Вы находитесь на странице: 1из 17

Diabetes

La diabetes es una enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no


sintetiza la cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, la elabora de una
calidad inferior o no es capaz de utilizarla con eficacia.
La insulina es una hormona producida por el páncreas. Su principal función es
el mantenimiento de los valores adecuados de glucosa en sangre. Permite que la
glucosa entre en el organismo y sea transportada al interior de las células, en donde
se transforma en energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Además,
ayuda a que las células almacenen la glucosa hasta que su utilización sea
necesaria.
En las personas con diabetes hay un exceso de glucosa en sangre (hiperglucemia)
ya que no se distribuye de la forma adecuada. Los especialistas advierten que, si
los pacientes no siguen el tratamiento adecuado los tejidos pueden acabar dañados
y se pueden producir complicaciones muy graves en el organismo.

Causas
El momento de aparición de la enfermedad, así como las causas y síntomas que
presentan los pacientes, dependen del tipo de diabetes:
Diabetes tipo 1
Las edades más frecuentes en las que aparece son la infancia, la adolescencia y
los primeros años de la vida adulta. Acostumbra a presentarse de forma brusca y
muchas veces independientemente de que existan antecedentes familiares.
Las causas de la diabetes tipo 1 son principalmente la destrucción progresiva de las
células del páncreas, que producen insulina. Ésta tiene que administrarse
artificialmente desde el principio de la enfermedad. Sus síntomas particulares son
el aumento de la necesidad de beber y aumento de la cantidad de orina, la
sensación de cansancio y la pérdida de peso a pesar del incremento de las ganas
de comer.
Diabetes tipo 2
Surge generalmente en edades más avanzadas y es unas diez veces más
frecuente que la anterior. Por regla general, la diabetes tipo 2 también está
diagnosticada o la han padecido otras personas de la familia.
Se origina debido a una producción de insulina escasa, junto con el
aprovechamiento insuficiente de dicha sustancia por parte de las células. Según
qué defecto de los dos predomine, al paciente se le habrá de tratar con pastillas
antidiabéticas o con insulina (o con una combinación de ambas). En estos casos el
paciente no suele presentar ningún tipo de molestia, ni síntoma específico, por lo
que puede pasar desapercibida para la persona afectada durante mucho tiempo.

Síntomas
Entre los principales síntomas de la diabetes se incluyen:

 Frecuencia en orinar (fenómeno de la cama mojada en los niños).

 Sensación de hambre inusual.

 Sed excesiva.

 Debilidad y cansancio.

 Pérdida de peso.

 Irritabilidad y cambios del estado de ánimo.

 Sensación de malestar en el estómago y vómitos.

 Vista nublada.

 Cortaduras y rasguños que no se curan, o se curan lentamente.

 Picazón o entumecimiento en las manos o los pies.

 Infecciones recurrentes en la piel, la encía o la vejiga (cistitis).

 Elevados niveles de glucosa en la sangre y en la orina.


Prevención

Para la diabetes tipo 1 no existe ningún método eficaz de prevención por el


momento. En cambio, está comprobado que la de tipo 2, que es la que aparece con
más frecuencia, al estar relacionada con la obesidad se puede tratar de evitar en
gran medida adoptando unos hábitos de vida saludables.
“Diferentes estudios han demostrado que la actividad física y la pérdida de peso
previenen el desarrollo de diabetes en personas con predisposición a ésta, incluso
en aquellas que ya presenten algún grado de alteración de la tolerancia a la glucosa
(o prediabetes).

Diagnóstico
El diagnóstico de la diabetes se produce cuando el paciente tiene valores
anormalmente elevados de glucosa en la sangre. Este análisis se suele controlar y
medir durante un examen anual de rutina o en una exploración clínica que se
realiza antes de la incorporación a un nuevo empleo o de la práctica de un deporte.
También pueden realizarse análisis para determinar la posible causa de síntomas
como el aumento de la sed, la micción, el hambre, o si existen factores de riesgo
característicos, como antecedentes familiares de diabetes, obesidad, infecciones
frecuentes o cualquier otra complicación asociada con la diabetes.

 Hemoglobina glicosilada mayor o igual de 6,5 por ciento.


 Glucemia basal en ayunas mayor o igual a 126 mg/dl o glucemia a las 2 horas de una
prueba de tolerancia oral a la glucosa con 75 gr de glucosa mayor o igual a 200 mg/dl.
Todas ellas deben repetirse en dos ocasiones, salvo cuando existan signos
inequívocos de diabetes, en cuyo caso una glucemia al azar de >= 200 mg/dl es
suficiente”, especifica.

Pruebas
Para medir la concentración de glucosa en la sangre se obtiene una muestra de
sangre del paciente, quien deberá estar en ayunas por lo menos 8 horas antes de
la prueba.
Es normal que exista cierto grado de elevación de los valores de glucosa en la
sangre después de comer, pero incluso entonces, los valores no deberían ser muy
elevados. En las personas mayores de 65 años es mejor realizar la prueba en
ayunas dado que los ancianos tienen un mayor incremento de las concentraciones
de glucosa en la sangre después de comer.
Hay otra clase de análisis de sangre, llamado prueba de tolerancia oral a la glucosa,
que se realiza en ciertos casos, como cuando se sospecha que una mujer
embarazada tiene diabetes gestacional.
En esta prueba se obtiene una muestra de sangre en ayunas para medir el valor de
la glucosa y se suministra a la paciente una solución especial para beber, la cual
contiene una cantidad estándar de glucosa. Durante las dos o tres horas siguientes
se obtienen varias muestras de sangre.

Tratamientos
El tratamiento de la diabetes mellitus se basa en tres
pilares: dieta, ejercicio físico y medicación. Tiene como objetivo mantener los niveles
de glucosa en sangre dentro de la normalidad para minimizar el riesgo de complicaciones
asociadas a la enfermedad. En muchos pacientes con diabetes tipo 2 no sería necesaria
la medicación si se controlase el exceso de peso y se llevase a cabo un programa de
ejercicio físico regularmente. Sin embargo, es necesario con frecuencia una terapia
sustitutiva con insulina o la toma de fármacos hipoglucemiantes por vía oral.
 Fármacos hipoglucemiantes orales: Se prescriben a personas con diabetes tipo 2 que
no consiguen descender la glucemia a través de la dieta y la actividad física, pero no son
eficaces en personas con diabetes tipo 1.

 Tratamiento con insulina: En pacientes con diabetes tipo 1 es necesario la


administración exógena de insulina ya que el páncreas es incapaz de producir esta
hormona. También es requerida en diabetes tipo 2 si la dieta, el ejercicio y la medicación
oral no consiguen controlar los niveles de glucosa en sangre. La insulina se administra a
través de inyecciones en la grasa existente debajo de la piel del brazo, ya que si se
tomase por vía oral sería destruida en aparato digestivo antes de pasar al flujo
sanguíneo. Las necesidades de insulina varían en función de los alimentos que se
ingieren y de la actividad física que se realiza. Las personas que siguen una dieta estable
y una actividad física regular varían poco sus dosis de insulina. Sin embargo, cualquier
cambio en la dieta habitual o la realización de algún deporte exigen modificaciones de
las pautas de insulina. La insulina puede inyectarse a través de distintos dispositivos:
 Jeringuillas tradicionales: Son de un solo uso, graduadas en unidades internacionales
(de 0 a 40).
 Plumas para inyección de insulina: Son aparatos con forma de pluma que tienen en
su interior un cartucho que contiene la insulina. El cartucho se cambia cuando la insulina
se acaba, pero la pluma se sigue utilizando.
 Jeringas precargadas: Son dispositivos similares a las plumas, pero previamente
cargados de insulina. Una vez que se acaba la insulina se tira toda la jeringa. El nivel de
glucosa en sangre depende de la zona del cuerpo en que se inyecta la insulina. Es
aconsejable que se introduzca en el abdomen, los brazos o muslos. Penetra más
rápidamente si se inyecta en el abdomen. Se recomienda inyectar siempre en la misma
zona, aunque desplazando unos dos centímetros el punto de inyección de una vez a
otra. Hay que evitar las inyecciones en los pliegues de la piel, la línea media del abdomen
y el área de la ingle y el ombligo
Caso Clínico

Edad: 53 años
Casado
Albañil

Asiste al servicio de urgencias presentando dificultad para respirar,


debilidad, opresión en el pecho, dolor torácico, y tos, todo esto desde
hace 10 días, por la noche y la mañana, por lo cual opto por ir a una
institución particular, tratándolo con ampicilina de 500mg/ c 8hrs, y dos
cucharadas diarias de ambroxol, días después sintió fatiga y respiración
alterada.

Antecedentes: fumador desde los 30 años.


Se muestra con miedo y ansiedad, con confusión, informa que debe
tomar tratamiento de convulsiones.

T. 37.5°
F.C 85
F.R 31
Ta: 150/100
Enfermedad pulmonar obstructiva

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad crónica


inflamatoria de los pulmones que obstruye el flujo de aire desde los pulmones. Los síntomas
incluyen dificultad para respirar, tos, producción de mucosidad (esputo) y silbido al respirar.
Es causada por la exposición a largo plazo a gases o partículas irritantes, en la mayoría de
los casos del humo de cigarrillo. Las personas con EPOC tienen mayor riesgo de padecer
enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón y una variedad de otras afecciones.

Síntomas

Los síntomas de la EPOC no suelen aparecer hasta cuando ya se ha producido un


daño significativo y, por lo general, empeoran con el tiempo, particularmente si el
paciente sigue expuesto al humo del tabaco. Los pacientes con bronquitis crónica
presentan una tos diaria y producción de mucosidad (esputo) como síntoma
principal durante al menos tres meses al año en dos años consecutivos.

Otros signos y síntomas de la EPOC pueden incluir los siguientes:

 Dificultad para respirar, sobre todo durante la actividad física

 Silbido al respirar

 Presión en el pecho

 Tener que aclararse la garganta temprano a la mañana, debido al exceso de


mucosidad en los pulmones

 Una tos crónica que puede producir mucosidad (esputo), la cual puede ser
transparente, blanca, amarilla o verdosa

 Color azul en los labios o los lechos ungueales (cianosis)

 Infecciones respiratorias frecuentes

 Falta de energía

 Pérdida de peso involuntaria (en los estadios más avanzados)


 Hinchazón en los tobillos, los pies o las piernas

Causas

La causa principal de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en los


países desarrollados es el tabaquismo. En los países en vías de desarrollo,
la EPOC a menudo se presenta en personas que están expuestas a gases
combustibles usados para cocinar o para calefaccionar en viviendas con mala
ventilación.

Solo aproximadamente el 20 al 30 por ciento de los fumadores crónicos pueden


tener EPOC clínicamente aparente, aunque muchos fumadores con antecedentes
de tabaquismo de larga data pueden presentar una función pulmonar reducida. En
algunos fumadores se manifiestan afecciones pulmonares menos frecuentes. Se
las puede diagnosticar mal como EPOC hasta que no se realiza una evaluación
más minuciosa.

Causas de la obstrucción de las vías respiratorias

Las causas de la obstrucción de las vías respiratorias incluyen las siguientes:

 Enfisema. Esta enfermedad de los pulmones destruye las paredes frágiles y


las fibras elásticas de los alvéolos. Las vías respiratorias pequeñas colapsan
cuando exhalas, lo que impide el flujo de aire hacia afuera desde los
pulmones.

 Bronquitis crónica. Si padeces esta enfermedad, los bronquios se inflaman


y se estrechan, y los pulmones producen más mucosidad, lo cual puede
bloquear aun más los bronquios que están estrechos. El paciente puede
presentar una tos crónica por tratar de limpiar las vías respiratorias.
Humo de cigarrillo y otros irritantes

En la gran mayoría de los casos, el daño pulmonar que provoca EPOC se debe a
fumar durante un largo plazo. Sin embargo, probablemente también haya otros
factores que juegan un papel en la aparición de la EPOC, tales como una
susceptibilidad genética a la enfermedad, porque solo alrededor del 20 al 30 por
ciento de los fumadores podría presentar EPOC.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo para la EPOC incluyen los siguientes:

 Exposición al humo de tabaco. El factor de riesgo más significativo para


la EPOCes fumar cigarrillo por un largo plazo. Cuanto más año y más
cigarrillos fumas, mayor es el riesgo. Los fumadores de pipa, cigarros y
marihuana también pueden presentar riesgo, al igual que las personas
expuestas a cantidades abundantes de humo de segunda mano.

 Personas con asma que fuman. La combinación de asma, una enfermedad


inflamatoria crónica de las vías respiratorias y el cigarrillo aumenta incluso
más el riesgo de EPOC.

 Exposición ocupacional a polvos y sustancias químicas. La exposición


por un largo plazo a gases, vapor y polvo de sustancias químicas en el lugar
de trabajo puede irritar e inflamar los pulmones.

 Exposición a gases de la combustión. En el mundo en desarrollo, las


personas expuestas a gases de la combustión para cocinar y calentar en
hogares con mala ventilación tienen mayor riesgo de padecer EPOC.

 Edad. La EPOC aparece lentamente en un lapso de años, de modo que la


mayoría de las personas tienen al menos 40 años cuando comienzan los
síntomas.

 Genética. El trastorno genético poco frecuente llamado deficiencia de alfa-1


antitripsina es la causa de algunos casos de EPOC. Otros factores genéticos
probablemente hagan que algunos fumadores sean más propensos a la
enfermedad.

Complicaciones

La EPOC puede causar muchas complicaciones, incluidas las siguientes:


 Infecciones respiratorias. Las personas con EPOC tienen mayor
probabilidad de sufrir resfríos, gripe o neumonía. Cualquier infección
respiratoria puede dificultar mucho la respiración y causar un mayor daño al
tejido pulmonar. La vacunación anual contra la gripe y las vacunaciones
periódicas contra la neumonía neumocócica pueden prevenir algunas
infecciones.

 Problemas del corazón. Por motivos que no se comprenden del todo,


la EPOCpuede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, incluido
el ataque cardíaco. Dejar de fumar puede reducir este riesgo.

 Cáncer de pulmón. Las personas con EPOC tienen un riesgo más alto de
padecer cáncer de pulmón. Dejar de fumar puede reducir este riesgo.

 Presión arterial alta en las arterias pulmonares. La EPOC puede causar


presión arterial alta en las arterias que hacen circular sangre a los pulmones
(hipertensión pulmonar).

 Depresión. La dificultad para respirar puede impedir que hagas actividades


que disfrutas. Además, vivir con esta enfermedad grave puede contribuir a
que el paciente presente depresión. Habla con tu médico si te sientes triste o
impotente, o si piensas que puedes tener depresión.

Prevención

A diferencia de otras enfermedades, la EPOC tiene una causa clara y un modo claro
de prevención. La mayoría de los casos están directamente relacionados con el
tabaquismo, y la mejor manera de prevenir la EPOC es no fumar o dejar de fumar
ahora mismo.

Si has sido fumador durante mucho tiempo, quizá estas afirmaciones simples no te
parezcan tan simples, sobre todo si has intentado dejar una vez, dos veces o
muchas veces. Sin embargo, debes seguir intentando dejarlo. Es de suma
importancia encontrar un programa para dejar de fumar que pueda ayudar a dejar
el hábito para siempre. Es tu mejor oportunidad para prevenir el daño a tus
pulmones.
La exposición que generan ciertos trabajos a vapores y polvo de sustancias
químicas es otro factor de riesgo para la EPOC. Si trabajas con este tipo de irritantes
pulmonares, habla con tu supervisor sobre las mejores maneras de protegerte, por
ejemplo, usar un equipo de protección respiratoria.

La alta presión arterial es un trastorno común en el que, con el tiempo, la sangre


hace suficiente presión contra las paredes arteriales como para eventualmente
causar problemas de salud, como enfermedades cardíacas.
Hipertensión arterial

La presión arterial se determina tanto por la cantidad de sangre que bombea el


corazón como por la cantidad de resistencia al flujo de la sangre en las arterias.
Cuanta más sangre bombee el corazón, y más estrechas las arterias, más alta será
la presión arterial.

Puedes tener presión arterial alta (hipertensión) por años sin tener síntomas. Aun
sin síntomas, el daño a los vasos sanguíneos y a tu corazón se sigue produciendo
y puede detectarse. La alta presión arterial no controlada aumenta tu riesgo de
problemas de salud graves, incluyendo ataques al corazón y accidentes
cerebrovasculares.

La alta presión arterial generalmente aparece en un período de muchos años, y


eventualmente afecta a casi todos. Afortunadamente, la presión arterial alta se
puede detectar fácilmente. Y una vez que sabes que tienes presión arterial alta,
puedes trabajar con tu médico para controlarla.

Síntomas

La mayoría de las personas con presión alta no presentan signos ni síntomas, aun
cuando los resultados al tomar la presión muestren niveles tan altos que son
peligrosos.

Unas pocas personas con presión alta quizás tengan dolores de cabeza, dificultad
para respirar o sangren por la

nariz, pero estos signos y síntomas no son específicos y generalmente no se


presentan hasta que la alta presión arterial haya alcanzado una etapa grave o
potencialmente mortal.
Causas

Hay dos tipos de alta presión.

Hipertensión primaria (esencial)

Para la mayoría de los adultos no hay ninguna causa identificable para la alta
presión arterial. Este tipo de alta presión arterial, llamada hipertensión primaria
(esencial), tiende a aparecer gradualmente a través de los años.

Hipertensión secundaria

Algunas personas tienen alta presión arterial causada por un trastorno de salud no
diagnosticado. Este tipo de presión arterial alta, llamada hipertensión secundaria,
tiende a aparecer repentinamente y causa una presión arterial más alta que la
hipertensión primaria. Hay varios trastornos y medicamentos que pueden causar la
hipertensión secundaria, incluyendo:

 Apnea obstructiva del sueño

 Problemas renales

 Tumores de las glándulas suprarrenales

 Problemas de la tiroides

 Algunos defectos de nacimiento en los vasos sanguíneos (congénitos)

 Algunos medicamentos, como pastillas anticonceptivas, antigripales,


descongestionantes, medicamentos de venta libre para el dolor, y algunos
medicamentos con receta

 Drogas ilegales, como la cocaína y las anfetaminas

 Abuso del alcohol o consumo crónico de alcohol


Factores de riesgo

La alta presión tiene muchos factores de riesgo, incluyendo:


 Edad. El riesgo de tener presión alta aumenta al envejecer. Hasta la edad
mediana temprana, o aproximadamente los 45 años, la presión arterial alta es
más frecuente en los hombres. Es más probable que las mujeres presenten
alta presión después de los 65 años.

 Raza. La alta presión es particularmente común entre las personas de raza


negra, con frecuencia se presenta a una edad más temprana que en las de
raza blanca. Las complicaciones graves, como accidentes cerebrovasculares,
ataques al corazón, e insuficiencia renal, también son más comunes entre las
personas de raza negra.

 Antecedentes familiares. La alta presión tiende a presentarse en familias.

 Tener sobrepeso o ser obeso. Cuanto más peses, más sangre necesitarás
para suministrar oxígeno y nutrientes a tus tejidos. Al aumentar el volumen de
sangre circulada por tus vasos, también aumenta la presión sobre las paredes
de las arterias.

 No hacer actividad física. Las personas que no están activas tienden a tener
una frecuencia cardíaca más elevada. Cuanto mayor es la frecuencia cardíaca,
más deberá trabajar el corazón con cada contracción, y mayor será la fuerza
sobre las arterias. La falta de actividad física también aumenta el riesgo de
tener sobrepeso.

 Usar productos de tabaco. Fumar o mascar tabaco no solo hace aumentar


tu presión inmediata y temporariamente, las sustancias químicas en el tabaco
pueden dañar el tejido que recubre las paredes de las arterias. Esto puede
provocar el estrechamiento de las arterias, lo que aumenta la presión arterial.
El humo de segunda mano también puede hacer subir la presión.

 Demasiada sal (sodio) en tu dieta. Demasiada sal en tu dieta puede hacer


que el cuerpo retenga líquido, lo que aumenta la presión arterial.

 Muy poco potasio en tu dieta. El potasio ayuda a equilibrar la cantidad de


sodio en tus células. Si no consumes suficiente potasio en tu dieta, o no
retienes suficiente potasio, quizás acumules demasiado sodio en la sangre. /li>

 Muy poca vitamina D en tu dieta. No hay certeza de si tener una dieta muy
baja en vitamina D puede causar alta presión arterial. La vitamina D puede
afectar una enzima producida por los riñones que afecta la presión arterial.
 Tomar demasiado alcohol. Con el tiempo, tomar mucho alcohol puede
dañarte el corazón. Beber más de dos copas por día para los hombres y más
de una por día para las mujeres puede afectar la presión arterial.

Si tomas alcohol, hazlo con moderación. Para los adultos sanos, esto significa
hasta una copa por día para las mujeres de todas las edades y para los
hombres mayores de 65 años, y hasta dos copas por día para los hombres
menores de 65 años. Una copa equivale a 12 onzas de cerveza, 5 onzas de
vino, o 1.5 onzas de bebidas alcohólicas destiladas con una graduación de 80
unidades.

 Estrés. Altos niveles de estrés pueden provocar un aumento temporario en la


presión arterial. Si tratas de relajarte comiendo más, usando productos de
tabaco o tomando alcohol, solo vas a aumentar tus problemas con la alta
presión arterial.

 Algunos trastornos crónicos. Algunos trastornos crónicos también pueden


aumentar tu riesgo de alta presión, como enfermedad renal, diabetes, y apnea
del sueño.

A veces el embarazo también contribuye a la alta presión.

Aunque la presión alta es más común entre los adultos, los niños también pueden
estar a riesgo. Para algunos niños, la presión arterial alta es causada por los
problemas en los riñones o en el corazón. Sin embargo, para una cantidad cada vez
mayor de niños, los malos hábitos del estilo de vida, como una dieta poco saludable,
obesidad y falta de ejercicio, contribuyen a que tengan la presión arterial alta.

Complicaciones

La presión excesiva en las paredes arteriales causada por la presión arterial alta
puede dañar los vasos sanguíneos, así como también otros órganos del cuerpo.
Cuanto más alta sea tu presión arterial, y cuanto más tiempo pase antes de que la
controles, mayor será el daño.

La alta presión arterial que no se controla puede causar:


 Ataques al corazón o accidentes cerebrovasculares. La alta presión arterial
puede hacer que se endurezcan y se engrosen las arterias (aterosclerosis), lo
que puede provocar ataques al corazón, accidentes cerebrovasculares, u otras
complicaciones.

 Aneurismas. La presión arterial que sube puede hacer que tus vasos
sanguíneos se debiliten y se abulten, formando un aneurisma. Si un aneurisma
se rompe, puede ser mortal.

 Insuficiencia cardíaca. Para bombear la sangre contra la presión más alta en


tus vasos, el músculo del corazón se hace más grueso. Eventualmente, el
músculo más grueso puede tener dificultades para bombear suficiente sangre
para satisfacer las necesidades del cuerpo, lo que puede causar insuficiencia
cardíaca.

 Vasos sanguíneos debilitados y estrechos en los riñones. Esto puede


prevenir que estos órganos funcionen normalmente.

 Vasos sanguíneos más gruesos, estrechos o rotos en los ojos. Esto


puede resultar en pérdida de la visión.

 Síndrome metabólico. Este síndrome es un grupo de trastornos del


metabolismo de tu cuerpo, incluyendo una circunferencia de cintura más
grande; triglicéridos elevados; baja lipoproteína de alta densidad (colesterol
HDL), el colesterol "bueno"; alta presión arterial; y altos niveles de insulina.
Estos trastornos pueden hacer que sea más probable que aparezcan diabetes,
enfermedades cardíacas, y accidentes cerebrovasculares.

 Problemas con la memoria o la comprensión. La alta presión no controlada


también puede afectar tu capacidad para pensar, recordar, y aprender. Los
problemas con la memoria o la comprensión de conceptos son más frecuentes
entre las personas con presión arterial alta.
Caso clínico

Paciente de 59 años, hipertenso, ingresa al servicio de urgencia, refiere dolor de


cabeza por mas de 4 horas, náuseas, vomito, confusión, cambios en la visión y
sangrado nasal

T. 37°
F.C 85
F.R 25
Ta: 160/100

Вам также может понравиться