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Rescate fallido

En la tarde de ayer un hombre se ahogaba en el lago del parque. El hombre hacia esfuerzos para
que alguien fuera a su rescate, levantaba las manos desesperadamente y gritaba:

-¡socorro! ¡socorro! Me ahogo.

Entonces, fue cuando Cándido un ciudadano común que paseaba cerca del lago se percató del
incidente y salió corriendo como alma que lleva el diablo a buscar los medios para rescatar a la
víctima.

Tal era la desesperación que Cándido se atontó en el proceso de rescate, y sólo se le ocurrió llevar
una cubeta para sacar el agua del lago, así si vaciaba el lago se acabaría el problema, y salvaba a
un buen cristiano.

Al haragán se le hace

Cándido en un día de verano y de calor infernal, se encontraba sentado en su sillón preferido. De


repente, un estrepitoso ruido vino a derrumbar su calma. Era el teléfono que sonaba a todo
volumen:

¡rin! ¡rin! ¡rin! ¡rin!


Con tal de no esforzarse en vano, llamó a su perro lanudo, y como buen perro y fiel a su amo en un
abrir y cerrar de ojos estaba ahí. Su amo le ordenó que fuera a contestar el teléfono, pero quien
estaba llamando no entendió el lenguaje canino, entonces el perro no tuvo más opción que
arrancar el teléfono y llevarlo a su amo para una comunicación efectiva.

Caza mariposas

Cándido, recorriendo las calles de la ciudad, de repente sus ojos se deleitaron con una mujer muy
hermosa que paso al lado de él. La mujer iba vestida de manera atractiva, pero le llamó la atención
que llevaba una red para atrapar mariposas.

Entonces, pensó que la mujer atrapaba mariposas, pero eso era lo de menos para Cándido.
Entonces, por su cabeza paso una descabellada idea. Entró a una tienda de disfraces y salió
disfrazado de mariposa en busca de la mujer. Él quería ser atrapado por la mujer sin importar
cómo.

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