y las
autoridades civiles, surgió tras un incidente con la guardia de la ciudad que resultó en un
una satisfacción que le fue negada. Los doctores cerraron sus facultades, juraron
solemnemente que no las abrirían hasta ver satisfechas sus demandas y decretaron que
en futuro a nadie se le conferiría el título de doctor a menos que jurase seguir la misma
Cuando Santo Tomás y San Buenaventura estaban preparados para recibir sus
doctorados. Guillermo de San Amour extendió la disputa más allá del tema original,
atacó violentamente a los Frailes, de los que estaba evidentemente celoso, y les negó su
temporum" (Los peligros de los Últimos Tiempos) Santo Tomás escribió el tratado
20
"Contra impugnantes religionem", una apología de las órdenes religiosas. Se licenció en
años más tarde. El libro de Guillermo de San Amour fue condenado por Alejandro IV
en Anagni, el 5 de octubre de 1256 y el Papa ordenó que los frailes mendicantes fueran
admitidos al doctorado.
Por estas fechas, Santo Tomás también combatió un libro peligroso, "El
fueron necesarias la influencia de San Luis IX y once Breves papales para lograr de
nuevo la paz. Santo Tomás recibió su doctorado en teología. La fecha que dan la
mayoría de sus biógrafos es la del 23 de octubre de 1257. Su tema fue "La Majestad de
Cristo". Su texto, "Él riega los montes desde sus aposentos: del fruto de sus obras se
sacia la tierra" sugerido, según se cree, por un visitante celeste, fue profético de su vida
doctorado el mismo día y que hubo una "lucha" de humildad entre los dos amigos para
ver quién sería nombrado primero. El papa Alejandro IV le llamó a Roma en 1259,
donde sirvió como consejero y profesor en la curia papal, por siete años recorre el país
con el filósofo francés Siger de Brabante y otros seguidores del filósofo islámico
Averroes.
Magistri Petri Lombardi" (escrita aproximada- mente entre 1254 y 1259), que consiste
21
en comentarios sobre una obra influyente relacionada con los sacramentos de la Iglesia,
“Sententiarum libri quatuor” (Cuatro libros de setencias) del teólogo italiano Pedro
Lombardo. En 4 años escribe su obra más famosa: "La Suma Teológica", obra
doctrina de los santos va explicando todas las enseñanzas católicas. Es lo más profundo
que se haya escrito en la Iglesia Católica. En Italia la gente se agolpaba para escucharle
con gran respeto como a un enviado de Dios, y lloraban de emoción al oírle predicar
El Romano Pontífice le encargó que escribiera los himnos para la Fiesta del
varios otros bellísimos cantos de la Eucaristía (dicen que el Santo Padre encargó a Santo
Tomás y a San Buenaventura que cada uno escribiera unos himnos, pero que mientras
oía leer los himnos tan bellos que había compuesto Santo Tomás, San Buenaventura fue
rompiendo los que él mismo había redactado, porque los otros le parecían más
Eucaristía, sintió Tomás que Jesús le decía en una visión: "Tomás, has hablado bien de
Mi. ¿Qué quieres a cambio?". Y el santo le respondió: "Señor: lo único que yo quiero es
los dominicos, volviendo a París en 1269 para enseñar en su Universidad. Consiguió ser
suscitado hacia los profesores de las Ordenes mendicantes, junto a San Buenaventura.
22
No sorprende leer en las biografías de Santo Tomás que frecuentemente se
sucedían con mayor frecuencia. Una vez en Nápoles, en 1273, tras completar su
tratado sobre la Eucaristía, tres hermanos le vieron levitar en éxtasis, y oyeron una
voz que venía del crucifijo del altar que decía: "Has escrito bien de mí, Tomás, que
recompensa deseas?". Tomás respondió, "Nada más que a ti, Señor". Se dice que esto
acostumbrada; sobre lo que le fue revelado sólo podemos conjeturar por su respuesta
al Padre Reinaldo, que le animaba a continuar sus escritos: "No puedo hacer más. Se
me han revelado tales secretos que todo lo que he escrito hasta ahora parece que no
vale para nada". La Summa Theologica había sido terminada solo hasta la pregunta
90 de la tercera parte.
Pocos meses antes de morir tuvo una visión acerca de lo sobrenatural y celestial,
causa por la cual ya no escribía más, exclamó: "Es que, comparando con lo que vi en
traer al concilio su tratado "Contra errores Graecorum" (Contra los Errores de los
23
Griegos). Intentó obedecer y salió a pie en enero de 1274.
Fue declarado santo en 1323 apenas 50 años después de muerto. Y sus restos
celebra en este día su fiesta. Ojalá repitamos frecuentemente aquella oración bíblica
que Santo Tomás le decía al Señor, para pedirle el don de la Sabiduría. Dice así: "Oh
Dios misericordioso: envíame la Sabiduría que asiste junto a Ti. Mira que soy un ser
débil, demasiado pequeño para lograr conocer qué es lo que más te agrada a Ti. Sin la
sabiduría que procede de Ti, no seré estimado en nada. Contigo está la sabiduría que
te asistió cuando creabas el mundo, la sabiduría que nos enseña qué es lo más grato a
tus ojos y lo que más nos conviene hacer. Envíame tu sabiduría desde el cielo para
que me asista en mis trabajos y me ilumine qué es lo que más te agrada en cada
francesa y su cuerpo trasladado a la iglesia de San Sernin, donde reposa hasta el día
24
París y original- mente conservado en la Capilla de Santo Tomás de la iglesia
Calo dio una descripción de la apariencia del santo: dice que sus rasgos se
proporcionado. Su tez era "como el color del trigo nuevo": su cabeza era grande y
bien formada y era algo calvo. Todos los retratos lo representan con porte noble,
meditativo, dulce y a la vez fuerte. San Pío V proclamó a Santo Tomás Doctor de la
todos los doctores escolásticos". El mismo ilustre pontífice, mediante una Breve del 4
profundidad filosófica y teología. Se ha dicho que muy pocos filósofos o teólogos han
logrado escribir esa cantidad de trabajos, de tan alta calidad, en el periodo de tiempo
25
o "De ente et essentia". (Sobre el ente y la esencia) .Escrito en París antes de ser
maestro en Teología, o sea, antes de marzo de 1256. Una pequeña obra fundamental
o De unitate intellectus contra Averroistas". (Sobre la unidad del intelecto contra los
averroístas).
o "Quodlibet" 3, 4, 5, 6 y 12.
26
interpretación").
o "De aeternitate mundi contra murmurantes". (Sobre la eternidad del mundo contra los
murmurantes).
27
CAPÍTULO III
10
3.1. Razón y fe
La relación del cristianismo con la filosofía viene determinada, ya desde sus inicios, por el
predominio de la fe sobre la razón. Esta actitud queda reflejada en el "Credo ut intelligam" de San
Agustín, tributario en este aspecto del "Credo quia absurdum est" de Tertuliano, y que se transmitirá a lo
largo de toda la tradición filosófica hasta Santo Tomás de Aquino, quien replanteará la relación entre la fe
No obstante, también santo Tomás será, en este sentido, deudor de la tradición filosófica cristiana,
cuestión filosófica, así como los elementos de la fe que deben ser considerados como imprescindibles en
la reflexión filosófica cristiana: el creacionismo, la inmortalidad del alma, las verdades reveladas de la
Biblia y los evangelios, y otros no menos importantes que derivan de ellos, como la concepción de una
pensamiento clásico.
Sin embargo, esa relación de dependencia de la razón con respecto a la fe será modificada
sustancialmente por santo Tomás de Aquino. A lo largo del siglo trece, el desarrollo de la averroísmo
latino había insistido, entre otras, en la teoría de la "doble verdad", según la cual habría una verdad para
la teología y una verdad para la filosofía, independientes una de otra, y cada una con su propio ámbito de
aplicación y de conocimiento. La verdad de la razón puede coincidir con la verdad de la fe, o no. En todo
caso, siendo independientes, no debe interferir una en el terreno de la otra. Santo Tomás rechazará esta
teoría, insistiendo en la existencia de una única verdad, que puede ser conocida desde la razón y desde la
fe.
Sin embargo, reconoce la particularidad y la independencia de esos dos campos, por lo que cada
una de ellas tendrá su objeto y método propio de conocimiento. La filosofía se ocupará del conocimiento
de las verdades naturales, que pueden ser alcanzadas por la luz natural de la razón; y la teología se
ocupará del conocimiento de las verdades reveladas, de las verdades que sólo puede ser conocidas
11
mediante la luz de la revelación divina. Ello supone una modificación sustancial de la concepción
tradicional (agustiniana) de las relaciones entre la razón y la fe. La filosofía, el ámbito propio de
aplicación de la razón deja, en cierto sentido, de ser la "sierva" de la teología, al reconocerle un objeto y
un método propio de conocimiento. No obstante, santo Tomás acepta la existencia de un terreno "común"
a la filosofía y a la teología, que vendría representado por los llamados "preámbulos" de la fe (la
existencia y unidad de Dios, por ejemplo). En ese terreno, la filosofía seguiría siendo un auxiliar útil a la
teología y, en ese sentido, Sto. Tomás se refiere a ella todavía como la "criada" de la teología.
filosófico a lo teológico. Esta distinción e independencia entre ellas se irá aceptando en los siglos
Sto. Tomás no se ocupó específicamente de desarrollar una teoría del conocimiento, del modo en
que se ocuparán de ello los filósofos modernos. Al igual que para la filosofía clásica, el problema del
conocimiento se suscita en relación a otros problemas en el curso de los cuales es necesario aclarar en qué
consiste conocer. En el caso de santo Tomás esos problemas serán fundamentalmente teológicos y
Todo nuestro conocimiento comienza con los sentidos; siguiendo la posición aristotélica al
respecto, santo Tomás, habiendo rechazado las Ideas o formas separadas, estará de acuerdo con los
planteamientos fundamentales del estagirita. El alma, al nacer el hombre, es una "tabula rasa" en la que
no hay contenidos impresos. Los objetos del conocimiento suscitan la actividad de los órganos de los
sentidos, sobre los que actúan, produciendo la sensación, que es un acto del compuesto humano, del alma
12
y del cuerpo, y no sólo del alma como pensaba Platón. Para que haya conocimiento es necesario, pues, la
acción conjunta de ambos, por lo que la posibilidad de una intuición intelectual pura, que ponga
Santo Tomás seguirá la explicación del conocimiento ofrecida por Aristóteles. El objeto propio
reconocimiento intelectivo es la forma, lo universal; pero esa forma sólo puede ser captada en la
sustancia. Por lo tanto, es necesaria que la sustancia, la entidad concreta e individual, sea captada
mediante los sentidos, para poder ofrecer al entendimiento su objeto propio de conocimiento. Esta
actividad primaria es realizada por los sentidos, quienes, en colaboración con la imaginación y la
memoria, producen una imagen sensible ("phantasma") de la sustancia, que sigue siendo una imagen
concreta y particular; sobre esa imagen actuará el entendimiento agente, dirigiéndose a ella para abstraer
impressa" quien, a su vez, como reacción producirá la "species expressa", que es el concepto universal
o "verbum mentis". El proceso de abstracción consiste, pues, en separar intelectualmente lo universal, que
sólo puede ser conocido de esta manera. La consecuencia es la necesidad de tomar como punto de partida
la experiencia sensible en todo conocimiento. También en el conocimiento de las cosas divinas, por lo
que Sto. Tomás adoptará el método "a posteriori" en su demostración de la existencia de Dios a través de
Al igual que para Aristóteles, pues, el objeto del verdadero conocimiento es la forma, lo universal,
prima resulta también incognoscible. Por lo demás, aunque el punto de partida del conocimiento sea lo
sensible, lo corpóreo, su objeto propio es la forma, lo inmaterial. ¿Qué ocurre entonces con aquellas
sustancias no materiales? Para Sto. Tomás está claro: no es posible tener en esta vida un conocimiento
directo de ellas (los ángeles y Dios). El conocimiento de estas sustancias sólo se puede obtener por
analogía, en la medida en que podamos tener un conocimiento de los principios y de las causas del ser.
13
3.3. Metafísica Tomista
La "Suma Teológica" se considera la obra cumbre de santo Tomás, quien comienza en ella su
de otras cuestiones de carácter teológico y, posteriormente, al estudio del ser creado. Es una buena prueba
del valor de la reflexión teológica en el conjunto del pensamiento tomista. No obstante, la demostración
metafísicos que es necesario conocer y que constituyen el punto de partida de su filosofía. La mayor parte
de la metafísica tomista procede de Aristóteles, aunque también hay elementos procedentes del
Al igual que para Aristóteles, para Sto. Tomás la metafísica es la ciencia del "ente en cuanto ente"
y, como tal, la ciencia de las primeras causas y principios del ser. Al igual que Aristóteles aceptará, pues,
la teoría de las cuatro causas, la teoría de la sustancia y la teoría del acto y la potencia. Pero la necesidad
de conciliar el aristotelismo con el cristianismo le llevará a introducir una nueva estructura metafísica,
utilizada ya por Avicena: la de la distinción entre esencia y existencia. Además, recurrirá a las teorías
de las causas del ser, Aristóteles nos presentaba las cuatro causas de las que ya nos había hablado en la
Física. Santo Tomás de Aquino aceptará y adoptará la formulación aristotélica de la teoría de las cuatro
14
causas: la causa material, aquello de que está hecha una cosa; la causa formal, lo que es una cosa; la causa
eficiente, el agente que la produce; y la causa final, el para qué de una cosa.
La teoría de la sustancia
compuesto indisoluble de materia y forma. En cuanto tal, es el modo privilegiado de ser, el sujeto en el
que inhieren los accidentes, las formas de ser que no son sujeto sino que se dan en un sujeto. Acepta, por
lo tanto, la misma ordenación de las categorías accidentales que Aristóteles: cantidad, cualidad, relación,
lugar, tiempo, posición, estado, acción y pasión. ¿Es posible la existencia de sustancias que no estén
revelación, que se refiere, al menos, a dos de ellas: los ángeles y Dios. Pero será preciso recurrir a otros
elementos metafísicos no aristotélicos, como veremos posteriormente, para poder explicar su posibilidad.
También con Aristóteles compartirá la distinción entre ser en acto y ser en potencia. Por ser en
acto se refiere, con Aristóteles , a la sustancia tal como en un momento determinado se nos presenta y la
conocemos; por ser en potencia entiende el conjunto de capacidades o posibilidades de la sustancia para
llegar a ser algo distinto de lo que actualmente es. Un niño tiene la capacidad de ser hombre: es, por lo
tanto, un niño en acto, pero un hombre en potencia. Es decir, no es un hombre, pero puede llegar a serlo.
Junto con las dos teorías anteriormente citadas dispone santo Tomás de todas las estructuras metafísicas
necesarias para dar cuenta de la realidad física, del mundo, pero no de Dios, por lo que se verá forzado a
La metafísica aristotélica conduce a una interpretación del mundo difícilmente conciliable con el
cristianismo: el mundo es eterno y está compuesto de una multiplicidad de sustancias que, en cuanto
15
tales, tienen la misma entidad. ¿Cómo conciliar la eternidad del mundo con la creación? ¿Cómo conciliar
la identificación del ser con la sustancia con la afirmación de que hay una sustancia suprema, y
radicalmente distinta de todas las demás? La distinción que ya había establecido Avicena entre la esencia
y la existencia será la respuesta que buscará santo Tomás: además de las estructuras anteriormente
citadas, y basada especialmente en la teoría del acto y la potencia, habrá que distinguir en cada sustancia
la esencia de la existencia. La esencia está respecto a la existencia como la potencia respecto del acto. Lo
que una cosa es, su esencia, puede ser comprendido independientemente de que esa cosa exista o no; e
hombres, y lo mismo con cualquier otra sustancia. La esencia sería, pues, una cierta forma de ser en
potencia: para existir tendría que ser actualizada por otra entidad que le diese la existencia, ya que nada
puede ser causa de su propia existencia. Por lo tanto, todas las cosas que existen son un compuesto de
esencia y existencia. En ese sentido son contingentes, es decir no tienen en sí mismas la necesidad de
existir, pueden existir o no existir. ¿De dónde les viene, pues, la existencia? Ha de proceder de otras
sustancias que exista eminentemente, es decir, de una sustancia cuya esencia consista en existir y sea, por
lo tanto, un ser necesario: Dios. Se establece así una distinción o jerarquía entre los seres: los
contingentes, los que recibe su existencia; y el ser necesario, aquel en que la esencia y la existencia se
identifican.
Todo aquello que no está incluido en el "concepto" de una esencia debe llegarle del exterior y
adaptarse a ella, ya que una esencia no puede ser concebida sin sus partes esenciales. Por tanto, toda
esencia o "quiddidad" puede ser captada por la razón sin que la existencia lo sea igualmente. Yo puedo
comprender lo que es un hombre o un fénix e ignorar si uno u otro existen en la naturaleza de las cosas.
Está claro que la existencia es algo muy distinto de la esencia. [...] Luego todo lo que conviene a una
cosa, o se deriva de los principios de su naturaleza (como la capacidad de reír en el hombre), o bien
16
proviene de un principio extrínseco, como la luminosidad de la atmósfera depende del sol. Es imposible
que la existencia de una cosa proceda de su naturaleza o de su forma, es decir, proceda a título de causa
eficiente. En ese caso, una cosa se convertiría en su propia causa, se produciría a sí misma, lo cual es
imposible. Es necesario que toda realidad, en la que la existencia es distinta de la esencia, haya recibido
la esencia venía representada exclusivamente por la forma; para Sto. Tomás la esencia de los seres
exclusivamente con la forma, ya que carecen de materia. Se establece pues una separación radical entre
Dios y el mundo, haciendo del mundo una realidad contingente, es decir, no necesaria, y que debe su
existencia a Dios, único ser necesario. Por lo demás, en la medida en que la existencia representa el acto
de ser se establece una primacía de ésta sobre la esencia. Esta identificación del ser con la existencia le
permitirá a Sto. Tomás hablar de seres constituidos por formas puras, como los ángeles y Dios,
distinguiéndose en que los ángeles reciben también la existencia de Dios. Le es posible, entonces, admitir
sustancias inmateriales, lo que desde una posición estrictamente aristotélica resultaría difícilmente
sostenible.
La distinción entre la esencia y la existencia podría bastar para dar una explicación jerárquica de
la realidad, partiendo de Dios como ser necesario. Sin embargo santo Tomás recurre a la teoría
neoplatónica de los grados del ser, estableciendo una jerarquía que va de los seres inanimados a Dios,
pasando por los seres vegetativos, los sensitivos y los racionales, en el mundo material, y por los ángeles
Recurre también a las teorías platónicas de la participación y la causalidad ejemplar: los seres
contingentes reciben la existencia de Dios, por lo que su existencia participa de alguna manera de la
existencia de Dios, el único ser necesario, lo que conduce a Sto. Tomás a similares dificultades a las que
17
la teoría de la participación había conducido a Platón, aunque ahora en un plano más estrictamente
teológico.
La consideración de Dios como causa ejemplar, teorizada por San Agustín, según la cual las Ideas
de todas las cosas están en la mente de Dios, es parcialmente aceptada por santo Tomás, a través de su
interpretación "analógica" del ser. En la medida en que todas las sustancias reciben la existencia de Dios,
el ser no les pertenece propiamente sino que lo tienen por analogía con Dios; y lo mismo ocurre con las
demás perfecciones.
Santo Tomás se encontrará con un relativamente amplio desarrollo del pensamiento filosófico
(aún al servicio de la fe) y con una nueva explicación de la realidad (el aristotelismo) que se había
desarrollado en Europa recientemente y era conocida como "averroísmo latino". Hasta entonces la
fusión del platonismo con el cristianismo, mediatizado por la versión dada ya por San Agustín. Santo
Tomás romperá parcialmente con dicha tradición adoptando el aristotelismo como base de su
pensamiento filosófico.
Romperá también con la tradición al adoptar una nueva postura respecto a las relaciones entre
razón y fe. La filosofía no será concebida ya como la simple "criada de la teología". Es cierto que la
verdad es una, pero para Sto. Tomás no es menos cierto que la razón tiene su propio ámbito de aplicación,
autónomo, dentro de esa verdad única, al igual que ocurre con la fe. Y, cada una en su dominio, es
soberana. Establece, pues, una distinción clara entre razón y fe, entre filosofía (dominio de la razón) y
teología (dominio de la fe) tanto en virtud de su método, como por su objeto de estudio y su ámbito de
aplicación. Pero tampoco excluye la colaboración entre ambas, y aún una cierta sumisión de la razón a la
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fe en las cuestiones en que la razón no pueda definirse.
Así, tanto la adopción del aristotelismo como su concepción de la naturaleza de la relación entre
razón y fe, conducirán a Sto. Tomás al desarrollo del "realismo filosófico", replanteando de un modo
radicalmente nuevo numerosas cuestiones que hasta entonces se habían considerado ya decididas.
La existencia de Dios
Por lo que respecta la existencia de Dios Sto Tomás afirma taxativamente que no es una verdad
evidente para la naturaleza humana, (para la razón,) por lo que, quienes la afirmen, deberán probarla. La
existencia de Dios, nos dice, es evidente considerada en sí misma, pero no considerada respecto al
hombre y su razón finita y limitada. Tanto es así que ni siquiera las diversas culturas o civilizaciones
tienen la misma idea de Dios (judaísmo, islamismo, cristianismo, politeísmo...) e, incluso, ni siquiera
todos los hombres pertenecientes a la misma cultura poseen la misma idea de Dios. Y esto es un hecho
ante el que no cabe discusión. Con ello pretende recalcar tanto la importancia del tema como la
existencia de Dios no es una verdad evidente para nosotros es necesario, pues, que sea demostrada de un
modo evidente para la razón, de un modo racional, en el que no intervengan elementos de la Revelación o
de la fe.
Pero ¿Qué tipo de demostración hemos de elegir? No podemos partir de la idea de Dios, ya que
eso es precisamente lo que se trata de demostrar, lo que se trata de conocer. Tampoco podemos recurrir a
la demostración "a priori ", puesto que esta demostración parte del conocimiento de la causa, y de él llega
al conocimiento del efecto: pero Dios no tiene causa. Sólo nos queda, pues, partir del conocimiento que
proporciona la experiencia humana, de los seres que conocemos, tomados como efectos, y remontarnos, a
Siendo tal la posición de Sto. Tomás comprendemos por qué criticará duramente el argumento
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ontológico y rechazará su validez. El argumento anselmiano toma como punto de partida la idea de Dios
como ser perfecto, pero tal idea, dice Sto. Tomás, procede de la creencia, de la fe, y no tiene por qué ser
aceptada por un no creyente. Pero además, el argumento de San Anselmo contiene un paso ilegítimo de lo
ideal a lo real: pensar algo como existente no quiere decir que exista en la realidad. La existencia pensada
no tiene más realidad que la de ser pensada, la de estar como tal en nuestro entendimiento, pero no fuera
de él. Para Sto. Tomás la existencia sólo puede ser alcanzada si partimos de la existencia y argumentamos
a partir de ella. Y la única existencia indudable para nosotros es la existencia sensible. Por ello
desarrollará sus cinco pruebas de la existencia de Dios a partir siempre de la experiencia sensible, la
En la "Suma Teológica", primera parte, capítulos 2 y 3, encontramos formuladas las cinco pruebas
tomistas de la demostración de la existencia de Dios, (conocidas como las "cinco vías"), que se exponen a
continuación:
Primera vía
Movimiento: nos consta por los sentidos que hay seres de este mundo que se mueven; pero todo lo
que se mueve es movido por otro, y como una serie infinita de causas es imposible hemos de admitir la
existencia de un primer motor no movido por otro, inmóvil. Y ese primer motor inmóvil es Dios.
La primera y más clara se funda en el movimiento. Es innegable, y consta por el testimonio de los
sentidos, que en el mundo hay cosas que se mueven. Pues bien, todo lo que se mueve es movido por otro,
ya que nada se mueve mas que en cuanto esta en potencia respecto a aquello para lo que se mueve. En
cambio, mover requiere estar en acto, ya que mover no es otra cosa que hacer pasar algo de la potencia al
acto, y esto no puede hacerlo más que lo que está en acto, a la manera como lo caliente en acto, v. gr., el
fuego hace que un leño, que está caliente en potencia, pase a estar caliente en acto. Ahora bien, no es
posible que una misma cosa esté, a la vez, en acto y en potencia respecto a lo mismo, sino respecto a
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cosas diversas: lo que, v. gr., es caliente en acto, no puede ser caliente en potencia, sino que en potencia
es, a la vez frío. Es, pues, imposible que una cosa sea por lo mismo y de la misma manera motor y móvil,
como también lo es que se mueva a sí misma. Por consiguiente, todo lo que se mueve es movido por otro.
Pero, si lo que mueve a otro es, a su vez, movido, es necesario que lo mueva un tercero, ya éste otro. Mas
no se puede seguir indefinidamente, porque así no habría un primer motor y, por consiguiente, no habría
motor alguno, pues los motores intermedios no mueven más que en virtud del movimiento que reciben
del primero, lo mismo que un bastón nada mueve si no lo impulsa la mano. Por consiguiente, es necesario
llegar a un primer motor que no sea movido por nadie, y éste es el que todos entienden por Dios.
Segunda vía
Eficiencia: nos consta la existencia de causas eficientes que no pueden ser causa de sí mismas, ya
que para ello tendrían que haber existido antes de existir, lo cual es imposible. Además, tampoco
podemos admitir una serie infinita de causas eficiente, por lo que tiene que existir una primera causa
La segunda vía se basa en causalidad eficiente. Hallamos que en este mundo de lo sensible hay un
orden determinado entre las causas eficientes; pero no hallamos que cosa alguna sea su propia causa, pues
en tal caso habría de ser anterior a sí misma, y esto es imposible. Ahora bien, tampoco se puede prolongar
indefinidamente la serie de las causas eficientes, porque siempre que hay causas eficientes subordinadas,
la primera es causa de la intermedia, sea una o muchas, y ésta causa de la última; y puesto que, suprimida
una causa, se suprime su efecto, si no existiese una que sea la primera, tampoco existiría la intermedia ni
la última. Si, pues, se prolongase indefinidamente la serie de causas eficientes, no habría causa eficiente
primera, y, por tanto, ni efecto último ni causa eficiente intermedia, cosa falsa a todas luces. Por
consiguiente, es necesario que exista una causa eficiente primera, a la que todos llaman Dios.
Tercera vía
Contingencia: hay seres que comienzan a existir y que perecen, es decir, que no son necesarios; si
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todos los seres fueran contingentes, no existiría ninguno, pero existen, por lo que deben tener su causa,
pues, en un primer ser necesario , ya que una serie causal infinita de seres contingentes es imposible. Y
La tercera vía considera el ser posible o contingente y el necesario, y puede formularse así.
Hallamos en la naturaleza cosas que pueden existir o no existir, pues vemos seres que se producen y seres
que se destruyen, y, por tanto, hay posibilidad de que existan y de que no existan. Ahora bien, es
imposible que los seres de tal condición hayan existido siempre, ya que lo que tiene posibilidad de no ser
hubo un tiempo en que no fue. Si, pues, todas las cosas tienen la posibilidad de no ser, hubo un tiempo en
que ninguna existía. Pero, si esto es verdad, tampoco debiera existir ahora cosa alguna, porque lo que no
existe no empieza a existir más que en virtud de lo que ya existe, y, por tanto, si nada existía, fue
imposible que empezase a existir cosa alguna, y, en consecuencia, ahora no habría nada, cosa
evidentemente falsa. Por consiguiente, no todos los seres son posibles o contingentes, sino que entre ellos
forzosamente, ha de haber alguno que sea necesario. Pero el ser necesario o tiene la razón de su necesidad
en sí mismo o no la tiene. Si su necesidad depende de otro, como no es posible, según hemos visto al
tratar de las causas eficientes, aceptar una serie indefinida de cosas necesarias, es forzoso que exista algo
que sea necesario por sí mismo y que no tenga fuera de sí la causa de su necesidad, sino que sea causa de
Cuarta vía
Grados de perfección: observamos distintos grados de perfección en los seres de este mundo
(bondad, belleza,...) Y ello implica la existencia de un modelo con respecto al cual establecemos la
comparación, un ser óptimo, máximamente verdadero, un ser supremo. Y ese ser supremo es Dios.
La cuarta vía considera los grados de perfección que hay en los seres. Vemos en los seres que
unos son más o menos buenos, verdaderos y nobles que otros, y lo mismo sucede con las diversas
cualidades. Pero el más y el menos se atribuye a las cosas Según su diversa proximidad a lo máximo, y
por esto se dice lo más caliente de lo que más se aproxima al máximo calor. Por tanto, ha de existir algo
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que sea verísimo, nobilísimo y óptimo, y por ello ente o ser supremo; pues, como dice el Filósofo, lo que
es verdad máxima es máxima entidad. Ahora bien, lo máximo en cualquier género es causa de todo lo que
en aquel género existe, y así el fuego, que tiene el máximo calor, es causa del calor de todo lo caliente,
según dice Aristóteles. Existe, por consiguiente, algo que es para todas las cosas causa de su ser, de su
Quinta vía
Finalidad: observamos que seres inorgánicos actúan con un fin; pero al carecer de conocimiento e
inteligencia sólo pueden tender a un fin si son dirigidos por un ser inteligente. Luego debe haber un ser
sumamente inteligente que ordena todas las cosas naturales dirigiéndolas a su fin . Y ese ser inteligente es
Dios.
La quinta vía se toma del gobierno del mundo. Vemos, en efecto, que cosas que carecen de
conocimiento, como los cuerpos naturales, obran por un fin, como se comprueba observando que
siempre, o casi siempre, obran de la misma manera para conseguir lo que más les conviene; por donde se
comprende que no van a su fin obrando al acaso, sino intencionadamente. Ahora bien, lo que carece de
conocimiento no tiende a un fin si no lo dirige alguien que entienda y conozca, a la manera como el
arquero dirige la flecha. Luego existe un ser inteligente que dirige todas las cosas naturales a su fin, ya
La teología de la creación
esencia/existencia. Según ella todos los seres se compones de esencia y existencia, excepto Dios, en quien
la esencia se identifica con la existencia. Sólo Dios, por lo tanto, es un ser necesario, pues sólo él debe su
existencia a su propia esencia: su esencia es existir. Los demás seres reciben la existencia del ser
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Al igual que el resto de los filósofos medievales tributarios de la tradición cristiana Santo Tomás
afirmará la creación "ex nihilo", es decir, la creación del mundo mediante un acto de Dios totalmente
libre, radical y originario. La nada no representa una materia informe preexistente, sino la inexistencia
absoluta; y no puede tomarse como la causa de la creación, pues ésta es sólo obra de Dios. El mundo
tampoco es creado por "emanación" necesaria de la naturaleza divina (Plotino): Dios no está sujeto a
Cuando decimos que por la creación alguna cosa ha sido hecha de la nada, esta preposición "de"
no designa ninguna causa material, sino que señala solamente un orden, como cuando se dice: de la
mañana nace el mediodía, lo cual significa que tras la mañana llega el mediodía. Es necesario, sin
embargo, suponer que esta preposición "de" puede envolver en su significación la negación que expresa
la palabra "nada" o, por el contrario, estar incluida en ella. En el primer caso, el orden sigue afirmado
(pero sólo desde el punto de vista del lenguaje y de sus deficiencias), y se señala el orden de sucesión
(puramente imaginario) entre aquello que es y el no-ser anterior. Si, por el contrario, la negación incluye
la preposición, entonces el orden es negado y el significado es el siguiente: tal cosa está hecha de nada, es
decir, no está hecha de ninguna cosa; como si dijéramos que ese hombre habla de nada, para expresar que
no hay tema en su discurso. Estos dos sentidos se identifican cuando decimos que por la creación una
cosa cualquiera está hecha de la nada. En el primer sentido, esta preposición "de" señala un orden de
sucesión; en el segundo se trata de una relación con una causa material, y esta relación es negada. (Suma
El mundo podría no haber sido creado, o haber sido creado de otro modo, tal como había
defendido ya San Agustín, admitiendo incluso la creación de un mundo que a nosotros pudiera parecernos
absurdo y en el que 2 y 2 fueran 5. Por lo demás, en cuanto a saber si la creación ha tenido lugar en el
tiempo Sto. Tomás afirma que la razón no puede zanjar esa cuestión, ya que tanto la tesis como la
antítesis son indemostrables para la razón. Se adhiere, por ello, a lo que manifiesta la Revelación: que la
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Por último, en cuanto al problema del mal en el mundo, afirma que Dios lo ha permitido (tanto el
físico como el moral) para obtener un beneficio mayor: la libertad de la voluntad y el perfeccionamiento
del mundo.
También la concepción del ser humano en Sto. Tomás está basada en la concepción aristotélica. Pero, al
igual que ocurre con los otros aspectos de su pensamiento, ha de ser conciliada con las creencias básica
del cristianismo: la inmortalidad del alma y la creación. El ser humano es un compuesto sustancial de
alma y cuerpo, representando el alma la forma y el cuerpo la materia de dicha sustancia. Frente a la
afirmación de algunos de sus predecesores de que existen en el ser humano varias formas sustanciales,
como la vegetativa y la sensitiva, Sto. Tomás afirma la unidad hilemórfica del ser humano, que constituye
una unidad en la que existe una única forma sustancial, el alma racional, que informa inmediata y
Del mismo modo que Aristóteles había concebido la existencia de una sola alma en el ser humano, que
engloba las funciones vegetativa y sensitiva, santo Tomás afirma que esa única alma es la que regula
Es evidente, por otra parte, que lo primero por que el cuerpo vive es el alma, y como la vida se manifiesta
por operaciones diversas en los diversos grados de los seres vivientes, aquello por lo que primariamente
ejercemos cada una de estas funciones vitales es el alma. Ella es, en efecto, lo primero que nos hace
nutrirnos y sentir y movernos localmente, como también entender. Este primer principio de nuestro
entendimiento, llámasele entendimiento o alma intelectiva, es, por lo tanto, la forma del cuerpo, y esta
demostración es de Aristóteles en el tratado Del alma, lib. 2, tex. 24. (Suma Teológica, I, C. 76, a. 1)
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El alma se sigue concibiendo, pues, como principio vital y como principio de conocimiento, pero se
rechaza la interpretación platónica de la relación entre el alma y el cuerpo, en el sentido de que Platón
había atribuido al alma, y no al ser humano, esas funciones vitales y cognoscitivas, mientras que la
interpretación hilemórfica de santo Tomás le llevará a atribuir esas funciones al "hombre": es el ser
humano, el individuo, el que vive y conoce, el que razona y entiende, el que imagina y siente. Todo ello
es imposible sin tener un cuerpo, por lo que éste ha de pertenecer al "hombre" con el mismo derecho que
le pertenece el alma.
La relación del alma y el cuerpo es una relación natural, no una situación forzada y antinatural, según la
interdependencia entre la alma y el cuerpo como un castigo para el alma, en contra de lo que los
neoplatónicos afirmaban , y que dio pie al desarrollo de algunas herejías basadas o inspiradas en el
No obstante, dada la necesidad de explicar la inmortalidad del alma, santo Tomás afirmará que en ella
existe ciertas facultades que le pertenecen como tal, y que no dependen para nada de su relación con el
cuerpo. Otras pertenecen al compuesto "hombre" y no pueden ser ejercidas, por lo tanto, sin el cuerpo.
Por supuesto, la intelección es una facultad que le pertenece al alma incluso en su estado de separación
del cuerpo, en cuanto tiene como objeto de conocimiento no los cuerpos, sino el ser. La facultad de su
potencia del alma puede ser clasificadas en tres grupos jerárquicamente relacionados: las facultades o
Tenemos, pues, una clasificación similar a la aristotélica. No se trata de tres tipos de alma, sino de tres
facultades o potencias de la misma alma racional. En sus funciones vegetativas el alma se ocupa de todo
lo relacionado con la nutrición y el crecimiento. En sus funciones sensitivas el alma regula todo lo
relacionado con el funcionamiento de los sentidos externos, así como la imaginación y la memoria,
actividades que se corresponde en las funciones del alma vegetativo de los animales. En sus funciones
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racionales santo Tomás distingue como facultades propias del alma el entendimiento (agente y paciente)
y la voluntad, con la que trata de explicar el deseo intelectual, quedando el sensitivo explicado por las
funciones sensitivas del alma. A pesar de que todas ellas proceden de la misma alma racional, se pueden
distinguir "realmente" entre sí, dado que tienden a aplicarse a distintos objetos (para Sto. Tomás, la
definición de una facultad o de la ciencia viene dada por el objeto al que se aplica, su objeto formal).
Quizá la novedad más significativa con respecto a Aristóteles sea el tratamiento que hace santo Tomás de
la voluntad. Por su misma naturaleza es la voluntad está orientada al bien en general, es decir, la
felicidad, la beatitud. ¿Quiere eso decir que el "hombre" está inevitablemente determinado en su
comportamiento? No, dice Sto. Tomás, ya que el "hombre" dispone del libre albedrío para elegir su
conducta. El libre albedrío no es algo distinto de la voluntad, sino la voluntad misma en el ejercicio de la
elección de los medios para conseguir su fin, la capacidad por la que un "hombre" es capaz de juzgar
libremente, en cuanto a la elección de los medios que le permiten alcanzar el fin de su conducta.
Para Aristóteles, dada la imposibilidad de existencia de formas separadas, la inmortalidad del alma queda
descartada, en contra de lo que afirmaba Platón. Se discute si Aristóteles aceptaba o no una cierta
forma universal. Los averroistas latinos entendieron que la inmortalidad afectaba a la forma universal,
afirmando la existencia de un único entendimiento agente, común a todos los seres humanos. Santo
¿Es compatible esta afirmación con el hilemorfismo? Sto. Tomás defenderá la inmortalidad del alma
argumento similar al que ya había utilizado Platón en el Fedón), y en el ansia de inmortalidad del
"hombre": un deseo de inmortalidad implantado por Dios que no puede ser vano.
Puede todavía deducirse una prueba del deseo que naturalmente tiene cada ser de existir según su modo
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de ser. El deseo en los seres inteligentes es consecuencia del conocimiento. Los sentidos no conocen el
ser sino en lugar y tiempo determinados; pero el entendimiento los conoce absolutamente y en toda su
duración; por esta razón todo ser dotado de entendimiento desea, por su naturaleza misma, existir
siempre, y como el deseo natural no puede ser vano, síguese que toda sustancia intelectual es
También la teoría moral de santo Tomás está fundamentalmente basada en la ética aristotélica, a
pesar de que algunos comentadores insisten en la dependencia agustiniana de la moral tomista. Parece
obvio que, en la medida en que San Agustín es el inspirador de buena parte de la filosofía medieval ejerza
La Ética
Siguiendo, pues, sus raíces aristotélicas Sto. Tomás está de acuerdo con Aristóteles en la
concepción teleológica de la naturaleza y de la conducta del hombre: toda acción tiende hacia un fin, y el
fin es el bien de una acción. Hay un fin último hacia el que tienden todas las acciones humanas, y ese fin
es lo que Aristóteles llama la felicidad. Santo Tomás está de acuerdo en que la felicidad no puede
consistir en la posesión de bienes materiales, pero a diferencia de Aristóteles, que identificaba la felicidad
con la posesión del conocimiento de los objetos más elevados (con la teoría o contemplación), con la vida
del filósofo, en definitiva , santo Tomás, en su continuo intento por la acercar aristotelismo y
cristianismo, identifica la felicidad con la contemplación beatífica de Dios, con la vida del santo, de
En efecto, la vida del hombre no se agota en esta tierra, por lo que la felicidad no puede ser algo
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que se consiga exclusivamente en el mundo terrenal; dado que el alma del hombre es inmortal el fin
último de las acciones del hombre trasciende la vida terrestre y se dirige hacia la contemplación de la
primera causa y principio del ser: Dios. Santo Tomás añadirá que esta contemplación no la puede
alcanzar el hombre por sus propias fuerzas, dada la desproporción entre su naturaleza y la naturaleza
divina, por lo que requiere, de alguna manera la ayuda de Dios, la gracia, en forma de iluminación
especial que le permitirá al alma adquirir la necesaria capacidad para alcanzar la visión de Dios.
La felicidad que el hombre puede alcanzar sobre la tierra, pues, es una felicidad incompleta para
Sto. Tomás, que encuentra en el hombre el deseo mismo de contemplar a Dios, no simplemente como
causa primera, sino tal como es Él en su esencia. No obstante, dado que es el hombre particular y
concreto el que siente ese deseo, hemos de encontrar en él los elementos que hagan posible la
consecución de ese fin. Santo Tomás distingue, al igual que Aristóteles, dos clases de virtudes: las
morales y las intelectuales. Por virtud entiende también un hábito selectivo de la razón que se forma
mediante la repetición de actos buenos y, al igual que para Aristóteles, la virtud consiste en en un término
medio, de conformidad con la razón. A la razón le corresponde dirigir al hombre hacia su fin, y el fin del
hombre ha de estar acorde con su naturaleza por lo que, al igual que ocurría con Aristóteles, la actividad
propiamente moral recae sobre la deliberación, es decir, sobre el acto de la elección de la conducta.
La misma razón que tiene que deliberar y elegir la conducta del hombre es ella, a su vez, parte de
la naturaleza del hombre, por lo que ha de contener de alguna manera las orientaciones necesarias para
que el hombre pueda elegir adecuadamente. Al reconocer el bien como el fin de la conducta del hombre
la razón descubre su primer principio: se ha de hacer el bien y evitar el mal ("Bonum est faciendum et
malum vitandum"). Este principio (sindéresis) tiene, en el ámbito de la razón práctica, el mismo valor que
los primeros principios del conocimiento (identidad, no contradicción ) en el ámbito de la teórica. Al estar
fundado en la misma naturaleza humana es la base de la ley moral natural, es decir, el fundamento último
de toda conducta y, en la medida en que el hombre es un producto de la creación, esa ley moral natural
está basada en la ley eterna divina. De la ley natural emanan las leyes humanas positivas, que sean
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aceptadas si no contradicen la ley natural y rechazadas o consideradas injustas si la contradicen. Pese a
sus raíces aristotélicas vemos, pues, que Sto. Tomás ha conducido la moral al terreno teológico, al
La política
Respecto a la política santo Tomás se desmarca de la actitud adoptada por San Agustín al
respectivamente, con la Iglesia y con el Estado pagano. La ciudad de Babilonia es considerada por San
Agustín como el resultado de la corrupción del hombre por el pecado original; mientras que la ciudad de
Jerusalén, la ciudad celestial representaría la comunidad cristiana que viviría de acuerdo con los
principios de la Biblia y los evangelios. Las circunstancias sociales y la evolución de las formas de poder
en el siglo XIII, especialmente los problemas derivados de la relación entre la Iglesia y el Estado, llevarán
a Sto. Tomás a un planteamiento distinto, inspirado también en la Política aristotélica, aunque teniendo en
Para Sto. Tomás la sociedad, siguiendo a Platón y a Aristóteles, es el estado natural de la vida del
hombre. En cuanto tal, el hombre es por naturaleza un ser social nacido para vivir en comunidad con
otros hombres; pero ya sabemos que Sto. Tomás asigna al hombre un fin trascendente, por lo que ha de
reconocer un papel importante a la Iglesia en la organización de la vida del hombre. Del mismo modo que
sobre la razón, por lo que respecta a la sociedad, aun aceptando la distinción y la independencia del
Estado y la Iglesia, aquél ha de someterse a ésta, en virtud de ese fin trascendente del hombre. El Estado
ha de procurar el bien común, para lo cual legislará de acuerdo con la ley natural. Las leyes contrarias a la
ley natural no obligan en conciencia (por ejemplo, las contrarias al bien común, o las dictadas por
egoísmo). Las leyes contrarias a la ley divina deben rechazarse y no es lícito obedecer las, marcándose
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Respecto a las mejores formas de gobierno, santo Tomás sigue a Aristóteles, distinguiendo tres
formas buenas y tres formas malas de gobierno que son la degeneración de las anteriores. Aunque la
monarquía parece proporcionar un mayor grado de unidad y de paz, Sto. Tomás tampoco descarta las
otras formas de gobierno válidas, y no considera que ninguna de ellas sea especialmente deseable por
Dios.
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BIBLIOGRAFIA
Cultura Económica, 1960. Una de las mejores introducciones en español a la filosofía de santo
Tomás de Aquino.
introductorio de los temas más importantes del tomismo desde una perspectiva clásica.
www.artehistoria.jcyl.es
www.webdianoia.com/medieval/aquinate/aquino_obras.h tm
www.iglesiapotosina.org/admon/santoral/santostodos.cf m?id_santo=79
http://www.enciclopediacatolica.com/t/tomasaquino.htm# 3
http://www.webdianoia.com/medieval/aquinate/aquino_teolg_2.htm
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