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Artículos

28-ago-2006

Desordenes alimenticios cruzan


líneas sociales
Una ciudad latinoamericana ostenta el
título de capital mundial de la anorexia,
bulimia y otros desórdenes alimenticios.
La gente suele asociar desordenes alimenticios con las clases medias y altas, pero el problema también

es corriente entre mujeres de bajos ingresos, dijo la profesora de sociología de la London School of

Economics and Political Science, Susie Orbach, en una reunión sobre problemas alimenticios y de

salud mental que se realizó en la sede del BID. “Solo un dos por ciento de las mujeres en el mundo se

sienten bellas”, agregó Orbach, declarando que la epidemia de desórdenes alimenticios y problemas

con la imagen del propio cuerpo se ha convertido en un problema de salud pública.

Entre las causas del problema están la cultura visual de la sociedad contemporánea, la tendencia de

algunas madres de transmitir inconscientemente a sus hijas las ansiedades sobre sus propios cuerpos, la
industria de la dietética y los productos de belleza, y la idea de que la hermosura es inseparable de la

autoestima, y los ideales limitados de la belleza.

La anorexia es un desorden alimenticio cuando la persona no come, a veces hasta el punto de contraer

una enfermedad o la muerte. Las que sufren de bulimia suelen tener episodios de “atracones” seguidos

por medidas extremas de controlar el peso, incluyendo vomitando, estar de ayuno, los enemas, el uso

excesivo de laxantes o ejercicio compulsivo.

A pesar de que las consecuencias económicas y sociales sean más difíciles de medir, son significativas

también. La investigación de Orbach muestra que un 72 por ciento de chicas y un 68 por ciento de

mujeres evitan actividades normales pese a que tengan auto-percepciones negativas de sus apariencias:

un 13 por ciento no va al médico; un 13 por ciento evita ir a la escuela; un 8 por ciento se escapa del

trabajo; y un 16 por ciento decide no irse a una entrevista laboral.

“El BID reconoce la importancia de este asunto y está tratando de promover sensibilización acera del

problema, el cual es muy importante para mujeres y jóvenes latinoamericanas y caribeñas”, dice

Gabriela Vega, jefa de la Unidad de Igualdad de Género en el Desarrollo del BID.

El cetro de Medellín

La ciudad colombiana de Medellín se enorgullece de ser la capital de la moda de América Latina, pero

también tiene otro título mundial: es la ciudad del mundo con mayores tasas de anorexia, bulimia y

otros desordenes alimenticios, contando con un 17.7 por ciento de la población de chicas jóvenes en

2003, según Dra. Lucrecia Ramírez-Restrepo, profesora associadora de psiquiatría en la Universidad

Antioquia de Colombia y directora de la Red de Prevención de Anorexia y Bulimia de la Ciudad de


Medellín. Dicho número se compara con un 5.0 por ciento en España y un 10.2 por ciento en los

Estados Unidos.

Después de haber hecho investigación significativa acerca del problema, la Dra. Ramírez-Restrepo

formó la Red de Prevención de Anorexia y Bulimia y lanzó “Proyecto Delgadez”, con el lema,

“¿Flaca, Bonita, Feliz?”, para combatir el pensamiento común entre tanto los adolescentes como sus

madres, padres y profesores, de que ser delgada significa ser bonita y feliz.

La campaña pone anuncios creativos en carteleras, revisitas y periódicos a través de la ciudad para

enfatizar su punto gráficamente, usando imágenes de animales que parecen raros, como elefantes,

cebras y rinocerontes “delgados” , seguidos por la línea “¿Se ve raro, no?... ¿y tú, como te ves?

“Nuestro proyecto es único porque además de trabajar con los jóvenes, también se involucra a los

adultos de todos los sectores sociales”, dijo la Dra. Ramírez-Restrepo. “Estamos desarrollando cuatro

componentes del proyecto, con un presupuesto de $3.8 millones en contribuciones de efectivo y en

especie, incluyendo una campaña grande de los medios, un componente educativo para capacitar

profesores y profesionales de salud, un parte de responsabilidad social con el sector privado que busca

a evitar la propagación del “discurso delgado” en áreas como la ropa y la moda, y un componente de

monitoreo y evaluación”.

La Dra. Ramírez-Restrepo y su equipo están trabajando con 570 representativas de una gama amplia

de sectores, desde la municipalidad y la academia hasta los medios de comunicación y anuncios, las

industrias de salud, ejercicio, moda, comida y entretenimiento, así como familias jóvenes y padres.

“Sabemos que las intervenciones que se enfocan a fortalecer a jóvenes solos no funcionan;

necesitamos concentrarnos en aliviar las presiones sociales que se enfrentan a ellos. Es por eso que la
inclusión de adultos de todos los sectores relevantes es tan importante; tiene que incluir la auto-estima

femenina en la agenda pública”, ella dijo.

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