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El envejecimiento afecta a todas las funciones del organismo, incluido el sueño, aunque
no a todas ellas lo hace con la misma intensidad ni en el mismo momento.
Además en los ancianos la edad cronológica no siempre coincide con la fisiológica, por
lo que los cambios en los patrones de sueño pueden aparecer en algunos sujetos antes y
en otros más tarde.
Existe controversia sobre si la necesidad de sueño disminuye con la edad. Sin embargo,
las personas de edad avanzada sanas tienden a necesitar y obtener el mismo tiempo de
sueño que tenían cuando eran jóvenes, aunque pueden tener distinta arquitectura y
diferente distribución del mismo en 24h.
De forma objetiva podemos decir que los ancianos pasan más tiempo en la cama, menos
de él durmiendo, ya que tardan más tiempo en conciliar el sueño, presentan más
despertares intrasueño y con periodos de vigilia nocturna prolongados, tienen menor
eficiencia de sueño, con menor proporción de sueño profundo de ondas lentas y REM,
además de presentar alteraciones en la alternancia de la vigilia y sueño.
Hipnogramas que representan las características típicas del sueño en los adultos jóvenes y
en ancianos
Los problemas de sueño son frecuentes en los ancianos, y como ya hemos dicho, están
probablemente más relacionados con una menor “habilidad” para dormir, que con un
descenso de la “necesidad” de dormir.
Patología propia del sueño más frecuente en estas edades: Insomnio, Síndrome de
apnea-hipopnea del sueño, movimientos periódicos de las piernas…
Alteraciones del ritmo circadiano: El avance de fase es un trastorno del ritmo circadiano
vigilia-sueño frecuente en personas de edad avanzada. Se observa en sujetos que tienen
somnolencia al atardecer-anochecer por lo que se acuestan pronto despertándose
temprano, con dificultad para volver a conciliar el sueño.
Son aquellos patrones de perturbación del sueño. Esto puede abarcar problemas para conciliar el
sueño o permanecer dormido, demasiado sueño o comportamientos anormales mientras duerme.
Causas
Los problemas del sueño son frecuentes en las personas mayores. En general, la cantidad necesaria
de sueño permanece constante a lo largo de la vida adulta. Los médicos recomiendan que los adultos
duerman de 7 a 8 horas todas las noches. En el caso de los adultos mayores el sueño es menos
profundo y más entrecortado que el sueño en las personas más jóvenes.
Una persona de 70 años sana puede despertarse muchas veces durante la noche sin que esto se deba a
una enfermedad.
Los trastornos del sueño en adultos mayores pueden deberse a cualquiera de las siguientes causas:
Enfermedad de Alzheimer
Alcohol
Cambios en el reloj interno natural del cuerpo, lo que lleva a que algunas personas se duerman más
temprano en la noche
Depresión (es una causa común de problemas de sueño en personas de todas las edades)
Afecciones neurológicas y cerebrales
Despertar en la madrugada
Tratamiento
El alivio del dolor crónico y el control de afecciones, como la micción frecuente, pueden mejorar el
sueño en algunas personas. El tratamiento de la depresión también puede mejorar el sueño.
Dormir en un lugar tranquilo en el que no haga demasiado calor o frío y tener una rutina relajante
alrededor de la hora de ir a la cama pueden ayudar a aliviar los síntomas. Otras formas de estimular
el sueño incluyen seguir estos consejos para un estilo de vida saludable:
NO tomar siestas.
Si no puede conciliar el sueño después de 20 minutos, levántese de la cama y realice una actividad
tranquila como leer o escuchar música.
Evite en lo posible el uso de pastillas para dormir. Estas pueden producir dependencia y, con el
tiempo, llevar al empeoramiento de los problemas de sueño si no se usan correctamente. Su
proveedor debe evaluar los riesgos de la somnolencia diurna, los efectos secundarios mentales
(cognitivos) y las caídas antes de que usted empiece a tomar estos medicamentos.
Si cree que necesita pastillas para dormir, hable con su médico para saber cuáles son seguras para
usted cuando se toman correctamente. Algunas pastillas para dormir no deben tomarse por períodos
prolongados
NO tome alcohol en ningún momento cuando esté usando pastillas para dormir. El alcohol puede
empeorar los efectos secundarios de todas las pastillas para dormir.
ADVERTENCIA: La FDA le ha solicitado a los fabricantes de ciertas pastillas para dormir poner
etiquetas de advertencia más visibles en sus productos, de tal manera que los consumidores sean más
conscientes de los riesgos potenciales. Los posibles riesgos de tomar tales medicamentos incluyen
reacciones alérgicas graves y trastornos peligrosos relacionados con el sueño, incluso quedarse
dormido al conducir. Pregúntele a su proveedor sobre estos riesgos.
Expectativas (pronóstico)
Para la mayoría de las personas, el sueño mejora tras recibir tratamiento. Sin embargo, otros pueden
seguir presentando perturbaciones del sueño.
Posibles complicaciones
Las posibles complicaciones son:
Uso de alcohol
Drogadicción
Prevención
Hacer ejercicio regularmente y evitar la mayor cantidad de causas perturbadoras del sueño, así como
tener una exposición adecuada a la luz natural, pueden ayudar a controlar los problemas de sueño.
HTTPS://MEDLINEPLUS.GOV/SPAN
ISH/ENCY/ARTICLE/000064.HTM
HTTP://WWW.IIS.ES/TRASTORNO
S-DEL-SUENO-PERSONAS-
MAYORES-INSOMNIO-
ANCIANOS-TRATAMIENTO/
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En la tercera edad algunos trastornos del sueño se hacen mas prevalentes tanto al
envejecimiento cerebral como al físico.
INSOMNIO
Enfermedades:
Al hacernos mayores tenemos más probabilidades de padecer enfermedades
crónicas que pueden interferir con nuestro sueño. Asma y otras enfermedades
respiratorias, cardiacas, articulares y el dolor son causas frecuentes de trastornos
del sueño.
Medicación:
Al padecer enfermedades crónicas se administra medicación que puede alterar
nuestro sueño. Si tomamos medicación por algún problema de salud, debería
discutir con su médico la posibilidad que dichos medicamentos tengas efectos
secundarios. Incluso un cambio ligero en la hora de administración o en la dosis,
pueden afectar al sueño y sentir una desmejora de salud durante el día.
Alcohol:
Puede facilitar la conciliación del sueño pero al cabo de unas horas también
facilita los despertares durante el sueño.
Depresión:
La dificultad para dormir, la fragmentación del sueño y el despertar precoz por
la mañana pueden ser síntomas de depresión, que es frecuente en la edad adulta.
Perdida de la pareja:
La pérdida de la pareja puede desencadenar en insomnio y depresión. Estudios
demuestran que tres cuartas partes de los viudos presentan problemas de sueño
un mes después de la muerte de su esposo/a, y un año después persisten los
problemas de sueño en el 50%.
Otros:
Problemas para dormir puede ser a veces por problemas fáciles de corregir, tales
como: cafeína, comidas pesadas, ejercicio a última hora de la tarde. Los
problemas de sueño pueden ser el resultado de un ingreso hospitalario, operación
o viaje. O bien pueden aparecer por preocupaciones o stress.
TRASTORNOS DE SUEÑO MÁS FRECUENTES EN LA TERCERA EDAD
Evalúe de forma sencilla con estos cuestionarios si padece algún trastorno del
sueño
Narcolepsia
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Información
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Preguntas y Respuestas
Qué es
Causas
Síntomas
Prevención
Tipos
Diagnóstico
Tratamientos
Otros datos
Qué es
La narcolepsia es un trastorno que se caracteriza por tendencias del sueño anormales
en las que se incluye una excesiva somnolencia durante el día, la alteración del
sueño nocturno y manifestaciones alteradas de la fase REM del sueño. La
narcolepsia también se caracteriza por las alucinaciones durante el periodo de sueño-
vigilia.
Causas
Los científicos no han logrado aún determinar cuáles son las causas de este trastorno,
sin embargo se han señalado algunos de los posibles desencadenantes de esta
enfermedad:
Menstruación.
Estrés.
Cambios súbitos del ritmo vigilia-sueño.
Mononucleosis infecciosa.
Traumatismos craneales.
Asimismo, en algunos casos tiene un origen genético.
Síntomas
Los síntomas suelen iniciarse en la adolescencia o al comienzo de la edad adulta, sin
que exista enfermedad previa, y persisten durante toda la vida. La narcolepsia es tan
frecuente en hombres como en mujeres.
Una persona con narcolepsia puede tener una crisis de sueño en cualquier momento y el
deseo de dormir sólo podrá resistirlo temporalmente. Otros síntomas son:
La persona despierta del sueño narcoléptico con igual facilidad que del sueño normal.
Pueden producirse una o varias crisis al día y es habitual que cada una de ellas se prolongue
durante una hora o menos.
Es más probable que las crisis se presenten en situaciones monótonas como las reuniones
aburridas o la conducción prolongada por autopistas. El paciente puede sentirse bien al
despertarse y volver a dormirse a los pocos minutos.
El narcoléptico puede manifestar una parálisis momentánea sin pérdida de la consciencia (un
trastorno denominado cataplejía) en respuesta a reacciones emocionales bruscas, como
sentimientos de enfado, temor, alegría, gozo, o sorpresa.
Dicha persona puede experimentar una debilidad en las extremidades: Puede soltar lo que
esté sosteniendo en las manos o puede caerse.
También pueden producirse episodios esporádicos de parálisis del sueño en los que, al
quedarse dormida, o inmediatamente después de despertarse, la persona quiere moverse
pero es incapaz de hacerlo. Estos episodios suelen asociarse a un gran sentimiento de terror.
Pueden producirse alucinaciones vívidas en los que la persona tiene ilusiones visuales o
auditivas al inicio del sueño o, con menor frecuencia, al despertar. Las alucinaciones son
semejantes a las de los sueños normales, pero más intensas. Sólo un 10 por ciento de los
afectados de narcolepsia manifiesta todos estos síntomas; la mayoría experimenta tan sólo
algunos.
Prevención
No existe un método preventivo para esta enfermedad. Los especialistas sólo podrán
recomendar que el paciente evite situaciones que puedan desencadenar la afección si es
propenso a sufrir ataques de esta enfermedad.
Tipos
Como tal, la narcolepsia no cuenta con una clasificación en tipos, pero si existe una
distinción entre diferentes clases de hipersomnia o exceso de sueño.
Hipersomnia recurrente: Es muy poco frecuente y se caracteriza por producirse en los
pacientes de entre 1 y 10 veces al año.
Hipersomnia idiopática con sueño prolongado: En este caso, el paciente se despierta con una
gran dificultad, todo lo contrario que en la narcolepsia.
Hipersomnia idiopática con sueño reducido: Aquella en la que la alteración del sueño no va
acompañada de cataplejia pero si de dificultad para despertarse.
Diagnóstico
Aunque el diagnóstico por lo general está basado en los síntomas, no significa
necesariamente que manifestaciones similares indiquen un trastorno narcoléptico.
Los fenómenos de cataplejía, parálisis del sueño y alucinaciones se presentan con
frecuencia en niños pequeños y a veces en adultos sanos que no manifiestan otros
trastornos del sueño. Si existen dudas acerca del diagnóstico por parte del médico, la
persona podrá ser remitida a una unidad de estudio del sueño.
El registro de la actividad eléctrica del cerebro mediante
un electroencefalograma (EEG) puede mostrar los patrones desordenados del
sueño REM que se producen cuando la persona concilia el sueño, lo cual es típico de la
narcolepsia.
No se han observado cambios estructurales en el cerebro ni se han detectado
alteraciones en los análisis de sangre.
Tratamientos
Los tratamientos básicos para combatir la narcolepsia se basan en antidepresivos y
estimulantes.
Asimismo, es aconsejable que las personas que sufren narcolepsia tengan descansos de
15 minutos durante el día y eviten consumir comidas pesadas. El descanso nocturno
debe ser suficiente para evitar la descompensación en el ciclo del sueño.
Por otro lado, se recomienda al paciente que realice cambios en su estilo de vida, como
intentar mantener una rutina horaria de sueño, evitar la cafeína, el alcohol y las
comidas pesadas y hacer ejercicio regular todos los días.
Otros consejos pueden ser no fumar y planear horarios de siesta para evitar los ataques
de sueño imprevistos.
La narcolepsia es un trastorno que se caracteriza por tendencias del sueño anormales en las que se incluye una excesiva
somnolencia durante el día.
Otros datos
Narcolepsia
La narcolepsia es un trastorno que se caracteriza por una excesiva
somnolencia diurna que suele derivar en ataques de sueño, repentino e
intenso, que el paciente es incapaz de controlar y que condicionan toda
su vida.
Escrito por Natalia Bermejo Rubio, Licenciada en Medicina por la Universidad de Alcalá de
Henares
Revisado por Dr. José Antonio Nuevo González, Especialista en Medicina Interna. Servicio de
Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Qué es la narcolepsia
Qué es la narcolepsia
Causas de la narcolepsia
Fases del sueño
Síntomas de la narcolepsia
Diagnóstico de narcolepsia
Tratamiento de la narcolepsia
Compartido:
211
En la narcolepsia las fases del sueño están mal reguladas, sobre todo la
fase REM.
Causas de la narcolepsia
Qué es la narcolepsia
Causas de la narcolepsia
Fases del sueño
Síntomas de la narcolepsia
Diagnóstico de narcolepsia
Tratamiento de la narcolepsia
Compartido:
Qué es la narcolepsia
Causas de la narcolepsia
Fases del sueño
Síntomas de la narcolepsia
Diagnóstico de narcolepsia
Tratamiento de la narcolepsia
Compartido:
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Síntomas de la narcolepsia
45
Diagnóstico de narcolepsia
Qué es la narcolepsia
Causas de la narcolepsia
Fases del sueño
Síntomas de la narcolepsia
Diagnóstico de narcolepsia
Tratamiento de la narcolepsia
Compartido:
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Tratamiento de la narcolepsia
Qué es la narcolepsia
Causas de la narcolepsia
Fases del sueño
Síntomas de la narcolepsia
Diagnóstico de narcolepsia
Tratamiento de la narcolepsia
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M/NARCOLEPSIA/TRATAMIENTO-
DE-LA-NARCOLEPSIA-2986
C o m par ti r 14
Resumen
Este texto completo es la transcripción editada y revisada de la conferencia dictada en el marco del IX
Congreso de Geriatría, realizado en Santiago entre los días 30 de agosto al 1 de septiembre de 2007. El
evento fue organizado por la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile.
Presidente Sociedad de Geriatría y Gerontología, Chile: Dr. Augusto Brizzolara S.
Presidenta del Congreso: Dra. Trinidad Hoyl.
Introducción
El sueño normal se divide en dos etapas: sueño REM (Rapid-eye-movement) o de
movimientos oculares rápidos y sueño no-REM. Estas etapas se evalúan mediante la
polisomnografía (PSG), que consiste en el registro simultáneo de electroencefalograma (EEG),
electrooculograma (EOG), electromiograma (EMG), saturación de oxígeno, movimientos
toracoabdominales y otros parámetros. El sueño REM se caracteriza por la presencia de ondas de
bajo voltaje y alta frecuencia en el EEG, atonía muscular y movimientos oculares rápidos; en esta
etapa se presenta la mayoría de los sueños. El sueño no-REM se compone de cuatro fases, 1 y 2, que
son de sueño ligero y 3 y 4, de sueño profundo; todas ellas transcurren de manera secuencial desde la
primera hasta la cuarta fase, que es la fase reparadora del sueño, aquella que produce en la persona la
sensación de haber descansado cuando se levanta.
Las cuatro fases del sueño no-REM tienen las siguientes características:
Los cambios en el sueño relacionados con la edad son característicos: en los adultos mayores se
reduce la duración del sueño profundo, que corresponde a las fases 3 y 4 del sueño no-REM; disminuye
la eficiencia del sueño, que se define como el tiempo real de sueño en relación con el tiempo total que
transcurre desde que la persona se acuesta hasta que se levanta; aumenta la frecuencia de despertares
nocturnos; la latencia de sueño es mayor, es decir, tardan más en quedarse dormidos; se quejan más de
insomnio; y tienden a dormir con más frecuencia durante el día.
Ohayon publicó un metaanálisis, con base en una serie de estudios descriptivos, acerca de los parámetros
del sueño durante la vida del ser humano, en el que encontró que la mayoría de los cambios en el patrón
de sueño de los adultos mayores están presentes desde la edad media de la vida y persisten en edades
avanzadas (1). De acuerdo con este metaanálisis, el tiempo total de sueño comienza a disminuir entre los
18 y los 40 años y no presenta mayores cambios después de los 70; y lo único que sigue disminuyendo de
manera significativa después de los 70 años es la eficiencia del sueño (Tabla I).
Tabla I. Cambios en los parámetros del sueño durante la vida del ser humano (1)
Sospecha de trastornos respiratorios relacionados con el sueño, como apnea del sueño.
Sospecha de trastorno de movimientos periódicos de los miembros (véase más adelante).
Diagnóstico inicial poco claro.
Fracaso del tratamiento conductual o farmacológico.
Conductas violentas durante el sueño (2).
Las patologías médicas y el uso de medicamentos son muy comunes en los adultos mayores
y muchas de estas enfermedades y fármacos afectan el sueño; por este motivo, es muy importante
evaluar dichos factores en un adulto mayor que tenga dificultades para dormir. Diversas condiciones
patológicas interfieren con el sueño: enfermedades neurológicas, como enfermedad de Parkinson,
demencia y accidente vascular encefálico; dolor crónico, que se tiende a exacerbar durante las
noches; parestesias secundarias a diabetes u otros problemas neurológicos; tos o disnea secundarios
a enfermedades cardíacas o pulmonares; reflujo gastroesofágico, cuya relación con el mal dormir es
compleja y aún no se comprende totalmente; nicturia, muy frecuente en hombres y mujeres mayores;
y síntomas menopáusicos. Un caso clínico ilustrativo es el de un hombre de 65 años que consultó
porque despertaba con frecuencia durante las noches y cuando se levantaba por la mañana no se
sentía descansado, aunque no dormía siesta ni se quedaba dormido durante el día; presentaba
sensación de ardor en el pecho durante la noche, lo que orientó a un reflujo gastroesofágico como
probable causa del problema. Asimismo, la evidencia disponible sugiere que el insomnio es más
frecuente en las mujeres perimenopáusicas y que los despertares nocturnos se podrían deber a la
presencia de bochornos. Con respecto a la Enfermedad de Parkinson, Ondo et al (3) publicaron un
estudio descriptivo sobre la somnolencia diurna excesiva en 320 pacientes de un policlínico de la
especialidad en Texas, Estados Unidos, cuya edad media era de 67 años; 47% de ellos eran mujeres.
Se encontró que la mitad de los pacientes tenían somnolencia diurna excesiva, definida como más de
10 puntos en la escala de somnolencia de Epworth; de los pacientes que conducían, 23% se habían
quedado dormidos alguna vez mientras manejaban. La duración prolongada de la enfermedad, la
etapa más avanzada, el sexo masculino y el uso de cualquier agonista dopaminérgico fueron factores
predictores de somnolencia excesiva en los pacientes con enfermedad de Parkinson.
Las drogas y medicamentos pueden afectar el sueño. Entre los que se asocian con
insomnio está el alcohol, que causa sedación al principio, pero interfiere con la arquitectura del
sueño. Los pacientes que toman un trago antes de acostarse para quedarse dormidos probablemente
lograrán este objetivo, pero el alcohol alterará la arquitectura de su sueño despertarán durante la
noche. La cafeína, cuya vida media es relativamente larga, también altera el sueño, por lo que es
importante educar a los pacientes sobre los alimentos y bebidas que la contienen. La nicotina
interfiere claramente con el sueño, lo que constituye una de las numerosas razones por las cuales no
se debe fumar. Los antidepresivos tienen un efecto variable sobre el sueño: en algunos pacientes, los
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) dificultan el sueño y en otros,
aumentan la somnolencia. Los corticoides, los bloqueadores H2 y los betabloqueadores pueden
causar pesadillas. Por otra parte, ciertos medicamentos que causan somnolencia obligan a los
pacientes a dormir más durante el día y les causan dificultad para quedarse dormidos en la noche,
como los analgésicos narcóticos, los antidepresivos como imipramina y trazodona, los
antihistamínicos y la clonidina.
La apnea del sueño es importante en geriatría, ya que su prevalencia aumenta con la edad; el
paciente típico es un sujeto obeso, soñoliento, roncador e hipertenso, aunque la relación entre el
índice de masa corporal y la incidencia de apnea del sueño se reduce al aumentar la edad. En el
examen físico, por lo general se consigna obesidad y cuello grueso. Los síntomas claves de esta
alteración son la somnolencia excesiva en el día y los fuertes ronquidos; la polisomnografía típica
demuestra el cese del flujo de aire, o apnea, durante la cual la saturación de oxígeno va decayendo
hasta que aparecen esfuerzos respiratorios que restituyen el flujo aéreo (Fig. 1). Un caso clínico
típico de apnea del sueño es el de un hombre de 75 años de edad que se quedó dormido en la sala de
espera de la consulta. Era hipertenso, pesaba 127 kg, medía 1,78 m; consultó porque se quedaba
dormido durante el día y, según su esposa, roncaba ruidosamente en las noches.
Figura 1. Polisomnografía típica en apnea del sueño (Fuente: Dr. Steve Barczi)
Chong et al (4) realizaron una interesante investigación sobre apnea del sueño en pacientes portadores
de la enfermedad de Alzheimer en San Diego, California, Estados Unidos. Fue un estudio aleatorio, doble
ciego y controlado con placebo, en el que se comparó un grupo tratado con CPAP con otro tratado con un
CPAP falso. Se estudió en total a 39 adultos mayores de 78 años de edad media, portadores de
enfermedad de Alzheimer en grado leve a moderado, es decir, con un examen minimental (MMSE)
mayor de 17, y apnea del sueño con índice apnea-hipoapnea (IAH) mayor de 10, que indicaba apnea
moderada. El estudio demostró adhesión al CPAP de 5,2 horas por noche, lo que es común en los estudios
con CPAP, pues los pacientes no usan la máquina durante toda la noche. Luego de tres semanas de
tratamiento, los autores observaron disminución de la somnolencia en los pacientes tratados con CPAP
verdadero en comparación con el grupo placebo e incluso comprobaron una modesta mejoría en el
desempeño cognitivo. Por lo tanto, los dispositivos CPAP se pueden utilizar también en los pacientes con
enfermedad de Alzheimer.
Figura 2. Polisomnografía que muestra las alteraciones compatibles con el trastorno de movimientos
periódicos de los miembros
Como caso clínico típico de este síndrome, se menciona el de un hombre de 80 años de edad portador de
diabetes, anemia y enfermedad vascular periférica, que decía sentirse bien “excepto por estas malditas
piernas”, en las cuales sentía una sensación tan desagradable durante las noches que le impedía quedarse
dormido; aparentemente la madre del paciente había presentado los mismos síntomas. Este cuadro clínico
se conoce como síndrome de las piernas inquietas, ya que se caracteriza por una necesidad
imperiosa de mover las piernas, acompañada de una sensación desagradable en ellas; el malestar
comienza o empeora con el reposo, tiende a aumentar en la tarde o en la noche y se alivia parcial o
totalmente con el movimiento. Este síndrome presenta una distribución bimodal y uno de los picos de
prevalencia ocurre en edades avanzadas. El diagnóstico se hace con la historia y el examen clínico; no es
necesaria la PSG, aunque en ésta se pueden registrar los movimientos periódicos de las piernas.
Rothdach et al (5) realizaron una encuesta poblacional en 369 adultos mayores alemanes de 65 a 83 años
de edad y utilizaron criterios estrictos y estandarizados para diagnosticar el síndrome de las piernas
inquietas, mediante los cuales comprobaron una prevalencia de 9,8% en la población estudiada, de modo
que es un problema muy frecuente en adultos mayores. No todos los pacientes necesitan tratamiento, pero
éste se debe considerar si los síntomas interfieren de manera importante con la vida del paciente. El
tratamiento del trastorno de movimientos periódicos de los miembros y del síndrome de piernas inquietas
es similar: los agentes dopaminérgicos son la primera elección, sobre todo en pacientes mayores; se puede
usar levodopa o carbidopa según necesidad, en cuanto se presenten los síntomas. En los pacientes con
sintomatología crónica se indican medicamentos que se puedan utilizar en forma permanente, como los
agonistas dopaminérgicos pramiprexole y ropinirole, que ya se aprobaron en los Estados Unidos. Existen
otras opciones, como gabapentina y benzodiazepinas, pero los agentes dopaminérgicos mencionados
constituyen el tratamiento principal. Es importante, además, buscar evidencia de bajos niveles de hierro,
dada la relación que existe entre ferritina baja y este trastorno; en estos casos, luego de buscar y tratar la
causa de la deficiencia de hierro, el tratamiento con sulfato ferroso puede eliminar los síntomas.
El trastorno conductual del sueño REM se está estudiando cada vez más, según la literatura,
en especial en lo que se refiere a su relación con la enfermedad de Parkinson. El cuadro se caracteriza por
la presencia de conductas motoras vigorosas y sueños vívidos, con ausencia de la atonía muscular propia
del sueño REM. La forma más común de presentación son las lesiones que el paciente se infiere a sí
mismo o a su compañero o compañera de cama; 85% de los casos se presenta en individuos de sexo
masculino, por lo general adultos mayores. Cuando se presenta como problema agudo, generalmente se
debe a la ingestión de alguna droga o fármaco; en los casos crónicos, cada día hay más evidencia de su
asociación con las llamadas sinucleinopatías, entre las cuales están la enfermedad de Parkinson, la
demencia por cuerpos de Lewy y la atrofia multisistémica. Un caso clínico corresponde al de un adulto
mayor de 72 años de edad, con enfermedad de Parkinson, que se derivó porque se había caído de la cama
repetidas veces, mientras dormía por las noches; además tenía pesadillas y la esposa describía que el
paciente “se revolcaba” mientras dormía. El diagnóstico se hace mediante PSG. En el tratamiento es
importante tomar medidas para evitar caídas, tratar la apnea del sueño, cuando la hay, ya que se sabe que
tiene alguna relación con este trastorno y considerar el uso de benzodiazepinas, que son el principal
tratamiento farmacológico, aunque su uso crónico en adultos mayores de debe hacer con mucha
precaución. Hay series publicadas en la literatura de pacientes con enfermedades neurodegenerativas,
como la enfermedad de Parkinson, que han respondido bien a la administración de donepezil o
melatonina, en vez de benzodiazepinas; aún no hay al respecto estudios clínicos aleatorios y controlados,
pero son fármacos relativamente seguros. Scaglione et al (6) publicaron un trabajo acerca del trastorno
conductual del sueño REM en pacientes con enfermedad de Parkinson; de 195 pacientes estudiados, un
tercio cumplía con los criterios de la ICSD-R (Clasificación Internacional Revisada de los Trastornos del
Sueño) relativos al trastorno conductual del sueño REM, lo que demuestra lo común que es este trastorno
en la población de adultos mayores portadores de la enfermedad de Parkinson. Entre los que cumplían
con los criterios, 69% había causado algún daño a sí mismos o a sus cuidadores, lo que representa la
principal complicación de este trastorno.
El síndrome de fase de sueño adelantada es un problema del ciclo circadiano muy frecuente en
la vejez. Un caso típico es el de una mujer de 84 años que se dormía muy temprano, alrededor de las siete
de la tarde y despertaba también muy temprano, a las tres de la mañana. Se sentía descansada y bien
durante el día, pero no podía participar en las actividades familiares debido a sus hábitos de sueño. Un
tratamiento disponible muy eficaz es la fototerapia, ya sea con luz solar o artificial, mediante dispositivos
disponibles en el mercado; la luz de las habitaciones no sirve. El objeto del tratamiento es adecuar el reloj
interno al ambiente. En el síndrome de fase de sueño adelantada, la fototerapia se debe indicar durante la
tarde; en cambio, en el síndrome de fase de sueño retrasada, trastorno poco común en los adultos
mayores, en que los pacientes se duermen y despiertan más tarde, la fototerapia se debe aplicar durante la
mañana (Fig. 3).
La demencia, en sus diversas formas, se asocia a trastornos del sueño: latencia de sueño prolongada;
despertares nocturnos frecuentes; eficiencia del sueño reducida y menos tiempo de sueño total y delta.
Además, puede ocurrir que los pacientes deambulen durante la noche y presenten sundowning, término
que se refiere al aumento de la confusión y de los trastornos conductuales al final del día. Con el fin de
aclarar las dudas acerca del mejor método para tratar estos trastornos, Singer et al (7) realizaron un
estudio multicéntrico, aleatorio y controlado con placebo sobre el uso de melatonina en la enfermedad de
Alzheimer. La melatonina es un fármaco seguro y hay razones teóricas para pensar que puede ser eficaz,
ya que en las personas mayores la secreción nocturna de melatonina disminuye con la edad y este
fenómeno es más marcado cuando hay demencia. En este estudio se tomó una muestra de 157 pacientes,
de 77 años de edad promedio, con enfermedad de Alzheimer y trastornos del sueño y se los dividió en tres
grupos de tratamiento: 2,5 mg/día de liberación lenta, 10 mg/día o placebo. Las mediciones objetivas del
sueño no mostraron diferencias significativas entre los grupos, lo que sugiere que la melatonina no es un
tratamiento eficaz, al menos en pacientes con demencia.
El Tai-chi, un tipo de ejercicio tradicional chino, también sería útil para el manejo de los
trastornos del sueño. Li et al (8) realizaron un estudio aleatorio y controlado sobre los efectos de la
práctica de Tai-chi y de ejercicios de bajo impacto en adultos mayores; encontraron que a los seis
meses, el grupo que practicaba Tai-chi dormía mejor, según el índice de Pittsburg de calidad del
sueño y la escala de somnolencia de Epworth y además los pacientes tenían menor latencia de sueño.
Los autores no utilizaron mediciones objetivas, pero reducir las dificultades subjetivas del sueño es
una de las principales metas del manejo.
En cuanto a fármacos, la FDA ha aprobado varios para el tratamiento de los trastornos del sueño.
Entre ellos están las benzodiazepinas, cuya principal dificultad es su vida media, que se puede
prolongar hasta 8 ó 10 horas, por lo que los pacientes se sienten somnolientos durante el día;
además, todas las benzodiazepinas aumentarían el riesgo de caídas y fracturas en pacientes ancianos.
Los hipnóticos no benzodiazepínicos, de los cuales en los Estados Unidos están zolpidem, zaleplon y
eszopiclona, son más útiles, porque tienen una vida media corta, de modo que los pacientes no
despiertan con sueño al otro día; la principal precaución que hay que tener con estos medicamentos
es que se deben ingerir cuando el paciente ya se ha acostado. Lamentablemente, hay evidencia de
que estos fármacos también aumentan el riesgo de caídas en los adultos mayores. Por último,
ramelteon es un agonista de los receptores de melatonina cuya eficacia es muy inferior a la de los
otros agentes mencionados, pero probablemente es un fármaco muy seguro.
Glass et al (10), publicaron un metaanálisis acerca de los riesgos y beneficios del uso de hipnóticos
en adultos mayores con insomnio, que incorporó 24 estudios, en su mayoría controlados con
placebo. El estudio concluyó que los hipnóticos mejoran la calidad del sueño, el tiempo total de
sueño y el número de despertares durante la noche, pero los efectos adversos son más comunes,
incluyendo episodios cognitivos adversos y efectos psicomotores como caídas, mareos y cansancio,
en la mañana o durante el día. En seis de los estudios que se analizaron se comparó benzodiazepinas
con hipnóticos no benzodiazepínicos y no se comprobó diferencias en cuanto a episodios cognitivos
adversos ni efectos psicomotores. De acuerdo con este estudio, se necesita tratar a trece personas con
hipnóticos para mejorar la calidad del sueño de un paciente, pero el número de personas que se
necesita tratar para causar un episodio adverso es sólo seis.
Se sabe que los antidepresivos sedantes son útiles para el tratamiento de los trastornos del sueño,
pero se deben emplear con mucha precaución, porque la literatura disponible sobre los efectos
secundarios de dichos fármacos, cuando se usan en forma prolongada, es escasa; se podría
considerar su uso en pacientes con depresión y dificultades para dormir, en pacientes que no toleran
las benzodiazepinas o en pacientes con fibromialgia. Por otra parte, la literatura sugiere que la
depresión se maneja mejor si se tratan adecuadamente los trastornos del sueño asociados. En los
Estados Unidos, uno de los agentes que más se usa en estos casos es la trazodona, antidepresivo con
acción sedante, que se puede utilizar por las noches en dosis bajas y cuyo principal efecto adverso es
el ortostatismo; muy ocasionalmente puede provocar priapismo en los hombres. Se describe también
el uso de doxepina, pero ésta tiene efectos anticolinérgicos. Por último, mirtazapina, un
antidepresivo de larga duración, también se ha utilizado con el mismo fin; su inconveniente principal
es que su vida media puede ser muy larga.
Existen muchos otros medicamentos para dormir que se venden sin receta médica. Muchos
estadounidenses toman combinaciones de estos fármacos, entre los cuales se cuentan: los
antihistamínicos sedantes, que no son recomendables por sus efectos anticolinérgicos, los que no
constituyen un inconveniente en los pacientes jóvenes, pero en los adultos mayores implican mayor
riesgo de complicaciones; el alcohol, que, como se ha señalado, está contraindicado, ya que altera la
arquitectura normal del sueño, además de los otros efectos nocivos que tiene sobre la salud; algunas
personas mejoran su sueño con dos tabletas de paracetamol y la melatonina, que como ya se dijo,
tiene un efecto bastante modesto, excepto en algunos casos particulares. Por último, hay numerosos
productos herbáceos de uso libre, como la valeriana, que causa sedación moderada por mecanismo
desconocido, pero también se desconocen sus posibles efectos adversos, y el kava-kava, que no se
recomienda por el riesgo de toxicidad hepática.
2.- PRINCIPALES CAUSAS TRASTORNOS DEL SUEÑO EN EL ADULTO MAYOR Existen múltiples
causas por las cuales el patrón normal del sueño del adulto mayor puede verse alterado, sin
embargo, a nivel de la atención primaria, lo más importante estriba en determinar cuándo el
paciente requiere valoración especializada. INSOMNIO En el adulto mayor, el insomnio por lo
general está asociado a problemas médicos o psiquiátricos (depresión, ansiedad), al uso de
sustancias estimulantes o a la presencia de estrés psicológico; por lo tanto, generalmente es
de causa multifactorial. Los malos hábitos del sueño y los estilos de vida sedentarios juegan un
papel muy importante, sin embargo, es importante descartar la existencia de una enfermedad
médica de fondo como la artrosis (el paciente no logra conciliar el sueño o se despierta por
dolor articular y/o calambres), la insuficiencia cardiaca, la bronquitis crónica y/o enfisema
pulmonar (el paciente se despierta por disnea nocturna o sufre de apnea del sueño). La
diabetes descompensada también podría ser causa de insomnio en razón de la nicturia. Ciertos
medicamentos como la teofilina y el salbutamol tienen efectos estimulantes que interfieren
con el inicio del sueño y disminuyen el sueño REM. Los diuréticos si se dan en la noche pueden
provocar excesiva nicturia que impide un sueño adecuado. Además siempre ha de tenerse en
cuenta el uso, abuso o abandono de fármacos usados como hipnóticos en la génesis del
insomnio. Otras sustancias como el alcohol, la cafeína y las bebidas gaseosas también
interfieren con el desarrollo normal del sueño.. En resumen, algunas causas y factores que
contribuyen frecuentemente a que se presenten trastornos del sueño son los siguientes: •
Estilo de vida sedentario. • Depresión entre las personas de edad avanzada. • Dolor crónico
debido a enfermedades como la artritis. • Enfermedades crónicas tales como la insuficiencia
cardiaca congestiva. Insomnio 352 • Necesidad de orinar con frecuencia. • Estimulantes como
el café. • Medicamentos y alcohol. • Patologías neurológicas. 2.3.- DIAGNÓSTICO DEL
PROBLEMA Además de un examen físico para descartar causas médicas, se debe hacer una
historia detallada de los patrones de sueño e investigar en busca de causas médicas o
psiquiátricas para el trastorno. (Diagrama 22.2 ). Algunas de las preguntas que pueden hacerse
como parte de la historia del problema: Tipo: • ¿Presentan dificultades para conciliar el sueño
o para permanecer dormido (insomnio)? • ¿Despierta sintiendo que no ha descansado? •
¿Despierta muchas veces durante la noche? • Patrón de tiempo: o ¿El problema es
persistente? o ¿Durante cuánto tiempo? o ¿El problema parece resolverse una vez que se ha
cambiado de turno en el trabajo? Factores agravantes: • ¿Comenzó después de abandonar el
consumo de alcohol al momento de acostarse? • ¿Comenzó después de abandonar el
consumo de una ayuda para dormir? • ¿Qué medicamentos está tomando en el momento? •
¿Consume algún suplemento herbal o remedios de medicina alternativa? • ¿Bebe mucho
café?¿Ha suspendido recientemente el consumo de café? • ¿Experimenta exceso de estrés o
de ansiedad ? Horario para dormir: • ¿Cuánto tiempo duerme normalmente?, ¿A qué horas? •
¿Qué actividades realiza unas horas antes de acostarse? • ¿El horario de acostarse se cambia
frecuentemente? Factores asociados: • ¿El trastorno se presenta como respuesta a recuerdos
de un evento traumático? • ¿Se presenta cuando ingiere algún tipo de sustancia
(estimulante)? Insomnio 353 • ¿ Se presenta cuando toma un medicamento hipnótico? • ¿Crée
que el cuarto donde duerme está asociado con el insomnio? • ¿Hay demasiada preocupación
por el sueño? • ¿Presenta períodos cortos de ausencia de respiración o ronquidos? • ¿Qué
otros síntomas presenta? Es útil decirle al paciente que lleve un “DIARIO DE SUEÑO” (cuadro
22.1), durante 2 semanas, donde anote lo relacionado con su forma de dormir: CUADRO 22.1.
DIARIO DE SUEÑO Diario de sueño Lunes Martes Miércoles Hora a la que se acuesta y a la hora
que se levanta en la mañana. Tiempo y frecuencia con que se despierta por las noches. Tiempo
y frecuencia con que toma siestas. Tiempo que pasa despierto durante el día. Uso de alcohol,
tabaco, cafeína, y medicamentos. Presencia de somnolencia durante el día. Presencia de
ronquidos, pausas respiratorias o movimientos físicos inusuales durante el sueño (información
brindada por acompañante). Presencia de factores precipitantes como dolor y/o estrés
emocional.
Una vez referida por el paciente y los observadores, hay que confirmar
la magnitud de esa hipersomnolencia.
Narcolepsia
M. E. Erro, B. Zandio
RESUMEN
ABSTRACT
Introducción
Diagnóstico. Escalas
El abordaje diagnóstico comienza con una historia clínica precisa (Tabla 1). Existen
una serie de exploraciones que ayudan al diagnóstico de las hipersomnias. Dado
que se ha dedicado un capítulo en esta monografía a las exploraciones
neurofisiológicas que se emplean para estudiar el sueño no entraremos en
comentarios más extensos. Estas exploraciones son: el test de latencias de sueño
en siestas múltiples (TLSM), el test de mantenimiento de la vigilia y la
polisomnografía o registro de sueño nocturno4.
Para medir la hipersomnia se han introducido una serie de escalas subjetivas que
requieren una capacidad de introspección por parte del paciente. La escala de
somnolencia de Epworth (Tabla 2) ofrece un método apropiado aunque con la
limitación de que se induce al sujeto a imaginarse en situaciones en las que quizás
nunca han estado5. También resulta útil contrastar la opinión del paciente con la de
algún familiar cercano.
Los movimientos periódicos de las piernas durante el sueño representan una causa
común de fragmentación del sueño. Anteriormente se denominaba a este trastorno
mioclono nocturno. Consiste en movimientos involuntarios repetitivos de las
extremidades (generalmente las piernas y ocasionalmente los brazos) pero no
verdaderas mioclonías, que ocurren durante el sueño. La patogénesis de estos
movimientos no está clara. Se ha propuesto que puedan tener un origen encefálico
o espinal. Predominan en el sueño ligero no-REM, son menos frecuentes en el
sueño profundo y raro en el sueño REM. Pueden asociarse o no a breves
despertares electroencefalográficos. Si son muy frecuentes fragmentan el sueño.
Su prevalencia se desconoce pero aumenta con la edad y es más frecuente en
individuos con síndrome de piernas inquietas. Tanto los movimientos periódicos de
las piernas como el síndrome de piernas inquietas se asocian a varias
enfermedades médicas como el déficit de hierro, folatos, enfermedad renal,
neuropatía periférica, parkinsonismo y enfermedades medulares. Los movimientos
empeoran con la cafeína, neurolépticos y antidepresivos. A veces el propio paciente
ignora su trastorno que es referido por su acompañante de cama. Suele responder
bien a agonistas dopaminérgicos, benzodiacepinas, antiepilépticos y beta-
bloqueantes6.
Los síntomas pueden comenzar a cualquier edad, incluso en niños, aunque la edad
más frecuente de comienzo es la segunda o tercera década. El síntoma de inicio
suele ser la hipersomnia a la que se añaden el resto, a veces varios años después.
Estos síntomas persisten durante toda la vida. Los síntomas de la narcolepsia
tienen gran impacto en las relaciones sociales y laborales y en definitiva en la
calidad de vida del paciente5.
La cataplejía consiste en una pérdida del tono muscular parcial o generalizado, casi
siempre bilateral en respuesta a emociones como diversión o enfado. Los ataques
generalizados pueden provocar caídas, la conciencia está preservada, no hay
relajación de esfínteres y la duración es de menos de un minuto. Algunas crisis de
cataplejía cursan exclusivamente con diplopia lo que puede inducir errores de
diagnóstico13.
Dormir
Cómo tratar enfermedades y trastornos del sueño: insomnio, terrores
nocturnos, somniloquia... Consejos para dormir bien
La hipersomnia se refiere a cualquier somnolencia excesiva durante el día o excesivamente larga, o
largos períodos de sueño durante la noche.
Otras palabras que son sinónimos de hipersomnia son somnolencia excesiva durante el día (SED),
somnolencia excesiva o somnolencia.
Las personas con hipersomnia pueden dormirse en cualquier momento, por ejemplo, en el trabajo o
mientras conducen. La hipersomnia es bastante común, con casi el 5% de la población afectada.
Los grupos de edad más afectados por la hipersomnia son adolescentes y adultos jóvenes. Las
personas con sobrepeso son más propensas que otras a sufrir de hipersomnia, y esto a menudo puede
agravar sus problemas de peso ya que con sus patrones de sueño excesivo significa que van a utilizar
menos energía, lo que hace aún más difícil perder peso.
Una persona deprimida o bien no va a querer salir de la cama o sufrirán de insomnio, a pesar de que él
o ella se tomen una siesta para mejora la depresión.
Por el contrario, los que sufran de hipersomnia tienen tanto sueño durante el día, que se ven obligados
a dormir o "tomar una siesta". Estas personas se duermen durante las películas, la cena, o incluso en la
conversación. Del mismo modo, pueden dormir unas diez horas durante un ciclo de sueño, en lugar de
la media de ocho.
Por esta razón, las personas que sufren de hipersomnia deben tener precaución al manejar maquinaria,
especialmente la conducción de un vehículo motorizado, ya que se espera que ocurra accidentes.
Hay dos categorías principales de hipersomnia: hipersomnia idiopática (a veces llamada hipersomnia
primaria) y la hipersomnia recurrente (a veces llamada hipersomnia primaria recurrente).
Hipersomnia idiopática
La hipersomnia idiopática se caracteriza por una excesiva somnolencia durante el día durante un largo
período de tiempo. Los síntomas están presentes todos, o casi todos. La hipersomnia idiopática es muy
similar a la narcolepsia excepto que no hay cataplejía, no hay parálisis del sueño, y no hay movimiento
rápido de los ojos cuando la víctima cae primero dormido.
Hipersomnia recurrente
La hipersomnia recurrente implica períodos de somnolencia diurna excesiva, que puede durar de uno a
varios días, y se repiten a lo largo de un año o más.
Una persona con hipersomnia puede dormir hasta doce horas por la noche, y todavía necesita siestas
frecuentes durante el día. Si está condición es diagnosticada como hipersomnia recurrente, también se
le puede llamar como síndrome de Kleine-Levin.
Una distinción se debe hacer entre el cansancio simple, la fatiga o la depresión, y la hipersomnia. La
falta de sueño es un estado común para la mayoría de la población, ya que mucha gente está cansada
o débil en ciertos períodos durante el día.
Una persona deprimida o bien no va a querer salir de la cama o sufrirán de insomnio, a pesar de que él
o ella se tomen una siesta para mejora la depresión. Por el contrario, los que sufran de hipersomnia
tienen tanto sueño durante el día, que se ven obligados a dormir o "tomar una siesta".
Estas personas se duermen durante las películas, la cena, o incluso en la conversación. Del mismo
modo, pueden dormir unas diez horas durante un ciclo de sueño, en lugar de la media de ocho.
Causas de la hipersomnia
Hay varias causas de hipersomnia, entre ellas:
Los trastornos del sueño, como narcolepsia (somnolencia diurna) y la apnea del sueño (interrupción de
la respiración durante el sueño).
Disfunción del sistema nervioso autónomo, o abuso de drogas o de alcohol.
Un problema físico, tal como un tumor, trauma en la cabeza, o lesión del sistema nervioso central.
No dormir lo suficiente por la noche (falta de sueño).
El exceso de peso.
Alcoholismo o drogadicción.
Una lesión en la cabeza o una enfermedad neurológica, como la esclerosis múltiple.
Los medicamentos recetados, como los tranquilizantes.
Ciertos medicamentos o la retirada de medicina, también pueden causar la hipersomnia.
Genética (tener un familiar con hipersomnia).
Síntomas
Las personas que experimentan la hipersomnia duermen cantidades anormales de hora durante la
noche. Sin embargo, a menudo tienen problemas para despertarse por la mañana y no pueden
permanecer despiertos durante el día. Las personas con hipersomnia toman siesta con frecuencia, y al
despertar de la siesta, no se siente renovados.
Los síntomas incluyen:
Las personas con el síndrome de Kleine-Levin tienen síntomas distintos de los síntomas de otras formas
de hipersomnia. Estas personas pueden dormir por 18 horas o más por día.
Además, a menudo son irritables, sin inhibiciones, y hacen avances sexuales indiscriminados. Las
personas con el síndrome de Kleine-Levin suelen comer sin control y aumentan rápidamente de peso, a
diferencia de las personas con otras formas de hipersomnia. Esta forma de hipersomnia recurrente es
muy rara.
Hipersomnia tratamiento
El tratamiento de la hipersomnia es sintomático en la naturaleza. Si te diagnostican hipersomnia, tu
médico puede recetarte varios medicamentos para tratar la hipersomnia. Los estimulantes, como las
anfetaminas, el metilfenidato y modafinilo, te lo pueden prescribir para tratar la hipersomnia.
Otros medicamentos utilizados para tratar la hipersomnia incluyen la clonidina, levodopa, bromocriptina,
antidepresivos, y los inhibidores de la monoamino oxidasa. Los cambios en el comportamiento (por
ejemplo, evitar el trabajo nocturno y las actividades sociales que te retrasan al ir a dormir) y la dieta
pueden ofrecer algún alivio. Los pacientes deben evitar el alcohol y la cafeína.
La dosis de estimulantes se basa en las necesidades individuales. El modafinilo se administra como una
dosis única por la mañana de 200 o 400 mg, el metilfenidato 20 a 60 mg/día, 25 mg de efedrina,
anfetamina 10 a 20 mg, dextroanfetamina 5 a 10 mg.
Los antidepresivos tricíclicos (particularmente clomipramina, imipramina y protriptilina) y los inhibidores
de la monoamina oxidasa son útiles en el tratamiento de la parálisis del sueño, cataplejía y
alucinaciones hipnagógicas.
Si estás tomando un medicamento que cause somnolencia, pregunta a tu médico acerca de cambiar el
medicamento a uno que es menos probable que te produzca sueño. También puede ir a la cama
temprano para tratar de obtener más horas de sueño por la noche, y elimina el alcohol y la cafeína.
En los individuos con hipersomnia primaria la duración del episodio de sueño más largo oscila
entre 8 y 12 horas, y a menudo se acompaña de problemas a la hora de levantarse.
Habitualmente, las personas que padecen este trastorno presentan la somnolencia de forma
creciente a lo largo de un período de tiempo determinado. Los episodios de sueño no
intencionados tienen lugar habitualmente en situaciones de baja estimulación y baja actividad (p.
ej., durante conferencias, leyendo, mirando la televisión o conduciendo).
La polisomnografía nocturna pone de relieve una duración del sueño normal o prolongada, una
latencia de sueño corta, una continuidad del sueño que puede mostrarse normal o aumentada y
una distribución normal de las fases de sueño REM y NREM. Algunos individuos con este
trastorno presentan una mayor cantidad de sueño de ondas lentas. Los inicios del sueño en fase
REM (aparición de la fase REMdentro de los 20 min de haberse iniciado el sueño), las
alteraciones del sueño relacionadas con la respiración y la interrupción del descanso nocturno
debido a frecuentes movimientos de las extremidades no se dan en este trastorno.
El test de latencia múltiple (MSLT) revela una somnolencia fisiológica diurn a excesiva, que se
caracteriza por típicas latencias de sueño medias de 5-10 min. El sueño REM no aparece durante
el día. La polisomnografía nocturna y el MSLT no ponen de manifiesto hallazgos característicos de
otras causas de hipersomnia.
Es normal que con la edad aumenten las horas de sueño, de modo que este fenómeno no debe
ser confundido con la hipersomnia primaria. El síndrome de Kleine -Levin es tres veces más
frecuente en varones que en mujeres.
0,5-5 % de los sujetos adultos, lo cual puede atribuirse a varias causas o diagnósticos.
La hipersomnia primaria se inicia de forma típica entre los 15 y los 30 años de edad, con una
progresión gradual de sus síntomas que precisa semanas o meses. En la mayoría de los casos el
curso pasa a ser entonces de carácter crónico y estable, a no ser que se instaure un tratamiento.
Desde ASENARCO le recomendamos que acuda a un especialista del sueño con el objetivo claro
de que realice una buena evaluación de los síntomas, un buen diagnóstico y así llevar el
tratamiento más efectivo para usted.
Cada caso y cada causa requieren un método u otro, aunque en muchas ocasiones lo más
recomendable es la combinación de ambos.
Una forma de combatir la ansiedad es llevando a cabo unas sencillas normas de comportamiento.
Desde ASENARCO le invitamos a ponerlas en práctica para que la actividad cotidiana no se
convierta en una acumulación de ansiedad.
Mantenga horarios y rutinas regulares. Levántese cada día a la misma hora y realice las mismas
tareas: asearse, desayunar, ir al trabajo…
Organice su tiempo mediante listas de prioridades.
Aprenda a no estar siempre disponible. Dedíquese tiempo a usted mismo y realice algo que
realmente le guste (leer, escuchar música, jugar a las cartas, cuidar plantas…).
Acepte que la vida se compone de tareas por acabar que requieren de un proceso.
Realice algún ejercicio físico suave, al mediodía o por la tarde, tres días por semana: por ejemplo,
andar 45 minutos.
Reserve pequeños períodos (5 min. dos veces al día) para respirar y relajarse.
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Preguntas y Respuestas
Qué es
Causas
Síntomas
Prevención
Tipos
Diagnóstico
Tratamientos
Otros datos
Qué es
La apnea obstructiva del sueño es una patología respiratoria que se caracteriza porque
las personas que lo padecen roncan habitualmente, tienen paradas de la respiración
(apneas) de forma repetida y somnolencia durante el día. Como consecuencia, los
pacientes que la padecen no pueden descansar bien durante las horas de sueño.
“Lo que ocurre con las personas que tienen apnea del sueño es que durante la noche
tienen un colapso de la faringe. Este colapso es periódico, especialmente en algunas
fases del sueño (como el REM)”, explica a CuidatePlus Eusebi Chiner, neumólogo y
coordinador de SeparPacientes, de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía
Torácica (Separ). “Cuando el número de apneas excede determinado número por hora
se da el síndrome conocido como apnea obstructiva del sueño”.
Causas
En condiciones normales, cuando las personas duermen, la vía aérea está permeable, es
decir, pueden respirar con tranquilidad. Sin embargo, en algunas fases del sueño los
tejidos se cierran y bloquean la vía respiratoria causando la apnea.
Además de esta causa existen otros factores que pueden aumentar el riesgo de tener
apnea:
Tener el maxilar inferior más corto que el maxilar superior.
Determinadas formas del paladar o de la vía respiratoria que originan el colapso de la vía.
Tener un cuello grande.
Poseer una lengua que puede retrotraerse hasta bloquear la vía respiratoria.
La obesidad.
Tener unas amígdalas o vegetaciones grandes que pueden taponar la vía respiratoria.
Síntomas
Los ronquidos son la manifestación más visible que puede alertar al paciente sobre la
posibilidad de tener apnea del sueño. Las personas que padecen la enfermedad
normalmente empiezan a roncar muy fuerte después de quedarse dormidos. Además,
éste se interrumpe durante un periodo de silencio mientras el paciente sufre una apnea.
Ese periodo de silencio va seguido de un resoplido con jadeo mientras el paciente
intenta volver a respirar.
Como consecuencia de los episodios, el sueño del paciente no es reparador y
aparece somnolencia diurna, presencia de fatiga crónica e incluso
alteraciones respiratorias y cardiovasculares. La persona con apnea suele levantarse
con frecuencia para ir al baño, se despierta frecuentemente con la boca seca y al día
siguiente nota cansancio, dolor de cabeza y se queja de la alta probabilidad de dormirse
en situaciones inapropiadas, mientras conduce, lee o asiste a reuniones de trabajo.
Además, los pacientes con apnea pueden tener depresión, hinchazón de piernas o ser
hiperactivos.
Prevención
La apnea del sueño va ligada a ciertos factores como el aumento del tejido de las
amígdalas en niños y la obesidad en los adultos. De hecho, según apuntan desde
Separ Pacientes, el 80 por ciento de los pacientes con apnea del sueño son obesos.
Por este motivo, la principal medida que puede ayudar a prevenir la apnea es
perder peso, así como aplicar determinadas medidas higiénico-dietéticas, el ejercicio
físico, etc.
Por otro lado, dejar de fumar y evitar el consumo de alcohol también ayudan a
prevenir la aparición de la enfermedad.
Cuando ya hay síntomas (ronquidos y apneas referidas por la pareja) el paciente debe
acudir al médico para confirmar el diagnóstico.
Tipos
El índice de apnea e hipopnea, es decir, cuántas veces tenemos cada hora, a lo largo de
la noche, paradas respiratorias de un tiempo superior a 10 segundos, marcará los tipos
de apnea del sueño que pueden dividirse en:
Leve: cuando hay entre 5 y 15 apneas por hora.
Diagnóstico
El diagnóstico se hace realizando una prueba de sueño que puede ser completa,
incluye variables neurológicas y respiratorias, denominada polisomnografía o también
puede diagnosticarse con pruebas más abreviadas, como la poligrafía respiratoria,
que incluye sólo variables respiratorias y puede realizarse en el hospital o en el
domicilio.
Con estas pruebas los médicos establecerán el índice de apnea e hipopnea que indicará
la gravedad del síndrome.
Hay un grupo de pacientes donde el diagnóstico es más complicado debido a que,
aunque presentan muchas apneas referidas y ronquidos, no tienen somnolencia
diurna. Este caso se suele dar en pacientes jóvenes y los últimos estudios españoles que
se han realizado avalan que en estos pacientes el tratamiento es importante porque si no,
a la larga podrían desarrollar patologías como hipertensión u otras patologías
cardiovasculares. “Estos son los casos más complicados de diagnosticar porque vienen
alertados por el acompañante, no por la sintomatología durante el día. A veces debutan
por una patología como cardiopatía isquémica, infarto agudo de miocardio o incluso
un ictus cerebral y lo que traduce es que en el fondo había una apnea que no estaba
previamente diagnosticada”, apostilla Chiner.
Tratamientos
La terapia para la apnea del sueño no es curativa. Está dirigida a aliviar lo síntomas.
Existen varios tipos de tratamientos que se aplican en función de la gravedad:
Conservador: el médico recomendará la pérdida de peso, la abstención del tabaco, la higiene
del sueño, realizar deporte, una buena alimentación, etc.
Otros datos
Epidemiología
Globalmente es más frecuente en hombres que en mujeres. Sin embargo, Chiner
apunta que a partir de una cierta edad, especialmente durante la menopausia la
frecuencia de esta patología en mujeres tiende a igualarse con la de los hombres.
En los adultos la frecuencia se encuentra en torno al 25 por ciento en edades avanzadas
(60 a 80 años). En edades medias, la franja más frecuente en varones, tendríamos
alrededor de un 10 por ciento de personas que podrían padecer apnea del sueño.
La apnea obstructiva del sueño también es frecuente en niños. De hecho, desde
SeparPacientes estiman que alrededor del 3 por ciento de los niños padecen una apnea
del sueño. En estos casos, la mayoría de las veces está relacionada con tener
amígdalas hipertróficas, es decir, con un aumento de las anginas.
En el caso de los niños hay factores que pueden predisponer a tener apnea del sueño:
algunas alteraciones de los maxilares, determinadas enfermedades y la obesidad infantil.
Por último, esta patología también puede afectar a bebés, aunque es menos
frecuente que los recién nacidos tengan amígdalas hipertróficas. En estos infantes el
cuadro clínico que se da es de atresia de coanas, que puede ser que sea muy estrecha de
nacimiento y cause la apnea del sueño.
Complicaciones
El síndrome de apnea obstructiva del sueño puede ocasionar
diversas complicaciones entre las personas que lo sufren. La hipertensión arterial está
presente en el 50 por ciento de los pacientes y es frecuente la aparición
de arritmias durante el sueño. También aumenta el riesgo de sufrir accidentes cardio y
cerebrovasculares, como el ictus y el infarto de miocardio. Asimismo,
la somnolencia diurna está involucrada en un mayor riesgo de sufrir accidentes de
tráfico o laborales, y también es común la impotencia y disminución de la libido entre
estos pacientes.
26
La apnea del sueño, también conocida como síndrome de apnea obstructiva
del sueño (SAOS), es un trastorno causado por frecuentes obstrucciones
parciales o completas de las vías respiratorias durante el sueño, lo que lleva a
episodios repetidos de cese de la respiración mientras el paciente duerme.
Cualquier persona puede desarrollar apnea obstructiva del sueño, aunque sea
mucho más común en individuos con más de 60 años, obesos o fumadores.
Si roncas mucho, te despiertas súbitamente durante la noche con una sensación de estar
ahogando y sientes mucho sueño durante el día, hay una gran posibilidad de que estés siendo
afectado por el síndrome de apnea obstructiva del sueño.
En este artículo vamos a explicar la apnea obstructiva del sueño, haciendo hincapié en las
causas, los factores de riesgo, el diagnóstico, los síntomas y las opciones de tratamiento.
Si estás buscando informaciones sobre el ronquido simple, que ocurre sin la presencia del
síndrome de apnea obstructiva del sueño, accede al siguiente artículo: CÓMO DEJAR DE
RONCAR.
La relajación y el
consecuente colapso de los músculos de la faringe pueden provocar
reducciones parciales o totales de la respiración, eventos que reciben,
respectivamente, los nombres de hipopnea y apnea. Los episodios de
obstrucción respiratoria generalmente duran entre 10 y 30 segundos, pero
algunos pueden durar más de un minuto, causando una reducción significativa
en la saturación de oxígeno en la sangre.
LEE TAMBIÉN:
– ADENOIDES – Síntomas y Tratamiento
– CÓMO CURAR LA NARIZ TAPADA
A continuación, vamos a describir los más comunes factores de riesgo para el
SAOS.
Accidentes – los accidentes de tránsito son dos a tres veces más comunes
entre pacientes con SAOS que en la población general. Individuos con apnea
del sueño no deben conducir vehículos, operar maquinaria pesada ni recibir
responsabilidades que requieren supervisión cuidadosa.
LEE TAMBIÉN:
– ¿QUÉ ES LA DIABETES?
– SÍNTOMAS DE LA DIABETES
Diabetes y síndrome metabólico – pacientes con apnea obstructiva del sueño
presentan una mayor prevalencia de prediabetes, diabetes y síndrome
metabólico. Aunque estas enfermedades se relacionen claramente con la
obesidad, la existencia del SAOS es un factor de riesgo adicional.
Mortalidad – los pacientes con SAOS severa y no tratada tiene dos a tres
veces mayor riesgo de mortalidad, por alguna razón, en comparación con
personas sin este trastorno.
DIAGNÓSTICO DE APNEA OBSTRUCTIVA DEL
SUEÑO
Pacientes con una historia clínica que plantee la sospecha de apnea del sueño
deben ser evaluados con una prueba de polisomnografía, que generalmente es
realizada en centros especializados en el tratamiento de trastornos del sueño.
2- CPAP
3- Aparatos orales
Para los pacientes con SAOS leve o moderado que no toleran o no quieren
tratamiento con CPAP, un aparato bucal que acierta el posicionamiento de la
mandíbula y de la lengua es una alternativa posible. La presión positiva vía
aérea es, generalmente, más eficaz, pero la mayoría de los pacientes termina
adaptándose mejor al aparato oral. Como la adherencia al tratamiento es un
aspecto esencial del éxito, el uso de aparatos orales es una alternativa
aceptable.
En los casos de SAOS severo, sin embargo, solamente el CPAP es una opción
eficaz.
4- Cirugía
ASSUNTOS SEMELHANTES
http://www.mdsaude.com/es/2016/01/apnea-del-sueno.html
66
Una apnea se define como el cese completo del flujo de aire hacia los
pulmones durante un mínimo de 10 segundos.
Cuando existe una situación, patológica o no, que impide tener un sueño
reparador aparecen síntomas como fatiga, pérdida de concentración o
irritabilidad. Esto ocurre porque la falta de sueño no solo afecta al nivel
de energía del individuo, sino también al estado psíquico y mental de
este.
Diversos trastornos del sueño privan a las personas que los padecen de
un descanso efectivo. Estas alteraciones son un importante problema de
salud pública por su gran incidencia en la población y sus importantes
repercusiones en múltiples esferas de la vida del individuo.
Afortunadamente, la mayoría de los trastornos del sueño tienen
tratamiento. Las apneas del sueño son una causa importante de sueño
no reparador en la población adulta.
Tipos de apnea del sueño
20
14
1. Inicio
2. Salud al día
85
El patrón puede repetirse diez veces o más en una hora, durante toda la
noche. Es posible que la persona no se dé cuenta de esas interrupciones
momentáneas del sueño. No obstante, esos episodios repetidos impiden
llegar a las fases del sueño profundo y restaurador, incidiendo
negativamente sobre la actividad diaria del paciente.
2. Salud al día
3. Apnea del sueño
La
polisomnografía o 'estudio del sueño' registra la presencia de apneas.
Entrevista al paciente
Polisomnografía
Debido a que los tratamientos de los diferentes trastornos del sueño son
diferentes, es importante realizar un diagnóstico preciso, y determinar
exactamente cuál es el problema que origina la alteración en el sueño.
65
La apnea del sueño no suele resolverse por sí sola, pero sí que puede
tratarse. Existen diferentes opciones terapéuticas, que deben ser
seleccionadas según la gravedad del cuadro. De esta forma, en algunas
ocasiones pueden indicarse simplemente medidas de autocuidado, como
perder peso o dormir en determinadas posturas. Sin embargo, la mayoría
de los pacientes con apnea del sueño moderada o grave, necesitarán el
empleo de una mascarilla nasal de presión positiva continua en las vías
respiratorias. En algunas ocasiones es necesaria la cirugía.
Medidas higiénico-dietéticas
Otros dispositivos
Cirugía
Sueños terroríficos
Estas alteraciones del sueño son definidas como un sueño terrorífico muy largo que despierta al
paciente en la etapa del sueño REM, más profunda y caracterizada por un movimiento rápido de los
ojos.
Principales características
Las pesadillas se diferencian de los terrores del sueño en que la persona recuerda con vívidos
detalles las terroríficas escenas oníricas. El contenido del sueño es una amenaza inmediata y real
para la seguridad del paciente. Este rasgo, la amenaza, diferencia a las pesadillas de un mal sueño.
Son muy comunes en la infancia temprana y tienen una mayor frecuencia entre los tres y seis años.
A medida que crecen, las pesadillas van desapareciendo; sin embargo, algunas personas las padecen
durante toda su existencia.
Las parasomnias más frecuentes son el sonambulismo y los terrores nocturnos. Ambas
son expresiones del mismo mecanismo fisiopatológico de base. Las dos se incluyen
en los trastornos del despertar. Tienen en común varias características: aparición en
las primeras horas del sueño, cuando las fases 3 y 4 o ‘sueño con ondas lentas’ es
más abundante; comparten factores genéticos; tienen mayor prevalencia en la infancia;
etc. Los factores madurativos del sistema nervioso tienen una influencia destacada en
la aparición del sonambulismo y el terror nocturno.
Las pesadillas son otra forma clínica de parasomnia que provocan en cierta medida
una alteración del sueño. Lea las diferencias entre las pesadillas y los terrores nocturnos.
No confundir las parasomnias con las disomnias (insomnio, SAHS, etc.), que son
trastornos del sueño que afectan a la regulación sueño/vigilia.
PARASOMNIAS:
1. Despertar confusional
2. Sonambulismo
3. Terrores nocturnos
1. Pesadillas
2. Parálisis del sueño
3. Erecciones relacionadas con trastornos del sueño
4. Erecciones dolorosas relacionadas con el sueño
5. Arritmias cardíacas relacionadas con el sueño REM
6. Trastornos de la conducta del sueño REM
D) Otras parasomnias:
1. Bruxismo nocturno
2. Enuresis nocturna
3. Distonía paroxística nocturna