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Cuando hablamos de cualquier tema que genera polémica, sin duda es inevitable que se
clasifique en el plano de normalidad y anormalidad, y esta vez no es la excepción, se abordara
someramente dos temas análogos a los que por lo general se encasillan en esas dos grandes
nociones, por un lado está la enfermedad mental y su abordaje en la edad media, asimismo como
se ha transformado la forma en que se entendía, principalmente visto desde la religión, y está
dándonos paso a otro tema de incumbencia como lo es la homosexualidad en la actualidad, pero
como era abordada en épocas anteriores, o incluso hasta hace solo una décadas, por esta enorme
entidad como lo es la religión, una de las cosmovisiones más antiguas e instauradores de
“verdad” y significaciones de normalidad y anormalidad, se tendrán en cuenta las mudanzas de
época, para que el conocimiento que se tiene también cambie y se perciba de diferentes maneras
en disímiles épocas la normalidad.
En la contemporaneidad es común un tema que antes era tabú, la homosexualidad, por años esta
orientación sexual fue discriminada y hasta tratada como enfermedad, pero ha existido una
evolución en el pensamiento que con frecuencia ha sido sesgado por la religión, donde se ha
querido percibir la sexualidad como una práctica reduccionista similar al apareamiento en los
animales, y con reducida se hace referencia a: coito, procreación y por supuesto que sea de
carácter heterosexual.
Es importante decir que existen varios textos bíblicos referidos al tema de la homosexualidad,
también preexisten diferentes perspectivas del tema, pero en su mayoría las visiones teológicas
son muy cautelosas y prejuiciosas.
Desde esa teología conservadora también, no dudan identificar la compulsión sexual del
homosexual con la compulsión del cleptómano o del violador para deducir que tanto uno
como el otro pueden “reprimir” dicha compulsión, considerando que tanto una como la
otra son “patologías”, curables en el mejor de los casos. (Lospitao s.f, p.10)
Con lo anterior se puede ver como décadas atrás y guiados por la visión teológica de la realidad,
es posible entender la homosexualidad como una desviación y una anomalía, pero en el presente
es preciso decir que la homosexualidad se halla como una conducta totalmente normal y para
validar eso, es razonable tener en cuenta que:
Por lo que sus tratamientos se enfocan en algunas de las debilidades y se trata de mejorar el
funcionamiento del individuó para hacerlo útil en las sociedad y no simplificarlo a un ser muerto
en vida.
Con lo dicho es importante resaltar como la visión acerca de determinado fenómeno puede
mutar, su concepción total puede pasar de un extremo a otro, en el caso de la homosexualidad
paso de ser un enfermedad a una simple inclinación u orientación sexual diferente a la que
imperaba, en este mismo sentido dicha orientación sexual paso de ser anormal en la actualidad
considerarse como una práctica normal, además es bueno distinguir como la enfermedad mental
realizo una evolución, y paso de ser reducida a una posesión de espíritus demoniacos, a ser
concebida como lo que realmente es, una enfermedad, y si bien puede afirmarse que el enfermo
mental no es un ser normal, en si la enfermedad mental no presenta la misma anormalidad con la
que fue concebida en la edad media.
Desde “El modelo ideal, se considera que la normalidad es un estado salud mental positivo, de
funcionamiento individual social afectivo, y no simplemente la usencia de enfermad mental.”
(Flores Palacios & Díaz Cervantes, s.f.) Por lo que es posible decir que definir la normalidad de
un homosexual no basta solamente con que el individuo no padezca de ninguna enfermedad
mental si no aparte de que se sienta bien consigo mismo y el mundo y pueda tener un
funcionamiento estable. Lo que sí es posible aseverar es que el termino homosexual sea
concebido como normal, o ¿no?
Por ultimo aludiendo a la enfermedad mental como algo patológico es pertinente decir que
patología “Tiene que ver con la parte de la medicina encargada del estudio de las enfermedades
en su más amplio sentido, es decir, como procesos o estados anormales de causas conocidas o
desconocidas.” (Escuela de psicodrama y humanidades s.f.) Consiguiendo así decir que el
enfermo mental es un ser que no posee esa normalidad, la de no ostentar plena facultad para
desenvolverse y vivir en un estado de funcionamiento social y afectivo estándar. Ahora bien
sería bueno preguntarnos, ¿Acaso estar enfermo no es normal?, es propio del hombre no
permanecer en total plenitud, entonces ¿Quién tiene la capacidad para decirnos que es lo normal
o lo anormal?, tal vez solo es posible que nos digan que es lo patológico, casi siempre existirá un
ente que cuente con mayor autoridad para etiquetarnos y clasificarnos, sea o no sea razonable.
Referencias Bibliografía
-Flores Palacios, F., & Díaz Cervantes, J. A. (s.f.). Normalidad y anormalidad: Esquemas
dicotómicos de la representación social en un grupo de profesionales de la salud.
-Giraldo, T. G. (s.f.). La idea de locura: una perspectica histórica del “desarreglo,” 12.
-Organización Panamericana de la Salud. (s.f.). “Curas” para una enfermedad que no existe. Las
supuestas terapias de cambio de orientacion sexual carecen de justificación médica y son
éticamente inaceptables, 4.