El ciclo financiero a largo plazo es el que contiene las inversiones de carácter
permanente que se efectúan para realizar el objeto del ente económico, así los como los financieros a largo plazo y el patrimonio que incluye los resultados del periodo.
Las inversiones permanentes, como inmuebles, maquinaria, equipo, etc., los
intangibles y cargos diferidos a largo plazo participan gradualmente en el ciclo financiero a corto plazo e intervienen a través de la depreciación, amortización y agotamiento. De esta manera el ciclo financiero a largo plazo apoya al ciclo financiero a corto plazo transfiriendo recursos para incrementar el capital de trabajo.
La importancia del ciclo financiero a largo plazo, radica en el valor y la relación de
los ciclos: depreciación, la amortización y el agotamiento.
Es importante mencionar que aunque el ciclo financiero a largo plazo se compone
por inversiones a largo plazo (mayores a un año o al ciclo normal de operaciones de la empresa), algunas de ellas cuando se van disminuyendo con los diferentes procesos, van formando parte del ciclo financiero a corto plazo.
Elementos que lo integran:
Activo no circulante: Son bienes y derechos reales (tangibles e intangibles).
Pasivo a largo plazo: Representan obligaciones presentes de operaciones de transacciones pasadas. Capital contable: Derecho de los propietarios sobre los activos netos que surgen por aportaciones de los dueños.