Вы находитесь на странице: 1из 10

1.

ABERRACIONES DE LAS LENTES:

Las aberraciones en sistemas ópticos (lentes, prismas, espejos o una serie de estos con
la finalidad de producir una imagen nítida) generalmente conllevan una degradación de la
imagen. Ocurre cuando la luz proviene de un punto de un objeto no converge hacia un
solo punto luego de transmitirse al sistema.

En un análisis de espejos y de lentes se suponen que los rayos forman ángulos pequeños
con el eje principal y que las lentes son delgadas. En este modelo simple, todos los rayos
que salen de una fuente puntual se enfocan en un solo punto, produciendo una imagen
nítida. Es claro que no siempre sucede así. Cuando las aproximaciones que se utilizan en
este análisis ya no son válidas, se forman imágenes imperfectas.

Un análisis preciso de la formación de la imagen requiere trazar cada rayo utilizando la ley
de Snell sobre cada superficie de refracción así como las leyes de la reflexión en cada
superficie de reflexión. Este procedimiento muestra que los rayos provenientes de un
objeto puntual no se enfocan en un solo punto, lo que da como resultado una imagen
borrosa. Las desviaciones de imágenes reales del ideal pronosticado en este modelo
simplificado, se conocen como aberraciones.

a. Aberraciones esféricas:

Se presentan debido a que los focos de los rayos alejados del eje principal de una lente (o
espejo) esférica son diferentes de los focos de rayos con la misma longitud de onda que
pasan cerca del eje. Los rayos que pasan a través de puntos cercanos al centro de la
lente forman una imagen más lejos de la lente que los rayos que pasan a través de puntos
cerca de los bordes.

En el caso de los espejos, la aberración esférica se minimiza mediante una superficie


reflejante parabólica en lugar de una superficie esférica. De cualquier modo, las
superficies parabólicas se utilizan muy poco, ya que aquellas con una óptica de alta
calidad resultan muy costosas de fabricar. Los rayos de luz paralelos que inciden en una
superficie parabólica se enfocan en un punto común, independiente de su distancia al eje
principal. Estas superficies reflectoras parabólicas se utilizan en muchos telescopios
astronómicos a fin de mejorar la calidad de la imagen.

Figura 1: aberración cromática causada por una lente convergente. Los rayos de
diferentes longitudes de onda se enfocan en puntos diferentes.
Figura 2: Imagen del Hubble antes y después de la corrección óptica que sufrió.

b. Aberraciones cromáticas

La dispersión, método por el cual el índice de refracción de un material se modifica en


función de la longitud de onda. Debido a este fenómeno, cuando pasa luz blanca a través
de una lente, los rayos violetas se refractan más que los rojos (figura 3).

La figura 3 muestra que la distancia focal de una lente es mayor para la luz roja que para
la violeta y tienen focos intermedios entre la luz roja y la violeta, lo que causa una imagen
borrosa, llamada aberración cromática.

La aberración cromática para el caso de una lente divergente también da como resultado
una distancia focal más corta para la luz violeta que para la luz roja, pero en la cara frontal
de la lente. La aberración cromática puede reducirse de manera significativa al combinar
una lente convergente fabricada con una clase de vidrio y con una lente divergente hecha
con otra clase de vidrio.

Figura 3: aberración cromática causada por una lente convergente. Los rayos de
diferentes longitudes de onda se enfocan en puntos diferentes.
Figura 4: Imágenes de aberraciones cromáticas

2. LA CÁMARA FOTOGRÁFICA

La cámara fotográfica es un instrumento óptico sencillo cuyas características esenciales


aparecen en la figura 5. Está constituida por una cámara hermética a la luz, una lente
convergente que produce una imagen real y una película por detrás de la lente para
recibir la imagen.

Figura 5: vista de la sección transversal de una cámara digital sencilla.

Las cámaras digitales son similares a las cámaras que hemos descrito aquí, excepto que
la luz no forma una imagen sobre una película fotográfica. La imagen de una cámara
digital es formada en un dispositivo acoplado por carga (CCD, charge-coupled device),
que traduce en números la imagen, lo que resulta en un código binario. Esta información
digital se guarda después en la memoria para reproducirla en la pantalla de la cámara, o
puede ser descargada a una computadora.

Funcionamiento de una cámara digital:


Una cámara se enfoca al variar la distancia entre la lente y el CCD. Para un enfoque
adecuado –que es necesario para la formación de imágenes nítidas– la distancia lente a
CCD depende de la distancia objeto así como la distancia focal de la lente.

El obturador, colocado por detrás de la lente es un dispositivo mecánico que se abre


durante intervalos predeterminados de tiempo, conocidos como tiempo de exposición. Es
posible fotografiar objetos en movimiento utilizando tiempos de exposición breves, o
fotografiar escenas oscuras (con bajos niveles de luminosidad) utilizando tiempos de
exposición largos. De no tener este ajuste disponible, resultaría imposible registrar
fotografías que detienen el movimiento. Por ejemplo, un vehículo que se desplaza
rápidamente puede moverse lo suficiente mientras el obturador está abierto como para
producir una Imagen borrosa. Otra causa principal de imágenes borrosas es que la
cámara se mueve mientras el obturador está abierto. A fi n de impedir este movimiento,
deberán utilizarse tiempos de exposición breves o un triple, incluso para objetos
inmóviles. Las velocidades características de obturador (es decir, tiempos de exposición)
son (1/30) s, (1/60) s, (1/125) s y (1/250) s. En la práctica, los objetos estacionarios se
fotografían normalmente con una velocidad de obturador intermedia (1/60) s.

La intensidad I de la luz que llega el CCD es proporcional al área de la lente. En vista de


que esta área es proporcional al cuadrado del diámetro D, resulta que I también es
Proporcional a D 2. La intensidad de la luz es una medida de la proporción a la cual el
CCD recibe energía por cada unidad de área de la imagen. Ya que el área de la imagen
es proporcional a q 2 y q ≈ƒ (cuando p >> ƒ, de manera que p puede considerarse
aproximadamente como infinita), concluya que la intensidad también es proporcional a 1/ƒ
2 y, por lo tanto, I ꝏ D 2/ƒ 2.
La relación ƒ/D se conoce como el número f de una lente:

Por esto, la intensidad de la luz que incide sobre la película varía según la
proporcionalidad siguiente:

A menudo el número ƒ se utiliza como una descripción de la “rapidez” de una lente.

Mientras menor sea el número ƒ, mayor será la apertura y más elevada la rapidez a la
cual la energía proveniente de la luz expone el CCD; en consecuencia, una lente con un
número ƒ bajo es una lente “rápida”. La notación convencional de un número ƒ es “ƒ/”
seguido por el número real.

Los sistemas de lentes de las cámaras fotográficas (es decir, las combinaciones de lentes
con aberturas ajustables) a menudo tienen marcados múltiples números ƒ, por lo general
ƒ/2.8, ƒ/4, ƒ/5.6, ƒ/8, ƒ/11 y ƒ/16. Para ajustar la abertura se puede seleccionar cualquiera
de esas medidas, lo que cambia el valor de D.
Si se incrementa el ajuste de un número ƒ al siguiente valor más alto (por ejemplo, de
ƒ/2.8 a ƒ/4), se reduce el área de la abertura en un factor de 2. El ajuste de número ƒ más
bajo en la lente de una cámara corresponde a la lente totalmente abierta y el consiguiente
uso del máximo posible del área de la lente.

Las cámaras fotográficas sencillas por lo general tienen una lente de distancia focal y
abertura fijas, con un número ƒ de aproximadamente ƒ/11. Un número ƒ tan elevado
consigue una gran profundidad de campo, lo que quiere decir que objetos ubicados en
una amplia gama de distancias de la lente forman imágenes razonablemente nítidas sobre
el CCD. En otras palabras, no es necesario enfocar la cámara.

Figura 6: cámara fotográfica sencilla.

3. 36.7 EL OJO HUMANO:

Similar a la cámara fotográfica, un ojo normal enfoca la luz y produce una imagen nítida.
Sin embargo, los mecanismos mediante los cuales el ojo controla y ajusta la cantidad de
luz admitida para producir imágenes correctamente enfocadas, son mucho más
complejos, intrincados y efectivos que los de la cámara más avanzada. En todos los
aspectos, el ojo humano es una maravilla fisiológica.

Figura 7: enfoque de un ojo humano al exterior y la producción de la imagen.


La figura 8: muestra los componentes básicos del ojo humano.

La luz que entra en el ojo pasa a través de una estructura transparente llamada córnea (fi
gura 8), por detrás de la cual existen un líquido transparente (el humor acuoso), una
abertura variable (la pupila, que es una vía dentro del iris) y la lente cristalino. La mayor
parte de la refracción se presenta en la superficie externa del ojo, donde la córnea esta
siempre cubierta por una película de lagrima. En la lente cristalino existe relativamente
poca refracción, porque el humor acuoso en contacto con esta lente tiene un índice de
refracción promedio similar al de la lente. El iris, que es la parte de color del ojo, es un
diafragma muscular que controla el tamaño de la pupila. El iris regula la cantidad de luz
que entra en el ojo al dilatar o abrir la pupila en condiciones de luz insuficiente y al
contraer o cerrar la pupila en condiciones de elevada luminosidad. El intervalo en número
ƒ del ojo Humano, es desde aproximadamente ƒ/2.8 a ƒ/16.

El sistema cornea-lente enfoca la luz en la superficie posterior del ojo, la retina,


constituida por millones de receptores sensibles, conocidos como bastones y conos. Al
ser estimulados por la luz, estos receptores envían impulsos por el nervio óptico al
cerebro, donde se percibe una imagen. Mediante este proceso, se observa una imagen
nítida de un objeto cuando su imagen coincide en la retina.

El ojo humano enfoca un objeto al variar la forma de la dúctil lente llamada cristalino
mediante un proceso maravilloso conocido como acomodación. Todos estos ajustes de
la lente ocurren con tanta rapidez que ni siquiera es posible darse cuenta del cambio. La
acomodación tiene como límite que cuando los objetos están muy cerca del ojo, se
producen imágenes borrosas. El punto proximal es la menor distancia a la cual el ojo
puede acomodarse para enfocar la luz en la retina. Esta distancia por lo general aumenta
con el transcurso del tiempo y tiene un valor promedio de 25 cm. Por lo general, a los 10
años el punto proximal del ojo es de aproximadamente 18 cm. Aumenta a cerca de 25 cm
a los 20 años, a 50 cm a los 40 años y a 500 cm o más a los 60 años. El punto lejano del
ojo representa la mayor distancia en la cual la lente del ojo relajado enfoca luz sobre la
retina. Una persona con visión normal ve objetos muy lejanos y por lo tanto tiene un punto
lejano que se acerca al infinito.
Recuerde que la luz que se refleja en el espejo se vuelve blanca donde se une, pero
después de nuevo diverge en colores separados. Ya que en el punto en que los rayos se
cruzan no existe más que aire (y por tanto no hay nada que haga que los colores se
separen de nuevo), el ver luz blanca como resultado de una combinación de colores debe
ser una ilusión visual. De hecho, ese es el caso. En la retina solo están presentes tres
tipos de celdas sensibles al color; se conocen como conos rojos, verdes y azules, debido
al máximo de la escala cromática a la cual responden (figura 9).

Figura 9: sensibilidad al color aproximada de tres tipos de colores presentes en la retina.

Si se estimulan simultáneamente los conos rojos y los verdes (como ocurriría si fueran
iluminados por una luz amarilla), el cerebro interpreta lo que se está viendo como color
amarillo. Si todos los tipos de conos se estimulan mediante rayos independientes de color
rojo, azul y verde, como en la figura, aparece el color blanco. Si los tres tipos de conos se
estimulan por luz que contiene todos los colores, como es por ejemplo la luz solar, de
nuevo se ve luz blanca.

Las televisiones a color aprovechan esta ilusión visual utilizando solo puntos rojos, verdes
y azules en la pantalla. Con combinaciones específicas de la brillantez en estos tres
colores primarios, se logra que los ojos vean cualquiera de los colores del arco iris.
Por lo tanto, el limón amarillo que observa en un anuncio de televisión, no es realmente
amarillo, ¡es rojo y verde! El papel sobre el cual está impresa esta página está constituido
por fibras minúsculas aplastadas y traslucidas que dispersan la luz en todas las
direcciones; la mezcla resultante de colores parece blanca para el ojo humano. La nieve,
las nubes y las canas no son realmente blancas. De hecho, no existe un pigmento blanco.
La apariencia de estas cosas es una consecuencia de la dispersión de luz que contiene
todos los colores y que el cerebro interpreta como blanco.

a. Estados del ojo humano:

Cuando el ojo sufre una falta de coincidencia entre el alcance de enfoque del sistema
lente-cornea y la longitud real del ojo, con el resultado de que los rayos luminosos
provenientes de un objeto cercano llegan a la retina antes de converger para formar una
imagen, según se observa en la fi gura 36.37a, el estado se conoce como hipermetropía
(o hiperopía). Una persona hipermétrope por lo general puede ver objetos lejanos con
claridad, pero no los cercanos. A pesar de que el punto proximal de un ojo humano
normal es de aproximadamente 25 cm, el punto proximal de una persona hipermétrope
está mucho más alejado. La capacidad de refracción de la córnea y en el cristalino es
insuficiente para enfocar la luz de todos los objetos de manera satisfactoria, con
excepción de los distantes. Este estado puede ser corregido colocando una lente
convergente delante del ojo. La lente refracta los rayos incidentes acercándolos más al
eje principal antes de que entren en el ojo, permitiendo su convergencia y su enfoque en
la retina.

Una persona con visión corta (o miopía), otro estado de falta de coincidencia, puede
enfocar objetos cercanos pero no los lejanos. El punto lejano del ojo miope no es el
infinito y puede ser incluso inferior a un metro. La distancia focal máxima del ojo miope es
insuficiente para producir una imagen nítida sobre la retina y los rayos provenientes de un
objeto distante convergen en foco por delante de esta. Después de eso continúan más
allá de dicho punto, en divergencia hasta que finalmente llegan a la retina, lo que causa
visión borrosa (figura 36.38a). La miopía puede ser corregida mediante una lente
divergente, como se observa en la fi gura 36.38b. La lente refracta los rayos alejándolos
del eje principal antes de que entren en el ojo, lo que permite que se enfoquen sobre la
retina.
A partir de una edad media, la mayor parte de las personas pierden parte de su capacidad
de acomodación debido a que el musculo ciliar se debilita y el cristalino se endurece. A
diferencia de lo que sucede con la hipermetropía, que es una falta de coincidencia entre el
poder de enfoque y la longitud del ojo, la presbicia (literalmente llamada “visión de la
tercera edad”), se debe a una reducción en la capacidad de acomodación.

La cornea y la lente no tiene suficiente poder de enfoque para colocar los objetos
cercanos a un foco sobre la retina. Los síntomas son iguales a los de la hipermetropía, y
este estado puede ser corregido por medio de lentes convergentes.
En el defecto del ojo humano conocido como astigmatismo, la luz proveniente de una
fuente puntual produce una imagen lineal sobre la retina. Este estado se presenta cuando
la córnea o la lente, o ambos, no son perfectamente simétricos. El astigmatismo puede
ser corregido mediante lentes con curvaturas distintas en dos direcciones mutuamente
perpendiculares.
Los optometristas y los oftalmólogos, por lo general prescriben lentes1 que se miden en
dioptrías: la potencia P de una lente en dioptrías es igual al inverso de la distancia focal
en metros: P = 1/ƒ. Por ejemplo, una lente convergente de +20 cm de distancia focal tiene
una potencia de +5.0 dioptrías, y una lente divergente de -40 cm de distancia focal tiene
una potencia de -2.5 dioptrías.

Вам также может понравиться