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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MODERNA- RENE DESCARTES

EMERSON CAMILO CHÁVEZ MUÑOZ


SEMINARIO MAYOR SAN JOSÉ
Zipaquirá, marzo del 2018

Influenciado por la matemática y la astronomía, y la búsqueda de un método que conduzca a una


verdad sólida, nuevas perspectivas científicas y que se abrían nuevos horizontes filosóficos, es en
el contexto que nació René Descartes, “nació en La Haye (Turena), el 31 de marzo de 1596, (…)
fue muy pronto enviado a un colegio jesuita de La Fleche en Anjou (…) Allí recibió una sólida
formación filosófica y científica (…) inspirados en los principios de la filosofía escolástica”
(Antíseri, 1995, pág. 308), dentro del recorrido de su vida estudió derecho e hizo la carrera de las
armas; dentro de su historia de amor con Helene Jans, con quien tuvo una hija, que murió a los
cinco años. El discurso del método, su obra cumbre se convirtió en la carta magna de una nueva
filosofía; el Tratado de metafísica, en modo de meditaciones, de manera rigurosa y severa.
Meditaciones filosóficas, fueron los temas que trato dentro de sus escritos. Y Murió en febrero de
1650.

Las Reglas del método, en búsqueda del conocimiento verdadero

En la búsqueda de un saber verdadero, Descartes concibe que lo primero que hay que tener es un
método, que marque el camino para llegar al conocimiento de las cosas, es por eso que, escribe el
“Discurso del método, afirma que quiere inspirar el método del nuevo saber en la claridad y el
rigor típicos de los procedimientos geométricos” (Antíseri, 1995, pág. 313), es decir, que se da
cuenta que uno de los saberes más claros y correctos es el que se utiliza en la geometría, ya que es
concreto y objetivo; es así, que va a buscar aplicar este método a su filosofía. Descartes en primer
lugar dice que el mejor camino es la duda, en otras palabras, el interrogarnos por todo y cada
aspecto que interviene en el proceso de conocimiento de las cosas, sin dejar nada por fuera; y en
principio formula un número amplio de reglas, pero que las reduce a las cuatro siguientes:

“1) La primera regla, que es también la última, ya que constituye el punto de llegada y no sólo el
de partida, es la regla de la evidencia” (Antíseri, 1995, pág. 314), es decir, que se parte de lo
sensitivo, de la experiencia que se tiene con el objeto, de lo que “se trata de aquella idea clara y
distinta que se refleja sólo a la luz de la razón” (Antíseri, 1995, pág. 315), es decir, que es un
análisis que se le hace al objeto, y se parte de él, para llegar al conocimiento concreto del mismo;
este proceso se realiza por medio de la razón que esclarece los conocimientos que los sentidos dan,
y la prueba del conocimiento al que se llegue, es el objeto en sí mismo.

“2) La segunda regla, es decir, “dividir todo problema que se someta al estudio en tantas partes
menores como sea posible y necesario para resolverlo mejor” (Antíseri, 1995, pág. 315), por tanto,
después de dividir el objeto en las diferentes partes que sea posible, se comienza un proceso de
profundización por partes, comenzando por las más fáciles y luego las más complejas, y sin dejar
que se escape ningún aspecto, conocer cada parte del objeto.

“3) “la tercera regla es la de conducir con orden mis pensamientos, comenzando por los objetos
más simples y más fáciles de conocer, para acceder poco apoco (…) hasta el conocimiento de los
más complejos (…)” (Antíseri, 1995, pág. 315), es un proceso evolutivo y jerarquizado, ya que
esto permite que no se escape, ningún factor que intervenga en el conocimiento del objeto.

4) “la última regla es la de efectuar en todas partes enumeraciones tan complejas y revisiones tan
generales que esté seguro de no haber omitido nada.” (Antíseri, 1995, pág. 316), hay que hacer
numeraciones que permitan la organización de los diferentes aspectos estudiados, y revisar para
que no es escape ningún elemento profundizado, dentro del conocimiento de la cosa, es decir
siempre dudar de lo que se halle, para que así no se escape nada.

Al llegar a la conclusión, “el criterio de verdad es el siguiente: solamente debemos aceptar como
verdadero aquel conocimiento que sea evidente, claro y distinto” (Chávez, 2008, pág. 157), es
decir, que el saber que se llegue se pueda comprobar, sea claro y concreto, y así como cada objeto
es particular, el conocimiento es diferente.

Bibliografía
Antíseri, G. R.-D. (1995). Historia del Pensamiento Filosófico y Científico. España: Herder. (páginas: 305-
330)

Chávez, P. (2008). Historia de las Doctrinas Filosóficas . México: PEARSON.

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