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Aprendizaje y desarrollo de la

personalidad (Modulo 2)

Francisco Javier Cerda Moya

¿QUÉ HACE UN
GUARDIÁN ENTRE EL
CENTENO?
Me resulta difícil decir si soy un buen profesor o no. No sé si en realidad soy como creo que soy,
ya que cada persona se ve a sí misma de una forma que no lo ven los demás, en cualquier caso,
me gusta compararme con la entrada de rejas del Instituto del Chapatal en Santa Cruz. Estoy
seguro que han visto esa inmensa puerta, con unos ornamentos de metal muy barrocos y
retorcidos, con formas que van desde abrelatas hasta hojas de parra o lo que dictamine la
imaginación de cada persona. Es tal la impresión que causan esos adornos en la puerta, que la
gente siempre cree que debió ser algo elaborado con mucho cuidado por parte del arquitecto,
pero nada de eso. Cuando se finalizó la construcción del edificio, los ornamentos quedaron
olvidados en unas cajas y el jardinero del centro se encargó de ensamblarlas en la puerta como
a él le parecía correcto y él mismo se encarga de contarle esta anécdota a los estudiantes de
dibujo, cuando estos comienzan a dibujar cada rincón del centro. Volviendo a quien soy, como
profesor me gusta pensar que soy como esa puerta, una especie de accidente fortuito con un
resultado inesperadamente notable. Y poco más puedo decir para mejorar mi descripción, de
joven nunca soñé con ser profesor (y eso que soñaba con más cosas que las que cuenta Sabina
en su canción), pero al final acabé como profesor de geografía e historia, lo que me obliga a
levantarme todas las mañanas y decir frente al espejo del baño “amo mi trabajo, estoy
trabajando con el futuro” de verdad, necesito hacerlo todas las mañanas, no solo por mí, sino
por todas las responsabilidades que tengo.

Lunes

Antes de entrar al centro me tomó un café junto con Ana, que también es profesora de geografía
e historia. En ese rato aprovechamos para comentar nuestros avances con las dichosas PGA y
las carambolas que hacemos para llevarlas al día, compartimos algunas ideas para nuestras
sesiones de clase, básicamente es una mini de reunión de apoyo que hacemos por las mañanas
antes de enfrentarnos a nuestro día a día. En estas reuniones lo que más suelo sacar a colación
es la clase de 2.º de Bachillerato, clase a la que tengo que impartir la asignatura de Historia del
arte, de todos los grupos, este es que más me tiene agobiado ya que me siento responsable de
que puedan obtener malas calificaciones si no los preparo bien con esta asignatura, la verdad,
es que preferiría centrarme más en que apreciaran y conocieran el patrimonio de las islas antes
que el desarrollo del renacimiento en la península, pero al final debo adaptarme como sea al
currículum y al examen.

La clase de segundo B es muy heterogénea, tengo chicos y chicas de todo tipo, algunos tienen
planeado entrar en la universidad, otros piensan hacer un título de formación profesional y otros
ni siquiera se lo han planteado todavía. También hay cada vez más alumnos extranjeros y por
suerte, se han sabido adaptar bien (y creo que incluso hemos aprendido algo de ellos) y no
pierdo la oportunidad en decirles que yo también fui un extranjero en este país. En cualquier
caso, de todos ellos quien más me preocupa es Ulises, ha repetido dos veces, proviene de una
familia conflictiva y siempre es complicado hacer que se aplique en los estudios, me he enterado
que cuando acaben las clases se irá a Francia con unos punkis, a trabajar en la vendimia, a saber,
si lo acaba haciendo o acaba peor.

La campana del instituto tocó a las ocho en punto y ya me encontraba en la puerta esperando a
que los alumnos y alumnas comenzaran a entrar en la clase, al ser la primera hora, tenía solo a
la mitad de clase dentro del aula, mientras que otros aun andaban rondando por los pasillos y
otros ni siquiera llegaban aun, por suerte, los que debían exponer ya estaban preparando sus
trabajos con el proyector y el ordenador de la sala. Di un par de minutos para esperar a los
rezagados y al final cerré la puerta.
- Muy bien chicos ¿cómo fue el fin de semana todo bien? ¿Llevan a los apuntes al día para el
examen? -hice unas preguntas al aire esperando si alguien las contestaba, algunos hicieron
algunos comentarios mientras sacaban sus cuadernos y cuando ya estaba todo listo, me senté
en uno de los pupitres, desde donde podía vigilar las exposiciones y el resto de la clase- Bueno,
hoy vamos a continuar por donde lo dejamos, veamos… -revise mi lista de exposiciones-
Comienza Isabel con La Tempestad de Giorgione y luego siguen, Tomás, Aaasiyah, Beatriz y
Fernando. Isa, la clase es tuya, comienza cuando quieras.

La rutina era casi siempre la misma, como muchos de los objetivos del currículum era analizar y
comentar una plétora enorme de obras, organizaba las clases para que los chicos y chicas se
encargaran de ello por medio de exposiciones, mientras que el resto iba tomando notas ya que
al final de cada tema siempre había un examen con los contenidos que tratábamos en las
exposiciones. Este sistema siempre daba uno o dos problemas al inicio de curso, pero al final,
los chicos tomaban responsabilidad de lo que hacían y seguían las pautas para cada exposición.
Tras cada exposición daba unos minutos para que el resto de la clase hiciera preguntas,
comentara algo que les pareciera interesante o comparase la obra con otras ya comentadas. Era
genial cuando todo iba fluido, pero lo malo de los lunes, es que siempre había gente que llegaba
tarde y hacia que las exposiciones se retrasaran un poco más de lo habitual.

- Ya con la de Fernando están todas las obras para el examen, salvo la Gioconda que daré yo en
los minutos que quedan.

- Profe, usted también tiene cara -se quejó Aaasiyah mientas algunas chicas le daba la razón- se
queda con la mejor para exponer.

- Bueno… - me rasqué la cabeza algo nervioso, en verdad si, a veces necesito esos caprichos- lo
hago porque así aprovecho para daros algo más de información y -justo en ese momento
apareció Ulises entrando sin llamar, parecía que no había dormido en toda la noche y que tal
vez lo haría en lo que quedaba de mañana. Como se veía algo manso, decidí hacerle un gesto
con la cabeza para que fuera a su asiento, no valía la pena ponerme a discutir con él o negarle
la entrada, aunque tal vez debería ponerme más duro si lo vuelve a repetir- creo que vais a
aprender algo nuevo que no está señalado en el libro de texto.

Les proyecté unos cuantos datos básicos, dejé que interrumpieran diciendo lo que sabían sobre
el retrato (uno de la clase comentó que estuvo en el Louvre y que solo vio una aglomeración
enorme de chinos), y pasé enseguida a lo que me importaba. Y saqué de mi mochila un libro que
enseguida mostré a los chicos, cabe añadir que hasta ahora no tenía ninguna imagen de la obra
la Gioconda en el proyector.

- Aquí tengo un libro muy importante, escrito por Giorgio Vasari en el año 1550, Las vidas de los
más excelentes pintores, escultores y arquitectos ¿Alguien lo conoce? – algunos aún le
recordaban de tercero de la eso cuando estudiaron de pasada el renacimiento y el barroco,
dando unas ideas generales de la obra- muy bien, Vasari tuvo tiempo para escribir sobre la obra
de Leonardo, veamos- Raúl ¿Podrías leer este fragmento?

- Vale – Raúl era uno de los revoltosos de la última fila, le gustaba dárselas de rebelde, pero no
se echaba atrás a la hora de pedirle una intervención, eso me servía para evitar que siguiera
perdiendo el tiempo, o se lo hiciera perder a otra persona- Aquella cabeza muestra hasta qué
punto el arte puede imitar la naturaleza, pues allí se encuentran representados todos los detalles
con gran sutileza. Los ojos poseen ese brillo húmedo que se ve constantemente en los seres
vivos, y en torno de ellos están esos rosados lívidos y el vello que sólo pueden hacerse mediante
la máxima delicadeza. Las cejas no pueden ser más naturales. Por la manera como salen los pelos
de la piel, aquí tupidos y allí ralos, encorvándose según los poros de la carne. La nariz parece
viva, con sus finas y delicadas cavidades rojizas. La boca entreabierta, con sus comisuras rojas, y
el encarnado de las mejillas no parecen pintados sino de carne verdadera. Y quien contemplaba
con atención la depresión del cuello, veía latir las venas. En verdad, se puede decir que fue
pintada de una manera que hace temblar y desespera al artista más audaz. Casi se me seca la
garganta profe.

- Gracias Raúl, ahora veamos la pintura- busqué enseguida en el ordenador la imagen que tenía
preparada y la proyecté para que la viéramos todos. - Es genial ¿verdad? Ver una obra tras ser
descrita por uno de los primeros historiadores es un gran goce espiritual, contempladla y
recordad lo que Raúl nos leyó hace un momento.

- Coño, pero el tío ese está flipando- Todo el mundo se dio la vuelta para observar a Ulises que
de repente salió de su apatía para intervenir en la clase, por la reacción, se dio cuenta del
lenguaje que usó al intervenir- chus, se me escapó aé.

- No, tranquilo- Supongo que debí reprimirle por esa forma de hablar, pero por casualidad, él
había llegado al punto que quería tratar- ¿Qué es lo que encuentras mal?

- Pues… ná olvida, es una tontería.

- Que no, dinos lo que nos querías aportar… - Necesitaba motivarlo, solo sería un pequeño
instante y estaba seguro de que había dado con el problema, debía animarlo a que lo soltara-
Seguro que te has dado cuenta de lo que pasa.

-Tsss, es por las cejas, ¿No? - -el tipo ese está hablando de las cejas de la mona, pero la mona
esta “descejada” jeje.

Creí que les llevaría un poco más de tiempo, pero se dieron cuenta de ese pequeño detalle en
esa obra, pero lo consiguieron enseguida.

- Exacto, resulta contradictoria la reseña que hace Vasari, algunos investigadores creen que la
Gioconda perdió sus cejas debido a algunas restauraciones que se han hecho de forma posterior
en Francia, otros en cambio, creen que Vasari está describiendo la obra que se encuentra en el
Prado -Puse enseguida una imagen con las dos Gioconda para que las compararan- Y la que está
en Madrid si que tiene unas cejas más acordes a la descripción que nos hace Vasari.

- Jeje, que curioso, pues yo prefiero más la que se encuentra en el Louvre -dijo Fernando.

- ¿Pero entonces? Una de las chicas dio una palmada en la mesa como si todo aquello fuera una
tomadura de pelo- ¿Qué sentido tiene este Vasari si no sabe lo que está describiendo? ¿Y si
todos nuestros apuntes están mal por elegir mal los libros?

- Lo que yo no entiendo es para que nos puede servir leer información errónea- contesto otro
chico de clase.

- Bueno, está claro que no todos los que están aquí vais a ser historiadores ni cosas por el estilo,
pero a la hora de manejar fuentes escritas debéis manejarla siempre con cautela, saber que la
información es correcta y saber cuándo y cómo aplicarla ¡Y ojo! Manejar a Vasari es muy
importante a la hora de estudiar el renacimiento. Lo que intento decir es que siempre vale la
pena analizar cada información, contrastarla, dicho de otro modo. Es algo que podéis hacer en
vuestro día como por ejemplo con las noticias, si echáis un vistazo a un periódico, por ejemplo,
el marca o el as, veréis siempre que una misma noticia no la trataran del mismo modo.

- El as una basura

- ¡Que te calles!

- ¡Si no sabes nada!

- ¡Profe, no podemos fiarnos de nada! ¡Acuérdese de lo de wikileaks!

- Cálmense, chicos. Ya tendrán tiempo de discutirlo en los pasillos- elevé los brazos para volver
a captar su atención, fue una mala idea tirar por ahí, pero creo que entendieron un poco lo que
les quería mostrar- lo mejor es siempre es echar un vistazo a ambos, otro ejemplo más complejo
y que no levante tantas pasiones sería…

No tuve tiempo para continuar, la campana sonó nuevamente indicando el fin de la clase y los
chicos comenzaron a recoger sus cosas para marcharse a la otra aula, mientras que yo hacía lo
que podía para sintetizar los puntos más importante de cada obras que vimos en las
exposiciones, también aproveché para acercarme a Isabel y decirle que su exposición estaba
muy bien hilada, pero que debía esforzarse más a la hora de expresarse, incluso le sugerí que en
la próxima exposición cualquiera de sus compañeras podía grabarla con el móvil para que ella
luego viera su forma de expresarse y ver sus fallitos, aunque siempre le remarcaba que estaban
bien sus contenidos.

- ¿Profe y en el examen de mañana va a entrar eso de Vasari? – Justo cuando Alejandra


pronunció lo del examen el resto de chicos comenzaron a pitarle- ¡oye! Relájense.

- Que estas flipando, el jueves hay semifinal de champions y juega el Barca… ¿No hay examen
verdad? – David le contestó de malas maneras, pero fue bajando el tonó y se quedó expectante
en lo que me decidía a contestar. Guardé unos segundos solo para crearle algo de expectación,
en verdad había varios alumnos esperando mi respuesta por si acaso- profe.

- No hay examen, yo cumplo con las normas de las clases -hubo un suspiro general y la mayoría
abandonó enseguida el aula. Esas normas las hice por recomendación de Iván, el de
matemáticas, él me aconsejó que hiciera unas normas entre los estudiantes y yo ya, que eso
mejoraría el trato y la verdad, es que funcionó bastante bien y aunque no siempre se comportan
bien, las normas han hecho que el clima en el aula sea más agradable- ¡pero acuérdense que las
normas nos afectan a todos, el jueves los quiero dentro a la hora!

Jueves

Pasaron los días y volvía reunirme con la clase de segundo el jueves, en la hora previa al recreo.
EL tema del Renacimiento ya estaba concluido y tocaba entrar a fondo con el barroco. Para
introducirlos en el nuevo temario y como todavía estaba el examen pendiente, opté por hacer
una clase algo suave, comencé preguntándoles por el resultado del partido e incluso
comentamos un poco la forma en que los medios de comunicación analizaban el partido

- Pensad en el ejemplo de Vasari de la clase anterior, si algún historiador del futuro quisiera
analizar estos resultados compararía todos los medios antes de llegar a una conclusión.

No perdimos más tiempo con el partido y comencé a darles algunas características generales del
barroco, hilando con las consecuencias y causas, haciéndoles recordar lo que habían aprendido
sobre este tema en cursos pasados y luego pasé a mostrarles imágenes de obras barrocas junto
con otras renacentistas para que vieran las diferencias, por ejemplo, en una de las imágenes les
puse el templete de San Pietro In Montorio a la izquierda y a la derecha, el templo de San Carlos
de las Cuatro Fuentes.

- Venga chicos, exprimid esos sesos -intentaba animarles para que comenzaran a soltar la lengua,
resistiéndome a darles las respuestas- Comparar el renacimiento con el barroco es una de las
preguntas típicas del examen de la universidad. Centraos en ambas imágenes, comparadlas,
cualquier diferencia es esencial para poder distinguirlas.

Les insistía en que era una toma de contacto y poco a poco comenzaron a notar diferencias,
como las formas de los frontones, o las curvas en los ornamentos, luego comenzaron a hacer
comparaciones más complejas en las que iban comparando el posible valor de cada obra y
curiosamente, los chicos comenzaron a decir que las obras del Renacimiento debían ser mejores.

- Yo creo que los artistas del barroco debían estar algo acomplejados -intervino Isabel- a lo mejor
la gente pensaban que hacían las cosas mal y los criticaban.

- Pues ya veremos que es lo que decía la gente de los artistas del siglo XX -le contesté- los gustos
cambian con el paso del tiempo, los cánones de belleza también y al final cada artista intenta
dar lo mejor de sí mismo, por ejemplo… aquí tenemos esta pintura de Caravaggio…

Les di unas primeras pautas de Caravaggio e intentaba hacer alusión a la vida desordenada que
llevaba artista, pero no de una forma muy negativa, quería hacerles ver que a pesar de que en
ocasiones se movía un paria, este no dudaba de su talento, incluso cuando sus pinturas iban en
contra de los preceptos de la iglesia.

- Caravaggio era un tipo con el que había que tener cuidado, pero al final es de esa clase de
gente con la que te gustaría quedar y tomarte una birra y escuchar sus anécdotas – Agradecí un
poco las risas y los gestos de afirmación de los que se muestran reacios a seguir con el hilo de la
clase- Que lo digo en serio, al final, de esas cosas es de lo que más se aprende en nuestras vidas.
Al final, los artistas son seres humanos como cualquiera de nosotros, tienen sus dudas, dudan
de su talento, sus habilidades, sus relaciones sociales, pero al final buscan la manera de seguir
adelante. Creo que todos nosotros podemos aprender varias cosas de estos artistas ¿Estamos
de acuerdo? -Casi al instante tocó la campana indicando el recreo- recuerden que hoy se
inaugura una exposición muy interesante en el TEA, la entrada es gratis, y mañana procuren
llegar temprano para el examen. ¡Y otra cosa! Mirad en vuestro alrededor, seguramente, mirad
que edificios se pueden parecer a los que estamos estudiando.

Para mi sorpresa, Ulises se quedó no salió con el resto, le interesó la historia de Caravaggio y de
cómo se vio obligado a huir, debido a los problemas que tenía. Eso nos llevó a hablar sobre el
viaje que iba a realizar al sur de Francia, hablamos por un buen rato, me explicó sus intenciones,
como si esperaba una aprobación por mi parte. Yo poco podía hacer, él ya era un adulto y al
final, le dije que yo también trabajé en la recogida de uvas, le di unos cuantos consejos, pero por
lo visto ya los había escuchado de otras personas, incluso ya tenía el billete comprado a
Barcelona desde tomaría un bus para llegar a Lyon. Al final, le conté un par de anécdotas, como
cuando acabé pasando de la vendimia el último mes y me fui con una compañía de circo hacia
Alemania

- Entré con la idea de que acabaría siendo un payaso dentro del espectáculo, pero me pase todo
el tiempo limpiando las jaulas de los animales día tras día, cuando volví, estuve casi un mes
oliendo a caca de mono. - Ulises se rio- pero ey, valió la pena solo por llegar hasta la Selva Negra.
Por último, le di el consejo más importante, le insistí bastante en que en todo momento llevara
consigo dos kilos de arroz, créanme, no se imaginan lo útil que es tener dos kilos de arroz cuando
van a trabajar en la vendimia en plan mochilero. Sin darnos cuenta, el tiempo de recreo casi
había finalizado.

- También procura divertirte y aprender de ese viaje- le dije un poco para concluir mientras nos
estrechábamos la mano- Vendrás siendo otro hombre y veras la vida de otra forma, pero antes
de volver, vete a Paris y visita al Louvre, sería una buena oportunidad para ver La Gioconda.

- Para ver a los chinos más bien, bueno, ya veré que hago, hasta mañana profe

Y así van pasado los días, cada día es una pequeña batalla y cada día van pasando cosas que
escapan de mi control, algunos días son buenos, otros malos, pero al final siempre creo que hago
lo correcto y que mañana lo haré mejor. Esa es la única forma de sobrevivir en las aulas.

Anexo
Para trabajar aspectos como la autoestima y el autoconcepto, decidí mostrar en el aula un
proceso de estudio y trabajo donde los alumnos tomaran responsabilidad del desarrollo de las
clases. En este caso, en las clases de historia del arte, decidí aprovechar los estándares de
aprendizaje evaluables, en los que se pide constantemente un análisis y reflexión de una gran
serie de obras. Al tomar ellos y ellas la responsabilidad de estos análisis, les debería mejorar
autoestima al hacerlo bien, además podían provechar para mejorar sus expresiones orales
frente a los demás alumnos, como, por ejemplo, en el caso de Isabel que mostraba dificultades
para expresarse en público, pero que se le animaba a mejorar destacado sus virtudes en la
exposición. Otro aspecto para mejorar la autoestima, fue comparar las vidas de los artistas,
mostrarles a los alumnos que los artistas se personas con problemas como los de cualquiera, y
que de ellos se puede aprender, ver un reflejo de cada uno y mejorar nuestro autoconcepto. Por
último, en el texto se intentó reflejar que el profesor busca la participación de todos los alumnos
y de demostrar sus cualidades escondidas, como cuando Ulises se da cuenta de lo raro que
resultaba la descripción de Vasari en comparación al cuadro.

Para reflejar el desarrollo cognitivo, aproveché el estudio de las fuentes, en este caso la
descripción que hace Vasari de La Gioconda, en el relato se les muestra a los alumnos que a
veces las fuentes no pueden resultar del todo fidedignas, de modo que no pueden fiarse
ciegamente de cualquier texto a la hora de elaborar un estudio o trabajo de cualquier tipo, sino
que deben mostrarse críticos y reflexivos ante cualquier informe. Para hacer más hincapié en
esta idea, en el texto se les da el ejemplo de los periódicos deportivos y la forma ingenua en la
que desarrollan el discurso.

En cuanto al clima del aula, a lo largo de las sesiones que se describen en el texto, se intenta
mostrar una combinación de los climas afectivos, efectivo y personalizante. Efectivo, por
mostrar una rutina de trabajo en la que los alumnos deben responsabilizarse del trabajo diario
para estudiar cada periodo artístico y donde los alumnos que no expongan deben anotar toda
la información que le dan sus compañeros. En el afectivo, se intenta mostrar un clima afable,
donde se puedan discutir cosas mundanas como el futbol o profundizar en reflexiones que
puedan dar el estudio del arte y ver cómo se pueden trasponer en la vida de cada persona,
además, según el contexto, las clases más relajadas, como la segunda descrita en la que solo se
hacía una introducción al nuevo tema ya que al siguiente habría un examen. En cuanto a la
personalizante, en el texto se intenta hacer participar a todos los alumnos, buscando siempre
un equilibrio en el aula, incluso se muestra una escena en la que el profesor habla con un alumno
fuera de clase, sería el caso de Ulises que se quiere independizar y dejar sus estudios aparcados
para irse de viaje, no hay una crítica negativa ante esta idea, sino consejos para que le vaya bien
y también, se le intenta animar de que los viajes a cambian a una persona y la ayudan a ver el
mundo de otra forma. Para finalizar, en el texto se deja ver que existe una normativa escrita por
los alumnos y el profesor, como se ve cuando el examen queda aplazado por un día debido a un
partido de futbol importante, esto ayuda a que exista una confianza entre los bandos y que las
clases sean más amenas y efectivas.

En cuanto a los principios psicoeducativos, el profesor usa los principios constructivistas


haciéndoles recordar a los alumnos y alumnas los conocimientos previos para contrastarlos con
los nuevos temarios. También se hace un gran hincapié en el principio partícipe en el que los
alumnos toman las riendas de las exposiciones de contenidos, dejando al profesor como un
pequeño guía que da unas pautas básicas y se dedica a comprobar que los alumnos van
asimilando los contenidos que se exponen en las clases.

Para finalizar, cabe añadir que el título de este relato esta sacado del libro “El guardián entre el
centeno”. Al leer esa obra, me dio la impresión de que el protagonista de la novela se acabaría
convirtiéndose en profesor en el futuro, ya que cuando le preguntan que le gustaría ser contesta:

Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de


centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor
vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde del precipicio y mi trabajo consiste en evitar
que los niños caigan en él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo
salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo.
Vigilarlos.

A riesgo de que esté haciendo una interpretación errónea, creo que es una forma muy bonita e
idealizada de describir la misión de un profesor. No sé si mis objetivos personales encajan con
esa forma de ser, pero creo que

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