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1 La apertura del comercio ya sea por las cruzadas o por el descubrimiento de América.
2. La insuficiencia del derecho romano al cual se considera como formalista e insuficiente ante la
regulación de actos en masa.
3. La incapacidad de entender el derecho romano que estaba escrito en latín y que se consideraba
solamente para personas doctas como los religiosos y sus universidades.
Respecto a la evolución del intercambio o trueque el Dr. Díaz Bravo nos hace hincapié en que este
se convierte gradualmente en la compraventa al integrarse la moneda en la relación, aseverando
que lo que ocurre realmente en una compra-venta es un trueque, con la única diferencia de que lo
que sirve como factor de cambio es la intervención de la moneda.
En este punto el Dr. Díaz Bravo nos menciona la distinción entre dinero y moneda, donde el dinero
es una idea normativa y una unidad de medida, como el metro en el mundo del espacio y la
moneda viene a ser una representación material y concreta del dinero. A su vez Arthur Nussbaum
sostiene que la moneda ha llegado a ser el instrumento más importante desde que el hombre
superó la economía del trueque. Un dato importante y curioso nos explica el Dr. Díaz Bravo es que
las primeras monedas llevaban imágenes de animales, por lo que su valor se consideraba con base
en la efigie que tenia la moneda y para estimar en cuanto se valoraba el trueque en que se les
utilizaba.
El primer antecedente de la utilización del papel moneda en México fue posterior a la
consumación de la independencia durante el breve imperio de Agustín de Iturbide, con el fin de
cubrir los gastos de su coronación, este era cuadrado, impreso por una sola cara, de uno, dos o
diez pesos, sin embargo, no fue de aceptación general, pues el pueblo utilizaba en ese entonces la
moneda. Años mas tarde el emperador Maximiliano, mandando hacer billetes a cargo del Banco
de Londres, México y Sudamérica, estos billetes fueron bien aceptados, incluso con preferencia a
la moneda metálica. A partir de que Porfirio Díaz asume la presidencia, se establece un sistema de
papel moneda emitido por un banco estatal en cada entidad federativa, pero regulado por una
Banco Nacional de México ya operante en esos días, hasta que en 1925 la expedición de moneda
se encarga a un banco central ya con el nombre actual de Banco de México.
Con relación a la operación de compra-venta a crédito esta vendría a ser la más utilizada en la
actualidad; no se sabe cual fue el primer caso, ni donde pero ya las ordenanzas de Bilbao, ya se
hablaba de ella. Esta surgió junto con los réditos o intereses utilizados como compensación para el
vendedor al no tener la disponibilidad inmediata de su dinero, siendo algunos ejemplos: La
compraventa con tarjeta de crédito o debito y el arrendamiento financiero.
Por lo que corresponde a la función jurídica de los títulos de crédito, el Dr. Díaz Bravo nos hace
hincapié en que primero para entender esta función, se debe entender su calidad de
incorporación. Para Einert, por ejemplo, la letra de cambio es el papel moneda de los
comerciantes, por el derecho incorporado en ella, de esta forma es una ficción consistente en la
validez del derecho consignado en el documento condicionada a la existencia del mismo, por lo
que el derecho sólo se puede hacer valer si se dispone de la legítima tenencia del título y reducida
en la máxima: “Poseo el derecho porque poseo el documento”
De lo anterior nos menciona la definición suministrada por Cesare Vivante sobre el título de
crédito que son los documentos necesarios para ejercitar el derecho literal y autónomo que en
ellos se consigna. Este es casi la definición adoptada por la ley mexicana. Su función es de gran
importancia en la práctica comercial actual pues la gran mayoría de operaciones bancarias, las
transferencias de mercaderías y los pagos nacionales e internacionales no se podrían llevar a cabo
sin ellas.
Para concluir este capitulo el Dr. Díaz Bravo nos explica por que el derecho cambiario forma una
disciplina autónoma dentro del derecho mercantil, refiriéndose a Roberto L. Mantilla Molina que
lo acepta así porque da soluciones que no se desprenden de las normas más generales del
derecho mercantil y del derecho común, sino que llega a contradecirlas y por ello puede llegar a
soluciones que cabría calificar de injustas a la luz de criterios de valoración de vigencia general en
materia del derecho.