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Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente

Repositorio Institucional del ITESO rei.iteso.mx

Departamento de Economía, Administración y Mercadología DEAM - Libros y capítulos de libros

1997

El desempleo y subempleo ante el modelo


económico y la política social

Román-Morales, Ignacio

Román-Morales, I. (1997) El desempleo y subempleo ante el modelo económico y la política social.


En Gutiérrez-Garza, E. (coord. general) El debate Nacional, Vol. 5 La política social. México: Editorial
Diana/ Universidad de Guadalajara. https://rei.iteso.mx/handle/11117/4982

Enlace directo al documento: http://hdl.handle.net/11117/4982

Este documento obtenido del Repositorio Institucional del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Occidente se pone a disposición general bajo los términos y condiciones de la siguiente licencia:
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120 E L D E B A T E N A C I O N A L / 5. L A P O L Í T I C A S O C I A L

L e r d ó n , F r é d é r i c (s.f.) " T h é o r i e de la r é g u l a t i o n et politique El desempleo y subempleo ante el


é c o n o m i q u e " , en R. Boyer e Y. Saillard. Théorie de la régu-
lation. L'état des savoirs. París: La D é c o u v e r t e , p p . 198-206. modelo económico y la política social
Leborgne, Danielle y Alain Lipetz (1992) "Flexibilité offensive,
flexibilité défensive: d e u x s t r a t é g i e s sociales dans la pro- L U I S I G N A C I O ROMÁN M O R A L E S
duction des nouveaux espaces é c o n o m i q u e s , " en G. Benko
y A. Lipietz. Les régions qui gagnent. París: P U F , p á g i n a s
347-377.
Lee, Joon-Koo (1989) "Why are koreans not happy about their
own State o f distribution?", en Seoul Journal of Economics, Introducción
n ú m 4, vol. 2, p p . 367-381.
Lipietz, A l a i n (1986) Mirages et miracles. Prohlémes d'industriali- El trabajo humano se define p o r la t r a n s f o r m a c i ó n consciente
sation dans le tiers monde. París: La D é c o u v e r t e . de la naturaleza. El empleo es aquella parte de dicho trabajo
OCDE (1995) México, 1995. Estudios económicos de la OCDE. París: susceptible de ser cuantifícada en la riqueza nacional, particu-
larmente en el producto i n t e r n o bruto (PIB), por l o que cons-
OECD
tituye la fuente generadora de riqueza para el desarrollo de
(1996) Korea, 1996. OECD Economic Surveys. París: OECD.
cualquier sociedad y, por ende, la base de su bienestar material.
R o m á n , Ignacio (1994) "Vision des p é r i o d e s du rapport salarial
Pero el empleo no es sólo generador de riqueza, sino tam-
mexicain en fonction de l'intervention é t a t i q u e " . Tesis de
b i é n su p r i n c i p a l mecanismo de distribución. Los ingresos que
Doctorado en F c o n o m í a , París. Universidad de París v i l .
genera, sea p o r la vía de salarios, ganancias empresariales,
Valencia L o m e l í , Enrique (1996), "Deux ajustements, deux autoempleo, ingresos familiares o comunitarios, condicionan
trajectoires: les politiques d'ajustement de la C o r é e d u Sud los niveles y formas de vida de los diversos grupos poblacio-
et d u Mexique (1979-1992)". Tesis de Doctorado, París. nales.
Universidad de París v i i . En otros t é r m i n o s , el empleo es la variable central para
(1997a), " E l salario m í n i m o , ¿ u n indicador prescindi- lograr el aprovechamiento de las capacidades tecnológicas y
ble?", en E. Valencia (coord.). A dos años: la política social de p e r m i t i r que éstas se reviertan en beneficio de la mayor parte
de la p o b l a c i ó n o se concentren en grupos privilegiados de
Ernesto Zedillo. Guadalajara: Red Observatorio Social, p p .
poder.
117-143.
(1997b), "Ganadores y perdedores: ¿una sola alternativa? El objetivo de este artículo es presentar u n esbozo de la
p r o b l e m á t i c a ocupacional que enfrenta M é x i c o y de las políti-
Corea del Sur y México: 1962-1995", Espiral, Guadalajara:
cas aplicadas al respecto.
Universidad de Guadalajara (en prensa).
En la p r i m e r a parte expondremos algunos fundamentos
Zedillo, Ernesto (1996) Segundo informe de gobierno. Anexo. M é - teóricos que r i g e n las principales políticas de empleo; en la
xico: Poder Ejecutivo Federal. segunda, los conceptos básicos para su análisis en t é r m i n o s
estadísticos; en la tercera, las políticas de empleo aplicada en
M é x i c o desde 1982, y en la ú l t i m a , una serie de ideas alter-
nativas.
E L D E B A T E N A C I O N A L / 5. POLÍTICA SOCIAL E L DESEMPLEO Y SUBEMPLEO ANTE E L MODELO ECONÓMICO J23

de la p o b l a c i ó n ocupada era asalariada ( E N E - 9 5 , Tab. 43) y de


1. Bases teóricas: si la teoría no se corresponde los trabajadores asalariados y a destajo, 14.0% p e r c i b í a n i n -
con la realidad, es problema de ésta gresos inferiores al salario m í n i m o ( E N E - 9 5 , Tab. Esp. N r . 11).
En otras palabras, m á s de la m i t a d de los trabajadores ocupa-
S e g ú n la c o n c e p c i ó n m á s elemental sobre el mercado de tra- dos no labora bajo la lógica del mercado de trabajo sino que
bajo, u n aumento de salarios provoca i ) una r e d u c c i ó n en la se incorpora a la e c o n o m í a bajo otras formas, como el trabajo
demanda de trabajo, porque se encarecen los costos laborales n o remunerado para apoyar el ingreso familiar y el trabajo
y i i ) u n aumento en la oferta, porque la gente está m á s dispues- por su cuenta. Su empleo se traduce directamente en la gene-
ta a trabajar si gana m á s . Como la demanda disminuye, parte r a c i ó n y el mercado de bienes y servicios, sin pasar p o r el
de los trabajadores que antes se encontraban ocupados pier- mercado de trabajo.
den su empleo y como la oferta se incrementa, es m á s difícil Por otra parte, la demanda de trabajo n o sólo depende de
que encuentren trabajo quienes comienzan a buscarlo. La variables internas al p r o p i o mercado, como el n ú m e r o de
diferencia entre los puestos de trabajo existentes con una trabajadores y los salarios demandados p o r los obreros, sino
menor demanda y el n ú m e r o de personas que quieren trabajar por el conjunto de variables que determinan la actividad eco-
p o r mayores ingresos constituye el desempleo. Por consi- n ó m i c a , su c o m p o s i c i ó n y los niveles de p r o d u c t i v i d a d .
guiente, éste es consecuencia de la rigidez de los salarios a la
La racionalidad de los trabajadores para incorporarse a
baja. Ello puede deberse — s e g ú n esta c o n c e p c i ó n — a m ú l t i -
u n empleo es distinta a la planteada en el modelo expuesto:
ples factores, como la presencia de reglamentaciones laborales
mientras que éste supone que frente a una baja de salarios
que entorpecen el mercado (como el salario m í n i m o , el seguro
disminuye la oferta de trabajo, en M é x i c o esta ú l t i m a aumenta
social, las g a r a n t í a s a la estabilidad en el empleo o las presta-
m á s en los p e r í o d o s de crisis. En la d é c a d a de los setenta, la
ciones en general) y la p r e s i ó n de los sindicatos. p r o p o r c i ó n de la P E A en relación con la p o b l a c i ó n en edad de
Independientemente de la sucesión de debates y aportes trabajar (doce a ñ o s y m á s ) p a s ó de 46.7 a 47.5%, en cambio,
sobre el esquema que acabamos de presentar, su p r i n c i p i o en la " d é c a d a p e r d i d a " subió hasta 53.6%. En 1995, llegó a
b á s i c o de racionalidad individual permanece en las interpre- 55.6% y en 1996 se estabilizó en 55.4%. En otras palabras, n o
taciones n e o c l á s i c a s . ' Sin embargo, existen dos elementos que es p o r una baja en el "precio del trabajo" que se reduce la
dificultan la capacidad explicativa y predictiva d e l modelo p r e s i ó n p o r el lado de la oferta. Por el contrario, al pasar de
para el caso de una e c o n o m í a como la mexicana. una racionalidad individual, como la de los modelos, a una
Por una parte, el planteamiento subyacente presupone gregaria, como la de los hogares, los comportamientos se
que todo el empleo existente en la sociedad es de c a r á c t e r invierten: una baja en los ingresos de los trabajadores ocupa-
asalariado, l o cual coincide, por definición, con la gran mayo- dos produce la i n c o r p o r a c i ó n de nuevos miembros del hogar,
r í a de los modelos de mercado de trabajo. T a l supuesto se con objeto de compensar la p é r d i d a de los ingresos individua-
aproxima al funcionamiento de las e c o n o m í a s altamente i n - les. L o anterior genera una p r e s i ó n m á s fuerte p o r parte de la
oferta de trabajo y conduce a una baja mayor en el p o d e r de
dustrializadas, pero n o al caso mexicano. En 1995, sólo 50.9%
compra de los trabajadores.

En o t r o t i p o de esquema, como el keynesiano, aun d e n t r o


r ~ ¡ ; ; ; ; : ; ; : : T a más recurrente en la - ^ ^ ^ ^ t n ^ l ^ t ^ r ^ ^ ^ ^ ^ ^
X comportamientos de expectativas /"J^^^^^^^ de una lógica de empleo circunscrita exclusivamente a meca-

í±t2í^e^r£-s!"—^ nismos de mercado, el desempleo puede derivarse de causas


independientes al nivel de salarios. Por consiguiente, u n ajus-
intento.
E L D E B A T E N A C I O N A L / 5. L A P O L Í T I C A S O C I A L E L DESEMPLEO Y SUBEMPLEO ANTE E L MODELO ECONÓMICO 125
124

te salarial a la baja r e d u c i r í a el desempleo porque algunos Ahora, mas allá de las modelizaciones en t é r m i n o s exclu-
trabajadores d e j a r í a n de seguir buscando trabajo, pero no sivos de mercado, se requieren abordar en t é r m i n o s concretos
porque aumentara el n ú m e r o de contrataciones. los problemas de desempleo y subempleo que enfrenta México
Si bien esta lógica no permite explicar elementos centrales
de la e c o n o m í a c o n t e m p o r á n e a , al menos ofrece, a diferencia
del esquema neoclásico, una explicación articulada entre lo 2. ¿Quiénes son los desempleados y
que ocurre con los mercados de trabajo y de bienes. subempleados? ]
Cuando sólo existe u n comprador de trabajo (monopso-
nio) y trabajadores sin posibilidades de organizarse en defensa
El t é r m i n o empleo y, en consecuencia, los de desempleo y subem-
de sus derechos laborales, como los indocumentados en Esta-
pleo tienen connotaciones distintas en la f o r m u l a c i ó n de esta-
dos Unidos o los jornaleros agrícolas al i n t e r i o r del país, el
dísticas y en la mayor parte de la t e o r í a e c o n ó m i c a .
mercado opera de manera distinta a ambos esquemas. En éste,
La base de la que parte toda estadística general sobre
la demanda puede disminuir porque para atraer nuevos traba-
empleo es la de p o b l a c i ó n total. Generalmente ésta se obtiene
jadores se deben aumentar salarios, lo que repercute no sólo
de los resultados de los Censos Generales de P o b l a c i ó n y
sobre los nuevos, sino sobre los que ya estaban trabajando, lo
Vivienda. N o obstante, dado que la u n i d a d de referencia es la
que ocasiona u n menor nivel de empleo.
vivienda, resulta difícil captar a gran parte de p o b l a c i ó n que
La productividad que ofrecen los trabajadores contratados
no cuenta con hogar y, p o r consiguiente, no se tiene la infor-
d a r í a lugar a u n salario m á s alto que el de equilibrio. Sin
mación ocupacional completa sobre esta p o b l a c i ó n .
embargo, a ese nivel h a b r í a una enorme cantidad de trabaja-
La siguiente c a t e g o r í a es la de p o b l a c i ó n en edad de
dores que d e s e a r í a n emplearse. Pero como el empleador sólo
trabajar ( P E T ) , que contabiliza a los mayores de cierta edad, la
requiere una cantidad menor al salario que es inferior al de
que se fija con base en las aptitudes físicas necesarias para que
equilibrio. Por consiguiente, cuando sólo existe u n empleador
una persona trabaje y en la probabilidad de encontrar gente
o los empleadores e s t á n organizados en una p o s i c i ó n ú n i c a y
que a cierta edad lo haga (lo cual no necesariamente coincide
los trabajadores no, el resultado es de menos empleos y menos
con la m í n i m a legal para contar con u n contrato de trabajo).
salario p o r trabajador empleado.
La edad m í n i m a de referencia es significativamente mayor en
Si el monopsonio en el mercado de trabajo se combina con los países con alto nivel de desarrollo. Para el caso mexicano
uno de bienes monopolizado, las posibilidades de empleo son se consideran los doce a ñ o s , aun cuando la Ley Federal de
a ú n menores y quienes lo obtienen lo hacen a costa de salarios Trabajo p r o h i b e la c o n t r a t a c i ó n de menores de catorce.
m á s bajos. La fijación del rango de edad que comprende la P E T
Así, mientras m á s concentrado esté en los empleadores el excluye a los trabajadores menores a la edad m í n i m a de refe-
poder de mercado (tanto de trabajo como de bienes), menos rencia, puesto que su inclusión i m p l i c a r í a aplicar los cuestio-
eficientes será éste para dar lugar a u n nivel adecuado de narios de empleo a universos de p o b l a c i ó n significativamente
empleo y a una r e m u n e r a c i ó n a los trabajadores correspon- mayores. El encarecimiento de las encuestas sería tal que
diente con su productividad. Sin embargo, el modelo econó- obstaculizaría la a m p l i a c i ó n , o aun el mantenimiento, de la
mico se sigue planteando como si no existieran disparidades cobertura estadística. N o obstante, algunas encuestas de baja
en el poder relativo de empresarios y trabajadores en el mer- periodicidad como la Nacional de Ingresos y Gastos de los
cado de trabajo. í i o g a r e s ( I N E G I ) y la Nacional de Micronegocios ( I N E G I / S T P S ) ,
126 ' E L DEBATE N A C I O N A L / 5 . L A POLÍTICA SOCIAL '
E L DESEMPLEO Y SUBEMPLEO
ANTE E L MODELO ECONÓMICO

permiten captar alguna i n f o r m a c i ó n acerca de los trabajado-


res menores de doce a ñ o s . GRÁFICA 1

De la P E T se desprenden dos grandes subconjuntos: la Las c a t e g o r í a s ocupacionales en el universo


de la p o b l a c i ó n total
p o b l a c i ó n e c o n ó m i c a m e n t e inactiva ( P E I ) y e c o n ó m i c a m e n t e
la activa. En el p r i m e r grupo se encuentra toda la que no
ejerce actividades cuantificables en el P I B . U n ama de casa que [KSdóñlotal
a d e m á s es estudiante, puede trabajar mucho m á s que una
persona que sólo labora unas cuantas horas a la semana en un
comercio informal. Sin embargo, el ama de casa será conside-
rada inactiva en u n sentido e c o n ó m i c o , ya que su trabajo no se Rjbladón menor

traduce en g e n e r a c i ó n de P I B . En este caso, el criterio e c o n ó -


mico asume u n c a r á c t e r peyorativo ante el trabajo d o m é s t i c o ,
pero no es entonces la estadística de empleo, sino el conjunto
POBI^CIÓNENEDADDE^ABAJARaZaBosymá.)
de la i n f o r m a c i ó n e c o n ó m i c a la que queda en tela de juicio.
Otros grupos que se consideran como P E I son los jubilados y ftibladón Económicamente
pensionados, discapacitados y aquellos que aun estando dispo- Activa (PEA) Pbbladón Económicamente
Inactiva (PEI)
nibles para trabajar y no tener trabajo, no se encuentran
buscando. A estos ú l t i m o s t a m b i é n se les llama inactivos dispo- L Á " ^ <Ie asT]
nibles o desempleados disfrazados.
I Estudiantes i
La definición de la P E I t a m b i é n sirve para desligar el
concepto de empleo del hecho de percibir u n ingreso. Los
jubilados y pensionados son perceptores debido, en la mayor
parte de los casos, a su c o n t r i b u c i ó n (o a la de u n familiar) al
P I B de u n p e r í o d o previo, pero no al correspondiente a la
p e r c e p c i ó n de la r e m u n e r a c i ó n .
La p o b l a c i ó n e c o n ó m i c a m e n t e activa ( P E A ) es el principal
denominador de toda estadística sobre empleo y comprende a
la P E T que cuenta con trabajo o se dedica a buscarlo. Para
estimar las magnitudes de empleo y desempleo, se considera
como ocupado al que haya laborado al menos una hora en una
semana con el fin de obtener ingresos o contribuir a u n ingre-
so colectivo, aunque individualmente no lo obtenga de mane- El desempleo
ra directa (como los trabajadores familiares no remunerados).
Este criterio ha sido en sumo grado cuestionado en México,
pero se trata b á s i c a m e n t e del mismo que se emplea en todo el
m u n d o para cuantificar la p o b l a c i ó n que participa en la gene- «emana de referenrin n "l"^"' trabajó en la
r a c i ó n de la riqueza e c o n ó m i c a .

- " . e ea.p,eo <e„^o. d o s T j , ; ! ^ ^ : ía":r«r'¿-


128 .: ! i - E L D E B A T E NACIONAL / 5. L A POLÍTICA SOCIAL E L DESEMPLEO Y SUBEMPLEO ANTE E L MODELO ECONÓMICO
129

p r i n c i p a l d i f e r e n c i a e n las tasas m e x i c a n a s c o n respecto a las íéQué fuentes de financiamiento pri-


L a mayor parte de los
vado existen ante el desempleo?
de los p a í s e s d e s a r r o l l a d o s n o p r o v i e n e d e distinciones c o n - trabajadores no son sujetos de
E l nivel de vida de los hogares
ceptuales, a l c o n t r a r i o , d e utilizar conceptos iguales e n con- crédito bancario, m á x i m e si
permite a parte de los desem-
textos r a d i c a l m e n t e diferentes. están desempleados.
pleados ser sujetos de crédito,
E n e l c u a d r o u n o se c o n f r o n t a n c o n d i c i o n e s e s t á n d a r , ¡o que les ayuda a dedicarse a
tanto i n d i v i d u a l e s c o m o sociales, q u e e x p l i c a n p o r q u é las buscar trabajo.
tasas d e d e s e m p l e o son m a y o r e s e n los p a í s e s d e s a r r o l l a d o s . E l ¿Qué posibilidades tienen las fami-
L a situación e c o n ó m i c a de los
concepto d e desempleo puede ser igual, p e r o l a p o b l a c i ó n com- lias de sostener económicamente al
hogares presiona para que
p r e n d i d a es significativamente diferente e n u n o y otro caso. desempleado?
r á p i d a m e n t e se reincorporen
E l nivel de vida de las familias
los desempleados con
CUADRO 1 y el incremento regular en el
experiencia y se incorporen
¿ Q u i é n e s son los d e s e m p l e a d o s ? poder de compra de los ingre-
nuevos miembros del hogar a
sos permite a los hogares soste-
México : -í ' ' " 1 un trabajo (que compense la
ner por mayor tiempo al desem-
Pises altamente inuusu luu^-t^^^-^—_ _La mayor parte de los pérdida de poder de compra de
pleado, sea porque busca
II¿Cómo es el empleo? quienes ya se encuentran
.rabajadores son no asalariados reincorporarse al trabajo o por-
L a gran mayoría es asalariado, trabajando).
0 son asalariados informales, lo que no haya tenido experiencia
lo que permite disfrutar de que les impide contar con laboral.
prestaciones diversas en caso recursos especiales en caso de
de pérdida de empleo. perder su empleo.
En los p a í s e s desarrollados, la mayor parte de los desem-
No existe garantía alguna para
liQué protección social y regular pleados cuentan con ingresos, aunque esto signifique u n p r o -
contar con ingresos regulares
¡existe en caso de pérdida de empleo? blema tanto i n d i v i d u a l (desahorro, endeudamiento o reduc-
E l seguro de desempleo permi- frente a una pérdida de ción del ingreso per c á p i t a de los miembros del hogar) como
te a los trabajadores asalariados empleo, aun para los
social (déficit p ú b l i c o y aumento e n las cotizaciones de las
disponer de un ingreso regular asalariados.
empresas, derivadas del pago del seguro de desempleo y
aun en caso de desempleo. Para
prestaciones conexas). Por ello, el desempleo abierto es u n
otros grupos poblacionales exis-
problema social de p r i m e r o r d e n , no sólo social y e c o n ó m i c o ,
ten beneficios compensatorios,
como el ingreso m í n i m o de in- sino t a m b i é n p o l í t i c o .
En M é x i c o , la p o s i b i l i d a d de contar con u n ingreso d u r a n -
E l nivel tan exiguo de ingresos te el desempleo es m á s restringida y la p o b l a c i ó n m a r g i n a d a
¡¿Cuáles son las circunstancias mdi-
de la mayor parte de los
\ del trabajador al quedar con experiencia laboral rara vez se encuentra en esta s i t u a c i ó n
trabajadores le impide
¡desempleado? durante p e r í o d o s prolongados. En la mayor parte de los casos,
disponer de ahorros para
E n la mayor parte de los casos el desempleo significa u n empobrecimiento de p o b l a c i ó n que
contingencias.
l e í trabajador cuenta con un ni- originalmente no es marginada, p o r l o que este p r o b l e m a
vel de ingresos que le permite concierne p r i n c i p a l m e n t e a las capas medias de la p o b l a c i ó n .
acceder, al menos m í n i m a m e n - U n i n d i c a d o r de ello es el que la P E A con estudios de al menos
te, al ahorro y le garantiza una secundaria representa 4 6 . 1 % del empleo y 63.2 d e l desem-
p r o t e c c i ó n adicional en caso de pleo, en tanto que los trabajadores sin i n s t r u c c i ó n o c o n p r i -
pérdida de empleo.
E L DEBATE NACIONAL / 5. L A POLÍTICA SOCIAL E L DESEMPLEO Y SUBEMPLEO ANTE E L MODELO ECONÓMICO 131
130

maria incompleta representan 32.4% del empleo y sólo 18.6 ros trimestres manifiestan, en cambio, aumentos regulares de
del desempleo abierto. . ,v, d e s o c u p a c i ó n . A l pasar ambas coyunturas, temporada navide-
ñ a y cuesta de enero (que se sigue hasta marzo), la situación se
CUADRO 2 regulariza y el desempleo disminuye. En el tercer trimestre
Desempleo con experiencia laboral vuelve a aumentar y en el cuarto logra su m á x i m o descenso.
por nivel de i n s t r u c c i ó n (1995) En la crisis tal secuencia se r o m p i ó : durante los tres p r i -
meros trimestres de 1995 el desempleo a u m e n t ó constante-
Proporción en Proporción del mente y las caídas logradas desde el cuarto trimestre de ese
ISIIVFI F S r O L A R Tasa
Desempleo el desempleo nivel escolar en el a ñ o hasta ahora han sido insuficientes para compensar los
total emolen total incrementos generados hasta agosto de 1995. Aunque durante
1 Q1 4.43 11.14
Sin instrucción L2i 21.21
1997 el desempleo se ha estabilizado entre 3.5 y 4.5%, esto
14.18
Primaria inrnmnleta a 90 implica proporciones 50% mayores de las existentes en 1992.
4.02 18.20 21.54
Primaria mmnleta 39.61 27.33
6.70
Secundaria 23.58 18.75
5.87
> Secundaria

Nota: L a tasa se refiere al total nacional, a diferencia de la gráfica que presenta


resultados urbanos de la población desempleada con o sin experiencia laboral.
Fuente: INEGI/STPS, Encuesta Nacional de Empleo. 1995.

En tales circunstancias, el desempleo abierto en M é x i c o es


significativamente menor que en los países ricos. A u n en los
peores momentos de la crisis de 1995, la tasa se situó por
debajo de 8% cuando en países como E s p a ñ a se acerca a 20%.
Destaca que el desempleo femenino sea generalmente
Fuente: INEGI, Encuesta Nacional de Empleo Urbano.
superior al masculino, l o cual puede explicarse porque fre-
cuentemente la b ú s q u e d a de empleo y la i n c o r p o r a c i ó n de la
mujer al trabajo tengan como objetivo contribuir a apoyar el El subempleo
ingreso familiar, en particular en p e r í o d o s en que desciende
m á s el ingreso de quienes se ocupaban previamente. Es así que Si la imposibilidad de generar riqueza p o r parte de u n i n d i v i -
en los p e r í o d o s m á s agudos de las crisis, es mayor la distancia duo, pese a su voluntad de hacerlo, se traduce en el desem-
entre el desempleo femenino y el masculino. pleo, los trabajos precarios o marginales definen al subem-
En la gráfica 2 se advierte que hasta antes de la crisis de pleo. Su cuantificación v a r í a en función de las variables
1994, el desempleo registraba altibajos permanentes, pero consideradas como m á s relevantes en su c a r a c t e r i z a c i ó n : i )
poco pronunciados, que configuraban curvas en forma de W. horas de trabajo (subempleo visible), i i ) p r o d u c t i v i d a d (su-
Esto se debe a los efectos estacionales de la coyuntura econó- bempleo invisible), que al no ser cuantificable directamente se
mica sobre el desempleo. Los ú l t i m o s trimestres de cada a ñ o recurre al indicador de ingresos, i i i ) prestacione, iv) activida-
son los de menor desempleo en v i r t u d de que en éstos se des desligadas de las capacidades laborales de los trabajado-
concentra la mayor demanda de bienes y servicios; los prime- res, p o r lo que se desaprovechan sus facultades productivas.
132 E L DEBATE NACIONAL / 5. L A POLÍTICA SOCIAL
E L DESEMPLEO Y SUBEMPLEO ANTE E L MODELO ECONÓMICO
133

a) Subempleo visible
tanto que en los p e r í o d o s de crisis, ante la p r e m u r a e c o n ó m i -
Conforme a los criterios de la O I T , el ú n i c o subempleo ca, i n c o r p o r e n nuevas fuentes de ingresos que, al menos en
visible es el que corresponde a la r e a l i z a c i ó n de jornadas t é r m i n o s de horas de trabajo, i m p l i c a n u n a salida d e l su-
inferiores a las consideradas como normales. En el caso mexi- bempleo.
cano, tomando en cuenta jornadas menores de treinta y cinco
horas semanales, este f e n ó m e n o afectó a 27.6% de la pobla-
CUADRO 3
c i ó n ocupada en 1995. N o obstante, las jornadas cortas pue-
Porcentaje de subempleo visible en r e l a c i ó n
den deberse a factores voluntarios del p r o p i o trabajador o a
con el empleo total
razones de mercados (de bienes o de trabajo), como paros
técnicos, falta de materias primas o de clientes, o simplemente
horarios normales cortos.
Las razones voluntarias se presentan m á s entre las muje-
ZONAS MAS Y MENOS URRAN
Trabajadores < 15 Hs semanales
im\m I K
n
Trabajadores 15 a 24 Hs semanales 10.4 8.6 14.6 11.1 o.o 14.1
res, dado que frecuentemente cumplen jornadas de trabajo 9.4 14.9
10.1 8.0
Trabajadores 25 a 34 Hs semanales 10.2 8.7 13.6 9.7 8.7 12.1 9.5 11. *^
d o m é s t i c o y cuidados familiares que n o son cubiertas por el 7.8 M 9
TOTAL 26.8 21.4 38.7 28.4 23.4 1 j.¿
39.9 27 ó Oñ Q
h o m b r e . Ello explica que subempleo visible femenino repre- ZONAS MÁS URBANIZADAS AS. M X / .o zu.y A41.7 1 1
F AS M F
Trabajadores. < 15 Hs semanales 3.9 2.5 AS M rV
sente el doble que el masculino. Las diferencias son a ú n ma- 6.8 4.8 3.3 7.5 5.1 3.3 ít A
Trabajadores 15 a24 Hs semanales 8.3 6.4 11.8 8.2 6.3 11 a a 2 JT 1-1 6.4
yores al considerar las jornadas menores de quince horas, Trabajadores 25 a 34 Hs semanales 9.0 7.1 12.5 9.0 11.0 O.Z 6.0 11.9
7.0 12.8 9.1 I7 1
donde las tasas femeninas casi triplican a las masculinas. En TOTAL 21.2 16.0 31.1 220 6 7 Ij.j
16.6 32.1 22.4 16.0 33.6
¿urvAS MENOS URBANIZADAS AS. M F AS.
consecuencia, el subempleo visible femenino n o sólo es mayor, M F AS. M V
Trabajadores. < 15 Hs semanales 7.9 5.3 14.8 10.1 6.8 18.9 10.4
sino que las subempleadas se encuentran en circunstancias de 6.5 9 n 1
Trabaiaaores 15 a24 Hs semanales 12.4 10.4 17.8 13.6 II.8 ZU.l
18.4 11.7 9.6 I7.I
subempleo m á s profundo.
A l combinar los criterios de tipo de zona y g é n e r o se
Fuentes: Encuestas Nacionales de Empleo, 1991, 1993 y 1995
constatan situaciones de creciente heterogeneidad. Mientras
AS = Ambos sexos; M = Masculino; F = Femenino
que menos de una sexta parte de los hombres de las zonas más
urbanizadas (mayores de cien m i l habitantes) se encontraban
subempleados en 1995, m á s de la m i t a d de las mujeres de las En el caso de las mujeres, el incremento constante puede
comunidades menos urbanizadas (menores de cien m i l habi- deberse a su creciente p a r t i c i p a c i ó n en la vida e c o n ó m i c a ,
tantes) estaban en esa misma circunstancia. tanto en los p e r í o d o s de crecimiento como de crisis. Como el
Durante la presente d é c a d a , n i el p e r í o d o de aparente crecimiento ha sido insuficiente para absorber a la creciente
auge de los primeros a ñ o s n i la crisis subsecuente h a n alterado PEA en empleos adecuados, la p r o p o r c i ó n de mujeres subem-
significativamente sus proporciones. Es m á s , a nivel general pleadas (al igual que los hombres) aumenta durante los a ñ o s
a u m e n t ó en 1991-1993 y se redujo en 1993-1995, aunque con de crecimiento. En cambio, en las crisis, a diferencia de los
u n comportamiento contrastado p o r g é n e r o , donde se acen- hombres (cuya m a y o r í a ya está inserta en a l g ú n trabajo), se
t u ó constantemente el subempleo femenino. acelera la i n c o r p o r a c i ó n de la mujer al trabajo, así sea en
L o anterior puede explicarse porque al tratarse de subem- condiciones precarias, con el fin de compensar la c a í d a en los
pleo p o r d u r a c i ó n de la j o r n a d a , los p e r í o d o s de crecimiento ingresos del hogar. Por consiguiente, en estos p e r í o d o s se
e c o n ó m i c o p e r m i t e n que parte de los hombres tengan mayo- incrementa, a ú n m á s que durante el crecimiento, la p r o p o r -
res posibilidades de emplearse, así sea en jornadas cortas, en U ó n de mujeres subempleadas que buscan contribuir, sin de-
E L DESEMPLEO Y SUBEMPLEO ANTE E L MODELO ECONÓMICO 135
E L D E B A T E N A C I O N A L / 5. L A P O L Í T I C A S O C I A L
134
Aunque nada garantiza el que efectivamente el salario se
j a r de realizar tareas d o m é s t i c a s , a la g e n e r a c i ó n de ingresos corresponda con la productividad marginal, el criterio es útil
en el hogar. Así, es posible i n t u i r una doble estrategia en el si se le interpreta no como con cuánto contribuye el trabajador a
hogar durante estos p e r í o d o s : m á s horas de trabajo para el la economía, sino directamente como la p r o p o r c i ó n de trabaja-
h o m b r e y mayor i n c o r p o r a c i ó n al empleo para la mujer. dores que perciben ingresos anormalmente bajos por las actividades
que realizan. El pasar de una lógica de contribución al producto
a una lógica cuantificable de aprovechamiento del producto,
b) Subempleo p o r ingresos
ofrece una idea alternativa de subempleo.
Si el subempleo visible indica quienes trabajan menos
tiempo que el considerado como " n o r m a l " , la O I T considera El subempleo por ingresos es m á s alto que el visible: en
que t a m b i é n se requiere una medida que d é cuenta de quie- 1995, 15.8% de la p o b l a c i ó n ocupada trabajaban sin recibir
nes, independientemente del tiempo que trabajen, sólo con- pago alguno, t r a t á n d o s e en general de familiares que ayudan
al jefe del hogar, en tanto que 19.8% p e r c i b í a el equivalente a
tribuyen de m o d o marginal al P I B (subempleo p o r productivi-
menos del salario m í n i m o . En suma, este subempleo afectó a
dad). Sin embargo, la m e d i c i ó n general de la productividad
35.6% de la p o b l a c i ó n ocupada y la p r o p o r c i ó n no ha dejado
genera m ú l t i p l e s problemas: en t é r m i n o s de volumen, i m p l i -
de crecer a lo largo de la presente d é c a d a . Es decir, aunque se
c a r í a comparar unidades de medida diferentes en cada activi-
ha llegado a reducir el subempleo por d u r a c i ó n de la j o r n a d a
dad, n o es posible comparar en esos t é r m i n o s la de u n cajero
entre 1993 y 1995, esto no se tradujo en incremento en los
de banco con la de u n j o r n a l e r o a g r í c o l a ; en t é r m i n o s de
ingresos, n i siquiera como p r o p o r c i ó n del cada vez m á s dete-
valores la productividad se encuentra afectada p o r variaciones
riorado salario m í n i m o , sino en u n incremento de quienes
en los precios relativos ajenas a la g e n e r a c i ó n de producto por
laboraron p o r ingresos a ú n menores".^
parte del trabajador, por ejemplo, una c a í d a abrupta en los
A l igual que en el subempleo visible, el de ingresos es m á s
precios del p e t r ó l e o se t r a d u c i r í a en una c a í d a paralela en la
grave para las mujeres y para los habitantes de zonas menos
productividad del trabajador; en t é r m i n o s t e ó r i c o s tampoco es
urbanizadas, sólo que en este caso las diferencias son m á s
h o m o g é n e a la cuantificación de la productividad del trabajo y
agudas. En efecto, en las zonas m á s urbanizadas el subempleo
de la p r o d u c t i v i d a d total de los factores; en t é r m i n o s de fuen-
femenino (26.0%) d u p l i c ó al masculino (13.0%), en tanto que
tes de i n f o r m a c i ó n , se r e q u e r i r í a de una m e d i c i ó n precisa de
en las menos urbanizadas el masculino afectó a casi la m i t a d
las actividades de todos los productores, inclusivo de aquellos
de los trabajadores (46.6%) y a cerca de dos tercios de las
que n o se detectan en las encuestas a establecimientos. En fin,
mujeres ocupadas (61.6%).
la cuantificación directa de la productividad resulta sumamen-
De 1991 a 1995, el trabajo sin r e m u n e r a c i ó n , como p r o -
te compleja al aplicarla al conjunto de la e c o n o m í a y los
p o r c i ó n del subempleo, ha tendido a reducirse en las zonas
trabajadores, m á x i m e en el caso de u n p a í s semiindustrializa-
más y a aumentar en las menos, aunque en estas ú l t i m a s
d o como l o es México. Por ello, el subempleo resultante de
urbanizadas el subempleo se redujo ligeramente de 1993 a
este criterio se considera como "invisible".
1995. Este hecho puede atribuirse a una respuesta a la crisis
Para superar este problema, la O I T asume el supuesto
n e o c l á s i c o de que el trabajo es pagado conforme a su produc-
tividad marginal. Si la m í n i m a productividad socialmente E n relación a la importancia del salario m í n i m o en la coyuntura actual
" n o r m a l " es la que se corresponde con el salario m í n i m o , con cfr. Enrique Valencia, " E l salario m í n i m o , ¿un indicador prescindi-
ble?", en La política social a dos años del Gobierno de Ernesto Zedillo, U d e G ,
entonces s e r á n considerados subempleados los trabajadores 1997.
que perciben ingresos inferiores a ese m o n t o .
136 E L D E B A T E N A C I O N A L / 5. L A P O L Í T I C A S O C I A L E L DESEMPLEO Y SUBEMPLEO ANTE E L MODELO ECONÓMICO 137

en la que algunos trabajadores anteriormente subempleados menores a l m í n i m o que trabajan m á s de treinta y cinco horas
i n c o r p o r a r o n al trabajo m á s familiares sin r e m u n e r a c i ó n para semanales y a los que obtienen el equivalente a entre uno y dos
apuntalar su ingreso. Las modificaciones j u r í d i c a s a la estruc- salarios y que laboran m á s de cuarenta y ocho horas semana-
tura agraria p u d i e r o n favorecer este comportamiento al i n - les. Sin embargo, dicho cálculo se utiliza en la E N E U y no
centivarse la p r i v a t i z a c i ó n del campo y con ello la sustitución incluye a los trabajadores sin r e m u n e r a c i ó n .
del trabajo de ejidatarios por el de jornaleros. Con base en los mismos criterios, pero agregando a los
trabajadores sin r e m u n e r a c i ó n y aplicando el cálculo a la
CUADRO 4 Encuesta Nacional de Empleo ( E N E ) , se obtiene u n indicador
Porcentaje de subempleo por nivel de ingresos de subempleo que cruza d u r a c i ó n de la j o r n a d a semanal con
en r e l a c i ó n con el empleo total ingresos. Conforme a éste, el subempleo afectó en 1995 a
34.8% de la p o b l a c i ó n ocupada, es decir, a una p r o p o r c i ó n

mm 17.1 14.6
E l
12.9
m
18.3 15.» 14.5
m similar a la derivada del cálculo de subempleo p o r ingresos
(35.6%). Sin embargo, a diferencia de los cálculos de subem-
12.7 10.7
Irabaisílores sm reniunciíiL/HJii 18.9 17.8 21.3 20.0 18.7 22.8 19.8 17.7 24.3 pleo visible y por ingresos, el criterio combinado muestra
-T- 1 _/;_,m.ai>i-vc> ^ cíilarlíT minifllO 31.6 41.1 35.6 32.0 43.4
31.6 28.5 38.4 34.6 niveles de subempleo similares entre los hombres y mujeres,
AS. M F AS. M F AS. M F
TrvxTAC TUf AC TTRRANTZADAS
5.3 3.4 8.7
así como mayores diferencias entre las zonas m á s y menos
4.8 3.1 7.9 5.3 3.5 8.8
7.9 14.1 9.8 7.5 14.0 12.4 9.6 17.3 urbanizadas.
'p_„u -/iníTrf>cns: < «lalflrio ItlílliniO lO.I
11.0 72 0 15.1 11.0 22.8 17.7 13.0 26.0
TOTAL — 14.9 Si bien los niveles de subempleo son similares entre u n o y
TíMWAc MiTiMníi liRRANIZADAS AS. M F AS. M F AS. M F
19.7 16.8 27.6 22.8 20.4 29.1 24.8 22.7 30.0 otro sexo, las mujeres laboran en condiciones m á s precarias
Trabajadores sin remuneración
26.7 25.7 29.6 29.0 27.6 32.9 26.1 23.9 31.6 que los hombres. En el á m b i t o nacional, m á s de la m i t a d del
46.4 42.5 57.2 51.8 48.0 62.0 50.9 46.6 61.6
TOTAL subempleo femenino se compone de trabajadoras sin remune-
r a c i ó n , en tanto que entre los hombres los subempleados se
Fuentes: Encuestas Nacionales de Empleo, 1991, 1993 y 1995. distribuyen de manera h o m o g é n e a entre i ) trabajadores sin
A S = ambos sexos; M=masculino; F = femenino. r e m u n e r a c i ó n , i i ) perceptores de ingresos inferiores al m í n i -
mo, trabajando m á s de treinta y cinco horas semanales y (iii)
quienes reciben el equivalente de entre uno y dos salarios
c) Subempleo p o r d u r a c i ó n de la j o r n a d a e ingresos
m í n i m o s trabajando m á s de cuarenta y ocho horas semanales.
Cuantificadas de manera aislada, las tasas de subempleo
En las zonas m á s urbanizadas la d i s t r i b u c i ó n entre los tres
visible y p o r ingresos ofrecen perspectivas parciales del pro-
grupos es h o m o g é n e a entre las mujeres, pero entre los h o m -
blema. Alguien que trabaja tres horas a la semana p o r razones
bres la m a y o r í a está en el rango de los que sí reciben ingresos.
personales y percibe cerca del salario m í n i m o correspondien-
te a toda la semana está, sin duda en mejores circunstancias El subempleo es m á s del doble en las zonas menos que en
que quien percibe el salario m í n i m o trabajando 50 horas. Sin las m á s urbanizadas. Mientras que en las primeras afecta a casi
embargo, el p r i m e r o estaría ubicado como subempleado, tan- la m i t a d de la p o b l a c i ó n ocupada, en las ú l t i m a s abarca a poco
to visible como p o r ingresos, en tanto que el segundo sería m á s de la quinta parte. A d e m á s , en las primeras p r e d o m i n a el
clasificado como adecuadamente empleado. grupo de trabajadores sin r e m u n e r a c i ó n , en tanto que en las
Ante esta situación, el I N E G I g e n e r ó entre las tasas comple- m á s urbanizadas cerca de la m i t a d obtienen el equivalente de
mentarias de empleo y desempleo, la de condiciones críticas entre uno y dos salarios m í n i m o s .
de o c u p a c i ó n , que comprende a los empleados con ingresos
E L D E B A T E N A C I O N A L / 5. L A P O L Í T I C A S O C I A L E L DESEMPLEO Y SUBEMPLEO ANTE E L MODELO ECONÓMICO 139
138

A p a r t i r de este criterio, entre 1991 y 1993 el subempleo ¿ j Subempleo por prestaciones


creció ligeramente y de 1993 a 1995 lo hizo de manera m á s A d e m á s de los criterios tratados, cabe destacar la i m p o r -
tancia del trabajo que se realiza sin p r e s t a c i ó n alguna y el que
acelerada, sobre todo entre los hombres y en particular los de
esta p r o p o r c i ó n sea creciente tanto antes como d e s p u é s de la
las zonas m á s urbanizadas.
crisis, particularmente en las zonas m á s urbanizadas.
CUADRO 5 Así, casi dos tercios de la p o b l a c i ó n ocupada no goza de
Porcentaje de subempleo p o r criterio combinado i p r e s t a c i ó n alguna. A diferencia de lo ocurrido bajo los otros
(ingresos y j o r n a d a de trabajo) criterios de subempleo, la p r o p o r c i ó n de trabajadores sin
en r e l a c i ó n con el empleo total ' ,i prestaciones es mayor entre los hombres que entre las muje-
res. Sin embargo, en el contexto de u n crecimiento de esta
^ — r p r o p o r c i ó n en ambos sexos, la diferencia entre ambos tiende
F AS. M F AS. M F
? Í 5 5 a ? ! R ^ ^ 5 I E N O S URBAN. AS. M a reducirse. Mientras que en 1991 las tasas eran diez puntos
12.9 10.9 17.5 14.7 13.1 18.2 14.7 14.4 19.1
Trabajadores sin remuneración mayores entre los hombres, en 1995 la diferencia se redujo a
10.6 11.3 9.1 10.5 11.4 8.6 lU.O 11
n.9a 0 n
Trnb Ine ^ Trab. > 35 Hs
T u T „ „ AB 1 a 9 Irab > 48 Hs 8.0 9.2 5.3 7.4 8.2 5.7 QS1
9.5 ñs 70
lU.o seis. Ello es particularmente grave, dada la necesidad de que
Irab Ing. oe i a x oiv» n a u '•i 31.5 31.4 31.9 32.6 32.7 32.5 34.8 36.6 35.1 las mujeres reciban m á s prestaciones que los hombres, en
AS. M F AS. M F AS. M F
T i x x T A C M A S 1TRRANIZADAS
/ . O i N A S íVlAO ui\jjzxi^xtjz-i.»'j^¿¿
v i r t u d de sus necesidades particulares de a t e n c i ó n , en especial
T " 1 ;„J-,--»o p i n rí»miinPrHClÓn
4.8 3.1 8.1 5.4 3.5 4.0 5.4 3.5 8.7
Irabaiaaores sm rciuuiituac-n-ni — 5.0 4.3 6.3 4.3 3.8 5.3 5.7 5.3 6.4 por maternidad.
Trab Inp. < SM Irab. > 39 ms 7.6 9.0 5.0 8.0 9.1 5.8 10.3 12,0 7.3
XIrab u Tn„ AB 1i aa 9
Ine oe z SM
cim Trab
n a u > 48
-ruHs — 17.4 16.4 19.4 17.7 16.4 20.1 21.4 20.8 22.4
M F AS. M F CUADRO 6
70N^S M F N O S TTRBANIZAUAS AS. M F AS
TA C 77 í 30.0 Porcentaje de p o b l a c i ó n ocupada sin prestaciones
x^oU'ii'>Ar\rp<: lin remuneración 20.2 17.1 28.3 22.4 20.7 29.0 za.o 1 1 7
15.7 17.C 12.4 16.1 17.4 12.4 14.7 16.C 11./ en r e l a c i ó n con el empleo total j
Trab Inp. < S M Irah. > 55 ns 8.3 9.2 5.Í 7.C) 7.4 7.- 8.9 9.Í 6.8
.T. L Inp
Trab T de Q 7¿ S M Trab
a.. 11 a irao ^> t48o Hs — 47. 48.5 48.Í> 48.5
44.2 43.^l 46.f ) 46.() 45.f
TOTAL ZONAS MÁSURB ZONAS MENOS URB TOTAL
1991 1993 1995 1991 1993 1995 1991 1993 1995
HOMBRES 45.1 47.4 51.0 80.0 81.2 80.6 64.5 66.5 67.9
Fuente: E N E 95, cuadros 143 a 145.
MUJERES 37.0 43.0 45.4 74.0 77.6 78.8 54.2 59.4 61.7
T r a b Ing. SM Trab. 35 Hs = Trabajadores con ingresos inferiores al m í n i m o TOTAL 42.3 45.9 49.0 78.4 80.2 80.0 61.4 64.3 65.9
que laboraron m á s de 35 horas en la semana de referencia.
T r a b Ing de 1 a 2 S M T r a b 48 Hs = Trabajadores con ingresos equivalentes a
Fuente: E N E 95, cuadros 143 a 145.
entre uno y dos salarios m í n i m o s , que laboraron m á s de 48 horas en la semana
de referencia.

Nota: Todos los cálculos de .subempleo, bajo los criterios hasta ahora conside- En el caso de la d i s t r i b u c i ó n p o r zonas, la crisis afecta
rados, se efectuaron con base en la p o b l a c i ó n ocupada, excluyendo iniciadores mayormente a la d e s a t e n c i ó n en las m á s urbanizadas, donde
de un p r ó x i m o trabajo, quienes no trabajaron la semana de referencia y
quienes no especificaron ingresos y/u horas de trabajo ( s e g ú n el caso). L a PO las relaciones de trabajo asalariadas h i s t ó r i c a m e n t e h a b í a n
resultante en 1995 fue de 31,196,822, frente a 33,881,068 de P O total. p e r m i t i d o una mayor cobertura de la seguridad social.
E L DESEMPLEO Y SUBEMPLEO ANTE E L MODELO ECONÓMICO 141
140 E L DEBATE NACIONAL / 5. L A POLÍTICA SOCIAL

3) Los cambios estructurales del empleo


La descalificación del trabajo calificado
Los cambios sectoriales
Los criterios de la O I T y el I N E G I p e r m i t e n ubicar el subempleo
en t é r m i n o s de d u r a c i ó n de la j o r n a d a laboral, ingresos y
prestaciones, lo que da lugar a estimaciones de precariedad Los ú l t i m o s a ñ o s han implicado una t r a n s f o r m a c i ó n significa-
laboral. O t r o problema es el hecho de que diversos contingen- tiva en la estructura ocupacional mexicana. Entre 1993 y 1996
tes de p o b l a c i ó n dispongan de conocimientos socialmente se ha reducido de manera constante el n ú m e r o de trabajado-
necesarios, sea por experiencia laboral, procesos de capacita- res en los sectores agropecuario y de la c o n s t r u c c i ó n . En el
ción externos o f o r m a c i ó n escolarizada, pero no puedan ejer- p r i m e r o la r e d u c c i ó n abarca 921 000 personas y en el segundo
cerlos p o r no existir demanda de mercado para esos conoci- 82.5 miles. En conjunto, esta p o b l a c i ó n implica una p r e s i ó n
mientos. U n ejemplo de esto es el de u n m é d i c o que no adicional de m á s de u n m i l l ó n de personas p o r parte de la
consigue trabajo como tal debido a la insuficiencia de inver- oferta de trabajo para el conjunto del sistema e c o n ó m i c o ,
sión en centros de salud, pese a que existan grandes núcleos a d e m á s de las resultantes del crecimiento d e m o g r á f i c o y los
de p o b l a c i ó n que requieren sus servicios. O t r o ejemplo es el aumentos en las tasas de p a r t i c i p a c i ó n . En suma, los sectores
de trabajadores calificados cuya experiencia no puede ser distintos al agropecuario y al de la c o n s t r u c c i ó n debieron
aprovechada, dadas las crisis que afectan a los sectores en absorber en este lapso cerca de 3.5 millones de personas.
donde pudieran emplearse. Aunque u n taxista o u n vendedor Aunado a ello, entre 1993 y 1995 diversas industrias sufrieron
ambulante no puedan ser clasificados per se como subemplea- caídas en el n ú m e r o de empleados, como fue el caso de "pro-
dos, el que u n m é d i c o se dedique a manejar u n taxi o que un ductos alimenticios, bebidas y tabaco" (-74 000 trabajadores),
obrero calificado venda golosinas en la vía p ú b l i c a , es u n "fabricación de prendas de vestir" (-118 000), la "industria de
desperdicio de sus capacidades productivas, aunque trabajen cuero y calzado" (-57 000) y la c o n s t r u c c i ó n (-60 000). En
m á s de treinta y cinco horas semanales y obtengan ingresos conjunto, la industria manufacturera sólo g e n e r ó 90.6 miles
superiores al del salario m í n i m o . de empleos netos y en el conjunto de la industria se r e p o r t ó
una p é r d i d a de 13 104.'^
Aunque no se dispone de i n f o r m a c i ó n procesada de la
m a g n i t u d de este problema, el saldo de estancamiento e c o n ó - La g e n e r a c i ó n neta de empleo provino entonces, básica-
mico que ha sufrido M é x i c o desde 1982, aunado al crecimien- mente, de actividades terciarias, donde se ocuparon 1.8 m i l l o -
to d e m o g r á f i c o y al mejoramiento en el perfil educativo de la nes de personas m á s en 1996 que 1993, en el comercio
p o b l a c i ó n , hacen que se presente u n empleo significativo de 500 000 y en la a d m i n i s t r a c i ó n pública casi 300 000. Por su
trabajadores calificados y profesionistas en empleos ajenos a parte, la industria r e c u p e r ó en 1996 la capacidad de genera-
sus capacidades, y ha facilitado el que se requieran mayores ción de empleo perdida durante la crisis y a l c a n z ó , en 1996,
niveles de escolaridad para los puestos de trabajo. En Resistol 720 000 trabajadores m á s que en 1995.
y Nissan-Aguascalientes, para ingresar al menor nivel de ope- A u n nivel mayor de d e s a g r e g a c i ó n , ' ' el incremento en el
rario, se demanda como escolaridad m í n i m a el bachillerato empleo es atribuible a las industrias de madera y papel, q u í -
terminado.
3- Idem.
4. L a d e s a g r e g a c i ó n a nivel sectorial presentada en la ENE-96 s ó l o se
m encuentra desagregada en nueve grandes sectores, por lo que no es
posible establecer el mismo nivel de detalle que el ofrecido en las ENE-93
E L DEBATE NACIONAL / 5. L A POLÍTICA SOCIAL E L DESEMPLEO Y SUBEMPLEO ANTE E L MODELO ECONÓMICO 143
142

mica, hule y plástico, refinación de p e t r ó l e o y derivados, otras m e n t ó de trabajadores p o r su cuenta (27.9%), empleadores
industrias de t r a n s f o r m a c i ó n , así como al comercio mayorista (12.7%) y trabajadores sin pago (11.9%). En contraparte, se
y minorista, hoteles, venta de alimentos (tanto en lugares redujo el personal a destajo y los asalariados, por lo que se
establecidos como en la vía pública) y los servicios en general. intuye el incremento del subempleo.
La d i n á m i c a del crecimiento del empleo estuvo determinada En suma, el aumento del empleo estuvo determinado p o r
por la demanda de las industrias de t r a n s f o r m a c i ó n , especial- la d i n á m i c a de ramas de actividad e c o n ó m i c a con exigencias
mente p o r la industria maquiladora de e x p o r t a c i ó n , y los de c a p a c i t a c i ó n menores a las industriales y por una recompo-
servicios. Sin embargo, mientras que en la industria tal au- sición en la estructura por posición en el trabajo de la mayor
mento se explica por la evolución de los trabajadores asalaria- parte de los sectores. Por lo que respecta a los incrementos
dos, en los servicios el alza procede del aumento de los traba- sectoriales, destacan el del comercio mayorista (10%), el m i n o -
jadores por su cuenta, a destajo y sin pago, lo cual sería rista (11.5%), en hoteles y de venta de alimentos en estableci-
indicativo de u n deterioro en las condiciones del empleo mientos (22.7%), venta de alimentos en la vía p ú b l i c a (18.2%)
formal en estas actividades. y servicios de r e p a r a c i ó n (18.4%).
Por posición en el trabajo y ramas e c o n ó m i c a s , en las
actividades agropecuarias hubo u n aumento de empleadores, CUADRO 7
asalariados y, en especial, de los trabajadores a destajo. En P o b l a c i ó n ocupada por sector de actividad
contraste, hubo una p é r d i d a de casi u n m i l l ó n de trabajadores
independientes que n o pudo ser compensada por el incre-
mento en los rubros ya mencionados y que d e t e r m i n ó una 1993 I99S 1996 í 1993 I99S 1996 1993/9
c a í d a absoluta de 5.2% en ese sector. 6
En la industria de t r a n s f o r m a c i ó n ocurrieron descensos en Actividades agropecuarias 8,842,774 8,378,344 7,921,686 26.9 24.7 22.5 (3.6)
Ind. Eitr. De Transf. y 5,347,724 5,394,922
el n ú m e r o de empleadores (11.5%), trabajadores p o r su cuen- Elect.
6,114,135 16.3 15.9 17.4 4.6
ta (27.7%) y a destajo (9.8%), mientras que se i n c r e m e n t ó el ConstrueeiÓD 1,879,231 1,818,929 1,796,692 5.7 5.4 5.1 (1.5)
n ú m e r o de asalariados. Lo anterior da cuenta de una reestruc- Comercio 5,617,187 6,251,997 6,116,118 17.1 18.5 17.4 2.9
t u r a c i ó n del sector en detrimento de los p e q u e ñ o s talleres Comunic. y Transportes 1,362,350 1,461,417 1,449,278 4.1 4.3 4.1 2.1
familiares y en beneficio de los establecimientos que aplican Servicios 8,277,349 9,133,929 10,070,843 25.2 27.0 28.6 6.8
relaciones de trabajo asalariadas. Admón. Piíbliea y defensa 1,282,655 1,282,455 1,576,949 3.9 3.8 4.5 7.1
La c a í d a en el empleo de trabajadores de la c o n s t r u c c i ó n Trabajadores en E. U. 206,930 125,561 154,182 0.6 0.4 0.4 (9.3)
aparentemente estuvo determinada por la d e s a p a r i c i ó n de No espeeirieado 16,480 33,514 26,153 0.1 0.1 O.I 2.4
unidades productivas, puesto que cayó en forma importante el Total 32,832,680 33,881,088 35,226,036 100 100 100 2.4
n ú m e r o de empleadores (18.6%) y el ú n i c o incremento se
p r e s e n t ó en el n ú m e r o de trabajadores por su cuenta (30.5%). Fuente: STPS/INEGI: Encuesta Nacional de Empleo.
La m a y o r í a de empleos perdidos en los sectores producto-
res de bienes fueron absorbidos p o r comercio y servicios,
donde se incrementaron en 11.3%. En éstos destaca el incre- Transformaciones por tamaño de establecimiento

y ENE-95. Por lo anterior, la i n f o r m a c i ó n aquí presentada al interior


Durante el p e r í o d o 1993-1996 se p r e s e n t ó una p o l a r i z a c i ó n
la industria se refiere sólo al p e r í o d o 1993-1995.
del empleo hacia los micro y grandes establecimientos (de
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menos de cinco y de m á s de cincuenta personas, respectiva- dores asalariados en actividades agropecuarias entre 1993 y
mente), en detrimento de los intermedios, particularmente de 1995, pasando de 1.6 a 2.3 millones de personas.
aquellos que ocupan entre seis y quince trabajadores. Mientras
que en 1993, 48.4% de los trabajadores se d e s e m p e ñ a b a n en CUADRO 8
microestablecimientos, en 1995 esta p r o p o r c i ó n a u m e n t ó a Estructura porcentual de la p o b l a c i ó n ocupada
57.5%. Estos altibajos fueron parcialmente recuperados en p o r p o s i c i ó n en el trabajo
1996, cuando el crecimiento fue uniforme y se r e c u p e r ó el
empleo en establecimientos de once a quince personas.
El crecimiento en el empleo de los microestablecimientos
se p r e s e n t ó principalmente entre las mujeres y en particular Empleadores 4.11 4.32 4.76 4.83 4.65 ND 3.49 4.04 ND
se reflejó en el incremento del trabajo unipersonal femenino. Por su cuenta 26.74 25.33 23.95 16.73 18.01 ND 35.39 31.47 ND
Asalariados 49.15 50.92 52.68 66.12 64.62 ND 34.49 39.44 ND
Las transformaciones por posición en el trabajo A destajo 5.99 6.33 6.26 7.16 7.54 ND 4.97 5.32 ND
Sin pago 13.89 13.01 12.26 5.13 5.14 ND 21.46 19.61 ND
El incremento en los empleos del p e r í o d o referido se b a s ó en otros 0.11 0.09 0.07 0.04 0.05 ND 0.18 0.12 ND
la intensificación de las relaciones de trabajo asalariadas, con- No Especif. 0.01 0.00 0.02 0.00 ND ND 0.02 ND ND
trastando con la c a í d a de los trabajadores sin pago y por su
cuenta. T a l comportamiento d i o lugar a que los asalariados
Fuente: ENE 93, tablas 22 a 24; ENE 95, tablas 43 a 45.
(incluyendo trabajadores a destajo) aumentaran su participa-
ción, de 5 5 . 1 % del empleo total en 1993 a 57.3 en 1995 y a
58.9 en 1996.
El que baya aumentado aun en p e r í o d o de crisis la propor-
ción del empleo asalariado, es producto de las modificaciones
4. La política de empleo: entre la racionalidad
en las relaciones laborales del sector agropecuario. En las
del mercado y la compensación social
zonas menos urbanizadas, sólo 18.0% de los trabajadores de
este sector eran asalariados en 1993 y tal p r o p o r c i ó n se incre- A partir de la crisis de 1982, la política de empleo ba seguido
m e n t ó basta 27.4% en 1995. En las zonas m á s urbanizadas, el dos vertientes con u n mismo origen, el establecimiento de
asalariamiento de los trabajadores agropecuarios a s c e n d i ó de programas emergentes de empleo, pero con lógicas diferentes
31.7 a 40.8% entre esos a ñ o s . En los otros sectores el asalaria- en su evolución. Por u n parte, se ban establecido proyectos
miento d e c a y ó , tanto en las zonas m á s como en las menos orientados a perfeccionar el mercado de trabajo, con vistas a
urbanizadas. Sin embargo, como la importancia del empleo mejorar los canales de i n f o r m a c i ó n entre oferentes y deman-
agropecuario en las zonas m á s urbanizadas es marginal, el dantes de empleo y, sobre todo, de adecuar las características
aumento del peso relativo del trabajo asalariado sólo aparece de la oferta a las necesidades de la demanda. Por otra parte,
en las menos urbanizadas. En suma, este aumento es de tal dadas las consecuencias sociales de las crisis sufridas desde
m a g n i t u d que compensa con creces la p é r d i d a de importancia entonces, se ban establecido programas temporales, con fines
del empleo asalariado en el resto de los sectores. El proceso compensatorios, sin una articulación lógica con la política
descrito ba implicado la i n s e r c i ó n de 690 000 nuevos trabaja- e c o n ó m i c a establecida y determinados por la necesidad de
aplicar medidas de contingencia ante la d e g r a d a c i ó n social.
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En la p r i m e r a de estas vertientes se reconoce la primicia del Para enfrentar este problema, se privilegian las políticas
mercado como variable de ajuste en el empleo; en la segunda de formación de capital humano. T a l c o n c e p c i ó n se fundamenta
se reconoce i m p l í c i t a m e n t e lo contrario y se establecen políti- en la b i p ó t e s i s de que invertir en hombre (al igual que pudiera
cas que tratan de paliar los propios efectos antisociales de la bacerse en capital fijo) permite incrementar la productividad
lógica del libre mercado. laboral y, p o r ende, los niveles de ingreso, tanto de los traba-
jadores como de las empresas. De igual modo, tal i n v e r s i ó n
La búsqueda del "perfeccionamiento del mercado de trabajo" permite adecuar las características de la oferta de trabajo
excedente (desempleo) a los requerimientos de la demanda.
Las llamadas políticas activas de mercado de trabajo, en con- Generalmente, la e d u c a c i ó n escolarizada, la c a p a c i t a c i ó n
t r a p o s i c i ó n a las de p r o t e c c i ó n , justifican la acción e c o n ó m i c a y el adiestramiento ban sido considerados como instrumentos
del Estado sólo cuando ésta se dirige bacia la c o r r e c c i ó n de clave para adecuar oferta y demanda de trabajo. Así, la impar-
imperfecciones del mercado. tición y a d q u i s i c i ó n de conocimientos p e r m i t e n acercar al
Una de estas imperfecciones es la de la i n f o r m a c i ó n : aun- trabajador al tipo de necesidades del sistema e c o n ó m i c o . Si
que existan empleadores que necesitan contratar trabajadores bien es necesario impulsar la e d u c a c i ó n y la c a p a c i t a c i ó n para
y desempleados que respondan al perfil requerido, si el em- equilibrar cualitativamente el mercado de trabajo, t a m b i é n lo
pleador n o sabe d ó n d e se encuentran esos desempleados y es descubrir d ó n d e , c ó m o , entre q u é p o b l a c i ó n y en q u é me-
estos ú l t i m o s no conocen de las necesidades del empleador, el dida se requiere y es posible efectuar dicbo impulso.
desempleo c o n t i n u a r á . O t r o caso se deriva de la ausencia de Conforme al esquema de capital bumano, la i n v e r s i ó n en
conocimientos precisos del empleador sobre los conocimien- e d u c a c i ó n resulta rentable a p a r t i r del momento en que el
tos y babilidades del trabajador. La p a r t i c i p a c i ó n del Estado ingreso acumulado a lo largo de la vida activa de los i n d i v i -
se orienta entonces a i ) la f o r m a c i ó n de bolsas de trabajo duos que tuvieron alguna c a p a c i t a c i ó n o u n determinado ciclo
(servicios p ú b l i c o s de empleo) que recogen ofertas de empleo educativo, supera al de las personas que n o la recibieron.
y las presentan a trabajadores desempleados, y i i ) desde 1995, En t é r m i n o s generales, esta perspectiva admite el supues-
a la certificación de babilidades y competencias laborales. to neoclásico de que el nivel de las remuneraciones al trabajo
Otra de las imperfecciones es el desajuste entre los cono- se encuentra determinado por la productividad marginal de
cimientos y babilidades de los trabajadores y los requerimien- este factor. Por consiguiente, la incidencia de la f o r m a c i ó n del
tos de la demanda. Los desempleados corren el riesgo de trabajador en su nivel de ingreso implica una elevación cre-
encontrarse sin el tipo de conocimientos que demanda el ciente de la p r o d u c t i v i d a d y, p o r ende, del nivel de actividad
aparato productivo, en r a z ó n de las transformaciones en cuan- económica.
to a las babilidades específicas que i m p o n e n las nuevas tecno- Lo anterior no se corresponde con la lógica de o p e r a c i ó n
logías y formas de o r g a n i z a c i ó n del trabajo. Es decir, las de una parte importante de las e c o n o m í a s . En el caso mexica-
capacidades, de que disponen los trabajadores que no logran no, durante los a ñ o s ocbenta, ante incrementos en la produc-
insertarse en la p r o d u c c i ó n pueden distanciarse de aquellas tividad total de los factores ( H e r n á n d e z Laos 1993), se o b s e r v ó
que son demandadas en el mercado. Así, nos encontramos un decremento en los niveles salariales y una elevación signi-
ante una d i s t o r s i ó n de tipo cualitativo, donde los buscadores ficativa de la tasa de p a r t i c i p a c i ó n de la PEA como p r o p o r c i ó n
de empleo no encuentran trabajo y los oferentes no localizan de la P E T . Es decir, u n incremento en la productividad fue
al tipo de trabajadores que requieren: ¿cómo solucionar tal s i m u l t á n e o a una mayor i n c o r p o r a c i ó n de fuerza de trabajo,
desequilibrio? dispuesta a emplearse aun p o r menores remuneraciones. Ello
148 E L D E B A T E N A C I O N A L / 5. L A P O L Í T I C A S O C I A L
E L DESEMPLEO Y SUBEMPLEO ANTE E L MODELO ECONÓMICO 149

puede ser explicado por varias h i p ó t e s i s , entre las que se grupos s o c i o d e m o g r á f i c o s . Así, los mejores resultados se obtu-
encuentra el poder institucional en la d e t e r m i n a c i ó n de sala- vieron entre los desempleados de sexo masculino que conta-
rios y el hecho de que la u n i d a d básica de consumo no sea el ban con experiencia laboral, t e n í a n m á s de veinticinco a ñ o s y
individuo, sino el bogar, como se s e ñ a l ó en la p r i m e r a parte una escolaridad superior a la p r i m a r i a e inferior al bachillera-
de este a r t í c u l o . Si se da u n incremento de la oferta en estas to. Así, el beneficio del programa m o s t r ó que la c a p a c i t a c i ó n
circunstancias, pueden tender a la baja las remuneraciones repercute sobre los trabajadores desempleados en función al
laborales al tiempo que se eleva la productividad. sexo, edad y escolaridad previa del becario.
En t é r m i n o s prácticos, las sugerencias que ban p r e d o m i - En este sentido, resulta que los mayores beneficios de la
nado a p a r t i r de los planteamientos de "invertir en el hombre" c a p a c i t a c i ó n se registran entre el tipo de trabajadores que,
privilegian la g e n e r a l i z a c i ó n de la e d u c a c i ó n básica, la p r o m o - ex-ante, dadas sus características educacionales y sociodemo-
c i ó n de la c a p a c i t a c i ó n y f o r m a c i ó n técnica, así como la bús- gráficas tienen mayores posibilidades de lograr u n empleo.
queda de autofinanciamiento, al menos parcial, de la educa- Lo anterior refleja u n problema particular: si bien se
c i ó n superior, ya que esta ú l t i m a implica fuertes niveles de atiende y favorece a grupos de trabajadores susceptibles de
i n v e r s i ó n , cuya rentabilidad e c o n ó m i c a n o siempre s e r á pro- ocuparse, lo que convierte a los programas de c a p a c i t a c i ó n en
bada. instrumentos valiosos de apoyo a estos grupos, la c a p a c i t a c i ó n ,
Por otra parte, para atender a los ocupados de micro, por sí misma, n o siempre es efectiva para una parte significa-
p e q u e ñ a s y medianas empresas, el argumento para capacitar tiva de la p o b l a c i ó n que enfrenta problemas de subempleo.
es el de que la fragilidad de la mayor parte de éstas las vuelve
susceptibles de u n mayor retraso en r e l a c i ó n con las firmas
que d i r i g e n el curso de la e c o n o m í a .
Por l o que respecta a la certificación de competencias
Las políticas compensatorias
laborales, se ba establecido u n Sistema Nacional al respecto,
reforzado p o r u n marco normativo p r o p i c i o para estas políti- A d e m á s de las políticas enunciadas en el inciso anterior, se
cas, particularmente en la Ley Federal del Trabajo. En lo ban establecido u n nueva serie de instrumentos. De becbo, las
relativo a la articulación entre los conocimientos de la oferta y políticas de apoyo a la p r o d u c c i ó n y el empleo constituyen u n o
los requerimientos de la demanda de trabajo, se ban creado de los ejes de las políticas ante la pobreza implantadas p o r la
los programas de Becas de C a p a c i t a c i ó n para Trabajadores Secretaría de Desarrollo Social.
Desempleados ( P R O B E C A T , desde 1984) y de Calidad Integral Por l o general, éstas comprenden apoyos temporales, de
y M o d e r n i z a c i ó n ( G I M O ) . Sin duda, la c a p a c i t a c i ó n se convierte tres meses, que se encauzan a grupos poblacionales particula-
entonces en el eje de las políticas de mercado de trabajo, a lo res y n o integran una política de c a r á c t e r universal. Los p r i n -
que se agrega, bajo la misma lógica, la certificación de las cipales beneficiarios son los grupos m á s afectados, no p o r tres
competencias adquiridas, aunque éstas no procedan necesa- meses, sino p o r cinco siglos, p o r los procesos de c o n c e n t r a c i ó n
riamente de procesos de c a p a c i t a c i ó n formal. de la riqueza: i n d í g e n a s , campesinos minifundistas, jornaleros
Las evaluaciones a los programas de apoyo a desemplea- agrícolas, mujeres de escasos recursos, menores en circunstan-
dos resaltan el que éstos facilitaron a los becarios una más cias especialmente difíciles, personas con discapacidad e i n d i -
r á p i d a i n s e r c i ó n en u n empleo, así como u n mayor nivel de viduos de la tercera edad con bajos ingresos.
ingresos. Sin embargo, se advierte que los resultados fueron Entre los instrumentos para la aplicación de este eje de
altamente diferenciados, al clasificar a los becarios en diversos políticas se encuentra u n o de los dos fondos que constituyen
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el Ramo 26 del presupuesto federal: el Fondo para el Desarro- de empleo a través de obra pública, éstas pueden mitigar
llo Regional y el Empleo (el otro es el de Desarrollo Social situaciones críticas de grandes contingentes durante p e r í o d o s
Municipal), el cual cuenta para 1997 con u n presupuesto de 4 cortos, lo cual es en sí mismo loable, pero para que efectiva-
427.5 millones de pesos (4% m á s en t é r m i n o s reales que en mente puedan convertirse en una política integral de empleo
1996). que sirva como instrumento de lucba contra la pobreza y la
Los principales programas a los que se dedica este fondo m a r g i n a c i ó n estructurales, se requiere que los programas
son: cumplan con condiciones adicionales, como i) que su existen-
• Los de Fondos Regionales I n d í g e n a s : apoyo financiero cia e importancia se refuerce constantemente y que no e s t é n
a iniciativas productivas i n d í g e n a s en actividades agro- sólo en función de coyunturas e c o n ó m i c a s como es el caso de
pecuarias, pecuarias y de servicios. las crisis mayores, o políticas, como los p e r í o d o s electorales;
ii) que n o se establezcan como paliativos de la política e c o n ó -
• Empresas Sociales (Fondo Nacional de Apoyo para las
mica, sino que se integren a lógicas de crecimiento planeadas
Empresas de Solidaridad, Eonaes): apoyo financiero a
de la infraestructura de las regiones m á s pobres, así como de
proyectos técnica, financiera y socialmente viables, para
la definición de estrategias de política agrícola e industrial a
! a m p l i a c i ó n , m o d e r n i z a c i ó n y c o n s o l i d a c i ó n de empre-
nivel nacional, y i i i ) que impulsen la capacidad de organiza-
sas sociales en actividades agrícolas, agroindustriales,
ción a u t ó n o m a y sustentable de las comunidades.
comerciales, extractivas, pecuarias, forestales y pesque-
ras, así como a microempresarios.
• Programas de Empleo T e m p o r a l : obras comunitarias 5. ¿Hay alternativas? I
con empleo a fuerza de trabajo no calificada. A través
de este programa se efectúan trabajos de desasolve de El empleo no es una variable independiente que pueda aislar-
canales de riego, empedrado de calles, despiedre de se del resto de la e c o n o m í a y, p o r lo tanto, n o es posible
parcelas, i n t r o d u c c i ó n de agua potable, vivienda, repa- plantearse una política de empleo ajena a i ) los objetivos y
r a c i ó n y c o n s t r u c c i ó n de caminos rurales políticas de crecimiento e c o n ó m i c o ; i i ) los niveles y formas de
• Jornaleros Agrícolas: empleo temporal p o r 88 jornadas p r o m o c i ó n a sectores e c o n ó m i c o s , regiones y t a m a ñ o s de em-
agrícolas con pago de salario m í n i m o . En este esquema presa específicos; i i i ) la evolución de la p r o d u c t i v i d a d nacio-
se contrataron 751 717 trabajadores en 1996. nal, sectorial y por t a m a ñ o de establecimiento; iv) el creci-
• A p a r t i r de los programas ejecutados mediante los Fon- miento d e m o g r á f i c o y la p a r t i c i p a c i ó n e c o n ó m i c a de los
diversos grupos de edad, así como de las mujeres y los h o m -
dos para el Desarrollo Regional y el Empleo, se deduce
bres; v) la d i s t r i b u c i ó n del ingreso corriente y la riqueza y v i )
una política centrada b á s i c a m e n t e en la a s i g n a c i ó n de
los niveles y formas de o r g a n i z a c i ó n de la sociedad en los
c r é d i t o s blandos, y otra de obra p ú b l i c a de carácter
á m b i t o s local, regional y nacional. E n otras palabras, la políti-
tradicional.
ca de empleo no puede delimitarse p o r programas aislados,
Ambas políticas p e r m i t e n mitigar situaciones críticas por
que aunque necesarios, son insuficientes y c u m p l e n con una
parte de la p o b l a c i ó n beneficiaria. Sin embargo, sería impor-
función compensatoria de las políticas ortodoxas de ajuste
tante que en la lógica financiera la viabilidad técnico e c o n ó m i -
estructural.
ca se construyera sobre la premisa de una funcionalidad social
previa, en vez de que en el plano operativo las viabilidades Por el contrario, consideramos que la política de empleo
técnicofinancieras sean la únicas realmente determinantes. debe comprender aspectos m a c r o e c o n ó m i c o s que rebasen la
Por lo que respecta a las políticas tradicionales de g e n e r a c i ó n perspectiva de mercado de trabajo. Ésta, reconociendo su
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c o n t r i b u c i ó n , debe ser complementaria y no sustitutiva del El desempleo constituye una variable significativa en el
d i s e ñ o global de políticas. La c a p a c i t a c i ó n promueve el mejo- l a ñ o s o c i o e c o n ó m i c o , sobre todo para quienes buscan trabajo
ramiento de la productividad y la calidad del trabajo. Sin por p r i m e r a vez y de quienes tienen experiencia en materia de
embargo, si esta c a p a c i t a c i ó n no se a c o m p a ñ a de u n contexto trabajo asalariado. Este f e n ó m e n o afecta con mayor fuerza a
que favorezca el crecimiento de la actividad e c o n ó m i c a y del uienes disponen de niveles de escolaridad medios y supe-
empleo, las dificultades para absorber la oferta de trabajo riores y es particularmente sensible a las crisis, como fue el
c o n t i n u a r á n presionando sobre la estabilidad. Los programas caso en 1995.
compensatorios son positivos en el sentido de que se atiende El subempleo constituye u n problema social de mayor
a p o b l a c i ó n marginada, pero, salvo casos excepcionales, difí- envergadura y en la presente d é c a d a ba aumentado continua-
cilmente dicbas políticas p o d r á n sacarla de la m a r g i n a c i ó n . mente tanto en crisis como en crecimiento. Este f e n ó m e n o
Una estrategia e c o n ó m i c a alternativa basada en lo social afecta principalmente a las zonas menos urbanizadas y es m á s
d e b e r í a subordinar los objetivos financieros a los directamen- intenso entre las mujeres.
te productivos, principalmente a la g e n e r a c i ó n de empleos Las políticas de empleo se orientan con una lógica restrin-
adecuados y a la r e v e r s i ó n de las tendencias concentradoras gida sólo al mercado de trabajo o a medidas compensatorias
del empleo y la riqueza, para lo cual se requieren transforma- de c a r á c t e r temporal e insuficiente. N o existe una a r t i c u l a c i ó n
ciones en la estrategia de desarrollo. Algunos elementos ban plena entre la política de empleo y el d i s e ñ o lógico del conjun-
sido propuestos por la Iniciativa p o r la Democracia ( R M A L C ) . to de la política e c o n ó m i c a , y entre ésta y la p r o b l e m á t i c a
Igualmente, se ban planteado propuestas alternativas p o r u n i - ocupacional a nivel m a c r o e c o n ó m i c o .
versidades, partidos, empresarios, ONG's, sindicatos y particu- El enfrentamiento al problema ocupacional pasa p o r el
lares. d i s e ñ o , aplicación y evaluación de políticas alternativas, acor-
El d i s e ñ o de una política explícita de empleo implica des con las p r o b l e m á t i c a s constatadas en los á m b i t o s nacional,
articular decisiones m a c r o e c o n ó m i c a s y acuerdos entre agen- regional y local, considerando la estructura sectorial y las
tes e c o n ó m i c o s y actores sociales. En las decisiones de política condiciones s o c i o d e m o g r á f i c a s en que la p o b l a c i ó n se integra
e c o n ó m i c a se deben considerar sus repercusiones en los nive- al trabajo. La t e o r í a que sustente las políticas de empleo debe
les y calidad del empleo. La i n t e g r a c i ó n de decisiones p o d r í a construirse con base en la realidad y n o imaginar una derivada
institucionalizarse mediante la c r e a c i ó n de una instancia eje- de alguna teoría, cualquiera que ésta sea.
cutiva m u l t i p a r t i t a de p r o m o c i ó n del empleo. Ante los cambios tecnológicos y organizacionales, las ú n i -
cas posibilidades de g e n e r a c i ó n amplia de empleos dignos y
de desarrollo a largo plazo, pasan por la definición de u n
objetivo central y operativo, de r e d i s t r i b u c i ó n de la riqueza y
Conclusión beneficio colectivo del progreso t é c n i c o .

La t e o r í a e c o n ó m i c a a la que se recurre como fundamento


para la aplicación del modelo e c o n ó m i c o , y en particular de la
política de mercado de trabajo, no se corresponde con las
características estructurales n i con diversos comportamientos
de los agentes e c o n ó m i c o s nacionales.
154 E L D E B A T E N A C I O N A L / 5. L A P O L Í T I C A S O C I A L

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