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ESTRÉS INFANTIL Y DESEMPEÑO ESCOLAR EN ALUMNOS DE SEXTO GRADO

DE PRIMARIA

Child stress and school performance in sixth grade students of primary school

José Antonio Pérez May1

Universidad Juárez Autónoma de Tabasco

RESUMEN

El presente estudio descriptivo correlacional muestra los resultados de la aplicación del


Inventario de Estrés Cotidiano Infantil (IECI) así como la relación que existe entre el estrés
infantil y el desempeño escolar de alumnos de sexto grado de primaria. Los resultados
demuestran que el estrés infantil no tiene influencia significativa sobre el desempeño escolar.

Indicadores: Estrés infantil; Desempeño escolar; Estrés escolar.

ABSTRACT

A correlational descriptive study shows the results of the application of the Daily Stress
Inventory for Children as well as the relationship that exists between childhood stress and school
performance of sixth grade students. The results show that child stress does not have a significant
influence on school performance.

Keybords: Stress for children; School performance; School stress

1
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco y División Académica de Ciencias de la Salud, Licenciatura en Psicología,
Av. Gregorio Méndez #2838, Colonia Tamulté, 86100 Villahermosa, Tabasco, México, tel. 3581581, correo
electrónico; perezmayjoseantonio@gmail.com.
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El estrés que se vive día con día puede abarcar frustrantes y excesivas demandas así como
algunos efectos negativos que pueden surgir de la interacción con el entorno o el medio ambiente
(Trianes Torres, Mena, Fernández Baena, Escobar Espejo, Maldonado Montero y Muñoz
Sánchez, 2009). El estrés puede desarrollarse a partir de diversas relaciones y/o interacciones que
se dan diariamente en los cuales el ser humano se desenvuelve, la variedad de exigencias que van
desde contextos escolares hasta contextos laborales, comunitarias y de participación ciudadana y
familiares, en las cuales el factor estresante puede surgir de una relación negativa o tensión con
un miembro de la familia.

El estrés puede cobrar gran importancia en el desarrollo infantil y adolescente debido a


que un nivel muy alto y frecuente de estrés o estrés diario pueden relacionarse con diversas
consecuencias de carácter negativo, las cuales pueden desencadenar diversos comportamientos de
inadaptación social e incluso psicopatologías (Jose y Ratcliffe, 2004). Los niveles altos de estrés
influyen en el comportamiento de los niños y adolescentes de manera negativa, pues generan una
carga emocional grande, la cual termina por manifestarse en diversos contextos, siendo uno de
ellos el escolar, en el cual pueden darse resultados negativos en el desempeño escolar y
convertirse en otro factor estresante.

Diversos estudios han demostrado que estrés que se vive diariamente tiene un mayor
impacto negativo en la vida emocional del niño o adolescente que el estrés ocasionado por
acontecimientos extraordinarios o traumáticos (Seiffge-Krenke, 2000). El estrés diario vivido por
niños o adolescentes puede generar una cantidad mayor de conductas disruptivas y negativas
debido a que la repetición de los factores estresantes es continua, por lo que el cansancio
emocional es persistente.

La evaluación dirigida especialmente hacia el estrés infantil se enfoca en la detección y


diagnóstico de respuestas fisiológicas, emocionales, cognitivas, psicológicas o de conducta que
pueden enfrentarse en la infancia al pasar por distintos factores estresantes, de manera que entre
más grande es el estresor más grande es la respuesta al mismo. Durante la infancia se han
examinado algunas áreas que pueden considerarse estresantes que pueden influir en el desarrollo
del infante como situaciones de enfermedad y procedimientos médicos (Bailly, Wertz, Devos,
Veignie & Turck, 2004; Fernández & López, 2006) y situaciones que pueden referirse a la
imagen corporal (Moulds, 2003; Seiffge-Krenke, 2007). Es por esto que el estudio del estrés
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infantil tiene una gran importancia ya que al prevenir y tratarlo en la infancia es más fácil
resolverlo antes de que siga presentándose

El desempeño escolar o rendimiento escolar podría definirse como el nivel que un


conjunto de conocimientos aplicado en un área o materia clasificado según la edad y nivel
académico, el cual puede entenderse a partir de los resultados y procesos de evaluación (Jiménez,
2000). Los resultados obtenidos en las diversas escuelas de nivel primaria se miden a través de
las calificaciones en las diversas materias enseñadas en los grados de primero a sexto, sin
embargo, el estrés puede tener un efecto doble en alumnos de sexto año de entre 11 y 12 años,
quienes se encuentran cercanos a la adolescencia y a diversos cambios emocionales
característicos de esta etapa.

Delgado, Raúl & Palos (2007) mencionan que el desempeño escolar ha sido discutido por
diferentes autores y que de la misma manera sus defunciones pueden clasificarse en dos tipos:
aquellas que consideran al desempeño escolar como sinónimo de aprovechamiento y otras que
hacen una diferenciación entre ellas. El desempeño escolar se expresa mediante las calificaciones
o notas que asigna un profesor, por lo que su valor se limita al promedio obtenido por el alumno.
Con esta definición podemos afirmar que el desempeño escolar se limita únicamente al promedio
obtenido por el alumno como resultado cuantitativo y que el aprovechamiento escolar abarca
otros aspectos.

La escuela es un lugar donde los jóvenes reciben conocimientos pero también se exponen
a determinadas reglas, costumbres y tradiciones, esta parte está directamente relacionada con el
desempeño escolar pues tiene una gran influencia en el mismo e incluso el cumplimiento de estos
aspectos pueden condicionarlo, por lo que es necesario tomar en cuenta al contexto como factor
determinante del desempeño escolar (Frías, López & Díaz, 2003). Al ser la escuela el lugar en
donde los conocimientos y otras habilidades se desarrollan, es necesario que también se tomen en
cuenta otros factores relacionadas al contexto y que podrían influir en el desempeño escolar.

Por tanto, el estrés escolar en los niños se presenta debido a diversos factores físicos y
emocionales, los cuales pueden tener o no una relación entre sí, pero que de cualquier manera
están presentes y pueden ejercer cierta presión y generar ciertas dificultades en el logro de
competencias requeridas para afrontar el contexto escolar en rendimiento académico y la relación
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con compañeros (Martínez Díaz & Díaz Gómez, 2007). Es por esto que se puede suponer una
relación entre el estrés infantil y el rendimiento académico, pues a partir de los efectos negativos
del estrés infantil pueden surgir dificultades en el rendimiento escolar y en aspectos emocionales
de los niños, generando así también estrés escolar y con esto una relación bidireccional en la que
un tipo de estrés puede generar otro.

Entre los factores que pueden generar estrés se encuentran la falta de sensibilidad hacia la
diversidad escolar, los cambios generados en las relaciones sociales a partir de la modificación de
políticas educativas y la rigidez y trato hacia los alumnos en la escuela y casa (Martínez-Otero,
2014). Con esto se puede confirmar que dentro de los factores que pueden influir en el estrés se
encuentran la poca relación con la naturaleza, la deficiencia en las relaciones sociales y la
violencia en casa y escuela, por lo que es importante estudiar y considerar una modificación en
estos aspectos para reducir el estrés.

A partir de diversas experiencias y tomando en cuenta las consecuencias del estrés se


puede suponer una relación entre el estrés infantil y el desempeño escolar en la cual el estrés
infantil afecte de manera negativa al desempeño escolar, generando así promedios bajos o mal
desempeño. Tomando en cuenta esto se pueden abrir nuevas líneas de investigación sobre el
estrés infantil así como se su tratamiento y manejo.

Existen registros que ponen en evidencia un elevado número de abandono escolar. En lo


anteriormente mencionado los estudiantes pueden experimentar una carga elevada de estrés
durante los años escolares y a través del tiempo estos niveles pueden ir en aumento, sin embargo,
algunos de los estudiantes logran adaptarse y desarrollan estrategias para sobrellevar y superar
estos niveles de estrés generados por la demanda académica pero de la misma manera, otros no
logran superarlos, lo que los puede hacer sentir que no hay solución a esto y por consecuencia
abandonar los estudios (Caballero, Hederich y Palacios, 2010). En la actualidad el abandono
escolar es uno de los principales problemas de la educación, y muchas veces se consideran
aspectos superficiales del problema, dejando de lado los aspectos psicológicos, los cuales podrían
tener un gran impacto en la vida estudiantil de una persona.

Estos altos niveles de estrés pueden generar sensaciones que afectan no sólo física, sino
psíquicamente, generando al mismo tiempo actitudes negativas y críticas negativas hacia sí
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mismo, bajos niveles de autoestima, desvalorización de su trabajo y logros, poco interés en salir
adelante, desvalorización hacia los estudios o se pueden generar dudas acerca de las capacidades
de una persona (Freudenberger, 1974). Estas consecuencias mencionadas son las que pueden
influir en el desempeño escolar de un alumno, generando el conocido “burnout estudiantil”.

Es importante diferenciar entre el estrés “general” y el burnout, ya que en el diagnóstico


de ambos logra establecer diferencias entre éstos, y clasifican al estrés general como un proceso
psicológico que puede generar consecuencias positivas y negativas, por lo que tampoco se
descarta una relación positiva con el desempeño escolar, sin embargo el burnout solo genera
consecuencias negativas para quien lo padece, además que el estrés puede presentarse en todos
los contextos posibles mientras que el burnout se presenta solo en ámbitos laborales, escolares y
deportivos (Shirom, 1989). Es importante recalcar este punto pues si se confunden estos procesos
se les puede dar un seguimiento y acompañamiento equivocado y de esta manera afectar más al
individuo que lo padece.

Por otra parte, es importante tener en cuenta que existen modelos de intervención y
posibles estrategias para afrontar el estrés. El afrontamiento al estrés abarcan todas aquellas
acciones que involucran medios cognitivos y de conducta los cuales se desarrollan y modifican
de manera que se puedan manejar aquellas situaciones externas e internas que van más allá del
manejo personal y que pueden generar estrés (Lazarus & Folkman, 1966). Todas estas estrategias
que hacen frente al estrés, son las encargadas de regular el estrés y disminuirlo y dependen del
manejo personal y del acompañamiento psicológico que se le dé al individuo para funcionar, sin
embargo, al no tener un buen manejo de ellas pueden resultar contraproducentes.

Las distintas habilidades y aptitudes de afrontamiento se consideran un elemento


importante y que influye directamente en la promoción y desarrollo de la infancia y
adolescencia, ya que las distintas estrategias de afrontamiento utilizadas por infantes que se
encuentran en un grado escolar, tienen una relación directa con la adaptación al medio y sobre
todo con el bienestar psicológico (Cappa, Moreland, Conger, Dumas & Conger, 2011; González,
Montoya, Casullo & Bernabéu, 2002). Estas habilidades pueden estar influenciadas por el
entorno en el que se desarrolla el menor e influirán de manera importante directa en su
crecimiento, además que varían según la personalidad, capacidades y otros aspectos, de manera
que las habilidades se desarrollan de manera diferente.
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Por el contrario, en diversos estudios realizados se encontró y demostró que estrategias


que no tienen un efecto positivo o que simplemente no funcionan, pueden estar asociadas a un
desajuste emocional o inestabilidad emocional, lo que puede incluir también síntomas de
ansiedad o depresión. (Lapointe & Marcotte, 2000; Roberts, Roberts & Chen, 2000; Seiffge-
Krenke, 2000; Wright, Banerjee, Hoek, Rieffe & Novin, 2010). Contrario a lo anteriormente
mencionado, cuando las habilidades no son potenciadas y existen factores en contra como
violencia, falta de estimulación entre otras, los aspectos psicológicos y emocionales se pueden
ver afectados.

En otros estudios realizados se encontró que el contexto o medio social en el que se


desempeña el infante tiene una gran influencia en afrontamiento y que un clima social adecuado
tiene efectos que pueden ser positivos para el equilibrio emocional, adaptación social y escolar,
por lo que el desajuste emocional podría tener también otras causas que necesitarán modificarse.
(Martínez-Monteagudo, Inglés, Trianes & García-Fernández, 2011; Sánchez, Rivas & Trianes,
2006). El entorno o el contexto social inmediato en el que se desarrolla el menor es importante
pues se crea una esquematización a partir de la rutina diaria y acciones estereotipadas, por lo que
es necesario considerar la importancia de un clima social adecuado.

El gran crecimiento poblacional, el desarrollo de la urbanización así como el


distanciamiento y poca relación con los entornos naturales genera una gran cantidad de efectos
negativos en la salud de los individuos de manera física, social y mental (Taylor & Kuo, 2006).
Todas estas características aunadas al gran desarrollo de tecnologías son las que generan poco
interés en relacionarse con medios naturales, por supuesto, los niños no son la excepción, quienes
por distintos factores tienen poca o nula relación la naturaleza, no así con aspectos tecnológicos.

En el caso especial de los niños, distintas investigaciones han demostrado que esta poca
relación con el mundo natural afecta su salud física y mental (Ozdemir & Yilmaz, 2008). Esta
afirmación ha quedado confirmada en el medio inmediato en que se desenvuelven las personas,
pues existen de la misma manera testimonios que revelan que los niños al tener solo una relación
directa con el medio tecnológico han presentado distintas afecciones entre las que se encuentran
la dificultad para relacionarse con sus pares, desempeño escolar deficiente, alucinaciones así
como convulsiones.
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En estudios realizados anteriormente se han encontrado datos que revelan una correlación
entre la naturaleza o el medio natural cercano y estrés que los niños perciben en la que el medio
natural sirve como mediador para proteger o amortiguar los efectos que pueden producir distintos
aspectos negativos o adversos que posteriormente se convertirán en estresantes (Corraliza &
Collado, 2008). La relación de los niños con la naturaleza puede funcionar como amortiguador de
factores estresantes por lo cual se considera recomendable instruir al niño en una relación con la
naturaleza y a fomentar el desarrollo de sus habilidades sociales como complemento.

Vega, González, Anguiano, Quiroz & Trujano (2009) encontraron que las habilidades
sociales así como el afrontamiento regulan el estrés y este se encuentra ampliamente relacionado
con habilidades sociales deficientes. Las relaciones sociales establecidas a partir de habilidades
sociales eficientes son de gran apoyo en la regulación y reducción de estrés pues a partir de ellas
pueden generarse redes de apoyo o personas en situaciones similares con las cuales se pueda
compartir experiencias y poco a poco reducir los niveles de estrés.

Morales, Trianes & Miranda (2012) realizaron un estudio en el que encontraron que al
evaluar el uso de estrategias de afrontamiento contra el estrés las niñas presentaron notablemente
un uso mayor de las estrategias de afrontamiento centradas en el problema estudiado (estrés),
entre éstas se encontraban solución activa, comunicar el problema a otros, búsqueda de
información y guía. Por otra parte, la estrategia “indiferencia”, la cual implica ignorar o no darle
valor al estrés, es la más empleada por niñas de 9 años a diferencia de los niños, donde esta
estrategia es la más usada por niños de todas las edades. Esto nos habla principalmente de que los
niveles de estrés y las estrategias de afrontamiento, varían significativamente en cuanto a sexo y
edad, y que por la misma razón el estrés y su tratamiento no debe estandarizarse para que pueda
tratarse de mejor manera.

Al retomar los factores personales que pueden influir en la manera en que se afronta el
estrés se puede decir al respecto que las niñas utilizan las diversas estrategias en mayor cantidad a
diferencia de los niños debido a que ellas se centran más en el apoyo social, las relaciones
interpersonales y la expresión de sus sentimientos negativos mientras que los niños no expresan
de manera completa sus sentimiento negativos o inquietudes, lo que puede considerarse a partir
de los estereotipos de género (Frydenberg & Lewis, 1993; Patterson & McCubbin, 1987; Rhode,
Lewinson, Tilson & Seeley, 1990). Estos resultados son de gran importancia y pueden influir en
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la manera que se busca tratar el estrés infantil, por lo que es importante considerar algunas de las
estrategias antes mencionadas y adaptarlas según el sexo, y por otra parte tratar de generar un
equilibrio entre las estrategias.

Al considerar el factor “edad” se encontraron algunos resultados que revelan que los
adolescentes pueden utilizar un mayor número de estrategias de coping a comparación de niños
más pequeños, además de existir una variedad en estas estrategias, suelen utilizar métodos un
poco más directos y que involucran componentes cognitivos, de la misma manera, con la edad
aumenta el uso de las estrategias de afrontamiento orientadas a la expresión de emociones, y esto
puede estar influenciado por la etapa de desarrollo en la que se encuentran (Eisenberg, Fabes &
Guthjrie, 1997). Por esta misma razón, también el acompañamiento debe ser diferente
dependiendo la edad de los niños y la etapa de desarrollo en la que se encuentren para no forzar al
afrontamiento y que las consecuencias sean contraproducentes o simplemente no funcionen.

En la actualidad existe un elevado número de menores de edad que pasan por situaciones
de violencia, esto requiere y demanda tomar medidas y acciones que disminuyan el riesgo de los
menores de ser víctimas y de la misma manera prevenir consecuencias a nivel neurobiológico,
físico, mental o emocional a corto y largo plazo y entre estas consecuencias se encuentra el estrés
(Del Águila Escobedo, 2015). Estos altos niveles de violencia están siendo factor determinante en
el estrés infantil, pues se fusionan con otros factores estresantes los cuales generan un estrés aún
mayor, por lo que la violencia es otros de los puntos que pueden influir en la aparición de estrés
infantil.

Es importante mencionar que el estrés infantil además de tener causas relacionadas a su


contexto, posición económica, violencia, entre otros, también es necesario tomar en cuenta que
el estrés se desarrolla y se afronta en gran medida dependiendo de las características personales
del individuo entre las que se encuentran la edad y el sexo, pues estas pueden determinar el
alcance del estrés y de la misma manera el afrontamiento.

Por otra parte, tiene influencia el apoyo recibido por parte de los padres o figuras de
apego primarias, ya que al ser la red de apoyo inmediata se convertirán en un soporte emocional
para poder enfrentar el estrés. De la misma manera, el hecho de que los padres del menor
presenten estrés puede influir en la manera en que el menor afronta el estrés, pues puede repetir
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las actitudes que una figura adulta tiene, convirtiéndose en un ejemplo para el menor, por lo cual
el contexto familiar tiene también influencia.

El objetivo principal de este estudio fue evaluar la influencia que tiene el estrés infantil en
el desempeño escolar en alumnos de sexto año de una escuela primaria para conocer si el estrés
infantil, el cual muchas veces se considera inexistente y es poco investigado, tiene una influencia,
ya sea positiva y negativa en el desempeño escolar de los alumnos, o si por el contrario no genera
ningún efecto, de manera que los resultados puedan ayudar tanto a profesores y alumnos a reducir
el estrés y mejorar su desempeño escolar.

Es importante enfatizar que una de las prioridades de este estudio fue ampliar el panorama
que se tiene respecto al estrés infantil y su relación con el desempeño escolar, pues muchas veces
no se considera a existencia de estrés en los niños, por lo que al ignorarse se deja de lado una
posible causa de resultados negativos escolarmente y con esto la posibilidad de solucionarse y
tratarse de maneras diferentes.

Por otra parte, se espera que como resultado de este estudio se innove en el tratamiento
del estrés y que sirva de base para modificar los planes de tratamiento del estrés, la manera en
que se considera y las ideas que se tienen alrededor de este tema, por lo que los datos presentados
en el estudio fueron comparados con resultados de otros estudios de carácter similar que sirvieron
de base para el presente estudio.

MÉTODO

Participantes

Se evaluaron a 60 estudiantes de dos grupos de sexto grado de nivel primaria del Centro Escolar
“Primero de Mayo” ubicado en Av. 27 de Febrero #1348 Colonia Gil y Sáenz en la ciudad de
Villahermosa, Tabasco, 38 niñas y 22 niños de entre 11 y 12 años. Los sujetos fueron evaluados
durante el mes de abril de 2018.

Procedimiento

Para evaluar la variable “estrés infantil” se utilizó el Inventario de Estrés Cotidiano Infantil el
cual fue aplicado a dos grupos de sexto grado de primaria. Este ofrece una valoración sobre los
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diferentes tipos de estrés infantiles, centrados en la salud, escuela, familia y total. El objetivo de
este instrumento es medir el estrés cotidiano infantil, que los autores definen con ejemplos como
contrariedades o preocupaciones que pueden suceder con mucha frecuencia, resultado de exceso
de actividades extraescolares, discusiones con la familia y otros factores. Este inventario
presenta 22 afirmaciones que describen sucesos, demandas, problemas o situaciones que pueden
haber sucedido en el último año a los niños, los cuales contestaron indicando si la situación
concreta le ha sucedido o no, las respuestas a estos reactivos son dicotómicas y se dan rodeando
“SÍ” o “NO”. El inventario recoge tres subescalas diferentes: Problemas de salud y
psicosomáticos (8 ítems), estrés en el ámbito escolar (7 ítems) y estrés en el ámbito familiar (7
ítems), se aplicó colectivamente con una duración aproximadamente de entre 15 y 25 minutos.

Para evaluar la variable “desempeño escolar” se utilizaron como referencia los promedios
obtenidos hasta el último bimestre cursado, los cuales fueron proporcionados por las maestras
responsables de grupo, las cuales brindaron su autorización para utilizar los resultados de los
alumnos con fines académicos. A su vez, estos promedios fueron clasificados en tres subescalas:
Bajo (calificaciones entre 5 y 6), medio (calificaciones entre 7 y 8) y alto (calificaciones entre 9 y
10). Los participantes fueron seleccionados a través de un muestreo aleatorio.

Procesamiento estadístico

Los datos se procesaron mediante estadística descriptiva para clasificar y definir a cada uno de
ellos y análisis de correlación para encontrar la relación entre las variables utilizando el programa
SPSS 24.0.

RESULTADOS

Se evaluaron a 60 alumnos de sexto grado de los grupos “A” y “C”, con edades de entre 11 y 12
años, 16 hombres y 31 mujeres de 11 años y 6 hombres y 7 mujeres de 12 años con una media de
edad 11.25 y una media de promedio escolar de 8.69.

En la Tabla 1 y 2 se muestran las frecuencias en los niveles de estrés total, frecuencias en los tres
tipos de promedio así como el porcentaje de la muestra total de 60 participantes. Estas
frecuencias fueron extraídas a través del Inventario de Estrés Cotidiano Infantil (IECI) y datos
recabados con los maestros encargados de grupo.
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Tabla 1. Frecuencias de niveles de estrés total

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válido Bajo 21 35.0 35.0 35.0
Moderado 16 26.7 26.7 61.7
Alto 23 38.3 38.3 100.0
Total 60 100.0 100.0

En la tabla 1 se pueden observar 21 casos de estrés bajo, correspondiente a un 35% de la


población, 16 casos de estrés moderado, correspondiente a un 26.7 % de la población y 23 casos
de estrés alto, correspondiente a un 38.3% de la población, conformando un total de 60 casos, es
decir, el 100% de la población.

Tabla 2. Frecuencias de promedio total.

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Válido Bajo 1 1.7 1.7 1.7
Regular 3 5.0 5.0 6.7
Alto 56 93.3 93.3 100.0
Total 60 100.0 100.0

En la tabla 2 se pueden observar 1 caso de promedio bajo, correspondiente a un 1.7% de la


población, 3 casos de promedio regular correspondiente a un 5% de la población y 56 casos de
promedio alto, correspondiente a un 93.3% de la población, conformando un total de 60 casos, es
decir, el 100% de la población.

En las tablas 3 y 4 se muestran las frecuencias de Promedio Total y Niveles de Estrés total según
el sexo y edad.
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Tabla 3. Frecuencias de niveles de estrés según sexo y edad

Edad
Estrés Total 11 12. Total
Bajo Sexo Hombre 7 3 10
Mujer 8 3 11
Total 15 6 21
Moderado Sexo Hombre 4 2 6
Mujer 8 2 10
Total 12 4 16
Alto Sexo Hombre 5 1 6
Mujer 15 2 17
Total 20 3 23

En la tabla 3 se pueden observar 10 casos en hombres y 11 en mujeres de estrés bajo, 6 casos en


hombres y 10 en mujeres de estrés moderado y 6 casos en hombres y 17 en mujeres de estrés alto.

Tabla 4. Frecuencias de promedio total según sexo y edad.

Edad
Promedio Total 11.00 12.00 Total
Bajo Sexo Mujer 1 1
Total 1 1
Regular Sexo Mujer 3 3
Total 3 3
Alto Sexo Hombre 16 6 22
Mujer 27 7 34
Total 43 13 56

En la tabla 4 se puede observar 1 caso en mujeres de promedio bajo, 3 casos en mujeres de


promedio regular, 22 casos en hombres y 34 en mujeres de promedio alto.

En la tabla 5 se muestran los promedios según tipos de estrés.


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Tabla 5. Frecuencias de promedio total según tipo de estrés.


Promedio Total
Bajo Regular Alto Total
Estrés Total Bajo 1 1 19 21
Moderado 0 1 15 16
Alto 0 1 22 23
Total 1 3 56 60

En la tabla 5 se puede observar 1 caso de promedio bajo con un nivel de estrés bajo, 1 caso de
promedio regular con un nivel de estrés bajo, 1 caso de promedio regular con estrés moderado, 1
caso de promedio regular con estrés alto, 19 casos de promedio alto con estrés bajo, 15 casos de
promedio alto con estrés moderado y 22 casos de promedio alto con estrés alto.

En la tabla 6, 7, 8 y 9 se muestran las correlaciones entres el promedio total y el estrés total así
como sus niveles.

Tabla 6. Correlación entre estrés total y promedio total

Estrés Total Promedio Total


Estrés Total Correlación de Pearson 1 .127
Sig. (bilateral) .332
N 60 60
Promedio Correlación de Pearson .127 1
Total Sig. (bilateral) .332
N 60 60

En la tabla 6 se puede observar una correlación positiva de α= .127 baja no significativa, lo cual
indica que el estrés total no influye sobre el promedio total obtenido por los alumnos.
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Tabla 7. Correlación entre estrés social y promedio total

Promedio Total Estrés Social


Promedio Correlación de Pearson 1 .015
Total Sig. (bilateral) .910
N 60 60
Estrés Social Correlación de Pearson .015 1
Sig. (bilateral) .910
N 60 60

En la tabla 7 se puede observar una correlación positiva de α= 0.15 baja no significativa. Lo cual
indica que el estrés generado por el contexto no influye sobre el promedio obtenido por los
alumnos.

Tabla 8. Correlación entre estrés académico y promedio total

Promedio Total Estrés Académcio


Promedio Total Correlación de Pearson 1 -.085
Sig. (bilateral) .518
N 60 60
Estrés Correlación de Pearson -.085 1
Académico Sig. (bilateral) .518
N 60 60

En la tabla 8 se puede observar una correlación negativa de α= -0.85 baja no significativa, lo cual
indica que el estrés generado por la escuela y actividades realizadas en ella no influye sobre el
promedio obtenido por el alumno.

DISCUSIÓN

Según los resultados obtenidos, se encontraron diversas variaciones en los niveles de estrés y
promedio, que establecen relaciones entre los niveles de estrés y el desempeño escolar en sus
diferentes clasificaciones dando paso al contraste y comparación con opiniones y resultados
obtenidos por distintos autores.
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Frías, López y Díaz (2003) afirman que la escuela es uno de los principales escenarios de
desarrollo de los niños y que en esta misma están sujetos a reglas y tradiciones que pueden influir
en el estrés y desempeño escolar del niño coincidiendo con lo encontrado en el presente estudio,
pues lo niños manifestaron un mayor nivel de estrés en el ámbito académico que en otras áreas
como la social y familiar. Por lo tanto, se puede afirmar que el ámbito académico es uno de los
principales factores estresantes en los niños.

Sánchez, Rivas y Trianes (2006) describen que el contexto o medio social en el que los
niños se desarrollan tiene una gran influencia no solo en los niveles de estrés, sino en la manera
en que estos pueden ser afrontados y de la misma manera pueden ser potenciadores del equilibrio
y adaptación social. Los niños del Centro Escolar “Primero de Mayo” presentan menores niveles
de estrés en el ámbito social, mismo que puede estar siendo utilizado por los niños como medio
de apoyo para el afrontamiento del mismo, coincidiendo con los autores anteriormente
mencionados.

El estrés en el ámbito familiar se encuentra entre el estrés en el ámbito escolar y estrés en


el ámbito social, lo que nos sugiere que la relación entre estos dos últimos puede dar como
resultados en el ámbito familiar. Los datos obtenidos no reflejan una frecuencia alta ni baja del
nivel de estrés en el ámbito familiar, sin embargo los casos presentados deben ser tomados en
cuenta para una posible evaluación de violencia o problemas familiares en casa, los cuales si
podrían ser un factor que influya en el estrés y desempeño escolar de los niños.

En un estudio realizado acerca de la capacidad y estrategias de afrontamiento contra el


estrés se encontró que las niñas presentan un mayor uso de las estrategias de afrontamiento y que
en los niños predomina la indiferencia hacia el estrés, esto por la creencia de que las niñas son
más sensibles y demuestran sus emociones a diferencia de los niños (Morales, Trianes y Miranda,
2012). Según los datos encontrados en el presente estudio, existen más casos de estrés alto en
niñas que en niños, sin embargo la diferencia entre las medias de estos dos no es significativa,
por lo que el sexo no es una característica que influye en los niveles de estrés de los estudiantes
en el Centro Escolar “Primero de Mayo”, discrepando con los resultados encontrados en el
estudio descrito a principio de párrafo.
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Según lo descrito por Eisenberg, Fabes y Guthjrie (1997) los adolescentes pueden utilizar
más estrategias para afrontar el estrés y con esto no verse afectados en otros ámbitos como el
escolar. En los resultados obtenidos se encontró que la mayoría de los estudiantes tienen un
promedio alto, por lo que el estrés no les está generando problemas en este ámbito a pesar de
encontrarse casos de estrés en algunos de ellos. Los estudiantes cuentan con edades de 11 y 12
años, cercanos a la adolescencia y al nivel secundaria, por lo que sus capacidades de
afrontamiento y manejo de estrés están siendo bien utilizadas debido a la etapa en la que se
encuentran, encontrando de la misma forma que la edad influye en cómo a partir de los niveles de
estrés los estudiantes se desenvuelven académicamente, encontrando similitud con los resultados
de los autores anteriormente mencionados.

Los resultados obtenidos en el presente estudio revelan que en el Centro Escolar “Primero
de Mayo” el estrés no tiene una influencia significativa en el desempeño escolar de alumnos, sin
embargo, de los casos de promedio alto buena parte ellos presentan un nivel de estrés alto, por lo
que se puede inferir que solo en algunos casos y dependiendo del sujeto, el estrés alto puede
generar un mayor desempeño académico, esto debido a distintos factores como presión ejercida,
que aunque son parte del estrés, generan una mayor motivación.

Es importante mencionar que aunque el estrés alto genere en algunos casos un mayor
desempeño académico, debe encontrarse un equilibrio entre el nivel de estrés y el desempeño
escolar, pues a largo plazo, los altos niveles de estrés pueden afectar otras áreas de desarrollo del
sujeto, ya que el nivel de estrés manejado en un ámbito puede no ser adecuado para otros.

El presente estudio tiene entre sus limitaciones una muestra que evalúa únicamente un
grado escolar, por lo que podría ser necesario aumentar la muestra a distintos grados para
investigaciones futuras que complementen los hallazgos encontrados en este. A partir de los
resultados encontrados en este estudio, pueden surgir estrategias para tratar los niveles de estrés
en los sujetos que lo presentan y de la misma manera estrategias de trabajo para mantener y
mejorar el buen desempeño escolar que se presenta en esta muestra poblacional.
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ANEXO

IECI

Grado y grupo: Sexo: Edad:

Rodea en un círculo las siguientes situaciones según tu experiencia.

1. Este año he estado enfermo o enferma varias veces. SÍ NO


2. Las tareas del colegio me resultan difíciles. SÍ NO
3. Visito poco a mis familiares (abuelos, tics, primos, etc.) SÍ NO
4. Con frecuencia me siento mal (tengo dolores de cabeza…) SÍ NO
5. Normalmente saco malas notas. SÍ NO
6. Paso mucho tiempo solo o sala en casa. SÍ NO
7. Este año me han llevado a urgencias. SÍ NO
8. Mis profesores son muy exigentes conmigo. SÍ NO
9. Hay problemas económicos en mi casa. SÍ NO
10. Tengo cambios de apetito (a veces como muy poco y otras mucho) SÍ NO
11. Participo en demasiadas actividades extraescolares. SÍ NO
12. Mis hermanos y yo nos peleamos mucho. SÍ NO
13. A menudo tengo pesadillas. SÍ NO
14. Me cuesta mucho concentrarme en una tarea. SÍ NO
15. Paso poco tiempo con mis padres. SÍ NO
16. Me preocupa mi aspecto físico (me veo gordo/a, feo/a…) SÍ NO
17. Me pongo nervioso o nerviosa cuando me preguntan los profesores. SÍ NO
18. Mis padres me regañan mucho. SÍ NO
19. Mis padres me llevan muchas veces al médico. SÍ NO
20. En el colegio mis compañeros se meten mucho conmigo. SÍ NO
21. Mis padres me mandan más cosas de las que puedo hacer. SÍ NO
22. Me canso muy fácilmente. SÍ NO

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