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Comenzó con un
largo periodo de tolerancia religiosa y prosperidad para la comunidad judía del país y
acabó dramáticamente con la aniquilación de la práctica totalidad de la comunidad en el
siglo XX durante la ocupación nazi de Polonia y el Holocausto.
Judíos en Polonia
Religiones judaísmo
Resumen
Desde la fundación del Reino de Polonia en el año 1025 y hasta la unión polaco-lituana
en el año 1569, Polonia fue uno de los países más tolerantes de Europa convirtiéndose
en el hogar de una de las comunidades judías más grandes y vibrantes del mundo. Para
Aproximadamente el 90% de los judíos polacos fueron asesinados por los Nazis durante
el Holocausto. La actitud de los polacos no judíos abarcó un amplio abanico de
posiciones: hubo colaboracionistas con los nazis, aunque las masacres (como en el
pogromo de Jedwabne) fueron provocadas por los alemanes en principio. Hubo también
muchos casos heroicos en los que polacos cristianos ayudaron a esconder a sus vecinos
judíos. Después de la guerra estas personas fueron nombradas por Israel como “Justos
entre las naciones”. De todas maneras, la mayoría de los polacos solamente veía a los
judíos como competidores por los recursos económicos del país y los odiaba en tanto
que no católicos.
Los primeros judíos llegaron a la actual Polonia en el siglo X viajando por las rutas
comerciales del este. Los comerciantes judíos de la época (conocidos como Radhanitas)
también cruzaron la región de Silesia. Uno de ellos, un mercader y diplomático de la
ciudad española de Tortosa, conocido por su nombre árabe "Ibrahim ibn Ya'qub" fue el
primer cronista que mencionó al estado polaco durante el reinado del Príncipe Miecislao
I. La primera mención a los judíos que hicieron los cronistas polacos data del siglo XI. En
esta crónica se lee que los judíos estaban viviendo en Gniezno, la capital del reino polaco
en la época de la Dinastía Piast. La primera comunidad permanente la menciona en el
año 1085 un erudito judío llamado "Jehuda ha-Kohen"; según él esta comunidad estaba
en la ciudad de Przemyśl (aunque esta ciudad estaba en Rutenia y no pertenecía a
Polonia en aquella época).
Los judíos llegaron para formar la columna vertebral del sistema económico polaco. Tanto
fue así que incluso las monedas acuñadas durante el reinado de Miecislao III el Viejo
llevaban grabados caracteres hebreos. Los judíos gozaron de una gran paz y prosperidad
en gran parte de los territorios en los que estaba dividido el país. Los judíos formaron la
clase media en un país donde la población consistía en una minoría de grandes
Esta situación de tolerancia inicial fue alterada gradualmente por la Iglesia Católica, por
un lado, y por los Estados alemanes vecinos, por otro. No obstante, había entre los
príncipes polacos algunos que protegían a la población judía porque consideraban su
presencia imprescindible para el desarrollo económico que el país estaba viviendo. Entre
estos gobernantes destacó "Boleslao V el Casto", príncipe de la gran Polonia, que con el
apoyo de los representantes de las clases sociales y una serie de altos oficiales del
ejército polaco proclamó el "Estatuto de Kalisz" que garantizaba a todos los judíos la
libertad de elección de trabajo, comercio y movimiento. Así, durante el siguiente siglo la
Iglesia Católica se dedicaría a impulsar la persecución de los judíos, mientras que los
reyes de Polonia normalmente los protegían.
En 1334 Casimiro III de Polonia, o Casimiro el Grande, amplió los derechos de todos los
polacos y de los judíos en particular por medio del "Estatuto de Wislicki". Casimiro fue un
gobernante especialmente tolerante con los judíos polacos y su reinado se recuerda
como una era de gran prosperidad para la judería polaca. De hecho fue apodado por sus
contemporáneos "Rey de los siervos y de los judíos". Sin embargo, mientras en gran
parte del reino de Casimiro los judíos polacos disfrutaban de una gran tranquilidad, en
algunos lugares cercanos a la frontera con Alemania fueron víctimas de persecución por
culpa de la Peste Negra, de la que se les culpaba. Hubo masacres en Kalisz, Cracovia,
Głogów y otras ciudades fronterizas, y se estima que unos 10.000 judíos fueron
asesinados. Aun así, estos asesinatos comparados con las despiadadas matanzas de
judíos del occidente europeo fueron nimios. Los judíos polacos, en proporción a su
número, no sufrieron demasiado, y enormes masas de judíos alemanes emigraron hacia
las tierras más hospitalarias de Polonia.
Archivo:FirstCrusade.jpg
Mientras que los judíos
(identificables por sus
sombreros amarillos en esta
Como resultado del matrimonio entre Vladislao II de Polonia con Eduviges I de Polonia,
hija del rey Luis I de Hungría, Lituania se unió con el reino de Polonia. A pesar de que en
1338 durante el reinado de Ladislao II los derechos de los judíos polacos fueron
ampliados a los judíos de Lituania, estando él en el poder (y después reinando sus
sucesores) comenzaron las primeras persecuciones contra los judíos en Polonia, mientras
que el rey no hacía nada para evitarlo. Hubo un gran número de libelos y disturbios
violentos contra los judíos y la persecución "oficial" se incrementó gradualmente, sobre
todo debido a la intolerancia del clero católico.
Mapa de las expulsiones de judíos en Europa entre 1100 y 1600. Polonia fue uno de
los mayores receptores de expulsados judíos.
Alejandro I cambió de punto de vista en 1503, un poco después de que los judíos fueran
expulsados de España en 1492 y también de Austria, Bohemia y Alemania, pasando a
promover la inmigración judía hacia una Polonia mucho más tolerante. De esta manera
Polonia pasó a ser un refugio seguro para los exiliados del oeste de Europa, y el
incremento resultante de la comunidad judía del país convirtió a Polonia en el centro
cultural y espiritual del Pueblo Judío.
La confederación de Varsovia
Después de la muerte del rey Segismundo II de Polonia (fallecido sin descendencia, sería
el último rey de la Dinastía Jagiellon) los nobles polacos y lituanos se reunieron en
Varsovia en 1573 junto con los representantes de todas las religiones mayoritarias (entre
ellos los judíos) y firmaron un documento rogándose entre todos respeto, tolerancia y
apoyo mutuo. Aun así, entre ellos no estaban los representantes de una secta cristiana
antitrinitaria, cuya presencia en Polonia era ya destacable, y que está en los orígenes de
la Iglesia Unitaria moderna.
Los primeros estudios historiográficos que han tratado el tema de la vida judía polaca en
esta época suelen errar de reduccionismo. Suelen hacer énfasis en el aumento de
sentimientos antijudíos en la época, centrándose en el aumento de los pogromos
(causados por las acusaciones lanzadas por los cristianos a los judíos de profanos,
blasfemos o de sacrificar niños cristianos en rituales secretos). Aquella historiografía se
centra en destacar un aumento de la persecución y del aislamiento de los judíos que
La existencia del Concejo de las cuatro Tierras (un organismo judío que agrupaba a las
comunidades judías de la Gran Polonia, de la Pequeña Polonia, de Rutenia y de Volinia)
ha sido empleada para justificar la existencia de un poder autónomo judío que permitía a
la comunidad autogobernarse, pero hoy sabemos que su creación y su disolución
estuvieron ligadas a la necesidad de las comunidades judías de adaptarse a la
transformación económica del Estado polaco.
En resumen, los historiadores de las décadas recientes han aportado una imagen mucho
más objetiva de la vida judía en la Polonia-Lituania premodernas que ha ido mucho más
allá de la visión tradicional, dejando atrás la típica idea de la persecución y el aislamiento.
En 1648 la Unión Polaco-lituana fue devastada por varios conflictos durante los cuales
perdió alrededor de un tercio de su población (aproximadamente tres millones de
personas), y las pérdidas judías se pueden contar en cientos de miles. En un principio el
Levantamiento de Chmielnicki, un levantamiento cosaco comandado por Bohdan
Khmelnytsky, desató masacres de polacos y judíos en las áreas del sur y del este de
Polonia que los cosacos lograron controlar (estas zonas corresponden actualmente a
Ucrania). Se sabe que Chmielncki arengó a la gente asegurando que los polacos les
habían vendido como esclavos "a las manos de los abominables judíos". El número
exacto de muertes puede que nunca se sepa, pero el descenso de la población judía
durante este periodo se estima entre 100.000 y 200.000 personas, incluyendo a la
emigración, a las muertes por enfermedades y a los judíos que fueron capturados por los
cosacos y vendidos como esclavos en el Imperio otomano.
Las Particiones
El desorden y la anarquía imperaron en Polonia durante la segunda mitad del siglo XVIII,
desde la subida al trono del último rey polaco Estanislao II de Polonia, que reinó desde
1764 hasta 1795. En 1772 tras la desgracia que supuso la Confederación de Bar (unión
de la nobleza polaca para oponerse a las agresiones rusas, que fracasó
estrepitosamente) las provincias periféricas de Polonia fueron repartidas entre las tres
naciones vecinas: Rusia, Austria y Prusia. Los judíos eran más numerosos en los
territorios que pasaron a formar parte de Austria y Rusia.
El consejo permanente creado a iniciativa del gobierno ruso (1773–1788) fue también el
tribunal administrativo superior, ocupándose asimismo de la elaboración de un plan que
debía reordenar Polonia de manera más racional. Los ilustrados polacos reconocieron la
urgencia de extender la educación como primer paso de las reformas. La famosa Komisja
Edukacji Narodowej ("Comisión de Educación Nacional") fue el primer ministerio de
educación del mundo. Se creó en 1773, fundando numerosas escuelas y remodelando
las existentes. Uno de los miembros de la Comisión, el canciller Andrzej Zamoyski, entre
otros, exigió el respeto a las propiedades de los judíos y a su persona física a la vez que
reclamó cierta tolerancia religiosa (aunque insistía en la separación de judíos y cristianos
en las ciudades, la expulsión del reino de aquellos sin profesión y que los que se
dedicasen a la agricultura no pudiesen poseer tierras). Por su parte una minoría de nobles
e intelectuales defendían un gobierno nacional bajo el cual los judíos tendrían igualdad
política y de derechos civiles. Fue el único ejemplo moderno anterior a la Revolución
Francesa de tolerancia hacia los judíos. Las reformas resultaron efímeras: al poco tiempo
Toda la cultura generada por la comunidad judía de Polonia tuvo una gran influencia en el
mundo judío. Algunos historiadores han destacado que Polonia se pronuncia Polania o
Polin en hebreo, y que transliteradas estas palabras al mismo hebreo, estos nombres se
habrían usado como expresión de buen augurio. Esto se observa en que dichas palabras
polacas ya transliteradas se pueden separar en otras palabras hebreas. Polania estaría
formada por tres palabras hebreas: po ("aquí"), lan ("habita"), ya ("dios"). Por su parte,
Polin está formada por: po ("aquí") lin ("[deberías] habitar"). El "significado" indicaba lo
idóneo del país para los judíos. Desde el reinado de Segismundo hasta el Holocausto
nazi, Polonia fue el centro de la vida religiosa judía.
La cultura judía
Muchas Yeshivot se establecieron a lo largo y ancho de Polonia desde muy antiguo bajo
la dirección de los rabinos. La más importante se estableció, como no podía ser de otra
manera, en Cracovia. Existieron imprentas judías desde el primer cuarto del siglo XVI. En
1530 fue impresa por primera vez en hebreo la Torah en la ciudad de Cracovia. A finales
del XVI las imprentas judías de Cracovia y Lublin imprimían ya libros de forma casi
industrial, libros por lo general de carácter religioso. El crecimiento de las escuelas
talmúdicas, o yeshivas, en Polonia coincidió con una época de prosperidad para la
judería polaca y fue propiciado también por la autonomía que las comunidades judías
gozaban de las autoridades locales. Este crecimiento del número de escuelas religiosas
fue el factor que a su vez hizo que aumentara el número de imprentas judías. Hubo, de
todas maneras, algunas excepciones al carácter casi exclusivamente religioso de la
cultura judía de esta época, imprimiéndose algunos escritos de carácter eminentemente
secular y práctico referentes a la vida cotidiana, pero son los menos.
Esta época destaca, pues, por una gran religiosidad. La figura del rabino era
fundamental, los rabinos ya no eran solo los expertos en la ley de Dios, eran también
líderes espirituales, profesores, jueces en causas seculares y legisladores. Intervenían,
por lo tanto, en todos los asuntos de la comunidad, poniendo especial atención en que
los líderes comunitarios laicos estuviesen familiarizados y cumpliesen las complicadas
En la primera mitad del siglo XVI el centro del estudio del Talmud pasó de Bohemia a
Polonia, destacando la escuela de Jacob Pollak, el creador del Pilpul ("razonamiento
agudo"). Shalom Shachna (ca. 1500–1558), discípulo de Pollak, se encuentra entre los
pioneros del estudio talmúdico en Polonia. Vivió y murió en Lublin, donde encabezó la
yeshivah de la que surgieron los célebres rabinos del siguiente siglo. Israel, hijo de
Shachna, se convirtió en rabino de Lublin al morir su padre, y el discípulo de Shachna
Moisés Isserles (conocido como ReMA) (1520–1572) logró reputación internacional entre
la comunidad judía como uno de los autores del Shulján Aruj (el "Código de la Ley
Judía"). Su contemporáneo Solomon Luria (1510–1573) de Lublin, con el que mantenía
correspondencia, también alcanzó fama entre sus correligionarios. La autoridad de
ambos, cuyas disputas teológicas eran habituales, era reconocida por los judíos de toda
Europa. En la época, la Cábala se había extendido por la protección del judaísmo
rabínico, y eruditos como Mordecai Jaffe y Yoel Sirkis se dedicaron a su estudio. Este
periodo de gran desarrollo del estudio rabínico se interrumpió por el estallido de la
Rebelión de Jmelnytsky de los cosacos de la estepa ucraniana y las campañas militares
en territorio polaco de la segunda mitad del siglo XVII.
La década que va desde la Rebelión de Jmelnytsky hasta El Diluvio (1648-1658) dejó una
profunda marca no solo en la vida social de los judíos de Polonia y Lituania sino también
en su vida espiritual. La producción cultural de los judíos polacos disminuyó. El estudio
del Talmud, que hasta esta época había sido accesible para la mayoría de la comunidad,
se convirtió en objeto de estudio de un número limitado de estudiantes. El estudio de los
textos sagrados se formalizó en exceso, algunos rabinos se entregaron a enrevesados
estudios sobre las leyes religiosas, otros escribían comentarios sobre diferentes partes
del Talmud a modo de bizantinismos teológicos, tratando la mayoría de las veces con
argumentos que no tenían importancia práctica. En esta misma época hicieron su
aparición en la judería polaca muchos milagreros charlatanes que tuvieron mucho
predicamento, culminando la década con la aparición de varios movimientos
"mesiánicos", siendo los protagonizados por Shabtai Tzvi y por Jacob Frank los más
destacados.
La política rusa hacia los judíos resultó ser más dura que la anteriormente desarrollada
por el Estado polaco. Los antiguos territorios polacos siguieron albergando a numerosos
judíos, ya que en 1772 la zarina Catalina instauró la Zona de Asentamiento, prohibiendo a
los judíos que se asentasen fuera de ella. La Zona incluía gran parte de la antigua Polonia
aunque excluía zonas donde anteriormente había habitantes judíos. Unos cuatro millones
de judíos vivían en esta área hacia finales de la década de 1880.
Al principio la política rusa hacia los judíos de Polonia fue vacilante, alternando duras
leyes en su contra con políticas más tolerantes. En 1802 el Zar estableció el Comité para
el avance de los judíos en lo que se considera un intento de desarrollar un plan coherente
de aproximación a la nueva e importantísima población judía del Imperio ruso. El comité
sugirió en 1804 una serie de medidas diseñadas para animar a los judíos a asimilarse,
pero que no les forzaba a hacerlo. Se proponía que se permitiese que los judíos
asistiesen a escuelas laicas e incluso que pudiesen poseer tierras, pero en cambio
restringía su acceso a Rusia, no solo prohibiendo que se instalasen en esos territorios,
sino incluso dificultando su entrada en ellos aunque fuese de forma temporal. Se les
El problema de esta legislación fue que las autoridades locales, las encargadas de hacer
cumplir las disposiciones más duras, se empeñaron con fuerza en cumplirla, mientras
que las partes más liberales o aperturistas de la legislación nunca se aplicaron del todo y,
por lo tanto, las condiciones de vida de los judíos en la Zona de Asentamiento
empeoraron rápidamente. En la década de 1820 una serie de leyes promulgadas por el
Zar acabaron con la tradicional exencíón de los judíos de servir en el ejército a cambio de
dinero y obligaron a que las comunidades judías proporcionasen jóvenes para que
sirviesen en el ejército zarista, donde en muchas ocasiones se les obligaba a convertirse.
Pese a que los judíos fueron poco a poco adquiriendo nuevos derechos, sobre todo tras
la reforma de emancipación de 1861, todavía se les recluía en la Zona de Asentamiento y
se les sometía a restricciones en lo que respecta a derechos a propiedad y en el acceso a
ciertos empleos. Todos estos avances y el status quo de los judíos acabarían por
desaparecer bruscamente tras el asesinato del Zar Alejandro II, perpretado por un judío y
que iba a producir unos niveles de violencia antijudía y de inmigración sin precedentes.
Pogromos
El asesinato del Zar originó una oleada a gran escala de revueltas antijudías,
denominadas pogromos entre 1881 y 1884. Durante el estallido de 1881, los pogromos
se limitaron fundamentalmente a Rusia, aunque también hubo uno en Varsovia en el que
fueron asesinados doce judíos, muchos otros fueron linchados quedando malheridos,
numerosas mujeres fueron violadas y la comunidad sufrió pérdidas económicas por valor
de más de dos millones de rublos. El nuevo zar Alejandro III culpó a los judíos de los
disturbios e impuso una serie de duras restricciones a la libre circulación de los mismos.
Los pogromos continuaron dándose de forma habitual hasta 1884 con el apoyo tácito del
gobierno que miraba para otro lado. Todo esto provocó un cambio fundamental en la
historia de los judíos polacos y del resto del mundo. La mejor consecuencia de estos
acontecimientos dramáticos fue que provocaron una grandísima oleada de inmigración
Otra oleada de pogromos aún más sangrienta tuvo lugar entre 1903 y 1906, y se cree que
algunos de ellos fueron organizados, o al menos apoyados, por la policía secreta zarista
rusa, la Okhranka. Algunos de los peores de estos pogromos sucedieron en el territorio
polaco, donde vivía la mayoría de los judíos sometidos al Imperio ruso, incluyendo el
Pogromo de Białystok de 1906 en el que más de un centenar de judíos fueron asesinados
y muchos más resultaron heridos.
Haskalá y Halajá
La Ilustración judía, llamada "Haskalá", empezó a extenderse por Polonia a principios del
En la segunda mitad del siglo XIX, la Haskalá y los debates que había provocado
indujeron la aparición de un gran número de movimientos políticos judíos dentro de la
misma comunidad y que abarcaban un gran número de opiniones. Estos movimientos
acabaron generando partidos políticos que se presentaban a las elecciones locales y
regionales. El Sionismo se hizo muy popular tras la fundación del partido socialista
sionista Poale Zion y de un partido sionista religioso (Mizrahi). Los judíos también
formaron sindicatos socialistas como la Unión General de Trabajadores Judíos (conocida
como El Bund) que defendía la asimilación (en el sentido de integración en la sociedad
polaca, no de conversión al catolicismo) y los derechos laborales de los trabajadores
judíos. El Folkspartei (partido del pueblo), que se definía como liberal y laico, defendía
asimismo una cierta autonomía de los judíos y la preservación de sus raíces culturales, de
su lengua y de su religión y se resistía a la asimilación. En 1912 surgió Agudat Israel, un
partido religioso que es el origen del partido con el mismo nombre que existe
actualmente en Israel. Los partidos sionistas obtuvieron en las elecciones de 1919 el
cincuenta por ciento del voto judío.
Como era de esperar dadas las condiciones de Polonia, sometida al Imperio ruso, los
En 1897, el catorce por ciento de los ciudadanos polacos eran judíos. Los judíos tenían
representación en el gobierno, asientos en el Sejm, concejales e incluso alcaldes en
algunos municipios. Además existían comités de judíos religiosos (rabinos en algunos
casos) a los que la autoridad católica tenía en cuenta. Los judíos pertenecieron a una
gran variedad de partidos políticos y asociaciones, abarcando ideologías que iban desde
el Socialismo al Sionismo pasando incluso por el Antisionismo. El Bund, un partido
socialista judío, se había extendido por toda Polonia a principios del siglo XX, y muchos
trabajadores judíos, a los que podríamos considerar como auténticos proletarios
industriales de las ciudades de Varsovia y Łódź, militaban en él.
En 1914 los sionistas alemanes fundaron el Comité Alemán para la libertad de los judíos
rusos, cuyo máximo objetivo era el de establecer un Estado tapón en un área de la Zona
de Asentamiento compuesto por las provincias polacas que habían sido anexionadas a
Rusia y que sería "de facto" un protectorado del Imperio Alemán, lo cual haría imposible
la resurrección de Polonia como país independiente.
Los judíos también jugaron un papel muy importante en la lucha por la independencia de
Polonia en 1918 y muchos se unieron a Józef Piłsudski (un nacionalista polaco que luchó
por la independencia de la nación), mientras que otras muchas minorías permanecieron
neutrales en la lucha por la creación de un Estado independiente (la minoría alemana, la
minoría ucraniana, la bielorrusa, etcétera). Como consecuencia de la Primera Guerra
Mundial y los sucesivos conflictos que la siguieron por todo el este de Europa (tales
como la Guerra Civil Rusa, la Guerra Polaco-Ucraniana y la Guerra Polaco-Soviética) se
produjeron muchos pogromos contra los judíos por todas partes. Estos ataques solían
Justo después del fin de la Primera Guerra Mundial empezaron a llegar a Occidente
noticias sobre pogromos masivos contra judíos que estaban teniendo lugar en Polonia y
que escandalizaron a la comunidad internacional. La presión internacional hacia el
gobierno polaco llegó a tal punto que el presidente de Estados Unidos en aquel
momento, Woodrow Wilson, envió a Polonia una comisión especial para que investigara
los acontecimientos. La comisión, liderada por Henry Morgenthau, llegó a la conclusión
de que las noticias sobre los pogromos se habían exagerado y que en algunos casos
habían sido incluso inventadas. En su informe identificó, situó y fechó ocho pogromos
importantes que habían sucedido entre los años 1918 y 1919 en Polonia en los que
habían sido asesinados entre 200 y 300 judíos. Cuatro de estos pogromos fueron
atribuidos a la acción de desertores del ejército o a soldados indisciplinados. Según el
informe ninguno de los pogromos fue consecuencia de ninguna política oficial del
gobierno. Entre estos incidentes destaca la Masacre de Pinsk, ocurrida en Pinsk, en la
que un oficial del ejército polaco acusó a un grupo de civiles judíos de conspirar contra
los polacos y acabó fusilando a treinta y cinco de ellos. También destacan los hechos
ocurridos en Leópolis en 1918. Justo después de que el ejército polaco tomara la ciudad,
cientos de personas fueron asesinadas entre el caos incluyendo más de setenta judíos.
En Varsovia algunos soldados del ejército se dedicaron a linchar, asesinar o violar a judíos
por las calles pero fueron castigados por ello. Muchos de los sucesos en Polonia, de los
que se habían hecho eco periódicos como el New York Times, habían sido exagerados.
En cambio, en otros muchos lugares, sobre todo en Ucrania, estaban sucediendo
horribles pogromos de los que la prensa no se hizo eco alguno.
Cultura judeo-polaca
Casi todos los partidos políticos judíos, tanto los socialistas (la Unión General de
Trabajadores Judíos) como los sionistas de izquierda y de derecha y los partidos judíos
religiosos conservadores, estaban representados en el "Sejm" (el parlamento polaco)
además de en asambleas regionales.
La escena cultural judía era particularmente vibrante. Había muchas publicaciones judías
y aproximadamente 116 periódicos. Algunos de los autores en lengua yiddish, entre los
cuales destaca Isaac Bashevis Singer, fueron reconocidos internacionalmente y
aclamados como autores judíos clásicos (Singer incluso ganó el Premio Nobel de
literatura del año 1978).
Otros autores judíos de este periodo como Bruno Schulz, Julian Tuwim, Jan Brzechwa y
Bolesław Lesmian fueron menos reconocidos internacionalmente, pero no por ello
dejaron de realizar importantes contribuciones a la literatura polaca. El teatro yiddish
también floreció. Polonia tenía quince teatros en yiddish y muchos grupos teatrales.
Varsovia era el hogar de la compañía teatral en yiddish más importante de la época: La
La persecución de los judíos en Polonia fue más evidente en los primeros y últimos años
de la segunda república. Los judíos no eran vistos por una gran parte de la población
católica como auténticos polacos. Este era un problema causado por el nacionalismo
polaco (representado por el gobierno de Endecja) y por el hecho de que una gran mayoría
de los judíos polacos vivían separados de la mayoría católica: Por ejemplo, el 85% de los
judíos declaraban el yiddish o el hebreo como su primera lengua. Esta situación mejoró
durante un tiempo con el gobierno de Józef Piłsudski, entre 1926 y 1935. Józef Piłsudski
reemplazó las ideas de asimilación étnica o "polonización" de "Endecja" por una política
de "asimilación estatal". De esta manera, a los ciudadanos se les juzgaba por su lealtad
al Estado y no por sus creencias religiosas.
Estos años (desde 1926 hasta 1935) fueron percibidos muy favorablemente por los judíos
polacos, cuya situación mejoraba sustancialmente con el gobierno de Piłsudski. De todas
formas la situación de los judíos nunca fue del todo satisfactoria debido a la combinación
de varios factores como la Gran Depresión, y se deterioró muchísimo con la muerte de
Piłsudski, vista por la comunidad judía como una gran tragedia.
Más allá del acoso académico que muchos estudiantes judíos sufrían por parte de
alumnos y profesores antisemitas en algunas universidades, se fue limitando de forma
encubierta, desde la independencia hasta finales de los años 30, el número de
estudiantes judíos que podían ingresar en la universidad. Este proceso alcanzó su punto
más alto en 1937 cuando se establecieron cuotas semilegales o ilegales ("Numerus
clausus") en las universidades. Ese mismo año los sindicatos polacos de médicos y
abogados empezaron a condicionar a sus afiliados el hecho de pertenecer a la religión
AVISO
sobre:
el amparo de judíos fugados.
....Hay necesidad de recordar que, según
el párrafo tercero del decreto de 3 de
octubre de 1941 sobre la Limitación de
Residencia en el Gobierno General (página
595 del registro del Gobierno General), los
judíos que abandonen sin permiso el barrio
judío serán condenados a muerte.
Entre los oficiales polacos asesinados por el NKVD en 1940 en la Masacre de Katyn había
entre 500 y 600 judíos. Pero aun así un gran porcentaje de los judíos polacos simpatizaba
con los soviéticos, sobre todo si lo comparamos con el de católicos. Mientras que los
polacos veían a los soviéticos como invasores, muchos judíos les veían como los
soviéticos se autoproclamaban: protectores contra los nazis. No hay que olvidar el odio
Desde 1939 hasta 1941 unos 300.000 judíos polacos fueron deportados desde las zonas
anexionadas por la Unión Soviética hacia Rusia. Algunos de ellos, sobre todo judíos
polacos comunistas, se fueron voluntariamente pero muchos otros fueron forzosamente
deportados hacia el Gulag. Un pequeño número de judíos polacos (unos 6.000
aproximadamente) pudieron abandonar la Unión Soviética en 1942 comandados por el
general Władysław Anders (entre ellos el futuro primer ministro de Israel Menachem
Begin). Cuando el II Cuerpo de ejército polaco estuvo destinado en el Mandato Británico
de Palestina, el 67% (2972) de los soldados judíos desertaron, la gran mayoría de ellos
para unirse al Irgún.
Varias de las masacres alentadas por los alemanes fueron llevadas a cabo con la ayuda,
o incluso la participación directa, de los mismos polacos. El caso paradigmático es la
Masacre de Jedwabne, en la que entre 300 y 1600 judíos fueron torturados hasta la
muerte, cuando no quemados vivos, por una parte de los habitantes católicos de
Jedwabne. Aun así no se conoce totalmente el grado de participación de los polacos
católicos en las matanzas de judíos, que sigue siendo un tema muy controvertido. Esto
se debe en parte a que los líderes judíos se niegan por razones religiosas a una hipotética
exhumación de los restos de las víctimas que ayudaría a establecer las causas de su
muerte e incluso podría esclarecer quiénes fueron los responsables. El Instituto Nacional
Polaco por la Memoria señala 22 poblaciones más en las que sucedieron pogromos
similares al de Jedwabne. Las razones de estas masacres se siguen debatiendo hoy en
día, aunque entre ellas se incluyen el antisemitismo, el resentimiento de muchos polacos
debido a la cooperación judía con los soviéticos que habían invadido el este de Polonia
en el año 1939, el deseo de robar las pertenencias de los judíos (aunque antes de la
guerra la mayoría de los judíos polacos eran pobres) y, por supuesto, el impulso, cuando
no instigación, que dieron los nazis a la participación en estas masacres.
Los alemanes establecieron un gran número de guetos en los que los judíos eran
confinados para posteriormente ser exterminados. El Gueto de Varsovia fue el mayor, con
380.000 personas, y el Gueto de Łódź el segundo mayor, con unas 160.000. En otras
muchas ciudades con población judía, como Cracovia, Bialystok, Częstochowa, Kielce y
Radom, los alemanes también crearon guetos. Otros muchos guetos menos importantes
numéricamente se instalaron en pequeñas poblaciones y de hecho se cree que el primer
levantamiento en un gueto ocurrió en 1942 en la pequeña ciudad de Lakhva al este de
Polonia.
El Gueto de Varsovia fue establecido por el gobernador general alemán de Polonia Hans
Frank el 16 de octubre del año 1940. En esta época la población del guetto se podía
estimar en unas 380.000 personas, es decir, el treinta por ciento de la población de
Las condiciones de vida en los guetos eran terribles. Los judíos capturados intentando
escapar eran fusilados y sus cuerpos se dejaban a la vista de la gente durante días como
señal de advertencia. Aquellos que pasaban al lado ario de la ciudad sin ningún contacto
con los polacos cristianos, arriesgaban sus vidas para ayudar a los judíos de dentro del
gueto pasando comida. Si pretendían buscar refugio en el lado ario de la ciudad, solían
acabar volviendo, dado que no podían encontrar un lugar para esconderse. Además
muchos polacos colaboracionistas se aprovechaban de ellos robándoles para luego
entregarles a los alemanes que les recompensaban económicamente. En los guetos más
importantes, como el de Varsovia o el de Łódź, cientos de niños de cuatro a cinco años
salían en masa al lado ario de las ciudades varias veces al día para introducir comida o
bienes de consumo en los guetos. Lo hacían con la ayuda de sacos que podían pesar
más que ellos mismos, convirtiendo así el contrabando en el único modo de subsistencia
de sus padres y de ellos mismos, que de otra manera hubiesen muerto de inanición. En
este contexto los nazis convirtieron en algo rutinario disparar a los niños mientras
introducían comida en los guetos; mucha gente fue asesinada por traficar con gallinas o
con leche. Además, era muy difícil tener contacto con los polacos de fuera del gueto,
dado que cualquier polaco encontrado asistiendo a los judíos también se exponía a la
pena de muerte. Para cualquier judío joven y resistente era relativamente sencillo escapar
del gueto y huir hacia el campo donde hubiese tenido alguna posibilidad de
La liquidación del Gueto de Varsovia fue similar a la sucedida en otros guetos en los que
los judíos estaban concentrados. Tras la decisión de la Alemania nazi de comenzar la
Solución Final, es decir, el exterminio de los judíos europeos, empezó la Aktion Reinhard,
la primera fase del exterminio, con el establecimiento de los campos de Belzec, Sobibór y
Treblinka, seguida después en la segunda fase por la apertura de Auschwitz-Birkenau.
Con la decisión tomada dieron comienzo las deportaciones en masa de judíos a estos
campos, muchos de ellos desde el guetto de Varsovia, y para cuando culminó la Aktion
Reinhard en octubre de 1943 habían sido asesinados en los campos más de 1.700.000
judíos.
El gobierno polaco en el exilio fue también el primero (en noviembre de 1942) en revelar la
existencia de campos de concentración nazis en Polonia y el exterminio sistemático de la
población judía gracias al informante Jan Karski y a las actividades de Witold Pilecki,
miembro de Armia Krajowa y la única persona que entró voluntariamente en el campo de
concentración de Auschwitz para organizar un movimiento de resistencia dentro del
campo.
La Posguerra
El Bund tomó parte en las elecciones legislativas polacas en una alianza con el partido
socialista polaco (no comunista) obteniendo un único parlamentario, el primer
parlamentario del Bund de toda la historia polaca, y otros tantos en asambleas
regionales. Pero este logro hizo que con la presión de las autoridades comunistas los
líderes del Bund tuvieran que desmantelar el partido "voluntariamente" entre 1948 y 1949,
en contra de la voluntad de casi todos los activistas del partido.
Para aquellos judíos que se quedaron, la reconstrucción de la vida judía en Polonia quedó
a cargo del Comité Central de los Judíos Polacos que entre octubre de 1944 y 1950
ofreció ayuda legal, educacional y ayudas para la atención médica a la comunidad judía,
además de organizar algunas actividades culturales.
Una comunidad judía religiosa dirigida por Dawid Kahane, que servía como rabino jefe de
las fuerzas armadas polacas, funcionó en todo el país entre 1945 y 1948 hasta que fue
absorbida por el CKZP. Once partidos políticos judíos independientes, ocho de ellos
legales, actuaron hasta su disolución forzosa durante los años 1949 y 1950.
1967–1989
En 1967, después de la Guerra de los Seis Días que enfrentó a Israel con los países
árabes, el Gobierno comunista polaco rompió las relaciones diplomáticas con Israel. En el
año 1968 la mayoría de los cuarenta mil judíos que aún quedaban en Polonia estaban
fuertemente asimilados en la sociedad polaca, pero durante ese año los judíos fueron
víctimas de una campaña organizada por el Estado que partía de la base de que las
personas con origen judío eran. con seguridad, simpatizantes del sionismo y, por lo tanto,
desleales a Polonia y al comunismo.
La Crisis Política Polaca de 1968 trajo muchas consecuencias, los hechos y la campaña
antisemita posterior dañaron mucho la reputación de Polonia en el extranjero, sobre todo
en los Estados Unidos. Numerosos intelectuales polacos se opusieron a la campaña
antisemita del Estado. Muchas de las personas que emigraron desde Polonia hacia los
países capitalistas en esta época (judíos y no judíos) fundaron organizaciones políticas de
oposición al régimen comunista polaco, que además dieron fuerza a la oposición dentro
del país.
Desde 1989
Desde la caída del comunismo en Polonia, la vida cultural social y religiosa judía ha ido
La vida religiosa judía ha ido reviviendo con la ayuda de la Fundación Ronald Lauder, la
comunidad judía polaca emplea dos rabinos, dirige una pequeña red de colegios judíos y
campamentos de verano y sostiene algunas publicaciones periódicas a la vez que
organiza varios eventos culturales.[cita requerida] En 1993 se creó la Unión de Comunidades
Religiosas Judías de Polonia con la intención de organizar la vida religiosa de los
miembros de las comunidades del país.
De entre los países del Bloque comunista que habían roto sus relaciones diplomáticas
con Israel en 1967 a consecuencia de la Guerra de los Seis Días (todos los países
comunistas excepto Rumanía), Polonia fue el primero en reanudarlas en 1986 y en
recomponerlas totalmente en 1990. Las relaciones gubernamentales entre Polonia e
Israel han ido mejorando paulatinamente como resultado de visitas mutuas de los
presidentes y de los ministros de Exteriores de ambos países.
En el año 2000 se estima que la población judía de Polonia contaba con unos ocho a
doce mil miembros, la mayoría de ellos viven en Varsovia, Wrocław y Bielsko-Biała. De
todas maneras, se trata de un tema polémico, puesto que no hay datos en el censo que
puedan ofrecer un número exacto. De acuerdo con algunas instituciones judías de
Polonia, como el Centro Moses Schorr, esto puede representar una subestimación del
verdadero número. Esta organización estima que hay aproximadamente 100.000 judíos
en Polonia (o parcialmente judíos) aunque no sean religiosos, de los cuales entre treinta y
cuarenta mil tienen alguna conexión directa, por pequeña que sea, con la comunidad
judía, ya sea a nivel cultural o religioso. En 2017 se ha denunciado que el antisemitismo
crece en Polonia alimentado por la crisis de los refugiados que vive Europa y por la
actitud de políticos locales y medios de comunicación.[1]
Referencias
1. http://www.wradio.com.co/noticias/internacional/comunidad-judia-en-polonia-teme-
por-su-seguridad-ante-aumento-antisemitismo/20170816/nota/3550319.aspx
Véase también
Historia judía
Apellidos judíos
Filmografía
Las películas que más abundan sobre la historia judía de Polonia se centran en el
Bibliografía
Marek Jan Chodakiewicz, After the Holocaust, East European Monographs, 2003, ISBN
0-88033-511-4.
Marek Jan Chodakiewicz, Between Nazis and Soviets: Occupation Politics in Poland,
1939–1947, Lexington Books, 2004, ISBN 0-7391-0484-5.
Antony Polonsky and Joanna B. Michlic. The Neighbors Respond: The Controversy
over the Jedwabne Massacre in Poland, Princeton University Press, 2003 ISBN 0-691-
11306-8. (The introduction is online )
David Vital, A People Apart: A Political History of the Jews in Europe 1789-1939, Oxford
University Press, 2001.
Edward Fram, Ideals Face Reality: Jewish Life and Culture in Poland 1550-1655, HUC
Press, 1996, ISBN 0-8143-2906-3
Magda Teter, Jews and Heretics in Premodern Poland: A Beleaguered Church in the
Post-Reformation Era, Cambridge University Press, 2006, ISBN 0-521-85673-6
Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Historia de los judíos
en Polonia.
Mapas
The Cossak Uprising and its Aftermath in Poland , Jewish Communities in Poland and
Lithuania under the Council of the Four Lands , The Spread of Hasidic Judaism ,
Jewish Revolts against the Nazis in Poland (All maps from Judaism: History, Belief,
and Practice)
Beyond the Pale : A History of the Jews in Russia. See especially: Jews of Lithuania
and Poland
Mike Rose's History of the Jews in Poland before 1794 and After 1794
Early History of the Polish Jewish Community from Medieval Jewish Civilization: An
Encyclopedia
The Jews in Poland. Saving from oblivion - Teaching for the future
Facts and Myths: on the Role of the Jews during the Stalinist Period
Primary sources for the premodern period in Jewish history and video presentations by
scholars, including: Edward Fram, Moshe Rosman, Adam Teller, and Magda Teter on
Jews in Poland-Lithuania
The Catholic Zionist Who Helped Steer Israelí Independence through the UN
Judaica Foundation