Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
BIBLIOTECA
to sólo debe ser tratado en sus líneas fundamentales sin tos, a presunciones e hipótesis para poder ligar las cues-
exposición, al por menor, de lo particular. El estudio de los i r tiones particulares. Algunas, como las referentes a los
problemas aislados carecería de los convenientes enlaces, Jt comienzos de la sociedad humana, y aun otras de épocas
mientras que, efectuado en conjunto y sucintamente, si- | posteriores que yacen en la penumbra de la historia inci-
guiendo las líneas de orientación de la evolución general, [ píente, tales el origen de los dioses y de la religión, la
se destacará mejor la marcha de ésta y la general regula- i evolución del mito, los motivos del cambio de significa-
ridad que ofrece, así considerada, la diversidad de sus | ción de diversas formas del cuito, etc., hállanse aún sobre
fenómenos. f el pavés de la discusión, en la que se contiende, no ya por
En consideración, pues, a este fin principal, h e creído
J las interpretaciones adecuadas a los hechos, sino sobre la
conveniente renunciar, desde luego, a una descripción
| existencia de los hechos mismos. Con todo, no se puede
proporcionada de dichos fenómenos. Cuando se trata de
| desconocer que la Psicología de los pueblos hállase total-
lo generalmente conocido, he creído que puede bastar
| 'mente, en este respecto, en el mismo plano de experiencia
un breve bosquejo de la organización correspondiente;
! que las otras ciencias empíricas, especialmente la Historia,
mas, para establecer una mejor conexión entre las cues-
i de la que es fronteriza p o r el problema de los orígenes.
tiones a estudiar, parecióme necesario, al ocuparme de co-
[• Sus hipótesis nunca afectan a un conocimiento trascendente
sas menos conocidas o todavía desconocidas, entrar más
de la experiencia o al principio de las cosas; son más bien
a fondo en los pormenores. No se crea, pues, que, p o r de-
barruntos sobre probables contenidos de realidad empíri-
dicar más atención a las formas primitivas de la organiza-
ca, aunque escapen a una fundamentación exacta. Admi-
ción troncal y del matrimonio, a los cultos anímicos y de-
; tir, por ejemplo, que la representación del dios es conse-
mónicos, así como a otros fenómenos de la cultura de los
; cu en cía de una fusión del héroe con la creencia anterior
primeros tiempos, y, por el contrario, tocar muy a la lige-
en los démonos, será una mera hipótesis, puesto que no es
r a otras organizaciones sociales, como la creación del Es-
comprobable con absoluta certeza el paso directo del de-
tado y de las ciudades, la organización jurídica y otras
mon a dios; mas hay que reconocer que el presunto p r o -
análogas que alcanzan a tiempos históricos, se quiera ¿s.r
ceso desarróllase de punta a cabo en un pie de realidad,
a entender la existencia de una proporcionalidad de su
j Lo mismo cabe decir de muchos otros fenómenos, y, en
respectiva importancia; en ello no han entrado sino las
[ último término, de casi todos los problemas de la Psicolo-
necesidades de orden práctico ya aludidas.
gía de ios pueblos referentes a los comienzos de estos
E n la anterior advertencia sobre lo menos conocido y
problemas. Lo decisivo en esto .no es. el resultado,. da„la.
lo hasta aquí desconocido, quiero significar que la Psi-
obgerYaoióa^áirecta, sino la probabilidad psicológica, es
cología de los pueblos en general, y especialmente en
decir, todo aquello que más, en conformidad, se.halLa ,con,
la historia de la evolución de aquéllos, según la orienta-
^el conjunto de los hechos conocidos, tanto de laJMcoJogía
ción de esta obra, vese aún atenida, por nuestros concep -
individual como de la social. E j u é s í e su objeto emoírico,
VIII PSICOLOGÍA DE LOS PUEBLOS
la Religión y de las costumbres, proyectándolos sobre el p f 0 i : e a r á c t e r como base para el criterio de ló psicológico-etnográ-
biema de la evolución espiritual del hombre. Y fueron goo. Nunca puede una lengua ser creada por un solo indivi-
filósofo y un lingüista quienes para los peculiares estudios duo. El esperanto y otras lenguas artificiales han sido positi-
aplicados al orden indicado, acuñan el término de «Psieolo. v a m e n t e inventadas por un individuo; pero, si no hubiera
gía de los pueblos». Todos los fenómenos de los que se ocu? e x i s t i d o ya el lenguaje, estas invenciones, no podrían conser-
pan las ciencias psíquicas son, de hecho, productos de la co- varle, dado que viven principalmente de empréstitos a las
lectividad (Volksgemeinschaít); así el lenguaje no es la obra lenguas naturales. ¿Cómo podía haber sido creada por un solo
casual de un individuo, sino del pueblo que lo ha creado, y individuo una religión? Conocemos individúales fundadores
hay, en general, tantas lenguas distintas cuantos pueblos ori- ¿0 religiones (del Cristianismo, el Budhismo, el Islamismo);
ginariamente existen. Lo propio sucede con los orígenes del • pero éstas se levantan sobre los fundamentos de religiones
arte, de la mitología y de las costumbres. Las llamadas ea prtc e< ^ en ^ 6S ' y 2 0 s o n S ^ D0 desenvolvimientos ulteriores de
o t r o tiempo religiones naturales, como la griega, la romena, activos religiosos que habían nacido dentro de determinadas
la germánica, son, en verdad, religiones populares; cada una colectividades. Así es, pues, también 1a Psicología de los pue-
de ellas es, si no en todas sus particularidades al menos ea blos, en el análisis de los procesos espirituales superiores,
conjunto, propiedad de una colectividad. A nosotros nos pa- una totalización de la Psicología de la conciencia individual,
rece extraña esta apreciación porque pertenecemos a uaa viéndose, en muchas cuestiones, precisada a traer a colación
época que, en aquellas creaciones generales del espíritu, >¿a los motivos psicológico-etnográficos. Tampoco debemos olvi-
traspasado hace mucho tiempo los límites de la nacionalidad dar que, así como la colectividad sólo consiste en individuos
particular. Esto no implica, sin embargo, que la colectividad que eatran en recíproca influencia, así la Psicología de los
popular no sea, por lo general, el hogar originario de estas pueblos presupone, por su parte, la individual o la general,
espirituales creaciones. Y, aunque en los trabajos de Lazarus como ordinariamente se la llama. Por esto también es aquélla
y Steinthal y en la «Revista de Psicología de los pueblos y de una importante totalización en cuanto que pone a nuestra
Filología» que desde 1860 did veinte volúmenes, no estaba disposición los medios auxiliares para llegar a procesos más
aún, a la verdad, fijado el concepto moderno, sin embargo, eí complicados de la conciencia individual. Con frecuencia se ha
impulso estaba dado ya, y el nuevo camino, desde diferentes hecho el ensayo de fundamentar las funciones complejas del
puntos, comenzó a seguirse con éxito. Insegura, en cierto pensamiento sobre la mera auto-observación, habiendo que-
modo, era especialmente la relación con la Filosofía, así como dado en todo tiempo sin resultado. Una historia de la eyolu-"
con el método que la Psicología tenía que seguir en esta trans- cion del pensamiento humano no puede darnos, en general,
ferencia al nuevo dominio. El cambio comenzó cuando la es- 'Tina Psicología de la conciencia individual, ya que ésta hálla-
pecial consideración psicológica fué ganando terreno en los le bajo la influencia de una prehistoria, sobre la cual esta mis-
dominios particulares. Así, pues, habremos de considerar hoy m& psicología individual ninguna luz puede arrojar. Por eso
a la Psicología de los pueblos como una parte de la Psicolo- "es también erróneo pensar que la Psicología del niño podría
gía, s o b r e cuya justificación y objeto no cabe ya duda alguna. resolver estos últimos problemas de la Psicogénesis. El niño
Este problema repítese en todas las cuestiones espirituales J s . u n pueblo civilizado está rodeado de influencias que nunca"
que resultan de la vida humana en común y que no pueden pueden ser separadas de aquello que nace espontáneamente
ser explicadas únicamente por las propiedades de la concien- en su conciencia. Por el contrario, la Psicología de los pue-
cia individual, pues suponen la influencia recíproca de mu- típs nos conduce a la consideración de los diferentes grados
chos, De hecho encontraremos siempre en lo sucesivo este de evolución psíquica, que la Humanidad, aun hoy, ofrece al
4 PSICOLOGÍA P E LOS PUEBLOS INTRODUCCIÓN 5
-
camino de una verdadera Psicogénesis.,. Por el conocimiei^ itygrls, unido al aumento y la profundización de sus temas,
de los estados primitivos en sí cerrados, llégase, mediante unT*1 f
excluye necesariamente la consideración psicológica implica-
continua serie de grados intermedios, a tender puentes sobr8 b a en ]a Psicología de los pueblos. Debo recordar aquí a un
culturas más complicadas y superiores. Así es la Psicólogo hombre que ha contribuido más que ningún otro de los mo-
de los pueblos, en el sentido principal de la palabra, Psicolo. d e r n o s geógrafos a esta ampliación de los asuntos etnológi-
gía de la evolución (EnhvicMungspsychologie). cos: reñérome a Federico Ratzel. En su Antropogeogra-
Atendiendo a esta consideración se ha objetado contra 1$ ffa y en muchos estudios particulares sobre los productos
palabra Psicología de los pueblos, porque en ella., no solamen- culturales de los pueblos, ha mostrado que la Etnología,
te se trata de les pueblos, sino también de asociados más es-1 no s ó l o , debe dar razón de las cualidades y habitación de
trechos, o más amplios; tales la familia, el grupo, la estirpe, j- los pueblos, sino que ha de investigar también cómo han
comunidades limitadas, ciertamente, y, además, ocúpase de los ^ nacido los pueblos y cómo han conseguido sus hábitos físi-
más altos valores y aportaciones psíquicas en las conexiones; cos v espirituales de hoy. La Etnología es una ciencia del
y recíproca influencia de una multitud de pueblos; de suerte'• origan de los pueblos, de sus cualidades y de &u expansión
que así esta Psicología se amplía hásta constituirse en una^ sobre la tierra. Los caracteres psicológicos desempeñan en la
Psicología de la Humanidad. Se comprende que un nombre r 'conexión de estos temas papel relativamente subordinado.
como éste sólo puede formarse teniendo en cuenta la impor-; "Pequeños productos artísticos pueden ser significativos en
tancia del concepto, sin lo cual perderíase en lo inaetermi-' alto grado para la fijación de las particulares inmigraciones,
nado. | mezclas y transferencias. Por esto la Etnología ha venido a
Tal denominación es más adecuada que cuantas se han, ser disciplina esencialmente auxiliar de la Historia, especial-
propuesto para sustituirla. «Psicología de la colectividad»! mente de la prehistoria de la Humanidad. El problema capital
(Gemeinschajipsychologie) puede fácilmente suscitar la equi-> de la Etnografía es la determinación, no solamente decómo
vocación de que se trate preferentemente de sociedades cul- los pueblos son en. la actualidad, sino de cómo han venido a
tas. «Psicología social» recuerda, desde luego, la «Sociología»; ser, de cómo han cambiado y se han diferenciado. Sobre tales
moderna, que se mueve aún, en sus consideraciones psicoió-; "resultados debe apoyarse la Psicología de los pueblos, cuyo
gicas generales, en el campo de la vida cultural moderna. Enr interés propiamente psicológico se encuentra del lado- de la
la evolución general de la vida del espíritu (que es lo más^ evolución espiritual. En ésta pueden, pueblos de distinta
importante) el «pueblo» destácase como concepto unitaric|. procedencia, en virtud del grado espiritual en que se en-
fundamental en el que todos los otros van a insertarse. Den-! cuentren, influirse mutuamente. Y hasta pueden darse pue-
tro del «pueblo» hállanse familias, clases, estirpes y grupos.! blos, parientes en el orden etnológico, que aparezcan, según
Del concepto «pueblo» no están excluidos estos particulares.• los caracteres psicológicos, en grados completamente diversos
en cuanto que la palabra, no solamente comprende la pobla-• en la formación espiritual. Para el etnólogo son, por ejemplo,
ción, sino también el concepto principal decisivo para las] ios magiares y los ostiacos del Obi, pueblos de la misma pro-
creaciones lundamentales de la colectividad. cedencia, en tanto que psicológicamente pertenecen a diversos
Ahora bien; de este punto de vista nace la cuestión de si cfominios: los unos son un pueblo culto, los otros se encuen-
lo que asignamos aquí como objeto a la Psicología de lo* tran en un estado relativamente primitivo. Lo «primitivo»
pueblos está separado o se debe separar de la Etnografía, de significa para el psicólogo de los pueblos muy otra cosa que
la Etnología. Sin embargo, hay que reconocer que precisa- para los etnólogos, atentos siempre a la genealogía. Si la
mente la gran ampliación del horizonte de la moderna Etrio- ^iicología de los pueblos nútrese de la Etnología, ésta debe
T—* - r -
-H•9
PSICOLOGIA DE LOS PCEJBLÜS Ifr
INTRODCCCIÜN
mundo de representaciones dentro de las cuales el anim^j preparación de los elementos, etc. El hérce alabado como ge-
toma, con relación al hombre, una posición complétameos ?»sral en ©1 combate pertenece a otro mundo; la canción heroi-
opuesta a la que tiene en la cultura actual. En el período t£ gSTdaTsu imagen fiel en la epopeya. Los héroes de Homero
temístico predomina, no el hombre sobre el animal, sinó*~|[ ^jojTsienipre, teniendo en cuenta su situación exterior, en lo
animal sobre el hombre. El escita con su acción e impulsos JJ esencial, príncipes de las tribus. E l ampliado escenario ¿ e
admiración, el temor y el respeto. Las almas de los antepaga, fá lucha eleva al general^ con cualidades mayores por él forja-
dos viven en él, por lo que se convierte en antepasado del IJásfa la categoría de héroe. Con la evolución de la poesía se
hombre. Su carne está prohibida a los pertenecientes a la e¿* Iransforman y enriquecen también las formas del lenguaje. A
tirpe que lleva su nombre; en ocasiones festivales, la comida Ta epopeya siguen el arte plástico y el dramático. Tpdo qstp há-
del animal del totem es una sa-grada operación del culto. "jTasa también estrechamente unido al origen del Estado,tque
menos se Í D g i e r e el pensamiento totemístico en la organiza, ahora hace retroceder a las más primitivas formes gentilicias
ción de la sociedad, en la desmembración de las estirpes, ea? l e í l ' é p o ca anterior. Con esto cambian las costumbres y el
las formas del matrimonio y de la familia. Sólo varios resT-? ^julto.|Con los héroes y Estados nacionales anacen las religiones
duos pasan del círculo conceptual de este período al tiempo t nacionales; y, en cuanto la mirada de estas religiones se di-
subsiguiente: así en los animales sagrados de los babilonios,; r i g e , no ya a los próximos contornos, el mundo animal y el de
egipcios y otros antiguos pueblos cultos, y en los presagios^ las plantas, sino principalmente al cielo, se va desenvolviendo
que se atribuyen a las cualidades u operaciones de los anima"e la imagen de otro mundo superior más perfecto. Como el
les y en otras representaciones mágicas que se anudan a par- Sérne es el hombre ideal, así se convierte el dios en héro6
ticulares animales. j. íüealy el mundo celeste en una elevación ideal del mundo te-
De la cultura totemística se pasa en sucesión continua a "rrágueó.
S P ° r último, a éste añádese un cuarto período. El Esta-
,S- t
cipio, llega a consolidarse. La situación del príncipe en la lución en la que nos hallamos todavía. Se puede por esto
época totemística, aun secundaria, gana en poder, al ad-¡ designar también como transitoria. Solamente podemos ha-
quirir la comunidad de estirpes, bajo la influencia de las lu-| blar hoy de una evolución hacia la Humanidad, no de la Hu-
chas contra las tribus enemigas, una organización guerrera'1' manidad. Aquella evolución comienza en el momento en que
así la sociedad evoluciona hacia el Estado. En la guerra, 5 au caen.los límites de las concepciones religiosas de los pueblos.
en la dirección del Estado en tiempo de paz, entran hombre? <|ue son las qae principalmente influyen en su separación;
que se elevan bastante sobre la medida de los antiguos prji Por eso es uno de ios más significativos síntomas de la histo-
«•wmírv-v-:.-.- . . . - -r
cipes y, simultáneamente, por sus cualidades se oponen entre ría espiritual el que, sobre todo en la Religión, tenga lugar
sí como personalidades de carácter típico. Así se coloca en el aquella ampliación sobre el más estrecho ambiente de los pue-
lugar del más anciano de la estirpe y del príncipe de la tribu Flos. Las religiones nacionales o religiones naturales de ios
del período totemístico ¡el héroe de este nuevo tiempo. El pe grandes pueblos de la antigüedad, como ordinaria y errónea-
ríodo totemístico conoce solamente narraciones cuentiformes, mente son llamadas, tienden a superarse a sí mismas para con-
que poseen el carácter de los mitos y que tratan, no rara vez,; vertirse en religiones de la Humanidad. Conocemos tres de es-
de antepasados animales que han traído el fuego, enseñado is tas religiones mundiales: el Cristianismo, el Islamismo y el Bu-
10 PSICOLOGÍA D E LOS PCEUl.OS