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Jesucristo andaba en el Templo cuando dijo: ...¿No está escrito: Mi Casa será llamada casa de
oración para todas las naciones?, Más vosotros la habéis hecho cueva de ladrones... Marcos
11:17.
Jesucristo nos habla del Templo en muchas ocasiones y en diferentes libros de La Biblia. En
otra ocasión escribí sobre Las Moradas Eternas que enlazan con El Templo. En estos tiempos en
los que Israel ha regresado a la Tierra Prometida, conforme a las profecías "Joel 2 y 3”, es
cuando más necesitamos hablar del Templo espiritual. Entendamos el Templo como el cuerpo
del hombre, un concepto Bíblico y originario de la doctrina de Jesús, no el edificio histórico que
muchos esperan en su tercera edición, -unos antes y otros después de un milenio-, y del que
Apocalipsis 21:22 dice que no había Templo en la Nueva Jerusalén, porque el Señor nuestro
Dios es el Templo de ella y el Cordero, tal y como Jesús mismo adelantó al decir: ...destruid
este Templo y en tres días lo levantaré... refiriéndose al Suyo en la resurrección. Juan 2:19-22.
Este estudio pertenece a la serie "Templo Espiritual" que está compuesta por varios estudios
Bíblicos: La Nueva Jerusalén - Tiro. Origen de Europa y el Tercer Templo de Jerusalén -
Zacarías. El Vinculo Apocalíptico de la Construcción del Templo Ante la Venida del Mesías -
Y Se Rasgó el Velo - Salomón. La Construcción del Templo de Dios - Ezequiel. El Sacerdocio
de la Construcción del Templo Interior, los cuales expresan la visión histórica del Templo, su
significado religioso, su significado espiritual, la vida cristiana, y la relación personal con Dios
en nuestro interior como lugar de comunión profunda y espiritual con nuestro Padre.
El Templo es, pues, uno de los temas con mayor profundidad que la Biblia nos presenta, y que
además de contener la historia del mismo, nos aporta grandes profecías cumplidas y por
cumplirse, y mensajes espirituales llenos de belleza y esperanza. Los métodos de interpretación
Bíblica que los eruditos llaman Hermenéutica son una herramienta para identificar el mensaje
que Dios nos revela en Su Santa Palabra, no solo de la historia, sino de nuestra vida diaria en
ese reducto del tiempo que está en una habitación a solas con Dios, o en la playa, o en el campo,
o en una prisión o en un hospital.
Al respecto encontré un magnífico texto en el libro de José María Martínez “Cómo Interpretar
las Sagradas Escrituras” en Págs. 541-542 el capítulo XXVIII Exégesis y Actualización, donde
hace una narración de todas las reglas de la hermenéutica y la exégesis Bíblica: …El mensaje de
los autores sagrados iba dirigido directamente a sus contemporáneos, pero entrañaba la Palabra
de Dios. Y esta Palabra, en la esencia de su contenido, tiene como destinatarios a los hombres
de todos los tiempos. …al ¿Qué dijo el autor a sus coetáneos? Debe añadir: ¿Qué nos dice a
nosotros hoy? En la contestación debe resonar de nuevo la Palabra Divina con toda su fuerza
iluminadora y renovadora. Todo lo que no sea esto se reduce a ejercicio académico estéril. No
importa la pulcritud con que se haya realizado. Será un fracaso, por cuanto no responde a su
propósito final. Y defraudará a cuantos esperan de la exposición Bíblica mucho más que un
producto lingüístico-histórico-crítico-teológico. Las palabras de Luis Alfonso Schökel son tan
reveladoras como admonitorias: Los hombres nos piden pan y les ofrecemos un puñado de
hipótesis sobre un versículo del capítulo 6 de San Juan; nos interrogan acerca de Dios y les
ofrecemos tres teorías sobre el género literario de un salmo; tienen sed de justicia y ponemos
ante ellos una disquisición etimológica sobre la raíz sedaqa… ¡Todo un reto!.
EL TEMPLO
Este estudio, me inspira el Señor a que esté enfocado a las experiencias que el cristiano vivirá
siendo y viniendo al templo del Señor, al Señor mismo. El acceso a los templos-almas-cuerpos
de la gente es difícil, las personas se blindan, pero el Evangelio, la Palabra de Dios, nunca
volverá vacía, Isaías 55:11. Para entrar a la presencia de Dios es imprescindible acceder por la
Puerta, algo que parece obvio pero que el hombre que no tiene a Cristo se empeña en ignorar,
porque la única Puerta de entrada es el Hijo de Dios, Jesucristo vivo y resucitado, quien al morir
en la Cruz rasgó el velo que separaba el Lugar Santo del Lugar Santísimo, Hebreos
9:3,7,8,11,12,14; 10:19,20. Las tres partes del Templo son un símbolo de nosotros mismos en
espíritu, alma y cuerpo. La oración, escuchar Su voz, del Corazón de Dios es el privilegio de ser
Su Templo vivo. La iglesia, la casa y la familia en Cristo es Templo de Dios.
Del mismo modo cuando he querido saber sobre el Templo de Jerusalén que pisó mi Señor
Jesús, el de Herodes, y su destrucción profetizada por Jesús, o sobre el Templo de Salomón, o el
de Zorobabel, o el Templo en el cielo, siempre he acudido a preguntarle a mi Padre celestial,
quien de igual modo me enseña en Su Palabra, cómo es y qué sentido espiritual tiene, además
del histórico y del profético. ¿Será la destrucción del Templo físico una advertencia sobre el
alma del hombre, para que se santifique ante Dios?.
En la exégesis de la palabra templo, los estudios de e-sword.net nos muestran todas las
versiones, los originales, hebreo, arameo y griego, comentarios teológicos, y en la referencia
Strong hayamos la palabra griega hierón, o la hebrea hekhal que se refieren tanto a templo,
como a palacio o casa especial. Aunque no Bíblico, pero de su traducción al latín,
hallamos fanum en la versión Biblia Vulgata, de donde procede el concepto fanático. Los
fanáticos son adoradores fervientes y ciegos del culto de un templo determinado. Hoy, aplicado
a fan que procede de fanum para los seguidores de un equipo de futbol o una estrella de la
música, que al igual que en aquellos templos romanos adoraban las distintas deidades paganas,
hoy adoran la pertenencia a un club o a personas, idolatrándolos; como todos conocemos se usa
el término comercial ídolo para los cantantes, deportistas, etc. También son fanáticos los que
hacen acepción de personas, incluso hermanos en la fe, por su denominación, o postura
escatológica.
En 1Reyes 6 leemos la historia de la construcción del primer Templo que el Rey David soñó
llevar a cabo, para el que había hecho los acopios de los materiales y pactado con edificadores
excelentes, tarea ésta que llevaría a cabo su hijo Salomón. La palabra que encontramos en
hebreo para “edificó” en el versículo 2 es banah que según Strong, es una raíz primitiva de
construir, pero lo relevante es que se usaba tanto para una construcción literal como para una
figurada. Esto nos enlaza con el propósito de Dios de que nos edifiquemos figuradamente a
nosotros mismos como templos espirituales, pues éste es el Lugar Santo en el que quiere Dios
habitar por Su Espíritu, usted y yo, la Iglesia en general, la almas de los salvos por los que
Cristo murió.
El Templo de Jerusalén, según vemos en los planos, que están en la Biblia, en sus varias etapas
de existencia, más en la de Ezequiel 40-46, nos muestran un excelente figura, un símbolo de lo
que somos nosotros, una vez Cristo es nuestro Señor y hemos nacido de nuevo, siendo el
Espíritu Santo nuestro morador interior; Dios habita en templos hechos por Él, porque …Dios
no habita en templos hechos por manos de hombres. Hechos 7:48.
El Lugar Santo y el Lugar Santísimo (Ezequiel 41:2 y 4), son nuestra relación con Dios, la
íntima y la pública, donde se ven nuestros frutos y obras, pero donde oímos la voz de Dios. Este
lugar estaba prohibido y solo tenía acceso el Sumo Sacerdote, una vez al año para ofrecer la
expiación por el pecado del pueblo. Cristo rasgó el velo (Mateo 27:51) que dividía este Lugar
del Lugar Santo donde entraban los sacerdotes. Este Lugar es la presencia de Dios, donde ahora
todo cristiano tiene acceso al Padre en Cristo (Hebreos 10:19-20), por Su Espíritu Santo. El
Lugar más importante de la vida cristiana. Nuestra intimidad con Dios, nuestra oración de
rodillas cada día en el reducto de nuestra habitación en la soledad humana, pero en la compañía
Divina, donde mantendremos encendida la llama, el fuego del Espíritu en nosotros. De esta
relación profunda con Dios en Cristo, emana la vida cristiana hacia el atrio interior de la Iglesia,
y hacia el atrio exterior del mundo.
El hombre no debe construir su vida tomando el Templo, en su forma antiguo testamentaria,
haciendo divisiones y acepción de personas, aislándose del mundo, haciendo un gueto, ni
cayendo en dejar de hablar de Dios, o dejando su vida espiritual para su intimidad solamente.
Del mismo modo las iglesias no deben convertirse, cual sanedrín en tiempos de Jesús - y hay
muchas que así lo hacen - en regidoras de sectas excluyentes, que hacen acepción de personas,
que excluyen y utilizan a los cristianos, que no tienen proyecto activo y permanente de
evangelización y buenas obras sociales, o que relegan a una élite el conocimiento del Señor.
El Templo de Ezequiel, visto de manera literal es el modelo ideal del A.T. que nunca llegó a
construirse, tal y como el profeta lo recibió. Pero en Cristo, como hay cambio de Pacto o
Testamento, hay cambio de construcción, así como para la eternidad recibiremos un cuerpo
nuevo, de distintas características del actual, queda el valor simbólico y espiritual de las cosas y
las medidas de dicho Templo para nuestra vida y nuestro ser. Muchos esperan y argumentan que
éste será el Templo que se construirá en el milenio, poniendo otra vez en funcionamiento la Ley
de Moisés con los sacrificios y los holocaustos. Ignoran pues el valor expiatorio final y
definitivo de la sangre de Cristo y del rasgado del velo de separación del Lugar Santo al Lugar
Santísimo, que era figura de la separación del hombre, de Dios, que ahora por Cristo, dicha
separación se ha tornado en unidad para los que están en Cristo Jesús.
La búsqueda del cristiano, ha de ser como David la expuso en el Salmo 84:2 ...Anhela mi alma,
y aún ardientemente desea los atrios de Yahweh. Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo...
Deseemos los atrios del Señor, para que vivamos compartiendo Su presencia con los hermanos
y con aquellos de fuera y que son llamados a conocer la gloria del Señor, recibiendo a Cristo
para ser hechos discípulos del Reino de Dios que será establecido por la eternidad, donde todos
viviremos en el Templo de la presencia de Dios.
Composición
El Talmud está dividido en dos partes, la Mishná y la Guemará. La Mishná a su vez está
formada por 6 órdenes (sedarim):
Baraita
Existían otras tradiciones tanaíticas contemporáneas a la Mishná.
La Guemará frecuentemente se refiere a las mismas a fin de compararlas con el contenido
de la Mishná y de esta forma apoyar o refutar las proposiciones de los Amoraim. Todas
estas fuentes tanaíticas no midráshicas son conocidas como baraitot (lit. material externo,
"Trabajos referidos a la Mishná"; sing. baraita, en hebreo: )ברייתא.
Las baraitot citadas en la Guemará son generalmente citas de la Tosefta (un compendio
halájico tanaítico paralelo a la Mishná) y los Midrash
Halajá (específicamente Mejiltá, Sifrá y Sifré). Algunas baraitot, sin embargo, son
conocidas solamente por tradiciones citadas en la Guemará, y no son parte de ninguna
otra colección.
Guemará
En los tres siglos posteriores a la redacción de la Mishná, rabinos de la Tierra
de Israel y Babilonia analizaron, debatieron y discutieron ese trabajo. Estas discusiones
forman la Guemará (hebreo: )גמרא. Guemará significia "finalización" (del hebreo גמר:
terminar, completar) o bien "aprender" (del arameo: "estudiar"). La Guemará pone foco en
elucidar y elaborar las opiniones de los Tanaim. Los rabinos de la Guemará son conocidos
como Amoraim (sing. Amorá, hebreo: )אמורא.
Una buena parte de la Guemará consiste en análisis legal. El punto de partida
generalmente es una afirmación legal encontrada en la Mishná. La afirmación es entonces
analizada y comparada con otras afirmaciones utilizadas como interpretaciones bíblicas, y
presentadas en la forma de una discusión (frecuentemente anónima y a veces metafórica)
entre dos rabinos disputantes, denomidados el maskshan (cuestionador) y
el tartzan (respondedor). Otra función de la Guemará es identificar la correcta base bíblica
para una ley en particular presentada en la Mishná y el proceso lógico de conectar entre
ambas fuentes: esta actividad es conocida como talmud mucho antes de la existencia del
"Talmud" como texto
Halajá y Hagadá
El Talmud es un documento que abarca muchos temas. Tradicionalmente, sus contenidos
son clasificados en dos grandes categorías: halajá y hagadá. La halajá está directamente
relacionada a la práctica de la ley judía. La hagadá comprende textos que no son legales,
sino que tienen carácter exegético, homilético, ético, histórico y/o proverbial.
Tratados menores
Además de los Seis Órdenes (siguiendo la estructura de la Mishná), el Talmud contiene
una serie de tratados posteriores, usualmente impresos al final del Orden
de Nezikin (daños). Estos no están divididos en Mishná y Guemará.
Historia
Originalmente, la ley oral fue transmitida de una
generación a la siguiente de modo oral, sin que se
tuviera ninguna versión escrita dirigida al público,
aunque los sabios tenían apuntes privados. Después
de la destrucción del templo de Jerusalén y el declive
económico y político de la comunidad judía en Israel la
continuidad de la transmisión oral estaba en peligro,
por lo que Rabí Yehuda, el Príncipe, hizo la redacción
escrita de la Mishná alrededor del año 200 de nuestra
era. Varias academias rabínicas, tanto en Israel como
en Babilonia, estaban dedicadas al estudio y discusión
de la Mishna. Estas discusiones al ser recopiladas de
forma escrita forman la Guemará. Existen dos ediciones de la Guemará: la de Jerusalén
que se terminó de redactar de forma escrita alrededor del año 400 de nuestra era, y la de
Babilonia, cuya recopilación final se llevó a cabo por Ravina y Rav Ashi, dos sabios del
siglo V de nuestra era.
Comentarios
A partir de la redacción del Talmud se han escrito literalmente cientos de comentarios que
explican los textos y también continúan las discusiones que se encuentran en ellos. Los
primeros comentarios fueron escritos por los Geonim, rabinos de los primeros siglos
posteriores a la redacción del Talmud. En algunas ocasiones hicieron enmiendas al texto
de la Gemará que se incluyen en las ediciones modernas. En la edad media aparecen los
comentaristas denominados Rishonim (en hebreo, los primeros) entre los cuales figuran
sabios de España, Francia, Italia y Alemania. Quizá el más conocido de ellos fue el
rabino Shlomo Itzjaki (Rashi), originario de Troyes, Francia, cuyos comentarios cortos son
casi indispensables para entender el texto talmudico y que figuran en los márgenes de
todas las ediciones del Talmud. También en los márgenes de todas las ediciones se
encuentran los comentarios denominados Tosafot escritos por los alumnos de Rashi y que
consisten frecuentemente en discusiones paralelas a las de la Guemará. Entre los más
famosos talmudistas medievales españoles figuran Abraham Ibn
Daud, Maimónides originario de Córdoba, el rabino Shelomó ben Aderet (Rashbá), el
rabino Moisés ben Najmán, conocido también como Najmánides, el rabino Yoseph ibn
Migash, el rabino Isaac Alfasi, que contribuyó al establecimiento de la supremacía
del Talmud de Babilonia sobre el Talmud de Jerusalén (vigente hasta la actualidad), y el
rabino Yoná ben Abraham de la ciudad de Gerona. A los talmudistas post-medievales se
les denomina Ajaronim (en hebreo, los últimos) y frecuentemente sus obras consisten en
metacomentarios de obras medievales.
Ediciones
La primera edición impresa del Talmud fue llevada a cabo por Daniel
Bomberg en Venecia en 1520-23. Después de esto también existía la edición de Slavita
que data del siglo XVIII. La edición más famosa, y la que aún hoy en día es usada casi
universalmente, es la de la viuda y hermanos Romm de Vilnius, Lituania, que data del final
del siglo XIX y se conoce como el Vilno Shas que incluía, además, muchos comentarios
que no habían sido publicados hasta entonces. Una edición más reciente es la del rabino
Adin Steinsaltz, que incluye una traducción al hebreo moderno y notas científicas. El
Talmud se ha traducido en su totalidad a varios idiomas. Todavía no existe una versión en
castellano. La primera traducción de Talmud al español fue una antología, Bellezas del
Talmud, que realizó Rafael Cansinos Assens en 1919 y publicó la Editorial
América. Bellezas del Talmud, más que una traducción, es en realidad una obra literaria de
Cansinos –construida a partir de ediciones francesas e inglesas, abreviadas y de
traducción libre–, que tuvo por finalidad promocionar el libro y difundirlo en el mundo
cultural español. La editorial EDAF ha emprendido una traducción incompleta o resumida,
casi esquemática, de todos los tratados del Talmud. Esta edición no respeta la disposición
original del texto en la hoja. Con todo, supone un esfuerzo estimable y probablemente
sirva de motivación para una primera edición integral del Talmud en nuestro idioma. Hay
una nueva edición del talmud traducido y explicado en español, se llama TaShema. Esta
obra de arte incluye no solamente la traducción y explicación del texto del talmud, sino
también de Rashi y Tosafot.