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Tema 2: Geología histórica

Principios y bases de interpretación de escenarios geológicos.

Geología histórica
Esta es la rama de la geología que se encarga de investigar la historia de la Tierra y la evolución de
sus actividades desde los tiempos más antiguos hasta el presente. También estudia la composición
de las rocas, como están dispuestas, su origen, los minerales que forman la corteza terrestre así
como los procesos que han dado lugar a su presente estructura.

Específicamente, la geología histórica estudia:

1. La edad de las rocas, es decir, la sucesión cronológica (temporal) con que estas se formaron
y ubicaron el corte de la corteza terrestre;
2. Los restos de animales y plantas extintos y la historia de la evolución del mundo orgánico
(fósiles);
3. Las condiciones físicos-geográficas de la superficie terrestre, entendiéndose por ello la
ubicación de las tierras y mares, el relieve, el clima existentes en diversas épocas de la
historia geológica;
4. La situación tectónica y el carácter de la actividad magmática de épocas pasadas, el
desarrollo de la corteza terrestre, el surgimiento y desarrollo de las dislocaciones:
elevaciones, pliegues, perturbaciones, rupturas y otros elementos tectónicos;
5. La coincidencia lógica entre los yacimientos minerales y determinadas estructuras, cuerpos
magmáticos, singulares complejos de formaciones geológicas.

Reseña histórica de la geología


A lo largo de la historia se han dado varias versiones y aproximaciones sobre los procesos y
fenómenos geológicos que han tenido lugar en nuestro planeta. Entre los acercamientos que se
hicieron está el del filósofo Aristóteles, quien, muy erróneamente planteaba que las rocas habían
sido creadas bajo la «influencia» de las estrellas y que los terremotos se producían cuando el aire
entraba con fuerza en la tierra, se calentaba por los fuegos centrales y escapaba de manera
explosiva. Cuando se enfrentaba a un pez fósil, explicaba que «muchos peces viven en la tierra
inmóviles y se encuentran cuando se excava», este tipo de explicaciones se debía a que las ideas de
Aristóteles no estaban basadas en la observación y experimentación, sino en opiniones arbitrarias.

Catastrofismo: esta doctrina estuvo influenciada en gran medida por las conclusiones inferidas por
el arzobispo anglicano James Ussher, quien a mediados del siglo XVI publicó un estudio en el que
exponía que la Tierra tenía unos pocos miles de años, basándose en la cronología de los patriarcas
de la Biblia). Según esta edad de la Tierra, los accidentes geográficos como los sistemas montañosos,
depresiones, cañones, etc. Se formaron de una manera súbita o catastrófica a nivel planetario, esta
era la única forma de poder explicar que en un período de tiempo tan corto se hubieran formado los
paisajes terrenales.
Nacimiento de la Geología moderna
Las teorías modernas por las que se rige la geología hoy en día tuvieron inicio a partir de la
publicación del libro Theory of Earth (Teoría de la Tierra) por el médico y terrateniente escocés
James Hutton.

En su trabajo, Hutton estableció un principio que constituye el pilar de la Geología actual: el


uniformismo. Establece simplemente que las leyes físicas, químicas y biológicas que actúan hoy, lo
han hecho también en el pasado geológico. Esto significa que las fuerzas y los procesos que en la
actualidad observamos que dan forma a nuestro planeta actuaron también en el pasado. Por tanto,
para comprender las rocas antiguas, debemos entender primero los procesos que dan origen a las
rocas y sus resultados en la actualidad. Esta idea suele expresarse diciendo que «el presente es la
clave del pasado».

Antes de la publicación de este trabajo, nadie había demostrado de manera eficaz que los procesos
geológicos se producían a lo largo de períodos extremadamente largos. Hutton pudo explicar, de
manera correcta y utilizando ejemplos fácilmente verificables, que las fuerzas que parecen
insignificantes pueden producir efectos en la tierra durante un tiempo extremadamente largo,
similar a los que pueden producirse por un evento catastrófico.

Por ejemplo, cuando sostenía que las montañas eran esculpidas y, en última instancia, destruidas
por la meteorización y la acción de las aguas superficiales, y que sus restos eran llevados a los
océanos por procesos observables, Hutton dice: “Tenemos una cadena de hechos que demuestran
claramente (…) que los materiales de las montañas destruidas han viajado a través de los ríos”; y
además: “No hay un solo paso en toda esta sucesión de acontecimientos (…) que no se perciba en la
actualidad”. Pasó a continuación a resumir este pensamiento planteando una pregunta y
proporcionando inmediatamente la respuesta. “¿Qué más podemos necesitar? Nada, salvo tiempo.”

La aceptación del uniformismo significó la aceptación de una historia muy larga para la Tierra.
Aunque la intensidad de los procesos terrestres varía, estos siguen tardando mucho en crear y
destruir los principales accidentes geográficos del paisaje.

Por ejemplo, los geólogos han llegado a la conclusión de que en el pasado existieron montañas en
zonas de las actuales Minnesota, Wisconsin y Michigan. En la actualidad, la región consiste en
colinas bajas y llanuras. La erosión (proceso que desgasta la Tierra) destruyó de forma gradual esos
picos. Los cálculos indican que el continente norteamericano está siendo rebajado a un ritmo de
unos 3 centímetros cada 1.000 años. A este ritmo, el agua, el viento y el hielo tardarían 100 millones
de años en rebajar unas montañas cuya altitud fuera de 3.000 metros.

Bajo esa misma lupa, podríamos concluir que las montañas que hoy en día existen en la República
Dominicana podrían desaparecer, incluso el Pico Duarte, que es, presuntamente, el punto más alto
del Caribe, un día llegará a ser, quizás, una llanura.

Con relación a los constantes cambios que experimenta y ha experimentado nuestro planeta a lo
largo de su vida, Hutton legó una famosa cita que reza: “Por consiguiente, el resultado de nuestra
presente investigación es que no encontramos vestigios de un principio; ni perspectivas de un fin.”
Tiempo geológico
Como hemos aprendido de los temas anteriores, los científicos de la época de Hutton y antes de
Hutton, desconocían, no solo la edad de la Tierra, sino los métodos para conocerla. Según la teoría
del catastrofismo nuestro planeta tendría aproximadamente 6000 años pero ya sabemos que esa
teoría está errada, no tiene forma de ser probada y falla al no poder comprobar las supuestas
catástrofes que dieron lugar a la formación del planeta como lo conocemos hoy en día.

Luego de que los científicos comprendieran que la tierra era muy antigua se desarrolló una escala de
tiempo geológico que mostraba la secuencia de acontecimientos basada en principios de datación
relativa. Con el descubrimiento de la radiactividad y de las técnicas de datación radiométrica, los
geólogos pueden asignar ahora con bastante precisión fechas a muchos de los acontecimientos de la
historia terrestre.

En 1869, John Wesley Powell, que luego fue director del U. S. Geological Survey, dirigió una
expedición pionera que descendió el río Colorado a través del Gran Cañón. Powell comprendió que
las pruebas para una Tierra antigua están ocultas en sus rocas.

Quizás pudiéramos preguntarnos de qué manera sabemos con exactitud la edad de la Tierra y del
Universo y cómo podemos estar seguros de que la escala de tiempo es de millones de años, como
respuesta a esa pregunta, tenemos la datación.

Datación relativa: principios fundamentales


En la actualidad, nuestro conocimiento de la radiactividad nos permite determinar con exactitud las
fechas numéricas para las rocas que representan acontecimientos importantes en el pasado lejano
de la Tierra. Antes del descubrimiento de la radiactividad, los geólogos no tenían método fiable de
datación numérica y tenían que depender únicamente de la datación relativa.

La datación relativa significa que las rocas se colocan en su secuencia de formación adecuada: cuál
se formó en primer lugar, en segundo, en tercero y así sucesivamente. La datación relativa no puede
decirnos cuánto hace que sucedió algo, sólo qué ocurrió después de un acontecimiento y antes que
otro. Las técnicas de datación relativa que se desarrollaron son válidas y continúan siendo muy
utilizadas todavía hoy. Los métodos de datación numérica no sustituyeron esas técnicas;
simplemente las complementaron. Para establecer una escala de tiempo relativo, hubo que
descubrir unos pocos principios o reglas básicos y aplicarlos. Aunque puedan parecernos obvios en la
actualidad, en su época constituyeron avances importantes del pensamiento, y su descubrimiento
fue un logro científico importante.
Ley de la superposición
A Nicolaus Steno, un anatomista, geólogo y clérigo danés (1638-1686), se le reconoce haber sido el
primero en descubrir una secuencia de acontecimientos históricos en un afloramiento de capas de
rocas sedimentarias. Trabajando en las montañas del oeste de Italia, Steno aplicó una regla muy
simple que se ha convertido en el principio más básico de la datación relativa: la ley de la
superposición (super = sobre; positum = situarse). La ley establece simplemente que en una
secuencia no deformada de rocas sedimentarias, cada estrato es más antiguo que el que tiene por
encima y más joven que el que tiene por debajo. Aunque pueda parecer obvio que una capa rocosa
no pudo depositarse sin que hubiera algo debajo para sustentarla, no fue hasta 1669 cuando Steno
estableció con claridad este principio.

Principio de la horizontalidad original


También Steno fue el que reconoció la importancia de otro principio básico, denominado el principio
de la horizontalidad original. De manera sencilla, significa que las capas de sedimento se depositan
en general en una posición horizontal. Por tanto, cuando observamos estratos rocosos que son
planos, deducimos que no han experimentado perturbación y que mantienen todavía su
horizontalidad original. Eso se ilustra en las capas del Gran Cañón de la Figura 9.2. Pero si están
plegados o inclinados a un ángulo empinado deben de haber sido movidos a esa posición por
perturbaciones de la corteza algún tiempo después de su depósito.

Principio de intersección
Cuando una falla atraviesa otras rocas, o cuando el magma hace intrusión y cristaliza, podemos
suponer que la falla o la intrusión es más joven que las rocas afectadas. Por ejemplo, en la Figura 9.3,
las fallas y los diques deben de haberse producido claramente después de que se depositaran los
estratos sedimentarios.

Éste es el principio de intersección. Aplicando este principio, puede verse que la falla A se produjo
después de que se depositara el estrato de arenisca, porque «corta» la capa. De igual manera, la
falla A se produjo antes de que el conglomerado se sedimentara porque la capa no está afectada.

También podemos afirmar que el dique B y el sill asociado con él son más antiguos que el dique A,
porque este último corta al sill. De la misma manera, sabemos que los batolitos fueron emplazados
después de que se produjera el movimiento a lo largo de la falla B, pero antes de que se formara el
dique B. Esto es así porque el batolito atraviesa la falla B mientras que el dique B corta el batolito.
Inclusiones
A veces las inclusiones pueden contribuir al proceso de datación relativa. Las inclusiones (includere =
encerrar) son fragmentos de una unidad de roca que han quedado encerrados dentro de otra. El
principio básico es lógico y directo. La masa de roca adyacente a la que contiene las inclusiones debe
haber estado allí primero para proporcionar los fragmentos de roca. Por consiguiente, la masa de
roca que contiene las inclusiones es la más joven de las dos. En la Figura 9.4 se proporciona un
ejemplo. Aquí, las inclusiones de la roca ígnea intrusiva en el estrato sedimentario adyacente indican
que la capa sedimentaria se depositó encima de una masa ígnea meteorizada, y no que hubiera
intrusión magmática desde debajo que después cristalizó.

Discontinuidades estratigráficas
Cuando observamos estratos rocosos que se han ido depositando sin interrupción, decimos que son
concordantes. Zonas concretas exhiben estratos concordantes que representan ciertos lapsos de
tiempo geológico. Sin embargo, ningún lugar de la Tierra tiene un conjunto completo de estratos
concordantes. A todo lo largo de la historia de la Tierra, el depósito de sedimentos se ha
interrumpido una y otra vez. Todas esas rupturas en el registro litológico se denominan
discontinuidades estratigráficas. Una discontinuidad estratigráfica representa un largo período
durante el cual se interrumpió la sedimentación, la erosión eliminó las rocas previamente formadas
y luego continuó el depósito. En cada caso, el levantamiento y la erosión fueron seguidos de
subsidencia y nueva sedimentación. Las discontinuidades estratigráficas son rasgos importantes
porque representan acontecimientos geológicos significativos de la historia de la Tierra. Además, su
reconocimiento nos ayuda a identificar qué intervalos de tiempo no están representados por los
estratos y, por tanto, no aparecen en el registro geológico.

Discordancia angular
Quizá la discontinuidad más fácil de reconocer es la discordancia angular. Consiste en rocas
sedimentarias inclinadas o plegadas sobre las que reposan estratos más planos y jóvenes. Una
discordancia angular indica que, durante la pausa en la sedimentación, se produjo un período de
deformación (pliegue o inclinación) y erosión.

Paraconformidad
Cuando se las compara con las discordancias angulares, las paraconformidades son más comunes,
pero normalmente son bastante menos claras, porque los estratos situados a ambos lados son en
esencia paralelos. Muchas paraconformidades son difíciles de identificar porque las rocas situadas
por encima y por debajo son similares y hay pocas pruebas de erosión. Dicha ruptura a menudo se
parece a un plano de estratificación ordinario. Otras paraconformidades son más fáciles de
identificar porque la superficie de erosión antigua corta profundamente en las rocas inferiores más
antiguas (disconformidad).

Inconformidad
El tercer tipo básico de discontinuidad es la inconformidad. Aquí la ruptura separa rocas ígneas,
metamórficas más antiguas de los estratos sedimentarios más jóvenes (Figuras 9.4 y 9.5).
Exactamente igual que las discordancias y las paraconformidades implican movimientos de la
corteza, también las inconformidades. Las masas ígneas intrusivas y las rocas metamórficas se
originan bastante por debajo de la superficie. Por tanto, para que se desarrolle una inconformidad,
debe haber un período de elevación y erosión de las rocas suprayacentes. Una vez expuestas en la
superficie, las rocas ígneas o metamórficas son sometidas a meteorización y erosión antes de la
subsidencia y de la reanudación de la sedimentación.

Aplicación de los principios de datación relativa


Si se aplican los principios de datación relativa al corte geológico hipotético de la Figura 9.6, las rocas
y los acontecimientos que representan pueden colocarse en la secuencia adecuada. La leyenda de la
figura resume la lógica utilizada para interpretar el corte. En este ejemplo, establecemos una escala
de tiempo relativo para las rocas y los acontecimientos en la zona del corte. Este método no nos
permite saber cuántos años de historia terrestre están representados, pues no tenemos fechas
numéricas.
Correlación de las capas rocosas
Para desarrollar una escala de tiempo geológico que sea aplicable a toda la Tierra, deben
emparejarse rocas de edad similar localizadas en regiones diferentes. Esta tarea se conoce como
correlación.

Dentro de un área limitada, la correlación de las rocas de una localidad con las de otra puede
hacerse sencillamente caminando a lo largo de los bordes de los afloramientos. Sin embargo, quizá
esto no sea posible cuando las rocas están ocultas bajo el suelo y la vegetación. La correlación a lo
largo de distancias cortas suele conseguirse observando la posición de una capa en una secuencia de
estratos. Es decir, una capa puede identificarse en otra localización si está compuesta por minerales
característicos o infrecuentes.

Correlacionando las rocas de un lugar con las de otro, es posible una visión más completa de la
historia geológica de una región. En la Figura 9.7, por ejemplo, se muestra la correlación de estratos
en tres zonas de la llanura del Colorado, al sur de Utah y al norte de Arizona. En ningún punto
aparece la secuencia entera, pero la correlación revela una imagen más completa del registro
sedimentario.
Muchos estudios geológicos se realizan en áreas relativamente pequeñas. Aunque son importantes
por sí mismos, sólo se comprende su valor completo cuando se correlacionan con otras regiones.
Aunque los métodos que acabamos de describir son suficientes para seguir la pista a una formación
litológica a lo largo de distancias relativamente cortas, no son adecuados para emparejar rocas que
están separadas por grandes distancias. Cuando el objetivo es la correlación entre áreas muy
distantes o entre continentes, el geólogo dependerá de los fósiles, pero esta es un área que no nos
interesa para esta asignatura.

Datación con radiactividad


Además de establecer las fechas relativas utilizando los principios descritos en las secciones previas,
es posible también obtener fechas numéricas fiables para los acontecimientos del pasado geológico.
Por ejemplo, sabemos que la Tierra tiene alrededor de 4.500 millones de años y que los dinosaurios
se extinguieron hace unos 65 millones de años. Las fechas que se expresan en millones y miles de
millones de años ponen realmente a prueba nuestra imaginación, porque nuestros calendarios
personales implican tiempos medidos en horas, semanas y años. No obstante, la gran extensión del
tiempo geológico es una realidad, y la datación radiométrica es la que nos permite medirlo con
precisión.

Un problema importante al asignar fechas numéricas es que no todas las rocas pueden datarse
mediante métodos radiométricos. Una roca sedimentaria puede contener granos de muchas edades
que han sido meteorizados a partir de rocas diferentes que se formaron en épocas distintas. Una
forma mediante la cual los geólogos asignan fechas absolutas a las rocas sedimentarias es
relacionándolas con masas ígneas fechables, como las capas de cenizas volcánicas.

Los métodos de datación radiactiva son: datación radiométrica, datación con carbono-14.
Tarea 3:
Datación relativa

a) ¿Es la falla A más joven o más antigua que la capa de arenisca?

b) El dique A ¿es más antiguo o más reciente que la capa de arenisca?

c) ¿Se depositó el conglomerado antes o después que la falla A?

d) ¿Se depositó el conglomerado antes o después que la falla B?

e) ¿Qué falla es más antigua, la A o la B?

f) El dique A ¿es más joven o más antiguo que el batolito?

Origen del Universo, el Sistema Solar y la Tierra


El Universo o Cosmos es la totalidad del espacio y del tiempo, de todas las formas de la materia, la
energía y el impulso, y las leyes y constantes físicas que las gobiernan.

Los cuerpos cósmicos son cuerpos que se encuentran fuera del globo terráqueo, esto son las
estrellas, planetas y materia interestelar.

Las estrellas son grandes cuerpos cósmicos en actividad, solitarios o unidos en acumulaciones
estelares. El radio de las grandes estrellas puede alcanzar mil millones de kilómetros y la
temperatura en su superficie miles de grados sobre cero. La densidad puede superar en decenas de
miles de veces la densidad del agua (estrellas de neutrones o pulsares). Los planetas son cuerpos
cósmicos de dimensiones relativamente pequeñas, por lo general, helados y son satélites de
estrellas. La materia interestelar está formada por gases, polvo, meteoritos, etc., cuya densidad es
tan insignificante (1 gramo/cubo de 500 km de lado) por lo prácticamente se considera vacío.
Los cuerpos cósmicos se agrupan en sistemas, dentro de cuyos límites están reaccionados entre sí
por las fuerzas gravitacionales. Uno de estos sistemas puede ser un planeta con satélites
relacionados a él, como la Tierra y la Luna.

Los sistemas simples, al agruparse, forman sistemas mayores, por ejemplo el Sistema Solar,
constituido por la estrella Sol, nueve planetas con sus satélites, asteroides, cometas, meteoritos,
polvo y gas. La particularidad del Sistema Solar es que, el campo de fuerzas está determinado por el
Sol (cuerpo central), alrededor del cual giran todos los planetas con sus satélites y otros cuerpos de
este sistema.

Las galaxias, acumulaciones de cuerpos cósmicos de orden superior, se caracterizan por poseer una
estructura aún más complicada. Un ejemplo de ello lo constituye la Vía Láctea, galaxia que incluye el
Sistema Solar. A diferencia de este, parece no poseer un único cuerpo central que desempeñe el
papel principal en el movimiento de los demás cuerpos cósmicos que la componen. En ella, el
campo de atracción no lo determina un solo cuerpo, sino todas las estrellas, nebulosas y otros
cuerpos que la componen.

Origen del Universo


La teoría del Big Bang (Gran Explosión) es el modelo del origen del Universo aceptado por los
científicos hoy en día que afirma que la materia que conforma el Universo estuvo en un estado de
densidad infinita y luego, por razones desconocidas, explotó y empezó a expandirse en todas las
direcciones, creando lo que conocemos como nuestro Universo.

Características del sistema solar


• Rotación: el Sol gira alrededor del centro de masa de la Vía Láctea con un período de 200 a
250 millones de años.
• Edad: se estima la edad del Sistema Solar en 5 000 millones de años, por lo tanto el Sol ha
girado unas 20 veces alrededor del centro de masa de la Vía Láctea.
• Constitución del Sistema Solar: además del Sol, existen ocho planetas y un planeta enano
con sus respectivos satélites, el cinturón de asteroides y los cometas.
• Diámetro del Sistema Solar: se limita a la órbita de Plutón, el planeta más alejado, y se
calcula es 12 000 millones de kilómetros.
• Distribución de masa: la masa principal se concentra en el Sol (749/750).
• El Sol: tiene un radio medio de 686 000 km, una masa de 1.2*1033 g, una densidad de 1.4
g/cm3 la temperatura en su superficie es de 6000ºK. Sus procesos termonucleares internos
irradian 5.43*1027 cal, lo cual determina la temperatura superficial de los planetas que lo
rodean.
• En la atmósfera del Sol se han descubierto cerca de 70 elementos químicos, de los cuales los
más importantes son el hidrógeno, el helio, oxígeno, carbono, nitrógeno (elementos más
livianos).
• Los planetas: en dirección opuesta al Sol, los planetas se distribuyen en el siguiente orden:
Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón (planeta enano).
Todos ellos giran en torno al Sol en orbitas casi circulares, prácticamente en un plano. Todos
giran sobre su eje en la dirección que coincide con la rotación del sol, a excepción de Venus y
Urano. Por su masa, densidad y otros parámetros, los planetas se dividen en dos grupos:
Interiores o terrestres y exteriores o gigantes.
• Los Planetas interiores o terrestres: Mercurio, Venus, Tierra y Marte, se caracterizan por sus
pequeñas dimensiones, por su alta densidad, su poca masa y la pequeña velocidad de
rotación sobre su eje.

La Tierra
La Tierra es uno de los planetas del Sistema Solar perteneciente a la galaxia Vía Láctea. Es el único
planeta que posee vida inteligente conocida. La Tierra gira alrededor del Sol, que es la estrella
central del Sistema Solar, su distancia hasta el mismo es de 149 600 000 km o aproximadamente 8
minutos luz, esto quiere decir que la luz del sol tarda aproximadamente 8 minutos para llegar a la
Tierra. Cuando vemos los rayos solares, estamos viendo luz emitida hace 8 minutos ¡es como estar
mirando al pasado en el presente!

Para calcular la distancia de un lugar a otro en el espacio, se usa una medida conocida como año-luz,
que no es más que la distancia que recorre la luz en el espacio a lo largo de un año, por ejemplo, la
distancia de la Tierra al Sol:

𝑑𝑖𝑠𝑡𝑎𝑛𝑐𝑖𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑇𝑖𝑒𝑟𝑟𝑎 𝑎𝑙 𝑆𝑜𝑙 = 149 600 000 𝑘𝑚

𝑣𝑒𝑙𝑜𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑙𝑢𝑧 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑣𝑎𝑐í𝑜 ≈ 300 000 𝑘𝑚/𝑠

𝑑𝑖𝑠𝑡𝑎𝑛𝑐𝑖𝑎
𝑣𝑒𝑙𝑜𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑 =
𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜

Despejando el tiempo, tenemos que:

𝑣𝑒𝑙𝑜𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑
𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 =
𝑑𝑖𝑠𝑡𝑎𝑛𝑐𝑖𝑎
300 000 𝑘𝑚/𝑠
𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 =
149 600 000 𝑘𝑚

𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 = 0.00200 𝑎ñ𝑜𝑠 − 𝑙𝑢𝑧

365 𝑑í𝑎𝑠 24 ℎ𝑜𝑟𝑎𝑠 60 𝑚𝑖𝑛𝑢𝑡𝑜𝑠


𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 = 0.00200 𝑎ñ𝑜𝑠 − 𝑙𝑢𝑧 � �∗� � ∗� � ≈ 8 𝑚𝑖𝑛𝑢𝑡𝑜𝑠 − 𝑙𝑢𝑧
1 𝑎ñ𝑜 1 𝑑í𝑎 1 ℎ𝑜𝑟𝑎

La Tierra tiene una superficie o área de 510 100 000 km2, un radio de 6 371 km. Su gravedad es de
aproximadamente 9.81 m/s2 y tiene un satélite natural que gira en torno a ella: la Luna.

La Tierra es bastante vieja desde el punto de vista de los seres humanos, pero bastante joven en
comparación con la edad del Universo. La Tierra tiene aproximadamente 4.543 x 109 años de edad (4
543 millones de años), comparando esto con la esperanza de vida de un dominicano (77.5 – 80
años), podemos ver lo insignificante que somos, y con la edad del Universo (más de 13 700 millones
de años), notaremos que la Tierra es una bebé.

Tarea 4:
1. Describa brevemente la formación del sistema solar (una página).
2. Describa brevemente las cuatro esferas de la tierra (una página).

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