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GRUPO: G–2
FECHA: 07/06/18
Cochabamba – Bolivia
INTRODUCCIÓN
LEYES DE MENDEL:
Cuando se cruzan dos variedades puras de una misma especie, los descendientes
son todos iguales. Al cruzar entre sí los híbridos de la segunda generación, los
descendientes se dividen en cuatro partes, de las cuales tres heredan el llamado carácter
dominante y una el recesivo. En el caso de que las dos variedades de partida difieran
entre sí en dos o más caracteres, cada uno de ellos se transmite con independencia de
los demás. El trabajo de Gregor Mendel no fue reconocido cuando lo publicó y no fue sino
hasta el año 1900 con los trabajos de Carl Correns, Hugo de Vries y Erich von
Tschermak, que se le dio el crédito que merecía su labor y descubrimiento. Los avances
científicos posteriores pusieron de manifiesto que las leyes de la herencia de Mendel
constituyen una simplificación de procesos que a menudo son mucho más complejos. Sin
embargo, estas leyes sirven todavía como base fundamental para la genética moderna.
El perfil de ADN, es una técnica que analiza los atributos únicos del ADN de una persona.
La aplicación de los perfiles de ADN ha revolucionado las pruebas de
maternidad/paternidad, la medicina forense y la identificación de víctimas en desastres. El
término “huellas dactilares de ADN” fue acuñado para aludir al uso tradicional de huellas
dactilares como medio de identificación humana. Las huellas dactilares clásicas están
sujetas a interpretación y las muestras utilizables pueden ser difíciles de obtener. Cuando
se lleva a cabo correctamente, las pruebas basadas en el ADN no sólo posterior a las
leyes propuestas por Mendel se dieron los primeros experimentos para descubrir la
molécula del ADN. Esto inició con los trabajos del biólogo suizo Johan Friedrich Miescher
en 1869, el cual aisló varias moléculas ricas en fosfato de muestras de pus recuperadas a
partir de los vendajes de pacientes. A estos aislados ricos en fosfatos provenientes de los
núcleos de las células blancas de la sangre, los llamó “nucleína”. Sus hallazgos fueron
publicados por primera vez en 1871, pero su importancia no fue reconocida en ese
momento. Miescher pudo aislar y caracterizar el ADN debido a su buena elección de las
células para sus experimentos. Después de utilizar los leucocitos provenientes de la pus
de vendajes uso espermatozoides de diferentes especies y ya que este tipo de células no
se incrustan en un tejido o matriz extracelular, pueden purificarse fácilmente
especialmente en los espermatozoides, los núcleos son grandes en comparación con el
citoplasma, lo que facilita un enriquecimiento de componentes nucleares. Por otra parte,
los estudios realizados por Theodor Boveri, Walther Flemming, Walter Sutton, y Edmund
B. Wilson revolucionaron los campos de la citología y genética y sentaron las bases de la
citogenética. Boveri investigó el papel de los cromosomas y su importancia durante el
desarrollo embrionario y como elementos importantes para la herencia. Sus trabajos con
erizos de mar mostraron que era necesario que todos los cromosomas estuvieran
presentes para que un desarrollo embrionario correcto tuviera lugar. Este descubrimiento
fue parte importante de la teoría cromosómica de Sutton y Boveri.
Walther Flemming realizó estudios detallados sobre la división celular en diferentes
órganos y organismos, principalmente del reino animal. Flemming describió además la
morfología y el comportamiento de los cromosomas durante la mitosis, acuñando los
términos “cromatina” y “mitosis”. A finales de los años 1880 y 1890, Boveri y Walter
Sutton, de manera independiente comenzaron a desarrollar la teoría cromosómica el cual
dicta que los cromosomas llevan material genético y son la base de la herencia
mendeliana. Si bien la mayoría de estos descubrimientos y conceptos fueron bien
recibidos por la comunidad científica en su momento, el descubrimiento del ADN por
Friedrich Miescher fue poco apreciado, ya que la gran mayoría de los científicos de la
época seguían convencidos de que las proteínas por su complejidad eran las portadoras
de la información genética; y no fue sino hasta el siglo XX que se comprendió el
verdadero significado de sus hallazgos.
Uno de los científicos que se interesó por los trabajos de Miescher fue Albrecht Kossel un
científico que trabajaba en el laboratorio de Hoppe Seyler y que se interesó en las
nucleínas como un nuevo elemento funcional de la célula. Posteriormente se hizo
acreedor del Premio Nobel de Medicina en 1910 por descubrir la composición de la
nucleína formado por cuatro bases nitrogenadas y moléculas de azúcar. En 1928, se
llevó a cabo uno de los primeros experimentos que demostró que el ADN podría transferir
la información genética en un experimento en el cual, las bacterias eran capaces de
transferir información mediante un proceso llamado transformación.
Frederick Griffith, que investigaba varias cepas de neumococo (Streptococcus
pneumoniae), e inyectó dos tipos diferentes de cepas de neumococo a ratones; la cepa
lisa (S) virulenta y la cepa rugosa (R) no virulenta. La cepa S es dañina, ya que se recubre
de una capa de polisacárido que la protege del ataque del sistema inmune, mientras que
la cepa R no produce esa cápsula protectora y es derrotada por el sistema inmune. Griffith
observó que, cuando la cepa S moría por calor no afectaba al ratón, pero cuando la
combinaba con la cepa R y la cepa S muerta por calor, la cepa R era de matar a su
hospedero. Griffith llegó a la conclusión de que la cepa R se había “transformado” en una
cepa S virulenta por un “principio de transformación” que de algún modo las baterías de la
cepa S muertas virulentas transformaban a las bacterias R.
DESARROLLO
El perfil de ADN, es una técnica que analiza los atributos únicos del ADN de una
persona. La aplicación de los perfiles de ADN ha revolucionado las pruebas de
maternidad/paternidad, la medicina forense y la identificación de víctimas en desastres. El
término “huellas dactilares de ADN” fue acuñado para aludir al uso tradicional de huellas
dactilares como medio de identificación humana. Las huellas dactilares clásicas están
sujetas a interpretación y las muestras utilizables pueden ser difíciles de obtener. Cuando
se lleva a cabo correctamente, las pruebas basadas en el ADN no sólo proporcionan
evidencia excluyente, sino que pueden proporcionar evidencia de la identidad de una
persona sin sesgo. La primera prueba práctica de la huella dactilar del ADN, se realizó en
1983 e implicó una lucha de dos años por parte de Christiana Sarbah y su hijo, Andrew,
para probar al Ministerio de Inglaterra que eran, madre de Andrew. Andrew llegó a
Inglaterra después de una larga estancia en Ghana con su padre (separado de
Christiana). Funcionarios de inmigración lo mantuvieron en el aeropuerto de Heathrow,
alegando que su pasaporte era falso o que se había hecho una sustitución. Sólo después
de un perfil de ADN se demostró su parentesco con Christiana Sarbah y se le permitió a
Andrew permanecer en Londres.
En 1994, se creó el “Proyecto Inocencia”, tomando el caso de Marvin Lamont Anderson,
condenado en 1983 por violación, secuestro, sodomía y robo en Virginia, basado casi en
su totalidad en la identificación de la víctima. Anderson fue sentenciado a 210 años,
aunque durante el juicio hubo evidencia de que otra persona pudo haber cometido el
crimen. Anderson cumplió 15 años de su condena en la Penitenciaría del Estado de
Virginia y cuatro años más en libertad condicional. Cuando el Proyecto Inocencia asumió
el caso de Anderson, tuvieron dificultades para obtener la evidencia. La policía, el fiscal y
la corte sostuvieron que el estuche de violación con la evidencia había sido destruido.
En 2001, el Dr. Paul Ferrara, Director de la División de Ciencias Forenses de Virginia,
localizó algunos hisopos del kit de violación que quedaron en el cuaderno de laboratorio
del científico forense original asignado al caso de Anderson. Aunque el ADN se
encontraba degradado era suficiente para producir un perfil de ADN con cuatro
marcadores cortos de repetición en tándem (STR). El perfil STR de Anderson no coincidía
mostrando que él no era el violador, y obteniendo su libertad.
El uso intensivo del ADN es de suma importancia para las investigaciones en biología
molecular, agricultura y ganadería además de la biomedicina. Recientemente, la
revolución genómica (el estudio de todo el material genético: ADN dentro de una célula,
tejido u organismo) ha catapultado a la biología molecular en el campo de la biología de
sistemas. Estas dos líneas de investigación han convergido para formar la biología de
sistemas contemporánea. La biología de sistemas implica el modelado matemático de
sistemas biológicos complejos. Uno de los objetivos de la biología de sistemas es modelar
y descubrir propiedades emergentes en células, tejidos y organismos cuya descripción
teórica sólo es posible en el ámbito de competencia de la biología de sistemas. En
organismos unicelulares (levaduras y bacterias) y líneas celulares bien definidas de
organismos superiores (humano, ratón, etc.), los enfoques de sistemas están dando
pasos importantes hacia aplicaciones en biotecnológicas.
BIOLOGÍA EN SISTEMAS DE CÁNCER
A nivel molecular las células tumorales comparten dos características principales: una
capacidad de proliferación anormal, que afecta a la división y crecimiento celular, y la
habilidad para propagarse e invadir otras partes del organismo. Estas características son
fruto de la expresión anómala de genes relacionados con puntos de control de estos
procesos.
Dentro de los genes implicados en el proceso tumoral existen dos clases principales: los
protooncogenes y los genes supresores de tumores. Los protooncogenes son genes que
codifican para factores que estimulan división celular y participan en el control de la
misma. Cuando su expresión está alterada y experimentan una ganancia de función que
contribuye al desarrollo tumoral estos genes pasan a denominarse oncogenes. Dentro de
los protooncogenes, algunos de los más conocidos son c-myc y la familia génica ras. Los
genes supresores de tumores son genes que regulan el ciclo celular y cuya presencia es
necesaria para inducir la muerte celular en respuesta al daño en el ADN o exceso de
estrés, entre otros proceso. Cuando su expresión está comprometida, la célula no puede
establecer los puntos de control, lo que lleva a la acumulación de más mutaciones y a que
la célula escape al control. Dentro de los genes supresores de tumores, algunos de los
más conocidos son P53, que codifica para la proteína conocida como “guardián del
genoma”, los genes BRCA1, y BRCA2, genes de reparación del ADN implicados en el
desarrollo del cáncer de mama y ovario, y el gen RB1 cuyas mutaciones son
responsables del retinoblastoma entre otros tumores.
La genética del cáncer engloba el estudio de los mecanismos moleculares que llevan al
desarrollo de tumores, su evolución o respuesta al tratamiento, así como todos los
aspectos del diagnóstico genético del cáncer.
El ADN tiene unos sistemas de reparación. Bloqueando uno de ellos, se puede atacar a
las células cancerosas:
1. Cuando una célula se divide, su ADN se duplica y cada célula hija recibe una
copia.
2. El ADN nuevo se fabrica con nucleótidos que contiene la célula.
3. A veces los nucleótidos se oxidan: el ADN fabricado con ellos se rompería.
4. La MTH1 se encarga de reparar esto nucleótidos para que el proceso vaya bien.
MEDICINA FORENCE
BIOINFORMÁTICA
Inicio de un era:
En 1953 en un artículo con extensión de una página un par de jóvenes muy ambiciosos
llamados James Watson y Francis Crick, reportaban la estructura de los ácidos
deoxirribonucleicos o ADN. No imaginaban que esa página abriría toda una nueva era de
descubrimientos y avances científicos y tecnológicos extraordinarios. Su artículo explicaba
los fundamentos de la herencia y con ello innumerables fenómenos como el origen y
evolución de las especies, causas y curas de enfermedades, además de ayudar a
entender temas tan dispares como las migraciones y hasta aspectos de la esfera social y
cultural humana.
Reconocimiento Molecular:
La mayoría de los perfiles de ADN que se obtienen en los laboratorios forenses se basan
en el estudio simultáneo de un conjunto de 10 a 17 regiones cortas del ADN nuclear,
denominadas Short Tandem Repeats (STRs), que están distribuidas en los distintos
cromosomas humanos y que presentan una alta variabilidad de tamaño entre los distintos
individuos. Se trata de pequeñas regiones de 100-500 nucleótidos compuestas por una
unidad de 4-5 nucleótidos que se repite en tandem "n" veces. El número de veces que se
repite esta unidad de secuencia presenta una gran variabilidad entre los individuos de una
población. Como estos perfiles tienen una procedencia compartida al 50% por el padre y
la madre, se pueden utilizar también en la investigación biológica de la paternidad.
Además de este ADN autosómico heredado al 50% de nuestros progenitores, otros dos
tipos de ADN humano tienen gran interés en las investigaciones forenses.
El estudio del ADN del cromosoma Y, implica que todos los miembros varones de un
grupo familiar que compartan la línea paterna tienen el mismo haplotipo de cromosoma Y.
El análisis de sus regiones STR (Y-STR) permite obtener un patrón genético específico
del varón, lo que resulta muy útil en la identificación genética de restos de semen y otros
fluidos biológicos en los casos de agresiones sexuales a mujeres.
De especial importancia son las bases de datos de ADN con fines de investigación
criminal, en las que los perfiles de ADN anónimos obtenidos de vestigios biológicos de la
escena del delito pueden ser comparados de forma sistemática entre sí, así como con los
obtenidos de individuos que son sospechosos o condenados en una causa penal,
ofreciendo una herramienta muy eficaz de identificación humana con una alta
potencialidad para reducir el índice de criminalidad de determinados delitos sin autor
conocido y, especialmente, aquellos en los que existe una alta reincidencia.
La utilización de estas bases de datos cobra también una vital importancia en los
procesos de identificación de desaparecidos en conflictos bélicos o en grandes
catástrofes que afectan a un gran número de víctimas cuyo estado de conservación
puede limitar, o incluso imposibilitar, la identificación de los cuerpos por los métodos
forenses convencionales. Los perfiles genéticos obtenidos pueden ser comparados de
forma sistemática con un índice de perfiles de referencia de familiares (saliva o sangre), u
obtenidos de muestras antemortem de las víctimas (Cepillos de dientes, peines,etc).
¿QUÉ FIABILIDAD TIENE UNA PRUEBA DE ADN?
Obviamente, cuanto más baja es la probabilidad de encontrar otro perfil igual entre
individuos no relacionados genéticamente, mayor es el poder de discriminación.
Recuérdese que tanto mtADN como Cromosoma Y permiten diferenciar realmente linajes
maternos y paternos, respectivamente.
Hablar hoy día del ADN en el campo de la Medicina Forense no resulta desconocido, ni
siquiera novedoso. Desde su primera aplicación en Inglaterra por parte de Alec Jeffreys
en el año 1985 para la resolución de un caso de inmigración de un joven procedente de
Ghana, y, sobre todo, su posterior aplicación dos años más tarde, a la investigación
criminal, posibilitando identificar a Robert Melias, un peón de Bristol de 32 años de edad,
como autor de una agresión sexual a una mujer enferma de polio, y a Nigel Davis como
autor del denominado "caso del condado de Leicestershire", en el que se produjo la
violación y muerte de dos mujeres del condado, la primera en 1983 y la segunda en 1985
y donde los métodos serológicos clásicos no pudieron lograr una individualización
suficiente con los indicios biológicos obtenidos de las víctimas, su uso se ha extendido y
generalizado a una velocidad sólo comprensible y justificable por la efectividad y
versatilidad de esta tecnología. Esta aceptación general ha conllevado un desarrollo que
ha obligado a una notable evolución de la técnicas aplicables en la identificación forense y
así en el breve periodo de tiempo de 10 años hemos pasado de sólo poder estudiar
determinados fragmentos del ADN de una longitud relativamente grande a analizar
pequeñas regiones procedentes de indicios mínimos por medio de su amplificación
mediante la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Todo ello ha supuesto una
importante modificación tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo de los indicios
biológicos.
Sin embargo, para que de los indicios biológicos, que por definición son únicos, pequeños
y frágiles, se pueda obtener información genética que conduzca a la identificación de
personas, los procesos de recogida, almacenamiento y envío de dichos indicios o restos
biológicos debe de ser extremadamente cuidadosa, siguiendo unas pautas sencillas y
claramente preestablecidas. Si el Médico Forense no es consciente de esto, de que
pueden existir estas muestras y de cómo hay que recogerlas, mantenerlas y enviarlas, las
evidencias se perderán, se degradarán o se contaminarán, invalidando cualquier
investigación posterior y privando a la Administración de Justicia en particular y a la
sociedad en general, de datos que permitan esclarecer este tipo de hechos, que no por
ser cada vez más frecuentes dejan de ser reprobables.
Su estructura fue descubierta por James Watson y Francis Crick en 1953, lo cual permitió
afrontar su estudio de forma directa, evitando los dificultosos y complejos caminos
indirectos que se habían utilizado hasta entonces.
Basándonos en la función del ADN podemos dividirlo en dos grandes grupos:
1.- ADN CODIFICANTE O ESENCIAL.
No obstante, existe otra parte del ADN cuya función específica es desconocida en la
actualidad, aunque se sabe que no guarda información genética y que juega un
importante papel en la estructura y en la función de los cromosomas y, sobre todo,
actuando como puntos calientes de recombinación.
Este ADN puede ser de dos tipos: ADN espaciador, el cual está formado por una
secuencia sencilla de bases que se dispone entre regiones codificantes del genoma; y
ADN repetitivo, que lo forma una secuencia que, al contrario que el espaciador, se
dispone por todo el genoma debido a la existencia de múltiples copias. A su vez este ADN
repetitivo se divide según las características de la secuencia en "Secuencias repetidas en
tándem", en las que existe una secuencia común relativamente corta que se repite en
tándem de manera continua (una tras otra) en un fragmento de ADN:
ATCCCCGGGAATCGATAAACGGATC - ATCCCCGGGAATCGATAAACGGATC
Las características generales del ADN no codificante lo hacen especialmente útil para su
aplicación a la identificación en Medicina Forense. Como se puede deducir de su
trascendente función, el ADN esencial está formado por secuencias altamente
conservadas con muy pocas variaciones interindividuales e intergeneracionales, ya que
de lo contrario se podrían ver afectadas funciones básicas para la vida de las personas.
Los mínimos cambios que tienen lugar, cuando son viables, aumentan el polimorfismo de
proteínas y enzimas, aunque también pueden tener efectos negativos.
Por el contrario, el ADN no codificante presenta una gran variabilidad de unos individuos a
otros, ya que estas secuencias no son conservadoras al no afectar sus cambios a la
fisiología del individuo. Las variaciones debidas a cambios de bases sencillos, procesos
de inserción-delección o de intercambio de ADN (recombinación) durante la formación de
las células germinales (meiosis), hacen que se modifiquen el número de repeticiones o el
orden de las bases de un determinado fragmento repetitivo, pudiendo producirse en un
locus sencillo o de múltiples locus, siendo este el origen de la variación que hace que no
haya dos personas, a excepción de los gemelos univitelinos, que tengan la misma
secuencia del ADN.
Los métodos más extendidos y de común aplicación en Medicina Forense para estudiar el
ADN son:
Esta técnica supuso una verdadera revolución y es la más extendida en la actualidad, por
sí sola o como paso intermedio de la secuenciación. Inventada por Kary MULLIS en 1987,
le supuso el premio Nobel de Química en 1986.
Gracias a esta técnica se puede amplificar una determinada región del ADN que está
delimitada por una secuencia específica y complementaria a unas pequeñas sondas
denominadas primers que actúan como iniciadores de la reacción de polimerización que
lleva a cabo una enzima, habitualmente la polimerasa. Esta enzima va uniendo
desoxinucleótidos, que nosotros incluimos en la reacción, de forma complementaria a
cada una de los fragmentos de las cadenas que se delimitan por los primers que son
tomadas como moldes. La repetición cíclica de este proceso permite la obtención de
múltiples copias de dicha región en una cantidad suficiente para ser estudiada.
Posteriormente, el ADN amplificado se puede visualizar mediante la separación de los
alelos de diferente tamaño y tinción, o estudiando las variaciones de su secuencia.
De este modo es posible que cuando dispongamos de muy escasa cantidad de ADN en
un indicio o esté parcialmente degradado, sea posible amplificarlo y obtener una cantidad
suficiente para su análisis.
3.- SECUENCIACIÓN.
Las técnicas de este grupo van destinadas a revelar el orden de la secuencia de bases de
una determinada región, normalmente delimitada previamente por PCR. Puede hacerse
de forma manual o automática.
Todo lo anterior nos lleva a destacar dos grandes aspectos de la investigación del ADN en
nuestra especialidad:
1.- Se trata de ADN no codificante, es decir, que la información obtenida tras su análisis
no nos puede aportar nada sobre ninguna de las características fenotípicas del individuo.
No obstante, conforme van avanzando las investigaciones sobre el Proyecto Genoma
Humano se van descubriendo que parte del ADN no codificante está relacionado con
alguna característica fenotípica, bien de tipo fisiológico o bien patológico (enfermedades).
En cualquier caso en la mayoría de los casos la información es poco significativa desde el
punto de vista práctico, tratándose más de un interés científico.
Es propósito del presente trabajo exponer de modo esquemático y claro las pautas que
debe de seguir todo Médico Forense a la hora de recoger y enviar los indicios criminales
hallados sobre personas o en la escena del crimen, conociendo las posibilidades técnicas
existentes y en consecuencia el valor de cada uno de los indicios.
La escena del crimen es el lugar relacionado con la comisión del delito en alguna de sus
fases y en el que debe haber quedado alguna huella o signo del autor o de algunas de las
características del hecho.
Esta definición nos indica que no tiene por qué ser única dicha escena. Se denomina
Escena Del Crimen Primaria al lugar donde se encuentra el cadáver, ya que suele ser
donde se inicia la investigación.
Sin embargo puede haber dos o más escenas del crimen denominadas Escenas
Secundarias, y suelen estar en relación a:
- Ruta de huida.
Cada una de las escenas debe ser estudiada con la misma disciplina y meticulosidad,
recordando que en los espacios físicos debe incluirse la zona circundante, no sólo el lugar
donde se encuentran las evidencias.
La importancia de la escena del crimen primaria o secundaria, se debe a que aporta los
datos necesarios para iniciar o continuar la investigación por medio de los indicios.
Clásicamente se viene definiendo el indicio, basándose en sus características físicas,
como todo lo que el sospechoso deje o se lleve del lugar del delito, o que de alguna
manera pueda conectarse con este último.
Los indicios pueden ser muy diversos, clasificándolos según sus características en los
siguientes grupos, aunque no se trata de compartimentos estancos ya que un mismo
indicio puede pertenecer a varias categorías:
Se clasificaban en:
De la clasificación anterior se deduce que los indicios pueden ser muy diversos y que, por
lo tanto, pueden ser muy distintos los profesionales que se vean envueltos en la
investigación de unos hechos criminales, nosotros nos vamos a centrar en aquellas que
por su frecuencia, importancia y naturaleza hacen que el médico forense adquiera una
posición privilegiada, haciendo de su actuación una pieza fundamental del rompecabezas
que todo caso judicial supone.
- Búsqueda en la escena del crimen o sobre las víctimas y/o los implicados.
En las dos primeras, el papel del Médico Forense es fundamental en relación a los
vestigios orgánicos, debido a que está familiarizado con ellos y conoce sus
peculiaridades, y de ahí que deba saber también la forma de tomarlos y enviarlos
adecuadamente.
Tras ser reconocido, todo indicio debe ser adecuadamente filiado, recogido, empaquetado
y preservado:
- Usar diferentes recipientes para cada indicio, aunque hayan sido recogidos en lugares
muy próximos o estuviesen juntos.
- Tomar la filiación de todas las personas que han intervenido o colaborado en la recogida
de la evidencias por si se produce algún problema de contaminación cruzada.
Estas normas generales se completarán con aquellas que son específicas a determinados
vestigios orgánicos y a su forma de presentación.
1. INDICIOS LÍQUIDOS.
Se deben recoger con una jeringa estéril; la sangre debe mantenerse anticoagulada
preferiblemente con EDTA, sirviendo en su defecto cualquier otro producto. También se
pueden utilizar para su recogida algodón, gasas, o hisopos estériles, dejándolos secar
antes de almacenar.
2. INDICIOS HÚMEDOS.
Como se ha señalado, hay que dejarlos secar a temperatura ambiente, sin aplicar ninguna
fuente de calor.
3. MANCHAS SECAS.
Las podemos encontrar sobre objetos transportables ya sea en cuchillos, bolígrafos, etc o
sobre objetos no transportables. Dentro de los primeros debemos incluir aquellos que se
pueden cortar en cortinas, alfombras, etc. En el caso de que se puedan transportar
enviaremos el objeto o el trozo cortado del mismo, excepto si se trata de alguna prenda
de vestir que la remitiremos sin cortar.
5. PELOS.
Siempre se mantendrá el cuidado que las normas generales aconsejan, debiendo ser
recogidos con pinzas. Debe evitarse un fallo muy frecuente al manejar pelos, ya que hay
que almacenar cada pelo en un recipiente diferente, pese a que aparezcan todos juntos e
incluso parezcan, macroscópicamente, proceder de una misma persona.
Una vez recogido, el indicio debe conservarse en frío (+4º C) o congelarlo a la mínima
temperatura posible, si bien este tipo de conservación por congelación puede invalidar las
muestras para otros análisis que no sean los de ADN. Inmediatamente se debe contactar
con el Médico Forense del Juzgado correspondiente y enviar los indicios recogidos al
laboratorio pertinente, procurando no romper la cadena del frío y teniendo en cuenta que
se es responsable de la custodia de indicios criminales únicos que pueden intentar ser
manipulados, sustraídos o destruidos por diversos interesados, por lo que siempre hay
que poner el máximo celo en su custodia.
Las técnicas Southern blot y Northern blot se utilizan para separar y caracterizar
ADN y ARN respectivamente. La técnica de Southern blot fue desarrollada por Edwin
Southern para separar ADN y por analogía la separación de ARN se denominó Northern
blot y la transferencia de proteínas se denominó Western blot.
En todas estas técnicas se realiza primero una electroforesis en gel con el objetivo de
separar las moléculas por su tamaño y carga, posteriormente la transferencia a una
membrana para finalmente identificar un fragmento específico de ADN, una molécula de
ARN particular o una proteína de interés mediante la unión específica de otra molécula de
ácido nucleico (sonda) para ADN o ARN o de un anticuerpo en el caso de las proteínas.
La electroforesis en gel es una técnica en la que se aplica un campo eléctrico para
separar moléculas en base a su tamaño y a su carga. Debido a que los ácidos nucleicos
contienen grupos fosfatos cargados negativamente, migran hacia el electrodo positivo
(ánodo) en un campo eléctrico. El ADN cortado previamente por una o más enzimas de
restricción o el ARN es sembrado en un gel y al aplicarse el campo eléctrico los
fragmentos se separan por tamaño. Luego pueden ser visualizados, detectándose hasta
pequeñas diferencias de peso molecular. Se utilizan dos tipos de geles: de poliacrilamida
para separar fragmentos de hasta unos miles de pares de bases y geles de agarosa, más
porosos, para separar mezclas de fragmentos de hasta 20.000 bases, utilizados para
Southern blot. Una característica importante de estos polímeros es su alta capacidad de
resolución, por ejemplo utilizando geles de poliacrilamida se pueden distinguir entre
cientos de fragmentos de ADN que difieren en longitud por un único nucleótido que se
utilizan para secuenciar ADN, mientras que los geles de agarosa sirven para separar
fragmentos con mayores diferencias de tamaño entre sí. Luego de la corrida
electroforética, los fragmentos de ácidos nucleicos no se visualizan directamente sino que
debe teñirse el gel con un agente que se intercala entre las bases de la doble hélice y que
fluoresce al ser irradiado con luz ultravioleta (como el bromuro de etidio. De esta manera
se observan los fragmentos de ADN de una intensa fluorescencia anaranjada cuando se
expone el gel a luz ultravioleta.
La transferencia consiste en el pasaje de los ácidos nucleicos desde el gel donde se han
separado por electroforesis hacia un papel o membrana de nylon. Esta transferencia
ocurre por capilaridad donde el movimiento del buffer que embebe el gel transfiere las
moléculas de ácido nucleico a la membrana. Es importante destacar que la posición de
los fragmentos de ADN o ARN en el gel se conserva en la membrana. En el caso de
Southern blot, las membranas deben ser luego sometidas a condiciones alcalinas para
desnaturalizar las dos hebras y dejar al ADN como simple cadena. En el caso del
Northern blot no es necesario este paso ya que el ARN es simple cadena. Un paso de
gran importancia en estas técnicas, al igual que en la técnica de Western blot, es el
bloqueo previo de la membrana de manera de evitar hibridaciones inespecíficas producto
de la gran afinidad de la membrana por los ácidos nucleicos.
Secuenciación de ADN
TÉCNICA
En 1984, Kary Mullis ideó un ingenioso método para amplificar secuencias específicas de
ADN que se denomina Reacción en Cadena de la Polimerasa. Mediante esta técnica se
puede amplificar un segmento específico de ADN hasta millones de veces en pocas horas
in vitro, si se conocen las secuencias colindantes (flanqueantes) a esta secuencia blanco.
La PCR se llevará a cabo agregando a un tubo:
Todos los componentes de la PCR se agregan por única vez al inicio de la reacción. Estos
tres pasos constituyen un ciclo de PCR y se pueden llevar a cabo repetidas y consecutiva
veces modificando únicamente la temperatura de la reacción. Cada ciclo de PCR duplica
la cantidad de 9 ADN, por lo que finalmente se produce un aumento de 2n de la cantidad
de ADN original siendo n el número de ciclos que se llevan a cabo. La amplificación es de
un millón de veces después de 20 ciclos y de mil millones de veces después de 30 ciclos,
los cuales se pueden llevar a cabo en menos de una hora.
APLICACIONES
La PCR permite amplificar una secuencia que constituye menos de la millonésima parte
del ADN total de un organismo superior. Es una técnica sumamente sensible, se puede
amplificar y detectar una única molécula de ADN.
CONCLUSIONES
El descubrimiento del “gen del cáncer de mamas” revolucionó el estudio de muchas otras
enfermedades, y modificó una posición general entre los científicos contraria a sus
hipótesis sobre la existencia de una relación entre la genética y algunas enfermedades
humanas complejas. La técnica desarrollada por la Dra. King para identificar el
cromosoma 17 se ha probado con valiosos resultados para la detección del cáncer de
mama y desde su descubrimiento se ha aplicado su técnica para el estudio de muchos
otros tipos de cáncer como el ovárico, próstata.
Las aplicaciones del uso del ADN han tenido un gran impacto no solo en las ciencias
médicas, sino también, en la biotecnología, farmacogenómica y en el estudio de la
ancestria del humano y otros organismos. El desarrollo de métodos para su aislamiento y
purificación hace posible su manipulación en el laboratorio como el uso de enzimas de
restricción, la clonación de secuencias específicas o la amplificación mediante métodos
como la PCR. Además, se puede generar secuencias de ADN artificiales e insertarlas
dentro de plásmidos en otros organismos o mediante biobalística o vectores virales, entre
otros.
Los organismos generados con estas técnicas sirven para producir generalmente
proteínas recombinantes u otras biomoléculas de interés.
El estudio del ADN ha supuesto un enorme paso en la identificación médico forense, tanto
en la investigación criminal, como en la investigación biológica de la paternidad.
Las especiales circunstancias en las que se desenvuelve la primera de ellas hace que el
potencial tecnológico no sea suficiente para la consecución del objetivo si previamente no
se ha realizado un buen trabajo por parte del equipo de investigación encabezado por el
Médico Forense, que por su formación y especialización es el profesional idóneo para
valorar los indicios biológicos.
En los casos en los que haya que recoger las evidencias, debe hacerse en condiciones de
máxima limpieza o esterilidad todos los indicios de origen biológico presentes,
almacenándolos independientemente y adecuadamente identificados en cuántos
recipientes estériles sea necesario y manteniéndolos custodiados en un frigorífico hasta
recibir las instrucciones oportunas por parte de las Autoridades Judiciales. Cuando se
proceda al envío de las muestras, hay que asegurarse de que no se romperá la cadena
de frío.
Grandes científicos pasaron tanto tiempo evolucionando con las investigaciones, pasando
primero por la conclusión que las portadoras del ADN eran las proteínas, hasta que otro
científico corroboró que el ADN no pertenecía a las proteínas y con las pruebas hechas
pudo aportar gran ayuda para dar respuestas a tantas preguntas, llevar a cabo la
realización de casos criminales y así descubrir a los verdaderos culpables de asesinatos,
violaciones, etc.
En las últimas décadas la tecnología de recombinación del ADN también conocida como
ingeniería genética, o más acertadamente recombinación genética in vitro, ha
revolucionado la biología.
BIBLIOGRAFÍA
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